La sábila es desechada en campos a cielo abierto, lo que ocasiona fauna nociva y
contaminación del suelo por su pH ácido; sin embargo, puede ser usada para la producción de artículos biodegradables. Se lleva a cabo un proyecto para generar un bioplástico a partir de la extracción y caracterización de un biopolímero con baba de sábila. El proyecto consta de tres etapas: la primera es la caracterización de la cáscara de sábila, en la que la planta de aloe vera es cortada y sometida a un proceso para despulpar, para determinar los compuestos de bajo peso molecular (como fenoles, ceras, etcétera) y estructurales (lignina, celulosa, hemicelulosa) que contiene, que a su vez están en las secciones fibrosa y no fibrosa, lo cual abre un abanico de materiales que pueden tener aplicaciones en la industria del plástico.
La segunda etapa es la extracción del biopolímero: la materia prima se somete a
un tratamiento químico según su naturaleza, a un esfuerzo mecánico o a una combinación de tratamientos para extraer las sustancias poliméricas.
La última fase es la formulación de un bioplástico, en esta se realiza una mezcla
con aditivos, se someten a una transformación química y posteriormente pasan a equipos de preformado.