Investigacion en la Escuela, n? 9, 1989
Modelos de aprendizaje en la
didactica de las ciencias
Joan Aliberas
‘Moviment educatiu del Maresme
Refina Gutierrez (*)
Departamento de Didéctica de las Ciencias, IEPS
Mercé Izquierdo
Departamento de Didéctica de las Ciencias, UAB
(Este articulo forma parte de la tesina de icenciatura de . Aliberas (1987), que recibié
el premio "Baldiri Rexach" para profesoves, de la fundacién Jaume I)
‘RESUMEN
nor rd mai le medline rin Dia de
la iene, lrellordeper Gag Ase styl Hacked emer eLcbformacin® Dens pees
Finn omen Sot ee oes min and moe
‘se aconseia ten uso racional de las aportaciones de cada wo de ellos, dependiendo de ls situacién diddctica
Introduccion,
Considerada como disciplina, la didéetica
de las ciencias no dispone en este momento
de un conjunto de teorfas que sean aceptadas
mayoritariamente por todos los profesionales
de este campo del saber. Esto no deberia sig-
nificar que los docentes tengamos que parali-
zar nuestra actividad hasta disponer de mode-
los tinicos, sino que es razonable, al menos
desde una perspectiva toulminiana, pregun-
tarnos por la manera de utilizar lo que en es
tosmomentos ya se sabe(Toulmi, 1972), En
relacién a las teorias de aprendizaje, esto que-
tla decir que es més racional intentar descu-
brir en cada teorfa aquello que aporta, lo que
funciona lo que no, que tratar de identificar
(6 Para comact: (91) 24.64.404
La teorka correcta que nos solucionaré todos lo
problemas.
Hoy parece claro que mientras que el
alumno estudia ciencias organiza sus conoci-
mientos de manera distinta a como estos apa-
recen formalizados por la propia ciencias y
que esta organizacién es también distinta de
Jaforma en que se han construfdo los conoci-
mientos a lo largo de Ia historia de las cien-
cias;y también es diferente dela construccién
espontinea de los conocimientos cientificos
que realizan los sujetos auténomamente, an-
tes de estar influenciados por los conocimien-
10s cientficos escolares (ciencia de los nifas,
exquemas altemativos, etc). El movimiento
constructivista del aprendizaje (Linn, 1987,
Novak, 1988, Driver, 1988, Benlloch, 1984)
”Fundarentos
destaca la biisqueda activa del significado en
el individuo que aprende. Pero a descripcién
de este proceso varia en funcién del modelo
tebrico de referencia (no es lo mismo el cons-
tructivismo piagetiano que el ausubeliano 0
que el de la psicologia del procesamiento de
1a informacién). Utilizar en nuestra prictica
profesional un modelo u otro puede condu-
cir a explicaciones del resultado del aprendi-
zaje muy diferentes.
En la literatura relativa al aprendizaje de
lasciencias se han tomado como referencia al-
gunos modelos con preferencia a otros. Son
estos los elaborados por Gargné, Ausubel,
Piaget y los provenientes de la psicologia del
Procesamiento de a Informaci6n. Eneste tra-
bajo vamos a describir los elementos mis im-
portantes de estos modelos, sefialando la ne-
cesidad de fundamentar la intervencién di-
dictica en un modelo de aprendizaje-y la po-
sible utilidad de cada uno de los diversos mo-
delos para nuestra accién didéctica.
Sin modelo, o con un modelo personal
Entre los profesores de ciencias se produ-
cea menudo el caso de no disponer al menos
anivel consciente- de un modelo para justifi-
car el concepto de aprendizaje que subyace a
Jos planteamientos didcticos que se llevan al
aula. En este caso, se carece de un lenguaje p2-
1a representar el sistema, lo que entorpece la
comunicabilidad de los resultados de las ac-
ciones diddcticas y la identificacién de las va-
riables que han hecho que estas acciones di-
dicticas hayan llevado al fracaso 0 al éxito.
