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Universidad Autónoma de Santo Domingo

(UASD)
Facultad de Humanidades

“Introducción a la Lingüística General”


Sonia Barrera
Tema:
Estructuralismo
Sección:
23
Sustentantes:

John Martínez Brito EG5313


Rafaela Medina 100346618
Leandro L. Rojas 100563698
Mindry Lantigua 100656185
Dorca Rodríguez 100395965
Arquímedes Pérez 100138826

Santo Domingo, D. N. República Dominicana


11 de noviembre del 2022.
El Estructuralismo

El movimiento del estructuralismo lingüístico se sitúa a comienzos del siglo XX y


supone ya el arranque de la lingüística moderna. Su iniciador fue Ferdinand de
Saussure con su Curso de lingüística general (1916), que fue una obra publicada
póstumamente por dos de sus discípulos, quienes se basaron en apuntes de clase de
estudiantes que habían escuchado a Saussure durante sus tres últimos años en
la Universidad de Ginebra. Plantea que la lingüística debe tener como objeto de estudio
la lengua en forma sincrónica, es decir, el estudio de la estructura y funcionamiento de
una lengua en un momento dado, sin tener en cuenta su evolución; a lo que se le
denomina estructura externa. El estructuralismo surge como una reacción frente a las
investigaciones lingüísticas comparativistas de la gramática comparada, frente a las
investigaciones diacrónicas de la gramática histórica y frente a las
investigaciones positivistas de los neogramáticos.

Este nuevo movimiento propuso, en cambio, una nueva concepción de los hechos del
lenguaje, considerándolos como un sistema en el cual los diversos elementos que lo
integran ofrecen entre sí una relación de solidaridad y dependencia. De todos modos la
noción de lengua como «sistema» era admitida antes de la aparición de Saussure; pero
Saussure, además de reforzar esa idea, agregó la idea de que la lengua es «forma» y no
«sustancia», y de que las unidades de la lengua solo pueden definirse mediante sus
relaciones.1 El estructuralismo fundado por Saussure, que habla de «la estructura de un
sistema», continuó desarrollándose en Europa por lingüistas posteriores, surgiendo más
tarde diversas escuelas estructuralistas, como la Escuela de Ginebra, el Círculo
Lingüístico de Praga y la Escuela de Copenhague. Según esta nueva orientación de los
estudios lingüísticos que representa el estructuralismo, la lengua se concibe como un
sistema de signos, y su metodología de estudio se basa en la consideración de una serie
de dualidades o dicotomías:

 Significante / significado: el significado es el concepto y el significante, la


imagen acústica.
 Lengua / habla: la lengua es el código constituido por signos lingüísticos y
reglas de combinación, es decir, el sistema (abstracto) mientras que el habla
es un acto particular (concreto) materializado por el emisor que cifra un
mensaje utilizando el código lingüístico, esto es, el sistema.
 Sincronía / diacronía: el estudio lingüístico, desde un punto de vista
sincrónico, estudia la lengua en su estado actual mientras que el estudio
lingüístico desde un punto de vista diacrónico se centra en la lengua desde
una perspectiva histórica y evolutiva.
 Relación sintagmática / relación paradigmática: las relaciones
sintagmáticas se dan en el discurso, las palabras se ordenan en forma lineal
ya que no existe la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez. Estas
combinaciones se denominan sintagmas. Las relaciones paradigmáticas son
las que se establecen entre unidades alternantes, es decir, entre los signos
que podrían aparecer en un mismo lugar de un enunciado. Para que dos o
más signos puedan alternar, esto es, ocupar el mismo puesto del mensaje,
deben pertenecer a la misma categoría.
 Lingüística interna / lingüística externa: la lingüística interna estudia las
lenguas en sí mismas, mientras que la lingüística externa se encarga de
estudiar el componente social de las lenguas.

