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Centro de E ntrenamiento Nacional para Emergencia y Catástrofes

Principios de la Extinción de Incendios Industriales Mediante Polvo Químico Seco

Para lograr la extinción de fuegos de la Clase B, en ambientes industriales los polvos químicos
secos dependen en una importante medida del tamaño de las partículas y su descomposición.
En teoría, mientras más pequeña sea la partícula, más efectivo será el químico como agente
extintor. Se cree que el tamaño ideal es entre los 20 y 25 micrones. Las partículas más pequeñas
se comprimen muy fácilmente y no son prácticas a la hora de ser usadas en un extintor portátil. El
tamaño promedio puede fluctuar entre los 10 y 75 micrones. Las partículas pequeñas ingresaran
en las llamas logrando el efecto de extinción mientras son arrastradas por las partículas más
grandes que le otorgan penetración al chorro de polvo. La relación del tamaño de la partícula con
su efectividad como agente extintor implica que la superficie total de los agentes de polvos
químicos secos tiene un papel principal en la extinción de un incendio.
Similar a la teoría de los agentes halogenados, el mecanismo principal por el cual los polvos
químicos secos extinguen un fuego clase B es a través de la interrupción de la reacción en
cadena. Se cree que la aplicación del polvo químico seco impide que los “radicales libres” (que se
forman en el proceso de combustión) se unan para mantener la reacción. Se presume que la
descomposición de los polvos químicos secos forma nuevas especies que reaccionan con los
“radicales libres” y ponen fin a la generación de estos, así interrumpiendo la reacción en cadena.
Se ha afirmado que, en algunas instancias, la superficie de las partículas químicas permite que los
radicales libres se unan y sean removidos de la secuencia de la reacción en cadena.

Fenómeno de la “llamarada”

Otra característica única del polvo químico seco es la “llamarada” que se produce cuando se
aplica este agente a un incendio de líquido inflamable o combustible. El operador del extintor
notará un enorme aumento del calor y las llamas en la parte posterior de la descarga de químico
seco. Esto se genera por una combinación de dos acontecimientos. El chorro de polvo químico
seco, formado de partículas sólidas, empuja el aire que se encuentra al frente de la descarga
hacia el fuego, lo que provoca que las llamas se desplacen hacia un lado, creando una llamarada.
El aire también se introduce al chorro de polvo químico seco a través de un efecto tipo Venturi, lo
que causa que la mezcla de vapor adquiera una combustión más completa, produciendo una “bola
de fuego” más grande. Esta “llamarada” es de corta duración y comúnmente no tiene mayores
consecuencias para el operador, ya que ocurre en oposición al flujo de polvo químico seco y se
autoconsume rápidamente. En algunas instancias, por ejemplo, combatir el fuego al interior de
estructuras o espacios limitados, el operador del extintor debe estar conciente que los materiales
combustibles adyacentes pueden incendiarse producto de la “llamarada” o que las llamas los
puedan alcanzar.

Escudo contra el calor

Dado que la descarga de polvo químico seco consiste en partículas sólidas que están finamente
divididas, ésta puede servir como una barrera contra el calor radiante producido por el fuego. Por
lo general, las instrucciones para la aplicación de polvo químico seco señalan que se debe estar
lejos del fuego, y sólo se debe avanzar después de haber iniciado la descarga, para así
aprovechar esta barrera y proporcionarle más comodidad y seguridad al operador.

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Variedades de Polvos Químicos Secos

Bicarbonato de sodio

El polvo químico seco a base de bicarbonato de sodio también se le denomina “polvo químico
seco regular”. Además de ser efectivo en fuegos clase B y C, también lo es en la etapa de llamas
de fuegos clase A, pero no en la etapa de brasas o en la etapa más profunda de esta clase de
fuego. Si se aplica en caso de fuegos de aceites o grasas comestibles, reaccionará con estas por
efecto del calor y generará una espesa espuma mediante un proceso conocido como
“saponificación”. La espuma creada por este proceso actuará como otras espumas contra
incendios y extinguirá el fuego gracias a la exclusión del oxigeno, la separación de las llamas de la
superficie ardiendo y la supresión de vapores. El polvo químico seco de bicarbonato de sodio es
de base alcalina y no causará corrosión química durante su uso normal.

