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NOS

llama
A
SU
Y

la vacuna divina contra


el virus de la iniquidad
Ezra ma
© 2021 Editora Árvore da Vida

Dios nos llama a Su reino y gloria – Libro 3


Título de este tomo: La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

Traducido del portugués


Deus nos chama para o Seu reino e glória:
A vacina divina contra o vírus da iniquidade

1ª edición - enero/2021 - 10.000 ejemplares

Publicado también en:


portugués, inglés, coreano, francés, italiano y alemán.

Todos los derechos reservados a la Editora Árvore da Vida


Prohibida la reproducción total o parcial de este libro sin la autorización
escrita de los editores.

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Impreso en Estados Unidos

CITACIONES BÍBLICAS
Las citas bíblicas son de la Versión Reina Valera 1960, salvo cuando se
indiquen otras referencias.

Tapa: Willian Miguel


Proyecto gráfico y diagramación: Andréia Amorim / Editora Árvore da Vida
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¡Lo atenderemos con placer!


Después de despertarse, antes de cualquier
otra cosa, haga una respiración de vida,
invocando profundamente el nombre del Señor
Jesús, “Oh Señor Jesús”
Al hacerlo saque todos los temores, miedos,
tristezas y pecados, y reciba al Señor Jesús como
vida, alegría, paz y aliento. Invoque: “Oh Señor
Jesús” varias veces, durante todo el día.

¡BUEN DISFRUTE!

INDIVIDUALMENTE
1. Encuéntrese con el Señor temprano por la mañana.
2. Lea los versículos propuestos para cada día a fin de tener una idea
completa del asunto comentado. Recuerde que la Biblia se explica
con la Biblia; por esto, usted podrá encontrar citas de muchos otros
libros de la Biblia, además de aquel que estamos presentando en
este Alimento Diario.
3. Lea con oración el versículo del día. Para eso, cada palabra debe ser
repetida, enfatizada y proclamada, sin prisa, como si la estuviese
masticando. No lea rápidamente el versículo, sino, gaste tiempo
en cada palabra. No se enfoque sólo en aprender el versículo, sino
principalmente en “comerlo”, tomarlo por la fe como alimento
espiritual.
4. Subraye y destaque las palabras y frases que más lo impresionaron
en el texto explicativo. Procure resumir el texto del día en pocas
palabras, y si es posible, en una sola. Esta palabra o palabras
funcionarán como una clave que le abrirá el significado espiritual
del texto. “Rumíela” durante el día, repitiéndola y proclamándola
para sí mismo. De este modo, el texto que usted leyó por la mañana
le servirá de alimento espiritual todo el día.
5. Comparta aquello que ganó con las personas con quienes se
relaciona en casa, en el colegio, en el trabajo, etc. Ellas necesitan
la vida que usted recibió a través de la Palabra.

EN LOS GRUPOS FAMILIARES


1. El Alimento Diario es un excelente instrumento para las reuniones
de pequeños grupos familiares de estudio de la Biblia. Nosotros los
llamamos “Grupo Familiar” ya que tiene un carácter informal y de
cuidado mutuo entre sus participantes.
2. Un grupo familiar puede ser formado por sus amigos y familiares
que vivan cerca de usted, o por sus compañeros de universidad, de
colegio, o de trabajo.
3. Traten de reunirse periódicamente con los miembros de su grupo
familiar para leer juntos el Alimento Diario.
4. En conjunto, lean los pasajes sugeridos para cada día, y lean con
oración el versículo del día.
5. Compartan entre sí sus puntos claves, y traten de aplicar esta
palabra a su vida cotidiana, a sus dificultades, a su vida familiar
y profesional. Hagan que la Palabra de Dios sea práctica para
ustedes. De esta manera, todos participan activamente y son
edificados mutuamente.
6. Aprovechen la oportunidad para orar juntos por necesidades o
problemas personales.
7. Siempre que sea posible, traigan invitados a la reunión del grupo
familiar. De esta manera, más personas podrán ser suplidas por la
Palabra de Dios.
¡Que todos reciban vida en abundancia!
Los Editores

P.D.: No se olvide de dar una mirada a la sección Lectura de


Apoyo, sugerida al inicio de cada semana. Ésta le será muy útil.
ÍNDICE

SEMANA 1 – ministrado por Ezra Ma


DIGNOS DEL LLAMAMIENTO DE DIOS – 2 TS 1:11-12
Introducción........................................................................................................... 7
La base del vivir cristiano...................................................................................... 9
La perseverancia en la esperanza durante las tribulaciones................................. 12
Dignos del reino de Dios...................................................................................... 14
Dios ejerce su juicio............................................................................................. 16
Inexcusables......................................................................................................... 18
La esperanza de gloria......................................................................................... 20

SEMANA 2 – ministrado por Ezra Ma


EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD (1) – 2 TS 2:7-8
Nuestra línea teológica......................................................................................... 22
El primer evento: el arrebatamiento de los vencedores....................................... 25
El segundo evento: la gran tribulación................................................................. 28
El tercer, cuarto, quinto y sexto evento de la parusía del Señor.......................... 30
El séptimo evento: Cristo descenderá a la tierra.................................................. 32
El anticristo: las características y los hechos....................................................... 35
El anticristo: la imagen y semejanza de Satanás.................................................. 39

SEMANA 3 – ministrado por Ezra Ma


EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD (2) – 2 TS 2:7-8
Los siete aspectos que componen la parusía del Señor........................................ 42
Las setenta semanas de Daniel y la gran tribulación........................................... 44
Valorar la palabra de Dios.................................................................................... 47
La manifestación del hombre de pecado.............................................................. 50
El amor de la verdad salva................................................................................... 52
Dios nos llama para su reino y gloria................................................................... 54
Nuestro destino: ser introducidos en la gloria de Dios........................................ 56

SEMANA 4 – ministrado por Ezra Ma


LA VACUNA DIVINA CONTRA LA INIQUIDAD – 2 TS 2:7; 2 TI 3:16
¡Lo importante es prepararnos!............................................................................ 59
Una palabra de aliento......................................................................................... 61
El misterio de la iniquidad................................................................................... 63
¡Cuidado con el corazón!..................................................................................... 65
Usar el internet para propagar el reino de Dios................................................... 67
¿Dónde están sus raíces?...................................................................................... 70
La vacuna divina.................................................................................................. 72
SEMANA 1 – LUNES
Lectura bíblica:
2 Ts 1:1-2; 3:10-12
Leer con oración:
Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo
(2 Ts 1:2).

INTRODUCCIÓN
El tema del mensaje de esta semana es “Dignos del llamamiento
de Dios”, el cual nos introduce en la Segunda Epístola de Pablo a los
Tesalonicenses. Durante este tiempo, abordaremos el hecho de que los
tesalonicenses, a pesar de ser una iglesia nueva, estaban conectados
con Dios y, por esa razón, crecían en la fe y en el amor. Asimismo,
veremos que ellos soportaban con perseverancia las tribulaciones, las
cuales eran una señal evidente del justo juicio divino. Finalmente,
percibiremos que Dios ejerce Su justo juicio para hacernos dignos de
Su reino y gloria.
En su segunda carta a los tesalonicenses, Pablo comienza con un
saludo semejante al de la primera carta: “Pablo, Silvano y Timoteo,
a la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor
Jesucristo” (2 Ts 1:1). Una de las primeras “pepitas” que extraemos es
que Pablo, Silvano y Timoteo eran tres apóstoles que servían al Señor
en unidad y unanimidad. Por segunda vez, ellos se dirigían a la iglesia
en Tesalónica con esa unidad orgánica. Tal iglesia era compuesta por
personas comunes —con limitaciones humanas—, pero conectadas
con Dios el Padre y con el Señor Jesucristo.
Antes de recibir el llamamiento de Dios, los tesalonicenses vivían en
la tragedia de la desconexión que había ocurrido en el huerto del Edén.
Dignos del llamamiento de Dios

Sin embargo, ellos formaron la iglesia una vez que se conectaron con
Dios el Padre por medio del conector central del universo: Jesucristo.
Esa es la razón por la cual al saludarlos, Pablo declara que la iglesia
de los tesalonicenses está “en Dios nuestro Padre y en el Señor
Jesucristo”.
En el versículo siguiente, Pablo añade algo maravilloso:
“Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo” (2 Ts 1:2). Hay un fluir de gracia y paz en la experiencia de
conexión con Dios. Es semejante a la conexión de un electrodoméstico
en un enchufe: la electricidad fluye por el enchufe alcanzando al
electrodoméstico y haciéndolo funcionar. De la misma manera, al
7
ser conectados con Dios, disfrutamos de la gracia y la paz que fluyen de
parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo. ¡Alabado sea el Señor! Fuimos
conectados a Dios cuando fuimos regenerados. A partir de aquel momento,
comenzamos una relación de vida con Él y, así como los tesalonicenses,
empezamos a vivir el milagro de la vida normal de la iglesia. Hace muchos
años aprendí que la vida normal de la iglesia es el medio por el cual Dios,
cada día, realiza verdaderos milagros en nuestra vida.
Las palabras de Pablo en el primer capítulo de 2 Tesalonicenses eran
de aliento para los nuevos cristianos de Tesalónica. Él pasó por algunos
meses en aquella ciudad y tuvo que salir de allí de prisa por causa de las
persecuciones y tribulaciones que le sobrevinieron. Por ese motivo, no
tuvo el tiempo suficiente para transmitir las verdades fundamentales para
el vivir cristiano de aquellos nuevos hermanos. Después de su partida,
hubo una persecución y algunos hermanos de la iglesia fueron muertos.
Ese hecho generó dudas entre los hermanos en cuanto a cuál sería el
destino de los santos martirizados, y si serían o no arrebatados. Asimismo,
había problemas relacionados con la conducta social de algunos hermanos
que no trabajaban y vivían a costa de otros (2 Ts 3:10-12). Entonces el
apóstol les ministró palabras de aliento y de corrección, principalmente
con respecto a conceptos erróneos acerca de la venida del Señor.
Por un lado, Pablo y sus compañeros eran como una madre para los
tesalonicenses; una madre que acaricia y alimenta a sus hijos. Por otro,
también eran como un padre, que enseña y exhorta. Al escribir estas
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

epístolas, Pablo esperaba suplir su ausencia con palabras de amor y


consuelo a los hermanos en Tesalónica, a quienes consideraba como
verdaderos hijos. Así como ellos, que nosotros también tengamos un
corazón de madres amorosas y de padres que consuelan y enseñan a sus
hijos. ¡Que el Señor nos bendiga!

Pregunta: ¿Qué entiende por el milagro de la vida normal de la iglesia?

Mi punto clave:

Lectura de apoyo:
“¿Usted está preparado para el fin?” – cap. 6 – Ezra Ma.
“Amar la venida del Señor” – cap. 2 – Miguel Ma.
8

“La venida del Señor está cerca” – cap. 8 – Dong Yu Lan.


SEMANA 1 – MARTES
Lectura bíblica:
Ec 3:11; 1 Ts 1:3; 3:6; 5:23; 2 Ts 1:3
Leer con oración:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro 10:17).

LA BASE DEL VIVIR CRISTIANO


Pablo al escribir a los tesalonicenses
FE
– Obra – les presentó el trípode que compone la
estructura de la vida cristiana normal:
fe, amor y esperanza. En 1
Tesalonicenses 1:3 vemos la operación
de ese trípode en la vida de la iglesia: la
obra de fe, el trabajo de amor y la
ESPERANZA AMOR
– Perseverancia – – Labor – perseverancia en la esperanza —
ilustrada por la figura de al lado—. Los
tres vértices del triángulo forman un
círculo continuo y creciente.
En 2 Tesalonicenses 1:3b se menciona específicamente “fe” y “amor”:
“por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de
vosotros abunda para con los demás”. Este par de palabras aparece en
muchos otros pasajes (1 Ts 3:6; 5:8; Ef 1:15; 3:17; 6:23; Col 1:4; Flm 1:5).
La esperanza está relacionada con el futuro, pero las palabras “fe y
amor” están relacionadas con el presente, con nuestro vivir cristiano.
En 1 Tesalonicenses, este trío de palabras forma parte de los elementos
constructivos de la vida cristiana para la vida de la iglesia. Aquí, ellos
están creciendo y aumentando.
Dignos del llamamiento de Dios

fe
La
Fe LA PALABRA OÍR CREER

espíritu
alma
cuerpo
9
La fe es el fundamento, el contenido, y proviene de la palabra. Para
comprender mejor la importancia de la fe, observemos la ilustración que
nos muestra que la fe viene por medio de oír la palabra:
La fe de la izquierda es la fe objetiva, y su contenido es el plan de
Dios; es decir, la economía neotestamentaria de Dios. A la derecha,
vemos tres círculos concéntricos que representan al hombre con sus
tres partes: cuerpo, alma y espíritu (1 Ts 5:23).
Cuando creímos en el Señor Jesús, recibimos un elemento llamado fe
—subjetiva—, la cual está ilustrada a la derecha. La fe —izquierda—
está fuera de nosotros y representa todo lo que Dios es y realizó. El
deseo de Dios es poner dentro de nosotros todo el contenido de la
fe objetiva. Y ¿cómo se pone esa fe dentro del ser humano? En Su
sabiduría, Dios puso la eternidad en el corazón del hombre (Ec 3:11).
Ese hecho hace posible que el hombre reciba todo el contenido de la
fe en su espíritu humano. De esa manera, en nuestra experiencia, esa
fe objetiva se hace parte de nosotros; esto es, se convierte en nuestra
fe, a la cual llamamos fe subjetiva. Esa es la fe que crecía en los
tesalonicenses en gran manera.
En las figuras, vemos que Cristo está transportando la fe hacia dentro
de nuestro espíritu por medio de Su Palabra, que es representada por
el camioncito. Esa transferencia ocurre por oír la palabra de Dios (Ro
10:17). La vida cristiana comienza cuando recibimos esa fe inicial. Ésta
entra en nosotros como una semilla, que se desarrolla y se transforma
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

en una planta. Esta fe necesita crecer y aumentar continuamente en


nosotros (Ro 1:17) a fin de llenar nuestro espíritu y saturar nuestra
alma hasta darle vida a nuestro cuerpo mortal (8:11).

La
Fe LA PALABRA OÍR CREER

espíritu
alma
cuerpo
10
PLENA
La FILIACIÓN
Fe LA PALABRA OÍR CREER

espíritu
alma
cuerpo

En la experiencia de los tesalonicenses, la fe crecía muchísimo porque


ellos oían la palabra de Dios ministrada por los apóstoles. La fe de la
que estamos hablando no es una superstición, sino nuestra capacidad de
creer; es el proceso que comienza cuando la palabra de Dios viene hasta
nosotros (Ro 10:17), y nosotros la oímos con nuestros oídos (v. 14) y
creemos con nuestro corazón (v. 10). Por último, esta palabra entra en
nuestro espíritu para constituirse como nuestra fe subjetiva. Esa acción
continua va llenando todo nuestro ser —espíritu, alma y cuerpo— hasta
que alcancemos la plena filiación, la madurez de vida. En ese momento,
estaremos listos para ser arrebatados.
Por un lado, la fe de los tesalonicenses crecía sobremanera; por
otro, el amor también aumentaba. Así pues, la fe es el fundamento,
el contenido que viene de la palabra y el amor es la construcción, el
proceso y la motivación (2 Co 5:14). Todo ese proceso comienza con
nuestra conexión con Cristo. De esa manera, cada vez que la palabra
fluye hacia dentro de nosotros, nuestra fe crece, la gracia y la paz fluyen
Dignos del llamamiento de Dios

y nos traen el amor de Dios, que nos capacita a amar y servir a los
hermanos. ¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Cómo diferenciamos la fe objetiva de la fe subjetiva?

Mi punto clave:
11
SEMANA 1 – MIÉRCOLES
Lectura bíblica:
Ex 12:3-8, 22; Ro 10:8, 17; 1 Co 10:13; 1 Ts 1:3; 2 Ts 1:4
Leer con oración:
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? [...] Antes,
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó (Ro 8:35, 37).

LA PERSEVERANCIA EN LA ESPERANZA
DURANTE LAS TRIBULACIONES
El día de ayer vimos que la fe de los tesalonicenses crecía en gran
manera y que el amor mutuo de los unos para con los otros también
aumentaba. Pablo y sus compañeros se gloriaban de eso y expresaban
ese sentir delante de las iglesias. Además de la fe y el amor, los
hermanos también demostraban paciencia en las persecuciones y
tribulaciones que soportaban (2 Ts 1:4). Ellos eran perseverantes.
En este versículo, la palabra “paciencia” en griego puede ser
traducida como “perseverancia”. Aquí tenemos otro par de palabras:
“perseverancia y fe”. Los tesalonicenses soportaban las persecuciones
y las tribulaciones con perseverancia y fe.
Los hermanos de Tesalónica eran nuevos en la fe pero, a pesar de
eso, eran resilientes en medio de las adversidades. Aunque algunos
hermanos de la iglesia habían sido martirizados, la fe de ellos crecía y
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

el amor aumentaba. Ellos eran perseverantes y tenían fe.


