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Trabajo Exposicion Estructuralismo. JM
Trabajo Exposicion Estructuralismo. JM
(UASD)
Facultad de Humanidades
Este nuevo movimiento propuso, en cambio, una nueva concepción de los hechos del
lenguaje, considerándolos como un sistema en el cual los diversos elementos que lo
integran ofrecen entre sí una relación de solidaridad y dependencia. De todos modos la
noción de lengua como «sistema» era admitida antes de la aparición de Saussure; pero
Saussure, además de reforzar esa idea, agregó la idea de que la lengua es «forma» y no
«sustancia», y de que las unidades de la lengua solo pueden definirse mediante sus
relaciones.1 El estructuralismo fundado por Saussure, que habla de «la estructura de un
sistema», continuó desarrollándose en Europa por lingüistas posteriores, surgiendo más
tarde diversas escuelas estructuralistas, como la Escuela de Ginebra, el Círculo
Lingüístico de Praga y la Escuela de Copenhague. Según esta nueva orientación de los
estudios lingüísticos que representa el estructuralismo, la lengua se concibe como un
sistema de signos, y su metodología de estudio se basa en la consideración de una serie
de dualidades o dicotomías:
Sincronía y diacronía
Saussure estableció la distinción entre esos dos conceptos. La diacronía atiende a los
cambios lingüísticos que se suceden a lo largo del tiempo. La sincronía, en cambio,
atiende al estado de una lengua en un momento dado, haciendo abstracción del factor
temporal. Un estudio sincrónico de la lengua tiene que tener en cuenta la simultaneidad
de los signos lingüísticos dentro de un espacio temporal. En este sentido, el estudio
sincrónico se asimilaría a hacer una fotografía de la lengua y estudiarla en su imagen
estática, sin tener en cuenta la variabilidad temporal. Entonces, este tipo de estudio
proporciona el conocimiento de una lengua en un momento determinado, a partir del cual
pueden llevarse a cabo estudios diacrónicos, esto es, estudios que tengan en cuenta su
evolución e historia. En el aula se habla y se escucha, se escribe y se lee; además, se
evalúan cómo se dicen —oralmente y por escrito— las cosas. Es decir, no solo se valoran
los contenidos sino también los comportamientos comunicativos. Por lo tanto, es
fundamental tener en cuenta tanto los usos «reales» de enseñantes y aprendices como las
expectativas respecto a cómo hay que utilizar el habla y la escritura (la escucha y la
lectura) en el proceso de enseñanza y aprendizaje
Con la idea de la sincronía, se abre la puerta a la consideración de la lengua como conjunto
de elementos, cada uno de los cuales mantiene relación con los restantes. Esta idea de
sincronía queda refleja en Saussure en su noción de sistema o estructura del
lenguaje. Sincronía y diacronía se complementan. Saussure, estableció la relación en el
estudio de los signos a partir de dos elementos fundamentales: significado y significante.
El signo lingüístico
Los signos no aparecen de forma aislada, sino que se hallan en relación. Saussure propuso
dos tipos:
Saussure creía que los conceptos son productos mentales y no entidades independientes
de la mente. La idea es que percibimos la realidad a través de los conceptos ya que no
tenemos acceso a esas entidades independientes, por lo que no se puede asegurar que dos
personas tengan el mismo significado en mente al usar un mismo significante. Los
ejemplos con colores son muy ilustrativos al respecto. Para Saussure no podemos estar
seguros de que estemos viendo la misma tonalidad cuando usamos el significante «rojo».
La adquisición de la noción «rojo» también sería producto de la interacción humana, por
la cual, por ejemplo, en un momento determinado de nuestra vida a uno le mostrarían una
tonalidad y le dirían que aquello es «rojo». En ese momento se produciría la conexión
arbitraria entre el significado (la tonalidad) y el significante («rojo»). Entonces, para
Saussure uno puede estar seguro de usar el mismo significante que otra persona ("rojo")
pero no de que se esté viendo la misma tonalidad, esto es, teniendo el mismo significado
en mente. Según Saussure, la única manera de probar que se tiene el mismo significado
sería acudir a las entidades independientes de la mente, y en la medida en que no podemos
aislarnos de ella, nuestra percepción de la realidad se ve mediatizada por los conceptos
que son constructos mentales.
Todo esto prueba para Saussure que el lenguaje es una institución social. Como en el
último ejemplo, los signos adquieren su función y su significado a través de la práctica
social y el intercambio humano. Cuando un signo está socialmente establecido adquiere
estabilidad, por lo que no cambiaría fácilmente. Aun así, el significado de un signo es
más probable que cambie con el contexto, esto es, su uso social.
