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Nelson Aboy - Defendiendo Las Tradiciones Lucumis Del Fundamentalismo Imaginario Yorubista Tradicional
Nelson Aboy - Defendiendo Las Tradiciones Lucumis Del Fundamentalismo Imaginario Yorubista Tradicional
Lo siguiente es una serie de escrituras distribuidas por el antropologo Cubano, Nelson Aboy Domingo,
en sus redes sociales, cuyo contenido son tan importantes en explicar y desenmascarar la propaganda
del fundamentalismo religioso de, como dice Nelson Aboy, “el imaginado Tradicionalismo”. Es lectura
obligada para todo Aleyo, Olorisha y Babalawo del linaje Lucumi/Afrocubano. Estos escritos se van
ampliando con el tiempo y vendran actualizadas versiones de este documento segun el escritor añada
“capitulos” a su disertacion. Esta version fue terminada en sus escritos en Facebook por Nelson Aboy
el 11/23/2020
1
Introducción.
Los procesos culturales de religiosidad afrocubanos, que indudablemente han
perdurado, perfilado e influido en la cultura nacional, no solo en Cuba, sino con
amplia repercusión y diseminación internacional a partir de ella; en tanto se trasmite
solo a practicantes e interesados, casi exclusivamente de forma empírica y textos
litúrgicos apócrifos, supone que hay un importante público que no ha tenido manera
de ilustrarse al respecto –sin ser practicante— pues no se imparte nada
sistemáticamente como identidad cultural cubana en la educación curricularu optativa
de modo formal ni opcional en general, salvo excepciones muy específicas.
Sin embargo, por esta razón, entre otras, en cierta medida existe una baja estima en
sectores de las capas populares[1] (Barcia: 2009) y no populares para que se
estimulen hacia una aproximación, aunque sea mínima, sobre los saberes de temas
afrodescendientes por la formación prejuiciada o deficientemente recibida; al tiempo
que los propios simpatizantes del asunto y hasta los practicantes religiosos, por falta
de información seria del referente y la percepción subjetiva popular, no siempre
facilita una adecuada autoestima de la estructura compleja y diversa de estos anales
de nuestra identidad cultural genuinamente cubanos.
Gracias a esa rendijita ‒estrecha como la de una alcancía‒ me fueron llegando los
primeros correos electrónicos de distintos participantes. Como llegue a estar suscrito
en más de diecisiete foros internacionales y cada uno de ellos con un mínimo de casi
dos mil participantes, en breve tiempo me vi atiborrado de información; compilando
lo que era útil y analizando las tendencias expansionistas de globalización africanistas
contemporánea, en franca y abierta guerra de críticas y descalificaciones hacia la
cultura afrocubanas y su expansión internacional.
Vale decir que, más que resultar nosotros penetrados por ideologías ajenas, nos
hemos diseminado culturalmente hacia el mundo y, además, vienen constantemente
a Cuba a permearse consagratoriamente de nuestras prácticas de religiosidad
popular de antecedentes africanos, con su actual mayor complejidad, casi,
totalmente cubana.
Ampliamente demostrada cuantitativa y cualitativamente su expansión al mundo, no
necesitaba legitimarse, además, de ser una alternativa de solución a problemas
personales, incluso de salud en su inmensa mayoría; se fue haciendo evidente a los
ojos del mundo que culturalmente Cuba ‒a pesar de nuestras dificultades de todo
tipo‒ hemos sido una identidad cultural popular muy fuerte; que goza de prestigio y
en una expansión que es indetenible por su modo de replicarse sin proselitismo, sin
exclusión ni competitividad y sin demeritar ni pretender desacreditar a ningún otra
forma de cultura de igual procedencia que la nuestra en sus contextos de
asentamiento.
El resultado no se ha hecho esperar, ahora han dividido a los cultores populares, con
serias consecuencias en el mismo seno de nuestra cultura e identidad nacional.
Iniciativa que fue promovida, financiada y organizada, lógicamente, desde el exterior
de nuestra isla, porque, obviamente, sus propios textos internacionales documentan
que fueron recientemente importadas nuevas “deidades”, antagónicas respecto a
nuestras tradiciones; nuevas “liturgias” que son totalmente desiguales en relación
con las que heredamos de nuestros ancestros; y nuevos supuestos sacerdocios, que
no existen ni en los territorios originarios; con la anuencia de babalawos cubanos
residentes dentro y fuera de Cuba; que sus acciones son contravenciones de la Obra
Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad que reconoció al Sistema
Adivinatorio de Ifá como Patrimonio Inmaterial Universal declarado por la UNESCO a
cerca de quienes pueden acceder, poseer y ejecutar el sacerdocio sobre el Oráculo de
Ifá en el mundo, entre otras contradicciones.
[1] El concepto de la Dra. Barcia, que da lugar a esta categoría que ella crea en la
referencia, define y lo asumo con igual concepción referirme a: Las capas populares.
2
«La tradición se vuelve un objeto importante del pensamiento social sólo cuando se
comienza a percibir la creciente amenaza al statu quo que el cambio social
representa. El tradicionalismo como ideología constituye una reacción al “desarraigo”
en aumento, a la crisis de las normas y autoridades existentes desde tiempos
remotos. Las numerosas idealizaciones de la tradición y de las sociedades
“tradicionales” provienen de facto de períodos en los que ellas sufren una
desintegración acelerada. Se puede decir de manera paradójica que “las sociedades
tradicionales no conocen el tradicionalismo. En esas sociedades la tradición no es un
problema»
3
El debate en la escena internacional
En las últimas cuatro décadas en los medios masivos de foros interactivos y redes
sociales de Internet sobre temáticas afro religiosas, comenzó a aparecer una nueva
“categoría” cultural, que para distinguirse y legitimarse con superioridad se
autodenominan “tradicionalistas” para desmarcarse y subestimar la cultura
afroamericana y ofertar una atractiva ideología segregacionista, de supuesta
“antigüedad ancestral africana” para confrontar, esencialmente, nuestra cultura
cubana de antecedentes africanos.
Dado que en las zonas originarias son culturas desplazadas por la penetración del
islam y subestimadas por los procesos civilizatorios occidentales, en penosa y muy
escasa conservación residual de sus remanentes sin escrituras antiguas y por los
flujos migratorios de mezclas culturales en tránsitos permanentes de los movimientos
sistemáticos que caracterizó la Trata Negrera de la Esclavitud al interior de la propia
África, llamada negra; incluyendo los emancipados locales y afrolatinos retornados.
Pretender “tradicionalidad autóctona” actualmente como paradigma de superioridad,
que intenta descalificar peyorativamente lo que llaman “prácticas de la diáspora
afrocubana”; infiriéndola como menos genuina y reprobada, descalificada por ser de
“afrodescendientes criollos” es desestimar el legado de escrituras conservadas de
fuentes primarias de portadores africanos ancestrales, además, del que no pudieron
conservar en su época y contexto. En Cuba hace años no hay criollos descendientes
de primera línea, sino cubanos. Tampoco ellos tienen seres tradicionales vivos de
época precolonial. Aunque es obvio, hay que recordárselos.
Es oportuno destacar que estos hermanos africanos actuales, no son seres humanos
que tengan mil años de edad ni su praxis y existencia actual se efectúa hoy en la
antigüedad (aunque tonta, es necesaria la aclaración) siendo así, su promoción de
“tradicionalistas” es muy poco creíble.
De tal suerte resulta que ser “criollos” y de la “diáspora”, no aplica como una
condición peyorativa, de menosprecio y criticable a los cubanos, que en tal caso, en
igual condición les correspondería a sus coterráneos fuera de sus territorios
actualmente; mientras que ya no es aplicable a nosotros los naturales de estas
latitudes hace ya quinientos años.
Si algo diferencia los dos sectores de cultura afrodescendientes, es que los cubanos
escribieron el legado litúrgico, dejando patrimonio bibliográfico con la antigüedad y
tradición de bisabuelos africanos de época colonial, que supera en fidedignidad la
simple comunicación oral de sus diversos dialectos y adaptaciones actuales. Por su
parte, sus herederos autóctonos fueron analfabetos durante centurias y hoy muchos
no han podido superar esa condición. Obviamente, no quedó legado escrito
testimonial de época, de cada una de sus diversas liturgias y tradiciones conservadas
para la contemporaneidad.
La mayor parte de los textos afrocubanos fueron escritos inicialmente a partir de las
fuentes orales de babalawos africanos llegados a Cuba como: Remigio Herrera,
Addeshina[1], Obara-Melli[2]; Joaquín Cádiz, Ifá Omí[3], Ogunda-Teturá[4]; y
naturales como Eulogio Rodríguez, (Tata Gaitán), Ogunda-fun[5] entre otros muchos.
Este último, entre los primeros cubanos consagrados por africanos de nación en Cuba
y del cual conservamos el primer texto posible que este escribiera de los 256 signos
oraculares de Ifá; también contamos con el texto: “Dice Ifá” de Ramón Febles, padre
de Miguel Febles Padrón, entre otros muchos textos recompilados y recogidos de
fuentes orales primarias de africanos; cuando todavía no se había escrito en ninguna
otra lengua en el mundo, como lo hizo la primera generación de babalawos cubanos,
precursores literarios de la oralidad más antigua posible de Ifá, transliterada que se
tenga conocimiento, antes que en Nigeria.
Ño Remigio Herrera fue llevado a Matanzas como esclavo, y allí fue reconocido por su
inteligencia y fue enviado a La Habana para atender unos negocios de su amo. En
Regla, Addeshina cultivó buenas relaciones con el español dueño de una bodega, y
conoció a Ño Carlos Addé Bí, liberto, hombre duro que había sido el mayordomo y
confidente personal de un español. Carlos Addé Bí no sólo actuó en principio como
mentor de Ifá de Addeshina, sino que también reunió posteriormente los recursos
financieros para pagar el precio de su manumisión alrededor de 1850.
Ño Carlos Addé Bí (Ojuani Boká) fue un sacerdote de Ifá muy hábil e ingenioso que
negoció de forma inusual su libertad ante su amo español, al usar sus destrezas con
el uso del instrumento de adivinación de Ifá, okpele o ekuele. Ganó su libertad
después de impresionar de forma positiva a dos huéspedes españoles de su amo,
quienes convencidos de la sobresaliente inteligencia de Ño Carlos, le habían apostado
que si adivinaba para ellos con precisión, comprarían su libertad ante su amo, a
quien consideraban particularmente insensible frente a los “talentos especiales de los
esclavos”. Ño Carlos adivinó con exactitud fabricando un okpele de conchas circulares
de naranjas y ramas de una vid, y los españoles evitaron una caída precipitada de
negocios y salvaron sus fortunas.
Un hombre de recursos
Una serie de documentos del año 1900 muestran el significativo precio de su casa,
así como de otra propiedad. La casa fue valorada en 115.000 pesos de oro español, y
también percibía ingresos por alquiler de otras propiedades por seis pesos de plata
mensualmente. Addeshina también era propietario de otro terreno sin ocupar en la
Calle Morales (posteriormente renombrada como Calle Perdomo) valorado en 300
pesos de oro. Su posición económicamente independiente la sugiere el hecho de que
no tuviera hipotecario.[8]
‹‹La Asociación Cultural Yoruba USA Miami fue creada por Babalawos y Santeros
residentes en Los Estados Unidos de América, los cuales descienden de las ramas
religiosas más tradicionales en Cuba, fundadas por los Africanos: Adde-China (Obara
Melly), Carlos Ade Bi (Ojuany Boka), Francisco Villalonga, (Ogbe Ate), Ifá Bi) [...]
Adde-China (Obbara Melly) fue el primer Babalawo en sacar la letra del año en Cuba,
junto a un grupo de ahijados.
Bernardo Rojas Torres (Irete-Di) hereda este legado de su padrino Adde-China, a la
muerte de este en 1906.
Fallecido Bernardo Rojas (Irete-Di) en 1959, asume la dirección de la rama como
Olofista, continuando esta tradición José Herrera (Ogbe -Di).
Al deceso de José Herrera (Joseito) (Ogbe-Di) en 1972, hereda la tradición de la
Letra del Año posteriormente Fernando Molina (Baba Eyiorbe).
Al fallecer Fernando Molina (Baba Eyiogbe) en 1999, la tradición la hereda Enrique
Malpica (Ogbe Tua), conjuntamente con Angel Padrón (Bebo Baba Eyiogbe) [...].
Angel Padrón Cárdenas (Baba Eyiogbe), posee y conserva el Olofin africano de
Francisco Villalonga, Ifá Bi (Ogbe Ate).
Mientras que por su parte Enrique Malpica (Ogbe Tua) heredero y conservador del
Olofin Africano de Addeshina (Obbara Melly)
De todos ellos y un grupo de reconocidos Olofistas en Cuba, deciden entregar Olofin
a nuestro Presidente Luis E. Laza (Oddi Oggunda) para que represente en los Estados
de America a las casas mas tradiconales del Ifá de Cuba››.[10]
4
Distorsión, contradicción y marketing
Si tal utopía hoy fuera cierta, si fuera cierto que hoy conservan en sus memorias las
mismas normas, costumbres, tradiciones y ceremonias litúrgicas de los siglos XVII al
XVIII, cabe destacar que en esas tradiciones, jamás existió ninguna liturgia
consagratoria femenina con fines sacerdotales de ifá, en iguales funciones oraculares
a los babalawos, las llamadas: iyanifá, luego no son fieles conservadores de la
antigua tradición que, sin embargo, transgreden con falsas ofertas ceremoniales a
nombre del “tradicionalismo”[1] convencional.
¿Los babalawos que han “consagrado” iyanifá para utilizar oráculos, estarán
ilustrados de que han violado la categoría de los babalawos (Padres de los Secretos),
única reconocida para el ejercicio de los oficios adivinatorios del sistema oracular de
Ifá y que ello transgrede las leyes de conservación del patrimonio amparado por la
UNESCO?
Los ciudadanos, los babalawos, los funcionarios y trabajadores de la cultura, los
investigadores e instituciones dedicadas al estudio de estas temáticas
afrodescendientes, que conocemos de estas acciones publicadas por los mismos
propios protagonistas, como noticias nacionales e internacionales de propagandas de
todas las acciones cometidas, ¿estaremos conscientes de que participamos de los
hechos violatorios de la protección del Patrimonio Universal de UNESCO por omisión;
al no alertar, no advertirles y soslayar estas acciones? Con intensión o sin ella, se
incurren en contubernio, no solo los que lo comenten, sino también por
conocimiento, omisión y encubrimiento de los hechos.
