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3. Ser humano, ser libre El primer capitulo define a la filosofia como una herramienta que permite a las personas ubicarse en su realidad y construir conocimientos mis solidos. Por su parte, el capitulo 2 establece que somos los tinicos animales capaces de producir conocimientos. Dado que en ambos casos se coloca al ser humano como el centro de la preocupacién filos6fica, este tercer capitulo aborda una preocupacién fundamental para la filosofia: équé es el ser humano?, équé lo diferencia del resto de seres y cosas? Responder a esas preguntas implica analizar a fondo la esencia del ser humano y la de su propia existencia en el mundo. 3.1. Fenoménico y nouménico Cuando meditamos acerca del ser humano, inmediatamente pensa- mos en un ser superior a todos los que existen en la naturaleza. Por su- puesto, habré quien asuma que somos inferiores a los demas animales: mientras ellos matan por necesidad, nosotros podemos hacerlo solo por placer o ambicién. Sin embargo, el solo plantear lo anterior presupone la capacidad de ser criticos ante nuestros actos y en el fondo, también im- plica la capacidad para cambiarlos. “Muchos filésofos han meditado sobre lo que nos distingue del resto de seres vivos. El punto de partida, evidente e innegable, es que somos seres con necesidades biolégicas que buscamos satisfacer. Esta caracte- ristica nos hace pertenecer a un género especifico: mamifero, vertebrado, del orden de los primates y la familia de los hominidos. Como muchos de ellos, vivimos en grupos, lo que condiciona nuestros actos y nos permite desarrollarnos en comunidad. 51 diferencia cualitativa: los demas animales reaccionan e ante los condicionamientos que les ofrece la realidad. No ¢ onar sobre sus acciones ni meditar en la manera de cam- -la realidad externa. En cambio, nosotros podemos conocer el mundo. oman intencionalmente, segtin nuestras necesidades, Un cas- B. tor puede fabricar diques en un cauce de rio, pero no es consciente de sed incapaz de transmitir sus técnicas para las futuras generaciones de castores. Nosotros, si; al tener conciencia de nuestros actos, podemos comunicarlos. Con ello tenemos ya una respuesta a la pregunta con que inicia este capitulo: somos seres racionales. La raz6n nos distingue del Testo de seres sobre el planeta. De esta misma peculiaridad se derivan las siguientes. Como seres biologicos, somos parte del mundo que habitamos. Pero, como seres racionales, tenemos conciencia de nuestro propio ser biolé- gico. Nos conocemos a nosotros mismos, lo que nos convierte en seres autoconscientes. Podemos ser objeto y sujeto de nuestro propio cono- cimiento. Gracias a ello reconocemos nuestras necesidades y planifica- mos la forma de resolverlas. Asi, somos capaces de proyectar nuestras acciones y convertirlas en intencionales: encaminarlas al logro de un fin determinado. Por ello, se dice que toda accién humana tiene un objetivo determinado. Todo lo que hacemos es guiado por objetivos, metas o fines. Por supuesto, no siempre somos conscientes de ello. Por ejemplo, podemos deleitarnos contemplando el lago de Amatitlan desde el parque Naciones Unidas sin ningun objetivo aparente. Pero, justamente, el objetivo es conseguir esa paz o deleite espiritual. Por otra parte, percibimos la realidad de acuerdo con nuestras pecu- liares necesidades concretas y personales. Asi, captamos lo que nos pueda interesar. Por ello se dice que somos seres subjetivos: experi- mentamos nuestra existencia desde un “yo” consciente. Solo podemos conocer Ja realidad a partir de nuestros conocimientos previos, los cuales han sido obtenidos para lograr fines y objetivos determinados. Claro que para captar la realidad, lo hacemos por medio de signos que hemos aprendido en la sociedad. Esto nos convierte en seres intersubjetivos. Todas las caracteristicas anteriores provocan también una diferencia fundamental en cuanto a nuestra forma de actuar: transformamos la realidad para satisfacer nuestras necesidades. Las aves construyen nidos 52 estos no alteran el ambiente; lo vienen haciendo de era desde hace millones de afios. Lo mismo pasa con log Lr hormigas, las telarafias, etcétera. En cambio, las acciones humanas siem-_ re transforman el medio ambiente y evolucionan con el tiempo. No se puede comparar Ja mas rudimentaria de las casas construidas por