En cualquier caso, el esfuerzo profesional
trasciende poco al individuo y la comunidad
no se aprovecha del esfuerzo y de los descu-
brimientos realizados. Es interesante llamar
laatencién sobre esta situacién porque puede
ser muy comiin y, por ello, puede retrasar la
egada al consenso deseado. Uno de los obje-
tivos prioritarios de una disciplina madura y
de una profesién bien organizada serfa inte
_grar todos los esfuerzos en una tarea comin.
Eliminemos pues esta primera posibilidad.
Pasaremos ahora a analizar los sucesivos mo-
delos tedricos del aprendizaje, establecidos
8
ppor colectivos diferentes y que son candida-
tos a constituir parte del cuerpo tebrico de la
didactica de las ciencias,
El aprendizaje jer’rquico
El modelo de Gagné (1965) constituye un
intento de estructurar la ensefianza, funda-
mentindola en una determinada psicologta,
la conductista, preponderante en aquel mo-
mento (Pozo, 1987). Pensamos que muchos
e los modelos personales que aludfamos en
el punto anterior comparten los principios
generales con el modelo de Gagné: una filo-
sofia de base empirico inductivista, amplia-
‘mente aceptada no sélo por los profesores, si-
no también por el grueso de la sociedad, in-
cluso después de haber sido muy criticada en
la bibliografla especializada (Gutierrez,
1987). ¥ asf como se comparte esta filosofia,
se comparte también las dificultades que ella
‘comporta. Por eso creemos que es importan-
teanalizar el modelo gagnetiano inicial, a pe-
sar de su evolucin posterior (Gagné y Whi-
te, 1978)
Para el conductismo, el pensamiento y la
conducta humana son respuestas mis o me-
nos elaboradas a determinados estimulos, a
base de encadenamientos de impulsos nervio-
05 controlados por el sistema nervioso cen-
tral. La organizacién de determinados impul-
s08 va produciendo elaboraciones progresiva
mente més complejas que pasardn de la sim-
ple concatenacién de estimulos-respuestas, a
Ia elaboracién de asociaciones miitiples, 0
formacién de conceptos, dando lugar a apren-
dizajesde categoria cada vez maselevada. Ast,
pues, los conocimientos estarfan organizados
en jerarquias que van desde el bajo nivel de
las reacciones poco especificas ante algunas
sefiales, hasta los niveles més elevados apren-
dizaje de concepts, de principios, resolucién
deproblemas...)pasando por niveles interme-
dios.
ara conseguir un aprendizaje determina-
do el profesor necesita saber la situacién de
partida (los requisitos previos del aprendiza-
je). Gagné dedica la parte central de su andli-
sisa establecer éstos requistos: para aprender
Investigacion on la Bsa, n° 9.1989Modelos de aprendizaje en la didéetica de las ciencias
R. Gutierrez y otros
a resolver determinados problemas -ponga-
‘mos por caso- es necesario disponer de los co-
ntocimientos inferiores de la jerarquia y del
dominio de los principios implicados, para
asegurar ste dominio hardn falta otros con-
ceptos pertinentes, Y asf, sucesivamente, se
puede ir estableciendo la jerarquia de apren-
dizaje para un conocimientos determinado.
Mis concretamente, Gagné defiende que
debe empezarse por la formulacién de los ob-
jetivos del aprendizaje en términos de con-
ductas finales, A continuacién, sedeterminan
sus requisitos previos a partir de la pregunta
que tendria que ser capaz de hacer el individuo
‘para poder realizar con bito eta tarea, sues.
+10 que sblo se le van a dar instrucciones? (Gag-
nk, 1962), La aplicacién sucesiva, descenden-
te, de este método, dard lugar a la jerarquta de
aprendizaje adecuada, en principio, al conte-
nido propuesto; la secuenciacién didéctica se
guirla la jerarqufa en sentido ascendente.