Al mirar la figura de al lado,
FE ESPERANZA vemos que la perseverancia se
sustenta por la esperanza. La
2 Ts 1:4 1 Ts 1:3
esperanza que sustenta la
PERSEVERANCIA PERSEVERANCIA
Y FE EN LA ESPERANZA
perseverancia es la venida del
Señor. Esa esperanza nos hace
PERSEVERANCIA anhelar la venida del Señor.
Para alcanzar esa meta
necesitamos la perseverancia en la esperanza (1 Ts 1:3). Somos
perseverantes porque esperamos la venida del Señor.
Nuestra perseverancia es alimentada por la fe (2 Ts 1:4). Por un
lado, somos perseverantes porque nuestra esperanza es la venida del
Señor; por otro lado, nuestra fe crece al ser alimentada por la Palabra
de Dios. La palabra de fe (Ro 10:8) nos da la fuerza para perseverar y
12
seguir adelante, avanzando rumbo a la esperanza que está delante de
nosotros: la venida del Señor.
Vimos que la fe viene por oír la Palabra de Dios, pero existen
cristianos que tienen una fe supersticiosa, que está relacionada con sus
sentimientos personales. Por ejemplo: en este periodo de pandemia,
algunos dicen que no usan mascarilla porque creen que Dios no permitirá
que se enfermen. Perdóneme si ese es su caso, pero debo decirle que ese
tipo de fe no está basada en la Palabra de Dios. Cuando Dios envió la
última plaga para matar a los primogénitos de los egipcios, les ordenó a
los israelitas que comieran el cordero dentro de sus casas (Ex 12:3-8, 22),
y todos obedecieron. No hubo nadie que osara salir por creer que no le
pasaría nada. Si alguien actúa así, lo hace por su fe supersticiosa. La
verdadera fe viene por oír la palabra de Dios (Ro 10:17).
La perseverancia y la fe nos hacen resilientes en medio de las
tribulaciones y persecuciones. Hoy, entre los cristianos, es predicado el
evangelio de la prosperidad, que defiende, entre otras cosas, que aquel
que cree en el Señor se le solucionarán sus problemas económicos y no
sufrirá de males. Entonces ¿qué podemos decir de la vida de Pablo? Él
fue azotado, apedreado, pasó hambre, fue preso, etc. Todo por causa del
evangelio. Al dar su testimonio dijo: “También todos los que quieren
vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Ti 3:12).
Hay una cierta porción de sufrimiento destinada a nosotros y dosificada
por Dios (1 Co 10:13). Dios nos ama y permite que nos sobrevengan
tribulaciones para nuestro crecimiento espiritual.
En Romanos, recibimos una palabra de aliento: “¿Quién nos separará
del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada?” (8:35). Nunca podemos olvidar que
“antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio
Dignos del llamamiento de Dios

de aquel que nos amó” (v. 37). ¡Dios permite que pasemos por todas
estas cosas porque nos ama y quiere hacernos vencedores! Él quiere
hacernos perseverantes y dignos de Su llamamiento. ¡Gloria a Dios!

Pregunta: ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a las tribulaciones y


persecuciones? ¿Por qué?

Mi punto clave:
13
SEMANA 1 – JUEVES
Lectura bíblica:
Mt 7:13-14; Jn 5:24; Ro 2:5-9; 1 Ts 2:12; 1 P 4:17
Leer con oración:
Así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos,
exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os
encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó
a su reino y gloria (1 Ts 2:11-12).

DIGNOS DEL REINO DE DIOS


Como vimos anteriormente, los hermanos de la iglesia en Tesalónica
pasaron por muchas tribulaciones y persecuciones al punto de que
algunos de ellos fueron martirizados: “Esto es demostración del justo
juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por
el cual asimismo padecéis” (2 Ts 1:5).
El justo juicio de Dios corresponde a Sus diferentes maneras de
tratar con las personas en esta era. Él tiene un tratamiento específico
para cada clase de personas. Por ejemplo: Él juzga a los creyentes de
una manera y a los incrédulos de otra. No obstante, esos juicios diferentes
son parte del justo juicio de Dios. Si queremos ser vencedores debemos
estar dispuestos a ser juzgados por Dios hoy. Eso implica ser purificados.
El juicio de Dios comienza por Su casa (1 P 4:17). Por eso Él nos juzga
hoy, a fin de no ser reprobados en el Día del Señor (1 Ts 5:2). Las
persecuciones y tribulaciones forman parte del justo juicio de Dios,
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

cuyo objetivo es hacernos dignos del reino de Dios.


Dios aplica Su justo juicio tanto a los que desobedecen como a los
que obedecen al evangelio (Ro 2:5-9). Todo eso se refiere al justo
juicio de Dios.
Sobre el juicio final, Apocalipsis nos revela: “Y vi un gran trono blanco
y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el
cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes
y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (20:11-12). Este
es el juicio de los incrédulos muertos, después del milenio. El juicio de los
creyentes será antes del milenio, después de la gran tribulación, y ocurrirá
en las nubes, en el tribunal de Cristo (2 Co 5:10).
Continuando con la lectura del pasaje de Apocalipsis: “Y el mar
entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
14
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus
obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta
es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la
vida fue lanzado al lago de fuego” (Ap 20:13-15). Esperamos que la
lectura de estos versículos despierten en nosotros la carga por predicar
el evangelio a nuestros seres queridos, para que sus nombres sean
inscritos en el Libro de la Vida, y así sean salvos de la condenación
eterna en el lago de fuego. El juicio delante del gran trono blanco
forma parte del justo juicio de Dios para con los incrédulos muertos.
En cuanto a nosotros, los que creímos en el Señor Jesús, fuimos salvos
de ese juicio (Jn 5:24). ¡Alabado sea el Señor!
Para los hermanos de la iglesia en Tesalónica, Pablo fue como un
padre, exhortándolos, consolándolos y amonestándolos para que
vivieran como es digno de Dios, que los llamó a Su reino y gloria
(1 Ts 2:12). Pablo los cuidaba para que ellos fueran considerados
dignos de entrar en el reino de Dios (2 Ts 1:5).
Es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de
Dios (Hch 14:22). Esta palabra es una seria advertencia para nosotros.
Muchos quieren entrar en el reino, pero pocos están dispuestos a
sufrir. La Biblia dice que estrecha es la puerta, y angosto el camino
que lleva a la vida (Mt 7:13-14); no existe atajo. Dios nos lleva a
pasar por las tribulaciones y sufrimientos a fin de transformarnos y
hacernos madurar: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios
y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él,
para que juntamente con él seamos glorificados” (Ro 8:17). Esa es
la condición para ser considerados dignos del reino de Dios. El reino
de Dios es la meta de nuestra vida cristiana, y la vida de la iglesia es
la etapa preliminar del reino: “Porque el reino de Dios [la iglesia] no
Dignos del llamamiento de Dios

es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”


(Ro 14:17). Hoy, la iglesia es la realidad del reino de los cielos y en
el futuro, ¡el reino milenario será la manifestación del reino de los
cielos! ¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Por qué es necesario pasar por el justo juicio de Dios?

Mi punto clave:
15
SEMANA 1 – VIERNES
Lectura bíblica:
2 Ts 1:6
Leer con oración:
A vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder
(2 Ts 1:7).

DIOS EJERCE SU JUICIO


Pablo estaba consolando a los hermanos al afirmar que Dios no
era indiferente a los sufrimientos que los afligían. Dios es justo
y retribuirá con tribulación a los que les causaban sufrimientos:
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os
atribulan” (2 Ts 1:6). Él es el justo juez y, como tal, ejerce Su juicio en
el momento oportuno. Un día, Dios castigará a aquellos que persiguen
y oprimen a Su pueblo.
Para comprender esto, basta que miremos la situación actual. La
pandemia del Covid-19 equivale al justo juicio de Dios. Dios está
usando esta pandemia con dos propósitos: primero, para juzgar al
mundo y, segundo, para juzgar a la iglesia. Dios le está dando la
oportunidad al mundo para que se arrepienta de sus obras malignas, y
también le está dando la oportunidad a la iglesia para que se vuelva a
Dios, dejando el vivir de apariencias y buscando vivir la realidad del
reino de los cielos. En los días de hoy —que anteceden a la segunda
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

venida de Cristo—, Dios está proclamando una vez más, tanto al


mundo como a la iglesia, lo que fue anunciado en los días de la primera
venida de Cristo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado” (Mt 3:2). Dios le está mostrando al mundo que la actual
“torre de Babel”, la gran Babilonia, caerá con toda su estructura. Por
el hecho de dominar la tecnología de punta, desarrollar avances en
la medicina, globalizar el sistema financiero, fomentar su industria y
comercio y crear su mundo del entretenimiento, el hombre cree que
eso lo convierte en un dios. Sin embargo, todo eso se desmoronará
frente a los ojos de la humanidad como una prueba de que solo hay un
Dios, el cual ejecuta Su justo juicio con justicia.
En el año 2001, en la ciudad de Nueva York, cayeron las torres
gemelas del World Trade Center. Aquel evento fue muy simbólico. Dios
ya le estaba dando señales al mundo de la necesidad de arrepentirse.
Dios también juzga a Su iglesia, a fin de hacerla santa, sin defecto y un
16
lugar de justicia, paz y gozo, donde reina el amor y el perdón entre los
hermanos. ¡El Señor vendrá, por eso nos vamos a preparar!
Otra señal de la venida del Señor son los movimientos de paz
mundial protagonizados por los acuerdos de paz entre Israel y las
naciones del mundo árabe en los últimos años. En 1979, se realizó
un acuerdo de paz entre Israel y Egipto. Años más tarde, en 1994, se
estableció un acuerdo de paz entre Israel y Jordania. Desde entonces,
no hubo ningún evento de esa naturaleza. Sin embargo, en estos
últimos días, líderes de Israel, Baréin y Emiratos Árabes firmaron un
histórico acuerdo de paz. Tenemos noticias sobre la posibilidad de que
haya nuevos acuerdos entre Israel y Omán y, más adelante, entre Israel
y Arabia Saudita. Todo indica que pronto ocurrirá el gran acuerdo que
antecederá a los últimos siete años de esta era. Evidentemente, esos
acuerdos de paz no son accidentales. Dios nos está señalando que Su
venida es inminente. Debemos estar preparados.
Volviendo al texto de 2 Tesalonicenses, leemos: “Y a vosotros que sois
atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor
Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder” (1:7). ¿A qué reposo
se refiere Pablo? Hoy pasamos por persecuciones y tribulaciones,
pero, cuando Jesús vuelva, tendremos alivio de todos los sufrimientos,
una total liberación y descanso. En aquel día, Jesús se manifestará
desde el cielo con los ángeles de Su poder. Esa manifestación es
Su aparición. Hoy, tenemos la presencia del Señor, aunque Él esté
encubierto, invisible. No obstante, está aquí con nosotros, pues Él es
omnipresente. Él habita en otra dimensión, sin limitación de tiempo y
espacio. ¡Esto nos consuela! Hoy no podemos verlo con nuestros ojos
físicos, pero un día, “cuando él se manifieste, seremos semejantes a
él, porque le veremos tal como él es” (1 Jn 3:2b). ¡Gracias al Señor!
Dignos del llamamiento de Dios

Pregunta: En estos últimos tiempos, ¿qué eventos nos señalan la venida del
Señor Jesús?

Mi punto clave:
17
SEMANA 1 – SÁBADO
Lectura bíblica:
Ro 2:5
Leer con oración:
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas (Ro 1:20a).

INEXCUSABLES
Pablo consoló a los tesalonicenses al afirmar que Dios les traería
reposo a sus tribulaciones, cuando Cristo sea manifestado, y ejerza
Su juicio sobre los que los atribulaban. Leamos sobre la ejecución
del juicio contra los que no Lo conocen y no obedecen al evangelio:
“En llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ts 1:8).
Ciertamente, como está escrito, “¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo!” (He 10:31).
Sabemos que Dios es amor. Él es paciente, compasivo y lleno de
misericordia. Con respecto a eso, el apóstol Pedro escribe: “El Señor
no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que
es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento” (2 P 3:9). Sin embargo, cuando
el Señor se manifieste, Él vendrá en llama de fuego para retribuir a dos
tipos de personas: los que no conocen a Dios y los que no obedecen al
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

evangelio. El hombre que no conoce a Dios es inexcusable, puesto que


Dios puede ser reconocido por medio de las cosas que fueron creadas
y también por medio del ejercicio de su conciencia.
Veamos más sobre el asunto: “Porque la ira de Dios se revela
desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que
detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les
es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles
de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la
creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas,
de modo que no tienen excusa” (Ro 1:18-20). Estos versículos nos
muestran claramente que los hombres detienen la verdad, es decir,
levantan barreras que impiden el conocimiento de la verdad, pero los
atributos invisibles de Dios, Su eterno poder y Su deidad pueden ser
percibidos por medio de las cosas creadas. Basta que cualquier ser
humano mire al cielo y vea la luna y las estrellas, mirar el campo y ver
18
las flores, los animales etc., para constatar que Dios existe. Por tanto,
todos los que se niegan a reconocerlo son inexcusables.
Dios también se da a conocer al hombre por medio de la conciencia,
conforme a lo que leemos: “Porque cuando los gentiles que no tienen
ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan
ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en
sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos” (Ro 2:14-15). Incluso sin tener una
ley exterior, la naturaleza humana posee una ley interior, escrita en el
corazón, donde está la conciencia y la mente. La conciencia es la que
nos acusa o nos defiende en nuestras actitudes. El problema es que el
ser humano rechazó su propia conciencia, haciéndola insensible. Con
respecto a esa situación, a nosotros nos cabe predicarles el evangelio
para que sean salvos (1 Ti 2:3-6).
Dios también ejecutará juicio contra aquellos que no obedecen al
evangelio, como leemos en Romanos: “Pero que ha sido manifestado
ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento
del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que
obedezcan a la fe” (16:26). Hoy Dios nos habla Su palabra profética
y espera que todas las naciones Le obedezcan: “Mas no todos
obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído
a nuestro anuncio?” (10:16). Hoy muchos se burlan de aquellos que
les predican el evangelio y manifiestan una verdadera aversión a la
Palabra de Dios. La Biblia dice que tales personas acumulan contra sí
mismas la ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de
Dios (Ro 2:5).
Asimismo, leamos una advertencia de Pablo: “Los cuales sufrirán
pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la
Dignos del llamamiento de Dios

gloria de su poder” (2 Ts 1:9). ¿Quiénes son estos? Son los que no


conocen a Dios y los que no obedecen al evangelio. Ellos sufrirán la
penalidad de eterna perdición en el lago de fuego. Sus nombres no
estarán inscritos en el Libro de la Vida. ¡Oh Señor Jesús!

Pregunta: ¿Por qué razón la humanidad se volvió inexcusable?

Mi punto clave:
19
SEMANA 1 – DOMINGO
Lectura bíblica:
Mt 24:30; 1 Co 2:8; Gá 4:19; 1 Ts 2:12; 2 Ts 1:11; He 2:9-10
Leer con oración:
Cuando [Cristo] venga en aquel día para ser glorificado en sus santos
y ser admirado en todos los que creyeron (2 Ts 1:10a).

LA ESPERANZA DE GLORIA
Al leer 2 Tesalonicenses 1:10 percibimos otro concepto de la venida
del Señor: “Cuando [Cristo] venga en aquel día para ser glorificado en
sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro
testimonio ha sido creído entre vosotros)”. Sabemos que, al final de
la gran tribulación, el Señor aparecerá en el cielo y vendrá sobre las
nubes con poder y gran gloria (Mt 24:30). De hecho, Jesús es el Señor
de gloria (1 Co 2:8) y fue glorificado en Su resurrección y ascensión.
El libro de Hebreos afirma que Él fue coronado de gloria y de honra
(2:9), y Colosenses revela que Cristo, en nosotros, es la esperanza de
gloria (1:27).
Cristo —la esperanza de gloria— está dentro de usted y de mí. ¡Esto
es maravilloso! Por tanto, no solo se trata de la venida del Señor sobre
las nubes con poder y gloria, porque Cristo con Su gloria ya está dentro
de nosotros. Para Pablo, los hermanos de las iglesias de Galacia eran
como hijos. Como madre, él sufría, de nuevo, los dolores de parto hasta
que Cristo fuera formado en ellos (Gá 4:19). Así como ocurrió con los
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

gálatas, ese Cristo glorioso también está siendo formado en nosotros.


Estamos en un proceso en el cual, por un lado, la gloria está en nosotros
y, por otro lado, Dios nos está llevando a la gloria (He 2:10). Y, al final
de este proceso, cuando el Señor Jesús vuelva, Él “transformará el
cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya” (Fil 3:21).
El nuevo concepto de la venida del Señor es que, en Su venida, Él
vendrá para ser glorificado en Sus santos; es decir, para ser glorificado
dentro de nosotros. Nuestro Señor no está limitado al tiempo ni al
espacio. Ciertamente el Señor vendrá de los cielos sobre las nubes con
poder y gloria, pero Él también vendrá desde nuestro interior. Cuando
el Señor vuelva, Él surgirá, simultáneamente, descendiendo del cielo
lleno de gloria, y también manifestándose desde nuestro interior, porque
en aquel tiempo, Cristo ya estará formado en nosotros. Al surgir de
nosotros, Él será “admirado en todos los que creyeron”. Quien esté a
20
nuestro alrededor verá a Cristo surgiendo de nosotros lleno de gloria.
Incluso los incrédulos Lo admirarán y se maravillaran al verlo.
¡Hoy estamos viviendo en el “capullo” de la vida de la iglesia y
parece que somos tan limitados! Sin embargo, un día, cuando el Señor
venga, Él será glorificado en Sus santos y seremos transformados en
“mariposas”. Lleno de gloria, Él vendrá de los cielos y también vendrá
desde adentro de nosotros para ser admirado en toda la tierra. ¡Aleluya!

Que Dios nos haga a todos dignos de Su llamamiento (2 Ts 1:11) y


de Su reino (v. 5), y que todos vivamos como es digno de Dios, que nos
llama a Su reino y gloria (1 Ts 2:12).
Por último, leamos: “Para que el nombre de nuestro Señor
Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia
Dignos del llamamiento de Dios

de nuestro Dios y del Señor Jesucristo”(2 Ts 1:12). ¡Alabado sea el


Señor! Que busquemos tener un vivir y un andar dignos delante de
Dios, que nos llama a Su reino. ¡Que tengamos oídos para oír lo que
el Señor dice a las iglesias!

Pregunta: ¿Qué entiende usted por el nuevo concepto de la venida del Señor?

Mi punto clave:
21
SEMANA 2 – LUNES
Lectura bíblica:
2 Ts 2:1-17
Leer con oración:
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Co 5:10).