Bicarbonato de potasio: púrpura K

El polvo químico seco de bicarbonato de potasio o “púrpura K” fue desarrollado por el Laboratorio
de Investigación Naval de Estados Unidos. Se descubrió que las sales de potasio eran mucho más
efectivas en incendios de líquidos inflamables que las sales de sodio. La efectividad de los
agentes de bicarbonato de potasio es un 50 a un 100% más efectivo en incendios de líquidos
inflamables que los agentes de bicarbonato de sodio. El bicarbonato de potasio, también de base
alcalina, tiene las mismas habilidades de saponificación que el bicarbonato de sodio y, en la
mayoría de los casos, no causará corrosión química.

Fosfato monoamonico

El polvo químico seco de fosfato monoamonico, también llamado “ABC” o “multipropósito” es de


naturaleza ácida y, por lo tanto, diferente al bicarbonato de potasio o de sodio. Además de tener
un efecto similar en fuegos de clase B y C, si se compara con bicarbonato de sodio, el fosfato
monoamonico tiene un efecto único en incendios de clase A. Al entrar en contacto con la
superficie encendida de un combustible común, se forma un residuo fundido (ácido metafosfórico).
Este residuo cubre la brasa incandescente y excluye el oxígeno. El fosfato monoamonico no tiene
efectos de saponificación y causará corrosión química si no se remueve completamente de la
mayoría de las superficies.

Aplicación de polvo químico seco

- Comprobar que el extintor no tenga daños físicos.


- Si está equipado con un manómetro, comprobar que el extintor esté presurizado.
- Para activar el cilindro de presurización exterior, aleje el extintor del cuerpo (si es
aplicable).
- Se debe acercar al fuego a favor del viento.
- Cuando se encuentre a tres metros del fuego, abrir el pitón completamente y apuntar
el chorro de polvo químico seco a aproximadamente a 30 centímetros del borde de
las llamas.

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- Esparcir el polvo químico seco de un lado al otro del fuego rápidamente,


extendiéndose 30 centímetros pasado el fuego en ambos lados.
- Avanzar el chorro de polvo químico durante la extinción del fuego.
- Siempre retirarse dándole la cara al fuego. Nunca dar la espalda al fuego en caso que
vuelva a encenderse.

Al contrario de la espuma, el polvo químico seco no tiene capacidad de sellar los fuegos de
líquidos inflamables y combustibles. Por lo tanto, se debe extinguir todo el fuego, de lo contrario,
ninguna parte de éste será extinguido. Dado que el polvo químico seco actúa “interrumpiendo la
reacción en cadena” en la extinción de un fuego de la clase B, las propiedades físicas del fuego no
se ven afectadas. El oxígeno no está siendo desplazado, existe poco enfriamiento y no se está
eliminando el combustible. La posibilidad de una reignición está presente, dependiendo del tipo de
materiales que estén expuestos al fuego (estructuras metálicas, materiales sólidos, combustibles).
El operador u operadores deben anticipar la posibilidad de que el fuego se vuelva a encender y
jamás darle la espalda.

No existe ninguna razón para pararse sobre una fuente de combustible líquido cuando solamente
se están usando extintores.

Con la excepción del combate de incendios dentro de estructuras u operaciones mineras


subterráneas, el operador debe permanecer erguido para tener una mejor y más segura movilidad.
Si se inclina o corre, puede tropezar.
El acercamiento se debe realizar siempre desde una distancia segura. Los seres humanos fueron
creados para correr hacia delante y correr de espaldas nunca es seguro.
El operador debe estar conciente de lo que se encuentra al otro extremo del fuego. El fenómeno
de “llamarada” puede incendiar otros combustibles a una gran distancia de la descarga de polvo
químico seco.
Cuando haya uno o más operadores en acción, deben permanecer alertas, comunicarse en
voz alta y siempre tener una ruta de escape lista en caso de no tener éxito.