La teorla de Gagné no ha obtenido resul-
tados may satisfactorios, ya que la validacién
experimental de las jerarquias se ha consegui-
do sélo en unos pocos casos (Jones y Russell,
1979). Para entender ss dificlades fjemo-
‘nos en la pregunta de Gagné: sque hay que sa-
fober thereat ities quie-
re decir lo mismo que haber entendido; si nos
proponemos objetivos de conducta puede
‘ocurrir que se apredan contenidos sin signifi
cado. ¥ por otra, los requisitos previos que
resultan de contestar la pregunta suele ser de
tipo Ibgico, siguiendo la estructuracién for-
‘malizada de la ciencia a la que pertenece el
contenido que se ensefia, porque no se cuen-
ta con la informacién que lleve al estableci-
miento de las condiciones psicolégicas del
aprendizaje,
Por tanto, sinos tiene que resultar dil, es
te modelo necesita adecuarse a los esquemas
interpretativos de los sujetos mediante una
reconstruccién intelectual. Es importante
descubrir los requisitos légicos previos que
tienen que funcionar en un aprendizaje; y es
importante, también, el aspecto préctico de
los conocimientos. Pero unos y otros tienen
que encontrar sentido dentro de una perspec-
tiva mds global que tendremos que buscar en
otros modelos.
Icetgain on le Bsuea, 9° 9.1989
Laepistemologia genética
a influencia de la teorlapiagetiana (Inhel-
der y Piaget, 1955; Piaget, 1970) para a ense-
fianza de las ciencias data de finales de los
afios cincuenta, cuando el conduetivismo co-
sens «cde el pas. Ste orga a
jeto un papel bastante pasivo, Piaget lo ima-
gina en cambio adaptindose alas circunstan-
cias cambiantes del ambiente, a base de dos
procesos:asimilacién y acomodacién El in-
dividuo captalla realidad utilizando los esque.
‘mas u operaciones mentales disponibles, sila
encuentra adecuada (asimilacién); pero si ¢s-
tos recursos mentales no son los adecuados,
habré que modificarlos hasta que puedan en:
cajar con los hechos (acomodacién). De esta
manera la realidad se adecua a los esquemas
interpretativos del sujeto mediante una re-
construccién intelectual. Los casos de cons-
‘ruccidn de la realidad estudiados por Piaget
son numerosos, desde la conservacién de los
‘objetos hasta la adquisicién de las estructuras
del pensamiento formal.
Dentro del modelo piagetiano, a todos es-
tos elementos mentales que realizan la fun-
cién adaptativa de dotar de significado a la ex-
periencia (aspecto funcional) no se les consi-
dera solamente yuxtapuestos, sino que esta
blecen unas relaciones mutuas, con determi-
nadas organizaciones que irfan apareciendo
de manera escalonada durante el desarrollo
(aspecto estructural). Estas estructuras, que
para Piaget (Inhelder y Piaget, 1955) podrian
expresarse en términcs de légica formal, ten-
ddrian que ser independiente de los conteni-
dos.
