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a Tos 3s Ps BOS ag Wl is Cap! Introducci6n: Derecho a la cludad Primera parte La ciudad fragmentada [Dos formas de urbanizacién: convencional y esponténea ‘dUgualdad en el acceso ala ciudad? La cludad legal y la ciudad ilegal La periferia de la gran ciudad: un espacio de contrastes ElArea Metropolitana de Buenos Aires Elproblema habitacional en Argentina ‘Segunda parte Lavivienda adecuada como derecho hurnano Lanocién de vivienda adecuada Para hacer cumplir.. Qué mas dice el PIDESC? Qué es una vivienda urbana? ELhabitat informal los problemas a resolver +. Inseguridad de la tenencia y riesgo de desalojo Términos que confunden... propiedad, posesién, tenencla Términos que confunden.... dominio. privado, dominio pabtico ELPIDESC habla de los desalojos forzosos Las leyes argentinas protegen ta propiedad privada y castigan las tomas de tierrasy viviendas desocupadas 2.Inseguridad deta tenencia: engafios,fraudesy clientelismo politico Lapelea porla seguridad de la tenencia ya regularizacién ddelas ocupaciones convertidas en barrios, 3. Distancias y diffcultades para el acceso a la ciudad 4 Insuficiencia en la prestacién de servicios piblicos 5. Problemas de salud ligados a las malas condiciones ambientales Qué derechos? éPara qué humanos? 6. Precariedad de las viviendas 7-La vida en hoteles, pensiones e inquilinatos 8. Estigmatizacién de los habitantes de tos barrios populares Los diarios... énos informan? ElEstado ante el déficit de vivienda Cérdoba, programa “Mii casa, mi vida”: mucho slogan, poco derecho ‘Mas que de urbanizar, nos gusta hablar de integrar 7 Quién incurre en la ilegalidad? ZQuién esté incumpliendo normas? Las mujeres y el derecho ala ciudad Rebeldia con alegria Tercera parte Organizarnos para peticionar, protestar, cambiar las cosas Para pensar y actuar... Acerca del cambio social urbano Elderecho a la ciudad... una lucha de todos Declaraci6n por la Reforma Urbana en Argentina Colombia: La Ley de Desarrollo Territorial Brasil: el Estatuto de las Ciudades La Carta Mundial por el Derecho a la Ciuda plural y abierto Los especialistas tun proceso YT MCMC eG) Este capftulo del Manual de Derechos Humanos para organizaciones sociales esta centrado en el derecho a la ciudad. Lo hemos organizado en tres, partes, de manera tal de facilitar falectura y abordar la problematica desde distintas dimensiones: en la primera parte proponemos una mirada general sobre la produccién de la cludad en la sociedad capitalista, las caracterfsticas de los procesos de produccién de grandes ciudades en Latinoamérica ¥, en particular, en Argentina; en la segunda parte nos detenemos en los problemas que enfrentan los sectores sociales urbanos que se ven privados del derecho a la cludad en su vida cotidlana e intentamos aportar algunas herramientas que -en el marco de la lucha politica por el. cambio social- podrén servir para ayudar en la pelea por su cumplimiento; por Gitimo, nos animamos a pensar formas de cambiar lo dado, a través de la reflexi6n sobre experiencias de organizaclén y lucha por el derecho a la ciudad llevadas adelante por organizaciones sociales de nuestro pals y de otros pafses. Primera Parte El derecho a la cludad La ciudad fragmentada En esta primera parte nos Interesa teflexionar acerca de algunas cuestlones béslcas sobre la cludad, que nos llevardn luego a centramos en las probleméticas espectficas del acceso a la tierra y la vivienda. Hemos recurrido a diversos autores que nos Invitan @ pensar tas sigulentes preguntas: 2qué es una cludad?, équiénes y de qué manera la producen?, por qué las cludades no son todas iguales y en su interlor se encuentran sectores socialmente diferenciados?, épor qué el acceso a los servicios habitacionales no es igualitarlo para todos los habitantes Decimos que la cludad es un producto social porque es produclda dlarlamente 4 partir del trabajo de diversos actores sociales. Sus calles, barrios, viviendas, ‘equipamientos, Infraestructuras y éreas de esparcimiento son al producto del trabajo humano organizado en el seno de cada sociedad en cada momento hist6rico. La ubleacién de cada uno de estos objetos en la trama urbana, es decir, dentro de la cludad, también es lun producto histérico. El derecho a la ciudad Podemos identificar tres actores principales en la produccién de la ciudad capitalista: Los actores privados: propietarios de terrenos, promatores inmobiliarios, ‘empresas constructoras, empresas de servicios pdblicos. Estosactoreslotean terrenos, construyen casas, extienden servicios, que luego serdn ofertados en el mercado. La l6gica que gufa sus acciones es la l6gica capitalista, es decir, van a intentar obtener la mayor ganancia de la actividad que realizan, querrén vender al precio més alto posible el bien que han producido el servicio que brindan porque son actores. que producen “mercanctas”. Su oferta esté orientada hacia los sectores sociales con capacidad de ahorro o de acceso al crédito para la adquisicion directa de estos servicios habitacionales; y llamamos “demanda solvente” a los sectores sociales que logran satisfacer sus necesidades de vivienda y servicios a través de la compra en el mercado. Las familias 0 grupos organizados de personas que, siendo excluides de los circultos formales de provisién de servicios habitacionales, participan en procesos deautoproduccléndesusviviendasyde tos barrios que habitan, utilizando para ello su propia fuerza de trabajo. Estos procesos estan guiados por el objetivo de satisfacer necesidades “un lugar para vivir en la ciudad, una vivienda provista de servicios, accesibilidad a los medios de transporte, etcétera”, y ante la Imposibilidad de hacerse de dicho espacio comprando en el mercado. Lo producido -la vivienda, el barrio con servicios: es concebido inicialmente ‘como valor de uso, un bien que es creado para necesidades propias, no para ser transado en el mercado (por supuesto, también tiene un valor de cambio que, en muchas ocasiones, las familias de autoproductores lo ofertan en el mercado formal o informal, pero no es ése el destino con el que es cconcebido el proceso productivo). 