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Migración voluntaria

Es cuando el migrante decide desplazarse por voluntad propia. Es lo que hacemos cuando
queremos migrar y nos planificamos para realizar el viaje. Al ser una decisión propia, podemos
gestionar la salida del territorio según nuestras necesidades. Por ejemplo, decidimos migrar a
Europa en un plazo de un año y usamos este tiempo para ahorrar, elegir el país y la ciudad,
sacar los documentos correspondientes, etc.

Migración forzada

Ocurre cuando el migrante debe salir de su territorio debido a situaciones externas, así no
quiera hacerlo. Por ejemplo, en las guerras, muchas personas deben salir de forma apresurada
y no planificada, aunque quieran quedarse en sus casas no pueden hacerlo porque sus vidas
estarían en peligro. Otros ejemplos serían las catástrofes naturales, que obligan a las personas
a abandonar sus hogares porque ya no son habitables.

Migración temporal

Cuando un migrante se establece en su lugar de destino solo por un tiempo, y luego se


desplaza a un lugar diferente o vuelve a su lugar de origen. La falta de adaptación o el hallazgo
de un destino con mejores oportunidades suelen ser los principales motivos para este tipo de
migración. Por ejemplo, migrar a Argentina por cuatro años y luego irse a España.

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