NUESTRA LÍNEA TEOLÓGICA


El título de esta semana es “El misterio de la iniquidad”. Tal expresión
se encuentra en este versículo: “Porque ya está en acción el misterio
de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él
a su vez sea quitado de en medio” (2 Ts 2:7). Este misterio envuelve
la preparación del mundo por parte de Satanás para el surgimiento del
anticristo. Mientras que nosotros nos preparamos para la segunda
venida de Cristo, Satanás prepara al mundo para la venida del
anticristo. Entonces, aquí vemos dos líneas totalmente opuestas, y no
hay neutralidad: o estamos en una o en la otra. ¡Alabado sea el Señor!
porque estamos en la línea de los que se preparan para la segunda
venida de Cristo.
En esta semana estudiaremos la venida —o parusía— del Señor, el
cual es un proceso que durará tres años y medio. Tal acontecimiento
está compuesto por siete grandes eventos: 1) el arrebatamiento de los
vencedores —representados por el hijo varón y por las primicias—;
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

2) la gran tribulación, que durará tres años y medio; 3) el descender de


Cristo a los aires, hasta la nube; 4) el arrebatamiento de la mayoría de
los creyentes a los aires, a las nubes, al final de la gran tribulación; 5) el
tribunal de Cristo en las nubes; 6) las bodas del Cordero, el casamiento de
Cristo y la iglesia en las nubes; y 7) el término de la parusía, el descender
de Cristo de las nubes a la tierra y el desenlace de esta era.
Antes de aclarar de manera más detallada lo que nos espera hasta la
segunda venida del Señor Jesús (2 Ts 2:1-12), veamos un poco sobre el
escenario de 2 Tesalonicenses. Leamos: “Pero con respecto a la venida
de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos,
hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar,
ni os conturbéis” (2:1-2a). Pablo les pedía y rogaba a los hermanos que
no se dejaran mover, es decir, que no se conmovieran en su mente ni se
perturbaran, “ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca” (v. 2b).
22
Como vimos anteriormente, 1 Tesalonicenses fue escrita por Pablo con
el propósito de consolar y alentar a los hermanos de Tesalónica por causa
de las tribulaciones, persecuciones y muertes que sufrieron. Poco tiempo
después, Pablo les escribió la segunda carta, en la cual se intercalan aliento
y corrección, trayéndoles equilibrio. En el primer capítulo, la palabra es
de aliento; en el segundo —en su mayoría, del versículo 1 al 12— hay
corrección y, a partir del 13 hasta el final, son palabras de aliento.
Como a Pablo se le impidió permanecer más tiempo en Tesalónica, al
tener que salir de prisa, sintió que necesitaba corregir y ajustar algunos
puntos referentes al vivir cristiano de los tesalonicenses. Aunque Pablo
haya permanecido allí por algunos meses, es extraordinario que, en tan
poco tiempo, se haya levantado una iglesia con un nivel de vida tan
elevado y tan estructurada en la fe, en el amor y en la esperanza. Pese
a ello, faltó darles más fundamento en la verdad, especialmente sobre el
asunto de la venida del Señor.
Pablo debe haberles hablado de la venida del Señor, pero, como no pudo
explicar con muchos detalles, ellos se hicieron ideas erróneas sobre ese
asunto. Por ejemplo, ellos creían que los que murieron no participarían
del arrebatamiento. Entonces, en la primera epístola, el apóstol les explicó
que los muertos resucitarán primero, y nosotros, los vivos, los seguiremos.
Igualmente, ellos tenían el concepto equivocado de que el Día del Señor
—Su venida— ya estaba cerca. Por ese motivo, en su segunda epístola,
Pablo les aclaró que no era así (2 Ts 2).
Todas las iglesias siguen una línea relativa al conocimiento de Dios, es
decir, una línea teológica. Nosotros no somos diferentes, pues también
tenemos nuestra línea teológica y la convicción de lo que Dios nos dio.
Recibimos una visión: la visión del reino, del galardón, de la disciplina,
de las dispensaciones. Sin embargo, respetamos las opiniones de los
El misterio de la iniquidad (1)

diferentes maestros cristianos que también enseñan sobre escatología y


la venida del Señor. Nuestro objetivo no es discutir sobre doctrinas, pues
eso no lleva a ningún lugar. Por ejemplo: hay una línea teológica sobre
la venida de Cristo que predica el arrebatamiento pre-tribulación de los
creyentes, y también está la línea post-tribulación. Nosotros no somos
“pre” ni “post”, ¡pues creemos en los dos acontecimientos! Creemos que
parte de los creyentes será arrebatada antes de la gran tribulación y otra, al
final de ésta. Y tenemos una base bíblica sólida al respecto.
Tenemos la convicción de aquello que creemos y la fundamentación
consistente para afirmar que los vencedores —los que maduren primero—
23

serán arrebatados antes de la gran tribulación. El resto tendrá que pasar


por ella, y solo serán arrebatados después, al sonido de la última trompeta.
Hay evidencias bíblicas que muestran la venida secreta de Cristo a los
vencedores antes de la gran tribulación y Su venida pública a los que
permanezcan en la gran tribulación. No abordaremos esos hechos en el
estudio de esta semana, pero lo haremos cuando tengamos la oportunidad.
Nuestro encargo no es presentar curiosidades escatológicas. No
queremos enfatizar cosas curiosas o puntos de conflicto. Antes bien,
nuestra creencia y convicción es que debemos prepararnos, porque
cuando el Señor venga, todos seremos juzgados. Ese “todos” del versículo
siguiente son los creyentes, pues el juicio comienza por la casa de Dios:
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal
de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras
estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Co 5:10). Los incrédulos
solo serán juzgados después del milenio, en el gran trono blanco, para
ver si sus nombres están inscritos en el Libro de la Vida. Por otro lado,
nosotros, los creyentes, seremos juzgados en las nubes, en el tribunal de
Cristo, antes de que Cristo descienda con los vencedores para la batalla
de Armagedón.
Por tanto, nuestro objetivo es presentar los hechos de acuerdo con
nuestra línea teológica. Como ya afirmamos, respetamos los otros puntos
de vista, pero queremos presentar lo que Dios nos dio, y podemos afirmar
que es la línea más completa y segura. Naturalmente, hay asuntos que
nadie puede definir, como la fecha de la venida del Señor. Además, hay
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

puntos dudosos, pero no los vamos a enfatizar; solo vamos a destacar


aquello para lo cual tenemos versículos y base bíblica. Presentaremos
lo mejor que podamos obtener de las enseñanzas que hay en el medio
cristiano. Esperamos que usted disfrute del estudio de esta semana.

Pregunta: ¿Cómo se ha preparado para ser juzgado por el Señor en Su


venida?

Mi punto clave:

Lectura de apoyo:
“¿Usted está preparado para el fin?” – caps. 1-6 – Ezra Ma.
“Daniel - El destino del gobierno humano” – caps. 9-17 – Dong Yu Lan.
24

“Fundamentos de la fe cristiana” – Tomo. 1 – lección 19 – Editorial Árvore da Vida.


SEMANA 2 – MARTES
Lectura bíblica:
1 Ts 2:19; 3:13; 4:15; 5:23; 2 Ts 2:1, 8; Ap 14:14-16
Leer con oración:
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo (Mt 24:13).

EL PRIMER EVENTO: EL ARREBATAMIENTO


DE LOS VENCEDORES
Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra
reunión con Él (2 Ts 2:1), vemos que esta última será en los aires,
cuando suene la última trompeta, después de la gran tribulación. La
palabra “venida” en griego es parusía, que literalmente significa
“presencia”. Cuando ocurra el arrebatamiento de los vencedores,
antes de la gran tribulación, ellos serán llevados al trono de Dios,
al tercer cielo, y estarán en los aires con Cristo en Su parusía, en Su
presencia, los tres años y medio de la gran tribulación.
La palabra griega parusía es traducida como “venida” en reiteradas
ocasiones en las dos epístolas a los tesalonicenses (1 Ts 2:19; 3:13;
4:15; 5:23; 2 Ts 2:1, 8). Lo mismo ocurre en Mateo, cuando los
discípulos le pidieron al Señor: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y
qué señal habrá de tu venida [parusía], y del fin del siglo?” (24:3).
La fecha del arrebatamiento de los vencedores es indeterminada;
nadie sabe cuándo va a suceder, por eso el Señor afirma que vendrá
como ladrón en la noche y nos exhorta a velar.
Los vencedores serán arrebatados al trono, hasta el tercer cielo.
Esa será la oportunidad que tendremos de visitar el lugar donde
Dios habita: Su trono. A partir de allí, de manera oculta, el Señor
comienza a descender con los vencedores a los aires, lo cual durará
tres años y medio. Ese acto de bajar del Señor se llama la parusía,
El misterio de la iniquidad (1)

porque los creyentes vencedores arrebatados estarán en Su presencia


en ese periodo. Durante los tres años y medio que estén bajando
estará invisible, pero llegará el momento en que todo ojo Lo verá.
En ese momento sonará la séptima trompeta, y los creyentes
muertos resucitarán y, junto con los vivos, serán arrebatados a las
nubes, hasta el tribunal de Cristo, donde serán juzgados. En ese
juicio, los vencedores serán apartados de aquellos que tendrán
que ser disciplinados. Estos últimos serán lanzados afuera, a las
tinieblas por mil años, donde será el lloro y el crujir de dientes, para
madurar y poder entrar en la nueva Jerusalén. Después del juicio, los
25
vencedores —la novia— se casarán con Cristo —el Novio—. Luego,
Cristo descenderá de la nube y vendrá a la tierra.
Veamos los versículos acerca del arrebatamiento de los vencedores,
representados por dos tipos simbólicos de personas: el hijo varón y
las primicias. En esta porción vemos a los vencedores —los que van
a reinar mil años con Cristo— que son arrebatados a Dios hasta Su
trono: “Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a
todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios,
para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días” (Ap 12:5-6).
La mujer —la iglesia— permaneció y huyó al desierto; solo una parte
de ella será arrebatada.
En cuanto a las primicias, leamos: “Después miré, y he aquí el
Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta
y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en
la frente. Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y
como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas
que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono,
y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie
podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil
que fueron redimidos de entre los de la tierra. Estos son los que no
se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que
siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”


(Ap 14:1-4). Aquí, el número ciento cuarenta y cuatro mil es simbólico,
pues nos muestra un número completo —12 x 12 x 1000—. Ser
“vírgenes” quiere decir que no se contaminaron con el mundo; ser “los
que siguen al Cordero por dondequiera que va” significa que están
comprometidos y enfocados, y se entregaron totalmente al Señor; ser
“redimidos de entre los hombres” denota arrebatamiento. Ellos son las
“primicias para Dios y para el Cordero”.
Las primicias son diferentes de la gran cosecha, pues son cosechadas
antes, y son una minoría. El resto de los cristianos pasará por la gran
tribulación para madurar y, al final de ella, Cristo vendrá con la hoz
para segar a los que no estaban maduros antes (Ap 14:14-16). Por
tanto, las primicias son los que maduraron antes de la gran tribulación.
Por esa razón, estimado lector, el tiempo corre: necesitamos madurar.
Leamos el siguiente pasaje: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni
26

aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los
días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en
los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y
dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no
entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será
también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el
campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán
moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”
(Mt 24:36-42).
“Aquel día” es antes de la gran tribulación y es el día del
arrebatamiento secreto, porque nadie lo sabe. Si el arrebatamiento
fuera solo después de la gran tribulación, todos sabrían el día.
Cuando el anticristo aparezca, podemos contar tres años y medio en
el calendario. En los días anteriores al diluvio, las personas comían
y bebían, se casaban y se daban en casamiento, y es lo que sucede
hoy: todos están distraídos con su propia vida, sin importarles la
venida del Señor. Creemos que los dos que estarán en el campo y las
dos que estarán en un molino son cristianos, son creyentes, porque
el versículo advierte: “Velad” (v. 42). Los incrédulos no velan; por
tanto, esta palabra fue dicha a los discípulos. Entonces, Jesús estaba
hablando a los creyentes. Nosotros, los creyentes, tenemos que velar;
no pensemos que, por ser creyentes, tenemos todo garantizado.
Recordemos que: uno será tomado y el otro dejado.
La “hora de la prueba” es la gran tribulación, por eso necesitamos
guardar hoy la palabra: “Por cuanto has guardado la palabra de mi
paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de
venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la
tierra” (Ap 3:10). No es cualquier palabra; es la palabra de la paciencia
El misterio de la iniquidad (1)

del Señor. Por esa razón, Jesús dijo que aquel que persevere hasta el
fin será salvo (Mt 24:13). ¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre formar parte de las primicias y formar


parte de la gran siega?

Mi punto clave:
27
SEMANA 2 – MIÉRCOLES
Lectura bíblica:
Mt 24:21; Ap 6:12-17; 8:7-12; 9:1-21; 11:2; 12:6, 14; 13:5; 16:1-21
Leer con oración:
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te
guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero,
para probar a los que moran sobre la tierra (Ap 3:10).

EL SEGUNDO EVENTO: LA GRAN TRIBULACIÓN


El segundo evento de la parusía del Señor es la gran tribulación
(Mt 24:21), durante el cual aparecerá el anticristo, cuya imagen será
puesta en el templo en Jerusalén (v. 15).
El libro de Apocalipsis tiene varias porciones sobre la gran tribulación
(9:1-21; 12:14; 16:1-21), incluyendo una descripción de su introducción,
de lo que ocurrirá desde el comienzo: las calamidades sobrenaturales
(6:12-17; 8:7-12).
La línea del tiempo de la gran tribulación está descrita en detalles en
la famosa profecía de las setenta semanas de Daniel 9.

LAS SETENTA SEMANAS DE DANIEL CAPÍTULO NUEVE


REINADO DEL
ORDEN PARA
REEDIFICAR
MUERTE DEL ANTICRISTO
JERUSALÉN UNGIDO
CONCLUSIÓN
DE LA REEDIFICACIÓN 3,5 3,5
AÑO CERO AÑOS AÑOS
DE JERUSALÉN
ERA DE LA IGLESIA *GT
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

MILENIO
LA HISTORIA
7 SEMANAS 62 SEMANAS DE ISRAEL ES 1 SEMANA
INTERRUMPIDA

49 AÑOS 434 AÑOS


(7 AÑOS X 7) (7 AÑOS X 62) 7 AÑOS

*Gran Tribulación

En Daniel 9, leemos: “Setenta semanas están determinadas sobre tu


pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin
al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar
la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos” (v. 24). El término
“semana” aquí no se refiere a la semana de días, sino de años. Entonces,
setenta semanas son 490 años. La expresión “expiar la iniquidad” se
refiere a la primera venida de Cristo y Su muerte en la cruz. La frase
“para traer la justicia perdurable” tiene que ver con el juicio final y el
establecimiento del reino. La frase “sellar la visión y la profecía” nos
muestra el milenio, pues en el milenio no habrá más profetas, ya que las
28
profecías llegan hasta el milenio. A partir del milenio, solo habrá reyes
y sacerdotes, y no habrá más profetas. La frase “ungir al Santo de los
santos” se refiere a la eternidad, a la nueva Jerusalén.
En la secuencia, leemos: “Sabe, pues, y entiende, que desde la salida
de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la
plaza y el muro en tiempos angustiosos” (Dn 9:25). Este versículo nos
habla de siete semanas —49 años— más 62 semanas —434 años—, en
un total de 69 semanas —483 años—. Desde la salida de la orden de
restaurar y reedificar Jerusalén fueron 49 años. Después pasaron 434
años hasta la muerte en la cruz del Señor Jesús.
Continuando la lectura: “Y después de las sesenta y dos semanas se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha
de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación,
y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones” (Dn 9:26). En este
versículo, el príncipe se refiere al general romano Tito, que destruyó
Jerusalén en el año 70 d. C.
El versículo 27 dice: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos;
a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga
la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.
Ahora, el texto se refiere al anticristo al final de esta era. La frase “confirmará
el pacto con muchos” se refiere al pacto que el anticristo hará con el pueblo
de Israel “por una semana”; es decir, la última de las setenta semanas de
Daniel, los últimos siete años de esta era. En la primera mitad de los siete
años habrá paz, por medio del gran acuerdo entre Israel y los países árabes.
En ese tiempo, el pueblo de Israel reconstruirá el templo y restablecerá la
adoración a Dios. No obstante, en medio de la “semana” de siete años, el
El misterio de la iniquidad (1)

anticristo pondrá en el templo la abominación desoladora, sobre la cual


leímos en Mateo, y comenzará la gran tribulación, que durará tres años y
medio (Dn 7:25; 12:7; Ap 11:2; 13:5; 12:14, 6).

Pregunta: ¿De qué manera es descrita la duración de la gran tribulación en la


Biblia?

Mi punto clave:
29
SEMANA 2 – JUEVES
Lectura bíblica:
Mt 25:1-30
Leer con oración:
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado
las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha
concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque
el lino fino es las acciones justas de los santos (Ap 19:7-8).