133. Mavuat ne Dintestos Hewanos Los actores piiblicos, el Estado en sus diferentes niveles: municipal, provincial y nacional, Este actor es fundamental, puesto quees quien regula e Interviene mediante leyes y politicas pdiblicas en los procesos de produccién de la ciudad, haciendo prevalecer los intereses de algunos actores sobre ‘otros. El Estado, por accién u omisién, es siempre responsable directo de las caracteristicas que adquiere cada ciudad; interviene mediante la toma de decisiones a la hora de otorgar usos especffcosa distintas zonas dea cludad (us0s residenciales de distinta densidad, Uso industrial, uso comercial, uso ecreativo, etcétera) y de dar permisos de construcci6n; creando 0 dejando de cabrar impuestos a la actividad de los actores privados que se desempefian en laproducciéndeservicioshabitacionales; Invitiendo en obras de infraestructura, calles, puentes, caminosoredesde agua, electricidad, cloacas,o enequlpamientos comunitarlos (escuelas, salas sanitarias, hospitales, centros culturales, parques, plazas, etcétera). MAwiau 0x Dimnetios Husianos 13.4 El derecho a la cludad De E OR CRT iy Cuetec ule Cry En la l6gica de la ciudad capi talista, la urbanizaci6n conven- clonal es aquella llevada a cabo por los promotores inmobilia: tos y las empresas constructo- ras que invierten en la compra de terrenos, la provisién de in- fraestructura y la construccién de viviendas, con el fin de colo- car estos bienes y servicios ala venta en el mercado, para obte- ner de ellos una ganancia, También el Estado se desen- vuelve en el marco de la urba- nizacién convencional cuando encara proyectos de vivienda social: compra el terreno, cons- | truye, entrega las viviendas, co- bra las cuotas. Eneste esquema, cada parte de la ciudad se produce y luego se habita; con el tiempo, si se pro- duce la degradacién de algan | sector, mediante nuevas inver- siones pueden desencadenarse procesos de renovacién urbana ue lo revaloricen, La urbanizacién convencio- nal puede verse relativamente “restringida” -a los ojos de los promotores privados- por la existencia de normativas urba- nas (obligaciones de tespetar cGdigos de construccién, de uso del suelo, de dataci6n de Infraestructura, de pago de im- Puestos, etcétera) que regulan esta actividad econémica y -su- puestamente- velan por las in- tereses de toda la sociedad. Las normas a cumplir se traducen fen mayores costes de produc- cign de los inmuebles urbanos, y quienes los producen trasla- dan esos costes a los precios, haciendo ain més diffit el ac- ceso ala vivienda a través de la compra en el mercado para los sectores de bajos ingresos. Por su parte, la urbanizacién espontdnea -que convive con la urbanizaciénconvencional-esté protagonizada por quienes no pueden comprar una vivienda en el mercado, es decir, habitar la ciudad por la via formal. a urbanizacién esponténea se caracteriza por ser un proceso ‘més largo, en el que las familias primero habitan -en acasiones, ‘ocupan un predio con unacarpa ‘una vivienda precaria- y luego encaran el trabajo de urbanizar el rea y construir sus casas. Generalmente, los lapsos de producci6n de las viviendas son largos y obligan a las familias a vivir en condiciones muy preca- rlas, conviviendo con la cons- truccién de sus viviendas, con los riesgos que ello implica. Esta forma de produccién de la cludad es, finalmente, mucho més cara, tanto para la familia que compra los materiales de a poco (sin oportunidad de nego- clar precios) como paraelEstado que, mas tarde o ms temprano, seri quien deba encararlos pro- cesos de regularizacién de las cocupaciones, el ordenamiento de los barrios, la provision de infraestructura basica, la cons- trucci6n de obras de prevencién de catistrofes ambientales, la ayuda para el mejaramienta de las viviendas, etcétera. El derecho a la ciudad élgualdad en el acceso a la ciudad? La cludad, entonces, es el producto del trabaja de los actores y de las confrontaciones de intereses. La conformacién que resulta de estas pujas suele mostramos a “los ganadores y los perdedores”. En la cludad capltallsta predominan la légica det capital y los Intereses individuales por sobre ta logica de la satisfaccién de necesidades del conjunto. A la cludad se accede a través de la compra de la vivienda en el mercado, a través de los programas piblicos de vivienda ya través de la autoproduccién_ del habitat. En la ciudad que dia a dia producelasociedadcapitalista, elacceso a la vivienda -y, junto con ella, a los servicias, equipamientas comunitarias y espacias piiblicos- para estar dentro de lalegalidad, debe realizarse a través del mercadoodelosprogramasestatales.La vivienda y los servicios son concebidos como mercanefas producidas de manera privada y vendidas en el mercado, 0 Sea, dirigidas a las personas con posibilidades de pagar por ellas. Por otra parte, en la misma