Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Precedente Constitucional
El Precedente Constitucional
EL PRECEDENTE CONSTITUCIONAL
¿Es posible su control?
Introducción
Están a punto de cumplirse treinta años, desde que le fue declarado con lugar
un amparo constitucional a Andrés Velázquez (sin que existiera una ley especial), y
nuestro país entrara con seriedad en la era de la protección efectiva de los derechos
fundamentales y, en el foro judicial, asumiéramos que la Constitución ya no era un
cuerpo de disposiciones de carácter político que nos explicaba la ordenación del
Estado, ni que sus postulados, con respecto a los derechos y garantías en ella
contemplados, eran un simple recuento de “normas programáticas” sin aplicación
directa.
Nunca será igual que un juez interprete y aplique una norma por primera vez,
a que aplique una norma que ya había sido interpretada, pues, inclusive, habiendo
sido interpretada por un juez de inferior jerarquía, deberá apreciarse la contribución
que hizo el primero en ese sentido. Estas determinaciones que adoptan los jueces en
sus interpretaciones de la ley, y que son asumidas como validas por sus Superiores y,
luego, por las altas Cortes de Casación, es lo que conocemos como jurisprudencia. Si
1
estas decisiones o criterios interpretativos resisten el paso del tiempo y, además, son
confirmadas y citadas una y otra vez: se les añade el calificativo de pacificas y
reiteradas, con lo cual, asumen una solidez similar a la de la norma misma que fue
objeto de interpretación.
2
Es pertinente la mención anterior, por cuanto no parece sencillo que la
“jurisprudencia” pudiera ser sometida a una forma de control ante los jueces. En
efecto, cuando analizamos los requisitos de procedencia del recurso de casación
(artículo 313 del Código Procedimiento Civil), observamos la presencia de dos
grandes grupos de posibles vicios que pueden denunciarse ante la máxima autoridad
judicial del país: los llamados defectos de actividad (cardinal 1º) y los defectos de
juzgamiento, abarcados en el cardinal segundo. Por medio de las denuncias de
defectos de actividad, se delatan infracciones al derecho a la defensa, o vicios que
hacen nula la sentencia por defectos formales. En el cardinal segundo, observamos,
entre otros, que es posible denunciar el “error de interpretación acerca del contenido y
alcance de una disposición expresa de ley”. En este aspecto, se pudiera pensar que la
simple cita (en el escrito de formalización) de la jurisprudencia donde el máximo
tribunal había interpretado la disposición legal cuyo error interpretativo se delata,
sería suficiente para casar el fallo; pero no es así y, en la práctica, el recurrente no
sólo tendrá que explicar detalladamente como ese error de interpretación fue
determinante en el dispositivo de la sentencia, sino explicar la forma en que el
juzgador se equivocó al desarrollar la hipótesis abstracta contenida en la norma, para
luego establecer en qué forma fue errada la consecuencia legal aplicada; todo bajo la
lupa de una rigurosa técnica de redacción que, en muchos casos de inobservancia,
pudiera ocasionar hasta el perecimiento del recurso por falta de técnica.
3
Ejemplo de lo expuesto, la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia del 05/04/2000, caso José Pulido vs. Inversiones ADB, C.A., argumentó
que “…La violación de jurisprudencia o doctrina no es motivo de casación en
nuestro sistema procesal, por no estar incluido como tal motivo en la disposición
transcrita y por no ser obligatoria la observancia por los jueces de los criterios de
casación, pues el artículo 321 del Código de Procedimiento Civil, sólo establece:
‘Los jueces de instancia procurarán acoger la doctrina de casación establecida en
casos análogos, para defender la integridad de la legislación y la uniformidad de la
jurisprudencia’ y la inobservancia de esta directriz no implica per se la nulidad del
fallo, sino que ésta dependerá de la procedencia de una apropiada denuncia de
infracción de ley y de que la Sala respectiva no modifique el criterio”. Sentencia
consultada en la página de internet del Tribunal Supremo de Justicia el 2 de octubre
de 2012, bajo el link: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scs/Abril/050400-99536-
79.htm.
Colofón de lo expuesto, la propia Sala Constitucional en sentencia No.1902
del 11/07/2003, señaló lo siguiente:
“Razones estas por las cuales, es conveniente señalar que las decisiones
jurisprudenciales que no sean las dictadas por esta Sala con carácter vinculante, no son de
obligatorio cumplimiento para el resto de los jueces a cargo de los órganos jurisdiccionales,
debido a que aunque constituye una fuente de derecho, no posee un efecto vinculante -excepto
la emanada de esta Sala- que origine su obligatorio cumplimiento, sin embargo se encuentra
dirigida a ilustrar al resto de los tribunales que conforman el poder judicial, de aquellos
principios jurídicos que se emplearon en la elaboración de decisiones cuyos supuestos de
hecho y normativa aplicable origine en abstracto la existencia de casos análogos, por lo cual,
en esas situaciones donde los juzgadores no se encuentren de acuerdo con lo establecido en
un fallo proferido por un tribunal o Sala distinta a esta Sala Constitucional (cuya decisión no
posea carácter vinculante), podrán los jueces apartarse del criterio que sustenten las
decisiones que se le aleguen, sobre la base de que las mismas constituyen fuente indirecta de
derecho carente de obligatoriedad en nuestro ordenamiento jurídico.”