Recordemos que el propésito de Piaget ¢s
epistemoldgico y no psicolbgico ni, afin me-
nos, pedagégico. Por esto no nos tiene que ex:
trafiar que, por ahora, el modelo de Piaget no
conduzca de una manera univoce a una teo-
tla del aprendizaje. Esto supone que ha habi-
o que elaborar expresamente su adaptacién
a las circunstancias escolares. Para hacerlo
hhay dos cuestiones a considerar (Masso,
1983): la primera, si es suficiente extrapolar
simplemente las afirmaciones de Ia teorfa al
contextoescolar, déndoles prioridad sobrelas
consideraciones pedagégicas, o bien procu-
rando satisfacerlas todas simultaneamente; la
1Fundamentos
segunda, si se pone el acento en los aspectos
funcionales oen los estructurales dela teorfa
En cuanto a la primera cuestin y tenien-
do en cuenta la imposibilidad de formalizar
todos los aspectos de la vida pedagégica, pa-
rece razonable evita la extrapolacién y tener
encuenta todos los spectosddcticos inc
solos no contemplados en la teorfa, como lo
es, por ejemplo, la variabilidad intelectual
Respecto dela segunda cuestién, y en vista de
las dificultades que han surgido al querer ex-
licar Ia coherenicia de las estructuras menta-
lesen términos de légica formal (una vez ms,
Ja sola fuerza de la Légica no resulta convin:
Cente) nos inclinarfamos a favor de los apren-
dizajes funcionales -como hace Karplus y
otros, 1977- aunque los estructurales -como
reclaman Shayer y Adey, 1981- no puedan
descartarse. (Hay que notar que, en losaspec-
10s funcionales, la teor‘a piagetiana estd prd-
xima ala postura toulminiana, mientras que
cen los estructurales que son, quizis, los mis
conocidos-sealeja de ella y e3criticada por el
mismo Toulmin (1972) por su pretensin de
‘organizar los elementos mentales simplemen-
te como estructura légica).
Los modelos didécticos surgidos de a epis
temologla gente piagetien no aciban de
‘explicar el papel de los contenidos dela ense-
anza ni el del contextoen el cual ésta se pro-
duce. La transferencia de los conocimientos,
segfin este modelo, tendrfa que ser mayor que
Ja que encontramos en la préctica (Driver,
1978), Son éstos aspectos los que habrfa que
cubrie mediante otros modelos, mientras que
Jas aportaciones piagetianas que nos pueden
resultar més tiles son: la misma epistemolo-
sfa-tan diferente de la usual-en primer lugar,
especialmente lo que se refiere a la manipula.
cién del conocimiento a base de esquemas u
‘operaciones (conocimiento procesual); y, en
‘otra plano, los aspectos estructurales, quizss
mds en el nivel deseriptivo que en el norma-
tivo, De todas maneras es capital entender el
sentido de la epistemologia piagetiana para
utilizar adecuadamente cualquier parte de su
teorfa (Cawthron y Rowell, 1978).
El aprendizaje receptivo
Ausubel (1968) critica el modelo de Gagné
por subordinarse a la légica y el de Piaget por
no dar suficiente importancia a los conteni-
dos. Establece entonces su modelo explicit
mente educativo centrdndose en los conteni-
dos a enseiar y en su estructuracin psicolé-
gica, que tiene que resultar diferente de la pu-
ramente légica.
ara Ausubel los conocimientos de una
persona estin organizados en una estractune-
ciin cognitiva formada por conceptosy susre-
laciones. Un concepto tendra significado pa-
ra.un individuo si forma parte de su propia
estructura cognitiva. Tener significado consis-
tirla pues en poder relacionar un conteni
con parte de la estructura cognitiva, de una
manera intencionada y substancial, no arbi-
traria. A un aprendizaje que cumple esta con-
dicién lo denomina precisamente significati-
‘v9, mientras que en caso contrario el apren-
dizaje serla solamente memoritico. Aunque
los conocimientos memoristicos son necesa-
rios porque cumplen unas determinadas fun-
ciones, para Ia ensefianza de las ciencias nos
interesa mucho més saber la manera de con-
seguir aprendizajes significativos.
"Ausubel considera el grado de actividad ft
sica durante un aprendizaje (que lo caracteri-
2ari como aprendizaje por descubrimiento 0
aprendizaje receptivo) y el de significacién
(segtin el cual seré signifiativo 0 memorist-
0) como dos variables distintas. Con elocri-
tica el aprendizaje por descubrimiento, por
considerar que no conduce necesariemente a
tun aprendizaj significative y se centra prin-
cipalmente en el estudio de los aprendizajes
signiicativos por via receptiva, que para élno
es una via pasiva sino que requiere actividad
mental.