cludad producto de la sociedad capitalista, la gran mayorfa de los habitantes se ven obligades a “vender” su trabajo a cambio de un “salario”, mediante el cual -supuestamente- deberfan poder adqulric los bienes que necesitan para vivir, entre ellos la vivienda. Unos producen viviendas y servicios, y otros los compran... asf es como deben funcionarlosmecanismosdeproducci6n yacceso a la ciudad “formal” 0 “legal”, ‘seg la légica del sistema. Pero, ies asf realmente comose produce laciudad? Pensemos si esta situacién se da en la ciudad en la que vivimos... ZPodemas verloasi? {Todos lostrabaladoresvenden ‘su trabajo y reciben a cambio un salatio? Y, si lo tienen, dese salario alcanza para adquirir todo lo que necesitan: alimentarse y vestirse adecuadamente, educar a sus hijos, recrearse, contar con atencién sanitaria y vivir en la vivienda ue su familia requiere? Si lo pensamos unos segundos, podemas responder estas preguntas con un “no” ratundo, Basta solamente ‘observamos @ nosotros mismos y las problemas que dfa a dia tenemos para conseguir o mantener nuestro trabajo y, silo tenemos, para que el sueldo nos alcance para vivir y proveernas de una vivienda adecuada, 135 Mawiat tz Dinzaios HisiaNos Lectura para compartir... Para entender de qué se trata la especulacién inmobitiaria, recomendamos la lectura de Paloaito. Un sistema econémico, de German Lema, Cali, Colombia. Manvat oz Dinsewos Hesaxos 136 El derecho a la ciudad Pero, por otra parte, encontramos que en las ciudades que habitamos no todos los barrfos son Iguales: hay lugares en los que habitan familias de altos ingresos que tienen la posibliidad de comprar la vivienda que les gusta, en el barrio que desean, junto alos vecinas que son como ellos (van ala misma escuela, las mismnas fiestas, los mismos clubes, consumen en los mismos negocios); y hay otras barrios desprovistos de todos los servicios y con su poblaci6n plena de padecimientos. En una sociedad excluyente, las diferencias entre las que mas y los Que menos tienen se hacen cada vez més grandes. Amplios sectores de la poblaciénquedanexcluidosdelmercado de trabajo y, como consecuencla de ello, sin ingresos para adquirir los elementos basicos. De esta manera, las formas de acceso a la cludad “format” se ven muy restringidas. Los contrastes entre mayorfas en jones habitacionales precarias y minorfas privilegiadas que viven en la abundancia son una expresiGn de ta desigualdad y la exclusion social y, ademés, garantizan que las diferencias se repraduzcan. La poblacién sin acceso a la ciudad “legal”, en la que se ubican las escuelas, los hospitales, los teatros, las plazas, etcétera, termina teniendo muy escaso acceso a la educacién, la cultura, ta salud, al esparcimiento y las oportunidades de empleo, viendo su vida cada dia més precartza El derecho a la cludad 137 Mawiat ne: Dannevos HumaNos: EMT CC CMC cma mat La producci6n de ciudades esté regulada por leyes nacionales Ahora bien, cuando en las ciu- y provinciales y ordenanzas dades podemos encontrar gran- A propésito, hace 20 afios, Jorge munieipales que indican las ca- des porciones de la poblacién Hardoy, escribfa: “La legislaci6n racter(sticas que deben tener “infringiendo la ley” cotidia- urbana, laboral, sanitaria y am- los loteos y las construcciones namente, cabe estigmatizarlos blental, las reglamentaclones | de vivienda, equipamiento e como “llegales" y desentender- comerciales y edliliclas, todos | Infraestructura, Todo lo que se se del problema (0 actuar en los procedimientos legales que | produzca fuera de los marcos consecuencla, Impulsando erra- intentan regular los actos de | normativas esté incumpliendo dicaclones, julcios y desalojos) las personas en cualquler clu- | la legislacién y, por lo tanto, o cabe, también, hacerse las dad del Tercer Mundo, fueron | | io escalificado de llegal, irregular siguientes preguntas: Zquién sancionados originalmente en © Informal, porque no cumple dicta las leyes?, 2a qué modelo funci6n de una situacién Ideal. con las formalidades de la ley. de ciudad respanden?, destin Quiz en un comienzo hayan La Iregularidad urbana es un las leyes resguardando los inte- sido decislones correctas, pero hecho jurfdico; como dice EmI-reses de las mayorfas? se volvieron tan complelas, rf- | tio Duhau “implica ta califica- gidas e Irreales con referencia | eign de un determinado espa- a las actuales circunstanclas y | clourbano o de un inmueble en a las posibilidades reales de los | particular en términos del no pobres, que son ransgredidasa | cumplimlento de normas jurtdt- dlarlo por quienes enfrentan las | cas que regulan las relaciones mayores necesidades". de propiedad 0 las formas de produccién del espacio urbano aplicables en cada caso”. El derecho a la ciudad La periferia de la gran ciudad: un espacio de contrastes EL proceso de urbanizacién que vivié Argentina no fue muy distinto al que tuvieron otros pafses latinoamericanos, EL porcentaje de poblacién urbana sobre la poblaci6n total (la tasa de turbanizacién) del conjunto de patses de la regi6n esté cercano al 70%, pero en algunos paises como Argentina, Chile, Uruguayy Venezuelaesatasaes superior al 80% y, ademas, la poblaci6n urbana no esté distribuida equitativamente en las cludades de todo el territorio, sino que est muy concentrada en las areas metropolitanas. EncasitodostospalsesdeLatinoamérica, las grandes ciudades han crecido y se siguen expandiendo gracias a la acci6n de los sectores populares que, privados del acceso a la ciudad