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La predicación ha sido importante a lo largo de la historia para transmitir la palabra de Dios y llevar a las personas a la salvación. La predicación bíblica ha sido fundamental para el desarrollo de la iglesia cristiana. Aunque la predicación viene de Dios, es a través de los seres humanos que llega a los demás. El centro de todo mensaje debe ser Jesucristo, quien murió para ofrecer salvación. La predicación requiere de personas fieles y comprometidas con la palabra de Dios para transmitir el mensaje de salv
La predicación ha sido importante a lo largo de la historia para transmitir la palabra de Dios y llevar a las personas a la salvación. La predicación bíblica ha sido fundamental para el desarrollo de la iglesia cristiana. Aunque la predicación viene de Dios, es a través de los seres humanos que llega a los demás. El centro de todo mensaje debe ser Jesucristo, quien murió para ofrecer salvación. La predicación requiere de personas fieles y comprometidas con la palabra de Dios para transmitir el mensaje de salv
La predicación ha sido importante a lo largo de la historia para transmitir la palabra de Dios y llevar a las personas a la salvación. La predicación bíblica ha sido fundamental para el desarrollo de la iglesia cristiana. Aunque la predicación viene de Dios, es a través de los seres humanos que llega a los demás. El centro de todo mensaje debe ser Jesucristo, quien murió para ofrecer salvación. La predicación requiere de personas fieles y comprometidas con la palabra de Dios para transmitir el mensaje de salv
La predicación en nuestro tiempo y en el transcurso de la historia ha sido de gran importancia, ya que de esta manera es como Dios ha hablado a los hombres. Desde la predicación de los antiguos profetas, Juan el bautista, Jesucristo y posteriormente los apóstoles se ha cumplido la tarea de predicar la palabra de Dios, a fin de que el hombre obtenga salvación y regeneración de su alma. Es la palabra hablada la que da luz el corazón del hombre en tinieblas, y lo trae a la luz de Cristo. La predicación bíblica en el transcurso de la historia ha sido fundamental en el desarrollo de la iglesia cristiana y pentecostal. La predicación es divina humana. Esta viene de Dios, a través de los hombres o mujeres, para hombres y mujeres. Por ejemplo, los diez mandamientos fueron divinos en su procedencia y contenido, pero por intermedio de Moisés (el elemento humano) fue que llegaron al pueblo. Dios se vale de instrumentos humanos para entablar comunicación con el ser humano, cada sermón y cada enseñanza impartidos por hombres de Dios son dirigidos por Dios a fin de hacerse conocer y de revelarse de una forma más tangible al hombre. El centro de la predicación debe ser Jesucristo. Dios se ha revelado al hombre a través de su hijo Jesucristo. Jesús murió por toda la humanidad a fin de que por medio de su sacrificio el hombre pueda obtener la salvación de su alma y perdón de sus pecados. Es precisamente Jesucristo quien debe ser predicado y su mensaje. Este mensaje nos demanda un compromiso con su palabra, ya que el mensaje de salvación nunca debe ser coartado o restringido, sino que debe proclamarse y anunciarse en cualquier rincón donde exista un alma sin Cristo. Esta labor de predicar requiere de hombres y mujeres fieles, decididos y consagrados a dicha función para ser eficientes y de esta forma lograr seguir transmitiendo la voz de Dios a fin de enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia. Podemos concluir diciendo que el ministerio de la predicación es de vital importancia para el desarrollo de la iglesia, y sin esta, no tendría sentido de existir. La predicación para que pueda lograr su cometido requiere de hombres fieles e idóneos para enseñar a otros, hombres santos, que conozcan a Dios y reflejen conocerlo a través de sus vidas.