‘Ausubel considera que en 1a estructura
cognitiva no todos los conceptos tienen la
‘misma importancia, variando desde los de ni-
vel mis alto (los mis abstractos ¢ inclusivos)
hhasta los de nivel mds bajo (concretos, subor-
dinados), estableciéndose una jerarquizacién
con todes ellos. Propone un recurso como
instrumento que ayude a conseguir el apren-
dizaje significativo. Se trata del organizador
‘previo: una idea de nivel superior al material
que se trata de aprender, pero que puede en-
lazarse con la estructura cognoscitiva y ser-
vir, por ello, de anclaje a los nuevos concep-
108, dotdndoles asi de significacién,
Irentigain on le Esra, n° 9.1989Modelos de aprendiaje en la didéetica de las cencias
R. Gutierrez y otras
Tanto si se utilizan organizadores previos
como si no se hace, se sugiere tna secuenci
cidm descendente delos conceptos cuando lle
gael momento de ensefiarlos, empezando por
Tos mis generales, puesto que son los que tie-
nen més posibilidades de adaptarse a las ca-
racteristicas individuales de cada estructura
ccognitiva. Esto implica, naturalmente, quees-
ta estructura es conocida por el maestro.
La teorfa ausubeliana ha decepcionado, en
laprictica, muchas de las espectativas que ha-
bfa despertado. Por una parte, los organiza-
dores previos han permanecido inconcreta-
dos, diffcites de construir y de distinguir de
otros conceptos similares, como por ejemplo,
Ia introduccién a un tema (Barnes y Clawson,
1975). Por otra parte, los conocimientos pre-
vyios sehan revelado mucho mas establesy di-
ficiles de transformar que lo que el modeio de
Ausubel sugiere, mostrindose éste incapaz de
explicar el cambio conceptual, que es un pro-
ceso de reestructuracién mucho més profun-
do que los cambios que describe Ausubel: la
diferenciacién progresiva, la reconciliacin inte
‘gradora, etc. (Driver, 1982).
Desde el punto de vista epistemolégico, la
teorla ausubeliana contiene aspectos inducti-
vistas y empiristas (Cawthron y Rowell,
1978), ofreciendo una imagen estitica de los
conceptos Gilbert y Watts, 1983). En este te-
reno, la teoria del aprendizajesignificativo de
‘Ausubel es similar al punto de vista conduc-
tistahabitual, segin el cual los conceptosexis-
ten en el mundo externo separadamente del
sujeto y por lo tanto van a él desde fuera (Ale
bert, 1979), Por ejemplo, la utilizacién de los
términos preconceptos o ideas preconcebidas tal
como los maneja Ausubel, parece negar a es-
tos conocimientos la categoria de cardcter
conceptual (Driver y Easley, 1978), cuandoen
realidad sirven para dotar de significaci6n a
la experiencia, aunque sea de manera més 0
smeenos alejada de la establecida en cada mo-
mento por la ciencia, Por esto, en el contex-
toausubeliano, los errores adquieren el cardc-
ter de equivocaciones que hay que corregir,
ifs que de puntos de partida para la compre:
sin gradual de los conceptos aceptados por
los cientificos
Ivoeigein em la Escuela, n® 9.1989
Aguello que deberfa ser una estructura
cognitiva organizada psicologicamente se ha
convertido, en la préctica, en la misma estruc-
tura Logica formal de la disciplina. Al menos
éstaera, en un momento determinado, la po-
sicién de un ausubeliano tan autorizado co-
mo Novak (1977), que llegé a representar
‘unas estructuras cognitivas ausubelianas de
manera idéntica a las jerarquias gagnetianas,
oa hablar de isomorfismo entre la estructura
conceptual dela disciplinay la estructura cog-
nitiva de los estudiantes. De nuevo se conce-
de-a la légica el poder absoluto de convenci-
miento y de significacién, ocupando asi el lu-
gar de otros criterios racionales que més que
estos otros enriquecerfan el panorama,
Es cierto que Ausubel ha subrayado Ia im-
portancia fundamental del contenido previo,
en el aprendizaje, Es cierto también que in-
troduce tina condici6n tan importante para
los aprendizajes como lo es la significaciOn; y
que empieza a dar pistas sobre cémo conse-
guirlos, dando lugar a un importante movi-
miento de estudio. Pero, desgraciadamente,
en la prictica no han quedado bien estableci-
as las condiciones que garanticen la signifi-
cacién del aprendizaje. La teorfa vaca sobre
todo cuando se encuentra ante cambios con-
cepnuales profundos que impliquen cambios
radiceles de sigaificacién.
