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Expediente 3023-2010 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 3023-2010
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, quince de marzo de dos mil once.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veinte de julio de
dos mil diez, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, en
la acción constitucional promovida por el Estado de Guatemala, por medio de la abogada
Miriam Regina de la Luz Herrara Peña de Aguilar, contra la Sala Segunda de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. El postulante actuó con el patrocinio de la
abogada mencionada. Es ponente en este caso el Magistrado Vocal IV Juan Francisco
Flores Juárez, quien expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el veintiocho de octubre de dos mil nueve,
en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado:
resolución de diecisiete de julio de dos mil nueve, dictada por la Sala Segunda de la Corte
de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, que confirmó la emitida el veintiséis de
marzo del mismo año por el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social de la Primera
Zona Económica, que declaró con lugar la solicitud de reinstalación que promovió en su
contra Carlos Enrique Rodríguez Román. C) Violaciones que se denuncian: al derecho
de defensa y a los principios jurídicos del debido proceso, preeminencia de ley específica
sobre ley general, supremacía constitucional e incorrecta aplicación del principio indubio
pro operario. D) Hechos que motivan el amparo: lo expuesto por el postulante se
resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) Carlos Enrique Rodríguez Román
promovió diligencias de reinstalación en el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social
de la Primera Zona Económica, por considerar que había sido destituido injustificadamente
del puesto que desempeñaba como Subdirector Ejecutivo I, en el Hospital Nacional de San
Marcos, dependencia del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, sin que dicha
cartera contara con la autorización judicial respectiva, pues se encontraba emplazada
como consecuencia del planteamiento de un conflicto colectivo de carácter económico
social; b) el veintiséis de marzo de dos mil nueve, el Juez mencionado declaró con lugar la
solicitud del trabajador, al considerar que la entidad nominadora no había seguido el
procedimiento previsto en la ley para destituirlo, ya que no contaba con la autorización
relacionada; y c) por no estar de acuerdo con dicha resolución el postulante apeló, y la
autoridad impugnada al resolver confirmó el auto apelado -acto reclamado-. D.2)
Agravios que se reprochan al acto reclamado: denuncia el postulante que la
autoridad impugnada, al emitir el acto reclamado, le produjo agravio porque no tomó en
cuenta que la relación sostenida con Carlos Enrique Rodríguez Román fue de forma
temporal, ya que prestó sus servicios al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social por
medio de un contrato a plazo fijo bajo el renglón presupuestario cero veintidós (022), el
cual había concluido y, por lo tanto, no puede considerarse como despido la no renovación
de dicho contrato, por lo que la autoridad nominadora no estaba obligada a solicitar
autorización judicial para terminar la relación de trabajo. D.3) Pretensión: solicitó que se
declare con lugar el amparo solicitado y, como consecuencia, se restablezca la situación
jurídica afectada y se deje en suspenso la resolución que constituye el acto reclamado. E)
Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en los
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incisos a), b), d) y h) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad. G) Leyes que se consideran violadas: citó los artículos 12, 29, 44,
106, 116, 175, 203 y 204 de la Constitución Política de la República de Guatemala; y 3, 4,
5, 8, 9, 10 y 13 de la Ley del Organismo Judicial; 25, 86, 379 y 389 del Código de Trabajo;
y 32 inciso 12, de la Ley de Servicio Civil.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Carlos Enrique
Rodríguez Román; b) el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social; y c) el Sindicato
Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala. C) Remisión de antecedentes: copia
certificada de: a) solicitud de reinstalación doscientos veinticinco - dos mil nueve (225-
2009), del Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social de la Primera Zona Económica; y
b) expediente de apelación ciento ochenta y uno - dos mil nueve (181-2009), de la Sala
Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. D) Pruebas: a) los
antecedentes del amparo; y b) presunciones legales y humanas. E) Sentencia de
primer grado: el tribunal consideró: “…Del estudio de los antecedentes esta Cámara
advierte los siguientes extremos: a) el dos de abril de dos mil siete, Carlos Enrique
Rodríguez Román, fue contratado bajo el renglón presupuestario cero veintidós (022), por
el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, según consta en el Acuerdo Ministerial de
Nombramiento número SP – M – mil ciento treinta y ocho – dos mil siete, en el cual
ocuparía el cargo de Subdirector Ejecutivo I, en el Hospital Nacional de San Marcos, sin
señalar plazo de contrato, situación que consta en el folio uno del incidente de
reinstalación número doscientos veinticinco – dos mil nueve del Juzgado Primero de
Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala; b) el Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social, sin tomar en consideración que ya había suscrito un contrato
de trabajo con el trabajador relacionado, tal y como se indicó anteriormente, emitió los
Acuerdos Ministeriales número ( SP-M- ochocientos setenta - dos mil ocho), como consta