formal, se ven empujados a encontrar otras soluciones, conocldas como procesos de urbanizacién esponténea, o de urbanizacién popular. Este esquema de habitar - urbanizar y construir - regularizar y mejorar se reproduce cast invariablemente en todas las cludades latinoamericanas. Por ejemplo, en Lima (Perd) el 42% de las viviendas existentes fue levantado en procesos de urbanizacién espontanea y albergan al 47% de ta poblacin de esa Cludad; el 50% de la poblacién de Caracas (Venezuela), esté alojada en los llamados “bartios de rancho". En Argentina, 1a historia del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha tenido algunas particularidades que la diferenciaban de otras ciudades. de ‘América Latina, hasta hace unos afios. Esta 4rea creci6 aceleradamente entre los afios '50 y mediados de los ‘70 por la expansi6n de los llamados “loteos populares” y no tanto por la ocupacién informal de terrenos. Estos loteos eran realizados por agentes inmobiliarios que compraban una parcela de tierra rural, marcaban en ella los lates y se los vendian a las familias de clases bajas a pagar hasta en 250 cuotas mensuales. Dichas ventas estuvieron permitidas por la legislacién hasta 1977 (afio en ‘que se dict6 el decreto ley 8912/77 en la Provincia de Buenos Aires), por io tanto no se las puede calificar de “ilegales", pero, igualmente, encontramos al fade hoyunacantidad muy grande de familias que no tienen regularizada la tenencia de sus lotes, porque los procesos de escrituraci6n no se han Ilevado a cabo. En el AMBA, las ocupaciones directas de terrenos se han dado desde los afios "80 y no han tenido la magnitud de las de ‘otros palses de ta regiGn. No obstante ello, tas villas y asentamientos existen, albergan muchas familias y son parte constitutiva de una ciudad que erece en tun contexto de alta exclusién social. El derecho a la ciudad Cuando observamas las grandes ciudades de nuestro pals (y de otras palses de Latinoamérica), encontramos bien diferenciadas las éreas de residencia para clases altas, clases medias y clases bajas. ‘Aeesta diferenciacion social y espacial se la denomina segregacion y refiere a la sSeparacién que Se va profundizando entre los sectores de la sociedad con mayores ¥ menores posibilidades de satistacer sus necesidades de vivienda a través del mercado y que, a su vez, se refteja en la configuracién de la ciudad. Dentro del tejido urtsano hay bartios de ricos, barrios de clases medias y barrios donde habitan los pobres: villas, asentamientos y zonas de Inquilinatos y hoteles-pensi6n. Estos bartios son diferentes entre sf, algunos tlenen servicios y otros no, algunos tienen transporte y otros no, algunos muestran viviendas y edifices de buena calidad y otros no. A su vez, cada uno de estos bares esté poblado por personas que son similares entre sf, es decir, tenen simitares caracteristicas sacioeconémicas: oportunidades de empleo, ingresos, poslbilidades desatisfacernecesidadesen el mercado, oportunidades de educacion y formacion, En los Gitimos afios, a medida que la desigualdad entre clases soclales fue aumentando (los ricos son cada vez més: rieos y los pobres cada vez més pobres), ese proceso también se fue viendo en las ciudades, sobre todo en las de mayor tamafio. Varios afos atrds, en nuestro pais las ciudades fueron centros de Integraci6n social a partir de la creaci6n de espacios piiblicos que reunfan personas de diferentes clases sociales, como las escuelas piblicas, las Sreas comerciales, las zonas de recreaci6n, eteétera. Hoy -y desde hace un tiempo- esos espacios son cada vez menos 0 estn deterforados. Para las clases altas ‘se crean nuevos espacios privados y con acceso restringido, como los shoppings, donde la vigilancia privada impide que lospobres puedanentrar. Tambiénsevan haciendo més evidentes las diferencias en los barrios: en algunos, el precio del suelo y las viviendas se encarece tanto que se torna Imposible el acceso de los. Sectores sociales con menos Ingresos; de esta manera, s6lo quedan poblados con famillas de alto poder adquisitivo. Las periferias se expanden porque la integraci6n social en 4reas consolidadas no est promovida desde donde deblera estarlo, es decir, desde el Estado. Por un lado, debido a la barrera que ofrecen los precios de los terrenos y la ‘tolerancla que se le tlene a la actividad lucrativa de los agentes Inmobiliarios, que se manifiesta en la escasez de regulactones e tmpuestos. Por otro lado, por las acclones pdblicas que, cuando ‘operan paniendo en prctica programas habitactonales, tienden a ublcar a los sectores populares en las zonas donde la tierra es mas barata, es decir, en las areas periféricas, aumentando la -segregacién social y espacial. ‘Maxwal vx Dexnctos Husavos 140 Tradicionalmente, las periferias del Area Metropolitana de Buenos Aires y de otras grandes ciudades del pals, fueron territorios de usos mayoritariamente agricola-intensivos (horticuttura, floricultura), de localizaci6n de industrias, de actividades. extractivas (adrilleras, canteras) y de residencia de los sectores populares. Pera desde principlos de la década del ‘90, pudimos ver en las zonas amblentalmente més aptas la expansién de los countries y barrios cerrados para clases altas 'y medias-altas que protagonlzan El derecho a la cludad procesos de suburbanizacién de tas élites (Se llama asf a la decisién de familias que se suman a la moda de vivir rodeados de “verde” y de murallas que los separen del resto de los barrios, déndoles “seguridad”). Estos