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Introduccién Males (ooiearen Gow Curtin ad Ge meoderaidadl Moderuame , Nenguovdia , Decadence, Kitch, Pesmodoome Ted Hee Tereacs Berqudmataan Tecmor , Espevia , BF Wind Ti. originad — Five Fucen of Modsenitty. Moderiom » Gvenk-Garte , Deatbenne, Kitsch, Pesos deem, Deke Unies — Preas » 12% Be FRA Gaal . HSH Case us} La idea de modernidad I. ENANOS MODERNOS A HOMBROS DE ANTIGUOS GIGANTES Es siempre dificil datar con precisi6n la aparicién de un concepto, 'y més ain cuando el concepto bajo escrutinio ha sido durante toda sti historia controvertido y complejo como es el de «modernidady. Esta claro, no obstante, que la idea de modernidad slo pudo coneebirse de tiempo histérico. lineal ¢ irreversible, caminando irresistiblemen- ‘te hacia adelante. La modernidad como nocion careceria de signifi cado en una sociedad que no utiliza un concepto secuencial-temporal de la historia y organiza sus categorias temporales segun un modelo iitico o recurrente, como el descrto por Mircea Eliade en su Myth of the Eternal Return !. Aunque la idea de modernidad se ha asocia- do casi automsticamente con el laicismo, su principal elemento cons- titutivo-es simplemente un sentido de tempo irepebley ete el mento de ningin modo es incompatible con na Welanchaaine> Feligiosa como la implicada por la escatologca vision judeorenstiana de la historia. Esta es a razén por la cual la idea de modernidad nat durante la cristiana Edad Media, mientras esta visiblemente ausente del mundo de la antigiiedad pagana. La relaciones directas ¢ inditec- tas entre el modernismo la cristiandad se discutiran posteriorment: con mayor amplitud; de momento, es suficiente sefialar que la hig tesis del origen medieval de la modernidad est lingiifsticamente con- firmada. Fue durante la Edad Media cuando la palabra modernus, un adjetivo y nombre, se forjé a partir del verbo modo (significando «re ientemente, ahora mismo»), del mismo modo que hodiernus se de- tivé de hodie («hoy»). Modernus significaba, segiin el Thesaurus Linguae Latinae, «qui nunc, nostro tempore est, novellus, praesenta- news...» Sus principales ant6nimos eran, tal como los lista el mismo diccionario, antiquus, vetus, priscus. Mircea liade, The Myoh ofthe Egeral Retur, trad, de francés de Willard R, ‘Trak (Nueva York, Pantheon Books, 1965). Para una discusion mas amplia dels di versa ideas de tiempo, desde el tiempo «sodado» del primi mln stresitibiidad ‘el paso del tiempo» det hombre moderna; ver tambien |B. Priestley. Man and Time (Garden City, New York. Doubleday. 1968). pp. 236-289. # Thesaurus Linguae Latnae (Leipzig: Tubner, 1966), vol. VI, p. 1211 fry or CINCO CARAS DE LA MODERNIDAD Es notable como se las arreglaba el antiguo latin sin la oposicién «moderno/antiguo», Esto se explica por el desinterés de la mente la~ tina cldsica en la relaci6n diacrnica. El primer uso literario de «cls: co» (classicus) es del siglo II, en las Noctes atticae (19,8,15) de Aulus Gellius. Se nos ensefia que los escritores cldsicos se encuentran entre los antiguos oradores 0 poetas (cohors antiquior vel oratorum vel ‘poetarum), pero el significado de classicus, con sus connotaciones fuertemente positivas, se determina, en primer lugar, por la refencia social ala clase prima de los ciudadanos romanos. La analogia aristo- ctatica esta subrrayada por la oposicién explicita entre scripror classi ‘cus y (seriptor) proletarius —el ant6nimo de «clisico» es «vulgar», en lugar de «nuevo» o «reciente», como podiamos esperar— ‘La necesidad de una palabra para «moderno» se debi obstant sentir, no término griego vewzeoot, que posteriormente se aclimat6 en latin como neotericus. Como sefala Ernst Robert Curtius en su European nd the Lati « antigtiedad, mas necesaria se hacia una palabra para moderna. Pero: la palabra modernus todavia no estaba disponible. La laguna se cu- brid con neotericus... No serd hasta el siglo XV1 cuando la nueva y feliz