los pri- meros grupos humanos con los enormes edificios de apartamentos que se construyen en las grandes ciudades. Por todo lo dicho en los ultimos parrafos, cada individuo se erige como una persona; un ser tinico y, como dijera Kant, valioso en sf mismo. Nuestras caracteristicas esenciales nos permiten distinguirnos como personas. Aunque originalmente el vocablo “persona” significaba “mascara” (en las representaciones teatrales griegas), en la actualidad se utiliza para referirse a la dignidad de cada individuo de nuestra especie. La persona puede trascender la naturaleza y adaptar sus circunstan- cias; crear sus propias leyes, sus principios morales; todo porque es un ser autonome, dotado de voluntad. Esa autonomia, segiin Kant, le con- fiere dignidad. Esta es la base fundamental de un famoso postulado kantiano llamado imperativo categérico: nadie tiene derecho a ins- trumentalizar a ninguna persona porque esta tiene un valor absoluto; es un fin en si mismo que no debe utilizarse como medio para otra cosa. El imperativo categérico es, en teoria, aceptado por la mayoria de leyes a lo largo del mundo. Sin embargo, parece dicha aceptacién solo se queda en el plano te6rico. Karl Marx sefiala que en el capitalismo, las personas son convertidas en objetos. Para mantenerse en el poder, la burguesfa ha creado una serie de mecanismos ideolégicos, politicos, cul- turales y represivos. Esto provoca un estado de alienacién, de aleja- miento de si mismo y de la conciencia de su propia realidad. Un ser alie- nado no hace uso consciente de su raz6n, por lo que pierde una de las cualidades esenciales y diferenciales del ser humano: su consciencia esta, de alguna manera, dirigida por los grupos que ostentan el poder social y economico. A pesar de lo que Marx denuncia, en el fondo, se reconoce que una cualidad intrinseca del ser humano es la de la libertad. De hecho, per- derla significa ser alienado, de acuerdo con la critica planteada por Marx. El objetivo de todas las luchas sociales es, en esencia, rescatar la autén- tica libertad humana, Pero épuede saber el significado libertad un ser alienado que vive esclavo del consumismo? 53 ne fer ot —————e Segiin los filésofos de la Escuela de Frankfurt, la sociedad capital fomenta la alienacién y la esclavitud.éEs mas libre una persona que cots sume compulsivamente, aun autodestruyéndose, que un presidiario, a cribiendo un poema de amor? éEs libre un votante que elige entre candi- datos impuestos por grupos de poder y no por los distintos STUpOs socia- les? éEs libre quien compra una hamburguesa movido instintivamente por la publicidad subliminal? Desde siempre, la libertad ha sido concebida como uno de los ideales mas altos de la humanidad. Don Quijote decia a Sancho Panza que es preferible morir en la lucha para conquistar la libertad que Ievar una larga vida sin ella. Con el triunfo de la revoluci6n francesa se consolidé como el mas grande ideal de la nueva sociedad dirigida por la burguesia. Desde entonces, este término se utiliza para fines politicos mas que humanos. Por ejemplo, durante todo el siglo XIX y todavia en la actuali- dad, muchos partidos politicos se Ilamaron “liberales” y enarbolaban la bandera del Mamado “liberalismo econémico”; es decir, el sistema ba- sado en el consumismo. Ahora se sigue usando de forma parcial y distor- sionada cuando se acuiia la frase “democracias liberales”. Con ella se quiere decir que la democracia y el sistema capitalista son inherentes uno al otro. La publicidad hace lo propio: muchas campafias publicitarias suelen asociar este ideal con la decision de comprar y consumir el producto anunciado. Asi se ha logrado que la gente comtn asocie el sentido de li- bertad con el ideal compulsivo de comprar y de tener muchas mercade- tias en las cuales invertir los ingresos econémicos. Por ello, es necesario meditar, desde una perspectiva filos6fica, para encontrar el verdadero sentido de este término. Como es previsible, en filosofia este ideal dista mucho del uso que se le hace en los Ambitos po- litico y publicitario. Se le asume como una caracteristica esencial del ser humano. Por supuesto, como todo en filosofia, su significado no es uni- voco. Cada filésofo ha aportado diferentes perspectivas para definirlo. Sin embargo, existen algunos elementos que todos toman en cuenta: sU esencia racional, sus limites y su naturaleza social. 