4
De la interpretación orientadora a la interpretación vinculante
Dice la parte in fine del artículo 335 constitucional: “…Las interpretaciones que
establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de las normas y
principios constitucionales son vinculantes para las otras Salas del Tribunal
Supremo de Justicia y demás tribunales de la Republica.” Recordemos que no es una
mención cualquiera, pues la Constitución es la norma suprema y, bajo esa premisa, es
que debe hacerse su interpretación. Recordemos también que la interpretación de las
“normas y principios constitucionales”, salvo ciertos artículos de aplicación directa,
no están sujetos a la interpretación clásica que hacen los jueces sobre las leyes. Así,
mientras la interpretación de la mayoría de normas legales se agota por la vía de
interpretación literal o gramatical, o, cuando mucho, se acude a la intención histórica
del legislador, o a la analogía; en la interpretación constitucional se acude a métodos
más sofisticados y complejos como: el teleológico, el sistemático, el progresivo, el
inductivo o el comparativo, en especial, cuando se trata de interpretar conceptos
abstractos como los “valores” (libertad, justicia, solidaridad, pluralismo, democracia,
independencia, bien común) o ciertos “principios” (debido proceso, igualdad ante la
ley). Luego, existiendo como existe una Sala Constitucional especializada en estos
asuntos de alta alcurnia jurídica, es por demás lógico y deseable que las
interpretaciones que ésta haga, deban ser observadas por el resto de los jueces de la
Republica, incluidos los de las otras Salas del Supremo.
La interpretación o precedente constitucional vinculante
Según David y Jauffret-Spinosi, citados por José Ovalle, fue en el año 1.557 cuando
en la Inglaterra medieval se comenzó a utilizar la palabra precedente, y, varias
décadas después, la consolidación de la doctrina del stare decisis (está decidido), que
impone la aplicación y observancia del precedente; donde las sentencias tienen una
doble eficacia: tienen fuerza vinculante entre las partes involucradas en el pleito
sentenciado, y tienen fuerza erga omnes, en tanto deben ser aplicadas a cualquier otra
persona cuya acción se ubique dentro de las previsiones creadas o establecidas en el
precedente.
5
Giovanni Criscuoli, citado por el mismo Ovalle, señala que el precedente del
common law es una conjunción que hacen los jueces entre el establecimiento de los
hechos y los razonamientos para su resolución, y esto arroja una regla de derecho
aplicable a futuro para casos donde los hechos sean análogos. La técnica del
procedente obliga al juez a fijar los hechos que le son alegados por las partes, y luego
investigar si existe una sentencia previa donde se haya resuelto una situación similar.
El propio Criscuoli señala una fórmula que debe observarse al aplicarse el precedente.
Dice:
Por su parte, Casal (2010) nos señala que “…el precedente no es propiamente
aquella parte de una sentencia que un tribunal impone o declara como tal, sino la ratio
esencial de la decisión, con el nivel de generalidad que le atribuyan los jueces en
casos futuros,…”. Esta opinión concuerda con la emitida por la Sala Constitucional
del Supremo en su sentencia No.1415 del 22/11/00, donde estableció lo que era
vinculante. Dijo el fallo: “…considerando la posición de máximo intérprete
constitucional de este órgano de control, se deduce que las interpretaciones de esta
Sala Constitucional, en general, o las dictadas en vía de recurso interpretativo, se
entenderán vinculantes respecto al núcleo del caso estudiado; todo ello en un
sentido de límite mínimo, y no de frontera intraspasable por una jurisprudencia de
valores oriunda de la propia Sala, de las demás Salas o del universo de los tribunales
de instancia. Los pronunciamientos que, sin referirse al núcleo central del debate
6
objeto de la decisión, afectan a un tema colateral relevante para la misma,
normalmente vinculados con los razonamientos jurídicos esbozados para afincar la
solución al caso, no serán, por lógica, vinculantes en ningún sentido.” (Sentencia
consultada en la página de internet del Tribunal Supremo de Justicia el 2 de octubre
de 2012, bajo el link: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/Noviembre/1415-
221100-00-1725.htm).
7
conciencia, ya que el desacato, además de implicar la revocación de la sentencia,
configura una conducta judicial indebida que puede dar lugar a la imposición
directa de una sanción conforme a los artículos 174 y 179 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia.”
8
de precedentes constitucionales, debidamente publicados, para consolidar un sistema
de control en la aplicación de sus interpretaciones vinculantes que, siguiendo la
doctrina establecida para el Amparo Constitucional, se deberán invocar ante los
jueces de instancia para, finalmente, en caso de ser inobservados, poder tener opción
a su control ante el máximo tribunal por la vía de la Revisión Constitucional de
sentencias que, como vemos, se va consolidando con carácter recursivo y no como
“mecanismo especial”.
Bibliografia
9
10