formacién modernus... aparezca, y asi Cassiodorus puede cele brar a un autor con un ritmo rodante como antiquorum diligentissi- mus imitator, modernurum nobilissimus instiuior (Variae, 1V.51). La palabra moderno... es uno de los lezados del lati ‘Modermus fue ampliamente utilizado en el latin medieval en toda Europa no desde el siglo V1, como creyé Curtius, sino desde finales del siglo v 4, Términos tales como modernitas («tiempos modernos») > Enret Robert Curtvs, European Literaure and she Latin Middle Ages, tra dl alemén por Willard R, Tes (New York: Harper & Row. 1963) pp. 281-254 para una discus detallada de esta cuestion,y mis generalnente dela ate {ori del tiempo medievales, ver Waller Freund, Moderns und andere Zeitbegrffe ‘des Mitelaters (Koln: Bohlau Verlag, 1957) pp. 4y ss. Para una explicacon de un uso medieval posterior de modernas versus anigues, ver Amigul und Moerni Trad tionsbewusntcin und Fortschritbewasiein in sparen Mirela ed. Albert Zimmmet- ‘mann (Berlin: New York: Walter de Gruyter. 1974). especialmente as contribucio- nes de Wilfried Hartmann, Elsabeth Gossmann y Guater Wol, ambien Elisabeth Gossmann, Antique und Moder: Eine geschichlich Sundonbesimmung (Munic Schningh, 1974) El extendigotadcionalismo dela Edad Media ye prevalent de- icuerdo medieval del tempo histrico, hecho de moments Unicose irepetbes, va ten contra del sentido ms profundo dea historia implcado por la ilosfla del tempo tristana, La paradéjieavsign dl rechazo de Ia Edad Media ala nocon cristiana ov tinal de iempo ha sido convincentement argumeatada por Denis de Rougemont en ‘Man's Wertene Ques, trad. Montgomery Belgion (New York: Harper. 1957). Al eto ‘evoluconario del tiempo eristano, Denis de Rougemont escribe, sia Edad Media LA IDEA DE MODERNIDAD. 25 ymoderni (, y en otras categorias similares que reemplazaron el ideal de perfeccin clasico, La busqueda de la perfeccicn llegé a con- siderarse como un intento de escapar a la historia y el camino mas corto hacia el «academicismo». Especialmente en Francia, donde los, j6venes y rebeldes roménticos se habian enfrentado con los prejui- ‘ios mas tercos y obtusos, el nuevo movimiento se veta obligado a Utiizar con la menor ambigiedad posible el argumento del relativis- mo historico, Ser un hombre de su tiempo, intentar responder a sus problemas se convirtié en algo mas que una estética —se convirti6 casi en una obligacién moral—. Esta etapa significante del desarrollo de la conciencia de moder- nidad se ilustra en la famosa definicién del romanticismo que formu- 6 Stendhal casi una década después de haber tenido éxito en una ‘oposicién preliminar entre le beau idéal antique y le beau idéal moder- ne en su Histoire de la peinture en Italie (1817) *”. Stendhal es proba- © Dehecho,laseccidn ddicada ala «Belles deals ena Miszoire..deStandhal ya estaba escritaen 184. Sorprendentey definido como nos puede parecer hoy. la femprana dstincon de Stendhal ene veau idéal antique y le Beau idéal moderne (Gersus Oevsrer completes ed. Georges Eudes (Pars: Lari, 1953) vol. 3, Histoire dela peinture en lal, Libro IV al Vi pp. 185-241), era ms orginal en su formila- ‘6n que en su esencia,vniendo tas numerosas opsicionesterminolgics tipolgi- fs en Inglaterra, Alemania, ¢ incluso Francia, donde Madame de Stal. en De Allemagne, ntrodace a oposieion esta classigue/romantique 1813.Lo que Stend- hal entendo por elleza moderna era, despues de todo, acorde con elampliasignifica- do histrico de modersidads 0 romanticsmo que habia surpdo em as altima etapa ‘de la Querele entre los antiguosy oe modernas. Como ejemplo. podemor recordar {que Stendhal nos ofreceunacita de Geruselemme Liberata, de finales dl siglo X¥1. de “Taso, pata stra Ia dstincdn etre a belleza moderna. incorporada en poesia. belles antigua (p. 216), Tambien subray la importncia del amor —mds expectica ‘mente el amor romantico— conformando el modelo ideal de blleza, tae olacon ‘de modo predecible la medieval