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La factura comercial sirve para probar la existencia de un contrato comercial celebrado entre el

comerciante emisor de la factura y el comprador que la recibe, las condiciones y términos del
mismo, y su formación o conclusión, ya que normalmente este contrato es verbal y precede a la
emisión de la factura.

En virtud de lo anterior, tanto el vendedor como el comprador pueden oponer las excepciones
propias del contrato de compra venta mercantil y de los contratos en general, demandando la
resolución o cumplimiento del contrato, daños y perjuicios por el incumplimiento, reclamaciones
sobre vicios aparentes u ocultos en la mercadería, reclamaciones sobre falta de calidad o cantidad,
vicios en los elementos existenciales del contrato (consentimiento, objeto y causa), etc.
Por la garantía de cumplimiento de la obligación La factura comercial sirve de prueba de la
obligación existente entre las partes contratantes, siempre y cuando haya sido aceptada, y esto
puede hacerse expresa o tácitamente.

En este último caso, una factura se tiene por irrevocablemente aceptada transcurridos ocho días
de la aceptación sin que se efectuare ninguna reclamación (art 147 Código de Comercio).

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