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36, año 4
“No ha habido rey jamás que sujetase esta soberbia gente libertada,
ni estranjera nación que se jactase de haber dado en sus términos pisada,
ni comarcana tierra que se osase mover en contra y levantar espada.
Siempre fue esenta, indómita, temida, de leyes libre y de cerviz erguida…”
Octubre 2012
ISSN 1853-2756
www.huellasdelahistoria.com
Huellas de la Historia, núm. 36, año 4
Pocos periodos históricos en Latinoamérica logran tal cohesión social y enlazan más el
patriotismo e identidad como las luchas independentistas de las primeras décadas del
siglo XIX. Su recuerdo y –por qué no- su propia construcción historiográfica no ha
escapado del subjetivismo, el uso político o ideológico o el simple ensalzamiento o
reivindicación a ciertas tradiciones y costumbres.
Fue una lucha “en el cielo” porque movilizó fervorosamente a hombres a lo largo de
toda América tras aspiraciones dignificantes del ser humano y ciudadano. No solo
fueron acciones militares que evidenciaron valor y coraje, sino también reflexiones y
construcciones teóricas; se ideó una nación, unas leyes, símbolos que representaron lo
que antes era simple virreinato, provincia o cabildo de un Imperio, se trazaron proyectos
que no culminaban en las fronteras propias2, para los cuales no se exigieron
financiamientos ni se dudó en ser la primera línea de consecución de la anhelada
libertad.
1
La siguiente es una selección de algunos ejemplos que se han considerados representativos, hay otros
más en los distintos países latinoamericanos, como el Sol Inca en Perú, Argentina y Uruguay, escudos de
armas de Ecuador y Guatemala por solo nombrar algunos.
2
Por ejemplo José Martí hablaba en “Nuestra América” de una labor común, donde se ve al indio, al
gaucho, al cholo peruano, al roto chileno, unidos.
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proyecto de emancipación a partir del cual América Latina se presenta al mundo como
un continente libre, igualitario y encaminado al orden y el progreso.
enfrentaron los criollos con hechos repentinos que exigían prontitud y resolución.
Así entonces, se pone atención en lo indígena más que en los indígenas, y si bien se les
va a tener en cuenta por los gobiernos republicanos, no se abandonará la precepción del
indígena como desvalido o inmaduro, al cual es necesario educar e insertar en la vida
civilizada. En las declaraciones de independencia latinoamericanas, prácticamente la
única en la que se hace alusión explicita a los indígenas es en la de Bolivia, del 25 de
mayo de 1809 4.
La Logia Lautaro5:
3
FERRER Manuel, El historiador del derecho ante el estudio de los pueblos indígenas, En: Balance y
Perspectivas del derecho social y los pueblos indios de Mesoamérica, Ed. UNAM, México, 1999. p 74.
4
Se utiliza la expresión “nuestros hermanos los indígenas”…
5
Se vincula el origen de esta logia con la de Los Caballeros racionales de Londres o su filial en Cádiz,
con fecha de creación estimada en 1798, aun cuando su establecimiento en Argentina ocurre en 1812.
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La Logia Lautaro rebrota y hace criolla la premisa de la lucha en contra del invasor
destructor. Tras los siglos de mestizaje cultural y relaciones interetnicas entre españoles
e indígenas, se asume como la culminadora del proyecto fracasado de los guerreros
indígenas. Y en este sentido, no hay símbolo más representativo de la lucha indígena en
contra del español, que la realizada por el toqui Lautaro, inmortalizado en la obra de
Alonso de Ercilla, sustentada por lo demás, en la tradicional interpretación
historiográfica que consideraba a la Guerra de Arauco como la guerra más dilatada en la
historia occidental7. Al orgullo nobiliario de los peninsulares, se opondrá el orgullo
criollo de encarnar la hidalguía, bravura y determinación de la resistencia indígena
americana.
6
CORBERIE Emilio, La Masonería, en: STURLA Flavio, La Logia Lautaro, Sociedades secretas en la
Independencia Americana, CITEREA, 2006.p 2
7
Véase al respecto, VILLALOBOS Sergio, Vida Fronteriza en la Araucanía, el mito de la guerra de
Arauco, Ed. Andres Bello, Santiago, Chile, 1995.
8
Citado en BOCCARA Guillaume, Colonización, resistencia y mestizaje en las Américas (siglos XVI-
XX), Ed.Abya Yala, Ecuador, 2002. P. 293
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miembros: “A quién debemos imitar nosotros?, -Al valiente Lautaro, ¿Qué hizo
Lautaro?, -Morir por la defensa de la Patria, ¿Cuál era su Patria?, -La nuestra.” 9
Esta logia propagará las ideas de autonomía e independencia a la vez que reivindicará la
causa indígena de la resistencia al dominio español.