Todas sus acciones en tal sentido son, además, violatorias también de nuestras
normas y tradiciones cubanas, en absoluta contradicción ante los testimonios
documentales de la tradición cubana. En la cultura general de Ifá los saberes que
contiene, las diversas liturgias y ceremonias que realiza; la extraordinaria cantidad
de elementos e ingredientes naturales y otros que emplea; la exponencial gama
enseñanzas y de soluciones a problemas humanos y sociales; así como la cantidad de
culturas que aglutinó, ‒entre otros aspectos de los cuales es contentiva y portadora ‒
unido a la amplísima gama de distintas voces y fonemas de múltiples dialectos,
significados filosóficos polifacéticos y multiétnicos, no pudo bajo ningún concepto
haber sido la obra de un solo ser humano. (Véase: Tratado Enciclopédico de Ifá,
entre otros textos cubanos) Donde claramente está expresado, que es prohibida la
consagración de mujeres por centurias de prácticas culturales ampliamente
documentadas. El legado escrito de tradiciones cubanas merece respeto y no
descalificaciones, con ello hemos contribuido a la identidad cultural de muchos
países.
Tampoco fue posible estructurarlo en una sola generación ni siquiera producto de una
sola nación ni un solo conglomerado humano; ni exclusivamente en tardía lengua
postcolonial de los pueblos emancipados por los británicos y que apodaron yoruba.
Sólo quienes hayan estudiado los textos afrocubanos referentes pueden
comprenderlo y, ese tesoro tangible solo está en esos textos ‒muchos de ellos
apócrifos‒ y sus contenidos están perdidos en la mayoría de sus precisiones de la
memoria histórica en los originarios.
Paradójicamente la literatura litúrgica cubana de reconocida antigüedad y difusión
internacional, es una muestra de testimonios patrimoniales tangibles, nunca antes
llevada a cabo por ningún otro sector internacional portador ni con la recopilación
fonemática de voces políglotas recogidas en literatura de época colonial; con mejor o
peor metodología que no han sido reconocidos patrimonios de la cultura cubana; que
supera en mucho la residual oralidad desdibujada con toda intención por los procesos
civilizatorios británicos y la necesidad de incorporación social y cultural de los
diversos componentes étnicos ‒más metamorfoseados que emancipados‒ acordes a
la sociedad pos esclavista imperante.
¿Habrá algún ser humano que su longitud de vida sea suficiente, para aprenderse y
memorizar absolutamente todo lo que se ha escrito por los cubanos de la cultura de
Ifá? Creo que no se conoce mucho acerca de los volúmenes y contenidos de los
textos hasta hoy recopilados de esta disciplina de manos y por boca de nuestros
ancestros predecesores, como para depositar más confiabilidad en la memoria oral de
dialectos africanos; menos todavía, para pretenderse en la posesión de las más
antiguas tradiciones en calidad de preservadores orales, que superen en fidedignidad
el testimonio documental cubano.
Olvidan que la cultura no es un objeto de época, sino que es una actividad social
humana realizada por sujetos humanos en permanente y constantes cambios en
todos los contextos étnicos, en permanente transculturación acorde a sus cambiantes
realidades, intereses, contextos, necesidades y pugnas de intereses inter-étnicos;
que inciden mucho más en su oralidad, que en los antiguos escritos.
Olvidan, o no quieren decir, que cada grupo étnico local de Nigeria tiene sus propios
rituales desiguales entre si y sus propias lenguas; que no son uniformes ni
estandarizadas entre ellos mismo. Esto que describo no es una crítica negativa a
Nigeria, es una simple descripción de realidad cultural de todos los pueblos sin
escrituras rectoras. La cultura ceremonial y litúrgica de los pueblos no puede imponer
un dogma, (profano menos todavía) cuando no cuenta con testimonio escrito como
elemento rector más duradero y menos susceptible de cambios, por eso se escudan
en la argumentación de la oralidad como lo han expresado en los foros y coloquios
dentro y fuera de Cuba. No se ha podido probar la fidedignidad de la figura abstracta
de Iyanifá con función de babalawo y menos aun como algo ancestral en sus
territorios.
¿Acaso es Nigeria una excepción de esa regla general de la cultura oral de los
pueblos, siendo un país que por fortuna, es de los más políglotas del mundo?; ¿Creen
que el yoruba es una lengua ritual, cuando su origen fue una lengua mercantil para el
intercambio entre pueblos de producciones diversas?; ¿Cómo pueden buscar una sola
tradición antigua y uniforme en Nigeria, si cada culto religioso en muchos casos es
local y muchos orichas no son nacionales entre ellos mismos?; ¿Podrán encontrar un
solo estilo de ceremonias rituales de consagración en Nigeria, cuando cada localidad
se caracteriza por sus propias costumbres y se diferencian por otras tradiciones,
diversos linajes, otros materiales y lenguas locales?; ¿Se creen que el conglomerado
de pueblos muy convencionalmente denominados contemporáneamente yorubas
(Que no es una denominación étnica homogénea; todo lo contrario, es muy
heterogénea) se constituyen en una sola cultura y una sola religión? ¿Seguirá
creyéndose algún cubano, que habla y traduce el yoruba, cuando malamente
pronunciamos el español de Cuba?
[1] Véase: de Ifá. Águila, “Iyanifá: Una Mentira Forjada con Mentiras” La Gran Estafa
a la Mujer. Serie Ensayos.
http://www.xn--aguiladeiffundation-zub.org/ Agosto 2014.
[2] En todos los casos donde se han omitidos los nombres, ha tenido la única
intención de que nada de lo alertado en el presente estudio, se asuma como un
aspecto de tipo personal ni institucional, que han dado sus espacios para la defensa y
el debate de estas profanaciones, evitando por mi parte que nadie se sienta aludido
directamente como persona ni como institución jurídica ni como profesionales e
investigadores. La esencia vital de este estudio, es el macro problema de identidad
cultural y que --sin descontar los responsables-- por ética no los refiero. Aún cuando
debo destacar que personalmente he hablado y alertado de estos aspectos a todos y
cada una de las personas y personalidades en cada ocasión correspondiente.
[3] La década de los años 1990 en adelante se caracterizó, por una fuerte corriente
de confrontaciones, descréditos y comparaciones descalificativas, hacia la cultura
afrocubana en los foros interactivos de Internet. En los mismos se evidenciaban
descréditos y dIfámaciones hacia los afrocubanos, al tiempo que se promocionaba el
spot publicitario de marketing del titulado “tradicionalismo africano”. Hay aun toda
una estrategia al respecto de devaluación de los referentes afrocubanos y de
penetración, división y confrontación, incluso dentro de Cuba.
5
Los cabildos de negros en Cuba, antecedieron lo yoruba.
‹‹Desde el último cuarto del siglo XVIII hasta mediados del XIX, las decadencia del
Imperio de Oyó y el ascenso del reino Dahomeyano no coincidieron para producir una
marea de cautivos procedentes de Oyó, Egba, Egbadó, Illesá y las regiones más
cercanas de lo que iría a convertirse más tarde en Yorubaland, incluido un pequeño
grupo occidental llamado “Nago o Anagó” el cual, siendo especialmente vulnerable a
las depredaciones de los dahomeyanos, dio su nombre a la nación afrobrasileña
emergente. Cantidades particularmente elevadas de ellos llegaron a Brasil y a
Cuba.›› (2015: 60)
‹‹La colonización británica de Lagos en 1861[…] puso fin a la influencia de Benín […]
y convertía a Lagos en la Meca de grupos múltiples y culturalmente diversos.
Personas de etnias ijesa, oyó, egba, y específicamente iyebú inundaron Lagos en la
medida en que crecía la economía de la ciudad.
En las citas anteriores encontramos que los esclavizados llegados a Cuba bajos los
etnónimos de Egba, Egbadó, Illesá, Lukumí Arará, entre otros muchos más, eran
grupos étnicos portadores de culturas originarias; sus ecónimos (nombres propios de
los lugares originarios) dieron nombres a sus culturas particulares al llegar a Cuba.
Todo lo contrario ocurrió durante la fusión y mezcla de diversos orígenes y
procedencias postcolonial, en la heterogénea sumatoria étnica en que se gesta el
embrión de la tardía “identidad social poscolonial yoruba” que finalmente resulta un
eufemismo convencional, imaginado como categoría cultural específica de ningún
etnos autóctono ni tradición propia en particular, que no fuera anglohablantes y
cristianos en su etapa primaria de exaltación británica.
Siempre que se ha hablado (discutido) de este asunto del mal llamado “ifá
tradicionalista africano” en el ciberespacio, ha sido con marcada intención
discriminatoria de presentarse como algo muy superior (por más “ortodoxo”) que lo
cubano. Como algo que conserva intacta las practicas más “tradicionales” y por lo
cual se promocionan de esta manera.
Cuando en materia de culturas, una de ellas es presentada por sus promotores como
muy superior que otra, es un egocentrismo cultural; comienzan discriminando y
subestimando a otras aspirando a la supremacía y hegemonía. Son formas de
colonización del pensamiento cultural absolutamente extemporáneo. Es muestra de
fundamentalismo cultural y teológico; así como de globalización y degradación para
imponerse en determinado contexto.
Fue lo que hicieron los británicos en Lagos y Porto Novo al unificar a muchos grupos
étnicos, ilustrarlos, convertirlos al cristianismo y educarlos al estilo occidental;
sustituyendo sus culturas y lenguas originarias por el oficial idioma inglés y el
dialecto yoruba como lengua "vernácula cultural", ‒por aquel entonces‒ para los más
y menos ilustrados respectivamente; así los integraban y subalternizaban al estándar
colonial establecido, empleando una filosofía de mansedumbre y resignación ante la
resistencia cultural y el desarraigo como premisa para la integración y aceptación
social.
No fue un real proceso de emancipación, reivindicación social y cultural de sus
tradiciones diversas; sino fue una metamorfosis hacia una colonización y
readaptación para ser asimilados a sistemas neocoloniales británicos para que
tuvieran un: “buen carácter”, un “buen estado de ánimo”, “buena aceptación” y
“resignación” a la occidentalización, en resumen: «iwapele». (Palabra yoruba que
recaba tener: Buen carácter y equilibrio de las emociones, que surge en las
condiciones antes descritas para el sometimiento y mansedumbre ante los procesos
coloniales del pensamiento). Iwapele, es una palabra y concepto creados en la lengua
yoruba (no es parte de dialectos originarios) por misioneros cristianos, para educar
en el sometimiento, aceptación y mansedumbre servil ante los actos de
inconformidad y rebeldía en los procesos civilizatorios de los británicos.
Los que nos piden tener «iwapele», desconociendo el origen del concepto, lo que
supone es que seamos personas de buen carácter y docilidad ante los cambios
yorubacentricos coloniales; de todo lo cual fueron víctimas en su época con toda la
intención de subalternizarlos; igualmente hoy sus descendientes, portadores de aquel
transfigurado e imaginario orgullo, pretenden hacer ‒con conocimiento de sus
consecuencias‒ sobre nuestras costumbres afrocubanas subestimándolas y
suplantándonos, por las que ellos tratan de reimplantar, por haber perdido
importancia en sus otrora espacios tradicionales locales.
Del mismo modo que los yoruba hablantes en su época, convirtieron al cristianismo a
los pueblos originarios mediante el empleo de esa lengua, que desde entonces
hicieron un común denominador cultural, en sustitución de lenguas autóctonas y
costumbres étnicas; hoy se está reimplantando la muy residual cultura oral, con el
mismo procedimiento que los británicos lograron que desestimaran sus costumbres
ancestrales.
La sociología demuestra que las culturas que hacen proselitismo descalificativo hacia
otras, pretendiendo estar en posesión de la ortodoxa original verdad, buscan
ostentación del poder incrementando membrecía, convirtiéndose en fundamentalistas
y luego en radicales; comienzan siendo excluyentes y han terminado en serios
conflictos. Sobran ejemplos en la historia de las religiones.
Es irrespetuoso, poco serio e indigno que los llamados “tradicionalistas de ifá”, tanto
los extranjeros como cubanos, hayan nombrado a las prácticas de precedentes
afrocubanas con calificativos tales como: Inventos cubanos, prácticas de la diáspora,
prácticas de sancocho (comida de cerdos); prácticas de ensalada mixta, incompletas,
prácticas con lagunas y vacíos; tanto más grave en boca babalawos cubanos, lo cual
los convierte en detractores de la cultura cubana y profanadores de sus ceremonias
religiosas de nuevo estilo.[1]
Los consagrados en las religiones afrocubanas, transitan por ceremonias que inciden
endógena y exógenamente (interna y externamente) en sus cuerpos físicos y por lo
tanto ello es definitivo, por lo cual se obtienen mejoras en la vida de las personas
cuantitativamente evidenciado. Siendo así, los que dejan detrás sus ceremonias
anteriores, para realizar ceremoniales para otros, por las que previo no transitaron,
ellos mismos por su decisión, fueron transgresores de su culto ceremonial precedente
y profanan en sus nuevos ceremoniales a las demás personas. Es necesario que
comprendan estas realidades no advertidas en su momento. ¿Están consagrando o
que estará resultando?
Cuba y los cubanos no teníamos crisis de identidad cultural antagónica interna, pero
ahora tenemos tensiones importadas por extranjeros y cubanos radicados fuera de
Cuba. La actual divergencia de identidad cultural que ha dividido en dos sectores a
los babalawos y cultores populares es responsabilidad única de los tergiversadores
“africanistas y su intromisión en la sociedad cubana.”
Las críticas descalificaciones que profieren los llamados y falsos “tradicionalistas” solo
han ido conduciendo a seria tensión entre religiosos, ha generado cierto grado de
confrontación y división en la cultura popular e inauditos polémicos diferendos entre
académicos. Con su propaganda de descréditos y falsos argumentos han surgido
centenares de personas confundidas, desorientadas y hasta perjudicadas en
ceremoniales sin los resultados esperados y/o hasta muy contraproducentes por sus
actuaciones. No pocos han ido abandonando “el tradicionalismo africano”, luego de
sus propias vivencias y testimonios personales.
