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ETICA EMPRESARIAL

LOS DERECHOS HUMANOS Y LA ETICA


EMPRESARIAL

PROFESOR
Edwin Clavijo

ALUMNO
Gonzalo Alberto Pérez Montoya

POLITECNICO GRANCOLOMBIANO

2021
LOS DERECHOS UMANOS Y LA ETICA EMPRESARIAL

¿Son los derechos humanos y la ética empresarial dos factores que


estén totalmente reguladas, trabajando en total sincronía para
beneficio de sus involucrados?

Derechos Humanos
Cuando hablamos de derechos humanos necesariamente tenemos que pensar, no
sólo en la teoría de éstos, sino también en la manera como se hacen realidad en
el mundo práctico; este es un problema que no podemos soslayar. Ahora bien, el
hecho de que los derechos humanos aparezcan en la Constitución Política de
Colombia, ya es un indicio de la importancia que estos enunciados normativos
tienen para una sociedad como la nuestra, por lo menos en la teoría.
¿Cómo hacer realidad estos derechos? Sobre este problema han disertado
muchos autores, tales como: Richard Rorty, John Rawls, Agnes Heller, Jean-
François Lyotard, Savater, entre otros. Sin embargo, en la vida práctica vemos que
se siguen violando los derechos. Las masacres, la crueldad con las mujeres, el
abuso infantil, la desposesión de la tierra, la trata de personas y muchos otros
acontecimientos son la evidencia suficiente para demostrar que los derechos
humanos son fuertes en la teoría, pero débiles en la práctica.

Ética empresarial
Las finalidades de la empresa son proporcionar un servicio a la comunidad,
generar un suficiente valor económico agregado, proporcionar a sus miembros
satisfacción personal y perfeccionamiento humano, garantizar una capacidad de
continuidad o permanencia y contribuir con su conducta en los negocios a
construir y preservar la ética de la sociedad.

Por tanto, la empresa debe asegurar la satisfacción de necesidades humanas,


para lo cual tiene que contar con la obtención de beneficios. Pero satisfacer tales
necesidades no puede hacerse a costa de los derechos de los empleados ni de
los proveedores, ni el beneficio de los miembros de la empresa puede pasar por
delante de los derechos de los consumidores, como bien lo explica Adela Cortina
en su libro Ética de la empresa.
Partiendo de la afirmación de que la empresa moderna existe para proporcionar
un servicio específico a la sociedad, es necesario entonces establecer que ésta es
viable solamente, si todos sus negocios y operaciones se realizan en
concordancia con la ética civil, es decir, con el mínimo de valores y normas que
los miembros de la sociedad moderna comparten y que pueden compendiarse
esencialmente en libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia activa, pluralismo y
diálogo.

Plan Nacional de Acción en Empresas y Derechos


Humanos
Cuando se habla de Derechos Humanos comúnmente se vienen a la mente dos
imaginarios. El primero tiene que ver con las víctimas (es decir, personas que han
visto afectados sus derechos) y el segundo, con un sistema judicial que sanciona
a los que han vulnerado esos derechos. Este escenario no es producto de una
coincidencia. De hecho, los Derechos Humanos como institución jurídica
surgieron, en la era moderna, de la mano de decisiones políticas en el plano
doméstico e internacional, con las que los Estados limitan el ejercicio de su poder
soberano reconociendo la protección jurídica de la dignidad y la vida humana.

En ese contexto, pareciera que la relación entre Derechos Humanos y la actividad


empresarial resulta lejana e incluso indeseable. Con frecuencia sucede que,
cuando se vinculan, se señala a las empresas como responsables de la violación
de los Derechos Humanos. Sin embargo, es posible imaginar un escenario
diferente, en el que las empresas o sus representantes no sean solo objeto de
sanción, sino aliados en el respeto de estos derechos. Se trata, en otras palabras,
de adaptar su operación para disminuir su impacto y crear un ambiente de goce de
derechos.