Tipos de fuegos que se pueden presentar con líquidos inflamables o combustibles.

Algunos de los fuegos que se pueden presentar en el combate de incendios de líquidos


inflamables o combustibles y gases inflamables son:

- Fuego de líquidos combustibles o inflamables en profundidad.


- Fuego de derrame de líquidos combustibles o inflamables.
- Fuegos tridimensionales (alimentados por gravedad).
- Fuego de líquidos combustibles o inflamables en profundidad con obstáculo.
- Fuego de derrame de líquidos combustibles o inflamables con obstáculo.
- Fuegos de líquidos combustibles o inflamables bajo presión

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Fuego de líquidos combustibles o inflamables en profundidad

Los fuegos de clase B con líquidos combustibles o inflamables en profundidad presentan


problemas únicos para la aplicación de polvo químico seco. El combustible en profundidad implica
que el líquido está confinado a un área determinada por un contenedor, berma o dique. Lo único
que debe preocupar entonces es la superficie de material comprometida. No importa si la cantidad
total es de 100 lt. o 200 lt. Dado que el líquido combustible o inflamable está confinado a una
superficie total específica, es importante que el operador no se acerque mucho y salpique el
combustible, ya que esto puede provocar el aumento de la zona de fuego.
Este tipo de incendio se combate idealmente a favor del viento, pero si esto entorpeciera una ruta
de escape segura, se puede combatir con viento transversal o diagonal. Es importante que el
operador inicie la descarga desde una distancia segura, utilizando el chorro de polvo químico seco
para “aplacar” y empujar el fuego antes de acercarse.
Si la superficie del combustible es rectangular, un corte lento y calculado a través del frente de
llama arrojará el químico al espacio libre entre el borde del contenedor y la superficie del
combustible.
Esto se logra mejor mediante la separación del chorro de polvo químico seco en el frente. Por lo
general, se debe situar el chorro a unos 30 centímetros delante del frente de llama y el
desplazamiento o corte debe comenzar al menos 30 centímetros pasado un lado del fuego y
terminar 30 centímetros pasados el otro lado de éste.
Si, después del corte inicial, el fuego empieza a elevarse inmediatamente en el frente de llama
después que el chorro se ha alejado, esto significa que la descarga se está apuntando muy arriba
o, en caso de un espacio libre profundo, que el ángulo es demasiado plano. Si el fuego empieza a
reaparecer inmediatamente de uno u otro lado, el corte no se está extendiendo lo suficientemente
hacia ese lado. Si la superficie del fuego forma un círculo, como una batea redonda, la descarga
se debe comenzar lo más cerca posible, dividiendo el chorro en el frente de las llamas, se debe

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mantener ahí y contar hasta dos para luego empezar a moverlo de lado a lado. Como en el caso
de un depósito rectangular, el chorro se debe extender más allá de los extremos.
Cuando el fuego se está apagando, el operador puede dar unos pasos hacia delante lentamente,
moviendo el chorro de lado a lado hasta que el fuego se haya apagado por completo. Durante esta
acción, cada uno de estos movimientos se debe extender al menos 30 centímetros pasados
ambos extremos. Es recomendable siempre estar lo más lejos posible de la fuente de combustible,
a menos que al alcance del chorro no lo permita. Esto por su ocurriera un rápido cambio en la
dirección del viento, fallara el intento de extinción del fuego o se produjera una nueva fuente de
ignición, la superficie del combustible se volvería a encender.
Si por alguna razón es necesario estar cerca de la fuente de combustible, la velocidad del
movimiento de lado a lado debe aumentar para evitar salpicar el combustible.
No se debe perseguir a la “llamarada”. El chorro debe permanecer en la superficie del
combustible, ya que la “llamarada” se autoconsumirá rápidamente.
Cuando la extinción ha sido exitosa, se debe esperar un momento en caso de que ocurra una
reignición y después alejarse cuidadosamente hacia la ruta de escape.

