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EL PECADO DE NO CONGREGAR

Hebreos 10:25
Introducción:
Estudiando la vida de los primeros cristianos, aprendemos la firmeza, la fidelidad y la constancia
que tenían. Eran hermanos que amaban a Dios, a Cristo y a la iglesia. Eran hermanos fieles.
Siempre estaban juntos, apoyándose. 
 
Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres
mil personas., Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones. Hechos 2:41-42
Perseveraban en la fe, en las enseñanzas de los Apóstoles, en la comunión entre ellos, y en las
oraciones. La biblia hace referencia a que los primeros tres mil eran perseverantes, eran fieles
y constantes.

Nosotros pertenecemos a la iglesia de estos tiempos, una iglesia que debe recordar su historia,
porque el inicio de la iglesia fue en pentecostés (Una Iglesia Fervorosa, Llena del Espíritu Santo)
por lo tanto ese compromiso, ese fervor, esa pasión de los cristianos del primer siglo, debemos
mantenerlo, porque es lo que DIOS ESPERA DE NOSOTROS.

Hacia el final del primer siglo ya había cristianos que no eran constantes en el cumplimiento de
estos mandamientos. En el libro de hebreos ya se hace la exhortación, de no dejarnos de
congregarse como algunos tienen por costumbres. Cuando faltamos al culto cometemos varios
pecados, no uno sino varios.  

Algunos están faltando a las reuniones, y eso no está bien. Reunámonos para
animarnos unos a otros y con mayor razón ahora que vemos que se acerca el día.
Hebreos 10:25 (TLA)

 
Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a
otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca. (Nueva Traducción
Viviente)

Entonces ¿Es un pecado dejar de congregar?

Muchas veces pensamos que los pecados de los cuales debemos cuidarnos son: la mentira, el
adulterio, la fornicación, la lascivia, las borracheras, pecados de los cuales nos cuidamos y
evitamos porque son abominables a Dios, y se nos olvidan que los grandes pecados tienen su
origen en pequeñas Faltas (NO OLVIDEMOS LA ENSEÑANZA DE LAS ZORRAS PEQUEÑAS)

<Dejar de congregarse es un pecado, pero también es un síntoma de un problema más grande


en la vida de un cristiano, el no congregar empezara a llevarnos a otros Pecados Más Graves.>

2.  No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre.


A pesar de que los cristianos de estos tiempos están muy enredados en su vida en el mundo, sin
embargo siempre hay muchos hermanos que nunca faltan al culto, a la reunión de la iglesia, en
muchos años, nunca fallan, todos los domingos vemos sus caras. Pero también algunos
cristianos que faltan constantemente los domingos y cultos entre semana. Es costumbre
faltar. Siempre habrá una causa, un obstáculo o una excusa.
LA PALABRA POR COSTUMBRE: también significa por hábito, por práctica lo que quiere decir
regularmente.

No  debemos dejar de congregarnos como algunos están habituados  a hacerlo.


<Muchos piensan que sí hay motivos para faltar que Dios aprueba, pero no es así, podemos
faltar por alguna causa que nos impide venir, pero el mandamiento es que no faltemos. 
Mateo 10:37-38  Lucas 14:26-27 >
SI EN ALGÚN MOMENTO FALTAMOS, pero somos constantes, podemos pedir perdón a Dios y
apoyarnos en nuestro abogado, Jesús y Dios nos perdonan.
Pero cuando estamos pecando constantemente faltando a la reunión, por cualquier motivo,
¿SERÁ QUE DIOS NOS PERDONARÁ? Hebreos 10:26-29 

Muchos hermanos tratando de justificar las faltas de sí mismos o de otros hermanos, buscan
darle interpretación a la biblia, que no tiene.  

PECADOS QUE COMETEMOS CUANDO FALTAMOS CONSTANTEMENTE.


Hay varios pecados que son cometidos cuando faltamos.

¿POR QUÉ ES UN PECADO NO CONGREGARNOS?. (HEBREOS 10:25,26).

SE MENOSPRECIA LA INVITACIÓN DE DIOS.

SABE QUE CUANDO HAY UNA REUNIÓN DE LA IGLESIA DIOS VA ESTAR AHÍ. Porque
donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Mateo 18:20

ÉL ESTÁ AHÍ Y ANDA EN MEDIO DE SU PUEBLO. Apocalipsis.2:1.Los siete candeleros son


las siete iglesias. (Apocalipsis.1:20).

MUCHAS VECES LA MENOSPRECIAMOS POR COSAS DE MENOS VALOR POR LOS


NEGOCIOS DE VIDA. (Mateo. 22:1-5).

NO SOMOS FIELES, NI FIRMES NI CONSTANTES


Cuando se falta regularmente no hay firmeza, no hay fidelidad. Hebreos 10:21-23  La casa de
Dios es la iglesia.

NO ESTIMULAMOS A LOS HERMANOS AL AMOR Y A LAS BUENAS OBRAS.


No hay manifestación de amor a Cristo y tampoco a los hermanos. Hebreos 10:24

NO CUMPLIMOS CON EL MANDAMIENTO DE LAS OFRENDA.


Pareciera que este es el punto menos importante, pero no ofrendar y darle a Dios de lo que el
nos ha dado trae consecuencias a nuestra vida, al dejar de congregar, ya no sentimos
responsabilidad por la obra, no nos importa llevar la carga por la iglesia, ni como se sostiene la
obra, y perdemos la bendición de abrir nuestra mano, porque ofrendar es una bendición 
Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya
prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces
ofrendas.1 Corintios 16:1-2.
Todos los domingos tenemos mandamiento de traer nuestras ofrendas.

NO CRECEMOS ESPIRITUALMENTE.
Cuando vemos el ejemplo apostólico en hechos 20:7, leemos que Pablo, les enseñaba. No hay
crecimiento espiritual si no somos edificados,  si no somos enseñados en la palabra de Dios. 
Para eso Dios ha dejado sus siervos para enseñar, porque todos debemos crecer. Efesios 4:9-
14 
Si no asistimos, no crecemos, no avanzamos.

LE FALLAMOS A DIOS Y A CRISTO.


No asistir con regularidad es no obedecer la voluntad de Dios de que sus hijos se reúnan para
adorarle.
NO CANTAN NI ORAN EN COMUNIÓN CON SUS HERMANOS.
Faltando regularmente fallamos en cantar y orar junto con nuestros hermanos. 
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a
otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en
el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:16-17 
Conclusión: Debemos dedicar nuestra vida a Dios, abandonando nuestras propias
conveniencias y poniendo en primer lugar la voluntad de Dios, ¿si gran parte de los hermanos
pueden asistir constantemente, porque algunos no lo pueden hacer?
Reflexionemos sobre nuestra asistencia y la fidelidad que tenemos a ella. 

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