[1] Hay que destacar, que la mayor parte de estas expresiones peyorativas y
humillantes, que han sido incluso escritas para que circularan por las redes de
Internet y que obran en poder de miles de participantes que estábamos suscritos en
los foros, penosamente han sido expresadas por cubanos consagrados en los cultos
de Orichas y de Ifá de Cuba. Que nunca se han retractado públicamente de tal
ofensa, igual que públicamente discriminaron, dIfámaron y profanan la cultura que
les vio nacer. Omitimos sus nombres, pues no se trata de confrontaciones personales,
al tiempo que no concurre una cultura del diálogo honesto, que supere la
contradicción teológica antagónica, que con pleno conocimiento de causa han creado.
[2] No infiero que seamos ni mejores ni peores, de oficio critico las categorías con
pretensiones de superioridad, pero lo cierto es que indudablemente somos
sociedades desiguales.
6
¿Por qué se enfocan hacia Cuba?
Vale decir que el primer sacerdote de Ifá que llego al Brasil fue en 1943, no era
babalawo ni nigeriano; era de Benín, fue bocono (Sacerdote de Fá beninés) y hablaba
en Bini (Variante dialectal del dje-dje o ge-ge). El segundo fue Pierre “Fatumbí”
Verger, de origen francés, antropólogo de profesión; consagrado a orichas en
camdoble de Brasil e Ifá en Nigeria durante la segunda mitad del siglo XX, sin
embargo, no fueron criticados ni descalificados los benineses ni brasileros por
diáspora ni calificados de inventores.
Otra corriente del desarrollo cultural de los orichas recreo un culto denominado
Batuque, que se encuentra en Brasil y Uruguay, que traspasó fronteras y también
reaparece en Argentina luego de 1960; tampoco son criticados, no son
descalificados, no son discriminados por los llamados tradicionalistas. Sucumbieron
también al falso encanto de “tradicionalismo africano” actual y tuvieron miles de
estafas.
En Benín luego de un Oba o rey que fue enviado por Ilé Ifé en el siglo XVI,
reconstruyeron del culto a orichas: el culto a los loas (espiritualidades) del Vudú;
trasplantado luego hacia Haití y tampoco son objeto de cuestionamientos
discriminatorios, ni los denominan prácticas de la diáspora no tradicionalistas, como
demeritan a la tradición afrocubana. Tampoco hablan yoruba en Haití sino creole,
patuá y francés. Pero no han sido del interés de los africanistas actuales. No son
considerados una competencia significativa en la América.
Es importante destacar que las variantes antes mencionada, al igual que los
afrocubanos, no han tenido tampoco en sus tradiciones autóctonas, la profana
consagración de iyanifá; pero ellos no son criticados por los “tradicionalistas”,
mientras que los cubanos que no profanan ni reconocen esas ilegítimas ceremonias
son criticados. Ninguna de las variantes de culto a oricha e ifá en el mundo, han
tenido dentro de sus costumbres ancestrales ninguna liturgia que conceda ni
reconozca a las «iyanIfá»s, y menos todavía, en igualdad de funciones oraculares que
los babalawos.
Es sumamente importante destacar, que durante la Trata Negrera de la Esclavitud
legal e ilegal, dentro de la masiva migración de mujeres esclavizadas, si bien fueron
las portadoras y reproductoras de las variantes de culto a los orichas, también hay
que reconocer que ninguna fue ni se reconocía entre ellas que existiera una
ceremonia de «iyanifá» ni funciones oraculares de babalawos para ellas. Empleaban
el sistema oracular de los caracoles, fue un patrimonio de ellas en ese culto llegado
así a la América.
7
Surgimiento de Yorubaland. (Tierra Yoruba)
‹‹Desde el primer decenio del siglo XIX, los británicos se habían esforzado por hacer
cumplir las leyes que prohibían la trata de esclavos. Un pilar de esos esfuerzos fue la
captura de buques transportadores de la costa afro occidental por parte de la Real
Marina Británica. Los cautivos africanos así rescatados eran generalmente
reasentados en Freetown, Sierra Leona, donde ellos y sus descendientes llegaron a
ser llamados “creoles” (criollos) o “krios”›› (2015: 62)
Los yorubas no tienen una sola religión ni representan un solo grupo étnico, como los
suramericanos tampoco, en tanto, nos referimos al nombre de un área geográfica
multiétnicas y no a una teología ni una sola cultura, porque abarca muchos países,
pueblos, costumbres y diversas religiones; de manera que los cultores cubanos decir
o repetir lo que les dicen, sin saber el significado, es muestra de desconocimiento, se
evidencia que hablan a nombre de una identidad imaginada, respecto de las propias
culturas locales de orichas de otros territorios originarios.
A partir del cese de la Trata Negrera hacia América, (Básicamente desde zonas
costeras) Europa comienza el intenso proceso de penetración y colonización del
África, dejándonos importada el legado de culturas de aquella época; de esta forma,
mientras en Cuba se iban conservando en los cabildos de negros las prácticas y
escritos de las liturgias más ortodoxas posible de la ocasión, en los territorios
originaros desarticulaban los cultos ancestrales bajo la colonización británica católica
y protestante, la escolarización en inglés, cultura occidental y sobre todo la
reinserción social y reubicación geográfica de los emancipados.
Matory demuestra que el colonato inglés aglutinó en ciudades a grupos étnicos muy
diversos, no agrupados por sus identidades culturales de procedencias étnicas,
(realmente no era posible por la diversidad de identidades culturales y dialectos) sino
en una colectividad social que fusionó a todos sus integrantes; para ser reformados,
convertidos y educados en los preceptos de los procesos civilizatorios británicos,
generadora de una nueva identidad cultural preyoruba muy occidental, que dejaron
atrás necesariamente (sin más opciones) sus raíces culturales. Fueron reinmigrados,
reinsertados, deculturados, reeducados y totalmente metamorfoseados.
El colonato español en Cuba no fue benigno, pero implementar los cabildos de negros
agrupados por sus naciones de origen, ‒como formas de segregación, marginación y
control sociopolítico‒ así como la concesión de estos espacios de agrupación y
“libertades” bajo control colonial, facilitó (como una consecuencia impredecible) la
conservación de sus lenguas, costumbres, tradiciones, rituales y la mayor parte de
sus culturas, como les fue posible dentro de los mismos. Con mayor o menor
legitimidad, legalidad o subversivamente. Aun cuando los suscribieran con
denominaciones de santoral católico para ser aprobados por las autoridades
coloniales, no obstante, lo que se practicaba allí y todavía se practica en Cuba no es
sincrético. No aplica íntegramente el término sincretismo[1] para las religiones
procedentes de África en Cuba. El criterio de sincretismo es una percepción subjetiva
sobre los cultos afrocubanos transculturales, que no aplica en la realización de las
consagraciones religiosas que realizan. Los santeros y babalawos no canonizan y
menos aun a personas vivas en sus ceremoniales consagratorios.
‹‹Más importante aún resultaba el hecho de que su conocimiento de las letras (en
inglés) les permitía a los ministros cristianos saró, producir los patrones ortográficos
y léxicos mediante los cuales la lengua franca de los aku (lengua de mercaderes de
oyó) que estaba en vías de emerger, sería trasladada a la escritura. De hecho, fue en
el proceso de predicar (cristianismo) y traducir la biblia a un lenguaje que los oyó,
egbá, ijesá, ekití, ondó, ijebú, y nago podían todos ellos comprender, (para el
comercio e intercambio) que los ministros (religiosos cristianos) saros produjeron por
vez primera una lengua “estándar”, una lengua que de ese modo (con fines
coloniales) volvió concreta la unidad étnica (occidentalizada) de esos pueblos, y
nombraron a esa unidad con un término, que antes solo usaban los de afuera (los no
oyó) y estaba reservado para (referirse a) los (procedentes de) oyó: es decir,
yoruba››.(2015:63)
‹‹Tampoco hubo nada que evitara el hecho de que esos grupos (retornados y
rescatados) se juntaran como una nación multiétnica sobre la base de similitudes
étnicas y culturalmente convertidos al cristianismo […].
Llamar “yoruba” a los pueblos de oyó, egbá, egbadó, ijebú, y Ekití del siglo XIX y a
sus antepasados anteriores a ese siglo (llegados en diáspora a la América) es como
aplicar hacia atrás una historia que tiene sentido común solo a fines del siglo XX,
(Obviamente, antes no existió) hacia un período en el cual esa realidad apenas
comenzaba a ser producida […] por poblaciones antaño cautivas en la América, que
retornaron al Lagos colonial.›› (2015: 65)
Hay que destacar que gracias a los cabildos de negros en Cuba para aglutinarlos por
sus probables procedencias, en tanto libertos y criollos (y no libertos también) facilitó
la conservación y perpetuidad de sus hábitos, costumbres, lenguas y religiones en
estos espacios de sociabilidad y de legitimación de grupos etnoculturales[2] que,
como hemos apreciado, llegaron a nuestras isla antes de la imaginaria “cultura
tradicional yoruba”. Evidentemente, si se habla de yorubas, no son los tradicionales
portadores culturales, sino los occidentales; y se trata de probables culturas
tradicionales, entonces no pueden ser de procedencia yoruba por ser mucho más
contemporáneos y occidentalizados convertidos.
Parece que algunos han olvidado y por lo visto otros ni siquiera conocen, de la obra
de Lidia Cabrera su texto “ANAGÓ”, acerca del cual merece la pena citar algunos
fragmentos introductorios:
‹‹No abarca esta lista de palabras […] el número increíble de las que aun viven en
Cuba, salvadas por la fe infatigable, la devoción extraordinaria que les inspiran sus
antepasados y el apego que tienen a sus tradiciones los descendientes de aquellos
“lucumís” […]Incompleta, (La lista de palabras) bastará sin embargo, para dar una
idea de la riqueza apenas tocada del material, no sólo semántico, que un africanista
hallaría a su disposición en nuestro suelo. […]La puerta de un desconocido
interesante (para sus investigaciones) se me abría con menos recelos si al tiempo de
tocar no me olvidaba de decir: ¿Agó?[3] Okuo, (saludo) era la llave de paso, y
aunque el negro es cordial por naturaleza, las frases que me habían enseñado
Odedei, Latuá y Bamboché, provocaban una sorpresa que se resolvía en carcajadas y
un alborozo que por lo general resultaba muy beneficioso a mi empeño.
(Investigativo) […]
[…] Pierre Verger y Alfred Metraux han podido comprobarlo recientemente, no han
muerto en esta isla del Caribe. Su idioma no se ha extinguido, ya lo había visto
Bascom, y nos parece muy lejos de extinguirse. De esto, más que la prueba que
individualmente nos ofrecen un Rafael Morgan, que Bascom creo que conoció, el
joven estibador, hijo de una respetada sacerdotisa de Cárdenas, que recibe a
marineros yorubas (Obsérvese que es posterior) en su casa del puerto, y se
entienden perfectamente con ellos en su lucumí de Cuba, (Los que llegaron antes) y
tantos santeros y santeras, babalorishas, babalaos e iyaloshas reputados entre los
fieles […]
El interés que demuestran devotos y neófitos por aprender el lenguaje sagrado de los
orishas, se advierte en el número de libretas manuscritas o copiadas a máquina que
corren de mano en mano.
[…] En fin, por lo que cuentan amigos que conocen a fondo a los negros de Haití y de
Brasil, me parece que en ningún otro país que recibiera como el nuestro, copiosa
carga de ébano, hombres de tierras de Ifá, de Changó, Oya, Yemayá y Oshun, han
conservado lo que Cuba de su larga impregnación africana›› (Cabrera 1957:
introducción)
8
Dos caras y una moneda.
9
Preliminares.
En la época de mayor esplendor y desarrollo de los oficios de Ifá, este llegó a Cuba y
en buena medida hay mucha literatura para estudiar, la mayor parte está a la venta e
incluso recorre el mundo. En los mismos aparecen muchos suyer[1] (hoy les llaman
eses[2] o encantamientos)[3] han perdido voces originales que son de otras culturas
o lógica evolución del habla local y en otros dialectos.
Firmado por:
La cita anterior fue circulada por Internet por las autoridades del Concilio de Ilé Ifé,
con el fin de parar definitivamente las profanaciones de consagraciones de mujeres.
Intentando a su vez desvincularse con esta declaración de su propia profanación
realizada en 1985, publicada por el diario “The Guardian” de Nigeria. (Ademodu:
1985)
Sin embargo, si bien esta declaración establece que las féminas no pueden poseer,
ver ni tocar esa deidad, no menciona nada sobre los babalawos que así lo faciliten (o
lo aparentan), las consagren engañosamente y les “concedan” arbitrarias
atribuciones oraculares que, sin dudas, no fueron consagradas realmente para ello.
La argumentación de Nigeria para declarar el Oráculo de Ifá como Obra Maestra del
Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y suscrito en la lista de Memorias del
Mundo del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad aprobado por la UNESCO,
no deja dudas, pues se argumentó y se aprobó como un sacerdocio exclusivo de
babalawos (Padres de los Misterios). Cito:
‹‹Descripción:
El sistema de adivinación Ifá que utiliza una extensa gama de textos y fórmulas
matemáticas es una práctica de las comunidades Yoruba y de la diáspora africana en
las Américas y el Caribe. El termino Ifá se refiere a la figura mítica de Ifá o Orumila
conocida por el Yoruba como la deidad de la sabiduría y el desarrollo intelectual A
diferencia de otras formas de adivinación en el área que recurren al espíritu de la
media unidad, la adivinación Ifá no depende (no confía) en una persona con poderes
oraculares sino en un sistema de signos que interpreta el adivinador, o sea el
sacerdote o babalao de Ifá literalmente conocido como The priest´s fathers (el padre
de los sacerdotes). El sistema de adivinación se realiza siempre que haya que tomar
una decisión importante colectiva o individual. La letra de Ifá que se nombra odun
cuenta con 256 combinaciones subdivididas en versos conocidos como ese, y cuya
cifra exacta se desconoce por cuanto aumenta constantemente (hay alrededor de
800 eses por odus) cada uno de los 256 odus posee su propia firma de adivinación
que es determinado por el babalao utilizando semillas de palma y una cadena de
adivinación de ese, consideraba la parte más importante en la adivinación Ifá que lo
trasmite los sacerdotes en un lenguaje poético. El ese refleja la historia Yoruba, el
lenguaje, las creencias, la cosmovisión y los aspectos sociales contemporáneos. El
conocimiento del Ifá se ha preservado dentro de las comunidades Yoruba y se ha
trasmitido a través de los sacerdotes Ifá. Las creencias y las prácticas tradicionales
fueron discriminadas dada la actitud del dominio colonial y las presiones religiosas.