Fuego de derrame de líquidos combustibles o inflamables

De todos los incendios de líquidos combustibles o inflamables, los fuegos por derrame son
probablemente los más fáciles de extinguir con polvo químico seco. No existe un “frente de llamas”
o espacio libre que pueda ocultar vapores ardiendo. La misma técnica básica que se usa con los
combustibles en profundidad se emplea aquí pero con una precaución adicional. Dado las grandes
cantidades de polvo químico seco en el aire, puede ser difícil encontrar la zona exacta del
derrame, así que es importante que el operador se mantenga lo más alejado posible para evitar
pisar la fuente de combustible sin darse cuenta.

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Fuego tridimensional (alimentado por gravedad)

Este tipo de fuego involucra líquidos inflamables o combustibles en movimiento, por lo general,
escurriendo de la fuente, bajando varios niveles y acumulándose en el suelo u otras áreas. Con
frecuencia, hay obstáculos en el lugar y, como mínimo, áreas en donde el combustible circulará
alrededor de otras estructuras. Por estas razones, es recomendable que este presente más de un
operador a la vez.
El acercamiento y aplicación inicial son los mismos que para un fuego por derrame. El
operador(es) debe abrir el chorro(s) a una distancia segura, mantener una vía de escape
despejada y después, cuando el fuego esté en movimiento, acercarse, procurando mantenerse
fuera del derrame de combustible.
Se debe comenzar la aplicación sobre el fuego a nivel del suelo y después sistemáticamente
continuar la extinción hacia arriba, hasta llegar a la fuente. El chorro de polvo químico seco se
debe mantener inmóvil por un instante sobre el combustible que esté cubriendo superficies de
metal caliente o rodeando un obstáculo, para permitir que el químico se acumule en ese punto
antes de continuar.
Si el fuego a nivel del suelo se vuelve a encender durante la aplicación, se debe iniciar la extinción
nuevamente en este punto para que la extinción sea exitosa.

Aplicación con más de un operador

Utilizar extintores en equipo puede ser la manera más segura y exitosa de extinguir un incendio en
su etapa inicial. La comunicación es la clave para una labor coordinada y segura. Se emplean
todas las otras reglas básicas de una salida y distancia seguras, mantenerse alejado de la fuente
de combustible y técnicas de aplicación personales. Cada operador debe comunicarse con voz
fuerte y clara con sus pares. Los chorros de polvo químico seco se deben abrir al mismo tiempo y
cada operador debe saber la acción que su compañero va a tomar antes de comenzar el ataque.

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Los operadores nunca se deben ubicar a extremos opuestos del fuego, dado que esto impediría la
visión y salpicaría al otro con combustible y polvo químico seco. Cada operador debe estar en la
línea de visión del otro en todo momento y conocer la ubicación de cada miembro del equipo.
Si se le acaba el polvo químico seco a un operador antes que al otro, éste debe señalar fuerte y
claramente “Estoy fuera” y después alejarse a un lugar seguro por la vía previamente acordada.
Esto le hará saber al otro operador que se debe alejar y cubrir la retirada de ambos con una
descarga de polvo químico seco entre ellos y el fuego, creando una barrera frente al calor.
Si un operador ve fuego que su compañero no haya visto, debe hacérselo saber inmediatamente.
Aunque cada operador tenga una labor específica que cumplir o una parte del fuego específica
que cubrir, es importante que cada uno esté pendiente de todos los aspectos del fuego. Los otros
operadores pueden no ver el fuego restante en una pequeña área porque su visión está
obstaculizada por la descarga de polvo químico seco.
Si el fuego se extingue exitosamente, uno de los operadores debe gritar que el incendio se ha
apagado. Enseguida, ambos deben detener la descarga, permanecer alertas y esperar en caso de
reignición para posteriormente, alejarse a un lugar seguro siguiendo la misma ruta usada para el
acercamiento.

