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Antecedentes Históricos.

Los antecedentes históricos de la comunidad transexual se remontan de hace siglos atrás,


donde la transexualidad estaba relacionada a diferentes religiones y culturas enfocado desde
un punto de vista muy espiritual.

Las primeras referencias se encuentran en el Código Babilónico de Hammurabi, mitología


clásica, el cual contiene gran cantidad de referencias a las posibles combinaciones de identidad
anatómica y de género y cambio de género. En la antigua Roma se los identificaba como Calais
y su función era Admirador de Cibeles. En sánscrito tienen la palabra "kliba" que se les
asociaba a personas que no pueden identificarse claramente como mujer o hombre.

En la cultura hindú se les denomina "hijras" a los hombres que son castrados ritualmente y se
convierten en sacerdotisas, esta tradición todavía existe en la India moderna.

Estos son algunos claros ejemplos de la transexualidad como orientación sexual existente a lo
largo de la historia de la humanidad, hasta que en los siglos XIX y XX sucede la llegada de las
religiones monoteístas y a predominar de forma arbitraria sobre las diferentes culturas
existentes, imponiendo una visión dicotómica de la vida, creando una persecución a cualquier
pensamiento que transgreda los principios de los sexos biológicos adoptados como adecuados
de forma tajante y rígida hacia estas poblaciones con costumbres culturales y religiones
distintas mediante la fuerza. De esta manera, han sido invadidas y exterminadas estas
diversidades sociales y religiosas que a día de hoy pocas, por no decir ninguna de ellas,
sobrevive actualmente, y/o tienen un reconocimiento internacional como sociedades, más allá
del peso y registros históricos.

Pero, las religiones monoteístas no solo trajeron imposiciones culturales o cambios bruscos
para estas sociedades que pasaron de tener culturas y religiones propias a sufrir una
unificación de una o varias religiones de origen monoteísta a través de la imposición
sociocultural religiosa, sino que también trajeron estudio científico para el en ese entonces
“hecho transexual”, dándole un enfoque en primer lugar como desviación, luego como
trastorno mental que ha sido la constante durante muchísimos años hasta la actualidad, donde
se está evidenciando el principio de una reivindicación sociocultural frente a esta orientación
sexual y se le está dando reconocimiento debido a una vez más su peso histórico y su
importancia para la sociedad y la población que la conforma.

Un claro ejemplo donde se pueden identificar los primeros tintes de reivindicación social con la
transexualidad es a mediados del siglo XX, donde durante mucho tiempo, la transexualidad se
observaba con ojos de síndrome o enfermedad que debía de ser tratada mediante un
diagnostico psiquiátrico e intervención médica, pues así lo categorizaba el endocrino Harry
Benjamín el cual fue pionero por trabajar con la transexualidad y disfobia de género. Su
enfoque de la transexualidad estaba orientado desde un punto de vista problemático debido a
la permeabilidad tan extensa que tenía la ciencia y otros factores de estudio por la religión y
los prejuicios sociales. Pero no fue hasta el año 1948 donde lo consulto Alfred Kinsey profesor
de sexología, para avalar el caso de un joven que quería ser mujer, caso en el cual, Harry se dio
cuenta que existía una diferencia clara entre los deseos del joven y el travestismo, y muy
contrario a los tratamientos usados para “curar” lo que en esa época consideraban
enfermedad, Harry comenzó un tratamiento hormonal con estrógenos lo cual no solamente
era totalmente novedoso e innovador en la época, sino que también marcaría un inicio en el
reconocimiento de la muy subyugada y perseguida comunidad transexual de la época desde
ámbitos médicos.

Estos sucesos potenciaron la muy anhelada normalización de esta orientación sexual y ese
sello de identidad que esta población tanto ha deseado tener y que carga mérito de
reconocimiento ante la sociedad con el paso del tiempo, lo que pudo hacer posible avances
culturales y científicos muy significativos que yacen presentes en la actualidad al nivel global
en las sociedades de todo el mundo. Estos avances se fueron practicando con más frecuencia
en cada vez más lugares del mundo y con el pasar de los años y con los cambios sociales que
las personas en general han sufrido, se empezó a emplear cada vez más estas terapias
hormonales, desplazando así el estigma social en gran medida, y Colombia no fue la excepción.

Por el contrario, el hecho de que ya sea efectiva la realización estas terapias, no es sinónimo
de que el derecho a la salud de esta población se cumpla a cabalidad, debido a que a pesar de
que el estigma fue desplazado en cierta medida en la sociedad, este no ha desaparecido,
sumando a eso las deficiencias ya existentes en el sistema de salud, y el camino jurídico que
aún falta por recorrer para la protección de esta población, se generan síntomas de un
problema más grave de lo que la mayoría logran apreciar con respecto a la población
transexual, como por ejemplo, no solo los obstáculos, trabas o impedimentos que se le ponen
a las personas transexuales por medio de trámites para acceder a estas terapias por ejemplo
por su identidad sexual en su cedula o carnet de identificación, sino que también sucede con
todos los servicios de salud en general.

Se debe de hacer mención a los conceptos de identidad, libre personalidad, libertad para
elegir, etc. Estos están plasmados en la constitución política de Colombia en los artículos 16,
18 y 94, al igual que la sentencias T-594 de 1993, 50-337 de 1999, T-1025 de 2002. Así sobre
papel, se plasma el reconocimiento implícito que la población transexual a términos prácticos
realmente no es efectiva sin excepciones frente a la sociedad, el cual necesita defender y
moldear para poder tener una vida digna.

El panorama actual de la situación de la prestación de servicios de salud para la población


transexual deja en evidencia la magnitud de la problemática social y sistemática existente en
los organismos de salud, analizando servicios psicológicos y psiquiátricos, servicios
endocrinológicos y servicios quirúrgicos dadas las particularidades de cada servicio en relación
al proceso de tránsito de sexo-genero de estas personas.

Según la OEA, en el Informe sobre Personas Trans y de Género Diverso y sus derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales; en su capítulo 5 se hace reconocimiento a
todas las situaciones que vulneran el derecho a la salud de las personas de géneros diversos
haciendo énfasis en la población trans, y en esta ocasión se busca resaltar las situaciones de
exclusión que esta población sufre.

El derecho a la salud es uno de los derechos más impactados por el cuadro de exclusión
sistemática en que son forzadas a vivir las personas trans y de género diverso, y una de las
problemáticas que más impactan a estas personas es la falta de reconocimiento iniciando por
el “no reconocimiento” de su identidad lo que hace que con suma frecuencia deban tolerar la
humillación de ser denominadxs en público por el nombre de pila registral o que en sus
historias clínicas figuren sólo bajo aquellos datos
https://revistas.udea.edu.co/index.php/derypol/article/view/347139/20806058

https://es.wikipedia.org/wiki/Harry_Benjamin

https://www.euskadi.eus/contenidos/informacion/guia_transexualidad/es_def/adjuntos/2-
2.guia-transexualidad-conceptos.pdf

https://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/PersonasTransDESCA-es.pdf

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