Sincronía y diacronía

Saussure estableció la distinción entre esos dos conceptos. La diacronía atiende a los


cambios lingüísticos que se suceden a lo largo del tiempo. La sincronía, en cambio,
atiende al estado de una lengua en un momento dado, haciendo abstracción del factor
temporal. Un estudio sincrónico de la lengua tiene que tener en cuenta la simultaneidad
de los signos lingüísticos dentro de un espacio temporal. En este sentido, el estudio
sincrónico se asimilaría a hacer una fotografía de la lengua y estudiarla en su imagen
estática, sin tener en cuenta la variabilidad temporal. Entonces, este tipo de estudio
proporciona el conocimiento de una lengua en un momento determinado, a partir del
cual pueden llevarse a cabo estudios diacrónicos, esto es, estudios que tengan en cuenta
su evolución e historia. En el aula se habla y se escucha, se escribe y se lee; además, se
evalúan cómo se dicen —oralmente y por escrito— las cosas. Es decir, no solo se
valoran los contenidos sino también los comportamientos comunicativos. Por lo tanto,
es fundamental tener en cuenta tanto los usos «reales» de enseñantes y aprendices como
las expectativas respecto a cómo hay que utilizar el habla y la escritura (la escucha y la
lectura) en el proceso de enseñanza y aprendizaje

Con la idea de la sincronía, se abre la puerta a la consideración de la lengua como


conjunto de elementos, cada uno de los cuales mantiene relación con los restantes. Esta
idea de sincronía queda refleja en Saussure en su noción de sistema o estructura del
lenguaje. Sincronía y diacronía se complementan. Saussure, estableció la relación en el
estudio de los signos a partir de dos elementos fundamentales: significado y
significante.

El signo lingüístico

Lo que el signo lingüístico une, es un concepto (significado) y una imagen


acústica (significante). Por lo tanto el signo lingüístico es la combinación de ambos, y
es la base de Saussure, según afirma en su curso, hablando de una ciencia nueva,
la semiología.4 El significante es una representación mental de los sonidos que forma un
signo. Lo observamos cuando nos hablamos a nosotros mismos mentalmente. El
significado es la representación mental de la realidad, la interpretación del concepto.

Los signos no aparecen de forma aislada, sino que se hallan en relación. Saussure
propuso dos tipos:

 Sintagmática: Se da entre dos signos que están copresentes en el discurso.


 Paradigmática: Se establece entre los signos que están presentes y los que
están ausentes.

Para Saussure la conexión entre el significado y el significante es arbitraria, es decir,


convencional, socialmente construida. Con esto quiere decir que no hay ninguna
relación intrínseca entre el sonido (significante) y el concepto (significado). La forma
más evidente de comprobarlo es que en distintos idiomas un mismo concepto recibe
distintos significantes (ej. árbol/tree). Por lo tanto, la conexión entre significante y
significado sería producto de la interacción humana.

Saussure creía que los conceptos son productos mentales y no entidades independientes
de la mente. La idea es que percibimos la realidad a través de los conceptos ya que no
tenemos acceso a esas entidades independientes, por lo que no se puede asegurar que
dos personas tengan el mismo significado en mente al usar un mismo significante. Los
ejemplos con colores son muy ilustrativos al respecto. Para Saussure no podemos estar
seguros de que estemos viendo la misma tonalidad cuando usamos el significante
«rojo». La adquisición de la noción «rojo» también sería producto de la interacción
humana, por la cual, por ejemplo, en un momento determinado de nuestra vida a uno le
mostrarían una tonalidad y le dirían que aquello es «rojo». En ese momento se
produciría la conexión arbitraria entre el significado (la tonalidad) y el significante
(«rojo»). Entonces, para Saussure uno puede estar seguro de usar el mismo significante
que otra persona ("rojo") pero no de que se esté viendo la misma tonalidad, esto es,
teniendo el mismo significado en mente. Según Saussure, la única manera de probar que
se tiene el mismo significado sería acudir a las entidades independientes de la mente, y
en la medida en que no podemos aislarnos de ella, nuestra percepción de la realidad se
ve mediatizada por los conceptos que son constructos mentales.

Todo esto prueba para Saussure que el lenguaje es una institución social. Como en el
último ejemplo, los signos adquieren su función y su significado a través de la práctica
social y el intercambio humano. Cuando un signo está socialmente establecido adquiere
estabilidad, por lo que no cambiaría fácilmente. Aun así, el significado de un signo es
más probable que cambie con el contexto, esto es, su uso social.

La estructura de la lengua

Para Saussure y los estructuralistas los signos están interconectados formando la


estructura de la lengua. En su Curso de lingüística general (1916) Saussure defendió
que la lengua es un sistema formal basado en la diferenciación de los elementos que lo
constituyen. Este sistema fue posteriormente llamado «estructura», de aquí que la
aproximación general a esta concepción del lenguaje se llama Estructuralismo.