Los sacerdotes Ifá que en su mayoría son bastante viejos cuentan solamente con
medios modestos para mantener la tradición, trasmitir su complejo conocimiento y
formar a futuros practicantes. Por ende, los jóvenes y los yoruba están perdiendo en
interés en la práctica y en la consulta de Ifá lo que está estrechamente vinculado a la
creciente intolerancia hacia los sistemas tradicionales de adivinación en general.››
(UNESCO: 10-2006/04-2010)
‹‹Igualmente reciente es la idea de que comparten una cultura primordial común. Así
pues, llamar “yoruba” a los cautivos que se identificaban a sí mismos como oyó,
egbá, egbadó, ijebú, y ekití incluso hacia fines del siglo XIX es, en la mayoría de los
casos, un anacronismo.» (2015: 65 [Law: 1993, 1984, 1977]; y [Peel: 1993 [1989])
Si la identidad cultural llamada "yoruba" cronológicamente en tiempo fue
absolutamente recreada y construida (con extraordinaria mezcla de identidades y
nueva lengua) muy posterior al devenir de los diversos grupos étnicos que llegaron a
la América, con identidades culturales de personalidad propia, obviamente, es
absolutamente anacrónico pretender que la cultura primordial ancestral sea la
“yoruba” que, precisamente, desdibujaron las esencias originales de cada sector
cultural, por haber reconcentrado un grupo de emancipados post colonial en un
territorio, subordinados en protectorado británico y convertidos al cristianismo. Así
como sustituir, hasta perder, dialectos originales en la nueva Yorubaland, incluso los
emancipados que retornaron desde América, luego de haber traído y haber dejado su
legado en nuestras tierras.
Países como Uruguay, Colombia, México, Argentina, EE.UU y muchos más, a pesar de
haber recibido migraciones de esclavizados, sus prácticas primarias no perduraron y
las actuales han sido afrocubanas y en todos los casos cuando aún no habían llegado
las prácticas de los actuales “yorubas tradicionales.”
En países como: Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Jamaica, Bolivia, Panamá,
Serbia, Polonia, Rusia, España, Italia, Australia, Canadá, Francia, Suiza, Bélgica,
Holanda, Noruega, Finlandia, Guatemala, Ecuador, Perú, Chile, Canadá, Rusia,
Nicaragua, Barbados, Martinica, Islas Canarias, Grecia, Alemania, Eslovenia, tienen
ciudadanos consagrados en Cuba; hasta cerca de Ciudad Vaticano existe un juego de
tambores y tamboreros italianos consagrados procedentes de Cuba; por solo citar
algunos ejemplos de la más temprana posible presencia del culto a orichas y del culto
a ifá en el mundo procedente de Cuba.
Mucho antes del establecimiento del catolicismo como religión oficial en Cuba, ya
teníamos cuantitativamente una importante presencia de prácticas de palo monte,
santería y más tarde de ifá, aun cuando todavía no habían llegado las corrientes del
protestantismo, que solo incursionan en la isla a partir de la intervención y presencia
de los Estados Unidos (1898 - 1902 en adelante). Sería bueno meditar en Cuba, por
cada sacerdote católico y por cada pastor protestante, cuantos santeros y babalawos
son representantes de la religiosidad popular de cubanos y, además, a miles de
extranjeros en decenas de países.
Antes de la creación del himno nacional, del escudo patrio y de nuestra bandera
cubana, ya había un componente identitario en el seno de la sociedad,
numéricamente muy superior a los españoles que conservaban y reproducían sus
identidades, sus lenguas originarias, con sus nombre propios, sus géneros músico-
danzarios, sus hábitos, costumbres ancestrales y arquetipos de personalidad.
Veamos en la siguiente cita del eminente colega y amigo Aurelio Alonso Tejada otros
indicadores del peso específico que tienen en nuestra identidad nacional los diversos
componentes de religiosidad.
“El catolicismo
[…]En el caso del catolicismo, la asistencia promedio a misa dominical, dato que
resulta más indicativo que las cifras de bautizos u otras para ponderar el sentido de
pertenencia del católico, no llega a 100,000 (se pondera entre 60 y 90 mil) y los
estimados generales se mantienen bajo el 1.5% de la población. Con la precaución
debida, pues ni todos los asistentes a misa lo son (el santero o el espiritista pueden
compartir esta participación), ni la asistencia regular es abarcadora de otra cosa que
un porciento de la feligresía. […]
[…]En lo que se refiere a la estructura diocesana del país, hasta 1989 ésta se
componía de 5 diócesis y 2 arquidiócesis con los prelados correspondientes; la
estructura territorial y jerárquica casi no había variado en 30 años. Hoy existen 8
diócesis y 3 arquidiócesis y el número de los prelados aumentó a 13. Funcionan 602
templos, el número de sacerdotes asciende a 297 (55% cubanos), y se cuentan 27
hermanos legos, 31 diáconos permanentes y 518 monjas, lo cual totaliza 888
dirigentes de culto, 420 más que una década atrás. En el presente más de cien
seminaristas se forman para el sacerdocio, en Cuba y en el extranjero, cifra similar a
las más elevadas de los años cincuenta, y muy superior a las de finales de los
ochenta en que sólo rebasaba la veintena. […]
El protestantismo
Una vez más se documenta que la existencia de las religiones de matriz africana en
nuestro archipiélago, no se desdibujaron como ocurrió en su contexto bajo el dominio
colonial británico con la imaginada “cultura yoruba” para la recolonización y
conversión a nuevas identidades convencionales de los británicos.
«Oyó y las unidades sociopolíticas existentes alrededor del Golfo de Benín aportaron
buena parte de la materia prima cultural de la identidad lucumí formulada en Cuba,
la identidad nago formulada en Brasil y la identidad yoruba que fue primeramente
articulada en Sierra Leona y luego ampliada (reformada) en Lagos. Pero la identidad
yoruba que (se aplica) a los oyó, los egbadó, los ijebú, los ijesá y los nagos, no
existió antes de la dispersión hacia Cuba, Brasil y Sierra Leona. (Los componentes
religiosos llegados a Cuba son anteriores a la imaginada cultura yoruba)
Los connados de términos tales como nago-nago, lucumí, ketu- para queto,
existieron con anterioridad a la trata esclavista, pero su aplicación a todos aquellos
pueblos que ahora son llamados “yorubas” (Absolutamente falso e improcedente) es
de cosecha reciente.» (2015: 65)
El Dr. Matory (2015: 109-110) deja claramente documentado que desde 1899 hasta
1924 Osunmaré incluso Ogun, habían existido dentro de los antepasados de los
actuales yorubas, pero ni esos dioses jamás rivalizaron con Changó, Ifá u Oduduwa
como emblemas divinos anteriores a la panetnicidad yoruba; está confirmado y
ampliamente sabido que los actuales llamados “yorubas tradicionalistas” no poseen
Oduduwa, Olofin ni sus cantos y ceremoniales, conservados en Cuba como deidades
fundacionales y para las consagraciones del culto de ifá.
10
Necesidad, objetivos y surgimiento de la lengua yoruba
«Los de Oyó, eran llamados en el idioma de sus vecinos los hausas y los fulani:
“yoruba”; significaba: “astuto”, “pícaro“, “miserables”. Actualmente el término
designa más a un grupo lingüístico, que una comunidad étnica.» (Lloyd: 1974)
«Para fines del siglo XVIII, el Reino de Oyó se había asegurado, a empujones, el
control sobre un territorio entre un tercio y la mitad de lo que ahora se da en llamar
Yorubaland, y la población (invasora de Oyó) era llamada “yarriba” por los árabes y
los hausas.» (2015: 60); [Clapperton 1829: 4]; [Law 1996: 67, 68; 1977: 5]; [Awde
1996: 14]
«Si bien la capital dahomeyana, Porto Novo era el hogar de los djedje muchos
“nagots o yorubas” nacidos allí; en contraste con los originarios eran llamados
“mentirosos”, “difíciles”, “miserables” y “extranjeros. Es decir, yorubas» (2015: 96)
Siendo así, la palabra Yoruba adquiere sentido semántico primario entre los pueblos
vecinos de los oyó para calificarlos por conductas inadecuadas con ese término y
significado; connotó una categoría descriptiva que terminaría siendo sinónimo de
adjetivos calificativos tales como: Astuto, pícaro, mentirosos, difíciles, miserables y
extranjeros, según el afectado; pero cualquiera que haya sido el significado del
vocablo en su origen, para referirse a los oyó, por disimiles vecinos colindantes, en
ningún caso define una condición de norma religiosa en su época de creación, menos
todavía descrita como testimonio de lo tradicional.
Como describe la cita, la lengua llamada lucumí que arribó a Cuba, evidentemente
fue una lengua coloquial y con especificidades para las liturgias, anterior al
surgimiento de la lengua yoruba, que incluso aportó fonemas que enriquecieron la
ulterior formación de una lengua yoruba estandarizada, que hoy no posee el yoruba
actual.
Entenderse en lengua yoruba, como lengua común, fue una conveniencia del estado
colonial inglés, que obviamente no podía entenderse ni convertir teológicamente a un
conglomerado poblacional poliglota total. El yoruba era solo una lengua mercantil de
los oyó y no litúrgica como se quiere decir. Fue menester instaurarla como identidad
lingüística y territorial para los procesos civilizatorios coloniales.
«Samuel Johson, nacido en Oyó y educado por británicos, ayudaron a establecer
canon literario yoruba que incluía no solo una traducción de la biblia al yoruba, sino
también grandiosas narraciones del legado Oyó, supuestamente compartido por los
yorubas.» (2015: 63)
En la cita anterior queda claramente documentado, que el canon literario del yoruba,
se lleva a cabo mediante una traducción de la biblia y, si los llamados yorubas, fueron
una posterior integración de diversos etnos, no es posible que las narraciones del
legado de Oyó, fueran parte de las tradiciones de todos los etnos que reagruparon,
tal y como Matory lo pone en dudas. Dicho de otro modo, lo primero que se escribe
en lengua yoruba es una traducción de la biblia y no el legado de matrices africanas.
«[…] Aunque los yorubas así llamados por otros eran originalmente de Oyó, Lagos se
convirtió, a fines del siglo XIX , en la capital de un pueblo (eufemísticamente)
llamado yoruba concebido de un modo mucho más amplio: un pueblo que abrazaba a
múltiples grupos étnicos […] Además, la posición privilegiada de los sierraleoneses
que habían sido esclavos liberados de los buques negreros y, de manera más general,
de los retornados diaspóricos a Lagos en el proyecto colonial británico convirtió a
Lagos en la capital de la nación yoruba emergente y proveyó a la nueva nación de
una reputación de superioridad (occidental) respecto a otros (pueblos originarios)
africanos.» (2015: 63)
Todo lo que hoy día se oficie en las liturgias del ifá yoruba, se ha demostrado que es
mucho más novedosamente contemporáneo, que lo que se oficiaba en los dialectos
lukumí, gege o anagó; en ketu, en igbo, ibibio, aratako, nupe e igbo-ikwo, iyesa,
arará etc., que fueron algunos de los pueblos originarios que nutrieron la cultura
cubana y residual o no, es lo que se ha recogido en nuestros textos.
Los que pretenden traducir todas esas terminologías escritas en Cuba, partiendo del
contemporáneo yoruba, (comercial y convencional) es simplemente una ingenuidad;
pues las voces que se evocan en la literatura patrimonial cubana, fueron los sistemas
fonemáticos y no literarios, pues eran ágrafos de dialectos originales, de modo que el
patrimonio cubano es más antiguo y ortodoxo que pueda existir en estos momentos
al respecto. Son voces arcaicas y políglotas; un solo traductor no puede desentrañar
todos sus orígenes. Es, además, literatura para la liturgia religiosa de los orichas y de
ifá de época y no para la comunicación formal, comercial ni conversión al
cristianismo.[1]
«A la altura de 1880-1890, […] los grupos proto yoruba (de) Oyó y muchos grupos
africanos vecinos compartían ampliamente la predilección británica por la realeza y la
tradición (Occidental). Sin embargo, los colonialistas británicos tenían razones
adicionales para elogiar la nueva colectividad yoruba. Por ejemplo, el gobernador de
Lagos, Alfred Moloney, se esforzó por alentar el desarrollo económico de la colonia de
Lagos […] invitando a un mayor número de afrobrasileros a retornar.
«De hecho, ninguna lengua así llamada había existido en tiempos en que la mayoría
de ellos o sus antepasados llegaron como esclavos a Brasil» (ni a Cuba o parte
alguna). (2015: 64)
Cabe preguntar, entonces: ¿Cuándo y qué pudieron escribir los africanos de la cultura
tradicional autóctona? de lo que, sin dudas, en su época fue tradicional y antiguo
acerca de ifá, gege, nago, lukumí, arará, illesá, nupe, aratako, egbá, ijebú, egbadó,
oyó, ife, etc. en la etapa en que arriban a la América si, obviamente, siguen aun hoy
siendo dialectos locales, en el mejor de los casos; o, peor aún, que desde la
yorubanidad contemporánea, actualmente esta haya sustituido el uso de las lenguas
originarias y pérdida de la memoria etnohistórica por la colonización yorubacéntrica
occidental para obtener logros en la inserción social occidental, donde generalmente
estas culturas han sido discriminadas.
11
Reencuentro con Afroamérica, reconquista y recolonización.
En ese decenio fueron mae Stela del Brasil y un nuevo reparto de eruditos yoruba
afroccidentales de la yorubacéntrica Universidad de Ifé (encabezados por)
Obafemi Awolowo de Nigeria los que marcaron el camino.» (2015: 167)
Para entonces, se encontraron sorpresivamente una real dispersión y difusión de
estas religiones, donde los grandes difusores han sido cubanos; con una
funcionalidad alternativa de solución a problemas existenciales; no ceñidas a
encantamientos mágicos, sino a la provocación de causas y efectos, acorde al
contexto y dificultades sociales de instancias y sociedades muy desiguales al
contexto africano de evidentes resultados en el terreno sociocultural.