EL TERCER, CUARTO, QUINTO Y SEXTO EVENTO DE LA


PARUSÍA DEL SEÑOR
El tercer evento será cuando Cristo descienda a los aires. Después de
permanecer tres años y medio envuelto en la nube, Cristo aparecerá sobre
ella: “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con
el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como
columnas de fuego” (Ap 10:1). Aquí, el Señor está “envuelto en una nube”,
pero en este otro versículo, Cristo no está más envuelto en la nube, sino
sentado sobre ella: “Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno
sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona
de oro, y en la mano una hoz aguda” (14:14). La “hoz aguda” es para segar
el resto de la cosecha. Puesto que las primicias ya fueron segadas y están
con Él, falta el resto de la cosecha, los que pasaron por la gran tribulación.
Aquí, el Señor está sobre la nube, y no más envuelto en ella. Eso será
al final de la gran tribulación: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y


verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y
gran gloria” (Mt 24:30).
Veamos ahora el cuarto evento relacionado con la parusía del Señor:
el arrebatamiento a los aires de la gran mayoría de los creyentes. Cuando
lleguen a las nubes, Cristo aparecerá en el cielo, y al sonido de la séptima y
última trompeta, la mayoría de los creyentes —los que no fueron cosechados
como primicias— será arrebatada a los aires, primeramente los muertos y
después los vivos.
Los que permanezcamos hasta la venida pública del Señor, al final de
la gran tribulación, al sonido de la última trompeta, seremos arrebatados y
nos encontraremos con Cristo en los aires: “Por lo cual os decimos esto en
palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta
la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor
mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
30
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor” (1 Ts 4:15-17). Entonces, el Señor
descenderá de los cielos, es decir, no estará más envuelto en la nube, sino
que estará sobre ella; los muertos resucitarán, y ellos y nosotros subiremos
a los aires a fin de ser juzgados por el Señor. ¡Que podamos madurar para
estar entre las primicias que fueron arrebatadas antes de la gran tribulación!
Después de que todos los santos sean arrebatados a los aires para el
encuentro con el Señor sobre la nube, ocurrirá el quinto evento: el tribunal
de Cristo. “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante
el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Co 5:10). Reiteramos:
si todos serán arrebatados, como la mayoría de los cristianos imagina, que
irán al cielo cuando Cristo vuelva, ¿para qué entonces habrá ese juicio?
Ciertamente habrá juicio para ver lo que cada uno hizo.
La salvación eterna está garantizada, pero ese juicio es para ver si
reinaremos o no con el Señor en el milenio. Es para eso que estamos aquí,
es por eso que en la vida de la iglesia el camino es angosto y la puerta es
estrecha. No creemos que podemos vivir de cualquier modo y, cuando Jesús
vuelva, todo estará bien. ¡No! ¡Nosotros seremos juzgados! En el Evangelio
de Mateo podemos ver el juicio de las diez vírgenes y de los siervos que
recibieron los talentos (25:1-30). Después del juicio, los que sean aprobados
oirán del Señor: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (vs. 21, 23).
El sexto evento será las bodas del Cordero (Ap 19:7-9). Lamentablemente,
muchos cristianos no serán llamados a la cena de las bodas del Cordero,
pues no se preocuparon por preparar su vestido nupcial de lino finísimo,
El misterio de la iniquidad (1)

representado por las acciones justas de los santos. En cambio, nosotros, los
que hemos oído estas palabras, debemos preparar nuestro vestido nupcial.
¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Cómo ha preparado su vestido nupcial para las bodas con Cristo?

Mi punto clave:
31
SEMANA 2 – VIERNES
Lectura bíblica:
Hch 10:42; Ap 19:16-19
Leer con oración:
Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los
vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques
la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con toda paciencia y doctrina (2 Ti 4:1-2).

EL SÉPTIMO EVENTO: CRISTO DESCENDERÁ A LA TIERRA


El casamiento de Cristo y la iglesia será muy rápido, porque en la
“luna de miel”, Cristo descenderá a la tierra con la novia, que también
es Su ejército, para desencadenar el séptimo evento, compuesto por
tres acontecimientos: la batalla de Armagedón, la reunión de los judíos
del remanente en Tierra Santa y el juicio de los incrédulos vivos.
Veamos el primer acontecimiento: la batalla de Armagedón.
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que
lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas
diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él
mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre
es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino
finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca
sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del
Dios Todopoderoso” (Ap 19:11-15). Ese ejército son los vencedores,
los que se alistaron hoy, que forman parte del ejército de Sion. Ellos
participarán de la batalla de Armagedón incluso con el vestido de
boda: “vestidos de lino finísimo, blanco y limpio”.
En la batalla de Armagedón, Cristo y su ejército lucharán contra el
anticristo —la bestia— y sus ejércitos. Dios habrá juntado allí a toda
la escoria, la basura del mundo, y Jesús terminará con ellos de una sola
vez (vs. 16-19). Una vez que seamos vencedores, podremos participar
de eso. ¡Aleluya!
El destino de la bestia y del falso profeta será el lago de fuego, sin
escalas, sin conexión: “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso
profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había
engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado
su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego
32
que arde con azufre” (v. 20). Ellos inaugurarán el lago de fuego y no
pasarán por el juicio del gran trono blanco.
El versículo siguiente concluye: “Y los demás fueron muertos con
la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las
aves se saciaron de las carnes de ellos” (Ap 19:21). La novia —los
vencedores— estará junto con el Señor, apenas contemplando, pues
el Novio no la dejará pelear, puesto que ya habrá peleado mucho. Es
como si el Novio le dijera: “Quédate aquí mientras voy a matar a todos
los enemigos con la espada que sale de Mi boca”. La espada es la
Palabra del Señor. Así pues, será la batalla de Armagedón.
Veamos ahora el segundo acontecimiento de ese séptimo evento:
la reunión en Tierra Santa de los judíos del remanente. “Entonces
aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará
sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los
cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro” (Mt 24:30-31).
“Sus escogidos” son el pueblo judío, los que sobrevivieron, aquellos
que no murieron en la gran tribulación, pues dos tercios de ellos serán
muertos por el anticristo. El remanente de todas las partes de la tierra
serán reunidos en Israel.
Ahora es el turno del último acontecimiento de ese séptimo evento
de la parusía del Señor. Además de reunir a los judíos, el Señor reunirá
a todas las naciones en Jerusalén y hará lo descrito en la porción que
sigue: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los
santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los
unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”
El misterio de la iniquidad (1)

(Mt 25:31-32). En Jerusalén, Cristo establecerá un trono para juzgar


a todas las naciones, es decir, los incrédulos que no participaron de la
batalla de Armagedón y, por tanto, no fueron muertos.
En ese juicio el Señor apartará “unos de los otros, como aparta
el pastor las ovejas de los cabritos”. Los cabritos serán condenados
al lago de fuego. Ellos son los que, durante la gran tribulación, no
ayudaron a los creyentes ni a los judíos. En cambio las ovejas serán
trasladadas al reino, para vivir el milenio en la tierra, porque durante
la gran tribulación ayudaron a los creyentes y a los judíos. Cuando
los creyentes y los judíos tuvieron hambre, ellos les dieron de comer;
33
cuando tuvieron sed, les dieron de beber; cuando estaban desnudos,
ellos los vistieron, y así sucesivamente. En la gran tribulación, por
no tener la marca de la bestia, el pueblo de Dios no podrá comprar
ni vender. Entonces no tendrán comida, bebida ni ropa. Sin embargo,
Dios preparará a un grupo de incrédulos, de personas entre las
naciones, que ayudará a Su pueblo. Esas serán las ovejas, a quienes
Dios recompensará dándoles la oportunidad de vivir en el milenio en
la tierra. Así pues, será el juicio de los vivos.
Hay dos porciones de la Palabra donde se menciona que Jesús
juzgará a los vivos y los muertos (Hch 10:42; 2 Ti 4:1). Si los vivos
serán juzgados en Jerusalén en el desenlace de la gran tribulación,
¿cuándo y dónde serán juzgados los muertos? Será en el gran trono
blanco: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de
delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios;
y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro
de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que
había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado
al lago de fuego” (Ap 20:11-15).
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

Aquí necesitamos hacer una observación y exhortación: si aún


tenemos seres queridos, familiares, amigos y conocidos que no creen
en el Señor, prediquémosles el evangelio, porque, si no son salvos,
ellos estarán en ese juicio del gran trono blanco y no tendrán más
la oportunidad de la salvación, porque sus nombres no estarán en el
Libro de la Vida, y serán lanzados al lago de fuego. Esto debe servirnos
como una advertencia para predicarles el evangelio.

Pregunta: ¿Quiénes serán los cabritos y las ovejas que serán juzgados en el
desenlace de esta era y cuál será su destino?

Mi punto clave:
34
SEMANA 2 – SÁBADO
Lectura bíblica:
Dn 7:8, 20-21, 24-25; 1 Co 12:8-10; Ap 13:12-18; 19:1-20
Leer con oración:
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo (1 Jn 4:1).

EL ANTICRISTO: LAS CARACTERÍSTICAS Y LOS HECHOS


Después de haber visto los siete eventos principales acerca
de la parusía del Señor, volvamos al segundo capítulo de 2
Tesalonicenses: “Os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover
fácilmente de vuestro modo de pensar” (vs. 1b-2a). No dejarse
mover del modo de pensar quiere decir no dejar que la mente sea
conmovida, sacudida. En estos días, el enemigo quiere conmover
nuestros pensamientos. No se lo permitamos. La expresión
“fácilmente” en griego significa de manera rápida, de inmediato;
es decir, oímos la palabra y la apreciamos, pero viene el enemigo
y conmueve nuestros pensamientos, y lo que oímos se va. Pablo se
quedó muy sorprendido con lo que ocurrió con los tesalonicenses.
Él les dijo ciertas palabras, pero el enemigo vino a conmover sus
pensamientos, haciéndolos cambiar de manera de pensar.
Pablo también les advirtió que no temieran ni se alarmaran por las
enseñanzas de los falsos espíritus, o falsas cartas y epístolas, diciendo
que el Día del Señor había llegado (v. 2b). Ellos no debían creerlo.
En los últimos tiempos, vendrán espíritus falsos y falsos profetas.
Debemos conocer la Palabra para poder probar los espíritus (1 Jn 4:1).
Necesitamos poner atención a estos versículos, porque estamos
llegando al tiempo del fin, y cada vez más van a aparecer falsos
espíritus. Debemos aferrarnos a la palabra profética, leer la Biblia,
El misterio de la iniquidad (1)

conocer las Escrituras, a fin de no ser llevados de un lado para


otro como niños por cualquier doctrina. Leamos libros como “Los
fundamentos de la fe cristiana”, “40 lecciones esenciales para
la vida cristiana”, “Los fundamentos del liderazgo cristiano”,
publicados por esta Editorial, para nuestro perfeccionamiento
y fundamento en la verdad. De esa manera, podemos obtener,
“por el Espíritu palabra de sabiduría […], palabra de ciencia
[…], discernimiento de espíritus” (1 Co 12:8-10). Por medio de
la Palabra, podemos discernir espíritus diferentes y saber cuál es
del Señor y cuál no lo es.
35
Leamos: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá
sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición” (2 Ts 2:3). La venida del Señor no ocurrirá antes
de que venga la apostasía. Este es un acontecimiento bien definido.
“Apostasía” significa separación, abandono, deserción, desvío. En
los diccionarios en español, esta palabra quiere decir renunciar a una
religión o creencia, abandono de la fe; pero, la palabra griega significa
separar. Apostasía es desconexión. El enemigo quiere desconectarnos
de la palabra profética, de la Biblia, de Dios. Primero viene la apostasía
para que “se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” y
solo después de eso ocurrirá la venida del Señor.
La profecía nos habla de que el Señor no volverá antes de que
aparezca esta desviación, esta apostasía: “Pero el Espíritu dice
claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”
(1 Ti 4:1). Algunos se van a apartar de la fe, van a abandonarla y a
desconectarse de ella. Debemos estar atentos a eso.
El Señor no volverá antes de que se manifieste el hombre de pecado,
el hijo de perdición, el anticristo. A continuación, mencionaremos
algunas de sus características, con las referencias bíblicas. Alentamos
al lector a leer con atención todos los versículos citados.
Como “el hombre de pecado” (2 Ts 2:3) o “el inicuo” (v. 8), es
descrito como el pequeño cuerno de Daniel 7:8, 20-21, que tenía
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

ojos como de hombre y una boca que hablaba grandes cosas. Ese
cuerno hacía guerra contra los santos y prevalecía contra ellos. Él
dañará —desgastará, consumirá, atacará— a los santos del Altísimo
—creyentes y judíos— y cambiará los tiempos y la ley, y los santos
serán entregados en sus manos por tres años y medio, en el período de
la gran tribulación (vs. 24-25). En Daniel 8:8-12, 23-25, también es
descrito como un pequeño cuerno, que será extremadamente poderoso
y profanará el templo que habrá sido reconstruido antes de la gran
tribulación. Hará un acuerdo de paz con Israel por siete años, pero a la
mitad de los siete años violará el acuerdo e invadirá Jerusalén con su
templo (Dn 9:27).
En Apocalipsis 13:1-8, es descrito como la bestia que emerge del
mar. La apariencia de esta bestia aquí es la combinación de los cuatro
animales de Daniel 7. La bestia será un líder carismático, que traerá
paz a toda la tierra. A la mitad de los últimos siete años, será herido de
36

muerte, pero resucitará y se convertirá en el anticristo. Las personas


se maravillarán de ese “milagro” y lo seguirán. Hoy en día, quien
solo busca milagros, en aquel día, creerá en ese “milagro”. Por esa
razón, en vez de buscar solo milagros, debemos estar enfocados en
la palabra del Señor y disfrutar de la gracia del Señor Jesús en medio
de los sufrimientos. En medio de las tribulaciones, el Señor nos dice:
“Bástate mi gracia” (2 Co 12:9a).
La bestia se levantará contra Dios y Su pueblo y recibirá autoridad
para actuar por cuarenta y dos meses. No obedecerá a ninguna ley
—hombre de pecado— y no estará debajo de ninguna autoridad.
Perseguirá al pueblo de Dios y hablará grandes cosas y blasfemias
contra Dios para difamar Su nombre y difamar al ejército de los
vencedores que estará con el Señor (Ap 13:4-7). Los moradores de
la tierra adorarán a la bestia y a su imagen y recibirán la marca de la
bestia en la mano derecha o en la frente. Sin esa marca, nadie podrá
comprar o vender (vs. 8, 12-18). Al final de la gran tribulación, peleará
contra Cristo y Su ejército, pero será derrotada, aprisionada y, junto
con su ayudante, el falso profeta, será lanzada viva dentro del lago de
fuego (19:1-20).
El anticristo también es llamado el “hijo de perdición” (2 Ts 2:3),
porque se perderá, es decir, será destruido (v. 8; Dn 7:26; 8:25b). En
Daniel 8:25, vemos que lo que el enemigo quiere es hacernos vivir
despreocupadamente, pensando que nada sucederá. Así es como él
destruirá a muchos. No obstante, en aquel día, cuando el anticristo
se levante contra el Señor en la batalla de Armagedón, el Señor lo
destruirá con la espada que sale de Su boca. ¡Aleluya!
Los tres libros de la Biblia donde el anticristo es revelado con
detalles son: Daniel, 2 Tesalonicenses y Apocalipsis. En esos libros,
él es presentado como “el cuarto animal” (Dn 7), “el cuerno pequeño”
El misterio de la iniquidad (1)

(Dn 8), “el príncipe” (Dn 9), “el rey del norte” (Dn 11), “el hombre
de pecado”, “el hijo de perdición”, “el inicuo” (2 Ts 2), “la bestia”
(Ap 13) y “el ángel del abismo” (Ap 9).
Para comprender mejor las visiones de Daniel en los capítulos 2, 7,
8, 9 y 11, sobre el anticristo y su imperio y la gran tribulación, ponemos
a su disposición el cuadro comparativo de la siguiente página.
37
CUADRO COMPARATIVO DE LAS VISIONES Y LAS PROFECÍAS DE DANIEL

VISIÓN / PROFECÍA

LOS REYES
INTERPRETACIÓN LOS CUATRO EL CARNERO Y EL LAS SETENTA
LA GRAN IMAGEN DEL NORTE Y
ANIMALES MACHO CABRÍO SEMANAS
DEL SUR

CAPÍTULO
CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 7 CAPÍTULO 8 CAPÍTULO 9
11

IMPERIO Cabeza de oro - León con alas de


BABILÓNICO vs. 32, 37-38 águila - v. 4

Oso alzándose
Carnero con 2
sobre uno de
Pecho y brazos cuernos altos,
IMPERIO su lados con 3
MEDO- PERSA
de plata - uno más alto
costillas entre
vs. 32, 39 que otro -
entre los
vs. 3-4, 20
dientes - v. 5

Macho cabrío
con un cuerno
notable entre
IMPERIO
Vientre y Leopardo con 4 los ojos, el
muslos alas de ave en su cuerno se
GRECO-
de bronce - espalda y con 4 quiebra y en
MACEDONIO
vs. 32, 39 cabezas - v. 6 su lugar salen
4 cuernos
notables - vs.
5-8, 21-22

Bestia temible y
espantosa,
Piernas de
en gran manera
hierro y pies
IMPERIO fuerte, con
con 10 dedos
ROMANO E dientes de
IMPERIO
parte de barro
hierro y uñas
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

DEL ANTICRISTO y en parte de


de bronce y con
hierro -
cuernos -
vs. 33, 40-43
vs. 7, 19-20a,
23-24a

El pequeño
El pequeño El príncipe del
cuerno que
cuerno que v. 26 que El rey del
sube entre los
EL ANTICRISTO sale de uno de destruirá norte -
cuernos
los cuernos - Jerusalén y el vs. 36-45
- vs. 8, 20b-21,
vs. 9-12, 23-25 templo
24b-26

Pregunta: ¿Cuáles son los tres libros de la Biblia donde el anticristo es


mencionado con detalles?

Mi punto clave:
38
SEMANA 2 – DOMINGO
Lectura bíblica:
Is 14:13-14; Ez 28:2b; Dn 7:25a; Mt 24:12; 2 Ts 2:7; Ap 12:3; 13:1
Leer con oración:
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el
espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida (2 Ts 2:8).