Por lo tanto, la estructura de la lengua se basa en su diferenciación entre los signos. En


el caso de los significantes, la diferenciación consiste en que su sonido o su dibujo (las
grafías unidas en cierto orden que forman un significante, ej. calle) son distintos de
otros sonidos o dibujos de otros términos de la estructura.

Respecto al significado, Saussure decía que era abstraído a partir de la relación entre los
conceptos que formaban la estructura de la lengua. Con ello quería decir que el
significado no es algo intrínseco a la palabra, sino algo extrínseco respecto a los otros
significados dentro de la estructura. Por ejemplo, tomando de nuevo el significado de
«rojo», para Saussure dicho significado se entendería a partir de las relaciones negativas
que mantendría con los otros significados del lenguaje. La idea sería que uno sabe qué
es «rojo» por contraste, diciendo: no es azul, no es lila etc., pero no solo con los demás
colores sino con todos los significados, ya que en la estructura o sistema de la lengua
cada término (con su significado y significante) está relacionado con todos los demás al
mismo tiempo.

Esto significa que la estructura de la lengua no puede ser concebida de manera


atomística, esto es: que sus elementos (los signos) puedan separarse unos de otros. Por
eso los estructuralistas defienden la perspectiva holística, esto es: la idea de que las
propiedades de un sistema no pueden ser determinadas o explicadas a partir de sus
componentes aislados. De aquí que la estructura de la lengua se basa en la relación
diferencial entre los términos y que dichos términos no puedan entenderse sin tener en
cuenta su interconexión.

principales representantes del estructuralismo

Entre los principales teóricos de este movimiento estructuralista se destacan Ferdinand


de Saussure (1857-1913), Claude Lévi-Strauss (1908-2009), Roland Barthes (1915-
1981), Michel Foucault (1926-1984), Jacques Lacan (1901-1981), Luis Althusser
(1918-1990) y Jacques Derrida.

El estructuralismo saussureano influyó sobremanera en el desarrollo de la lingüística


posterior al punto de que se habla de una lingüística anterior y posterior a Saussure.
Debido a que el hecho lingüístico es muy complejo, pues intervienen múltiples factores
de naturaleza fónica, acústica, fisiológica y de alcance tanto individual como social, la
lingüística no se ocupa del lenguaje, ya que es un fenómeno amplio, sino que su objeto
es el estudio de las relaciones entre los elementos que forman parte únicamente del
sistema lingüístico, es decir, define su objeto de estudio, la lengua y el habla en sí
mismos.

La teoría iniciada por la labor de Saussure, que sienta las bases del estructuralismo,
supone una ruptura con la tradición historicista de la lingüística conocida hasta
entonces, que se centraba en el estudio evolutivo de las lenguas. El estructuralismo
afirma que se deben estudiar las lenguas atendiendo a su realidad, y no solo a su
evolución. Por lo tanto, atendiendo al principio de inmanencia lingüística, se separa el
estudio del aspecto social concerniente a las lenguas, pero sin obviarlo ya que Saussure
es consciente de este hecho al dividir la lingüística en dos grandes campos: la lingüística
interna que se encarga del estudio de la lengua en sí y supondría la verdadera lingüística
y la lingüística externa que se encarga del aspecto sociolingüístico.

Aportes del Estructuralismo a la Lingüística


Principios del Estructuralismo

 Principio de oposición.
 Principio de funcionalismo.
 Principio de sistematización.
 Principio de Neutralización.

Tipos de Estructuralismos

La división de los estructuralismos depende del criterio de división que adoptemos: a)


Si el criterio de división es el objeto u objetivo de estudio, obtendríamos tantos
estructuralismos como ciencias: estructuralismo matemático (E. Gaulois y Bourbaki
aplicaron la teoría de grupos a la topología y álgebra); estructuralismo lógico (lógicas de
relaciones y de clases); estructuralismo psicológico (Gestaltismo de K. Koffka o W.
Köhler; también la psicología evolutiva de J. Piaget); estructuralismo lingüístico (F. de
Saussure, Escuelas de Praga y Copenhague, N. Chomsky); estructuralismo sociológico
(Durkheim, Weber, Dilthey); estructuralismo antropológico (Lévi-Strauss);
estructuralismo literario (también llamado textual o crítico: R (examine más sobre todos
estos aspectos en la presente plataforma online de ciencias sociales y humanidades).
Barthes); estructuralismo filosófico (Lacan, Althusser, Foucault, Derrida); etc. b) Para
un criterio de división territorial, localizaríamos un estructuralismo norteamericano (L
(examine más sobre todos estos aspectos en la presente plataforma online de ciencias
sociales y humanidades). Bloomfield, Z. Harris, N. Chomsky), y otro estructuralismo
europeo (a incluir y destacar el estructuralismo francés: Lacan, Althusser, Foucault,
etc). c) Desde un criterio por individuación de cada pensador estructuralista surgiría un
tipo distinto de estructuralismo. Contaríamos tantos estructuralismos como
estructuralistas: estructuralismo de Lévi-Strauss; estructuralismo de Lacan, etc.
Estructuralismo europeo