institucion e la eabaleia, {Lo reaimente nuevo en ss deas, dejando de lado suconsistentehstriismo pole. ‘ico al explca la bellert antigua yl moderna a través de factors tales como el ‘lima, cl sstema legal, ya tert de fos temperaments. ensuénfasisen certs valo {es dela cilizaion moderns, resumides ene contrast sugestivo que establece ene Paris, la moderna metropolis por excelenca,y ls antigua Atenas, Stendhal eri beteL-esoleilest un peuple en France: on ya beaucoup d esprit. omestporté mettre de la recherche dens Fespresson des passions. Pour les choses de sentiment, «est peut de Paris que se trouvent es uges es plus dliccas; aise surmage toujours un eu de froideur. Crest done Pars qu'on a le mieux peint amor dict qu'on ale fieux fait sentir influence d'un mot, d'un coup dei, dun regard. Dans Athénes Ton ne cerchait pas tant de nuances, ant dedicates, La beaut pisgue obtenait 48, CINCO CARAS DE LA MODERNIDAD blemente el primer escritor importante europeo que se calified como romintico y que entendié por romanticismo, no un perfodo particu- Jar (més o menos largo). ni un estilo especifico, sino una conciencia de vida contempordnea, de modernidad en su sentido inmediato. Su definicién de romanticismo es algo més que una pieza de paraddjico sentido comiin; se podria decir que es. por su implicada sinonimia entre «roméntico» y «moderno», y por el agudo sentido de tempora- lidad que arrastra, una especie de primer esbozo de la teoria de la modernidad de Baudelaire, que examinaré més adelante. Esto es lo que el autor de Racine et Shakespeare (1823) tenfa que decir acerca del «romanticismo» como opuesto a «clasicismo: El vomanscismo ese arte de presentar alas gents obras literaris que.en sta del actual estado de sus costumbres ycreencas, les proporcionan el ‘mayor placer posible. Fl claismo, por el ontrari. ies presenta la itera {ura que sola proporcionar el mayor placer asus tatarabuelos. itt hoy 1 Solocles y Euripides. y pretender que estas imitaciones no hagin bose ‘ara anaes del silo diceinueve, ex ser casita. tun cult purtout od elle se recomrat. Ces gens alleen is pas jusqu's simaginer ‘que les des qui habitaent de beaux corps sen detachaient avec ps de répugmance ‘que celles qui aient cachées sous des formes vulgnres?.. Mas uss le cle de ‘Beaudet que physique. amour walla pas pis lin.» (pp, 226227), “{Cudles on, sepnStendbal. las earactetstcs principales de la moderna idea de bless? El escrito sta en un orden que parece caprichow 1. _Un expt extrémement vi 2.” Beaucoup de grces dans les sits 43. Lei tincelant, non pas du feu sombre des passions, mais du few de a salle, expression laps vive des mouvement de ime est dant el, {ui échappe ala sculpture. Les yeux modernes serent don fort grands Beaucoup de gueté ‘Un fonds de sensblt Une tale svelte, es surtour Vai agile dela jeunesses (p. 219). ‘A esta cualdades debemos aha la seleguncias (p. 229) y una snoble» aparien cia p- 223). ;Acaso no se puede confundr este concepto de belleza con la expresion {el gio recoed de siglo xvi? Los puntos de vst esttcos de Stendhal son relmen temas complejose interesante. Yaensu Mstriade la pinturaen laa enatiza que libertad y ls orginaidad son indispensables para el arte. Ningunasumisin con junto de reglas.princpis o direciones puede conducir aun auténticoexito artistic, Un autéatico artista solo obedece a suindividualdad y vessel entacion de iitat ‘otros artistas. antiguos © modernos. Entonces. lo que surge com Ia exalidad central ela belleza moderna es cierto semide de refinidacomplejidad picadgic, que iene poco que ver con a fivelida del estilo rocoe8. Pero para desarolar totalmente ss feoria'de la modernidad Stendhal parece necesitar el térming romanticism. que adopts en 1823 del italiano romanricismo. y con el que designa la modernidad en un ‘sentido més Mido y preciso queen su Historie Stendhal, Ocuwres completes, ed. Georges Eudes (Paris: Larsive, 1954) vol. XVI, p. 27 El original: «Le romanicisme ext Tart de presenter aux peuple les LA IDEA DE MODERNIDAD. 