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 Jugar, fantasear ganancia de placer

“El creador literario y el fantaseo” es un texto que Freud escribe en el año 1908 y que tiene
como objetivo principal esclarecer las relaciones entre el juego infantil, la actividad poética y
los sueños diurnos.

Propone que la creación poética y el sueño diurno son la continuación y el sustituto del juego
infantil.

Lo primero que van a encontrar en el texto es lo que plantea Freud respecto de ambas
actividades, sus comparaciones y diferencias.

Va a decir que el niño que juega se comporta como un poeta, debido a que cuando juega
inserta las cosas del mundo en un nuevo orden que le resulta mas agradable.

Sostiene a su vez que el mundo del juego es altamente investido por el niño, con esto nos esta
queriendo decir que gran parte de su tiempo, así como también su interés, están puestos en
esta actividad. Por otra parte en relación a esto ultimo, agrega que tiende a apuntalar
[sostener] objetos y situaciones imaginadas en “cosas palpables” y visibles del mundo real.

El poeta, al igual que el niño que juega dice Freud, crea un mundo de fantasía al que toma muy
en serio y separa tajantemente de la realidad efectiva, y en su caso, lo apuntala en el producto
de su creación.

Este aspecto del apuntalamiento es lo que separa a estas actividades [ juego y creación
literaria] del fantaseo.

El adulto que deja de jugar, no renuncia a la importante cuota de placer que el juego depara
en la economía psíquica, si renuncia en cambio al apuntalamiento en objetos reales. Sostiene
esta ganancia ahora en el fantaseo, “Construye castillos en el aire, crea lo que se llama sueños
diurnos” pág. 128

Además mientras el niño que juega tiene poco miramiento por su publico, y no oculta su
juego a los adultos [así como tampoco juega para ellos], el adulto esconde sus fantasías, las
trata como una propiedad de las mas intimas. Esta diferencia notable entre la conducta de
quien juega y de quien fantasea, es vinculada en el texto a otra diferencia, que se basa en los
motivos de ambas actividades. Al estar el jugar dirigido por el deseo de ser grande y adulto, no
habría razón para esconderlo.

En el caso del adulto esto cambia, ya que sabe que se espera que el actué de una determinada
manera en el mundo real, esto es que no juegue ni fantaseé, entonces en su fantaseo habrá
mucho que deba esconder por su carácter infantil y prohibido.

La actividad fantaseadora según Freud tiene una importancia central en todos los seres
humanos y sostiene que no es el hombre dichoso quien fantasea sino justamente quien no se
encuentra satisfecho: “Deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las fantasías, y cada
fantasía singular es un cumplimiento de deseo, una rectificación de la insatisfactoria realidad”.
Pág 129/130.
Estos deseos van a tener que ver con el sexo, carácter, circunstancias de la vida de quien
fantasee y los agrupa en dos: deseos ambiciosos que sirven a la exaltación de la personalidad,
por ejemplo ser el hombre mas rico del pueblo. Y deseos eróticos, acceder a un hombre o
mujer que me gusta pero nada tiene que ver con mis posibilidades de acceder a esa persona.

Lo que le interesa destacar a Freud es que en ambos hay grandes motivos para el ocultamiento
del fantaseo.

Por otra parte agrega que las fantasías singulares también llamadas en el texto, sueños diurnos
o “castillos en el aire”, van cambiando, es decir que se alteran de acuerdo a las condiciones de
vida que los sujetos van teniendo. Siguiendo el ejemplo, si te sacas la lotería no vas a fantasear
mas con ser el hombre mas rico del pueblo.

Mas allá del objetivo central del texto, Freud también hace referencia aquí a la relación entre
los sueño diurnos [ las fantasías concientes ] y los síntomas neuróticos.

Lo que subraya respecto de esto ultimo es que las fantasías al proliferar y volverse
hiperpotentes crean las condiciones para que se pueda desarrollar la neurosis. Vemos así
como las fantasías se comienzan a relacionar con las patologías.

Cuando las fantasías se vuelven exigentes para el Yo debido a que reclaman su realización, son
reprimidas y están en la base de la formación de los síntomas.

A partir de esto es importante entonces destacar que son las fantasías inconscientes, es decir
aquellas que fueron reprimidas, las que participan en las formación de los síntomas neuróticos.

Las fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad


Este texto Freud lo escribe en 1908, y es donde también examina como a partir de las fantasías
se abre paso hacia la enfermedad.

Aclara que en las fantasías histéricas se pueden pesquisar importantes conexiones para la
causación de los síntomas neuróticos. Freud lo expresa en el escrito a través de la siguiente
cita: “ La observación no deja subsistir duda alguna: de estas fantasías las hay tanto
inconscientes como concientes, y tan pronto como han devenido inconscientes pueden
volverse también patógenas, vale decir, expresarse en síntomas y ataques” pág. 142

Vuelve sobre la idea de que las fuentes comunes de todas estas creaciones de la fantasía son
los sueños diurnos de los jóvenes. También nos recuerda aquí como los sueños diurnos y
nocturnos se encuentran emparentados, dado que los sueños diurnos [cumplimientos de
deseos engendrados por la privación y la añoranza] son las clave para entender a los sueños
nocturnos cuyo núcleo son fantasías diurnas complicadas, desfiguradas y mal entendidas por la
instancia psíquica conciente.

En relación al origen de las fantasías inconscientes nos dice que pueden haberlo sido siempre,
haberse formado en lo inconciente o bien haber sido alguna vez fantasías concientes , vale
decir sueños diurnos, y luego haber caído en represión.

Freud dice que al que le interesa estudiar la Histeria abandona el estudio de los síntomas para
enfocarse en las fantasías de las cuales los síntomas proceden.
Entonces en este texto Freud nos va a plantear que el síntoma histérico es la concreción de
una fantasía inconciente del sujeto, y sirve a la sexualidad. Pensemos por ejemplo el tos de
Dora, ese síntoma es una satisfacción sexual sustitutiva que viene al lugar de otra cosa.

Pegan a un niño
Si continuamos el recorrido por los textos propuestos en la unidad 8 y parte de la 9 del
Programa de Final, también vamos a encontrar con “Pegan a un niño”, escrito por Freud en
1919.

Encuentra sujetos cuya fantasía sexual era “Pegan a un niño”, y a partir de esto va a decir que
la fantasía es la manera de encauzar la satisfacción de un sujeto. Se crea a partir de esta
fantasía una estrategia para encontrar la satisfacción.

Freud plantea un análisis exhaustivo de esta fantasía de paliza, “Pegan a un niño”


argumentando que se trata en este caso, de una fantasía masturbatoria.

“La fantasía de paliza y otras fijaciones perversas análogas solo serian unos precipitados del
complejo de Edipo, las cicatrices que el proceso deja tras su expiración”. Pág. 190

En este texto si bien Freud se dedica al tema de las fantasías, razón por la cual lo podemos
poner en serie con la Bibliografia correspondiente a la Unidad 8, también es posible tomarlo
por la vía de su conexión con la Unidad 9, ya que nos enseña que atravezar el complejo de
Edipo deja marcas y por esta razón decimos que es el núcleo de la neurosis.

La fijeza de estas fantasías da cuenta de una soldadura por medio de la cual la pulsión se
enlaza a un objeto. Se trata entonces como dijimos de un modo singular, de una estrategia
para alcanzar la satisfacción de la pulsión.

Esto nos permite a su vez pensar el punto de programa “las fantasías como marco de la
pulsión” ya que da cuenta del lugar intermedio que ocupan las fantasías.

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