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1. MOTIVACIÓN
En el centro de un bosque había un gran árbol, que era la admiración de
todos los que lo veían. A su sombra se sentaban a descansar los caminantes
y, en sus ramas, los pájaros construían sus nidos. Pero un día las ramas dijeron:
¿Ven lo importante que somos?¡Qué color tan maravilloso tienen nuestras
hojas! ¿Qué tenemos que ver nosotras con este sucio y gordo tronco, y
cuánto menos con esas feas raíces que están todo el día bajo tierra? Y
decidieron que desde ese día vivirían solas sin necesidad de nadie.
El tronco, por su lado, dijo: ¿Qué sería del árbol sin mí? Soy yo quien alimenta
a las ramas y da vida a todo el árbol. Si yo no estuviera aquí, las ramas no
tendrían savia que les diera colorido y vida. ¡Soy el más fuerte e importante!
Dialogamos:
• ¿Qué pasa si alguna parte del árbol no está dispuesta a colaborar con
las otras partes?
• ¿Qué consigue el árbol cuando todas sus partes colaboran en armonía?
• ¿Cuál es el mensaje principal de esta historia?
3. REFLEXIONAMOS:
En este grupo “todos” somos necesarios, importantes, valiosos y nos
necesitamos unos a otros. Para que este grupo tenga vida y viva en
armonía, es necesario que cada uno comparta y colabore en el grupo con
responsabilidad, alegría y cariño. Así cumplimos la voluntad de Dios, y Dios
se hace presente en medio de nosotros.
A veces, hay desconfianza y recelo entre las personas, no les damos
importancia ni las respetamos como merecen, sencillamente porque no las
conocemos bien. ¡Es necesario destruir esos muros que nos separan! La
comunicación es una gran barrera que nos mantiene encerrados en
nuestra soledad, y la soledad nos hace sufrir.
La comunicación es una necesidad profunda del ser humano. Necesitamos
vivir en una actitud de dialogo permanente, abiertos para el encuentro con
los demás.
Es necesario saber cómo es la persona con la cual tratamos, qué gustos
tiene, cuáles son sus necesidades, sus dificultades y aspiraciones, qué
cualidades y defectos tiene, qué piensa, cuáles son sus sentimientos. Hay
personas de las cuales sólo conocemos el nombre o su apariencia física:
entonces hay muy poca amistad. Pero hay personas con las cuales nos
relacionamos más, pues con ellas compartimos aspiraciones, alegrías,
momentos difíciles, trabajos y actividades: estas personas son realmente
nuestros amigos. Conocerse a fondo no es algo que se hace en un día.
Cada hombre y cada mujer es una persona única e irrepetible. Y a cada
persona hay que valorarla y respetarla por sí misma.
4. PARA RECORDAR…
✓ La comunicación es importante porque nos permite vivir en armonía,
colaborar unos con otros y compartir nuestra fe y capacidades.