49 Stendhal no duda en afirmar que Sofocles y Euripides fueron ro- ‘manticos en sus dias. También lo fue Racine; su particular romanti- cismo consisitia en su fidelidad al gusto de la corte de Luis XIV, un gusto caracterizado principalmente por la «extrema dignidad» que entonces estaba de moda, y que hacia que «un duque de 1670, aun sobrecogido de amor paternal, nunca dejaria de llamar a su hijo: monsieur». En otro texto eritico, Stendhal cita a Goethe para subrra- yar la ecuacién entre, gout (gusto) y mode (moda): el gusto es habi dad de agradar hoy. El gusto es moda, Desde una perspectiva hi (rica, esta afirmacién es rica en implicaciones polémicas. Por ejemplo, con esta abierta defensa de la moda, ;acaso no esta Stend- hal mofaindose del punto de vista neoclasico de que el artista deberia intentar aproximarse todo lo posible al modelo de belleza universal y temporal? La paradoja, cuya ilustracion es Stendhal, es que el escritor de mente moderna a menudo cree que el presente no esté preparado para aceptar las cosas que més necesita. Asi, la relevancia de las in- tuiciones del artista han de ser confirmadas por el futuro. Las relacio- nes entre el romantico de principios del XIX y su tiempo resultaron bastante tirantes. Al referirse a la situacién contemporinea, Eten- hal habla del escritor mas como luchador que como creador de pla- cer: «Se necesita coraje como un soldado (guerrier)» *". Esta analo- sia militar ytodo el contexto en el que aparece sugiere la idea de van- guardia, también derivada de una metafora militar. En contraste con el arrojo de los rom nticos, el clasicistaes prudente hasta el limite de la cobardia. ¥ el piblico contemporineo lo protege porque esta ate- rrorizado por Ia gran reputacién del pasado. Esto explica por qué el Presente no se atreve a pedir lo que necesita. La gente es victima in- Voluntaria del despésito poder del habito, y una de las principales ta- reas del escritor es intentar eliminar sus efectos inhibidores y casi pa- ralizantes en materia de imaginacién *!, Stendhal se da cuenta de que para ser consistentemente moderno (romantico, en su terminologfa) se ha de correr el riesgo de sorprender al piblico, al menos con res- ‘oeuvres litérares qui dan eta actuel de ler croyances, son suscepibes de leur don net le plus de pase possible Le classctme au contraie, leur présente Ia littérature qui donnat le pls grand Dlisr posible & leurs arrieregrands-pées.. Imiter aujourd hui Sophocle et Eurip- Se, et rétendre que ces imitations ne feon pas bailrlefrangais du da-neuvieme sitele, Ces du classicsme.» bid. p- 227 bid p28 “Inhibiendo ia imaginaci. los hibitos disminuyen la capacidad del hombre paral placer estético, Stendhal lo dice claramente...Lhabitude exer un pouvoit Sespotique su imagination des hommes meme les plus élats, et, pa le imaging "on, su les plaisir que ls arts peuvent leur donners. Ibid. pS 50 CINCO CARAS DE LA MODERNIDAD ppecto a la influencia del academicismo aficial en su gusto y de un montén de prejuicios bien afianzados, producto de una inadecuada comprensién de la tradicion, En breve, para Stendhal el concepto de romanticismo incorpora las nociones de cambio, relatividad y, sobre todo, actualidad, cuyo significado hace coincidir, en gran medida con lo que Baudelaire cua- tro decadas més tarde llamaria La modernité. El romanticismo, en palabras simples, es el sentido del presente transmitido artsticamen- fe. Suesfera esta asi muy restringida pero al mismo tiempo su identi- dad se hace esencialmente fugaz, extremadamente dificil de apresar porque no puede definirse en términos de las tradiciones pasadas (Cristiana w otra), y muy provisional por que ancla su supervivencia en la confitmacidn del futuro. Se sabe que el propio Stendhal, a lo Targo de una carrera literaria casi desconocida para sus contempord- neos, se consolé con la idea de que el futuro le haria justicia. Hay