procesos fueron posibles gracias a las fuertes Inversiones por parte del Estado en infraestructura vial, que faciltaron que los ricos se instalen en el Area Metropolitana de Buenos Alres y que, mediante el uso del autom6vil particular y_el pago de altos peajes, tengan una ‘fScil accesibilidad a la Cludad de Buenos Aires . Hoy podemas ver que en la periferia habitan ricos y pobres: unos legan por moda o por gusto, atros ya estaban allf 0 estén llegando e instaléndose en los peores lugares, movides por la necesidad. Estén cerquita, pero no pueden tocarse, no conviven, no comparten. Altos paredones, garitas de seguridad y perros guardianes “protegen” a unos de otras, marcan limites bien claras entre los fragmentas de ciudad, que no son mas que limites entre los fragmentos de una sociedad que aparta, rechaza, segrega a gran parte de la poblacién. Esta cludad que vemos hoy es, entonces, la cludad fragmentada, producto de una sociedad dividida, ‘cuyos componentes no se tocan ni se slenten parte de un todo. El derecho a ta ciudad 1AM Manta, ok Dencctos Revanos Cc twando nos preguntamos so- obras donde los empleaban. | bre el origen de esta gran can- A fines del siglo XIX y durante _Asf se fueron formando barrios | centracién de gente, infraes- los primeros afios del XX, gran- abreros y algunas villas que tructura, cludades y problemas des obras de infraestructura y hoy conocemos: en la Villa 34 que eselArea Metrapolitanade de renovacidn urbana tuvieron de Retiro se radicé la poblacién Buenos Aires (AMBA),debemos lugar en la Ciudad de Buenos que trabaj6 en al construccién emontamos a fines del siglo Aires:se construyeron|ospuer- del Puerto Buenos Aires y en XIXy comprender su formacién tos de Buenos Aires, se abrie- la Villa 20 de Lugano vivian los yerecimientoalaluzdelahisto- ron las avenidas de Mayo y 9 trabajadores del Puerto Sur de ria econ6mica de nuestro pafs. de Julio, se tevantaron grandes Buenos Altes. edificios pablieos (el Congreso La consolidacién del modelo de la NaciGn, el Palacio de Tri- En las primeras décadas del si ‘agro productivo y la llegada bunales, el Teatro Col6n), se glo XX, el crecimiento urbano ‘masiva de inmigrantes, que ve-_extendieron lineas de tranvias, de la Ciudad de Buenas Aires rnian huyendo del hambre y la secconstruyeron numerosas.es- superé sus lfmites hacia el sur, guerra en Europa, pobl6 rapi- cuelas pdblicas y se desarrolla- dando camienza al proceso de damente la Ciudad de Buenos ron obras de infraestructura de metropolizaci6n: se conoce asf Aires yalgunaslocalidadesmuy servicios y saneamiento, estas al crecimiento de una ciudad equefias que sehablanforma- Gltimas debido a que una epi- principal junto con el de las lo- | doa laveradelos caminos que demia de fiebre amarilla alerté calldades cercanas, las cuales | comunicaban con interior del sobre los peligros que acarrea~ se van uniendo hasta formar pals. Entre 1888 y 1914, la po- bala precariedad urbanade al- un continuo urbano. El Area blacién dela Ciudad de Buenos gunos sectores de la Ciudad de Metropolitana de Buenos Aires Ales creci6 mAs rapido que en Buenos Ares. se form6 y consolidé durante nningdn otro perfodo: se triplicé todo el siglo XX partir del cre- en menos de 20 afios, legando La gran expansién de ta obra cimiento y unificaciGn de la Ca- | almillén ymediode habitantes. pablica atrajo mucha mano de pital Federal y tas tocalidades Las localidades cercanas, que obra, es decir, familias inmi- cercanas, unidas a ella por las posteriormente se integrarén grantes provenientes de Eu- vias del ferrocarril al Area Metropolitana, también ropa y del interior de nuestro Grecieron al mismo ritmo. pafs que se instalaron en pre- carlas viviendas cercanas a las En las décadas comprendidas entre 1920 y 1950 se dio una expansién de las localidades urbanas del Area Metropolita- ina de Buenos Aires a partir del desarrollo de la industria. Hacia 1940, el AMBA ya era el més im- portante mercado y concentra- ba la mayor parte de las fabri- cas y tallleres que empleaban gran cantidad de migrantes del interior del pafs, expulsados del campo por a crisis agrariay atrafdos por las oportunidades de trabajo en la ciudad. En este perfodo, el AMBA toms las rasgos que hoy conocemos. Hacia mediados del siglo XX ya alcanzaba los 4.700.000 habi- tantesy, en las décadas del'50 "60, su crecimiento se aceleré atin més, siempre con aportes de la poblacién inmigrante. Desde los afios "so, las gran- des migraciones pravenfan del interior del pais y de patses li- titrofes; se trataba de familias que abandonaban el campo ex- pulsadas por la falta de oportu- nidades de empleo en el sector agropecuario y seducidas por las oportunidades de trabajo que offecia el desarrollo in- dustrial del AMBA. Ademés, en aquellos afios existieron politi cas estatales de subsidio a la tarifa de transporte automotor de media distancia y facilidae des para que los trabajadores obtuvieran créditos para la vivienda, estas medidas multi plicaron los habitantes que se instalaban en los suburbios. En las décadas del "60 y '70, también fue responsable de la expansién metropolitana la ac- tividad de las empresas inmo- biliarias que loteaban terrenos en los bordes de la ciudad y los vendian en cuotas alas familias de inmigrantes. Estas familias encontraron en a compra de lo- tes a largo plazo y la autocons- truccién de sus viviendas, la nica manera de satisfacer sus necesidades con la instalacién de viviendas en partidos més alejados, sin infraestructura y con peores