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Análisis: El narcotráfico en 2021 —y en 2022


¿Qué ha pasado con las drogas en este año, cuáles problemas enfrentará el
próximo gobierno y cómo puede resolverlos? Análisis de Razón Pública.

Angélica Durán Martínez* /Razón Pública

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Según el balance del Instituto Kroc sobre el acuerdo con las FARC, el
presupuesto de ejecución para lo convenido en materia de droga se
recortó de manera drástica.
Foto: AFP - LUIS ROBAYO

Foto: Razón Pública


Coca, cocaína y sustitución de cultivos
El tema del narcotráfico no fue muy comentado durante este año, pero
sigue atravesando la vida social, económica, política y la situación de
seguridad del país.

En el 2021 la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito


(UNODC) reportó dos tendencias aparentemente contradictorias: la
reducción de los cultivos de coca y el aumento de la producción de
cocaína. Las cifras corresponden al 2020, pero es probable que este año
las tendencias fueran similares. Esto sugiere que:

 El aumento exponencial de los cultivos entre 2013 y 2017 se


estabilizó como respuesta al mercado.
 La adaptación a las políticas de erradicación forzada y el aumento
de la intervención de los grupos criminales en la transformación de
la hoja de coca resultó en una mayor productividad de los cultivos.
 La demanda mundial de cocaína aumentó y se dispersó
geográficamente. Los reportes de Europa muestran un aumento
del consumo en los últimos tres años. Pero la última encuesta
entre adolescentes en Estados Unidos sugiere una disminución en
el uso de todas las drogas en el 2020, seguramente como efecto de
la pandemia.

Otro tema importante es la interrupción de las políticas de sustitución


voluntaria de cultivos. Desde el 2020 no se incorporaron más familias al
Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS),
porque el cuarto punto del Acuerdo con las FARC incluyó únicamente a
las familias que cultivaron antes de la firma y excluía a potenciales
cultivadores oportunistas.

Esto significa que no existe una política clara de sustitución voluntaria en


un país con 143.000 hectáreas de coca sembradas. Aun así, el PNIS
involucró a más de 99.000 familias en acuerdos colectivos que
permitieron eliminar más de 40.000 hectáreas de coca.

La tasa de resiembra de estas hectáreas ha sido de 0,4 % (en algunos


lugares es más alta, como en Tibú). Según la UNODC, la tasa de
resiembra podría ser en realidad del 7 %, pero aun así sería menor que en
los casos de erradicación forzada, donde se ubica entre el 50 % y el 60
%.

Según el balance del Instituto Kroc sobre el acuerdo con las FARC, el


presupuesto de ejecución para lo convenido en materia de droga se
recortó de manera drástica. Esta es una mala noticia si se quiere mantener
el resultado del PNIS y aún peor si quiere mejorarse.

Le recomendamos: Aumento de la producción de cocaína en Colombia

Los grupos armados

El gobierno presentará este año un buen balance por lo tocante a


cabecillas de los grupos criminales involucrados en el narcotráfico que
han sido dados de baja, capturados o asesinados.

 El 15 de agosto las autoridades dieron de baja en Nariño a


Anderson Perlaza Caicedo, alias “Borojó”, líder de las Guerrillas
Unidas del Pacífico (GUP).
 En octubre las autoridades capturaron a Dairo Antonio Úsuga, alias
“Otoniel”, líder del Clan del Golfo.
 El excomandante de las FARC, Jesús Santrich, fue asesinado en
mayo y los excomandantes Romaña y El Paisa, el 8 de diciembre;
los tres en territorio venezolano. El asesinato de Santrich aún es
confuso, pero los de Romaña y El Paisa se atribuyeron a disputas
entre narcotraficantes.

La captura de Otoniel y la baja de Borojó son buenas para el gobierno,


pero el efecto de estas capturas en las redes del narcotráfico es muy
limitado. La organización descentralizada del Clan del Golfo impedirá
que la captura de Otoniel afecte al grupo armado. Y aun si se debilitara,
siempre hay alguien dispuesto a llenar los vacíos de poder.
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Puede leer: El narcotráfico después de Otoniel

Mercado ilícito

Aunque los fenómenos del crimen no son homogéneos, existe una mayor
descentralización y fragmentación de las redes del narcotráfico que se
agudizó desde la desmovilización de las FARC.