en los folios dos y tres del incidente referido; el cual prorrogó el contrato individual a plazo
fijo de varios trabajadores, del uno de mayo al treinta y uno de mayo de dos mil ocho,
entre los cuales se encontraba el del empleado mencionado, lo cual implicó la modificación
del contrato originalmente otorgado por el trabajador específicamente en cuanto a que se
redujo el plazo del mismo, puesto que individualmente el contrato regía de tiempo
indefinido y el segundo acuerdo regula la prórroga de dicho contrato; c) no obstante a lo
anterior, consta en el incidente referido que el trabajador mencionado, desempeñó el
cargo de Subdirector I, de forma continua hasta el mes de agosto de dos mil ocho; lo cual
consta mediante las boletas de pago obrantes en los folios del cinco al siete de la pieza
indicada; d) posteriormente el ex empleado, promovió incidente de reinstalación ante el
Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, ya que dicho Ministerio se encontraba
emplazado y su contrato se tenía por prorrogado indefinidamente; el juez, al resolver,
declaró con lugar dicha petición; y e) inconforme con lo resuelto el Estado apeló, y la Sala
Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social confirmó lo decidido en
primera instancia. El emplazamiento de las entidades patronales, de conformidad con lo
establecido en el artículo 379 del Código de Trabajo, contiene una disposición con carácter
preventivo, pues desde el momento en que se presenta el pliego de peticiones al juez
respectivo, se tendrá por planteado el conflicto colectivo para el solo efecto de mantener
la estabilidad en el centro de labores y resguardar los derechos de los sujetos que han
iniciado el medio de resolución de controversias mencionado. Asimismo, el artículo 380 del
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cuerpo normativo mencionado establece: „A partir del momento a que se refiere el artículo
anterior toda terminación de contratos de trabajo (el resaltado no aparece en el texto
original)… debe ser autorizada por el juez… Si se produce terminación de los contratos de
trabajo sin haber seguido previamente el procedimiento incidental… el Juez… ordenará
que inmediatamente sea reinstalado el o los trabajadores despedidos…‟. La normativa
transcrita establece que toda terminación de los contratos de trabajo, al existir un
emplazamiento, únicamente puede efectuarse si se obtiene autorización judicial, ello como
garantía para evitar despidos arbitrarios; asimismo, cabe resaltar que dicha norma no
hace distingo respecto a qué contratos les es aplicable tal disposición (por tiempo
indefinido, a plazo fijo u obra determinada) por lo que no puede hacerse una aplicación
restrictiva de tal disposición y, por tanto, debe entenderse que dicha protección es
aplicable a todas las modalidades de contratos de trabajo establecidos en la legislación
laboral nacional, inclusive los contratos celebrados a plazo indefinido, como en el caso que
subyace a la acción constitucional instada. Del examen de los antecedentes de la acción
constitucional se evidencia que la relación de trabajo entre empleado y su patrono
permanecía vigente, toda vez que al existir continuidad laboral se tuvo por prorrogado el
contrato laboral por tiempo indefinido. Aquella decisión tomada únicamente por el patrono
no puede sobreponerse a la limitante a la facultad patronal de concluir relaciones con los
empleados cuando medie un emplazamiento colectivo de carácter económico social, que
obliga al patrono a obtener autorización judicial previo a disponer cualquier despido. Al
haberse establecido la existencia de la relación de trabajo y el cese de ésta mientras
estaba vigente el emplazamiento, en atención a lo considerado en párrafos precedentes,
se concluye que la relación laboral de Carlos Enrique Rodríguez Román con el Ministerio
de Salud Pública y Asistencia Social estaba protegida por las prevenciones decretadas y, al
no contar la entidad nominadora con el pronunciamiento jurídico que permitiera disponer
la terminación del contrato de trabajo, conllevó la consecuencia establecida en el artículo
380 del Código de Trabajo, es decir el derecho de aquél a reincorporarse a sus labores,
para un período equivalente al que estaba pendiente de correr en el momento del
despido, conforme al contrato a plazo que rige la relación, correspondiéndole la restitución
de los derechos laborales respectivos a partir del momento en que se le restituya en la
plaza que le corresponda…”. Y resolvió: “…Deniega por improcedente el amparo
planteado por el Estado de Guatemala, a través de la Procuraduría General de la
Nación, por medio de la abogada Miriam Regina de la Luz Herrera Peña de Aguilar y en
consecuencia: a) no hay condena en costas y no se impone multa a la abogada
patrocinante por lo considerado;…”.
III. APELACIÓN
El postulante apeló.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El amparista reiteró los argumentos de su escrito inicial de amparo y agregó que de
lo establecido en el artículo uno del Acuerdo Ministerial SP - M - ochocientos setenta - dos
mil ocho (SP-M-870-2008), se infiere la existencia de un ámbito temporal para la
prestación de los servicios del personal contratado bajo el renglón presupuestario cero
veintidós (022), lo que implica que al vencer el plazo pactado, se extinguen los derechos y
obligaciones derivados del contrato respectivo, por lo que la terminación de la relación
laboral por el vencimiento de dicho plazo no constituye una represalia, y por lo mismo no
se da el requisito esencial para la procedencia de la reinstalación. Solicitó que se haga el
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pronunciamiento que en derecho corresponde, se deje sin efecto el acto reclamado y se le