condiciones de ha- bitabilidad. Buscando precios accesibles, aumentaron las dis- tancias a los lugares de traba- jo; esta dispersi6n, que planteé problemas de infraestructura y serias dificultades para el tras- lado, fue clave en la expansién del AMBA. ‘A fines de los afios "70 se sus- pendieron los loteos populares y también bajé sensiblemente el ritmo de crecimiento de la po- blaci6n por aportes migratorios. Entre 1960 y 1991, el Area Me- tropolitana pasé de 6.875.000 11.298.000 habitantes, reunien- do hasta la actualidad las dos terceras partes de la poblacién total del pafs. LaGiltima dictadura (2976-1983) provocé 30.000 desapariciones farzadas de personas como po- ltica de terrorismo de Estado y cencaré la aplicaci6n del modelo neoliberal en la Argentina, lue- g0 profundizado por los gobier- nos democraticos, desde 1983 hasta nuestros dias. ElArea Me- tropolitana, que hist6ricamente concentré el mayor desarrollo ustrial y la mayor cantidad dus- tria y los servicios, suftié. los peores efectos de la apertura ‘econémica, la liberalizacién de ta economia, las privatizaciones de empresas paiblicas y la re- forma del Estado. En esta area se sintié muy fuerte el impacto de la pérdida de empleos por el cierre de establecimientos industriales, sobre todo en el Conurbano Bonaerense, donde los niveles de desocupacion y pobreza agravaron ain més la precariedad habitacional (vi- viendas y servicios) de los ba- trios populares. Recomendamas la fectura de: Gut- man, Margarita y Hardoy, jorge (2007): Buenos Aires 1536-2006: His- toria urbana del Area Metropolitana, Buenos Aires, Infinito. El problema habitagional en Argentina Porcentajes de viviendas deficitarias En la Argentina se considera que un hogar tiene “Vivienda Buenos Aires“) deficitaria” sthabita en un rancho, casilla, pieza de inqutinato, hotel, pensién o local, o-si vive en una casa “tipo B”, es decir, tiene piso de tierra o no tiene provisién de agua por caferia, dentro de la viienda 0 no dispone de inodaro con descarga de agua. Elpromedio de hogares en viienda deficttarta de nuestro pats es de 25,5 %, pera esta cifra esconde situaciones extremas, como las que encontramos en las provincias del Nordleste: Formosa 61 %, Chaco 54 %, Santiago del Estero 57 %, Misiones 53 % y Corrientes 41%, Lo mismo sucede en el Gran Buenos Aires (los partidos que rodean a la Capital Federal}, cuyo valor medio es 26 %, pero donde hay municipios en los que los porcentajes de familias con déficit habitacional llegan a duplicar el promedio: Presidente Per6n 50%, Florencio Varela 48 %, José C. Paz 48%, Ezeiza 47 %, Esteban Echeverrfa 47 %, Moreno 44 % y Pilar 41 %. Allf también es spo, donde mds contrastes veros, ya que ésta es el Area donde se han OZ nstalado los countries y barlos cerrados habitados pot ricos. trad de: INDEC, Censo Nacional de Poblacion y Vivenda (200%. Ares Metropolitana de Suenos Ales Gran a Plata Segunda Parte El derecho a la ciudad La vivienda adecuada como derecho humano Si entendemos los procesos mediante los cuales se producen las ciudades en las que vivimos, podemos comprender que el problema del acceso desigual a la ciudad no se puede solucionar dnicamente con herramientas o procedimientos. juridicos, porque las desigualdades estin en la esencia misma del capitalismo. Los instrumentas juridicos no estén disefiados para defender a los sectores populares, sino para proteger los intereses de las clases dominantes. No obstante, existe legislacién que nos puede servir para echar mano y complementar las acciones. colectivas tendientes al cambio profundo de la sociedad, Gnico camino posible para transformar las causas estructurales del acceso discriminatorio a la vivienda y a los servicios urbanos. En esta parte del Manual, nos centraremos en algunos problemas concretos que enfrentan las familias que habitan villas, asentamientos, plezas de inquilinato, etcétera. Ademas, recurriremos ala lecturadelalegislacién vigente e intentaremos responder a la pregunta: Zquién es el que, pudlendo hacerlo, no cumple con las normas? El derecho a la ciudad La nocién de vivienda adecuada Los derechos humanos son universales, interdependientes e indivisibles. La plena realizaci6n de los derechos civiles y politicos es imposible sin el goce de los derechos econémicos, sociales y culturates. En este sentido, entendemos que habitar una vivienda adecuada ayuda a tener garantizados otros derechos humanos, Sinuestras viviendas estén construidas con buenos materiales, tienen agua potable, desagles cloacales, estén conectadas a la electricidad de manera segura, tienen espacios diferenciados para que vivan _cémadamente ‘nuestras familias, no tlenen goteras, ni humedad y nos protegen del frio; si estén ubicadas en lugares accesibles al transporte, los centros educativos y sanitarios, las plazas y los parques; si nuestras viviendas tienen esas caracterfsticas, entonces nos estén facilitando la satisfaccién de otros derechos, en parte ligados ala situacién habitacional: la salud, la privacidad, ta intimidad, la educacién, el descanso, el esparcimiento, el trabajo. Laviviendaurbananoesunobjetoaislado (un techo, cuatro paredes), sino que debe estar conectada a una multiplicidad de redes: agua, cloacas, electricidad, calles, teléfono, También debe estar localizada en barrios integrados a la ciudad, cuya accesibilidad a los hospitales, salltas sanitarias, escuelas, lugares de esparcimiento, centros comerciales (entre otras servicios), sea la adecuada. La casa- cosa, ubicada en battios aislados de la ciudad -muchas veces creados por planes estatales- no garantiza otros derechos basicos y, por la tanto, no es una vivienda adecuada. Luchar por un habitat digno Tequiere entender de esta manera a la vivienda. Cuando reclamamos programas habitacionales, nole pedimosal gobiemo tuna casa-cosa, le pedimos una vivienda adecuada, una vivienda digna, tal como esta caracterizada en la Constitucién Nacional. 