Únicamente a partir de 1980 en adelante han podido viajar por sus propios
medios los propagandistas, voceros y promotores actuales de una forma de culto
totalmente nueva, (No es ancestral) que tiene más diversos y mezclados orígenes
(Ogun State, Abeokuta, Ile Tun Tun, Ilé Ifé y otros estilos) que el nuestro en Cuba
de un solo origen y en franco descrédito y competitividad cultural; procediendo
ofertar sus nuevas variantes bajo una especie de “spot” publicitario con slogan
de: "El Ifá tradicionalista africano”. Es Matory quien precisa claramente que se
pretende un golpe de estado comercial y religioso a imponer América y cito:
«La “pureza africanista”, al fin y al cabo, resulta ser menos una norma consensual
(No tienen uniformidad litúrgica) de creencias y acción cooperativa, (Son
discrepante en sí mismo) que una metalógica simbólica compartida (Desiguales
deidades y ausencia de otras fundacionales para ceremoniales desiguales, que
pretenden homólogas) y disponible para ser usada en proyectos cooperativos o
competitivos. Se utiliza con la misma facilidad para marginar y degradar a otros
devotos y templos que para incluirlos o elevar (a los suyos y diversos líderes en
pugnas de poder). (2015: 162)
Por eso, cuando se les escuchan argumentos poco sostenibles, pero de lo cual se
creen convencidos, como elementos de un discurso que es discriminatorio de la
cultura afrocubana, sin argumentos históricos que lo justifiquen y más aún para
pretender una supremacía por una conservación de antigüedad “tradicional” que
no es sostenible, francamente, siempre me hace dudar de las mejores intenciones
culturales al respecto de sus argumentos por boca de sus promotores; tanto
menos, por cuanto siempre de un modo u otro incurren en profanaciones a
nombre del imaginario “tradicionalismo” por sus ganancias secundarias, exotismo
novedoso y luchas de poder en el escenario religioso cubano.
En buena medida, estos babalawos cubanos, por sus actitudes y proyecciones ‒al
margen de mi opinión propia‒ son detractores de la cultura y religiones
afrocubanas, por lo tanto, se contravienen de ambas, reitero, no es por mi
modesta opinión; es por sus propias acciones y ampliamente documentado en el
presente trabajo; aun cuando no les asista mala intención y solamente crean que
se enriquecen en su labor.
«De: IPK
Enviado el: martes, 19 de enero de 2016 11:10
Para: Nelson Nelson
Asunto: DE MIRIAM
Hola Nelson: Te voy a necesitar para consultarte sobre algo que sé, (que)
estamos estudiando ahora en IPK por el grupo de Malacología el cual tiene
algunas dudas e inquietudes, al respecto me han preguntado sobre el tema y yo
me comprometí en averiguarles […] Acá se está trabajando ahora la línea con el
caracol que es oriundo de África, (lissachatina adaga adagascar. Dark) pero a
caminado bastante y ya llegó a Cuba. Quisiera que si puedes brindar detalles
sobre la justificación en rituales religiosos de babalawos (especificar en qué tipo
de ritual o para que) pues se dice que se dan como ofrendas en estas actividades
de tipo religioso. […] Sucede que han recogido colecta de esta especie cerca de
las viviendas donde en sus alrededores es habitado por personas nombradas
babalawos. Entonces queremos saber:
1.-Si realmente esto es posible, 2.-Que es lo que justifica este uso, 3.-Si se utiliza
en algún tipo de ritual o ceremonia especifica el sacrificio de este, y si se come.
4.-Si pudiéramos a través de ti concertar alguna entrevista contigo o con otro tipo
de religioso que nos diera detalles sobre este tema.
En fin Nelson te pudiera hacer un sinfín de preguntas pero lo primero es saber
que tienes en la mano sobre este tema que pudiéramos continuar desarrollando.»
(Correspondencia personal)
12
Eslabones Perdidos
Muchas de sus deidades surgieron para problemáticas propias muy locales, no todas
son nacionales entre ellos mismos, y no todas sus funciones son tampoco aplicables
a las problemáticas y necesidades cubanas. No obstante, ellos han perdido deidades
fundacionales míticas ancestrales, precisamente de Ifá.
¿Cómo perdieron los secretos del Culto a Oduduwa?; quien fuera el reconstructor
más orgánico y sistemático de toda la cultura de Ifá. Quien sobre los asentamientos
antiguos de Ifé, fundó a Ilé Ifé como cuna espiritual de la cultura de Ifá e incluso fue
Ooni de ese reinado, pues no conservan sus ceremoniales del culto; no conservan la
relación ingredientes ni el ritual de confección de esa deidad; tampoco forma parte
por lo tanto de las ceremonias de consagraciones de sus babalawos ni de los que han
“consagrado” en Cuba, como es la tradición cubana. Aspecto ampliamente
investigado e innegable en el terreno de la práctica africanista. ¿A qué le llaman
“tradicionalismo”?
Conservamos en Cuba documentación de todos los ceremoniales referidos a los
fundamentos más determinantes, para los procesos de consagración de los
babalawos y de ifá, con sus metodologías escritas en todos sus detalles, ingredientes,
orden ritual, los cantos y procedimientos. Precisamente defendidos por Miguel Febles
Padrón, quien alertó por escrito de estos desastres religiosos por la penetración
extranjera. Y todavía, hay quien se ha atrevido expresar, que tiene una carta de
Miguel Febles en la que dijo que las iyanifa si existen...¿se lo pueden imaginar?
Esta es la razón que explica el motivo por lo cual, los llamados “tradicionalistas”, al
haber perdido el culto a Oduduwa, es por lo cual ya no lo poseen como deidad
fundacional; perdieron su culto y con ello, la cultura consagratoria de babalawos
realmente antigua, que en Cuba todavía conservamos.
¿Qué ha pasado con la cultura que han perdido ellos, a cambio de lo que pudo no
haber llegado a nosotros?; ¿Les quedará algo de lo que conservamos nosotros?; sin
dudas lo podemos demostrar por escritos y lo saben.
La Dra. Carmen Barcia y coautores en su obra citada, hace una brillante descripción y
caracterización por etapas históricas; que va desde objetivos fundacionales de la
colonización, hasta las impredecibles formas de preservación licenciosa y
conservación de las prácticas de sus liturgias, en la privacidad interior de los espacios
llamados cabildos de negros de nación. Muchos de los cuales actualmente son
rectores de absoluta vigencia en sus liturgias. (Al decir de la Dra. Barcia, fueron
centros de cimarronajes urbanos)
No hay forma cultural de retomar el útero materno original que hace milenios ha
cambiado y en la actualidad no existe. Todo lo demás que se pretenda como una
ortodoxa tradición, sustentada en la oralidad pudiera incurrir, aun sin intención, en un
falso mito y hasta en profanaciones litúrgicas falsas calificadas de “tradiciones
ancestrales”. A veces, hasta con buenas intenciones, pero sin una profunda
percepción de las consecuencias, que no les permite comprender si están en franca
profanación religiosa con una y con la otra variante por igual.
A estas alturas del recuento histórico y estado actual de la cuestión de los llamados
seguidores de “tradicionalistas africanos”, si perdieron el culto y la tradición a Olofin,
(deidad masculina[2]) así como el de Oduduwa, (de igual género) cabría formularse
varias preguntas entonces: ¿Qué es realmente la actual Igba-Iwa (descrita como un
útero que pare consagrados) y en qué época temprana la crean?; ¿Cómo explicar la
supremacía real de esta deidad que describen femenina, si es que aparece en un
escenario nigeriano patriarcal fundamentalista y contemporáneo?; ¿Cómo explicarnos
esta importante contradicción, entre la realidad social que se desarrolla en Nigeria
(Patriarcado fundamentalista) y la adoración, subordinación del culto y supremacía
jerárquica de ellos hacia un útero, según sus criterios?; ¿Deificaron un útero?; ¿El
útero es una deidad?; ¿La diosa uterina solo pare varones?
¿Cómo es posible entonces que para los tradicionalistas, sea un tabú altamente
condenatorio y profanación prohibida hasta la presencia de mujeres ante ella, si se
trata de una parte física del cuerpo femenino?; ¿Si es prohibida para las mujeres
estar a su vista ni presencia, como pueden absurdamente pretender que se
consagren las llamadas iyanifá por una deidad prohibitiva para ellas que pare varones
“babalawos”?; ¿Si es una entidad femenina, porque es tabú para mujeres, inferido
como un culto matriarcal?; ¿Si la menstruación es un tabú dentro de estas
costumbres, como puede tener supremacía para sus babalawos?; ¿Si no es
menstruante, como puede parir con fecundidad?; ¿A qué edad entra en climaterio?;
¿Después de creada cuando llega la menarquía y cuándo alcanza la menopausia?
Nada de lo que expreso supone burla de tipo alguno, pero la falsedad de sus
argumentos, que se sustentaron en principios de la fecundidad y reproducción
humana, sin considerar todas las peculiaridades de la reproducción femenina y las
consustanciales similitudes cuando innovaron sus argumentos no pensaron en todas
las incongruencias biológicas, que son imposibles en una funcionalidad litúrgica ni
concebibles en una teología. En iguales especulaciones subjetivas, alegan que sus
actos consagratorios consisten en “actos sexuales místicos reproductivos.”
Sinceramente, hay argumentos yorubacéntricos que humillan inteligencias.
Los odu de Ifá (signo resultante de una acción oracular) mayores o primarios son 16
en total, de los cuales ocho de ellos son de género masculino y ocho femeninos, pero
reitero que son géneros esotéricos de los signos del oráculo y no sexos de las
deidades.
Es notable que si primero no tergiversan la realidad esotérica y desarticulan las
tradiciones del patrimonio del culto a Olofin que rige las liturgias de Ifá
internacionalmente, no pudieran desplazar y suplantar la real religión de Ifá
auténticamente establecida. Una forma de desestabilizar una nación, es
desarticulando y permeando el soporte de su cultura. En resumen la penetración
masiva y distorsión socio cultural.
Es oportuno señalar que en África existen sociedades y religiones que son exclusivas
de las mujeres, dentro de las cuales están prohibidas la presencia y participación de
los hombres, tal es el caso de las sociedades «Geledes» e «Iyami-Oshoronga» entre
otras; cabe decir que no son discriminatorias de los varones, sino igualmente formas
de requisitos religiosos. Si son cultos reservados por requisitos, y concebidos por y
para las sacerdotisas mujeres, en el cual no participaron hombres en su
conformación; cual es el asombro de que Ifá sea igualmente un culto sacerdotal
concebido por hombres y reservado para ellos, dado que tampoco participaron
mujeres en su surgimiento.
Siendo estos dos últimos cultos mencionados, exclusivos de mujeres, para mujeres y
ejecutados por ellas; específicos del África Subsaharana, solamente podrán
consagrarse en el África y en el caso de venir mujeres africanas a iniciarlo en Cuba,
obviamente deberán contar con visas para actividades religiosas expedidas por las
autoridades consulares y migratorias; así como disponer del consentimiento y
autorización de la Institución Religiosa Asociación Cultural Yoruba de Cuba; quien
vela, hasta donde es posible, por el patrimonio y el cuidado de las corrientes de la
religiosidad, que atentan contra el patrimonio universal declarado por la UNESCO y la
propia identidad cultural cubana.
Las actividades de cualquier extranjero en cualquier nación, deben disponer del tipo
de visado correspondiente para la actividad que se llevará a cabo dentro del territorio
receptor; todo lo contrario ha sido violatorio de las leyes consulares y de los visados
migratorios temporales. Se han violado los visados concedidos, con respecto a las
actividades que realizan sin autorización correspondiente y no en beneficio, sino en
perjuicio de la identidad cultural, de la religiosidad popular y del medio ecológico.
13
No es lo que parece y lo que aparenta, tampoco es.
¿Qué respuesta dar a personas, que comprendan que sus ceremoniales no avalan ni
es lo mismo que las establecidas por centurias en Cuba? Y que no se trata de
simplemente elegir entre dos estilos, porque sería una profanación que participaran
en la consagración de babalawos los de una escuela o estilo dentro de la otra y
viceversa.
Dicho de otro modo, la situación resultante de esta interferencia cultural en el marco
de la cultura cubana es mucho más grave y antagónica, dado la intromisión y
tergiversación dentro de las tradiciones cubanas establecidas por el empleo de
deidades ajenas a la misma en la consagración de babalawos; más allá incluso de la
transgresión profana de iyanifá para que ellas utilicen el sistema oracular del culto a
ifá, que UNESCO declaró como un patrimonio ejercido por hombres, padres de los
secretos.
Todas estas transgresiones culturales en nuestro escenario cubano afectan tanto a las
profanadas mujeres, que depositaron una fe en falsas consagraciones litúrgicas por
desconocimiento histórico y litúrgico, como a los hombres con otros procesos
consagratorios, no consagrados acordes a los preceptos litúrgicos de nuestra cultura.
¿Hasta dónde pueden llegar estos actos de contravención, con o sin intención para
ello?; ¿Se han propuesto crear un bando de contra partida en detrimento de la
unidad e identidad cultural afrocubana? Fue el Dr. Matory quien expresó:
«Lo que he elaborado como hipótesis es que los modismos de pureza (“africanistas”,
“yorubacentricos” y “tradicionalistas”) son más susceptibles de ser enfatizados allí
donde la exclusividad es más lucrativa.» (2015: 163)
Como no es posible consagrar sacerdotes sin Olofin y por tanto no se acreditan como
babalawos en Cuba: ¿En qué categoría quedan las iyanifá, equiparada en igualdad de
funciones oraculares con los babalawos consagrados ante Olofin, si ellas no pueden
estar presentes ni consagradas ante Igba-Iwa y menos todavía ante Olofin?; ¿Que
deidad le concede trascendencia mística a la mujer en sus acciones oraculares?; ¿Es
serio suponer que será porque tiene su útero?; ¿Qué ocurre con la lamentable
situación de una mujer, privada de su útero en una vasectomía total?; ¿Pensaron bien
en todas las posibles consideraciones que se derivan, al establecer una deidad como
un "útero místico" con las mismas funciones reproductivas del sexo femenino?
Reitero con profunda seriedad, respeto y rigor, que estas son las impensadas
consecuencias, de estar haciendo rituales, con la pretensión de un tipo de tradición
que no es aplicable a estos contextos; que al final resultan hacer una mezcla de una
parte de aspectos africanos y otra parte de ceremonias afrocubanas. En resumen, se
ven obligados a determinar oracularmente cual es el oricha rector, por oráculo como
los cubanos ‒porque no hay orichas patronales de Cuba‒ y hacen la ceremonia a “un
estilo africano”. ¿Cuál de ellos y hasta donde es realmente africano la tradición de los
nacidos en Cuba?
14
Disparidades.
Solamente bajo esta liturgia se obtiene un babalawo esotérico real. Por eso puede, al
emplear oráculos, obtener un signo oracular para las personas que consulta, con una
connotación de trascendencia mística, litúrgica y religiosa; ampliamente
documentado en los textos apócrifos cubanos. Todo lo demás son eufemismos,
sustituciones y pérdida de las tradiciones originarias.