EL ANTICRISTO: LA IMAGEN Y SEMEJANZA DE SATANÁS


El anticristo —la bestia— es la imagen del dragón, la réplica del dragón,
que es Satanás, la serpiente antigua. Al comparar Apocalipsis 12:3 con
13:1, comprobaremos que la apariencia del dragón —Satanás— y de la
bestia —el anticristo— es la misma.
El anticristo, llamado el hombre de pecado, el hijo de perdición, “se
opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;
tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar
por Dios” (2 Ts 2:4). Esa también es una característica de Satanás, según
lo que podemos leer en Isaías 14:13. Lo que Satanás —el dragón— no
logró, lo intentará obtener por medio del anticristo.
Esas mismas características también se ven en Apocalipsis 13:5-6 y
Daniel 7:25a: él no teme a Dios, profiere arrogancias y blasfemias contra
Dios, difamando Su nombre.
En Isaías 14:13-14 y Ezequiel 28:2b, leemos con respecto a
Satanás, que no solo se levanta y se opone contra todo lo que se
llama Dios, sino que también quiere sentarse en el trono de Dios.
Al comienzo de la gran tribulación, el anticristo pondrá su imagen
llamada “la abominación desoladora” (Mt 24:15) en el lugar santo
del templo que será reconstruido en Jerusalén. El anticristo se hará
pasar por Dios mismo (2 Ts 2:4). Eso fue lo que Satanás siempre
quiso hacer, pero como no lo logró, intentará hacerlo por medio del
El misterio de la iniquidad (1)

anticristo. El dragón hará que la bestia sea adorada por todos los
moradores de la tierra (Ap 13:8, 12).
Lo que presentamos esta semana son hechos relacionados con el
misterio de la iniquidad. Todo ya está siendo preparado entre bastidores,
por eso es llamado de misterio. Un día, aparecerá el hombre de pecado.
Es como la infección de un forúnculo, que crece hasta explotar y luego
sale la pus. La pus es el anticristo. Nuestra intención no es satisfacer
curiosidades, sino saber lo que ocurre entre bastidores para que nos
preparemos. El Señor Jesús está ocupadísimo preparándonos para Su
venida, pero Satanás también está muy ocupado preparando al mundo
39
para la venida del anticristo. No podemos vivir de cualquier manera; el
tiempo apremia. Tenemos que prepararnos.
Leamos: “¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros,
os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su
debido tiempo se manifieste” (2 Ts 2:5-6). No obstante, Pablo no habló
acerca de lo que lo detenía, y continuó: “Porque ya está en acción el
misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta
que él a su vez sea quitado de en medio” (v. 7). Esta es la advertencia
que el Señor nos hace hoy y es el objetivo del mensaje de esta semana.
Querido lector, todo lo que le presentamos es para advertirle que el
anticristo aparecerá, el hombre de pecado, el hijo de perdición; por
tanto, debemos estar preparados para eso.
La conclusión de las señales está en este versículo: “Y entonces se
manifestará aquel inicuo” (v. 8). El hombre de pecado se manifestará,
pero desde ya el misterio de iniquidad opera para abrirle camino, para
pavimentar todo el acceso de modo que, cuando él aparezca, el mundo
esté listo para recibirlo sin reservas. Sin embargo, esperamos que cuando
aparezca, ya hayamos sido arrebatados, pues no queremos quedarnos
para ver lo que hará.
Con esta serie del Alimento Diario, nuestro objetivo es que nos
preparemos para ser arrebatados y salvos de la hora de la prueba.
Nadie puede definir lo que detiene el misterio de la iniquidad. Algunos
dicen que es el Espíritu Santo: el Espíritu Santo se irá de la tierra, y el
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

anticristo aparecerá. Otros dicen que es la iglesia: la iglesia entera será


arrebatada, y él aparecerá. No obstante, vimos que parte de la iglesia
quedará. Otros dicen que es la Biblia, pero es difícil retirar la Biblia de
la tierra. Mi teoría es que el hablar de Dios será quitado, no la palabra
física o predicada, pero el mundo camina a no dar más crédito a lo
que Dios dice; en otras palabras, Dios está siendo desacreditado en la
sociedad. En la torre de Babel de hoy, en la gran Babilonia actual, todo
lo que es contrario a las Sagradas Escrituras es promovido, elevado y
elogiado. Por ejemplo, observe el asunto de la ideología de género y de
la homosexualidad,: todos hacen apología a esos asuntos; pero, cuando
se trata de lo que la Biblia dice, todo es rechazado.
Los cristianos antes eran la mayoría en el mundo occidental, y la
moralidad era regida por la Biblia. Hoy ya no: estamos en la periferia,
y los asuntos como la revolución sexual, la revolución cultural y la
inmoralidad tienen la preeminencia. Ese es el misterio de la iniquidad que
40

ya opera. Todo el mundo cree en la ciencia y sus teorías, pero consideran


que lo que está en la Biblia es un cuento de hadas o una leyenda, y nadie
más cree en la Palabra de Dios. Incluso entre los cristianos, existen los
modernistas que interpretan la Biblia de manera desvirtuada. Son pocos
los que aún predican la Biblia y creen en ella literalmente. A mi modo
de ver, la Biblia no va a ser quitada pero, cuando casi nadie más crea en
la Palabra de Dios, no tendrá mucha influencia, y el anticristo actuará.
Esa es la razón por la cual la Biblia dice: “por haberse multiplicado
la maldad” (Mt 24:12). El misterio de la iniquidad ya opera entre
bastidores multiplicando la maldad entre los hombres. Es como un
virus que se multiplica para infectar a la mayor parte de las personas, y,
cuando se dan cuenta de que están infectados, ya es demasiado tarde,
porque la vida está en riesgo. Eso es lo que ocurre cuando el misterio de
la iniquidad actúa. Es un misterio, nadie lo ve, nadie se protege, nadie
usa la “mascarilla” espiritual contra él, pero nosotros, los de la vida
de la iglesia la usamos, es el yelmo de la salvación, que no deja que
el enemigo inyecte cosas en nuestra mente para actuar libremente. El
misterio de la iniquidad ya opera y solo espera que sea quitado lo que
lo detiene. Sea lo que sea aquello que lo detiene, un día será quitado, y
el hombre de pecado —el anticristo— aparecerá y ocurrirán los últimos
tres años y medio de esta era.
Por eso, amado lector, vamos a confiar cada vez más en la Palabra
del Señor y apegarnos a ella, creyendo en el Señor y en Sus profetas.
¡Esto es lo que nos salvará! No dejemos que el misterio de la iniquidad
nos influencie e infecte. Vamos a prevenirnos, vamos a “vacunarnos”
con la mejor inmunización, que es ¡la Palabra! Este debe ser nuestro
enfoque. El cielo y la tierra pasarán, pero las palabras del Señor no
pasarán. Queremos permanecer firmes para que en nuestra vida, no
opere el misterio de la iniquidad, sino el misterio de la piedad —Dios
El misterio de la iniquidad (1)

manifestado en carne—: la encarnación, el vivir humano, la muerte,


la resurrección y la ascensión del Señor y Su venida a nosotros como
el Espíritu vivificante, que entró en nosotros y nos conectó con Dios.
¡Alabado sea el Señor!

Pregunta: ¿Qué es el misterio de la iniquidad?

Mi punto clave:
41
SEMANA 3 – LUNES
Lectura bíblica:
Mt 25:31-33; 1 Ts 4:13-17
Leer con oración:
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho
mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Co 5:10).

LOS SIETE ASPECTOS QUE COMPONEN


LA PARUSÍA DEL SEÑOR
El título de este mensaje es “El misterio de la iniquidad (2)”. En el
transcurso de esta semana abordaremos los aspectos que componen la
parusía del Señor: las setenta semanas de Daniel y su línea de tiempo en
los días actuales; la manifestación del anticristo, el hombre de pecado;
aquello que ha frenado al misterio de la iniquidad; los planes de Satanás
para el anticristo y cómo ha engañado a la humanidad; y, por último,
veremos el deseo de Dios y Su llamamiento para que participemos de Su
reino y gloria, que es nuestro destino.
Cuando fueron escritas las epístolas a los tesalonicenses —especialmente
la primera—, tenían como objetivo consolar y alentar a los hermanos que
estaban sufriendo mucha persecución. Pablo permaneció poco tiempo
en Tesalónica y les enseñó muchas cosas a los hermanos, pero no pudo
perfeccionarlos tanto como quería. Los que cuidan de las iglesias saben
que toma tiempo perfeccionarla y, en el caso de los tesalonicenses, había
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

entre ellos algunas ideas equivocadas sobre la venida del Señor y mucha
tristeza, pues varios hermanos fueron martirizados durante la persecución
que se levantó allí.
En la segunda epístola, además de alentar a los hermanos, Pablo
incluso tuvo el encargo de corregir algunos conceptos erróneos, tanto
sobre la venida del Señor como sobre el vivir diario, según lo que leemos
en el siguiente versículo: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os
dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar” (2 Ts 2:1-2a). Era
como si Pablo les rogara: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo, y nuestra reunión con Él, tengan cuidado para que nadie “los
induzca”. No dejen que confundan sus mentes tan rápidamente”.
La parusía —presencia— del Señor está compuesta por siete aspectos.
El primero es el arrebatamiento de los vencedores, representados por
el hijo varón y por las primicias. El segundo aspecto es el núcleo de la
42
parusía del Señor, cuando ocurrirá la gran tribulación. Después de que los
santos sean arrebatados al tercer cielo, al trono de Dios, Cristo dejará el
trono y el tercer cielo y vendrá con los vencedores a los aires, envuelto en
una nube. Esa es Su venida secreta. Mientras tanto, en la tierra ocurrirá
la gran tribulación durante tres años y medio. El tercer aspecto, al final
de los tres años y medio, Cristo descenderá a los aires, pero no estará
más envuelto en la nube, sino que estará sobre ella, y todos Lo verán.
El cuarto aspecto es el toque de la séptima trompeta, cuando los santos
serán arrebatados entre las nubes, primero los muertos y luego los vivos
(1 Ts 4:13-17). El quinto aspecto es el tribunal de Cristo, donde todos
los santos serán juzgados, incluso los vencedores, pues Dios es justo.
Tal vez algunos piensen que los vencedores no tendrán que pasar por
el juicio, pero el apóstol Pablo dijo que todos compareceremos ante el
tribunal de Cristo (2 Co 5:10). Seremos juzgados en cuanto a nuestra
vida y obra, y, basados en el juicio del Señor, recibiremos el galardón o
la disciplina en el milenio.
El sexto aspecto son las bodas del Cordero, el casamiento de Cristo
con Su novia vencedora, en los aires. El séptimo aspecto, inmediatamente
después de las bodas del Cordero, Cristo aparecerá en la tierra con Su
ejército de vencedores, que también es Su novia, y, entonces, se luchará la
batalla de Armagedón. Después de derrotar al anticristo, al falso profeta
y a sus ejércitos, Cristo lanzará al lago de fuego al anticristo y al falso
profeta. Él establecerá Su trono en Jerusalén, en la Tierra Santa, y allí
reunirá a todos los judíos que estuvieron dispersos por toda la tierra. En el
trono, en Jerusalén, Cristo juzgará a los incrédulos vivos, apartando a las
ovejas de los cabritos (Mt 25:31-33). ¡Esto es la parusía del Señor!

Pregunta: De manera resumida, mencione los siete eventos que componen la


El misterio de la iniquidad (2)

parusía del Señor.

Mi punto clave:

Lectura de apoyo:
“La venida del Señor está cerca” – cap. 6 – Dong Yu Lan.
“Los grandes diamantes de la Biblia” – cap. 23 – Dong Yu Lan.
“Daniel - El destino del gobierno humano” – cap. 15 – Dong Yu Lan.
43
SEMANA 3 – MARTES
Lectura bíblica:
Dn 9:24-27; Mt 24:43; Ro 11:17; Ap 11:2; 12:6, 14
Leer con oración:
Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor
(Mt 24:42).

LAS SETENTA SEMANAS DE DANIEL


Y LA GRAN TRIBULACIÓN
Al hablar de la venida del Señor, especialmente en cuanto al
arrebatamiento y al anticristo, debemos mencionar las setenta semanas
de Daniel. Cada semana tiene siete años; por tanto, setenta semanas
son cuatrocientos noventa años. Esa es la línea de tiempo que Dios
dio al pueblo de Israel y que le fue revelada a Daniel (Dn 9:24-27).
Esa porción nos muestra que se determinaron setenta semanas para
el pueblo de Israel, es decir, cuatrocientos noventa años. Las setenta
semanas están divididas en tres grupos: siete semanas, más sesenta y dos
semanas y, al final, una semana más. Esas setenta semanas comprenden
desde la salida de la orden del rey Artajerjes, de Persia, para reconstruir
Jerusalén (v. 25) hasta la conclusión de la edificación. De acuerdo con
la historia, desde la salida de la orden para reedificar Jerusalén hasta
su conclusión fueron exactamente cuarenta y nueve años —siete
semanas—. Desde la conclusión hasta la muerte del Ungido (vs. 25-26)
—la crucifixión del Señor Jesús— pasaron sesenta y dos semanas más;
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

es decir, cuatrocientos treinta y cuatro años. Al sumar los dos períodos,


tenemos cuatrocientos ochenta y tres años. Todavía faltan siete años para
completar los cuatrocientos noventa años, es decir, las setenta semanas.
Cuando Jesús murió en la cruz, ¡Dios interrumpió esa línea de
tiempo para insertar a la iglesia! No teníamos parte en la comunidad
de Israel ni en las promesas de Dios, pues éramos ramas del olivo
silvestre. Sin embargo, por amor a nosotros, Dios nos injertó en
el buen olivo (Ro 11:17). Hoy estamos en la era de la iglesia. No
sabemos cuándo será el fin, pero creemos que está cerca. Ese final
tiene que ver con la activación de la última semana de la profecía de
Daniel, que son los últimos siete años. Dios tiene el “cronómetro”
en la mano, listo para reiniciar el conteo de los últimos siete años.
Debemos velar, orar y estar preparados.
Al inicio de esos últimos siete años aparecerá una persona muy
poderosa: el anticristo, la bestia. Al comienzo de los siete años, él
44
firmará un acuerdo con Israel. Todos los acuerdos que vemos hoy
apuntan a aquel acuerdo final. Por ser muy poderoso, las personas
le obedecerán y lo idolatrarán. Él traerá al mundo orden, paz y una
falsa impresión de seguridad. Israel firmará ese acuerdo, que sellará
la paz. Sabemos que la nación de Israel reconstruirá el templo y
restaurará todos los sacrificios realizados en el Antiguo Testamento.
Sin embargo, a la mitad de esa última semana, el anticristo romperá
el acuerdo, entrará en Jerusalén, pondrá su imagen —la imagen de
la bestia— en el templo y comenzará a perseguir a los judíos
y a los cristianos. Esa mitad de la última semana es crucial
para nosotros, porque un poco antes de los últimos tres años y
medio ocurrirá el arrebatamiento de los vencedores, los cuales
escaparán de la gran tribulación. No obstante, la gran mayoría
de la iglesia permanecerá.
Con respecto a la escatología, tenemos un fundamento bíblico
sólido. Estudiamos mucho y nos basamos en las enseñanzas de los
hermanos Watchman Nee, Witness Lee y Dong Yu Lan. No estamos
aquí para discutir con nadie, pero esa es la teología escatológica
que tenemos en la vida de la iglesia. Hoy existen tres escuelas
principales de enseñanza sobre la venida del Señor. Una de ellas es
la escuela pre-tribulacionista, defendida por uno de los principales
siervos de Dios, John Nelson Darby, de los Hermanos Unidos; y otra
es la escuela post-tribulacionista, defendida por Benjamín Newton,
también de los Hermanos Unidos. Esa fue la divergencia de doctrinas
que comenzó la división entre los Hermanos Unidos.
La escuela pre-tribulacionista dice que todos los cristianos
serán arrebatados antes de la gran tribulación. La escuela post-
tribulacionista afirma que el arrebatamiento ocurrirá después de la
El misterio de la iniquidad (2)

gran tribulación. Muchos que estudian escatología piensan que la


gran tribulación durará siete años. Sin embargo, de acuerdo con la
Biblia, durará tres años y medio. En Daniel 9:27, la Biblia describe
la mitad de la semana como: un tiempo, tiempos [dos] y mitad de
un tiempo (Ap 12:14), como mil doscientos sesenta días (v. 6) y
como cuarenta y dos meses (11:2). Todos esos períodos son de tres
años y medio. Si comparamos los versículos usados por las dos
escuelas, veremos que la de la post-tribulación tiene más base. Hasta
el comienzo del siglo XIX solo existía esa escuela. La escuela pre-
tribulación apareció solo al principio del siglo XIX, y los versículos
45

presentados no tienen mucha fuerza.


En cuanto a lo que creemos, no somos pre ni post-tribulacionistas;
nosotros nos valemos por la Biblia, por el escenario completo.
Algunos libros escritos por grandes maestros, como G. H. Pember
(1837-1910), Robert Govett (1813-1901) y David Panton (1870-
1955) —quien asumió el lugar de Govett cuando éste murió—, nos
ofrecen un escenario completo. Como ejemplo, tenemos el libro
“Las eras más primitivas de la tierra”, de G. H. Pember. Además,
tenemos la revelación que el Señor nos ha dado en este último
siglo. Tenemos más de un siglo de historia. En todo este tiempo,
hemos buscado al Señor, y Él nos ha mostrado muchas cosas, por
eso tenemos una idea completa. La Editorial Árvore da Vida tiene
un gran número de libros sobre la venida del Señor, que transmiten
esa visión de manera integral.
Nuestro encargo no es discutir doctrinas escatológicas. La
discusión de doctrinas fue lo que dividió a la iglesia. Nuestro
encargo es el contenido de las epístolas a los tesalonicenses. En la
primera epístola, vemos sobre el arrebatamiento después de la gran
tribulación (1 Ts 4:1-17). Luego de que la última trompeta suene,
todos serán arrebatados: los muertos primero y después los vivos
(v. 16). Eso se refiere a la venida pública del Señor. Sin embargo,
hay versículos que nos hablan de velar, porque no sabemos la hora
cuando el Señor vendrá (Mt 24:42). Tres años y medio después de
la aparición del anticristo, ocurrirá la venida pública del Señor al
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

final de la gran tribulación. No obstante, nadie sabe exactamente


cuándo ocurrirá Su venida secreta para arrebatar a los vencedores, en
medio de los siete años. En ese momento el Señor vendrá como un
ladrón en la noche (v. 43), sin toque de trompeta ni aviso. Él vendrá
como la Estrella de la mañana, como el Novio que viene a buscar a
Su novia secretamente. Pablo no tuvo tiempo de explicar eso a los
tesalonicenses pero, gracias al Señor, Él mismo nos ha revelado Su
Palabra a fin de prepararnos para Su venida.