a teorla de Ausubel nos ser ttl, no obs
tante, en aquellos momentos en que la reor-
ganizacién de la estructura cognitiva no ten-
‘A que ser tenida en cuenta, es decir, cuando
se trate de saber el qué de las cosas (conoci-
miento declarative) (Otero, 1985), es decir,
de introducir nuevos conocimientos que en
cajen ficilmente, sin conflictos, en los ante-
sores, procurando establecer suficientes rela
ciones entre los nuevos contenidos y Tos con-
tenidos previos, y entre los conceptos més in-
clusivas y los que los son menos.
‘Cuando haya que manipular conocimien-
tos, cuando se trate de seber el cémo de las co-
sas (conocimiento procesual),resultarin més
tiles las operaciones piagetianas. Considerar
cl conocimiento tinicamente como declarat-
vo. sin los aspectos procesuales. to convierten
enestitico, dogmatico, inadaptable a posibles
modificaciones; mientras que hacerlo al con-
2trario (considarar sélo los aspectos provesua-
les sin los declaratives) lo hacen vacio, no sig-
nificativo, En este sentido, una y otra teorla
son mis complementarias que excluyentes.
(Lawson, 1982).
Psicologia del procesamiento de la
informacién
La psicologla del procesamiento de la in-
formacién ha aparecido con fuerza en el cam-
po dela didéctica de las ciencias, como teorla
alternativa a las anteriores y con la voluntad
de integrarlas. Tratindose de un enfoque re-
lativamente nuevo, todo lo que a continua-
cién trataremos habra de tomarse con mis
cautela que la habitual.
En sus formulaciones més usuales (por
ejemplo, Stewart y Atkin, 1982; Osborne y
Wittrock, 1983), ef modelo de procesamiea-
todela informacién considera que el sistema
cognitivo dispone de entradas y salidas de se
fales desde el ambiente y hacia l. En este mo-
delo son especialmente importantes los con-
ceptos de memoria a corto plazo (MCP), que
manipula informaciones procedentes tanto
de los sentidos como de la memoria a largo
plazo, y de memoria a largo plazo (MLP), de
capacidad précticamente ilimitada, que es
donde se almacenan los conocimientos, tan-
to declarativos como procesuales.
AL, segin este modelo, en la resolucin de
un problema intervendrfan una sucesin de re
presentaciones (Larkin y Rainard, 1984) 0 es
quemas de determinadas informaciones. Un
problema de dindmica serepresentariaprime-
ramente en la MCP con las palabras del enun-
ciado (representacién lingiifstica). Entonces
esta representacién se trabaia en la memoria
hrasta que se llega a construir una idea respec:
yoal problema que se nos ha cnunciadoy so
re qué es lo que se nos pregunta (representa
clbabrsia). La descodibcarton de coe repre:
sentacién en términos cientficos (como fuer-
7a, masa, energi...) daria una nueva represen-
tacién de la misma situacién (representaci6n
cientifica), que lleva a la solucién del proble-
ma.
La memoria a corto plazo es limitada y es-
te hecho tiene unas consecuencias educativas
2
directas, como por ejemplo, empezar a estu-
ddiar un problema cualitativamente familiar,
Aisefiar experiencias de laboratorio que desta-
‘que el feadmeno a estudiar ysimplifiquen los
problemas secundarios, utilizar s6lo un mini-
mo de teorla y a medida que vaya haciéndo-
se necesario (Johnstone, 1984), etc.