restituyan los derechos violados. B) El Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social, tercero interesado, manifestó que la Corte Suprema de Justicia no tomó en
cuenta que el trabajador: a) mantenía una relación contractual eminentemente temporal y
de plazo establecido, por lo que la misma concluyó al vencimiento del contrato respectivo,
no habiendo necesidad de obtener autorización judicial para dar por terminada la misma;
y b) pretende inducir a error a los órganos jurisdiccionales, ya que tenía pleno
conocimiento de las condiciones de su relación laboral. Solicitó que se tenga por evacuada
la audiencia conferida y se declare con lugar el recurso de apelación interpuesto. C)
Carlos Enrique Rodríguez Román, tercero interesado, argumentó que de
conformidad con lo establecido en la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, el Estado de Guatemala carece de legitimación para ser postulante en
el presente proceso, ya que el objeto del mismo es proteger a la persona humana, y el
poder público no puede solicitar amparo contra sí mismo. Además, indicó que su
pretensión es que se revise lo resuelto por la jurisdicción ordinaria. Solicitó que se tenga
por evacuada la audiencia para la vista, y que se confirme la sentencia de primera
instancia. D) La autoridad impugnada, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de
Salud de Guatemala, tercero interesado, no alegaron. E) El Ministerio Público
manifestó que comparte el criterio del Tribunal de Amparo de primera instancia, ya que en
el presente caso la autoridad impugnada actuó de conformidad con las facultades que le
otorga el artículo 372 del Código de Trabajo. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de
apelación interpuesto y, como consecuencia, se confirme la sentencia de primera
instancia.
CONSIDERANDO
-I-
El agravio es un elemento esencial para la procedencia del amparo y, sin su
concurrencia, no es posible el otorgamiento de la protección que la mencionada acción
conlleva, sobre todo cuando la autoridad impugnada, al momento de emitir el acto que se
denuncia como agraviante, ha actuado en el ejercicio de sus atribuciones y funciones
reconocidas por la ley, y ha interpretado y aplicado la norma en un sentido apropiado, lo
que no patentiza violación de alguno de los derechos fundamentales garantizados por la
Constitución Política de la República, los tratados internacionales y las leyes.
-II-
En el presente caso, el Estado de Guatemala acude en amparo contra la Sala
Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, señalando como acto
reclamado la resolución diecisiete de julio de dos mil nueve, que confirmó la emitida el
veintiséis de marzo del mismo año por el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social de
la Primera Zona Económica, que declaró con lugar la solicitud de reinstalación que
promovió en su contra Carlos Enrique Rodríguez Román.
Denuncia el amparista que la autoridad impugnada, al emitir el acto reclamado, le
produjo agravio porque no tomó en cuenta que la relación sostenida con Carlos Enrique
Rodríguez Román fue de forma temporal, ya que prestó sus servicios al Ministerio de
Salud Pública y Asistencia Social por medio de un contrato a plazo fijo bajo el renglón
presupuestario cero veintidós (022), el cual había concluido y, por lo tanto, no puede
considerarse como despido la no renovación de dicho contrato, por lo que la autoridad
nominadora no estaba obligada a solicitar autorización judicial para terminar la relación de
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trabajo.
-III-
Del estudio de los antecedentes esta Corte advierte los siguientes extremos: a)
Carlos Enrique Rodríguez Román fue contratado por el Ministerio de Salud Pública y
Asistencia Social para ocupar el puesto de Subdirector Ejecutivo I, en el Hospital Nacional
de San Marcos, dependencia de dicho Ministerio, a partir del dos de abril de dos mil siete,
bajo el renglón presupuestario cero veintidós (022); b) en Acuerdo Ministerial SP - M -
ochocientos setenta - dos mil ocho (SP-M-870-2008), de uno de mayo de dos mil ocho, el
Ministerio relacionado, unilateralmente acuerda: “Artículo 1. Prorrogar del uno (1) al
treinta y uno (31) de mayo del año dos mil ocho (2008), el contrato individual de trabajo a
plazo fijo, celebrado bajo el renglón presupuestario cero veintidós (022) „Personal por
Contrato‟, vigente para el presente ejercicio fiscal, sucrito entre el Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social y la persona que a continuación se enumera, de conformidad
con los términos siguientes: … 8. 01-2007 Carlos Enrique Rodríguez Román…”; c) no
obstante lo anterior, el trabajador continuó prestando sus servicios hasta el treinta y uno
de agosto del año indicado (lo cual consta en las boletas de pago de los salarios
correspondientes a los meses de junio a agosto de dos mil ocho, que obran a folios 5 al 7
del antecedente de primera instancia); d) debido a lo anterior, el ex empleado, promovió
solicitud de reinstalación ante el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, ya que
dicho Ministerio se encontraba emplazado, la que fue declarada con lugar el veintiséis de
marzo de dos mil nueve; y e) por no estar de acuerdo con lo resuelto el postulante apeló
y, la autoridad impugnada confirmó el auto apelado -acto reclamado-.
El emplazamiento de las entidades patronales, de conformidad con lo establecido
en el artículo 379 del Código de Trabajo, contiene una disposición con carácter preventivo,
pues desde el momento en que se presenta el pliego de peticiones al juez respectivo, se
tendrá por planteado el conflicto colectivo para el solo efecto de mantener la estabilidad
en el centro de labores y resguardar los derechos de los sujetos que han iniciado el medio
de resolución de controversias mencionado.
Asimismo, el artículo 380 del cuerpo normativo mencionado, establece: “A partir
del momento a que se refiere el artículo anterior toda terminación de contratos de
trabajo (el resaltado no aparece en el texto original)… debe ser autorizada por el juez…
Si se produce terminación de los contratos de trabajo sin haber seguido previamente el
procedimiento incidental… el Juez… ordenará que inmediatamente sea reinstalado el o los
trabajadores despedidos…”.
La normativa trascrita, establece que toda terminación de los contratos de trabajo
al existir un emplazamiento, únicamente puede efectuarse si se obtiene autorización
judicial, ello como garantía para evitar despidos arbitrarios; asimismo, cabe resaltar que
dicha norma no hace distingo respecto a qué contratos les es aplicable tal disposición (por
tiempo indefinido, a plazo fijo u obra determinada) por lo que no puede hacerse una
aplicación restrictiva de la misma y, por tanto, debe entenderse que dicha protección es
aplicable a todas las modalidades de contratos de trabajo establecidos en la legislación
laboral nacional, inclusive los contratos celebrados a plazo fijo, como en el caso que
subyace a la acción constitucional instada, siempre que no haya concluido su vigencia.
Criterio sostenido por esta Corte en las sentencias de ocho de octubre de dos mil nueve,
doce de enero y veintidós de julio, ambas de dos mil diez, dictadas en los expedientes tres
mil ciento nueve – dos mil nueve, tres mil novecientos ocho – dos mil nueve y cuatro mil
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novecientos cincuenta y ocho – dos mil nueve, respectivamente, aplicables en lo que se