54 aR SS Los filésofos han reparado en la diferencia esencial entre los seres os y los animales: mientras estos son seres instintivos, nosotros humerracionales. Ellos estan totalmente sometidos a la naturaleza, Su accionar se guia por las necesidades que su propio entorno les i Si sienten hambre, cazan 0 buscan su alimento. Se agrupan por a age tinto de proteccién. De ahi que sus acciones no trascienden el aqui y el ahora: reaccionan a los condicionamientos concretos ¢ inmediatos que Ja naturaleza les presenta. Los humanos también tenemos necesidades impuestas por la natu- raleza: comer, dormir, respirar... Pero, a diferencia de los animales, tras- cendemos los instintos y actuamos de acuerdo con un “plan”. Tenemos la capacidad de distanciarnos de la naturaleza, meditar y actuar con consciencia de hecho. Ante cada circunstancia, actuamos segiin una se- cuencia definida: « Necesidad. Captamos los estimulos, las necesidades, y buscamos mecanismos para satisfacerlas. Por ejemplo, si tenemos frio, pensa- mos en adquirir una prenda de vestir que nos proporcione calor. e Evaluaci6n. Meditamos sobre las diferentes posibilidades de solu- cién. Sopesamos sus ventajas y desventajas; las consecuencias que nos traeria cada una. Siguiendo con el ejemplo anterior, al pensar en adquirir un suéter, meditamos dénde podemos adquirirlo. Para cada opcién, evaluamos sus ventajas y desventajas. e Acci6n. Después de evaluar las opciones, efectuamos las acciones pertinentes para satisfacer la necesidad inicial. En el ejemplo ante- rior, compramos el suéter y con ello mitigamos el frio. Por supuesto, no todas las elecciones son producto de una profunda meditacién. Es ms, en la mayorfa de casos tomamos decisiones sin pre- via reflexién: sentimos sed y, casi instintivamente, tomamos un vaso, lo llenamos de agua y bebemos. Aparentemente no hubo proceso de elec- cién y meditacion, pero, en realidad, nuestro cerebro desarrollé miulti- ples procesos racionales para realizar dicha accién. Aunque tenemos necesidades biologicas, podemos elegir la forma de solucionarlas. Nuestra capacidad racional permite no ser esclavos de la naturaleza y de los instintos. Esa posibilidad de elegir es lo que consti- tuye la libertad, de acuerdo con muchos filésofos. 55 ecto, Kant afirmaba que somos seres fenoménicos y nouns. fenoménico nos ubica como seres que pertenecen a ja nat bee jo sus leyes, nos enfrentamos a necesidades por Satisfacer, Ly énico alude a nuestra capacidad de construir conocimientog Pai - satisfacer las necesidades fenoménicas. bi Segiin los fildsofos idealistas, esa division se expresa en el dualismo cuerpo — alma. El cuerpo, como fendmeno de la naturaleza, es esclavo de las necesidades que esta le impone. El alma, en cambio, es independiente | y, por lo tanto, libre de las ataduras naturales. Por su parte, los filosofos de tradicion materialista plantean que no k existe tal division. Mario Bunge (2005a) afirma que la mente, el conocj- miento, es producto y emerge evolutivamente de lo fisico. No es ni puede ser independiente. El ideal del alma (de la mente pensante) no es libe- rarse del cuerpo sino construir un todo arménico entre ambos. La liber- tad permite elegir el camino correcto para que el cuerpo se desarrolle paralelo con la mente y viceversa. Tanto idealistas como materialistas coinciden en pensar que somos libres porque podemos elegir. Poseemos la voluntad de optar entre dis- tintas posibilidades. Esa virtud posibilita la autodeterminacién. So- mos capaces de construir nuestro propio ser a partir de las decisiones que tomamos cotidianamente. La corriente filos6fica que mejor aborda el tema de la libertad es el existencialismo, desarrollado primero a principios del siglo XIX y luego a mediados del XX. Los filésofos adscritos a esta corriente pensa- ban que la esencia del ser humano es su libertad. De ahi que resalten el papel crucial de la experiencia individual, la libertad y la elecci6n perso- nal. Por ejemplo, Séren Kierkegaard (1813-1855) afirmaba que cada individuo debe elegir su propio camino atenido a las circunstancias de su existencia y sin tener que acudir a modelos universales. Sosten{a que la experiencia personal y la actuaci6n segiin las propias convicciones cons- tituyen los factores esenciales para llegar a la verdad. Como se comprende, el ejercicio de su libertad es producto de