El legado de Saussure y la Escuela de Praga

El Curso de lingüística general (1916) de Saussure influyó a muchos lingüistas entre la


Primera y la Segunda Guerra Mundial.

La Escuela de Praga es la más destacada inicialmente, con miembros como Roman


Jakobson o Nikolái Trubetskói.5 Su mayor legado dentro del estructuralismo hace
referencia a la fonética. En vez de hacer una lista de los sonidos que aparecen en el
lenguaje, la Escuela de Praga estudió cómo estos estaban relacionados. En este sentido,
determinaron que el inventario de sonidos de un idioma puede ser analizado en términos
de contraste. Por ejemplo, en inglés los sonidos de /p/ y /b/ representan distintos
fonemas porque existen casos donde el contraste entre los dos es la única diferencia
entre palabras distintas (ej. pat y bat).

Analizar los sonidos en términos de contraste también permite hacer estudios


comparativos. Por ejemplo, se puede explicar que la dificultad que tienen los japoneses
para diferenciar la /r/ y la /l/ en inglés es debido a que dichos sonidos no se contrastan
en japonés. Aunque este tipo de aproximación es hoy muy aceptada en lingüística fue
revolucionaria en su tiempo. Desde entonces, la Fonología se convertiría en la base
paradigmática para distintos campos de estudio.

Los trabajos seguirían con una figura capital, Louis Hjelmslev (Ensayos


lingüísticos, Prolegómenos de una teoría del lenguaje), en Dinamarca, o con Alf
Sommerfelt en Noruega.

Estructuralismo En Francia

En Francia, Antoine Meillet y su discípulo Émile Benveniste continuarían con el


programa de Saussure. El segundo ha sido capital, dada además su magnífica formación
histórica, y sus obras son una continuación renovada de las investigaciones iniciales
sobre las lenguas indoeuropeas. Como gran comparatista renovador, fue autor de un
importante Vocabulario de las instituciones indoeuropeas.6 Pero sus escritos en ese
campo se hallan recogidos en Problemas de lingüística general, tomos I y II,
colecciones de artículos magistrales, que son aún fuente de inspiración para los
estudiosos de las ciencias humanas en general.

Émile Benveniste, al resaltar que el estructuralismo en realidad habla de la estructura de


un sistema, señala que la lengua debe analizarse como unidades que se condicionan
mutuamente, y que se distingue de los otros sistemas posibles por el arreglo interno de
tales unidades: ese arreglo es lo que constituye su estructura.

Otras figuras

Eugenio Coseriu parte de los estudios de Saussure, pero expresa la necesidad de que la


lengua y el habla no están tan separados. El habla no es tan individual y existe un paso
intermedio entre el habla y la lengua: la norma. La norma implica los usos habituales
repetidos en un determinado colectivo. Es decir, tomamos rasgos lingüísticos
característicos de nuestro entorno. La norma se clasifica en tres tipos y se manifiestan
en la pronunciación, el léxico, la morfosintáctica delatando en la situación común en la
que nos encontramos:

 Norma diatópica: Criterio de carácter espacial, los usos lingüísticos


normales y habituales en un conjunto geográfico determinado. Guarda
relación con la dialectología.
 Norma diastrática: Criterio de carácter social, usos lingüísticos normales y
habituales en un conjunto de rasgos sociales en común, como pueden ser la
edad, el nivel económico, el sexo etc. Guarda relación con
la sociolingüística.
 Norma diafásica: Criterio de carácter contextual, usos lingüísticos normales
y habituales que emplean los hablantes en determinadas situaciones
comunicativas. Guarda relación con la pragmática.