En el 2021 varios hechos mostraron una mayor dispersión geográfica y


organizativa del narcotráfico, y una expansión hacia las fronteras. Esto
convirtió a los países fronterizos en partícipes más directos de las
cadenas del narcotráfico. Entre esos hechos se destacan:

 Los arrestos en diciembre vinculados con el Clan del Golfo en


Panamá. Estos arrestos incluyeron autoridades de alto nivel y
reflejaron la expansión del grupo hacia esa zona.
 El recrudecimiento de los combates en la frontera con Venezuela
entre las fuerzas armadas y los grupos no estatales de ambos lados
de la frontera.
 Los grandes decomisos de drogas confirmaron la
descentralización y fragmentación de las redes del narcotráfico
hacia Europa, las cuales encontraron múltiples aliados en
Colombia.

Las capturas o bajas de cabecillas son a corto plazo una divisa esencial
para los gobiernos ávidos de resultados, pero a largo plazo no aportan
mucho en la lucha contra el narcotráfico. Las actividades criminales son
diversas y las redes se vuelven más resilientes.

La relación con Estados Unidos

El 2021 fue un buen año para la relación entre Estados Unidos y


Colombia en temas de narcotráfico y seguridad. La salida de Donald
Trump hizo más predecible la relación bilateral y permitió que Estados
Unidos apoyara la ejecución del acuerdo de paz, pero la posición del
gobierno Biden sobre el narcotráfico es tímida.

El Espectador en video:
Pese a que el Gobierno Petro representa la antítesis frente a anteriores
administraciones, treinta días son muy poco tiempo para evaluar un gobierno y las
transformaciones del país. No obstante, desde ya se puede hablar de algunos
puntos clave en los que el presidente Petro se ha posicionado de forma diferente a
la tradición política colombiana y otros puntos en los que parece que el cambio va
con una velocidad más baja.
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Un mes del gobierno de Gustavo Petro: ¿cuáles fueron las decisiones más
importantes?
En marzo Biden le pidió a Colombia que reanudara la fumigación de
cultivos ilícitos. Los miembros de su partido y una larga lista de
organizaciones y académicos firmaron una carta contra esa petición.
Desde entonces la administración Biden evita el tema de la fumigación.

Uno de los avances más significativos de Biden fue sacar a las FARC de


la lista de las organizaciones terroristas, dejando incluidas a las
disidencias. Esto fue un espaldarazo al acuerdo de paz que criticaron
miembros del partido republicano y el gobierno colombiano.

De cualquier modo, Biden tiene una agenda complicada internamente y


sus prioridades internacionales son la migración y los coletazos de la
salida de Afganistán.

Políticas antidrogas en Colombia

Además de lo mencionado frente a los cultivos ilícitos, hay otros


aspectos de la política antinarcóticos que conviene destacar:

 En el 2019 se aprobó una resolución para crear el Sistema


Nacional de Atención al Consumidor de Drogas Ilícitas. Sin duda
alguna es importante mejorar las políticas de diagnóstico,
prevención, tratamiento e investigación; pero esta política se
ejecuta lentamente y con pocos recursos.
 La discusión sobre el cannabis medicinal cambió radicalmente.
Muchos precandidatos presidenciales quieren promover la industria
e incluso el presidente la apoya. El gran desafío es lograr un
beneficio para los pequeños productores y las comunidades.
Seguramente los debates sobre el uso recreacional seguirán activos
en el 2022, pero aquí las posiciones están divididas.
 En agosto el gobierno aprobó una estrategia contra el crimen
organizado que presta atención al lavado de activos y destina
recursos para ejecutarla. Una buena intención, pero en Colombia
hay mucho trecho entre la política y la práctica.

Con las elecciones presidenciales en el horizonte, este balance permite


recordar los retos que enfrentará quien llegue a la Casa de Nariño. El
problema no tiene una solución rápida. Por eso debe pensarse en
propósitos a largo plazo, en vez de enfocarse en eliminar a las cabecillas
de los grupos armados y criminales.

Para eso deben promoverse políticas sustitución y desarrollo alternativo


y de desarrollo de los territorios, y deben proponerse otros usos lícitos
para los cultivos. Hay que prestar más atención a los mandos medios
criminales y a qué sucede cuando se elimina uno. También hay que
trabajar conjuntamente con otros países que ahora inciden activamente en
las cadenas del narcotráfico y restablecer las relaciones diplomáticas con
Venezuela.

*Ph.D. en Ciencia Política de Brown University, profesora asociada de


Ciencia Política y co-directora del Doctorado en Estudios Globales de
la Universidad de Massachusetts-Lowell.

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