mucho més en la preocupacién de Stendhal por el futuro que un mero steno compensatorio de alguien que sufre la carencia del reco- nocimiento. Su personalidad es estructuralmente la de un precursor Voluntarioso y consciente aunque claramente desaprobaba la vaga retorica futurista en la que se complacian otros romanticos (es signifi- cante su desagrado con referencia a las actitudes proféticas de Victor Hugo). Stendhal era un «romdntico» en su propio sentido de la pala~ bra'y ésta es la razén por la cual, incluso en Racine et Shakespeare. anterior a sus principales obras, podia llegar a ser abiertamente anti- romintico. y consistente con su eterno credo literario que con poste~ rioridad se denomind «realista». Algunas de las paradojas distintivas. implicadas en la idea de modernidad literaria estan ya presentes en ‘Stendhal. La més sorprendente es que, liberado de las represiones de ia tradiciOn, el escritor debe esforzarse en proporcionar a sus con- temporneos un placer que no parecen estar preparados para disfru- tar y que quiza incluso no lo merezcan. VI. LAS DOS MODERNIDADES Es imposible decir con precisién cundo se puede comenzar a ha- blar de la existencia de dos modernidades distintas y en franco con- flicto. Lo que es cierto es que en algiin momento de la primera mitad del siglo XIX se produce una irreversible separaci6n entre la moder- nnidad como un momento de la historia de la civilizacion occidental “producto del progreso cientifico y tecnolégico, de la revolucién in- ‘dustrial, de la economia arrolladora y los cambios sociales del capita lismo— y la modernidad como un concepto estético. Desde enton- ces, la relacién entre las dos modernidades ha sido irreductiblemente hostil, pero no sin permitir, e incluso estimular, una variedad de fluencias mutuas en su e6lera por la mutua destrucci6n. LAIDEA DE MODERNIDAD. sl Con respecto a la primera, la idea burguesa de modernidad, puede decir que ha continuado mayormente ls principales traci hes de perfodos anteriores en Ia historia de la idea de modernidad. La doctrina del progreso, la confianza en las posibilidades benefacto- ras de la ciencia y la tecnologia, el interés por el tiempo (un tiempo ‘medible), un tiempo que puede ser comprado y vendido y que, por tanto, posee, como cualquier otra comodidad, un equivalente calcu- lable en dinero), el culto a la razén, y el ideal de libertad definido dentro del entramado de un humanismo abstracto, pero también la rientacién hacia un pragmatismo y el culto de la accin y el éxito, todo esto ha sido asociado en distintos grados con la batalla por lo modemo y se promocion6 y mantuvo vivo como valores claves de la trignant civilzacionestableida po a clase media. Por contraste, Ia otra modernidad, la que habria de producir las vanguardias, estaba desde sus principios romédnticos inclinada hac actitudes radicalmente antiburguesas. Estaba asqueada de la escala de valores de la clase media y expresaba su disgusto con los medios mis diversos, desde la rebelion, la anarquia y el apocalipsis, hasta el aristocratico autoexilio, De modo que, mas que sus aspiraciones po- ivas (que a menudo tienen poco en comin), lo que define la mo- dernidad cultural es su franco rechazado de la modernidad burguesa, Su consuntiva pasion negativa.\ : ‘Antes de referirnos mas especificamente a los origenes de la sepa- raci6n entre las dos modernidades es util enfocar sobre el propio tér- mino «modernidad» . En vista de la cardinal importancia de Bau- delaire como teérico de la modernidad estética, deberia sefialarse que la palabra, un reciente neologismo en la Francia de mediados del siglo XIX, habia circulado en Inglaterra al menos desde el siglo XVII. ELOED recoge la primera ocurrencia de « modernidad» (significan- do «tiempos presentes») en 1627. También cita a Horacio Walpole, quien en una carta de 1782 habla de los poemas de Chatterton en tér- ‘minos de «1a modernidad de (su) modulacién, que nadie (que tenga luna oreja) puede pasar por alto» “?. El uso de «modernidad» de Ho- ® Un estuioextenso de la «modernidad» como consepto es el de Hans Rober Jus LiterarscheTradton” un gegemvinigesBemsscin der Moderaiat arenas Betachtngen. 