Pregunta: ¿En qué momentos ocurrirán la venida secreta y la venida pública


del Señor?

Mi punto clave:
46
SEMANA 3 – MIÉRCOLES
Lectura bíblica:
2 Ts 2:2-3
Leer con oración:
Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia,
para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni
presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean
disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo
ahora (1 Ti 1:3-4).

VALORAR LA PALABRA DE DIOS


En 2 Tesalonicenses 2:2, Pablo exhorta a los hermanos a no ser
influenciados en la mente ni que sean alarmados “ni por espíritu, ni
por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que
el día del Señor está cerca”. Luego, el apóstol explica que el Día del
Señor aún no había llegado: “Nadie os engañe en ninguna manera;
porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste
el hombre de pecado, el hijo de perdición” (v. 3). Ya podemos ver
esa apostasía en el mundo de hoy, con respecto a la moralidad y a
las verdades. Incluso en el cristianismo está ocurriendo un desvío.
Las iglesias evangélicas se han acomodado a los nuevos “valores”,
inclinándose hacia la motivación y la auto ayuda, y preocupándose
muy poco por las verdades fundamentales de la Biblia.
Lo que Pablo dice en esa porción es que la venida pública del
Señor solo ocurrirá después de la aparición del anticristo, al final
de la gran tribulación. Sobre el anticristo, el “hombre de pecado”,
escribió: “El cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama
Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios
como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo
El misterio de la iniquidad (2)

estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que
lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste” (2 Ts 2:4-6).
No sabemos lo que lo detiene, porque Pablo no lo especificó en sus
cartas, pero afirmó que los tesalonicenses lo sabían. Y “a su debido
tiempo” se refiere a la gran tribulación.
Igualmente, el apóstol Pablo explicó que el misterio de la iniquidad
ya opera: “Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo
que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado
de en medio” (2 Ts 2:7). Existe algo misterioso, que nadie lo nota y
que está operando entre bastidores “hasta que él a su vez sea quitado
47
de en medio”. No sabemos “lo que lo detiene”, pero podemos tener
una idea. Algunos piensan que es la Biblia, pero eso es imposible. En
China, los comunistas quemaron y torturaron a los cristianos para que
entreguen sus Biblias; pero, aun así, no pudieron quitárselas. Hoy en día,
muchos ya tienen acceso a la Biblia digital. Otros dicen que es la iglesia,
pero ya vimos que la mayoría de los cristianos no será arrebatada; por
tanto, no es la iglesia.
Lo que realmente hace la diferencia es el efecto de la Palabra de
Dios, la credibilidad que las personas dan a la Palabra. Actualmente,
lo que restringe a la humanidad son los valores morales cristianos. Por
ejemplo, la constitución norteamericana está basada en la Biblia, pero
hoy se ha intentado cambiar eso. Ya no se ora en los colegios ni en
los eventos públicos. Existe un gran rechazo hacia la Palabra de Dios.
La Biblia ha perdido credibilidad entre los poderosos, los políticos, las
celebridades y las autoridades; parece que, mientras más poder poseen,
menos creen en la Biblia.
Veamos algunos versículos que tratan sobre el contexto de la venida
del Señor: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que
juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que
prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina” (2 Ti 4:1-3a). “Doctrina” significa
enseñanza. En el período cercano a la venida del Señor, las personas
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

no soportarán las enseñanzas saludables: la moralidad, la piedad, una


vida de amor, el temor y temblor delante de Dios. El versículo continúa:
“Sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme
a sus propias concupiscencias” (v. 3b). En ese tiempo, las personas
perderán la convicción personal y solo buscarán el hablar que les
agrada. Eso es lo que ocurre hoy en los medios, en el ámbito político y
empresarial. Las personas solo hablan de lo que saben que va a agradar,
independientemente de lo que creen. Todo es mentira y falsedad: “Y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (v. 4). La única
verdad absoluta es la Biblia, pero las personas se rehúsan a darle oídos a
la verdad, prefiriendo las fábulas. En el tiempo de Pablo ya había fábulas,
que hoy conocemos como “fake news” o noticias falsas o inventadas.
Actualmente, muchas de las mentiras dichas por las autoridades y
por los poderosos son tomadas como verdad. Por ese motivo, Pablo
advierte: “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de
48

evangelista, cumple tu ministerio” (v. 5).


Y también hace más exhortaciones: “Este testimonio es verdadero;
por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, no
atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se
apartan de la verdad” (Tit 1:13-14). La tendencia es que las personas
se envuelvan cada vez más con las fábulas y las noticias inventadas
para engañar al público. Hoy en día, quienes determinan las leyes son
hombres que se apartan de la verdad. Esa es la tendencia del tiempo del
fin; ese es el misterio de la iniquidad en acción.
Tales cosas pueden afectar a las iglesias, por eso Pablo le recomendó a
Timoteo a que reprendiera duramente al liderazgo de la iglesia en Efeso:
“Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para
que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten
atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas
más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora”
(1 Ti 1:3-4). Esos “algunos” son el liderazgo de las iglesias. Hoy tenemos
la palabra fundamental y la palabra profética, que es la palabra que el Señor
nos ha hablado. Vamos a valorar lo que el Señor nos ha dado en la iglesia.
No debemos prestar atención “a fábulas y genealogías interminables”, a
las “fake news”, “que acarrean disputas más bien que edificación de Dios
que es por fe”. La palabra “edificación” aquí es “economía”. La expresión
“economía de Dios” es muy especial porque el Señor fue quien nos la
reveló. Es el plan universal de Dios que Él mismo preparó para nosotros.
Estamos insertados en algo muy grande: ¡la economía de Dios!
Querido lector, no prestemos atención a “fábulas y genealogías
interminables”. Lo que necesitamos es tener una visión gobernante.
Hablemos la Palabra de Dios, porque llegará el día en que nadie más
buscará a Dios. Hoy aún existe cierto temor a Dios, y eso restringe a las
personas, pero llegará el día en que los valores morales desaparecerán
El misterio de la iniquidad (2)

totalmente y las personas ni siquiera oirán más a su propia conciencia.


Será en ese momento que el misterio de la iniquidad —el anticristo— se
manifestará. ¡Por eso necesitamos valorar más la Palabra de Dios!

Pregunta: En la actualidad, ¿qué cosas serían las fábulas y genealogías


interminables?

Mi punto clave:
49
SEMANA 3 – JUEVES
Lectura bíblica:
Ef 6:17; 2 Ts 2:3-4
Leer con oración:
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con
el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida
(2 Ts 2:8).

LA MANIFESTACIÓN DEL HOMBRE DE PECADO


El misterio de la iniquidad está relacionado con el “hombre de
pecado” (2 Ts 2:3), que todavía no aparece pero, entre los bastidores,
ya ha pavimentado el camino para su aparición. No todos los que
son infectados con el nuevo coronavirus tienen síntomas, sino que
permanecen siendo asintomáticos sin percibir que están contaminados.
No obstante, al entrar en contacto con alguien, ellos pueden transmitir el
virus. Del mismo modo, el virus de la iniquidad está en muchas personas
en todo el mundo. Debemos tener cuidado y vacunarnos con la Palabra
de Dios. La inmunización ocurre por la palabra de fe, esa fe objetiva que
Dios quiere infundir en nosotros.
En el Evangelio de Mateo está escrito: “Y por haberse multiplicado
la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt 24:12). El objetivo
principal del misterio de la iniquidad, que opera entre los bastidores,
es la mente de las personas. Hoy el medio que el enemigo usa para
atacar la mente de las personas es el internet; y para los más jóvenes,
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

usa los videojuegos. Es impresionante como los videojuegos


envuelven y controlan a las personas, quienes quedan presas y no
logran liberarse de ellos.
La palabra “iniquidad”, en griego, es anomia, que denota ausencia
de ley. Hoy en día, las leyes están siendo derribadas. Antiguamente, la
moralidad restringía a las personas, pero ahora todo está permitido, hay
una libertad total y no existen más las restricciones. Eso es la iniquidad.
En otro versículo, leemos: “Y entonces se manifestará aquel inicuo,
a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el
resplandor de su venida” (2 Ts 2:8). La palabra “destruir” quiere decir
anular. El “inicuo” es el “hombre de pecado” del versículo 3. No seguirá
ninguna ley, por eso es llamado “inicuo”. El prefijo “in” en “iniquidad”
quiere decir “sin”, es decir, sin equidad, sin ninguna ley. Él no se somete
a ninguna ley, por eso tendrá un poder ilimitado. Lo que restringe a las
personas es la ley. ¡Alguien que no está bajo ninguna ley tiene un gran
50
poder! Por eso los gobernantes corruptos son tan poderosos, porque
no siguen ninguna norma; por el contrario, usan su poder y pasan por
encima de cualquier ley. Él se opondrá y se levantará contra todo lo que
se llama Dios, al punto de sentarse en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios (2 Ts 2:4).
Volviendo a 2 Tesalonicenses 2:8, cuando el Señor se manifieste
en Su venida, al descender de las nubes con Su ejército, en la batalla
de Armagedón, Él matará al inicuo con Su Espíritu, con Su soplo.
Este “Espíritu” en griego es pneuma, que también es traducido como
“soplo”. Vamos a leer algunos versículos: “Perecen por el aliento
de Dios, y por el soplo de su ira son consumidos” (Job 4:9); “sino
que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los
mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con
el espíritu de sus labios matará al impío” (Is 11:4); “De su boca sale
una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá
con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del
Dios Todopoderoso” (Ap 19:15). De acuerdo con Efesios, vemos
que esa espada es la Palabra de Dios (Ef 6:17). Entonces leemos:
“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos
para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.
Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho
delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que
recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos
dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con
azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la
boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las
carnes de ellos” (Ap 19:19-21). Para ellos no habrá juicio, pues van
a inaugurar el lago de fuego.
El misterio de la iniquidad (2)

Pregunta: ¿Cómo podemos inmunizarnos contra el virus de la iniquidad?

Mi punto clave:
51
SEMANA 3 – VIERNES
Lectura bíblica:
Jn 8:44; 2 Ts 2:9
Leer con oración:
[Dios] quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al
conocimiento de la verdad (1 Ti 2:4).

EL AMOR DE LA VERDAD SALVA


Sobre la manifestación del hombre de pecado, el apóstol Pablo nos
revela: “Inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran
poder y señales y prodigios mentirosos” (2 Ts 2:9). Satanás le dará
poder al inicuo para que haga grandes señales. La mentira puede llevar
muy lejos a una persona. Hoy en día, es difícil sobrevivir en el medio
político sin mentiras. Alguien que asume una buena posición política al
comienzo puede incluso tener una buena intención, pero al final termina
involucrándose con mentiras. En el Evangelio de Juan, Jesús dijo que
Satanás —el diablo— es el padre de la mentira (8:44).
Satanás ha armado una operación para la aparición del inicuo: “Y el
dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad” (Ap 13:2b). En
este versículo, el dragón es Satanás, y la bestia es el anticristo. Lo que
Satanás no logró en su rebelión lo intentará conseguir en parte usando al
anticristo. Veamos algunos versículos más: “Y adoraron al dragón que
había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién
como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? [...] Y se le permitió
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad


sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación” (vs. 4, 7). Los que se queden
en la gran tribulación no lograrán vencer al anticristo, pues él tendrá
poder para matar a quien quiera.
Con relación al falso profeta, leemos: “También hace grandes señales,
de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante
de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales
que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los
moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida
de espada, y vivió” (Ap 13:13-14). Ahora, volvamos a hablar sobre
el anticristo: “Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y
causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá
a los fuertes y al pueblo de los santos” (Dn 8:24). Estos versículos nos
muestran el poder del anticristo, “mas no con fuerza propia”, porque
quien le da fuerza y poder es Satanás, el dragón.
52
Continuando con la lectura de 2 Tesalonicenses: “Y con todo engaño
de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor
de la verdad para ser salvos” (2:10). Un gran número de personas
seguirá al anticristo. Tales personas no recibieron el amor de la verdad
para ser salvas. Dios, hoy, está propagando Su palabra, y nosotros
somos los vehículos para eso. Muchos colportores dinámicos han ido
a las calles todos los días a sembrar millares de libros. Eso es “el amor
de la verdad”.
Querido lector, mientras estemos vivos, dejemos que Dios nos use.
Siempre que tengamos la oportunidad, propaguemos ese “amor de la
verdad” a nuestros familiares, vecinos y amigos. Aquellos que no sean
salvos en la era de la gracia serán juzgados en el gran trono blanco, y su
destino será el lago de fuego. Ellos son los que “no recibieron el amor
de la verdad para ser salvos”, no obstante, Dios quiere que todos sean
salvos (1 Ti 2:4).
Asimismo, están los que se pierden: “Porque la palabra de la cruz es
locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros,
es poder de Dios” (1 Co 1:18). Ellos oyen la palabra, la consideran una
locura y no la aceptan: “Porque para Dios somos grato olor de Cristo
en los que se salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor
de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas
cosas, ¿quién es suficiente?” (2 Co 2:15-16). En esta porción vemos
claramente que, cuando tenemos a Dios y estamos en el espíritu, nuestra
presencia define el destino de las personas: o las personas se salvan, o
se pierden. Por tanto, vamos a orar pidiendo que Dios nos dé el poder
del Espíritu Santo, para que, al abrir nuestra boca, las personas reciban
al Señor y seamos para ellas el grato olor de Cristo. Además: “Pero
si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está
El misterio de la iniquidad (2)

encubierto” (4:3). Oremos para que nuestro evangelio no esté encubierto,


que el Señor abra los ojos del corazón de las personas y que seamos para
ellas el aroma de vida para la vida, librándolas así de la perdición eterna.

Pregunta: ¿Cuál debe ser nuestro papel frente a la voluntad de Dios de salvar
a todas las personas?

Mi punto clave:
53
SEMANA 3 – SÁBADO
Lectura bíblica:
Ro 1:25, 32; Ef 1:4; 1 Ts 5:23; 1 P 5:10
Leer con oración:
Exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os
encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó
a su reino y gloria (1 Ts 2:11b-12).

DIOS NOS LLAMA PARA SU REINO Y GLORIA


Quien no recibe el amor de la verdad acarrea para sí mismo serias
consecuencias, conforme a lo que leemos: “Por esto Dios les envía un
poder engañoso, para que crean la mentira” (2 Ts 2:11). Este “poder
engañoso” enviado por Dios es algo que está dentro de tales personas, las
lleva a creer en la mentira. Es triste ver que, incluso en la iglesia, aún hay
hermanos que creen en mentiras.
Ciertamente estas palabras se refieren al tiempo de hoy: “Pero
el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada
la conciencia” (1 Ti 4:1-2). Apostatar de la fe es desviarse de la fe, de la
economía de Dios, de la palabra profética y de la palabra fundamental.
Por tanto, querido lector, cuide bien su conciencia y no deje que el
enemigo la cauterice. Cultive una conciencia sensible delante del Señor.
Prosiguiendo: “A fin de que sean condenados todos los que no creyeron a
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Ts 2:12). Muchos


no creen en la verdad, sino que cambian la verdad de Dios por la mentira
(Ro 1:25), y se complacen con los que practican la injusticia (v. 32).
La palabra de corrección de Pablo termina en el versículo 12. A partir
del versículo 13, habla una palabra de aliento y consuelo: “Pero nosotros
debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos
amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para
salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a
lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo” (2 Ts 2:13-14).
Este pasaje dice que Dios nos escogió desde el principio para
salvación. Amado lector, ¡este aliento también es para usted! Dios
lo escogió antes de la fundación del mundo (Ef 1:4). Antes de que
existiera, antes de que el tiempo fuera, Dios lo conoció y lo escogió.
Después, en el tiempo, Él lo llamó. Nunca deje que el enemigo lo
54
convenza de lo contrario. Hoy, Dios nos llama para Su reino y gloria
(1 Ts 2:12). Muchos cristianos esperan ir al cielo después de la muerte,
pero Dios no nos llamó para eso. El deseo de Dios es unirnos a Él
eternamente. Él nos llamó para Su gloria eterna (1 P 5:10). El concepto
divino no es llevarnos al cielo, no es llevarnos a ningún lugar, sino
más bien, nos quiere llevar hacia dentro de Su Persona misma.
A continuación, Pablo dice que la salvación es “mediante la santificación
por el Espíritu y la fe en la verdad” (2 Ts 2:13b). Primeramente viene la
fe en la verdad. Cuando oímos la palabra de Dios y creemos en ella, esta
palabra entra en nosotros. La palabra oída es la fe objetiva, que entra en
nuestro corazón, en nuestro espíritu, y llega a ser nuestra fe subjetiva.
Después, cuando esa fe entra en nosotros, ocurre una reacción, y somos
transformados. Esa transformación se llama la santificación por el
Espíritu. La santificación es el resultado del llenar de Dios con Su vida y
naturaleza. Al comienzo, nuestra fe subjetiva es pequeña pero, al recibir
cada vez más la palabra de Dios, ésta va creciendo, llena nuestro espíritu y
rebosa hacia nuestra alma, saturando nuestra mente, emoción y voluntad.
De esa manera alcanzaremos la plena filiación, cuando todo nuestro ser
—espíritu, alma y cuerpo— sea santificado por Dios (1 Ts 5:23). Ese es el
trabajo de la santificación, de la transformación del Espíritu.
En el versículo 14, Pablo usa la expresión “nuestro evangelio”: “A
lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo” (2 Ts 2). Ese evangelio es el evangelio de Pablo.
Eso quiere decir que tal evangelio formaba parte de su vida, era su vivir,
su persona, su testimonio. “Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros
en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en
plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por
amor de vosotros” (1 Ts 1:5). Y ese evangelio se convirtió en la palabra
El misterio de la iniquidad (2)

fundamental y la palabra profética para las iglesias. ¡Que ese evangelio


también llegue a ser “nuestro” evangelio!