Los primeros modelos de procesamiento
de la informacion de Lindsay y Norman
(1977) son muy distintos de los que elaboran
actuelmente desde la teorfa de esquemas
(Minski, Anderson). En la actualidad se han
Sefialado diferencias importantes entre un
procesador de la informacién vivo y uno ina-
simado, como lo seria el ordenador que se eri-
‘geaqu{ como modelo de la mente. (De Vega,
1985). Mientras el primero debe someter sus
procesos cognitivas a las necesidades vitales,
para asegurar la supervivencia, el segundo no
los tiene que tener en cuenta. Esto hace que
aspectos que sabemos que son tan importan-
tespara el aprendizaje como son los afectivos,
queden al margen. Captaremos afin mejor es
ta diversidad de las variantes que se incluyen
en este apartado si observamos que investiga-
dores procedentes de todos los demis mode-
Jos han acudido a este campo de invest
cidn: gagnetianos, e incluso el mismo Gagné
(Gagaéy White, 1978),piagetianos, como Ca-
se (1980), o ausubelianos, como Osborne y
Wittrock (1983, 1985).
Todo lloha cristalizado en un modelo po-
co concreto, pero que permite unas sugeren-
ciasdidécticas interesantes desde la que seas-
pira a unificar y superar a los otros modelos
(Stewart, 1988) La ciencia cognitiva ofrece en
estos momentos una dispersi6n metodol6gi-
cay terminolégica demasiado grande y una
concrecién didéctica demasiado pequefia co-
mo para convertirse en el modelo unificador
que todo el mundo espera.
Conclusion
Los modelos que acabamos de ver pueden
considerarse diferentes aproximaciones para
conseguir a significacién del aprendizaje. To-
ddos ellos contienen elementos valiosos. Cada
uno de ellos puede contribuir, en euestiones
Investigacion le Escuels, 8° 9. 1589Modelos de aprendizaje en la didéetica de las cencias
R. Gutierrez otros
especificas, a hacernos entender los procesos
deaprendizaje y a mejorar nuestras interven:
ciones didécticas.
‘Quizis no ha sido posible inclinarse por
‘una sola teorla porque ellasno son lo suficien-
te parecidas funcionalmente para poder ser
comparadas (Toulmin, 1972). Esto, en lugar
de hacernos sentir incSmodos, debe estimu-
lar la investigacibn, dirigida a'la superacibn
de las contradicciones existentes. En estos
‘momentos no tendria sentido que en nuestra
prictica docente nos encerréramos en un s6-
Jo modelo: si hacerlo asi significa que nos ve-
mos privados de aclarar aspectos concretos de
nuestro trabajo, ésta no serfa una decisi6n ra-
cional. Lo racional serfa una utlizacién estra-
tégica de todos ellos dependiendo del tipo de
aprendizaje que estemos trabajando.
‘De todas maneras, no olvidemos que estos
modelos psicolégicos estén doblemente limi-
tados. Por una parte, pasan por alto la cues-
tibn afectiva; precisamente la psicologla psi-
coanalitica, que es la que tiene mas en cuenta
Ia afectividad, no ha aportado mucho a nues-
tro terreno y parece no tener cabida en la ten-
tativa unificadora que la ciencia cognitiva
protagoniza. Y por otro lado tenemos que ad-
mitir el reproche que Toulmin (1972) hace de
Ja psicologta, en su pretensién de explicar la
construccién del conocimiento como un pro-
ceso individual, ya que éste es, fundamental-
‘mente, una tarea comunitaria. Coll (1986) se-
fala las posibilidades de los nuevos enfoques
pedagégicos en esta direccién,
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Inveigeiin on la Excel, 2° 9, 1989