69 Aap der Moder ans Seen (Gotingn: Vandeaboeck & Rupes 196). pp 1507) Eland de moderns {ese n punto de vita termina xl objeto de gran pate del ro Moder, mo- emia, moderne de Adri Marino (Bucharest Eatura Univers 197). Mist Sfateente Marin eed ala custo de modern un rad atl. me moder, quelques reco magus pubhndo en Neo: parrafo es de una carta a Wiliam Cole, fechada el 22 de febrero de 1782. Horace Walpole escrbe: «He agut un informe que peucba que gran parte de afl ‘acién de Chatterton ha debido ser producida por un complice. apenas conozco pet= 2 CINCO CARAS DE LA MODERNIDAD racio Walpole como un argumento en la famosa controversia acerca de Rowley Poems (1777) de Thomas Chatterton —un poeta cuyas ‘obras y mitos trégicos alcanzarfan gran popularidad en la siguiente y totalmente romantica generacién— implica un sutil sentido de la mo- dernidad estética, La « modernidad» aparece como cercana. tanto ala idea de «estilo» personal («el estilo del poema era propio de Chatter ton»), como a lo que Walpole denomin6 «el reciente lanzamiento de ideas y fraseologia», pero no debe confundirse con ninguna de Tas dos. Su sentido real, segtin el punto de vista de Walpole, era el soni- do y «modulacidn» y lo podremos comprender mejor musicalmente, ‘En cuanto a Francia, el término correspondiente, modemité, no se utiliz6 antes de mediados del siglo XIX. Littré lo identifica en un articulo de Théophile Gautier publicado en 1867 . El Diccionario Robert, mas reciente y comprehensivo, descubre su primera ocu- rrencia en las Mémoires d’outre-tombe de Chateaubriand, que apare~ i6 en 1849. Ni Littré ni Robert mencionan el uso de Baudelaire de ‘emodernidad» en su articulo sobre Constantin Guys, escrito en 1859 ublicado en 1863, ¥Plara apreciar la sobresaliente originalidad y la cualidad seminal del concepto de «modernidad» de Baudelaire sera util considerar aqui el modo en el que Chateaubriand utiliz6 cl término un par de ‘gcadas antes. En las notas diarias de 1833, tomadas durante su viaje de Paris a Praga ¢ incluidas como tales en sus Mémoires d’outre- tombe, Chateaubriand utiliza modernité para referise desdefosa- mente a la mezquindad y banalidad de la cotidiana «vida moderna» ‘como opuesta a la eterna sublimidad de la naturaleza y la grandeza de un pasado medieval legendario. La vulgaridad de la «moderni- Gad» sobresale de modo inequivoco: «La vulgaridad, la modernidad del edificio de las costumbres y el pasaporte», escribe Chateubriand, Xcontrastaban con la tormenta, las puertas goticas, el sonido del cuerpo y el ruido del torrente **. Podria afadir que eLsignificada pe- Tons que no estén persuaas de que el eto de 1s poems es det propio Chatter tonvsdngue haya pedi encontat algun material antigua sobre el que aba. foro ats quel focma ha so an examinado, nae que tenga oo) puede pasar Fora la moderided (cl subrayado cs mio) de la moduli. ye reciente aleance aiden rsclogla.- Aun ase] machackosiguesiendo un prodigy todavia Sf inaphabc come Encontro emp y materiales para claborar al milapo>.en The Sat Elton of Horace Wapols Corespondence 20 WS. Lewis(New Haven: Yale Unigersty Press, 173) vl p. 308306 ete Lite, Dicnonnaite dela enue fangie (Pars: Galimard Hachette, 1959) vols. 31. 