Fuego de líquidos combustibles o inflamables en profundidad o derrame con obstáculo

Un fuego de combustible en profundidad o derrame con obstáculo impedirá que el chorro de polvo
químico seco cubra toda la superficie del líquido. Al menos dos operadores deben estar presentes
cuando existan obstáculos.
Lo primero que deben hacer los operadores es acordar un plan de ataque (hacia que lado se
desplazará cada uno y que parte cubrirá). Situados uno al lado del otro, empezar la descarga de
polvo químico seco al mismo tiempo, cada uno cubriendo dos tercios del total de la superficie.
Cuando el fuego esté en movimiento, avanzar e ir cada uno por un lado hasta que el chorro puede
llegar a la parte posterior del obstáculo en un ángulo de 45 grados. Cuando el fuego en este lugar
se haya extinguido, barrer el fuego de la superficie. Cuando se ha logrado la extinción, esperar en
caso de reignición y después alejarse por la misma vía usada para el acercamiento.

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Fuegos de líquidos combustibles o inflamables bajo presión

Por lo general, la mejor forma de extinguir líquidos inflamables o combustibles bajo presión es
cerrando la fuente de suministro, no obstante, esto no siempre es posible y seguro. El polvo
químico seco puede ser muy efectivo en este tipo de incendios. Comúnmente, es necesario aplicar
el chorro de polvo químico seco justo en el lugar de la filtración y mantenerlo ahí hasta que el
fuego se haya apagado y, posteriormente, extinguir el fuego al nivel del suelo que pueda estar
ardiendo. Se debe emplear equipamiento de flujo rápido y alta velocidad en este tipo de incendio,
dado que la tasa de flujo de polvo químico seco debe competir con el flujo de la fuga de
combustible.

Uso de polvo químico seco con líneas de agua

Aunque no es conveniente que se entorpezca el patrón de neblina, se puede descargar polvo


químico seco a través de un patrón de neblina sin que esto permita que el fuego alcance a los
operadores. Se ha comprobado que esta técnica es efectiva y segura. Utilizar un equipo o grupo
de ataque para un acercamiento seguro al fuego, lo que al mismo tiempo proporciona
enfriamiento, permite que otros operadores puedan aplicar descargas de extintores portátiles o
rodantes mas halla del patrón de neblina para extinguir el fuego. Este ataque en conjunto permite
que el grupo de ataque utilice la seguridad y propiedades de enfriamiento de las líneas de agua
sumado al alcance y rápida acción extintora del polvo químico seco.
Cuando se usa esta técnica, es necesario aplicar el polvo químico seco usando las mismas
técnicas de aplicación que se usan cuando no se ocupa un patrón de neblina. Algunos errores
comunes que se cometen en un ataque de agua y polvo químico seco son apuntar este último
directamente al chorro de agua (esto no tendrá mucho efecto en el fuego) o atravesando el patrón
de neblina con el pitón de polvo químico seco (lo que interrumpe el patrón y permite que las llamas
alcancen al equipo).

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Tasas de flujo/tasas de aplicación