refiere a que el artículo 380 del Código de Trabajo, no hace distingo respecto a qué
contratos les es aplicable tal disposición (por tiempo indefinido, a plazo fijo u obra
determinada).
Es menester establecer la situación en que se encontraba Carlos Enrique Rodríguez Román
con la entidad nominadora al momento en que le fue notificado el Acuerdo Ministerial que
prorrogaba su vínculo laboral del uno al treinta y uno de mayo de dos mil ocho. Del
examen de los antecedentes de la acción constitucional se evidencia que la relación de
trabajo entre el empleado y su patrono permanecía vigente, ya que: a) como quedó
asentado, el trabajador continuó prestando sus servicios hasta el treinta y uno de agosto
del año indicado; y b) aún y cuando el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social
decidió unilateralmente prorrogar su contrato hasta la fecha mencionada, el Reglamento
Para la Contratación de Servicios Directivos Temporales con Cargo al Renglón
Presupuestario 022 “Personal Por Contrato” (contenido en el Acuerdo Gubernativo 628-
2007), establece en su artículo 3, que el plazo del contrato respectivo debe contarse a
partir de la fecha estipulada en el mismo, y vence el treinta y uno de diciembre de cada
año, por lo que se considera que la entidad nominadora (en contraposición a la norma
relacionada), no puede restringir el plazo del contrato suscrito con el trabajador
correspondiente, ya que las decisiones tomadas únicamente por el patrono, no pueden
modificar las condiciones establecidas y derechos adquiridos en perjuicio de aquél, y no
pueden sobreponerse a la disposición legal que las regula, sobre todo si existe una
limitante a la facultad patronal de concluir de manera anticipada las relaciones laborales
con sus empleados, la cual puede ser ejercida si existe una causal justificada y si se ha
obtenido la autorización judicial correspondiente, cuestión que no está sujeta a examen en
la acción constitucional que ahora se examina en alzada; por lo que debe entenderse que
el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, al notificarle al trabajador la prórroga de
la prestación de sus servicios hasta el treinta y uno de mayo de dos mil ocho, lo hizo
cuando aquél aún era su empleado.
Al haberse establecido la existencia de relación de trabajo y el cese de ésta
mientras estaba vigente el emplazamiento, en atención a lo considerado en párrafos
precedentes se concluye que la relación laboral de Carlos Enrique Rodríguez Román con el
Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, estaba protegida por las prevenciones
decretadas y, al no contar la entidad nominadora con el pronunciamiento jurídico que
permitiera disponer la terminación del contrato de trabajo, conlleva la consecuencia
establecida en el artículo 380 del Código de Trabajo, es decir el derecho de aquél a
reincorporarse a sus labores.
Por lo que se concluye que la Sala reclamada, al haber confirmado lo dispuesto en
primera instancia, actuó ajustada a derecho y tomando como asidero la doctrina legal
emanada de esta Corte que refiere que al encontrarse emplazada la entidad patronal a
consecuencia de un conflicto colectivo de carácter económico social, toda terminación de
los contratos de trabajo debe ser autorizada por el juez del que pende el conflicto,
mediante el procedimiento previsto en el artículo 380 del Código mencionado, siendo
consecuencia jurídica de la omisión de obtener la autorización relacionada, el derecho de
reinstalación de los trabajadores. Por lo que la autoridad impugnada actuó en el ejercicio
de sus facultades legales y no produjo ningún agravio al postulante, pues el hecho de que
lo resuelto sea contrario a sus intereses no implica violación de sus derechos.
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Al margen de lo considerado, vale la pena acotar que la autoridad nominadora al