Meditar, hay mucho que meditar. Reflexionar a tiempo el campo de estas injerencias
y transgresión de ceremoniales culturales, que van mucho más allá de las libertades
individuales de escoger en un presunto marco de diversidad religiosa. Es necesario
que las instituciones culturales y personalidades de la cultura en general, así como el
pueblo religioso conozcan de estos acontecimientos; que por demás, atenta contra el
diálogo y la tolerancia interreligiosa. El dialogo interreligioso, no supone ser tolerante
con lo profano ni indiferentes a la agresión del patrimonio de identidad cultural.
Reitero con total honradez, que me ajusto únicamente al análisis de sus propios
argumentos, de sus propias descripciones y sus propios testimonios escritos en las
redes sociales de internet, así como sus propias explicaciones personales y los
debates en los foros y coloquios temáticos, absolutamente incongruentes consigo
mismo. Expuestas, además, públicamente por muchos representantes de estas
formas de falacias, como se ha demostrado y documentado ampliamente en este
trabajo. Más adelante se detallan en los anexos, todos los cuales son documentos
públicos internacionales en Internet y por ello son de libre acceso y publicación y
nada más elocuente que sus propias citas.
Con o sin estos propósitos, indudablemente ahora tenemos un importante sector
cultural de la sociedad cubana, que no solo está dividido en variantes y vectores sino
que, además, en muchas ocasiones se confrontan y polemizan; se discute y
antagonizan por la fidedignidad y legitimidad de las costumbres, tradiciones y
precedentes cubanos. De esta manera se estimulan y alientan, inclusive, algunas
convocatorias de paneles como: “Ifá Tradicional vis Criollo”; quiere decir, Ifá
Tradicional contra Ifá Criollo, que sólo ha propiciado una atmósfera de confrontación
contrincante y no en favor de la contribución convincente de los argumentos que
sustentan ambas posiciones históricas.
De este modo nos han dividido en dos sectores cuando todos éramos practicantes
afrocubanos de una sola liturgia legitimada y ampliamente documentada. Los propios
estudiosos e investigadores del tema, se encuentra confrontados y pugnan en los
espacios de eventos y coloquios temáticos.
Está documentado y es sabido que cualquier hombre no consagrado ante Olofin como
babalawo, que penetre en un habitáculo consagratorio de Ifá, de modo imprudente o
accidental en Cuba, donde se encuentre Olofin, no puede salir del mismo, sin ser
previo consagrado por su incursión eventual. Los testimonios escritos de Ifá así lo
expresan. ¿Qué nuevos incidentes de este tipo se están produciendo en la práctica en
el terreno?, ¿Cuántas transgresiones de estos preceptos religiosos pueden estar
ocurriendo?; ¿Cuántos consagrados por ambos estilos, consideran que pueden
acceder y estar en consagraciones supremas ajenas, por desiguales a las suyas?
En el terreno social hay muchas personas afectadas por estas cuestiones, que han
sido víctimas de creer en estas concepciones de "grandeza" creadas esencialmente
por los colonos británicos de época, y que hoy reproducen nuevos portavoces
neocoloniales; creando una crisis en la promoción de supuestos valores
“tradicionales” y de una “pureza tradicional africana” solamente imaginada; con
múltiples dudas que ha afectado sobre todo a personas y, en contraposición al
prestigio centenario del patrimonio y cultura cubana que indudablemente cuenta con
patrimonio escrito.
Estos aspectos históricos no son del conocimiento general de todos los babalawos, sin
embargo, los babalawos “convertidos” a prácticas africanistas nunca advierten las
diferencias a los recién consagrados en cualquiera de las dos escuelas y eso
evidencia, en el mejor de los casos, desconocimiento y en el peor sentido conducir al
descrédito de las normas establecidas entre los afrocubanos. Sin dejar de considerar
aquellos que se permiten la idea de consagrar por ambos estilos, a petición de los
clientes desconocedores u oportunistas, que también los tenemos en el terreno
cultural.
15
Prefacio a los anexos
A continuación reproducimos una serie de anexos, copias fieles de los originales que
circularon en las redes de los foros sociales de Internet de temas afrodescendientes,
(no estamos publicando nada nuevo, aunque algunos se enteren a partir de ahora)
en los cuales se va poniendo de manifiesto las opiniones, acciones y actitudes que,
de un modo u otro atentan contra la cultura cubana.
Al mismo tiempo, se podrá ir comprendiendo como hubo toda una campaña y hasta
financiamientos externos, con el propósito de introducir en Cuba variantes y
vertientes, que finalmente contribuyan o sirvan de contraparte a las tradiciones y
costumbres cubanas en su única y lamentable intensión expresada por ellos.
16
ANEXO I
Copia fiel del original, de modo que las negritas, subrayado y altura de letras son de
la exclusiva intención original del autor:
Enrique de la Torre.
Del Foro Ifá Mundial es Bondad.
NOSOTROS HACEMOS VOTOS POR UNA RELIGION DE IFÁ QUE FUNCIONE SIN QUE
NADIE NOS DIGA NORMAS NI NIVEL DE LIMITACIONES, POR UN IFÁ & ORISAS A
PARTIR DE UNA LIBERTAD TOTAL DE PENSAMIENTO Y DE ACCION. […]
ENRIQUE DE LA TORRE»
17
ANEXO II
Cito:
«ESTA VEZ DESDE LA REPUBLICA DE CUBA, EL TEMPLO IFÁ FUN OJO IWAJU, HA
CRECIDO NUEVAMENTE.
HA SIDO FUNDADO EN CIUDAD DE LA HABANA, CUBA, EL TEMPLO IFÁ FUN OJO
IWAJU, AL IGUAL QUE HA SIDO FUNDADO TAMBIEN DICHO TEMPLO EN LA CIUDAD
CUBANA DE SANTIAGO DE CUBA.
HASTA EL MOMENTO EXISTEN LOS SIGUIENTES TEMPLOS IFÁ FUN OJO IWAJU;
AHORA NOS PROPONEMOS TENER LISTO ANTES DEL PROXIMO MES DE DICIEMBRE
DEL PRESENTE AÑO EL MANUAL DE NORMAS Y DE PROCEDIMIENTOS (“yoruba”)
PARA TODO TIPO DE LITURGIAS SOBRE IFÁ Y ORISAS PARA CADA UNO DE
NUESTROS TEMPLOS YA EXTENDIDOS POR TODO EL MUNDO, DE MANERA QUE, CON
LA EXISTENCIA DEL REFERIDO MANUAL, TRABAJEMOS TODOS DE UNA FORMA
UNIFORME EN TODO EL MUNDO, PARA PODER GARANTIZAR QUE NO SE DEFORMEN
NUESTRAS PRACTICAS AFRICANAS (“tradicionales”) SOBRE IFÁ Y EL ORISA.»
Quiero destacar que este Sr. es babalawo, cubano radicado en EE.UU, fue consagrado
por la tradición cubana, por lo tanto es un detractor y profanador de su propia
religión de origen y como no existen formas de homologación, así como que Ifá no se
hace dos veces, sigue siendo profanador; lo peor es que en lo adelante todas sus
formas de prácticas son profanaciones, tanto de un lado, como de la otra vertiente de
“tradicionalismo africanista” novedosa.
No puedo dejar pasar la observación de que cualquiera que lea ese texto, puede
apreciar que se trata de un estilo discursivo similar al lanzamiento de una
candidatura para aspirar a un liderazgo fundacional, para lo cual buscaba
correligionarios, votos y seguidores de su causa yorubacéntrica.
Continua la cita:
Todo parece indicar que se le olvidó, que la cuna espiritual de la cultura de Ifá en el
África Subsaharana fue Ilé Ifé. Continúa diciendo:
FRATERNALMENTE.
18
ANEXO III
UNA VEZ MAS EL AHIJADO DE Ifá (nombre omitido) HACE UNA DENUNCIA SIN
LUGAR Y SIN PRUEBAS CONTRA NUESTRA CASA Y CONTRA IFÁ MUNDIAL ES
BONDAD TOTALMENTE INCIERTA, YA QUE EL NO ESTABA EN CUBA EN LOS DIAS EN
QUE ESTUVIMOS ALLA EN CONSAGRACIONES DE ITEFASES Y UNA VEZ MAS COMO
SE PUEDE APRECIAR AQUI EL DESEO Y SINTOMAS DE ODIO Y DE RENCOR SE
OBSERVA PUBLICAMENTE DE MANOS DEL AWO DE IFÁ DE REFERENCIA. CITO CARTA
AL RESPECTO DEL CHIEF OLUWO IFÁSHADE, DE LA CUAL HE RECIBIDO COPIA EN EL
DIA DE HOY Y QUE POR SI SOLA SE EXPLICA. ES UNA VERDADERA LASTIMA QUE
ESTAS COSAS SEAN PUBLICADAS SIN ANTES HABERSE VERIFICADO QUE SE
TRATABA DE ALGO TOTALMENTE INCIERTO.
¡INVITAMOS AL AWO (babalawo) PUBLICAMENTE, A QUE PRESENTE LAS PRUEBAS AL
RESPECTO!»
Dado que el escándalo del acontecer en Cuba toma dimensiones internacionales por
sus propias propagandas, comienza a ser ventilado y criticado en el marco de
diversos foros temáticos de Internet. El asunto fue conociéndose en muchas latitudes
y adquiriendo dimensiones importantes, en tal sentido, muchos babalawos elevaron
sus voces y notas de protestas, cuestionando las profanaciones y las consecuencias
que todo ello tenía; tanto para los africanistas honestos, como para los afrocubanos.
Para unos y para los otros, no se convalidan desiguales ceremoniales. Lógicamente,
alertan sobre el caos que se avecinaba en ambas tendencias culturales.
«CONTINUACION LA CARTA DE CHIEF OLUWO IFÁ & OGBONI IFÁSHADE, QUE NOS
HA SORPRENDIDO MUCHO EN LA MAÑANA DE HOY[1].
«Aboru boye...
Alaafia Awó (omitido el nombre)
He recibido la copia que me ha enviado donde usted alza su voz en contra de
determinadas actividades “religiosas” colectivas que presuntamente a desplegado en
Cuba el Sr. Enrique de la Torre recientemente, al parecer en la de supuestas
“Homologaciones Tradicionalistas de Ifá” mediante un acto muy de moda denominado
“Presentación a Odu”.[2]
Al respecto debo informarle que precisamente soy uno de los que se oponen
tajantemente a dichas ceremonias en las cuales se pretende convertir a un babalawo
iniciado en la línea del Ifá afrocubano tradicional, en babalawo tradicionalista-
africanista, porque es de mi modesto entender que este tipo de ceremonias de
“Homologación” nunca han existido en Yorubaland, África, porque los babalawos
yorubas nunca han tenido la necesidad de homologarse, porque ellos son iniciados en
sus Itefas estrictamente bajo las reglas y principios de La Religión Tradicional de Ifá
africana, donde es imprescindible que para que nazca un nuevo Awo Ifá este sea
obligatoriamente el producto de la “Unión Copulativa Trascendental Mística y
Procreativa” que se produce dentro de un Igbodu-Ifá (habitación de consagración en
ifá) africano entre Orumila y Odu, previamente al nacimiento de un nuevo Awo... »
(babalawo).
Aquí nos encontramos una clara descripción del procedimiento que emplean en
consagraciones de babalawos africanistas, publicada internacionalmente por ellos y,
por lo tanto, es válido citarla en este estudio; procedimiento que es concretamente
muy desigual al cubano, ya descrito anteriormente. Por esta razón evidente, de
desiguales consagraciones, este Sr. ‒africanista también ‒ nos permite comprender en
sus propias palabras que no somos lo mismo como babalawos. Surge entonces una
invención profana, (condenada por los propios africanos, como se verá más adelante)
que pretende hacernos babalawos “homólogos” o iguales para conceder una
imaginaria patente facultativa de realizar ceremonias africanistas, en lo sucesivo.
Evidentemente entonces no somos iguales babalawos. Casi capciosamente yo
preguntaría mejor: ¿Cuál de los dos grupos no es babalawo y cual si lo es? ¿Qué ha
pasado con la real tradición de Ilé Ifé luego de la yorubanidad británica? continúa la
cita:
«Por lo tanto, sepa usted mi estimado Awo, que según resultados de mis modestas
investigaciones de campo realizadas en territorios yorubas de África en los últimos 17
años, no he conocido en todos estos años a ningún babalawo u oluwo tradicionalistas
yoruba que realizase este tipo de ceremonias, incluso, la cual ni tan siquiera es
conocida por ellos...Y, le puedo asegurar que en todo este tiempo he tenido el
privilegio de conocer probablemente a los verdaderos y más sabios babalawos y
oluwos yorubas, esos “seres ancianos” que en la más extrema humildad y pobreza
residen en las aldeas más recónditas, incivilizadas y olvidadas de Nigeria, Togo y
Benín, (tampoco son países de iguales ceremonias ni deidades) desplegando cada a
día sus imprescindibles servicios a las sociedades donde se desenvuelven como
auténticos y sabios sacerdotes de Ifá...Ellos no saben nada de estas
“Homologaciones”.»
Los cubanos no necesitamos convalidar nuestra cultura ante ninguna otra. Dado lo
desigual de su ceremonia descrita, respecto de las nuestras, los obliga a incurrir en
profanaciones en un intento de resolver las notables diferencias que supongan la
equiparación de una y otra desiguales ceremonias; lo cual no resuelve la notable
diferencia de que no somos como ellos ni ellos, con ese método, serán los babalawos
que son los cubanos. Ellos mismo lo han declarado. Continua la cita:
«Hasta ahora los babalawos yorubas no concebían otra forma de venir al mundo
como tales, razón por la cual este tipo de “Homologaciones” les eran totalmente
desconocidas, no las necesitaron nunca, no tenían razón de ser.»
Hay que meditar con todo el rigor necesario cuantas personas ya babalawos ante
Olofin, pueden ser confundidos con este otro tipo de ceremonias falsas, que
pretenden “homologar” como forma de validar y equiparar desiguales resultados de
distintas ceremonias; como patente comercial ‒no religiosa ‒ para consagrar por
ambos estilos. Da la impresión de que las profanaciones, se comportan como
convalidación de carreras o asignaturas. No es posible convalidar una profesión con
una certificación de materias distintas. Con distintas entidades religiosas y desiguales
ceremonias, ¿cómo se pueden equiparar resultados tan desiguales?, para patentar
derecho de legitimidad. La profanación nunca puede ser legítima. Sigue diciendo:
«Por lo tanto, como soy de la opinión de que este tipo de liturgia ha sido
desafortunadamente inventada por oluwos (babalawo) tradicionalistas africanos,
algunos muy conocidos, por cierto! como una opción más para lucrar miserablemente
a costas de nuestra religión, soy un opositor acérrimo de ellas...Por considerar que es
-tal vez- la profanación mayor que se le ha hecho a Ifá en toda su historia en el
mundo occidental.»