2 Pal Rober, Diconnare alphabiue et onloique del langue fransse (Paris, 195). woh. Tp. tea de Chtesbriand en el original: La vl a (rodetnité dla dovane ei du poscpot conratient avec age la porte gothinie ies du coret le brut du torrents For the content in which the pasage osu sec LA IDEA DE MODERNIDAD 5: 4orativo de smoderidadsha coexstdo con el opuesto sentido pos iivoeen tna relcien fuctuante que reflgja ef largo'conmMeto ene las dos modernidades. - * "La historia de la alienacién del escritor moderno comienza con el movimiento romantico. En una fase temprana, el objeto de odio yr diculo ¢s filstetsmo, una forma tipica de la hipocresia de la clase media, El mejor ejemplo es la Alemania presromantica y romantica donde la critica de Ia mentalidad flistea (con todas sus pesadas y ¢s- tipides pretensiones, basto prosaismo y falso y totalmente inadecua do elogio de los valores intelectuales disfrazando una obsesiva preo- ‘cupacidn por los materiales) desemperié un papel esencial el cuadro total de la vida cultural. En la prosa romantica alemana se encuentra ‘con frecuencia el retrato satirico de los filisteos —sdlo tenemos que acudir a los cuentos de sobrenaturales de E.T.A. Hoffmann— y la antitesis tipicamente hoffmannesca entre los poderes creatives de la imaginacion (simbolizados, entre otros, por el inolvidable Anselmo de Der Goldene Topf) y el absolutamente insipido caricter del mundo burgués, con su solemne y vacia scriedad. Como resultado. el {érmino «listed», a pesar de ser negativo e insultante. adquirié un , en su cualidad pu- Famente instantanea. La modernidad, asi. puede ser definida como tna posibilidad paradgjica de ir mas ald de flujo dela historia atra- ‘és de la conciencia de historicidad en su mas conereta inmediatez. tn su presenticidad. Estéticamente hablando, la «mitad eterna de la iontaiement en ait été extrate.. Matheur 2 celui qui étudie dans Fantique ‘hose que Tart pur, la logique, la méthode énerale! Pout sy trop plonger il ped la ‘emote du presenti abuigue la valeur et les privlgesfourns parla crconstanc: ar presque foute notre orginalté vient de Testampille que le femps imprime & 905, Sensation» In Baudelaire. opi, pp. 1163-1165. LA IDEA DE MODERNIDAD. 9 belleza» (que consiste en las leyes mas generales del arte) puede vol- vver a tener una vida fugaz (0 vida futura) s6lo a través de la experien cia de la belleza moderna. La belleza moderna, a su vez, esté incluida cen el ambito transhistérico de los valores —deviene «antigiedady— pero solo a cotas de renunciar a cualquier deseo de servir como mo- delo 0 como ejemplo para los futuros artistas. Separada de la tradi cidn (en el sentido de un corpus de obras y procedimientos a ser imi- tados), la creacién artistica se convierte en una aventura y un drama nel que el artista carece de otro aliado que no sea su imaginacign. ‘Antes de pasar a la cuestién surgida en el «drama de la moderni- dad», es necesaria una observacidn general més acerca del uso de este concepto en Baudelaire. Privada de la anterior funcién descrip- tiva, la «modernidad» se convierte en un concepto enfiticamente normativo. Se puede incluso hablar de un imperativo: el arte debe de ser moderno, Con Baudelaire la modernidad deja de ser una condi- cidn dada la idea de que, para bien 0 para mal, los modernos no tie~ nen eleccién y no pueden evitar ser modernos, ya no es vilida. Por el contrario, ser moderno es una eleccidn, y una elecién heroica, por- que el camino de la modernidad est lleno de riesgos y dificultades. ‘Algunos de los conflictos internos de la conciencia estética mo- derna ilustrada por Baudelaire forman el tema central del importan- te ensayo «Historia literaria y modernidad literaria», de Paul de Man *, cuyos argumentos y conclusiones merecen una extensa con- sideracién. De modo significante, De Man comienza su discusién sobre la modernidad literaria escogiendo entre los posibles opuestos a «modernidad» aquel que considera el mas fructifero,es decir, «his- toria». Para ejemplificar el sentido en el cual deberfa tomarse esta Oposicién, cita el segundo Unzeitgemdsse Beirachtung de Nietzsche, el polémico ensayo «Von Nutzen und Nachteil Historie fur dar Leben» («Acerca del uso y abuso de la historia por la vida»), en el que el filésofo establece una abarcadora antitesis entre «historia» y «vida», concebida esta tiltima tanto en términos bil6gicos como tem- Porales. La «historia» (memoria) aparece como un enemigo irreduc- tible de la «vida» (accion esponténea) y, en palabras de De Man, «ol- vidando la crueldad de Nietasche, la ceguera con la cual se precipita ¢en una accién iluminada por toda la experiencia previa recoge el au- téntico espiritu de la modernidad **, aunque la palabra «moderni- dad» no se use en los ensayos de Nietzsche *. La modernidad en este aul de Man, «Literary History and Literary Modernity», en Blindness and “Insight (New York: Oxford University press. 