la po- sibilidad de elegir que otorga la raz6n y la conciencia. A la vez, provoca que el ser humano sea lo que sus acciones le han Hevado a ser. Siguiendo con las tesis existencialistas, Sartre (1996) afirma que el ser humano no posee ninguna esencia determinada a priori. Su esencia es, precisa- 56 Ja indeterminacidn, el estar siendo, haciéndose constante y pe- nente. Esta tesis constituye una filosofia de la accién pues obliga a ir nuestra esencia en nuestros actos mismos. Por ello, en el existen- la libertad se define como la necesidad de elegir permanente- ‘mente ante los condicionamientos que el mundo ofrece, Los limites Los postulados del existencialismo parecieran afirmar que la libertad no tiene limites. En todo caso, podria pensarse que los limites son im- puestos por el sujeto mismo. Por ejemplo, para Kant (2003), la libertad radica en la autonomia de la voluntad. Por ello, la condici6n para ser libre del sujeto descansa en su racionalidad y exige que esta no esté condicio- nada, fuera de la propia voluntad. Es decir, Kant yla mayoria de filésofos idealistas asumen la libertad como un valor subjetivo (proviene de la vo- luntad del sujeto) e individual (se aplica en las acciones que cada indivi- duo quiera). La anterior concepcidn prevalece en el sistema consumista: los pu- Dlicistas crean falsas necesidades en la mente del consumidor y le hacen creer que ejerce su libertad cuando compra tal o cual mercaderia. Es de- cir, se enfoca la libertad como una actitud sin limites para el consumo. El individuo es bombardeado por la publicidad y las leyes delegan en el mismo la decisién de comprar o no, aunque existan mercancias que abiertamente le hagan dajio. Por ello, Jean Paul Sartre (1905-1980), plantea una serie de obje- ciones para la teoria kantiana de la libertad. Este filosofo parte del prin- cipio existencialista de que el ser humano no tiene esencia: nada hay que lo determine mas que las circunstancias en las que transcurre su expe- Miencia. Si no tiene esencia, entonces el sujeto se hace a si mismo por medio de sus acciones (Sartre, 1996). Pero, cada vez que actiia, el individuo se enfrenta con la necesidad de elegir entre muchas opciones, cada una de las cuales implica la preva~ de ciertos valores. Por ejemplo, imaginemos un domingo en el cual transmitiran por television un partido entre Real Madrid y Barcelona. Una persona fue invitada a un almuerzo familiar y tiene que elegir entre _ Yerel partido o asistir al almuerzo. Si elige la primera opcidn estara prio~ _ Mzando el valor de la entretencion y la evasién. Si elige la segunda estara _ Priorizando las relaciones interpersonales y la importancia de la familia. 57 Por ello, Sartre afirma que “Elegir ser esto 0 aquello es afirmar ‘mismo tiempo el valor de lo que clegimos (...) y nada puede ser buen para nosotros sin serlo para todos (...) asi, nuestra responsabilidad s mucho mayor de lo que podriamos suponer, pues compromete a Ja i manidad entera” (1996, p. 23). Con ello afirma que los valores que oe yectan nuestras acciones de alguna manera involucran también una aa terminada concepci6n de la humanidad en general. Hasta ac podria pensarse en la misma tesis de Kant: la libertad de actuacion es subjetiva e individual. Sartre concede el primer aspecto pues afirma que “No puede haber otra verdad, como punto de partida que esta: pienso, luego existo, es esta la verdad absoluta de la conciencia captandose a si misma” (1996, p. 32). Sin embargo, el mismo Sartre en- fatiza que esa subjetividad es solo el punto de partida cuando aclara La subjetividad que alcanzamos aqui a titulo de verdad no-es subjetividad Tigurosamente individual (...) nos captamos a nosotros mismos frente al otro, y el otro es tan cierto para nosotros como nosotros mismos. De este modo, el hom- bre que se capta directamente por el cogivo descubre también a todos los otros, y | los descubre como condicién de su existencia (1996, p. 33), Con ello, plantea que la existencia del sujeto esta condicionada por la presencia de los otros sujetos. La existencia (y la libertad) del sujeto no se vive como subjetividad individual; mas bien, se experimenta por medio de la intersubjetividad: El otro es indispensable para mi existencia, tanto como para el conocimiento que yo tengo de mi mismo. En estas condiciones, el descubrimiento de mi inti- midad me descubre al mismo tiempo