Pregunta: ¿Cuáles son y cómo funcionan las dos etapas de la salvación en 2


Tesalonicenses 2?

Mi punto clave:
55
SEMANA 3 – DOMINGO
Lectura bíblica:
2 Co 1:21; Col 1:27
Leer con oración:
La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como
nosotros somos uno (Jn 17:22).

NUESTRO DESTINO: SER INTRODUCIDOS


EN LA GLORIA DE DIOS
Como ya dijimos anteriormente, nuestro destino no es ir al cielo, antes
bien, nuestro destino es Dios, conforme a lo que Pablo afirma: “A lo cual
os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro
Señor Jesucristo” (2 Ts 2:14). Pablo nos habla de alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo y, en el Evangelio de Juan, Jesús dijo que estaba
dando la gloria a los discípulos para que sean uno (Jn 17:22). Satanás
quiere dividirnos, quiere separar al marido de la esposa, a los padres de los
hijos, a los hermanos; no obstante, Dios quiere que seamos uno. Nosotros,
juntos, conectados con los apóstoles, estamos firmemente vinculados a
Cristo y así somos ungidos por Dios (2 Co 1:21).
Jesús oró para que seamos uno, así como Él y el Padre son uno
(Jn 17:22). En el versículo siguiente, el Señor continúa: “Yo en ellos,
y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo
conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como
también a mí me has amado” (v. 23). Dios nos invita a participar de
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

esa armoniosa unidad divina. ¡Esto es la gloria! Dios nos llama para
alcanzar la gloria, no para ir al cielo. Dios quiere algo más profundo,
que es introducirnos en Él.
Después de mostrarles el deseo de Dios a los tesalonicenses, Pablo
prosigue: “Por tanto, hermanos, manteneos firmes y conservad las
tradiciones que os hemos enseñado de palabra o por escrito” (2 Ts 2:15
- BLP). Él los anima a permanecer firmes y conservar las tradiciones,
es decir, las instrucciones que el Señor nos transmite a través de los
apóstoles, por la palabra hablada o escrita. Hoy, en nuestros libros,
tenemos muchas palabras e instrucciones que el Señor nos transmitió.
Son nuestras tradiciones en la vida de la iglesia. Un buen ejemplo es
invocar el nombre del Señor. Nunca dejemos esa preciosa práctica. En
nuestra vida física, también tenemos que seguir ciertas “tradiciones”,
como en el caso de la alimentación: desayuno, almuerzo y cena. Se
debe seguir ese orden. Es una tradición saludable para nuestro cuerpo.
56
En la vida de la iglesia, tenemos muchas tradiciones saludables,
como orar, leer-orar la Palabra e invocar el nombre del Señor. Vamos
a guardar esas tradiciones y permanecer firmes en ellas. Debemos
perseverar y nunca permitir que el enemigo nos quite el hábito de leer
la Biblia, de orar y de invocar el nombre del Señor.
En sus epístolas, Pablo siempre nos alienta a permanecer firmes:
“Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos”
(1 Co 16:13). Y también: “Así que, hermanos míos amados y
deseados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados”
(Fil 4:1). Muchos han sufrido por causa de la pandemia que nos
golpeó duramente, pero es el momento de permanecer firmes.
Vamos a atravesar este valle de sombra de muerte y llegar al otro
lado, porque nuestro Pastor está con nosotros.
Al seguir hablando sobre las tradiciones, leamos: “Finalmente,
hermanos, esto es lo que os mandamos en nombre de Jesucristo,
el Señor: que os mantengáis apartados de todo hermano que viva
ociosamente y no siga la tradición que ha recibido de nosotros”
(2 Ts 3:6 - BLP). Debemos apartarnos de cualquiera que nos intente
sacar del disfrute de la vida normal de la iglesia. Los corintios
alcanzaron buen testimonio delante de Pablo en lo que se refiere a
no modificar las tradiciones que él les enseñó: “Os felicito, porque
no hay cosa en la que no me tengáis presente y porque conserváis las
tradiciones tal como os las transmití” (1 Co 11:2 -BLP). Nosotros, en
la vida de la iglesia, tenemos nuestras tradiciones. Me refiero a las
buenas tradiciones, en la Palabra, en los himnos. Nosotros tenemos
nuestra identidad. Nuestros himnos, por ejemplo, tienen un contenido
maravilloso. No debemos avergonzarnos de ellos, sino proclamarlos y
cantarlos ejercitando y liberando el espíritu. En el fútbol, vemos que
El misterio de la iniquidad (2)

Brasil terminó perdiendo su identidad al intentar copiar lo que se hacía


en otros lugares. Hoy, a pesar de la tradición, el futbol brasileño perdió
la gracia. Nosotros no podemos perder nuestras tradiciones.
Prosiguiendo: “Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro
Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza
por gracia” (2 Ts 2:16). Gramaticalmente, la forma verbal correcta
debería ser en plural “amaron”, porque se refiere al Señor Jesucristo y
al Padre. No obstante, está escrito: “amó”, en singular. ¡Esto indica que
el Padre y el Hijo son uno! ¡Alabado sea el Señor! el Señor Jesucristo
y el Padre son uno en amarnos y en darnos consolación eterna y buena
57

esperanza por gracia.


La esperanza que Pablo menciona en ese versículo es la “esperanza
de gloria” (Col 1:27), la esperanza de la venida del Señor. Aquí, nos
habla también de la “consolación eterna”; es decir, del aliento eterno.
En ninguna otra epístola, Pablo usa ese término. Este es el aliento que
tenemos por poseer la vida eterna. La próxima vez que se desaliente,
recuerde que en su interior existe una vida eterna que crece cada día
más. Cuando Jesucristo vuelva, por un lado, Él vendrá de los cielos
pero, por otro, saldrá de usted. Por eso, observe lo que tiene en su
interior y no se desanime más.
Para terminar, leamos más palabras de aliento de los apóstoles:
“Conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra
y obra” (2 Ts 2:17). Una vez que seamos confirmados, no seremos
más conmovidos, sino que echaremos raíces, y el enemigo no
logrará derribarnos. Por último, leamos: “Pero fiel es el Señor, que
os confirmará y guardará del maligno” (3:3 lit.). ¡Querido lector,
crea, porque el Señor es fiel y lo confirmará y guardará del Maligno!
Además: “Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles
en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro
Señor Jesucristo con todos sus santos” (1 Ts 3:13). Y también: “Mas
el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo,
después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme [confirme], fortalezca y establezca” (1 P 5:10).
Espero que esta palabra nos anime a todos. Por un lado, el Señor nos
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

vacunó con relación al misterio de la iniquidad, mostrándonos quién


es el inicuo que aparecerá en algunos años más y cómo él, hoy, ya está
intentando contaminar a todo el mundo. Por otro lado, el Señor nos ha
salvado por medio del evangelio y quiere llevarnos a la gloria. ¡Que Él
nos consuele y nos anime a permanecer firmes hasta Su venida!

Pregunta: ¿Cuáles son las tradiciones que recibimos en la vida de la iglesia?

Mi punto clave:
58
SEMANA 4 – LUNES
Lectura bíblica:
2 Ts 2:1-8
Leer con oración:
Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra
reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover
fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu,
ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de
que el día del Señor está cerca (2 Ts 2:1-2).

¡LO IMPORTANTE ES PREPARARNOS!


El tema de esta semana es “La vacuna divina contra la iniquidad”.
El misterio de la iniquidad ya está operando en el mundo para preparar
la venida del anticristo, y está usando todo tipo de distracciones para
engañar y seducir a la humanidad. Sin embargo, nosotros, que amamos
la venida del Señor, no podemos permanecer pasivos contemplando
la propagación de la iniquidad; no podemos vacilar ni distraernos.
Por el contrario, nosotros debemos cooperar con el Señor, a fin de
que Su voluntad sea hecha. Necesitamos velar y orar. Necesitamos
vacunarnos contra el virus de la iniquidad y vacunar a los que están
a nuestro alrededor.
En 2 Tesalonicenses 2:2, Pablo nos exhorta a no ser conmovidos e
influenciados fácilmente, ni a quedar perturbados, asustados o tener
miedo, ya sea por un espíritu engañoso, por palabra o carta que informe
sobre la llegada del Día del Señor. Y continúa: “Nadie os engañe en
ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía,
y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se
La vacuna divina contra la iniquidad

opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto;


tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar
por Dios” (vs. 3-4). Aquí, la palabra ‘Apostasía’ significa ‘separación’,
indicando el desvío de las verdades bíblicas, el desvío de lo que la Biblia
nos enseña. Esto es lo que está ocurriendo en nuestros días. Cuando
venga la apostasía, aparecerá el hombre de pecado, el hijo de perdición,
el anticristo.
Actualmente, esa atmósfera de oposición ya existe en todo el mundo,
pues las personas se están levantando contra todo lo que se llama Dios.
Podemos discutir sobre cualquier cosa —fútbol, política, etc.—, pero
cuando hablamos de Dios, se nos impide. Podemos discutir libremente
sobre cosas que eran tabú en el pasado, pero cuando hablamos de Dios,
a nadie le interesa.
59
El apóstol prosigue: “¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con
vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de
que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio
de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su
vez sea quitado de en medio” (2 Ts 2:5-7). El misterio de la iniquidad está
operando intensamente. Es como la pandemia del Covid-19, que no está
presente en un solo país, sino que alcanzó a todo el mundo. No obstante,
apenas sea quitado algo, “entonces se manifestará aquel inicuo, a quien
el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor
de su venida” (v. 8). El anticristo aparecerá como la bestia en la mitad
de la última semana descrita en el libro de Daniel —los últimos siete
años—, en otras palabras, en los tres años y medio finales. Sin embargo,
será destruido por el Señor Jesús en la batalla de Armagedón, al final de
la gran tribulación.
Aquí me gustaría abrir un paréntesis. No pretendo definir lo que detiene
la aparición del inicuo, así como tampoco nadie puede definir el Día de
la venida del Señor. El versículo que leímos dice que “que hay quien al
presente lo detiene” (v. 7b). Algunos dicen que lo que lo detiene es el
Espíritu Santo; otros, que es la Biblia, y otros, la iglesia. Ya vimos en
detalles —en la lectura del domingo de la semana 2, y del miércoles, de la
semana 3— que no es ninguna de tales hipótesis, y lo que consideramos
que puede ser. No queremos discutir con nadie sobre esas suposiciones.
Es muy triste ver a grupos cristianos dividirse por causa de doctrinas.
Lo que queremos es prepararnos. La revelación que el Señor nos
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

dio sobre el reino de los cielos y sobre el galardón hace la diferencia,


pues abre toda la Biblia y soluciona todos los conflictos. Nosotros no
lo merecemos, pero el Señor nos dio esa llave. Por tanto, repito: ¡lo
importante es prepararnos!

Pregunta: ¿Qué debemos hacer hoy con respecto a la venida del Señor?

Mi punto clave:

Lectura de apoyo:
“Está usted preparado para el fin?” – cap. 1 – Ezra Ma.
“Ven, ahora, y yo te enviaré” – cap. 1 – Miguel Ma.
“Los grandes diamantes de la Biblia” – cap. 24 – Dong Yu Lan.
60
SEMANA 4 – MARTES
Lectura bíblica:
Ap 12:1-9, 13, 17; 13:1-2
Leer con oración:
Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las
naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono (Ap 12:5).

UNA PALABRA DE ALIENTO


Ya sabemos que hay algo que detiene el surgimiento del anticristo.
Pero, ¿qué podría ser eso? Como ya dijimos, no pretendemos definir
lo que es, pero podemos hacer algunas consideraciones adicionales:
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la
luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del
alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un
gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en
sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de
las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró
frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo
tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá
con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para
Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar
preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos
sesenta días” (Ap 12:1-6). En esta visión sabemos que la mujer es
la iglesia y el dragón es Satanás. La mujer que se quedó después del
arrebatamiento del hijo varón se refiere a la parte de la iglesia que no
estaba madura, que no estaba preparada para ser arrebatada, y que
La vacuna divina contra la iniquidad

huye al desierto, donde Dios le preparó un lugar para los tres años y
medio de la gran tribulación.
Continuemos con la lectura: “Después hubo una gran batalla en el
cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para
ellos en el cielo” (vs. 7-8). Después del arrebatamiento del hijo varón
—los vencedores—, ocurrió una batalla en los cielos. Inferimos que
ese hijo varón, al ser arrebatado, participa de esa batalla. Luego, el
dragón y sus ángeles, son derrotados y lanzados a la tierra. Además, el
versículo 13 relata: “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a
la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón”. Una
vez que el dragón y sus ángeles pierden el espacio de los aires, ya no
61
pueden reinar más. Antes de eso, ellos podían ir y venir, pero, después del
arrebatamiento del hijo varón, éstos pierden su lugar en el cielo —en los
lugares celestiales—, donde la potestad de las tinieblas reinaba por medio
de principados y potestades.
En este mismo capítulo, leemos: “Entonces el dragón se llenó de ira
contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia
de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio
de Jesús. Y él se puso de pie sobre la arena del mar” (Ap 12:17-18 lit.). El
resto son los judíos y los cristianos que estarán aquí en la tierra durante la
gran tribulación. El mar citado es el mar Mediterráneo, el mar de referencia
en escatología.
Siga bien la secuencia: la mujer estaba encinta, en otras palabras, la iglesia
está en la tierra produciendo a los vencedores —el hijo varón—, y el dragón
quiere devorarlos. Sin embargo, cuando el hijo varón nace, Dios lo arrebata
al tercer cielo, es decir, los vencedores son quitados de la tierra. ¡Aleluya!
Luego, tenemos la batalla en el cielo, y Satanás y sus ángeles son lanzados
a la tierra. El dragón airado persigue a la mujer, y Dios le da dos alas de
águila para que huya al desierto, donde será sustentada durante la gran
tribulación por tres años y medio.
Hay más revelaciones: “Y vi subir del mar una bestia que tenía siete
cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas,
un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus
pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

y su trono, y grande autoridad” (Ap 13:1-2). Esa bestia es el anticristo, el


inicuo, el hombre de pecado, el hijo de perdición. Él aparece después de que
el hijo varón es arrebatado.
Por tanto, es posible que aquello que detiene la aparición del anticristo,
sea la presencia de los vencedores hoy aquí en la tierra, porque ellos son los
que viven y sustentan la palabra —la ley— de Dios, que rige a los hombres.
Mientras los vencedores estén en la tierra, la ley de Dios, el factor restrictivo,
estará presente, y el anticristo no aparecerá. Por eso, continuemos firmes en
nuestra jornada, perseverando hasta el fin.

Pregunta: ¿Qué es lo que, posiblemente, detiene el surgimiento del anticristo?

Mi punto clave:
62
SEMANA 4 – MIÉRCOLES
Lectura bíblica:
Jn 3:16; 2 Ts 2:9-12
Leer con oración:
Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad,
allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos
profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible,
aun a los escogidos. Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes
(Mr 13:21-23).

EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD
En 2 Tesalonicenses, leemos: “Inicuo cuyo advenimiento es por obra
de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (2:9). El
inicuo es el anticristo y viene según la operación de Satanás “con gran
poder y señales”. Me preocupa que muchas personas corren buscando
milagros y no quieren saber nada sobre crecer en el Señor, tener una
vida de tomar la cruz en las tribulaciones, sufrir con Cristo; es decir,
no quieren saber sobre madurar en el Señor. Desean tener todo de
manera instantánea: la bendición, el dinero, la salud. Ellos piensan:
“Dios, haz un milagro, y todo se solucionará”. Querido lector, dese
cuenta de que tal actitud no nos hace crecer. Pablo le pidió a Dios
que le quitara una enfermedad de su cuerpo. Pese a ello, Dios no se
la quitó, sino que le dijo: “Bástate mi gracia” (2 Co 12:9). Eso quiere
decir que Pablo debía disfrutar más de Dios mismo y de Su gracia en
aquella situación y, con eso, él crecería más.
Prosigamos con la lectura: “Y con todo engaño de iniquidad para los
que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
La vacuna divina contra la iniquidad

salvos” (2 Ts 2:10). Esto nos muestra que los hombres no quisieron


recibir la verdad, la palabra de Dios. Él nos habla Su palabra porque
ama al hombre y le da la oportunidad de ser salvo. ¡Ese es el amor de
Dios! Leamos este versículo tan conocido: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn 3:16).
Dios quiere que los hombres oigan Su palabra y reciban el amor
de la palabra, el amor de la verdad para ser salvos. No obstante, por
no creer a la verdad que salva, “Dios les envía un poder engañoso,
para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos
los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia” (2 Ts 2:11-12).
63
El misterio de la iniquidad ya está operando, y todo se va a
consumar con la aparición del hombre de pecado, el anticristo.
Cuando el anticristo aparezca, todo el mundo lo verá, sin embargo,
hoy él está entre bastidores. Por eso es un misterio: nadie lo ve, pero
está en acción. El dragón presentado en Apocalipsis 12 representa a
Satanás, que ya está preparando al mundo para la venida de la bestia,
del anticristo.
Cuando tomamos la decisión de seguir al Señor, no tenemos otra
salida. Nuestra vida será atribulada, pues nuestra puerta es estrecha,
y nuestro camino angosto. ¡Sin embargo, éstos nos llevan a la vida!
¡Aleluya! Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la
perdición, y todos en el mundo lo siguen. Muchos anhelan tener una
vida y un camino fáciles. En cambio nosotros somos aquellos que están
comprometidos y enfocados. ¡Estamos comprometidos a prepararnos
a nosotros mismos y la iglesia para la segunda venida de Cristo!
El dragón está preparando al mundo para la venida de la bestia, para
la venida del anticristo. Y esa preparación ocurre en la esfera material.
El materialismo es cada vez más fuerte, y la búsqueda de los bienes
materiales, las riquezas, los vehículos, los celulares, la ropa, etc., ha
sido cada vez más intensa. Además, la preparación que el dragón —
Satanás— está haciendo en el mundo también es psicológica. Él está
cambiando la mente de las personas y pavimentando el camino para
la venida del anticristo. Yo diría que las personas del mundo hoy están
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

como hipnotizadas, y eso se va a agravar cada vez más.


