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INSTITUTO BIBLICO

PBRO. JUAN CASAS PLATA

Materia:

HOMILÉTICA I

Maestro(a):
Pbro. Ures Machado Treviño

Alumna:
Hna. Sofía Maricruz Pérez Nava

Evidencia:

ENSAYO LA IMPORTANCIA DE LA PREDICACION

LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO


La predicación en nuestro tiempo y en el transcurso de la historia ha sido de gran
importancia, ya que de esta manera es como Dios ha hablado a los hombres. Desde la
predicación de los antiguos profetas, Juan el bautista, Jesucristo y posteriormente los
apóstoles se ha cumplido la tarea de predicar la palabra de Dios, a fin de que el hombre
obtenga salvación y regeneración de su alma. Es la palabra hablada la que da luz el corazón
del hombre en tinieblas, y lo trae a la luz de Cristo.
La predicación bíblica en el transcurso de la historia ha sido fundamental en el desarrollo de
la iglesia cristiana y pentecostal. La predicación es divina humana. Esta viene de Dios, a
través de los hombres o mujeres, para hombres y mujeres. Por ejemplo, los diez
mandamientos fueron divinos en su procedencia y contenido, pero por intermedio de Moisés
(el elemento humano) fue que llegaron al pueblo. Dios se vale de instrumentos humanos
para entablar comunicación con el ser humano, cada sermón y cada enseñanza impartidos
por hombres de Dios son dirigidos por Dios a fin de hacerse conocer y de revelarse de una
forma más tangible al hombre. El centro de la predicación debe ser Jesucristo. Dios se ha
revelado al hombre a través de su hijo Jesucristo. Jesús murió por toda la humanidad a fin de
que por medio de su sacrificio el hombre pueda obtener la salvación de su alma y perdón de
sus pecados. Es precisamente Jesucristo quien debe ser predicado y su mensaje. Este
mensaje nos demanda un compromiso con su palabra, ya que el mensaje de salvación nunca
debe ser coartado o restringido, sino que debe proclamarse y anunciarse en cualquier rincón
donde exista un alma sin Cristo. Esta labor de predicar requiere de hombres y mujeres fieles,
decididos y consagrados a dicha función para ser eficientes y de esta forma lograr seguir
transmitiendo la voz de Dios a fin de enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia.
Podemos concluir diciendo que el ministerio de la predicación es de vital importancia para el
desarrollo de la iglesia, y sin esta, no tendría sentido de existir. La predicación para que
pueda lograr su cometido requiere de hombres fieles e idóneos para enseñar a otros, hombres
santos, que conozcan a Dios y reflejen conocerlo a través de sus vidas.

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