al otro, como una libertad puesta frente a mi, que piensa y que no quiere mas que por o contra mi. Asi descubrimos en seguida un mundo que llamaremos la intersubjetividad y es en este mundo en el | que el hombre decide que es él y lo que son los otros (Sartre, 1996, p. 33) Eso significa que la libertad de un individuo lleva implicita siempre la libertad de todos los seres humanos. El negarla para uno es igual que el negarla para todos. Somos personas porque pertenecemos a una co- munidad. Toda sociedad formula normas de convivencia que son nece- sarias para garantizar el libre desarrollo de cada individuo. Esas reglas pueden ser enunciadas por medio de leyes o por simple accién de la cos- tumbre. E] respetarlas es indispensable para ser aceptados en ella. Nues- tra libertad debe desarrollarse dentro de esos condicionamientos. 58 pero estar condicionado es distinto a estar determinado, Los condi- jonamientos piolégicos 0 sociales pueden marcar los limites de la liber- vr ero 10 anularlos. No podemos clegir si dormir 0 no, pero si condi- Or Jas circunstancias de nuestro suefio, ci Desde otra perspectiva, Garcia Ruiz plantea que los seres humanos estamos condicionados por factores externos. Estos, condicionan nues- tro accionar y, de alguna manera, establecen los I{mites de Ia libertad: jas acciones humanas siempre se encuentran situadas en un horizonte histérico-cultural determinado. Ese horizonte se constituye asf en el If- mite de nuestra libertad” (2007, p. 25). Libertad y sociedad Nuestra dimensi6n social nos obliga a ser responsables de nues- tros actos. Somos seres sociales y, para el beneficio colectivo, construi- mos cultura y la compartimos en sociedad. Con ello, creamos institucio- nes como la familia, escuelas, estados, en fin, cultura. Asi, conocemos el mundoa través de los productos culturales que heredamos de la sociedad ode los que nosotros mismos construimos. Una serie de realidades como lenguaje, leyes, instituciones, etcétera, surgid como consecuencia de la vida en sociedad. Como vimos, la mayoria de fildsofos sefiala que la razon distingue al ser humano del resto de los animales y le otorga la libertad de elegir. En consecuencia, la definicién de libertad depende de la forma en que se conciba a la raz6n. El concepto de raz6n critica, enfatiza en que el ser humano es de naturaleza social. Los individuos someten a la esfera pu- blica sus principios, participan del dialogo social y construyen su uni- verso ético a partir de consensos. La raz6n es ese encuentro intersubje- tivo que permite buscar soluciones comunes para las necesidades. Apartir de la raz6n critica se puede establecer que la libertad es esen- cialmente social. Acerca de los consensos sociales Habermas decfa: me dejan tan libre, ya que me someto a la razén. Se refiere a que las condi- ciones de libertad se construyen socialmente y al respetarlas se practica esa libertad. Segtin esto, conquistamos nuestra libertad a través de la re- laci6n intersubjetiva. , justamente, el Como vimos, un requisito para actuar con libertad es, el bua * que “yo” como tener conciencia de que somos libres. Si ello es cierto, para 59 ai ir con libertad es necesario que la defina con aitee | movido por el deseo 0 los instintos, ya vimos, no Soy . soy esclavo de mi naturaleza biolégica-animal, En cam. is actuaciones son producto de mi racionalidad, hago uso ‘como anotaba Sartre, es imposible tener una conciencia de} tener la propia del “tu”. Cada individuo se define a si mismo en én de su especificidad; de su diferencia con respecto a los demas, ‘conocerme debo conocerte y a partir de ello, establecer nuestras mutuas diferencias. Por ende, solo puedo ser consciente de mi libertad si Ta concibo desde la libertad de los demas y acttio en funcién de ello, En conclusion, el ser humano se distingue del resto de animales gra- ias a su racionalidad. Esta capacidad le permite construirse a si mismo _ 4 partir de multiples e infinitas elecciones cotidianas. La posibilidad de elegir lo convierte en un ser libre. Sin embargo, sus acciones tienen con- ‘Secuencias sociales pues todo individuo vive implicado dentro de una so- ciedad. De ahi que los limites de la libertad estan impuestos por la racio- nalidad intersubjetiva. Desde esta perspectiva, la libertad es esencial- mente social. ‘i F : 60

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