Mire la situación a su alrededor. Las personas están como hechizadas,
anestesiadas, como si fueran zombies, con las mentes totalmente
controladas. ¿Qué es una persona anestesiada? Es una persona que
está viva, pero que no siente nada. Las personas de hoy tienen la
conciencia anestesiada, entonces no sienten más amor por las otras.
Solo buscan su interés personal, mostrando su egoísmo. Que el Señor
nos libre de esa condición y seamos despertados. No queremos ser
anestesiados por la artimaña del enemigo de Dios.

Pregunta: ¿Cómo Satanás está preparando la venida del anticristo?

Mi punto clave:
64
SEMANA 4 – JUEVES
Lectura bíblica:
Lc 21:34-36; Ro 13:13; Ef 5:18
Leer con oración:
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se
carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y
venga de repente sobre vosotros aquel día (Lc 21:34).

¡CUIDADO CON EL CORAZÓN!


Ayer vimos que la estrategia de Satanás es anestesiar la conciencia
de las personas, a fin de prepararlas para el dominio del anticristo.
Vamos a tener cuidado con eso, conforme a las palabras de
advertencia de Jesús, registradas en el Evangelio de Lucas: “Mirad
también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen
de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga
de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá
sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues,
en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de
todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del
Hombre” (21:34-36).
Veamos que, en el versículo 34, hay una palabra específica de cautela:
“que vuestros corazones no se carguen”. Aquí, el “corazón” se refiere
a nuestra parte psicológica, que incluye la conciencia —una de las
partes de nuestro espíritu— más las tres partes de nuestra alma: mente,
emoción y voluntad. Por tanto, lo que el enemigo hace es sobrecargar
nuestro corazón con bombardeos directos, intentando desgastarnos.
Además de bombardear nuestra mente y nuestra emoción, él también
La vacuna divina contra la iniquidad

ataca nuestra voluntad, para que sea débil y no pueda tomar decisiones.
Esa es la forma como el diablo actúa para robar nuestras convicciones.
El Señor Jesús nos advierte a tener cuidado para que nuestro corazón
no se cargue con las consecuencias de la glotonería y la embriaguez,
y de los afanes de esta vida. El apóstol Pablo nos advierte a andar
como es digno, no en orgías ni borracheras (Ro 13:13). Andar en
orgías y borracheras es andar sin restricciones, sin límites, rechazando
la conciencia. En el mundo de hoy, presenciamos la orgía económica,
la orgía del poder, la orgía del pecado, sin ninguna restricción.
Dios y Su Palabra son la restricción para tales cosas. Es por eso
que la mayoría de las personas hoy no busca a Dios ni quiere el
encabezamiento de Cristo. Las consecuencias de la orgía son como los
65
anestésicos y llevan a la intoxicación; por esa razón la humanidad está
perdiendo los sentidos del olfato, de la visión, de la audición, del tacto
y del gusto espirituales. A pesar de que el mundo no hay más límites,
en la iglesia no es así. Es por eso que no somos muy populares. Hay
algo que nos caracteriza: una vida santa. Lamentablemente, el valor de
la santidad se está perdiendo incluso hasta entre los cristianos.
Queremos buscar la santidad, porque Dios es santo. En el versículo
citado, la palabra ‘borrachera’ denota ‘intoxicación’. Lo que usted lee,
lo que usted ve, lo que usted oye en todo el mundo, especialmente a
través de los medios, es una “bebida” que intoxica su mente, intoxica
su emoción, intoxica su voluntad. ¡Eso es el misterio de la iniquidad!
Esa es la preparación que el enemigo está tramando, porque, de otra
manera, el anticristo no puede aparecer. Tal preparación que se está
haciendo es para que no haya resistencia cuando el anticristo aparezca.
Además, hablando sobre la borrachera del mundo, nuevamente se
nos advierte a no embriagarnos con vino, que simboliza el placer de
este mundo, ¡sino llenarnos del Espíritu (Ef 5:18), invocando el nombre
del Señor, leyendo Su palabra y practicando la palabra profética!
En el idioma original griego, el término traducido como
‘embriaguez’ (Lc 21:34) es la palabra kraipale, que significa ‘mareo
y dolor de cabeza causados por el exceso de vino’, en otras palabras,
resaca. El mundo hoy está embriagado, intoxicado, anestesiado,
hechizado, hipnotizado. Una persona hipnotizada está en un estado
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

de trance. Aparentemente ella es la que actúa pero, en realidad, hay


otro que la controla.
Querido lector, para conservar nuestro corazón saludable hasta la
venida del Señor, aprendamos a someternos a las restricciones que
Dios y Su Palabra nos traen. Busquemos el encabezamiento de Cristo,
para no ser sorprendidos y valoremos la santidad, contando con la
aprobación de Dios, siendo llenos del Espíritu.

Pregunta: ¿Cuáles son los riesgos de tener un corazón cargado con las cosas
del mundo?

Mi punto clave:
66
SEMANA 4 – VIERNES
Lectura bíblica:
Lc 21:35-36
Leer con oración:
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante
del Hijo del Hombre (Lc 21:36).

USAR EL INTERNET PARA PROPAGAR EL REINO DE DIOS


El asunto de las adicciones aún es muy recurrente hoy en día. Quien
tiene familiares o amigos con adicciones sabe cuán difícil es liberarse
de esa condición. Conocemos a muchas personas con ese problema y
hemos orado y hecho todo lo posible para ayudarlas. Gracias al Señor,
muchos fueron liberados; otros aún enfrentan dificultades.
No obstante, hoy existe algo que tal vez sea peor que la adicción a
las drogas: la adicción virtual. Ese es el vicio del internet, considerado
positivo por algunos, pero que, en realidad, no lo es.
Recientemente, vi el video de una madre y su hija que embarcaron
en un avión. Cuando se dio el aviso de apagar los celulares porque el
avión iba a despegar, la madre tomó el celular de la hija adolescente
y lo apagó. Por ese motivo, la hija causó un gran escándalo. Hoy en
día, los jóvenes, los adolescentes y los niños no pueden vivir más sin
el celular. Se ha convertido en una dependencia. Si alguien les quita
el celular, ellos no pueden vivir más, pierden el sentido de la vida.
Esa dependencia funciona como la adicción, pero nadie lo considera
como una droga, sino como una influencia positiva de la tecnología
actual.
La vacuna divina contra la iniquidad

El mundo de hoy perdió la sobriedad y la lucidez; la mente de las


personas está siendo controlada por los medios. Las fake news se
propagan seis veces más rápido que cualquier otra noticia positiva.
El documental “El dilema de las redes” muestra que, por detrás de
las redes sociales, existe el objetivo de controlar la mente, con el
propósito de formar una opinión en usted y controlarlo de manera
virtual y remota. El enemigo está usando eso, y esa será, ciertamente,
una gran herramienta del anticristo, contaminando a todo el mundo,
especialmente a los jóvenes.
¿Usted tiene idea de lo que significan las siglas ‘WWW’, utilizadas
en los sitios de internet? En inglés significa ‘World Wide Web’. ‘World’
es ‘mundo”, ‘wide’ tiene que ver con el alcance, y ‘web’ es ‘red’. Por
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tanto, ‘WWW’ se refiere a una red mundial, como una “telaraña” para
atrapar insectos. Todos ya han sido “atrapados” por esa “telaraña” que
el enemigo usa para corromper a las personas.
Eso no quiere decir que no debemos usar el internet, pero sí que
debemos tener mucho cuidado al usarlo. Por ejemplo, el internet nos es
útil para escuchar la palabra de Dios. Al igual que el dinero, podemos
usarlo, pero siempre con cautela. El sistema financiero es del mundo
pero, cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, Él también usó el dinero.
Pablo y los demás apóstoles también recibían ofrendas. Por tanto,
nosotros podemos usar el dinero, pero sabiendo que el amor al dinero es
la raíz de todos los males y que no podemos dejar que nuestro corazón
sea conquistado por él. De la misma manera, podemos usar el internet,
pero sin dejar que domine nuestro corazón.
Es importante que entendamos la diferencia entre el internet y la
red WWW. Internet es una red que se conecta con las computadoras
de todo el mundo, es una estructura física por la cual se transfieren
millones de terabytes de datos entre los servidores y las computadoras,
los smartphones y los dispositivos semejantes. Por ejemplo, su
smartphone está conectado con el internet y, en su computadora,
usted puede ver un video. Hoy en día, las tablets, las consolas e
incluso los televisores son smart —con acceso a internet y a soporte
de aplicaciones—. Por tanto, en el internet, en esa red de aparatos
conectados, fluyen millones de terabytes, y los datos fluyen de un
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

aparato a otro. Si queremos enviar un mensaje de nuestro smartphone


a otro, podemos hacerlo porque los aparatos están conectados entre sí.
Esa conexión es el internet.
Conforme a lo que vimos, el World Wide Web es la red mundial, un
camino, una herramienta que le permite acceder al contenido transferido
por el internet. Así que, en el internet existen los datos que fluyen de un
aparato hasta otro, pero, para acceder a ese contenido, es necesario que
haya un navegador, y el World Wide Web es la herramienta utilizada con
ese navegador. Por tanto, la web es el conjunto de contenidos que llega
hasta su navegador vía internet. Sin el navegador, usted no tiene acceso.
Usted puede incluso estar conectado a internet, pero sin el navegador no
logrará acceder al contenido. Esa es la parte que usted logra ver, sentir
y oír. Esa es la parte palpable de esa experiencia. ¿Cómo hacemos eso?
Al hacer un click en un link e interactuamos con el contenido de sitios
ofrecidos en la web. Eso se llama navegar. Entonces, internet es una red
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física, que se conecta con todos los aparatos y computadoras; otra cosa
es que usted tenga acceso a la información.
Aplicando eso a nuestra realidad espiritual, nos encontramos con
algo aterrador: la web puede ser vista como los tentáculos del sistema
cósmico mundial que controla hoy a las personas. Hay personas por
detrás de ese sistema, usando el internet, usando el medio para controlar
la mente de las personas, formar opiniones e influenciarlas. Cuando el
anticristo aparezca, esas personas serán presas fáciles y el control será
mental y psicológico. Eso no significa que debamos deshacernos de
nuestros aparatos, pero sí que debemos estar concientes de eso y usar
esta herramienta para propagar el evangelio. El enemigo quiere usar la
web, quiere usar el internet para propagar su influencia. No obstante,
nosotros podemos usarla para propagar el evangelio.
Los romanos abrieron muchas carreteras durante el Imperio Romano y
también construyeron muchas naves para ayudar al comercio. Pablo usó
esas carreteras y esas naves para predicar el evangelio. Gracias a Dios,
por causa de esas carreteras y de las naves que había en el Mediterráneo,
el evangelio transitó rápidamente y alcanzó otros países.
Querido lector, lo exhorto nuevamente: no deje que su corazón se
cargue, no se deje intoxicar, no se deje anestesiar, no se deje hechizar,
no se deje hipnotizar, no se vuelva un dependiente virtual ni tenga
ninguna dependencia. La única dependencia que nosotros queremos es
la dependencia del Señor Jesús, y es por eso que invocamos Su nombre.
Esa red, ese lazo, va a caer sobre todo el mundo: “Porque como un
lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de
escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante
La vacuna divina contra la iniquidad

del Hijo del Hombre” (Lc 21:35-36). ¿Qué significa ‘escapar’? Aquí,
‘escapar’ es ser arrebatado, es ser un vencedor. Escapar de todas esas
cosas significa escapar de la gran tribulación. Vamos a usar la web para
propagar el contenido del evangelio y huir del lazo que el enemigo está
armando por medio de ella.

Pregunta: ¿Cómo puede utilizar el internet para propagar el reino de Dios?

Mi punto clave:
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SEMANA 4 – SÁBADO
Lectura bíblica:
Gn 19:1-26; Mt 24:13; Lc 17:26-32; Ap 14:1, 4b
Leer con oración:
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra (Col 3:1-2).

¿DÓNDE ESTÁN SUS RAÍCES?


Ayer vimos que debemos tener cuidado con la “telaraña” que ha
sido lanzada por toda la tierra, es decir, debemos tener cuidado con
la influencia maligna que viene por medio de la web. Debemos estar
libres de esa influencia para poder estar de pie delante del Hijo del
Hombre (Lc 21:35-36). Eso es lo que registra el siguiente versículo:
“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de
Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él
y el de su Padre escrito en la frente” (Ap 14:1). Estos ciento cuarenta
y cuatro mil que estaban de pie delante del Hijo del Hombre “fueron
redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el
Cordero” (v. 4b). Por tanto, debemos velar en todo tiempo, orando,
porque no sabemos cuándo el Señor volverá. Preparémonos para Su
venida y no nos quedemos discutiendo sobre doctrinas.
Leamos este pasaje: “Como fue en los días de Noé, así también será
en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se
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daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino


el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo como sucedió en los días
de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban;
mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre,
y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre
se manifieste. En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en
casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no
vuelva atrás” (Lc 17:26-31). Aquí, en Lucas, leemos una descripción
adicional con relación a Mateo 24. En Mateo, leemos solamente sobre
los días de Noé, pero, en Lucas, también se habla sobre los días de Lot.
Este pasaje de Lucas expone las raíces que nos atan a este mundo.
Por causa de esas raíces podemos perder el arrebatamiento. ¿Qué lo
ata hoy aquí a la tierra? El pasaje relata la venida del Señor y advierte
que, cuando llegue ese día, nadie debe volver a su casa para tomar sus
bienes. Por eso, le pregunto, amado lector: ¿Dónde está su corazón?
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¿Usted está atado a alguna cosa? Si el Señor volviera hoy, ¿estaría
libre de todos los lazos, de todas las ataduras, de cualquier cosa que
intente atarlo aquí? Querido lector, una manera de prepararnos es saber
lo que nos ata. ¿Tiene raíces, tiene cosas que lo atan? ¡El Señor quiere
liberarlo! Esa es la verdadera liberación: ¡la liberación de las cosas
terrenales! Es por eso que Pablo dijo: “Buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col 3:1b-2).
En el evangelio de Lucas, Jesús nos advierte sobre un peligro más:
“Acordaos de la mujer de Lot” (17:32). ¿Qué ocurrió con la mujer de
Lot? En Génesis está registrada esta historia (19:1-26). Allí leemos
que dos ángeles llegaron a Sodoma y le dijeron a la familia de Lot que
Dios destruiría aquel lugar. Lot, su esposa, sus dos hijas y sus novios
estaban allí. Dios quería salvarlos a todos, pero ellos se demoraron en
salir de la ciudad. Finalmente, los ángeles los tomaron de las manos y
les ordenaron que huyeran a los montes sin mirar atrás.
Después de su salida, la ciudad fue juzgada, y descendió fuego del
cielo. Hubo un gran estruendo y, cuando lo oyeron, Lot y sus hijas
continuaron corriendo, pero la mujer de Lot miró atrás y se convirtió
en una estatua de sal. Físicamente, podemos decir que ella escapó, su
cuerpo no fue quemado, pero su corazón se quedó en Sodoma. Ella
no se había desarraigado, no salió realmente de allí. Por mantener
sus raíces en Sodoma, no escapó. Espiritualmente, ella murió, se
convirtió en una estatua de sal, porque no perseveró hasta el fin. Es
por eso que la Biblia dice que aquel que persevere hasta el fin será
salvo (Mt 24:13). Todo lo que hemos visto hasta ahora es para mostrar
La vacuna divina contra la iniquidad

el mundo contaminado de hoy. El virus de la iniquidad anda suelto,


contaminando a todo el mundo e incluso a la iglesia. ¡Tengamos
cuidado, tomemos todas las precauciones y velemos!

Pregunta: ¿Qué lo ata aún a esta tierra?

Mi punto clave:
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SEMANA 4 – DOMINGO
Lectura bíblica:
1 Ti 2:4; He 2:3
Leer con oración:
Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el
Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les
dijo: Recibid el Espíritu Santo (Jn 20:21-22).

LA VACUNA DIVINA
Inmediatamente después de la caída del hombre, Dios le prometió
una “vacuna”, que vino con la encarnación de Cristo. Esa vacuna fue
probada en la humanidad de Jesús, en Su vivir humano. Él pasó por
todas las pruebas sin pecado. La prueba final fue la muerte. Gracias a
Dios, porque después de tres días ¡Él resucitó! ¡Él fue aprobado por
Dios! ¡La vacuna fue aprobada! La noche del día de Su resurrección,
Él aplicó la “primera dosis” de tal vacuna a Sus discípulos (Jn 20:22b).
Las vacunas humanas conocidas han tomado de 4 a 140 años en ser
producidas. No obstante, la vacuna que Dios proveyó, tomó cuatro
mil años para ser preparada, desde Adán hasta Cristo. Esta vacuna
es gratuita. ¡Cuando creemos en el Señor Jesús, somos vacunados!
Hoy nuestra responsabilidad es salir por este mundo infectado, como
un ejército para vacunar a las personas con la vacuna del Espíritu y
de la Palabra.
Hebreos 2:3a dice: “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos
La vacuna divina contra el virus de la iniquidad

una salvación tan grande?”. Debemos valorar lo que Dios hizo por
nosotros. No seamos descuidados con tal salvación; de lo contrario,
no escaparemos del juicio de Dios. ¡Esa vacuna hoy está disponible
en cualquier lugar y en cualquier momento! Cada vez que invocamos
el nombre del Señor, recibimos una dosis de esta vacuna. Todas las
personas necesitan de esta vacuna. Dios desea que todos los hombres
sean salvos (1 Ti 2:4). Salgamos pues como un ejército para vacunar
en masa a la población con la vacuna de la Palabra y del Espíritu.

Pregunta: ¿Por qué la vacuna divina es eficaz contra la pandemia de la


iniquidad, y cuál es nuestra responsabilidad hoy?

Mi punto clave:
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