La estructura de la lengua
Respecto al significado, Saussure decía que era abstraído a partir de la relación entre los
conceptos que formaban la estructura de la lengua. Con ello quería decir que el significado
no es algo intrínseco a la palabra, sino algo extrínseco respecto a los otros significados
dentro de la estructura. Por ejemplo, tomando de nuevo el significado de «rojo», para
Saussure dicho significado se entendería a partir de las relaciones negativas que
mantendría con los otros significados del lenguaje. La idea sería que uno sabe qué es
«rojo» por contraste, diciendo: no es azul, no es lila etc., pero no solo con los demás
colores sino con todos los significados, ya que en la estructura o sistema de la lengua cada
término (con su significado y significante) está relacionado con todos los demás al mismo
tiempo.
Esto significa que la estructura de la lengua no puede ser concebida de manera atomística,
esto es: que sus elementos (los signos) puedan separarse unos de otros. Por eso los
estructuralistas defienden la perspectiva holística, esto es: la idea de que las propiedades
de un sistema no pueden ser determinadas o explicadas a partir de sus componentes
aislados. De aquí que la estructura de la lengua se basa en la relación diferencial entre los
términos y que dichos términos no puedan entenderse sin tener en cuenta su
interconexión.
Principio de oposición.
Principio de funcionalismo.
Principio de sistematización.
Principio de Neutralización.
Tipos de Estructuralismos
Estructuralismo europeo
Los trabajos seguirían con una figura capital, Louis Hjelmslev (Ensayos
lingüísticos, Prolegómenos de una teoría del lenguaje), en Dinamarca, o con Alf
Sommerfelt en Noruega.
Estructuralismo En Francia
Otras figuras
Eugenio Coseriu parte de los estudios de Saussure, pero expresa la necesidad de que la
lengua y el habla no están tan separados. El habla no es tan individual y existe un paso
intermedio entre el habla y la lengua: la norma. La norma implica los usos habituales
repetidos en un determinado colectivo. Es decir, tomamos rasgos lingüísticos
característicos de nuestro entorno. La norma se clasifica en tres tipos y se manifiestan en
la pronunciación, el léxico, la morfosintáctica delatando en la situación común en la que
nos encontramos:
El estructuralismo norteamericano
La lingüística siguió en Estados Unidos, durante el siglo XIX y el primer cuarto del siglo
XX, los mismos derroteros que en Europa. Así fue hasta que, a partir del final de la
Primera Guerra Mundial y por dificultades de intercomunicación científica, así como por
deseo de afirmar una personalidad propia, los lingüistas americanos imprimen a sus
actividades unas características peculiares. Aunque en cierto modo, como veremos,
paralelas a las que se desarrollaban al otro lado del Atlántico.
Es precisamente esa atención prestada a las lenguas indígenas la que configuró y dio
originalidad al estructuralismo norteamericano y a sus métodos. En efecto, aquellas
lenguas no podían ser descritas con las categorías establecidas secularmente por la
lingüística tradicional (sustantivo, adjetivo, verbo, tiempo, modo aspecto…). Ello obligó
a sus estudiosos a buscar nuevas categorías y, de paso, mostró la debilidad de las antiguas,
que habían sido creadas en base únicamente a las lenguas europeas. Esa búsqueda llevó
a los lingüistas norteamericanos a estadios más avanzados que sus colegas europeos,
sobre todo en cuanto a sus estudios de la morfología y de la sintaxis.
Contó todo eso proceso con dos maestros indiscutibles: Edward Sapir (en la imagen) y
Leonard Bloomfield. El primero formuló los supuestos del estructuralismo fonológico; el
segundo dejó su huella en los terrenos mencionados de la morfología y la sintaxis.
Sin embargo, ambos se distancian en sus respectivas concepciones del lenguaje. Sapir
está a la cabeza de lo que se ha llamado el mentalismo americano, es decir, de una
interpretación del lenguaje indisolublemente unida a los actos de la mente. En cambio,
Bloomfield, maestro y fundador del anti mentalismo, lleva a sus últimos límites la
disociación entre los significantes y los significados, para excluir estos de su
consideración. Afirma que el lingüista sólo puede realizar aserciones sobre el sistema de
los significantes, ya que las cuestiones del significado, de índole mental y conceptual, no
son de su incumbencia. Su lingüística trata de analizar la lengua con rasgos
exclusivamente formales. La significación sólo se tiene en cuenta como control, para
tener la seguridad de las que conclusiones obtenidas no son irracionales.
Conclusión