El Poder de La Comunidad

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El poder de la comunidad

Hablar de poder es sumamente complejo, desde conceptualizarlo, identificarlo,


clasificarlo y aun más otorgarlo o quitarlo; y para cada una de estas acciones la
psicología social cumple un papel fundamental ya que el poder se encuentra
presente en todos los ámbitos de nuestra vida e incluso la ausencia del mismo
tiene un valor; bien lo dice la lectura, el poder es omnipotente y aunque las
psicólogas y psicólogos no somos seres capaces de modificar esto a nuestro
deseo y voluntad, si tenemos la labor de analizar de manera critica como es que el
poder se encuentra inmerso dentro de grupos, comunidades, movimientos
sociales, etc.

Aun en la actualidad tenemos la concepción de que poder es igual a opresión, sin


embargo, no son sinónimos y aunque muchas veces se encuentran ligados, no
tiene poque ser así; me llama mucho la atención la propuesta de Crespigny, quien
define el poder reactivo y nos menciona que para el ejercicio del poder no
necesariamente se tiene que obligar a otros, sino que se hacen cálculos para
poder obtener las conductas deseadas.

No podemos dejar de lado que el poder debería estar centrado en la comunidad,


sin embargo, esto poco lo vemos, por lo general podemos observar con mucha
mayor frecuencia una asimetría del poder, en donde este cae en solo un sector de
la población y peor aun al sector que queda sin poder se le generaliza y se le
cosifica; pero esta concepción continua siendo compleja ya que tampoco se le
puede ver al poder como una polarización de “existe o no”, incluso en la lectura
nos menciona el peligro de tener poder y ni siquiera ser consciente de ello y creo
que esto es algo que ocurre dentro de nuestra sociedad, comúnmente vemos el
poder en clases altas, en el gobierno y en el sistema, pero debemos recordar que
el poder es por y para la comunidad y que si esta se hiciera consciente de que lo
posee y mejor aún, si tuviera una participación activa, organizada y analítica,
considero que podría ejercerlo a su favor, pero debemos recordar la pedagogía del
oprimido, y que el hecho de tomar el poder no significa convertirse en opresor,
porque de ser así, la asimetría seria continua, simplemente cambiaria de lado la
balanza, dejando sin solución la problemática.

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