«Es triste ver lo que está sucediendo, hermano en Ifá. Aunque soy un tradicionalista-
africanista, no deseo para nada que la tradición cubana de Ifá, se vea afectada de
alguna manera por estas miserables prácticas, más desintegradoras que
integradoras, porque los babalawos y oluwos cubanos que nos han precedido con
muchos esfuerzos y sacrificios lograron que Ifá, lejos de morir sincretizado en tierras
occidentales, viviese con gran vitalidad y fuerza suficiente para sembrar después a
todas Las Américas de un credo religioso que los cubanos, estemos donde estemos y
seamos quienes seamos, amamos»
Este Sr. Juan M. Rodríguez Camejo, aun cuando en su texto se declaró ser un
tradicionalista-africanista, para definir que no era un consagrado por la escuela
cubana, en un texto de: Julio Martínez y Enrique Orozco, en la Revista del Caribe
Numero 64/2014. Notas, P 19. Refieren lo siguiente sobre el mismo: «Babalawo
cubano residente en España. Juan Manuel Rodríguez Camejo […] fue iniciado en el Ifá
tradicional cubano por el babalawo Agapito Piloto (Otura-Airá), en el año 1971, en La
Habana, y reiniciado por el Araba de Ilé Ifé, Nigeria, en 1992.»
A pesar de que es sabido que Ifá no se consagra dos veces, y el propio Sr. reconoce
que no hay homologaciones, pero continúa su correo diciendo:
«Hoy muchos oportunistas “Homologados” -tal vez como el que aquí nos ocupa-, (se
refiere al Sr. Enrique de la Torre) además de los susodichos africanos, en lo que
parece ser un intento por recuperar sus polémicas inversiones iniciáticas a través de
las cuales compran títulos de oluwos, chief, ogbonis, etc., presuntamente aprovechan
el “río revuelto” para pescar ingenuos cuyos principios religiosos en Ifá
indudablemente no son firmes. Y, a costas del pueblo religioso seguidor del Ifá
afrocubano intentan a toda costa “Homologar imbéciles” para luego decirles que son
babalawos tradicionalistas...Es triste, pero es así.»
«Por lo tanto, estimado Awo, lo único que puedo hacer al respecto de este asunto ya
lo vengo haciendo desde hace un tiempo en el foro […] desde donde vengo alertando
a la comunidad religiosa de Ifá (sea tradicionalista cubana o africana) sobre estas
deplorables prácticas de algunos mercenarios de Ifá que al parecer no sienten el
menor escrúpulo al cometer profanaciones religiosas del calibre que aquí nos ocupa,
a saber: “Las Homologaciones” en Ifá. Incluso, mis acciones han llegado hasta
denunciar reciente y abiertamente a mi propio Padrino el Araba Agbaye de Ifá, Adisa
Aworeni Aworemi, quien últimamente se ha convertido en uno de los principales
abanderados de estas vergonzosas “Homologaciones”...Y, creo que con esto se lo digo
todo.»
«Ojalá su voz (la de aquel denunciante) sea escuchada y atendida por La Asociación
Yoruba de Cuba o por otra entidad con posibilidades de hacer algo por evitar este
descalabro religioso que atenta contra todos aquellos que amamos a Ifá... Le deseo
suerte y éxitos en su cruzada en contra de esta infamia...Y, siempre que lo estime
pertinente puede ponerse en contacto conmigo cuando lo desee.»
«Estoy enviando copias de este email a las ío personas que aparecen originalmente
como destinatarios del suyo, porque aunque no tengo el honor de conocerlas, puede
que les interese conocer otras opiniones al respecto. De no ser así desde ya les pido
excusas por haberles molestado.
Que Orumila le bendiga.
O dabo, Chief Ifáshade Odugbemi» (Despedida, y nombre consagratorio)》
El objeto de Ori que nosotros consagramos para nuestra gente está preparado por
reconocidos sacerdotes que se especializan en la preparación de ibo Ori. Y el ibo Ori
que nosotros consagramos se ha preparado como es hoy por centenares de años, al
contrario del objeto de Ori hecho de cemento que Ifashade y sus consortes usan para
estafar a las personas.
[1]Es una carta de Juan Manuel Rodríguez Camejo, cubano radicado en España, al
parecer babalawo cubano y de posterior tendencia africanista que protesta en
Internet, por las homologaciones, pues conoce que es una profanación y para
responderle citan su email de protesta al foro.
19
ANEXO IV
La revista “DEL CARIBE” (Obra Cit.) abarca un importante relación cronológica de los
ceremoniales que el mismo realizó en el oriente cubano y que incluye las
homologaciones, además, de la transgresión, injerencia y profanación de las
religiones populares cubanas, llevadas a cabo por este Sr. viniendo desde el
extranjero; lo peor de todo, es que conocidos babalawos de consagración cubana,
participaron en todo ello en reiteradas ocasiones y dieron todas las facilidades para
consumar estas acciones violatorias y profanas. Que también omitimos sus nombres.
Expresó además:
Con un notable y garrafal desconocimiento de lo que debe ser y de porqué deben ser
las ceremonias dice, para mayor ignorancia: que solo estuvo Ifá ODU, de modo que
este Sr. no sabe siquiera que Ifá es una cosa, Orula otra cuestión distinta y lo que
llama Odu es otra totalmente desigual de las dos anteriores. Además, expresa haber
consagrado a una “IYALAWO” (¿mujer con funciones de babalawo?) y que no estuvo
frente a la deidad consagratoria porque no lo necesita. ¿Cómo consagran personas a
una deidad si la misma no está presente?, ¿Para qué la consagran si no la necesita?
Estimados colegas, créanme que todo lo que están leyendo no es ciencia ficción.
Agrega:
«EL OLUWO (cubano) OFICIANTE DE LOS OCHO ITEFASES FUE EL SR. [....][1],
QUIEN TRABAJO MUY PROCEDENTEMENTE CON SU EQUIPO DE BABALAWOS TODOS
BAJO LOS PRECEPTOS DE LA ESCUELA FUNDADA POR EL OLUWO NIGERIANO
POPOOLA[2] Y OTROS HERMANOS OLUWOS (babalawo) EN CUBA, (Se refiere, entre
otros, a babalawos cubanos: ¿convertidos mentalmente a teología africanista?,
¿homologados?, ¿parecidos?, ¿similares?, ¿sinónimos?, ¿equitativos?. ¿A quienes se
refieres este Sr.?) O SEA, NO SE TRATA DE ITEFASES AL ESTILO RESPETABLE DE LA
ESCUELA CUBANA DE LA DIASPORA, SINO 100% AL ESTILO DE LAS PRACTICAS
NIGERIANAS Y ES POR ELLO QUE FUE PUESTO Ifá MI FUNDAMENTO DE ODU IGBA
IWA, PORQUE SE TRATABA DE CONSAGRACIONES TOTALMENTE AFRICANAS Y
REPITO, NO DEL RESPETABLE ESTILO DEL Ifá CUBANO.»
El llamado oficiante cubano y su equipo, se trata de babalawos consagrados antes
por el método cubano, ninguno de los cuales participan de tradición consagratoria
africana primaria alguna (como se ha demostrado, no hay homologación posterior
tampoco; que igual no convalidan nada) y adicionalmente un estilo de un nigeriano,
en tal caso: ¿Cómo oficiaron ceremonias africanistas, sin son consagrados del tipo
cubano?, ¿Los homologaron o no?, ¿vulneraron o no?, ¿Cómo hicieron todo al estilo
africano, si no pasaron por esas consagraciones de forma primaria ni el propio
propiciador de todo aquello, que solamente le dieron un título documental? Prosigue
la cita:
[1] He omitido los nombres de los cubanos babalawos que han participado en estas
ocasiones, para que no sea asumidos como referencias personales; lo vital, en
realidad, es la problemática de vulnerabilidad en las religiones populares y las
afectaciones en la identidad nacional, a pesar de ser parte del original de la cita y
responsabilidad del autor.
[2] Se mantuvo el nombre del ciudadano africano, en la cita pues ha venido en varias
ocasiones, como otros más, a estas ceremonias, y al mismo tiempo ha condenado las
consagraciones de Iyanifá, según acta condenatoria publicada y que aparece en los
anexos que adjuntamos en este trabajo, más adelante. Pero además, esta
declaración por email, circuló por toda Internet y todo lo que aparece en internet, es
de libre acceso para ser citado.
20
ANEXO V
«Cito a continuación un posteo del día 27 de julio del 2008 en este grupo.
De: <NOBR>Alias de MSN Un Futuro Luminoso</NOBR>
Enviado: 27/7/2008 23:53
Oluo enrique de la torre, existe la presentación a odu igbaiwa?, eso se ve ahora en
cuba y necesito saber si eso es verdad o si se trata de algo del nuevo ajiaco, le pido
sus bendiciones,
Ahora, además, resulta para este Sr. !Que los babalawos cubanos no somos
babalawos ni tenemos forma de remediar esta deficiencia! ¿Cómo resolvió, entonces,
su propia supuesta “deficitaria” consagración afrocubana? Según este criterio, los
babalawos cubanos no son babalawos completos ¿Cómo resolvió el problema en
Cuba de prácticas africanistas utilizando babalawos cubanos incompletos? Prosigue:
En este texto, su demagogia traspasa los límites del respeto por ignorante, al decir
que es lo mismo Igba Odu, que Olofin. Si recuerdan la descripción copulatoria de sus
ceremonias, ahora resulta que Igba odu es testigo, pero antes describían que
copulaba, entonces: ¿Es testigo o también es parte? Realmente es penosa y
lamentable la cantidad de desvaríos e inventos con tal de llevar a cabo sus fines a
toda costa. Agrega además:
Dice con claridad, que: ¡Se consagra con solo ver a Igba odu! ¿De solo ver su
imagen, ya verá el contenido interno? (¿Contenido interno o la imagen externa?.
(Sabrá este Sr. de que está hablando?) Y para colmo, además, ya está facultado para
consagrar a otros nuevos babalawos; o sea, ¿de solo verla ya queda consagrado? Mis
estimados lectores neófitos, los babalawos cubanos que lean estos procedimientos, lo
menos que pueden hacer es escandalizarse del procedimiento que detalla este
documento para consagrar un babalawo de sus estilos; peor todavía, es que estas
personas “consagradas” se creen que son babalawos y que pueden “consagrar” a
más personas de esta manera. Esto es alarmantemente imaginario, bochornoso y
sobre todo muy peligroso y perjudicial al interior de la sociedad cubana. Y continúa:
Ellos mismos hacen evidente, que se han estado haciendo prácticas inventadas, que
no existen ni en la tradición de Nigeria siquiera; pero los babalawos cubanos que han
participado y aun participan de todo este movimiento, si son conscientes y
responsables de toda esta arbitrariedad absolutamente irresponsable. El drama
continúa de esta forma:
Después que han tenido que imaginarse una deidad femenina, o fueron convencidos
por foráneos (En total apogeo del patriarcado africano fundamentalista e islámico,
sobre una cultura que va perdiéndose en sus originarios lugares) para
supuestamente consagrar babalawos, resulta que ahora, después de casi dos
centurias todos los babalawos del mundo consagrados ante Olofin ninguno somos
babalawos. ¿Hasta dónde llegan estas graves cuestiones?
Insiste en que se podrían hacer, (la invención) pero que expliquen que nunca se ha
efectuado. Siendo así ¿Cuál es el “tradicionalismo yorubacentrista” del que dicen ser
portadores? Por lo visto, para los ideólogos africanistas cualquier cosa se puede
hacer. Su tradicionalismo lo mismo dice ser lo más antiguo que se lleva a cabo, como
de repente dicen que hay ceremonias que hacen y que no existen en lo “tradicional”;
reconociendo que hay que advertirle a los consagrados, que se trata de algo no visto
ni realizado nunca antes en Nigeria. Realmente los nuevos consagrados como
“babalawos” sinceramente, son personas digna de lastima, por la forma en que se ha
jugado fraudulentamente con su profesión de fe. ¿Cuántos falsos babalawos tenemos
ahora, que ni ellos mismos lo saben?; la asombrosa cita prosigue diciendo:
Adicionalmente, los que han recibido una deidad africana actual, no pueden saber en
modo alguno, que es lo que realmente les han entregado. Prosigue la cita:
«COMO SI FUERA POCO, ESOS HERMANOS QUE HAN SIDO TIMADOS DE TAL FORMA,
LUEGO HACEN SUS ITEFASES A NUESTROS HERMANOS EN LA DIASPORA CON ESE
FUNDAMENTO QUE EN REALIDAD NO ERA EL DE ODU Y ENTONCES, PUES SE HACE
AUN MAS GRAVE EL CASO, PORQUE SE TRATA DE AWOSES DE IFÁ QUE NO
ESTUVIERON REALMENTE EN PRESENCIA DE ODU IGBA IWA EN EL IGBOGDU
(Habitáculo de ceremonial consagratorio) DEL ITEFA. ESTE TEMA HAY QUE HACERLO
LLEGAR A TODAS LAS NACIONES DE LA DIASPORA YORUBA, PARA QUE NADIE SEA
TIMADO AL RESPECTO.
FRATERNALMENTE,
CHIEF IFÁBIYI ENRIQUE DE LA TORRE.»
Con toda modestia pienso, que no es posible, que estén realmente haciendo
consagraciones litúrgicas y tanto menos cuando no saben si la deidad que emplean
en cada ocasión ha sido la idónea, tampoco los primeros babalawos cubanos
consagradores de otros, fueron iniciados por estas ceremonias.
Todas esas cuestiones fueron realizadas, como remanentes del proceso colonial
británico de la supuesta superioridad de pureza yoruba poscolonial y nunca antes de
esa época ‒no tienen créditos de mayor antigüedad‒ y los “consagrados” resultantes,
no son lo que ellos aspiraban. Todos han sido víctimas de las falacias culturales de los
procesos civilizatorios que ha sufrido el continente africano; no se trata de mi criterio
personal, es la descripción y confesión resultante de sus propios procedimientos y las
citas irrefutables documentadas de múltiples investigadores.