1971). pp. 12-168, Tid. p. 147 * Pero Be Man olvida el importante hecho de que el témino modernidad {cmoderitats) se utiliza fecuentemente en las ultimas obras de Nietsche. Para Nietasche la nociin de moderniad es abrumadoramente nezaiva —ver mis abajo lcaptulo sobre Nitasche sobre Ia Decadcnca Is Moderna oo CINCO CARAS DE LA MODERNIDAD Te teat epeai So generativo» *7. Estas eriticas a nuestra terminologia histérica son Ibid. pp. 1s1-1s2 = Thid pie. S Thidp. 161 7 Ibid p16 LA IDEA DE MODERNIDAD 61 rmetéforas paternales, se nos dice que deberiamos luchar por darnos cuenta de que las auténticas (;c6mo de auténticas?) fuentes de nues- {ro conocimiento hist6rico son los «textos escritos, aunque estos tex- tos estén enmascarados en forma de guerras y revoluciones». De modo que todos los problemas de la historia se transfieren al plazo del lenguaje y la ériture, con el tnico resultado aparente de conver- tirse en mucho més intricadas mientras resultan tan metafGricas ‘como siempre. Dejando de lado generalizaciones, cuya discusién nos ‘onduciria demasiado lejos para los propositos de este estudio, re- tendré del articulo de De Man su excelente analisis de «Le Peintre de la vie moderne» y la sugerida oposicion entre modernidad y tempo histdrico. Ambos son realmente muy Gtles para la comprension de uun momento especiico del desarrollo del concepto de modernidad, sino de laesencia de a literatura yla historia, y mi propia vision dela ‘modernité Baudelaire, aunque la establezco en una perspectiva dia- r6nica evolutiva, se ha beneficiado sustancialmente de este ani sis de De Man. Existe desde luego un conflicto entre modernidad e historia, pero este mismo conflicto tiene una historia. En lo que respecta ala litera- tura y las artes, se puede incluso sefalar una fecha aproximada: la poética de la modernidad de Baudelaire puede tomarse como una Hlustracin temprana de la revuelta del presente contra el pasado —o del instante fugaz contra la estabilidad de la memoria, de a diferen- cia contra la repeticin. Volviendo ahora al propio Baudelaire, esta explicacién de su tratamiento de la modernidad permaneceré incom pleta y unilateral si desconsidera (como para hacerlo Paul de Man) otro aspecto muy significante del concepto de belleza del poeta, es decir, su vision dual de una «belleza eterna» y una wbelleza moder- nia». Este dualismo no es desde luego el resultado de una asociacién caprichosa; por el contrario, es basica en el modo de pensar de Bau- delaire yen toda su actividad creativa. Esta profunda creencia en la dualidad no puede sino diigir nuestra atenciOn hacia la dramética y esencialmente crstiana estructura mental del poeta, Es cai un truts- mo decir ue hay pocos modernos en cuya visin dei mundo ls dico- tomas cristianas (Dios/Satén,cielo/infierno, almalcuerpo, virtud so- brenatural/pecado natural, eternidaditiempo, ete.) desempeiien tn papel dialéctico tan amplio y complejo como lo hacen en Baudelaire Un breve examen del elemento espiritual en el pensamiento dei poeta abrird una nueva perspectiva a su concepto de modernidad y, mas generalmente, a la relacin entre la modernidad y una cristian: ddad que ha dejado de ser una gufa religiosa y una norma de vida, y se ha convertido, en su lugar, en un modo de obtener y dramatizar una dilatada conciencia de crisis. (EI tema mas amplio de la cristiandad ‘moderna como una religidn de la desesperacién y de la crisis existen- cia serd tratada en otro capitulo.)

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