Ya en la década de los 40 el estructuralismo era la corriente dominante en los estudios


lingüísticos. Dentro de la vertiente europea encontramos el principal referente y punto
de partida insoslayable en el propio Saussure, algunos de cuyos discípulos
como Martinet y Alarcos serían los representantes de su paradigma y enfoque
metodológico, en este caso de la escuela francesa y española respectivamente. Los
estructuralistas acabarán derivando hacia el funcionalismo lingüístico sin perder el
principio de inmanencia lingüística pero teniendo en cuenta criterios externos y, desde
luego, oponiéndose a las corrientes formalistas del generativismo chomskiano. El
estructuralismo tuvo una influencia fundamental en la enseñanza de lenguas durante la
segunda mitad del siglo XX que continúa hoy día. Muestra de ello son las muchas
huellas de su aportación y, en consecuencia, sigue plenamente vigente, con sus
desarrollos ulteriores, en los métodos de enseñanza moderna.

El estructuralismo norteamericano

La lingüística siguió en Estados Unidos, durante el siglo XIX y el primer cuarto del
siglo XX, los mismos derroteros que en Europa. Así fue hasta que, a partir del final de
la Primera Guerra Mundial y por dificultades de intercomunicación científica, así como
por deseo de afirmar una personalidad propia, los lingüistas americanos imprimen a sus
actividades unas características peculiares. Aunque en cierto modo, como veremos,
paralelas a las que se desarrollaban al otro lado del Atlántico.

Los norteamericanos llegaron también a la instauración de la lingüística sincrónica.


Mucho se ha discutido sobre el papel que en ese proceso desempeñó el Curso de
Saussure. El propio Leonard Bloomfield escribió en 1922 que el maestro ginebrino
había construido las bases de la nueva lingüística, aunque no fueron pocos los que
afirmaron que se había llegado al mismo resultado sin influjo alguno de la ciencia
europea. Y, en efecto, hay algo de cierto en ello. Pues muchos lingüistas
norteamericanos se formaron estudiando las lenguas indígenas que, por ser
desconocidas en sus fases anteriores, no eran susceptibles de investigación diacrónica.
Había que estudiarlas, pues, como eran, en su estado actual.

Es precisamente esa atención prestada a las lenguas indígenas la que configuró y dio
originalidad al estructuralismo norteamericano y a sus métodos. En efecto, aquellas
lenguas no podían ser descritas con las categorías establecidas secularmente por la
lingüística tradicional (sustantivo, adjetivo, verbo, tiempo, modo aspecto…). Ello
obligó a sus estudiosos a buscar nuevas categorías y, de paso, mostró la debilidad de las
antiguas, que habían sido creadas en base únicamente a las lenguas europeas. Esa
búsqueda llevó a los lingüistas norteamericanos a estadios más avanzados que sus
colegas europeos, sobre todo en cuanto a sus estudios de la morfología y de la sintaxis.
Contó todo eso proceso con dos maestros indiscutibles: Edward Sapir (en la imagen) y
Leonard Bloomfield. El primero formuló los supuestos del estructuralismo fonológico;
el segundo dejó su huella en los terrenos mencionados de la morfología y la sintaxis.

Sin embargo, ambos se distancian en sus respectivas concepciones del lenguaje. Sapir
está a la cabeza de lo que se ha llamado el mentalismo americano, es decir, de una
interpretación del lenguaje indisolublemente unida a los actos de la mente. En cambio,
Bloomfield, maestro y fundador del anti mentalismo, lleva a sus últimos límites la
disociación entre los significantes y los significados, para excluir estos de su
consideración. Afirma que el lingüista sólo puede realizar aserciones sobre el sistema de
los significantes, ya que las cuestiones del significado, de índole mental y conceptual,
no son de su incumbencia. Su lingüística trata de analizar la lengua con rasgos
exclusivamente formales. La significación sólo se tiene en cuenta como control, para
tener la seguridad de las que conclusiones obtenidas no son irracionales.

Citas bibliográficas

 Ferdinand Saussure, (1916), Curso de lingüística general (Spanish Edition). 


 Culler, J. (2018). Structuralism. Routledge Encyclopedia of Philosophy.
Thematic. DOI 0.4324/9780415249126-N055-1.
 Theodore, S. (2018). Structuralism in social science. Routledge Encyclopedia of
Philosophy. Thematic. DOI 10.4324/9780415249126-R036-1.
 The Basics of Philosophy. (2008-2018). Structuralism. The Basics of
Philosophy. https://www.philosophybasics.com/movements_structuralism.html

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