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¿Sabías que la Europa cristiana estuvo a punto de ser conquistada por el imperio otomano

islámico en el año 1683?

La batalla de Viena fue decisiva en aquel entonces.

El mapa de abajo ilustra que tanto poder tenia el imperio otomano en Europa. El combustible de
la maquina de guerra otomana fue la expansión del islam. Con la caída de Constantinopla, Grecia
y otros territorios de Europa occidental, estuvieron a punto de consolidar su dominio.

Mehmed IV, el sultán del imperio otomano, tenia el objetivo de invadir Europa y asediar Viena,
que en aquel entonces era el corazón del sacro imperio romano. Emulando a Mehmed II quien
conquisto Constantinopla.

Si Viena caía, sus escombros pavimentarían el camino para conquistar Roma, Paris y otras
ciudades europeas. Por eso los turcos conocían a Viena como “la manzana dorada”.

Con la abrumadora cantidad de 200,000 hombres, los otomanos lanzaron su ataque. Desde el
punto de vista de un espectador, Austria estaba perdida. Viena solo tenia 15,000 hombres para
defender sus puertas, después de que sus aliados menos numerosos los abandonaron huyendo
del peligro.

Por fortuna para los austriacos, los polacos no los abandonaron.


Su salvador fue el rey Jan Sobieski de Polonia, y los famosos húsares alados. El lidero un ejercito
de 20,000 hombres, una cantidad diminuta a comparación del poderío otomano, pero se le
otorgó el liderazgo de 40,000 hombres de los aliados vecinos.

Viena estaba a punto de caer cuando llegaron los refuerzos, la batalla se desarrolló afuera de
Viena, pero los números del imperio otomano abrumaron al ejercito del rey Jan Sobieski. Cuando
cayó el atardecer, parecía que Viena iba a ser tomada, hasta que el rey Jan Sobieski ordeno que
los húsares alados avanzaran.

La acometida de la caballería de los húsares alados en el año 1683, se recuerda hasta el día de hoy
por ser el mayor despliegue de una unidad de caballería en la historia. 18,000 caballos avanzaron
y aplastaron a las fuerzas otomanas. Esta flamante caballería, con alas unidas a sus espaldas,
devasto y desmoralizo a sus enemigos.
Después de su victoria, Polonia fue vista como la salvadora de la Europa cristiana por el papa y
otros líderes. Desafortunadamente, esta importante guerra librada en el año 1683 ha sido
bastante ignorada.

Si el ejercito otomano hubiera ganado ese día, Viena hubiera caído igual que Constantinopla y
Europa seria muy diferente en la actualidad.

Tamara Mitrofanova

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