145. Mawit ve Dinecnos Hisasos Manta ox Danzcuos Husaxos 146 ‘Ademas de los pérrafos citados, el acto Internacional de Derechos Econ6micos, Sociales y Culturates (PIDESC) ahonda adn més en las caracterfsticas que debe tener la vivienda adecuada. Su conocimiento nos Permitiré tener més elementos para luchar por el cumplimiento de nuestros derechos. Pero es preciso recordar que los pactos intemacionales son marcos generales y que, por debajo de ellos estén as leyes que regulan especfficamente cada aspecto de la vida social. El derecho a la cludad La Constitucién Nacional dice: “El Estado atorgard los beneficios de la Seguridad social, que tendrd cardcter de integral irrenunciable. En especial, ta ley establecerd: [..] ta proteccién integral de ia familia; ta defensa det bien de familia; la compensacién econdmica famitiar y et acceso a una vivienda digna” (anteulo 14 bis). El Pacto Intemacional del Derechos Econ6micos, Sociales y Culturales (PIDESC) fue suscripto en 1966 € incorporado ala Constitucién Nacionalen 4994. Veamos algunos de sus pérrafos: “Los Estados Parte en el presente Pacto, reconocen el derecho de toda persona @ un nivel de vida adecuado para sf y su farnilia, incluso allmentaci6n, vestido y vivlenda adecuados, y a una mejora continuade las condiciones de extstencia, Los Estados Parte tomarin medidas propladas para asegurar la efectividad de este derecho” (PIDESC, articulo x). ‘"Tanto tas personas como tas famMlias tlenen derecho a una vivienda adecuada, Independientemente de la edad, la situactén econémica, ta filiacién de grupo o de otra indote, la posicién social © cualquier otro factor. En particular, el disfrute de este derecho no debe estar -sujeto.aninguna formade discriminacién” (PIDESC, Obervacibn General N? 4, pérrafo 6). “El derecho a la vivienda no se debe Interpretar en un sentido estricto 0 restrictive que 0 equipare, por ejemplo, con el cobijo que resulta del ‘mero hecho de tener un tejado por encima de ta cabeza o |o considere exclusivamente como una comodidad. Debe considerarse mds bien como el derecho a vivir en seguridad, paz y dignidad en alguna parte...) Eldierecho a la vivienda esté vinculado por entero @ ofros derechos humanos, no debe entenderse en el sentido de vivienda @ secas, sino de vivienda adecuada. ‘Vivienda adecuada’ significa disponer de un lugar donde poder alslarse si se desea, espacio adecuado, seguridad ‘adectiada, tluminacién y ventilacién adecuadas, una Infraestructura bésica ‘adecuada y una situacién adecuada en relaci6n con el trabajo y las servicios basicos, todo ello a un costo rezonable” (PIDESC, Observaciéin General N® 4, pSrrafo.7). El derecho a la ciudad Qué mas dice el Pacto Internacional de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales? Observacién General N° 4 (extractos del pairrafo 8): Disponibitidad de servicios, materiales, facilidades e infiaestructura: Una vivienda adecuada debe contener Gertos servicios indispensables para ta salud, la seguridad, la comodidad y ta nutrici6n, Todos tos beneficiarios del derechoaunaviviendaadecuadadeberén tener acceso permanente a recursos naturales y comunes, al agua potable, energia para la cocina, la calefacciéin y el alumbrado, ainstalaciones sanitarias yde aseo, de almacenamiento de alimentos, deeliminacién de desechas, de drenaje y aservicios de emergencia. Gastos soportables: Los gastos personales o del hogar que entrafia ta vivienda deberfan ser de un nivel que no Impidiera ni comprometa el logro y la satisfacciGn de otras necesidades bdsicas. Habitabilidad: Una vivienda adecuada debe ser habitable, en el sentido de poder ofrecer espacio adecuado a sus ocupantes y protegerlosdet fifo, ahumedad, el calor, 1a Nuvia, el viento u otras amenazas para la salud, de riesgos estructurales y de vectores de enfermedad. Debe ‘garantizar también la seguridad fisica de tos acupantes. Asequibilidad: Lavivienda adecuada debe ser asequible (accesible)alos que tenganderecho. Debe concederse a las grupos en situacién de desventaja un acceso pleno y sostenible alos recursos adecuados para conseguir una vivienda. Debe garantizarse cierto grado de consideracién prioritaria en la esfera de la vivienda a los grupos desfavorectdos como las personas de edad, los nifos, los incapacitados fisicos, los enfermos terminales, los individuos HIV positivos, los enfermas, las victimas de desastres naturales, las personas que viven en zonas en las que suelen producirse desastres y otros grupos de personas. .] En muchos Estados Parte, el mayor acceso a la terra por sectores desprovistas de tierra 0 empobrecidas de la sociedad, deberfa ser el centro del objetivo de la politica. Los Estados deben asumir obligaciones apreciables destinadas a apoyar el derecho de todos @ un lugar seguro para vivir en paz y dignidad, Incluldo el acceso a la tera como derecho. 