Después de conocer más acerca de la química del fuego, los diferentes tipos de agentes
extintores y su funcionamiento en los aspectos físicos y químicos del fuego, esta sección estará
dedicada a la tasa de aplicación de los distintos agentes extintores.
Cada agente, sin importar el mecanismo que utilice para la extinción del fuego, tiene una tasa de
aplicación crítica. Esta es la tasa MINIMA a la que el agente se debe aplicar al fuego y, por lo
general, se expresa en relación a la cantidad de agente (libras, galones, kilogramos, litros) por
unidad de superficie (generalmente, pie cuadrado o metros cuadrados) por unidad de tiempo (en
segundos o minutos).
En la mayoría de los casos, en particular cuado se ocupa equipamiento sin sistema fijo
(mangueras manuales o extintores), se debe emplear una tasa de aplicación mayor a la tasa
crítica. Otros factores relacionados con el fuego y su extinción pueden causar problemas. La
dirección y velocidad del viento, condiciones climáticas, tiempo que lleva el combustible ardiendo,
técnicas de aplicación y fuentes de combustible son factores que afectarán la tasa de aplicación
crítica. Utilizar una tasa de aplicación mayor ayudará a anular algunos de estos factores y a
disminuir el tiempo necesario para la extinción. Existe un punto en el cual un aumento de la tasa
de aplicación no causará que disminuya el tiempo de extinción.
Los fuegos de líquidos inflamables con fuga de combustible bajo presión, combustible
tridimensional, que escurre o es alimentado por la gravedad, por lo general, necesitará una tasa
de aplicación más alta que la utilizada con fuegos por derrame o combustible en profundidad. En
aplicaciones prácticas en las que se utilizan extintores portátiles manuales o rodantes es imposible
determinar la aplicación crítica de polvo químico seco para todo tipo de circunstancias. Las
ventajas de utilizar tasas de aplicación más altas (extintores con tasas de flujo más rápidas o
múltiples extintores a la vez) son una extinción más rápida; mayor protección contra el calor
radiante (barrera frente al calor); una extinción más rápida de fuegos de combustible en
profundidad; y mejores posibilidades de extinguir incendios de presión, con obstáculos o
tridimensionales. La desventaja de utilizar tasas de flujo más altas es la pérdida de químicos y
menos tiempo de descarga para trabajar.
El personal que se ha capacitado con ejercicios de incendio reales en el uso de extintores de
polvo químico seco, a menudo es capaz de extinguir incendios más grandes y complejos con
extintores con una tasa de flujo más alta. Esto se debe, en parte, a su método de aplicación que
desperdicia menos químico (anulando la necesidad de un tiempo de descarga más largo), que
proporciona una mejor protección contra el calor radiante y a su capacidad de utilizar la extinción
más rápida para su ventaja.
En teoría, dos operadores aplicando polvo químico seco a un incendio simultáneamente puede
duplicar la tasa de flujo de cada uno de sus extintores, disminuyendo el tiempo de extinción,
proporcionando mejor seguridad para los operadores y una mejor posibilidad de tener éxito. Estas
son las razones para capacitar al personal a combatir incendios en equipo y no en forma
individual.
La NFPA 10 Norma para Extintores Portátiles señala que el sistema de clasificación UL sólo utiliza
fuegos de líquidos inflamables en profundidad para las pruebas y, por lo tanto, no se puede aplicar
a los fuegos con líquidos o gases inflamables bajo presión y fuegos tridimensionales. También
señala que estos incendios requieren equipamiento especializado y que la selección de los
extintores se debe realizar conforme a las recomendaciones del fabricante. Cuando se presta
asistencia a clientes en la selección y la ubicación ideal para el extintor según un análisis de riesgo

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detallado, es esencial tomar en cuenta la capacitación sobre extintores que posea el personal del
cliente y para la posibilidad de que ocurra un incendio que no sea con líquido inflamable en
profundidad. Si los empleados del cliente están capacitados para enfrentar incendios de líquidos
inflamables con obstáculos de líquidos en movimiento y tridimensionales, extintores con mayor
capacidad y con altas tasas de flujo serán más útiles Es importante que en las sesiones de
capacitación se utilicen las mismas tasas de flujo disponibles “en línea” en el establecimiento. Si la
capacitación del personal se realiza con extintores con químicos con un flujo altos y los extintores
en la empresa tienen una tasa de flujo bajo entonces la capacitación no ayudará a que el personal
aprenda técnicas de aplicación correspondientes a su equipamiento. Las técnicas de aplicación
para equipamiento con flujo alto difieren de las utilizadas para extintores con tasas de flujo bajo y
tiempos de descarga largos. Emplear extintores antiguos durante la capacitación puede tener el
mismo resultado. Se debe mantener la coherencia en el uso del equipo utilizado para la
capacitación y protección “en línea” si se espera que los ejercicios de capacitación funcionen.
Un alto potencial de extinción no significa mayor habilidad en el combate de incendios. Muchos
factores, incluyendo la capacitación, el tipo de incidente, el combustible y las técnicas de
aplicación afectarán cualquier intento por extinguir un incendio. Las tasas de flujo más rápidas
pueden ser una mejor respuesta a las necesidades del cliente basadas en una cuidadosa
evaluación de riesgos.

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