cumplir con la ejecución de la reinstalación respectiva, debe tomar en cuenta la naturaleza
temporal del contrato que le unió con el trabajador, y que dio por finalizado antes del
advenimiento del plazo del mismo, con el objeto de que los derechos de aquél tengan
vigencia en función del término pendiente de cumplimiento y que constituye la condición
para poner fin a la relación laboral correspondiente.
Lo anteriormente señalado evidencia la inexistencia de agravio que haya lesionado
derechos y garantías constitucionales del postulante y que deba ser reparado por esta vía;
razón por la cual, el amparo planteado deviene improcedente, y siendo que el tribunal a
quo resolvió en igual sentido, procede confirmar la sentencia apelada, pero por las razones
aquí consideradas.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268, 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 1, 5, 6, 8, 27, 42, 44, 49, 50, 51, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59,
60, 61, 62, 63, 64, 149, 163, inciso c), 185 y 186 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal
y de Constitucionalidad; y 17 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Confirmar la sentencia venida en grado. II) Notifíquese y, con certificación
de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes.-------------------------------

ROBERTO MOLINA BARRETO


PRESIDENTE

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MARIO PÉREZ GUERRA


MAGISTRADO MAGISTRADO

GLADYS CHACÓN CORADO JUAN FRANCISCO FLORES JUÁREZ


MAGISTRADA MAGISTRADO

HILARIO RODERICO PINEDA SÁNCHEZ JORGE MARIO ÁLVAREZ QUIRÓS


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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