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los países sudamericanos, con la diferencia que en el caso mexicano pareciera ser su
consumación más bien un consenso que la victoria de la madre de las batallas. El propio
Iturbide –primer gobernante del México Republicano- dirá (obviando años de lucha
claro está) “Asombrad a las naciones de la culta Europa, vean que la América
Septentrional se emancipó sin derramar una gota de sangre” 11
6
En un territorio con gran cantidad de población indígena13 sería lógico pensar que las
demandas de éstos serían un verdadero catalizador del proceso de independencia en
México, lo cierto es, sin embargo, que las demandas indígenas se harán patentes con
fuerza en la segunda mitad del siglo XIX y en respuesta a las leyes y medidas liberales
de los republicanos, ya que el principio de igualdad negaba la particularidad de las
comunidades indígenas y ponía fin a concesiones anteriores14.
11
Agustin de Iturbide, Plan de Iguala, 24 de Febrero de 1821.
12
El 55% de los ejércitos revolucionarios estaban compuestos por indígenas, en: RODRIGUEZ Sergio,
La Revolución de Independencia, una revolución del abajo profundo. Revista Reveldía, N° 62, P. 55
13
Al momento de la independencia, el 80% de la población mexicana correspondía a indígenas, mestizos
y castas.
14
Los Indios en la guerra de Independencia y en la Revolución de 1910, Estudios de Cultura Náhuatl, N°
40, UNAM, México, 2010
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Miranda participó por ejemplo en la creación de otra bandera similar en 1806.
16
Iconología, 1593.
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Escudo de Armas de la Bandera de la Patria Vieja de Chile:
Es pertinente señalar que la incorporación indígena al reino de Chile era una labor que
demandaba muchos esfuerzos ya que por el carácter autónomo de las distintas
parcialidades indígenas, era un avanzar y retroceder constante. Con los parlamentos del
siglo XVIII se había avanzado considerablemente, al menos, en variar las relaciones
entre españoles e indígenas más allá del conflicto bélico permanente. Si bien la
población indígena no era numerosa en Chile, ni antes ni durante la presencia española,
no por ello, no ganó un prestigio dentro de América y por qué no decir también Europa;
la obra La Araucana se encargó de mitificar al araucano, haciéndolo ícono de la
17
Acta de Independencia de Venezuela, 5 de Julio de 1811
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Las particularidades que se dieron en la periferia virreinal como era el caso de Chile,
hicieron dilatada por ejemplo la encomienda, la esclavitud y el uso y abuso de la guerra.
Por ello, no fue extraño encontrar en los criollos chilenos la intención de hacer justicia 9
con los indígenas, claro, manteniendo como premisa la importancia de que éstos se
incorporasen a la modernidad liberal que requerían los pueblos americanos. Camilo
Henriquez, señalaba en La Aurora de Chile; “Los indios nos prometen una cooperación
activa para repeler los insultos extranjeros y sostener los derechos del desgraciado
Fernando. Tal vez no dista el bienhadado momento de su conversión, civilización y
cultura (…) de estos nuestros compatriotas y hermanos en quienes se conservan puros
los rasgos de nuestro carácter nacional y primitivo”18.
José Miguel Carrera, autor de este escudo, tuvo una cercanía con los grupos indígenas
tanto de Chile como de Argentina; de hecho sus últimos días los pasó combatiendo al
gobierno argentino por las consecuencias que produjo en este país el Reglamento de
Tránsito de Individuos de 1815, que consideraba como vago a quien no tuviera
propiedad legal demostrable, quedando en condición de disponible para ser fuerza
laboral forzada o parte de la milicia; lo cual afectaba y obligaba a modificar el modo de
vida de los indígenas argentinos Era llamado por ellos “Pichi Rey”.
Bolívar dirá que los chilenos poseían en los indígenas el “ejemplo para probarles que el
pueblo que ama su independencia por fin la logra”19, palabras que hallaran consonancia
muy probablemente con el sentido que tuvo Carrera al diseñar el escudo de armas.
Concluyendo:
Este articulo más que profundizar en los alcances de los proyectos republicanos tuvieron
para los indígenas, o si las nuevas repúblicas marcaron un cambio en sus condiciones de
vida, busca identificar ejemplos en los que determinados símbolos e iconos indígenas
18
Aurora de Chile, periódico ministerial, y político. Santiago de Chile, Tomo I, nº 1 (13 febr. 1812)
19
BOLIVAR Simón, Carta de Jamaica, 6 de Septiembre de 1815, en: Discursos y Proclamas de Bolívar,
Ed. Ayacucho, Venezuela, 2007. p. 65
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la nación del siglo XIX la reflexionaba Bolívar en las siguientes palabras “nosotros ni
aun conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo; no somos europeos, no
somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos
por nacimiento, y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los
naturales los títulos de posesión, y de mantenernos en el país que nos vio nacer contra la
oposición de los invasores; así, nuestro caso es el más extraordinario y complicado”20.
FUENTES:
Acta de Independencia de Venezuela, 5 de Julio de 1811
BIBLIOGRAFÍA:
20
Ídem, p. 84
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FERRER Manuel, El historiador del derecho ante el estudio de los pueblos indígenas,
En: Balance y Perspectivas del derecho social y los pueblos indios de Mesoamérica, Ed.
UNAM, México, 1999 11
ROJAS Ricardo. El Santo de la Espada viva de San Martín, Ed. Rosso, Argentina, 1933
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