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UNA NUEVA NORMALIDAD, UNA NUEVA SALUD PÚBLICA

Ante la coyuntura que se vive por el COVID-19 el concepto de la Salud publica a


tomado importancia, pero no suficiente. Hemos vivido a carne propia la proliferación
publica de ‘’especialistas en pandemias’’ y que incluso eran voceros del estado
informando a la población con falsedades, generando que la población cayera en caos.
Por ello se debe comprobar que existen profesionales capaces de velar por la salud
colectiva, solucionando los problemas con métodos altamente científicos e
innovadores.
El éxito de la salud pública: que no se aprecie su necesidad
Hoy en día la salud publica desarrolla acciones que son pocamente visibles en
población donde se gana y se pierde salud, se debe a que no hay una buena promoción
del trabajo porque solo reconocen cuando el personal soluciona los problemas mas
graves de la población sin embargo en el día, día se va realizando una labor
multidisciplinario, por ejemplo las campañas de anti-parasitación de canes,
inmunización a población niño, adolescente y ancianos ; promoción de la lactancia
materna, vigilancia de casos de tuberculosis, anemia, entre otros.
La nueva salud pública necesita una organización renovada
En este contexto las grandes cabezas que lideran la organización de la salud publica
deben dar respuestas científicos - técnicas adecuadas. La organización debe tener un
buen gobierno que brinde transparencia, confianza y demuestre que son capaces de
poner primero la salud de la población propiciando una buena reputación pública e
internacional.
Una ¿molesta? Proposición
Según el autor es conveniente crear tres niveles de funcionamiento: nuclear;
transversal y contingente; y excepcional. La primera formada por especialistas que
coordine y nutre de capacidad científico-técnica a los implicados de esta organización.
El segundo nivel es aquella que trabajaría con la amplia red de centros, instituciones y
personas para dar respuesta a los problemas habituales de la salud pública. El último
nivel sólo se activaría en situaciones excepcionales, como la pandemia de la COVID-19,
este activaría todos los comités y subcomités imprescindibles y seguiría la hoja de ruta
ya diseñada.
La abogacía por el buen gobierno de la salud pública
Ciertamente lo planteado es complicado debido a que es un complejo organizacional
sistematizado por instituciones tanto públicas como privadas que mediante incentivos
motive la participación de los implicados para crear en conjunto un personal capaz,
empapado de conocimientos único e innovadores avalados por un ente regulador; es
por ello que debe mejorar la agenda de investigación y el sistema contable para que
obtenga un financiamiento de investigación y desarrolle personas acreditas que
solucione, trabaje de la mano con el gobierno del Perú y la comunidad.

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