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Historia 1: Generosidad ver aquella mirada con aquella luz que

Recuerdo haber visto a un joven el cual iluminaba su camino.

deambulaba por las calles pidiendo Todos los días iba a verlo, pues, le di la
limosna. Me hizo sentir que la vida era más condición de que habláramos un poco
difícil para otros, y que se debía contar con sobre su vida, de las cosas para lo que era
la suerte de nacer en un hogar con bueno, de sus intereses y que ansiaba
recursos. lograr.

A diferencia de él, estaba en la tercera Solo fueron cinco días, pero empecé a
edad. Sentía que la vida me había dado notar que el apartamento se veía más
mucho, así que pensé en devolver algo de vacío, como si algunas cosas faltarán. Aun
lo que me había dejado. Decidí llevar a así, lo ignoré y seguí insistiendo en el
aquel joven a uno de mis apartamentos y muchacho antes de darle trabajo en mi
ofrecerle trabajo en mi empresa. empresa. El día en el cual estuve

Se subió al coche, y hablamos sobre su convencido de darle la noticia, ya no

situación, de como durante cinco años se estaba, al igual que todos los bienes de mi

ha mantenido solo, intentando sobrevivir apartamento.

de lo que las personas podían ofrecerles, Aquel muchacho se marchó dejando el


otras veces no contaba con ellos y recurría lugar vacío. Por un momento sentí ira y
a los desperdicios que encontraba de la traición, pero luego me tranquilicé
basura. pensando que no era nada. Contaba con

Su historia me partía el alma. Tan solo mucho dinero, lo suficiente para hacer

tenía 19 años y su vida pasaba por más muchos apartamentos como ese. Si no

dificultades que cualquier persona de quería estar aquí, no podía obligarlo y si

treinta con comodidades. piensa que lo que se ha llevado es


suficiente para llenar su vacío, entonces
Llegamos a uno de mis apartamentos, le
había hecho lo correcto en traerlo. Nada
ofrecí comida, ropa y un lugar donde
por lo que arrepentirse.
dormir. Se veía encantado, como si soñará
con los ojos abiertos. Me alegró el alma No podía culparlo. Él quizás no sabía que
su futuro sería más brillante, que todo lo
que estaba en el apartamento ya era suyo y
que no había necesidad de robarlo. Mis o simplemente huir. Aquel muchacho
dudas eran otras; si se llevó todo por sentía arrepentimiento, y recurrió a ocultar
desconfianza o si tenía un problema mayor su vergüenza por un error que lo dejaba en
que me estuvo ocultando. la misma posición.

Cinco años después, no podía creer lo que Pensé, luego de ver aquel gesto: “a pesar
veían mis ojos. Pude reconocerlo a duras de qué no carecemos del derecho a juzgar
penas. El paso del tiempo no le sentó bien, las acciones de los demás, no conocemos
era el mismo muchacho, pero ahora con las circunstancias por las que han pasado y
mayor edad y una grave herida en su brazo en otros casos, si las conocemos, no es
derecho. Salí del coche para mirarlo mejor como si hayamos vivido la experiencia por
y me acerqué a él para comprobar si era nosotros mismos”. Si algo hizo que se
cierto. despojara de la responsabilidad de llevar
otra vida a la anterior y ahora llora en
Nuestras miradas se encontraron, pero
forma de arrepentimiento, no está mal
fingió no conocerme, mientras extendía su
brindarle otra oportunidad.
mano pidiendo una limosna. No supe que
hacer en ese momento. Pensé en decir Después de todo, los seres humanos llevan
muchas cosas, pero verlo nuevamente en la una cualidad única desde que nacen y es la
misma situación de hace cinco años me de cometer errores, pero es su decisión
dejó perturbado. Se había llevado todo lo aprender de ellos. Quizás parezca un error
que le ofrecí y estaba en la misma lo que hago, ofrecer más a quien te ha
condición. traicionado, no obstante, no me arrepentí
por tenderle la mano a una persona que
El muchacho al ver que no hice nada
estaba en apuros. Él sí se arrepiente de
mientras extendía su mano, se volteó casi
haber abandonado mi propuesta.
de forma natural, dio dos pasos y cayó al
piso de rodillas. Le pregunté si estaba bien Lo ayudé a levantarse y tomé la mano que
como reflejo. Sin embargo, ocultaba su antes extendía para recibir una limosna,
rostro como si se avergonzara de algo. diciéndole: aquí está la llave de tu
apartamento. Desde ahora, si tienes un
Es natural esconderse cuando hacemos
problema no dudes en contármelo.
cosas malas y las ocultamos. Si somos
descubiertos, es necesario afrontar la culpa
No pudo contener sus lágrimas. Lo subí al
coche como el día en que lo conocí. Me
contaba que cada día que pasó luego de
haber robado lo que estaba en el
apartamento fue como un infierno. El
muchacho, sin esperar una respuesta
positiva hacia lo que decía, partió
nuevamente en llanto cuando le respondí
que “no hubo ningún robo, todo lo que
estaba en el apartamento siempre fue tuyo
desde aquel día”.

Por un momento, su llanto paró y como si


de Dios se tratase, escuché la mejor
palabra que mis oídos podían percibir en
aquel instante. Gracias.

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