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UNIVERSIDAD NACIONAL

AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE
PSICOLOGÍA

PRÁCTICAS DE PSICOBIOLOGÍA

Tamayo López Diana

Reflexión sobre violencia de género

En todos los lugares del mundo se ha ejercido una violencia sistemática sobre la mitad de
la población, las mujeres, el origen histórico de la posición subalterna de la mujer, está en
el paso de las sociedades primitivas nómadas, tribales, comunitarias a la sedentarización.
Con el descubrimiento de la agricultura el hombre comenzó permanecer en un solo sitio,
poseyó una tierra qué cultivar, unos animales que criar y ya no le convino que la
descendencia fuera de la tribu o la horda, debía asegurarse que sus hijos fueran de él
para poder heredarles lo acumulado en la vida. Así, la mujer se convirtió en receptáculo y
salvaguarda de la progenie y de la familia, lo que conllevo la pérdida de su
autodeterminación. Hace algunas décadas, se ha tratado de visibilizar esta problemática,
por parte de las mujeres de diferentes países que desde esos momentos se había
minimizado y pasado por alto, como parte de esta visibilización se encuentra la primera
petición de voto para las mujeres presentada al Parlamento Británico en agosto de 1832,
en Inglaterra, pero fue hasta 1903, cuando, cansadas de que no se les hiciera caso,
pasaron a la lucha directa, así que desde este punto, vemos como la lucha social se ve
expuesta como resultado de querer pasar por alto sus peticiones. Esto no es tan
sorprendente si recordamos de la historia había sido escrita por hombres por y para su
beneficio, así que en el la historia que ellos habían creado no había espacio para
reclamos o cuestionamientos hacia su poder.

Las circunstancias que se vivieron a partir del paro en la facultad de psicología el 5 de


febrero del 2020, por las Mujeres Organizadas pertenecientes de la fac. por motivo de la
violencia de género, en este caso al femenino (debe entenderse por violencia contra la
mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado) y la falta de solución de las autoridades universitarias ante las denuncias, son
otro claro ejemplo del querer alzar la voz, después de años en silencio

Este silencio se refleja en los diferentes hechos que pasaban desapercibidos dentro de la
facultad, como el acoso “discreto” por parte de algunos maestros vistos como cátedras, y
que precisamente esta imagen que les ha dado la facultad, es la que de algún modo
amenazaba a las alumnas a quedar expuestas socialmente, sin ninguna consecuencia
hacia los agresores, así como en la vida en general existen hombres que se adjudican
diversas etiquetas que le proporcionan jerarquía o superioridad, y las utilizan a modo de
ejercer poder sobre las mujeres, al silenciarlas impregnándolas de miedo. Incluso al
persuadirlas de que su palabra será ignorada, como se ha hecho a la largo de la historia.

El papel que juega el patriarcado es crucial para poder adentrarnos a esta toma de
consciencia de las desigualdades que existen por motivo de género y que a la vez penetra
la psiquis social Lerner (1990) definió el patriarcado como la manifestación e
institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niñas, así como la
extensión de dicho dominio sobre las mujeres en general. Así, el patriarcado se constituye
como un orden social de poder que se basa en la dominación masculina y que asegura la
supremacía de los hombres sobre lo femenino, actualmente lo más evidente del dominio
es a nivel económico e intelectual.

Las diferentes formas de violencia de género se han trasladado a las redes sociales,
especialmente en el caso de la juventud como población usuaria, en el que la gratuidad,
facilidad de acceso, anonimato, dificultad de rastreo, diversificación en las formas de
acoso y sensación de falta de control para la víctima constituyen elementos determinantes
para los potenciales acosadores o agresores. Una encuesta de la UE afirma que el 11%
de las mujeres ha sufrido ciberacoso, ya sea en forma de mensajes amenazadores,
coacciones, insultos, exhibir o compartir fotos intimas u otros confirma como el patriarcado
utiliza diferentes medios para seguir ejerciendo la violencia dentro de todo lugar donde
haya mujeres. En la actualidad donde la pandemia por el Covid-19 ha hecho que se
aumente el uso de redes sociales, como reemplazo de la interacción social a las que se
nos ha limitado, también ha hecho crecer las denuncias a agresores psicológicos o
sexuales, por parte de diferentes mujeres de todos los sectores económicos, las cuales
estaban silenciadas por miedo, impuesto por la sociedad patriarcal y diferentes
instituciones que promueven estas conductas normalizadas, como la iglesia, escuela,
áreas de trabajo, institutos e investigación científica e incluso desde las familias y la vida
en pareja.

La familia es y sigue siendo en nuestros días, un agente activo dentro de la sociedad, la


cual se encarga de reproducir y minimizar actitudes mal vistas socialmente, ya sea de
manera activa, consciente y amorosa al hacerlo para que los hijos sean aceptados en el
entorno, o bien pasiva, inconsciente y que repitan lo que se les ha traspasado a través de
generaciones, estimulando e inhibiendo las mismas conductas. Así que al ser penetrado
desde pequeños, por creencias que nos bombardean todo el tiempo del modo en que un
hombre y una mujer deban comportarse ya sea explícitamente (con palabras) o
implícitamente (con los actos de las figuras femeninas y masculinas dentro de su familia)
se crea un esquema normalizado de ambos géneros, el cual es base para nietro
comportamiento y que de algún modo atan nuestra autenticidad y necesidades a
conceptos que no hemos creado nosotros conscientemente ni hemos elegido. Y desde
esta base construida en torno a, es el modo en como atraeremos a nuestras parejas, así
que una familia donde se perpetua el machismo, no solo incluye a esa familia, sino a la
familia de todos los pertenecientes a ella.

Este tipo de paros activos, son agentes de cambio estemos involucrados en ello o no, por
el hecho de que estudiantes sin relación o consciencia de estas conductas habitualizadas
nos hace replantear los vínculos y la manera en estamos sosteniendo ya sea como
mujeres u hombres ya sea activa o pasivamente, estas desigualdades e injusticias que
promueven y se vuelven círculos viciosos, donde nos permite tomar un espacio para
cuestionar ¿qué papel tengo en este círculo de violencia? ¿cómo participo en ello? Así
como el cuestionamiento de estas estructuras establecidas que también conforman este
sistema que reprime a la mujer. Desde lo interno con nosotras mismas, como es que el
patriarcado nos penetra de alguna u otra forma, y se extiende esta reflexión a todo con lo
que nos relacionamos. Y el poder replantear esta idea: “la transformación de la
masculinidad hegemónica y complaciente de los hombres no responde a una esencia
natural de lo masculino, sino a un vínculo cultural tradicional entre masculinidad y poder”.

Bibliografia:

 Patricia Fernández Montaño, Beatriz Esteban Ramiro. (2003). Violencias


de género en redes sociales: Aproximación al fenómeno desde el discurso
de la población joven castellano-manchega. . Madrid, España. : UCLM.

 Israel Viana. (2020). Así trató la prensa del siglo XIX las primeras huelgas
feministas: «Que vengan las tres empleadas más feas». 7 junio 2020, de
ABC historia Sitio web: https://www.abc.es/historia/abci-primeras-
huelgas-mujeres-prensa-siglo-vengan-despacho-tres-mas-feas-
201803081230_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F

 Artenira da Silva e Silva, Almudena García-Manso, Gabriella Sousa da


Silva Barbosa. (24/02/2018.). Una revisión histórica de las violencias
contra mujeres. Direito e prais, 10, 170-197.

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