Este es precisamente uno de los puntos centrales de los Principios Rectores de


las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos (PRNU), un esfuerzo
regulatorio que, por un lado, busca armonizar al menos tres niveles de gobernanza
que inciden en las acciones empresariales, y, por el otro, que las empresas se
vuelvan un actor relevante en el respeto de los Derechos Humanos. Uno de los
pilares sobre los cuales se cimientan los PRNU es que las conductas
empresariales deben adherirse a un parámetro de respeto de estos derechos, a
través de la implementación de acciones de debida diligencia que permitan la
gestión de riesgos y posibles impactos producto de las operaciones empresariales.
En Colombia, los PRNU sirvieron en 2014 como referente para iniciar los procesos
consultivos para formular el Plan Nacional de Acción en Empresas y Derechos
Humanos (PNA) 2015-2018, una política pública cuyo objetivo general involucró a
las empresas en el respeto por los Derechos Humanos y la creación de un
ambiente de desarrollo sostenible.

El PNA 2015-2018 proporcionó por lo menos tres líneas de trabajo con empresas
en materia de debida diligencia y generó algunos logros como la creación, por
parte de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, de un
procedimiento para la gestión de alianzas público privadas, que permitió a las
empresas contribuir a la recuperación de la memoria histórica a través de la
creación de dos marcas sociales. De igual forma, la Superintendencia de Industria
y Comercio elaboró un mapa en derechos humanos en el que se identificaron
riesgos en la pérdida de reputación debido a la vulneración de éstos por el
desconocimiento del marco normativo que los regula.

En la práctica, la consolidación del PNA tiene enormes retos. El Estado debe


insertar el Plan en las lógicas de política pública; es decir, que sea respaldado por
un marco legal, un presupuesto y mecanismos de seguimiento, monitoreo y
evaluación efectivos. De igual forma, generar su apropiación adecuada a nivel
territorial, y, además, actualizarlo a través de un proceso consultivo con los grupos
de interés relevantes.

En el caso de las empresas, está en sus manos hacer el tránsito de una cultura de
cumplimiento mínimo de obligaciones legales, a una de compromiso ético con el
respeto de los Derechos Humanos. En otras palabras, la razón primordial para que
las empresas se interesen en la implementación del PNA no debe ser legal sino
ética. Con este Plan, las empresas ya pueden elegir la manera y los medios para
no causar daño y beneficiar a otros. El nuevo PNA puede ser la oportunidad
política para fortalecer la responsabilidad ética de las empresas con el respeto y la
promoción de los Derechos Humanos.

Para autores como César Garavito este es uno de los niveles en los que se
mueve el campo de Derechos Humanos y Empresas. Este enfoque está
comúnmente vinculado con la lucha social y los movimientos de abajo hacia arriba
que buscan impactar las relaciones de poder en el marco de litigio social.
Empresas y Derechos Humanos: un marco conceptual y un mapa de estrategias
regulatorias.
Los PRNU son una norma de conducta mundial en materia de Derechos Humanos
aplicable a todas las empresas, la cual establece que deben respetar los Derechos
Humanos y hacer frente a las consecuencias negativas sobre éstos. Esta
responsabilidad de respetar se adoptó en 2008 en el seno de las Naciones Unidas
mediante el Marco “Proteger, Respetar y Remediar” y en 2011 se operacionalizó
en los 31 “Principios Rectores de Naciones Unidas sobre las Empresas y los
Derechos Humanos”.

Al menos tres niveles de gobernanza regulan las operaciones empresariales:

1) Los regímenes legales de los Estados en los que operan las empresas.

2) Los sistemas de gobernanza civil en los que participan los interesados


afectados por las operaciones empresariales, a través de campañas de presión,
por ejemplo.

3) Los sistemas de gobernanza empresarial que incorporan el primer y segundo


sistema, por ejemplo, a través de sus áreas de sostenibilidad y la gestión de
impactos sociales y ambientales.

La regulación de los riesgos relativos a los Derechos Humanos provenientes de


las empresas multinacionales

1) Fomento de una cultura de respeto y promoción de los Derechos Humanos en


el ámbito empresarial.

2) Una mejor gestión de los riesgos e impactos que se ocasionan por la actividad
empresarial.

3) Una mayor coordinación de esfuerzos de las políticas del Estado, los programas
de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y el buen relacionamiento con
grupos de interés.
Referencias bibliográficas

https://doctrina.vlex.com.co/vid/etica-humanos-marco-constitucion-politica-232684985

http://www.ideaspaz.org/publications/posts/1756

https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/

http://www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/publicaciones/Documents/2017/170213-
PNA-web.pdf

https://www.dejusticia.org/wp-content/uploads/2018/03/Empresas-y-Derechos-humanos-
Versio%CC%81n-final-para-WEB.pdf

https://www.dinero.com/columnistas/edicion-impresa/articulo/etica-empresarial/16388

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