147 Mast ve Dinecnos Hisasos ‘Mania ne Dintenios Husavos 148 Lugar: La vivienda adecuada debe encontrarse en um lugar que permita ef acceso a opciones de empleo, los servicios de ‘atenci6n de la salud, centros de atencién para nifios, escuelas y otros servicios sociales. [uJ La vivienda no debe construirse en lugares contaminados ni en la proximidad inmediata de fuentes de contaminacién que amenazan el derecho a la salud de fos habitantes. Adecuaci6n cultural: ia manera en que se construye la viviendo, los materiales de construccién utilizados y tas pottticas en que se apoyan deben permitir adecuadamente la expresién de la identidad cultural y ta diversidad. El derecho a la cludad { ie M ies (i etl fin i ul ec sth na Md LU i il Ads 1 Hbelgy ee El derecho a la ciudad 149 Maxstor Derzeos Honanos pee CR SUC nr | La vivienda es una configura- cin de servicios -los servicios Una de las nociones més difune habitacionales- que deben didas de vivienda y que més El precio de estos servicios pare- dar satisfaccién a las necesi- debe combatirse es la que la ce depender exclusivamente de | dades humanas primordiales: restringe a la unidad fisica indi- cada uno de estos objetos fisi- albergue, refugio, protecctén vidual, una unidad edificlolote _cos “vivienda”, que se presentan | ambiental, espacio, vida de re- de terreno. Desaparecen asi la comomercancfasseparadas. Pero lacién, seguridad, privacidad, concepcién de la vivienda como _ esto oculta la insercién de dichas | identidad, accesibilidad fisica, habitat 0 medio ambiente, y unidades en un objeto concreto | enire otras. Estas necesida- también as relaciones sociales. colectivo -la cludad:; impide re- des varfan en cada sociedad y Pero es que aquella visi6n dela conocer que el desarrollo urbano | grupo soclal y se definen en el vivienda como unidad fisiea se es un resultado de! trabalo social devenir histGrico. La produc- sostiene desde una cierta ideo- _y que tiene efectos sobre los ser- cin de los servicios habitacio- logfa referida al campo particu- vicios que contribuye a brindar | nales, asf como la politica de lardel problema habitacional. cada uniad individual. | vivienda, tlenen lugar en una sociedad determinada, conuna La restricci6n a la sola unidad La familia parece tomar decisio- | clerta organizacién social y re- Individual refuerza la nocién nesdeconsumoen formaalslada | laciones de poder. Parl tanto, de vivienda como objeto- con respecto a una vivienda que | las condiciones de vivienda y mercancfa, desmereciendo su también puede alslarse como la polttica habitacional s6lo sentidoeminentemente social. objeto. La soluci6n de la caren- | pueden analizarse teniendo en El sistema econémico parece cia de vivienda parece hacerse cuenta las diversas estructuras producir “unidades” de vivien- posible, entonces, s6lo median- | ¥ felaciones de la sociedad y da que se presentan al merca- te el esfuerzo individual, el habl- | del Estado. do de forma aislada. to del ahora, etcétera. El siste- ma social se “ve” compuesto por unidades de decision aisladas y se refuerza el efecto de oculta- tmlento de la divisién en clases sociales y su relativa situacién ena estructura econémica y con especto al Estado, Batraldo de: Yujnovsky, Oscar (3984): Claves politics del problema hableacional argentino, 1955-398, Buenos Alre, GEL. ‘Manual vx Dexnctos Huxavos 150 “algo tertiblemente erréneo debe ocurrir cuando muchas leyes son transgredidas tan a menudo, especialmente cuan- do la mayoria de los transgre- sores pertenecen al sector de balos ingresos, cuando s6lo transgrediendo esas leyes se puede sobrevivir". Hardoy y Satterthwaite (987). En nuestro pafs existe una distancia muy ‘grande entre las garantias de derecho a la vivienda adecuada expresadas en la Constitucién Nacional y en los pactos Intemacionates, y el cumplimiento cefectivo de las mismas. Esto se debe a diferentes razones. El acceso a la cludad formal a través del mercado es Injusto y Jamas podrfa garantizar ta total cobertura de mnecesidades por parte de los trabajadores. En el capitallsmo siempre existiré la tendencla a mantener parte de la poblaclén con bajos salarlos, trabajo precarizado e inestable y desempleo; estos no son problemas pasaferos, sino que forman parte de la esencia misma del sistema, como una manera de tener “disciplinadas” a las. clases trabajadoras. Entonces, mientras haya desempleo y bajos salarios, los trabajadores. no contardn can recursos. suficientes para acceder a la vivienda adecuada a través del mercado. ‘Ademés, hay un gran descanocimienta de nuestros derechos como ciudadanos. y de las herramientas legales que pueden ayudar para que estos derechos. no sean avasallados cotidianamente. El derecho a la cludad El derecho a la ciudad 151 Maxuat o& Darroios Heanos: El habitat informal y los problemas a resolver las ocupaciones de inmuebles abandonados, la Instalaclén en villas y el alquiler de piezas de hoteles 0 pensiones son formas que tienen las familias desposeldas de aproplarse de ‘espacios vacios de la ciudad. El objetivo es autosatisfacer sus necesidades de vivienda adecuada, es decir, hacer valer su derecho a la cludad. Pero vivir en tuna ocupacién suele acarrear algunos resgos y problemas, que veremos a continuacion; 1. Inseguridad de la tenencla y rlesgos: de desalojo 2, Inseguridad en la tenencia: engafios, fraudes y clientelisma politico 3. Distancas y dificultades para el acceso ala ciudad 4. Insuficiencia en la prestacién de servicios paiblicos 5. Problemas de salud ligados a malas condiciones ambientales 6. Precariedad de las viviendas. 7. la vida en hoteles, pensiones ¢ inquilinatos 8. Estigmatizaci6n de los habitantes de los barrios populares

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