21
ANEXO VI
Tú sabes que tienes un largo y extenso historial de agresión contra Cuba y la cultura
afrocubana, y también sabes que nunca te lo he permitido en ningún contexto.
Busca esos mail, o acaso no te convienen esos correos de esa época. Acaso no te
conviene todo lo mal que hablaste de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba para
destruirla y crear divisiones con tu proyecto conferencista llamado Caribe. Te dije
que no podías usar a Ifá para alentar guerras ni para justificar invasiones ni
agresiones en el mundo. ¿Se te olvidó?
Nelson Aboy»
Finalmente, (Se omitieron los CC: a 74 foros destinatarios) pero por la cantidad de
escándalos, profanaciones, invenciones y engaños, que este Sr. y sus colaboradores
cubanos llevaron a cabo, mayoritariamente en las zonas orientales de Cuba y como
fueron muchas más las quejas e internacionalmente fue tomando connotación y ello
cuestionaba el prestigio de las autoridades nigerianas, que concedieron un título
documental al mismo, de estilo “nobiliario” en la propia Nigeria; con lo cual se sintió
en condiciones de poder hacer todas estas irregularidades innovadas.
Producto de estas fraudulentas acciones, similares a las que se llevan a cabo dentro y
fuera de Cuba, las autoridades nigerianas que en su momento le concedieron
dignidades titulares se pronunciaron de la siguiente forma con respecto a este señor.
22
ANEXO VII
Eriwo Ya,
Estoy escribiendo esta carta en nombre de todos los ancianos de Ifá y Orisa, en la
región del Estado de Ogun, Abeokuta incluyendo a Ika tierra, Gbagura para informar
que Enrique De La Torre también conocido en línea como Jefe Oluwo Ifá y Ogboni con
el nombre correspondiente de Ifábiyi ha sido denunciado como la obtención de
cualquier título Oloye dentro de Ifá y Orisa o dentro de la región de Abeokuta, Estado
de Ogun por los miembros del consejo supremo de la relación con Ifá y Orisa en la
tierra santa de Abeokuta.
Enrique De La Torre fue el ganador del título relativas a Ifá conocido como El Jefe
Oloye Tedimole AwoIlare de Abeokuta hace los últimos años. Se le dio este título a la
ayuda en la toma de conciencia y la práctica de los conocimientos tradicionales y
prácticas ingeniosas Ifá Orisa como se hace en Abeokuta, siguiendo las prácticas
estrictas de los padres de su primer plano. Enrique De La Torre no ha cumplido con
esta petición y la responsabilidad. Se ha señalado a la atención de la junta y el
consejo de Ifá y Orisa en Abeokuta que Enrique De La Torre no ha sido capaz de
cumplir los requisitos de tal honor y el título.»
En estos dos párrafos está la evidencia de que le concedieron un titulo de honor, para
estudiar y prepararse, pero no como consagrado en ceremonial por ninguna opción
africana, ni tampoco para prácticas inadecuadas a los criterios de sus superiores. En
tal caso, que consagraciones hizo a cubanos dentro de Cuba, que tampoco el
resultado es validado. Continua la cita:
«Los ancianos de Abeokuta, que incluiría la Edu Oba de IleIfe, que es también el
Araba de Abeokuta se han puesto en conocimiento de las prácticas fraudulentas
reciente y antigua relacionándolos con fe en la práctica de Abeokuta llegar a la
conclusión de que estas prácticas se hecho sin el consentimiento, autorización o
realización de cualquier autoridad de Ifá y Orisa en Abeokuta. Ahora es declarado por
estos ancianos que Enrique De La Torre también conocido como Ifábiyi ha sido
denunciado de sus títulos de Oloye (Tedimole Awo Ilare) debido a sus prácticas, y
acciones contra las prácticas auténticas de Abeokuta en ingeniosos tradicionales Ifá y
Orisa».
El párrafo anterior expresa literalmente, que este Sr. ha hecho prácticas fraudulentas.
Reconoce que han habido fraudes recientes y antiguos en las prácticas africanistas;
así como que fueron llevadas a cabo sin permiso de ellos: ¿Concederán permisos
para los fraudes? Continúan diciendo:
«Enrique De La Torre (Ifábiyi) ha sido conocido por usar su título como una forma de
marketing para ganar clientes y/o ahijados de Ifá y Orisa asegurándoles que él está
practicando el auténtico Ifá y Orisa como se hace en Abeokuta, (¿Sin haber recibido
ceremonias?) donde el estado de los ancianos “lo está haciendo sin su autorización y
de formación para asegurar dichas prácticas o enseñanzas para ser verdad.” Enrique
De La Torre ya no se considera la Tedimole Awo Ilare de Abeokuta. (¿Todo esto es así
tan simple y sencillo?, ¿De un plumazo dan o quitan?) Es desde este punto de
aprovechar de su uso y la relación de este título o la afiliación de Ifá y Orisa de
Abeokuta o de sus ancianos. Enrique De La Torre se pongan en contacto con Oba Edu
el Araba de Abeokuta directamente si le gustaría disputar estas denuncias que se han
interpuesto por varios individuos en su contra.
Atentamente,
Oluwo Abayemi Ifátoba Adeniji
Ijo Ojumorere Olodumare Oyela»
Todo esto demuestra ‒como dice la declaración de Abeokuta‒ que se está haciendo
marketing, comercio y mercantilismo con actos que califica de violatorios, en la
entrega de orichas y ceremonias. Con esta declaración quedan invalidadas todas las
ceremonias y deidades que este Sr. se permitió llevar a cabo y entregar en las
distintas regiones en que hizo acto de presencia y ceremonias en Cuba.
Se destaca, como hemos analizado, que ni las EseIfá (Una Mano de Orula para
hombres o para mujeres) ni la entrega de orichas, y menos aun las llamadas
“homologaciones” son válida por estas personas y que todo ello es falso. Reitero, ¿En
qué lamentable situación y defraudación quedan todas las personas que han sido
objeto de sus engaños?
23
ANEXO VIII
Para todos es un hecho que Cuba ha sido el único país que verdaderamente ha
llevado a otras partes del mundo la fe y el amor de esta digna religión, con la
sabiduría de su Culto a Ifá y la Regla de Ocha, por lo que nos asiste el derecho de no
permitir que nada ni nadie manche esta religión que nos fuera legada por nuestros
ancestros (los esclavos), los hombres más humildes de la historia de Cuba.
Por lo que no entendemos que algunos que se dicen ser religiosos hayan faltado al
respeto que merecen nuestras mujeres, al engañarlas diciendo que tienen vastos
conocimientos de nuestra religión y le han hecho creer que las han iniciado en los
secretos profundos de Ifá, estos señores, por llamarlos de alguna manera porque ya
no se les puede llamar hermanos, jamás han visto nada relacionado con este
ceremonial, y sin darse cuenta muchos de los que participaron han sido utilizados por
su líder religioso, confiados en su sabiduría quien en sus ansias de buscar
protagonismo o la obtención de dinero, ha perdido su integridad religiosa y los ha
convertido en profanadores o han pasado a ser sólo unos negociantes de poca
monta.
Han violado así, según los mandamientos de nuestra religión, cuatro de los capítulos
fundamentales que se recogen Ika-Fun 0du I (vea aquí los 16 mandamientos de Ifá),
y que son los siguientes:
Hay razones por las que la mujer no puede trabajar con Ifá o llamarse adivina de Ifá.
Primeramente, en cualquier parte del mundo para ser adivino de Ifá, se deberá estar
consagrado con la presencia de Olofin y a la mujer nunca se le ha permitido estar
presente en el local donde se encuentre esta deidad, incluso cuando se va a trasladar
de una casa a otra es necesario que todas las mujeres que estén en los contornos
pasen a habitaciones cerradas para evitar entrar en contacto con este deidad
superior, por lo tanto es contradictorio que se diga que hay mujeres Oluwos.
Incluso relacionado con este tema recibimos las Declaraciones del Profesor Idowu B.
Odeyemi Balogun Awo Agbaye & Presidente, miembro del Consejo Internacional de la
Religión de Ifá, radicado en Nigeria, donde manifiesta su inconformidad con la
ceremonia de Iyanifá que se le efectuó a una norteamericana nombrada D’Haifia, la
que se jactaba de poseer Odu (Igba Iwa) y se autodenominaba Olowo. El consejo
antes mencionado tomó medidas disciplinarias contra la supuesta Iyanifá por
catalogar esta ceremonia como una de las profanaciones más grandes que se haya
podido cometer contra la religión.
Hacemos alusión a esta situación que tuvo lugar en marzo de 2003, (En Cuba) con el
fin de llamar la atención a los que pretenden hacer ver que precisamente en Nigeria
están de acuerdo con estas cosas, si bien existe este tipo de ceremonia (Honorífica,
no sacerdotal) para mujeres de edad avanzada, que hayan perdido completamente
su menstruación y por supuesto con la limitación de que no pueden estar en contacto
con Odu (Igba Iwa). En nuestra Regla de Ocha o Santería y el Culto a Ifá, éstas
Iyanifá equivalen a nuestras apetebis de Orunmila, con la diferencia de que las
nuestras no tienen que esperar a perder su menstruación o a llegar a una edad
avanzada.
Para aquellos que dicen que en Nigeria se realizan este tipo de ceremoniales, le
exponemos a continuación una traducción del Informe sobre la queja de iniciación de
la Iyanifá Sra. D’Haifia (copia documento original)
Este hecho ha generado una inquietud y desasosiego sin precedentes dentro y fuera
de la comunidad de Ifá Mundial. El consejo, con vistas a aclarar los hechos, por este
medio hace las siguientes aclaraciones:
Por haber manchado el nombre de Ifá y de las mujeres y por arrastrar por el lodo el
reverenciado nombre de Ifá, y generando así una controversia que pudiera haber
sido evitada, el concilio Internacional de la Religión de Ifá, (del cual el Araba de Ifé
es Presidente, Junta directiva) por este medio retira el titulo de jefatura de Yeye
Araba a la Sra. D´Haifia con efecto inmediato.
El Consejo por este medio advierte a todos los charlatanes, impostores, falsos y poco
éticos practicantes de Ifá de que desistan en lo adelante ya que no dudaremos en
invocar todas las medidas correctivas necesarias sobre cualquiera sin importarnos la
posición que ella o él tengan en la comunidad de Ifá.
A todos los templos y asociaciones dedicadas al culto de Ifá en todas partes del
mundo por este medio se les aconseja registrarse oficialmente y tan pronto como sea
posible en el consejo y así evitar que los derechos y privilegios derivados de dicha
membrecía les sean denegados.
24
Consideraciones y observaciones
La manera en que siguió siendo después un término peyorativo, empleado por los
nativos hacia esa nueva clase social poscolonial naciente, porque se apropió de
territorios ajenos para crear Yorubaland, y por imperantes aspectos negativos de
dominación, supremacía y discriminación hacia las culturas autóctonas, que no se
sometieron al servicio e identidad cultural oficial de intereses civilizatorios
protestantes y al idioma inglés.
Respetamos el real estilo africano residual que emplean en sus tierras, pero es válido
allá y no acá, del mismo modo que nuestros babalawos al estilo afrocubano, no están
facultados para acceder a los ceremoniales de ellos, en tanto no se pueden consagrar
por segunda ocasión, sin que ello no sea un acto violatorio de las normas de ambos
estilos y una profanación más. Obviamente, no somos homólogos en costumbres,
tradiciones deidades, religiones ni liturgias; cada una tiene su personalidad propia y
han problematizado el equilibrio de la cultura cubana, la religiosidad popular y las
relaciones sociales entre los practicantes religiosos.
La actual comunidad cubana y mundial que han sido objeto de engaños, con las
ceremonias de “tradicionalismo yoruba” finalmente no los avala en nuestro país como
babalawos acorde a nuestra documentada liturgia de época ni por la propia variante
africana. Ellos mismo así lo explican. Muy al margen de mi propia opinión personal,
que en todo caso solo es sustentada en los textos del patrimonio afrocubano.
Solamente por sus propias acciones y decisiones, el resultado desafortunado de las
mismas es solo producto de ellos mismos, tanto de los consagradores, como de los
consagrados que escogieron consagrarse o practicar el estilo africano, sin meditar sus
consecuencias en este contexto. Por pretenderse distintos, originales y tradicionales,
han resultado ser falacias imaginarias.
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25
Epistemofobia
Así como, con sinceridad, también lamento que haya sido necesario hacer este estudio
diacrónico, que permita comprender como los conceptos imaginados de la cultura
yoruba, convertidos en “spot publicitario”, que se han empleado como argumentos para
las descalificaciones y desplazamientos discriminatorios del patrimonio cultural cubano
conservado, no son contentivos en lo absoluto de ningún componente ancestral
específico, menos aún ortodoxamente antiguos; en tanto fue un proceso resultante de
los intereses civilizatorios del imperio británico; por ello los actuales portadores e
instauradores del reciclaje de nuestra identidad cultural afrocubana, no son más que
portadores y reproductores de los mismos procesos coloniales de los cuales fueron
víctimas, quizás, en algunos casos, sin conocimiento total de esas veladas intenciones
y sus nefastas consecuencias. Ellos necesitan sus nuevos espacios, que no son para
nada nuestros espacios ancestrales y patrimoniales de los afrocubanos en nuestra
Cuba.
De suerte tal resulta, que ser promotor de la llamada cultura yoruba actual, es ser un
reproductor y difusor de los procedimientos coloniales, ("por desconocimiento") que
lograron borrar la menoría histórica autóctona y los cultos originarios entre los
convencionalmente llamados yorubas de la época, en sustitución de sus componentes
culturales originarios. Con el afán de colocar a los restantes grupos ancestrales en la
diáspora afroamericana en posición de inferioridad; intenciones que al pretender
implantar un yorubacentrismo actual en Cuba, se convierten en reproductores de las
intenciones de la colonización británica de importarnos una identidad imaginaria, que
desde sus inicios han pretendido subordinar, desestimar y, hasta deslegitimar e incluso
desacreditar la cultura afrocubana.
Únicamente las descalificaciones hacia la identidad cultural cubana y el daño que
suponen los falsos argumentos y sus consecuencias en la cultura y religiosidad popular,
han hecho posible la necesidad de escribir y esclarecer los acontecimientos para que
todas las partes, seamos consientes de las realidades culturales e históricas por las que
actualmente transitamos.
Nelson Aboy