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La Primera Fase Tectónica Compresiva Andina: Análisis sedimentológico y estructural de

Depósitos del Cretácico Medio en la Cordillera de la Costa, Chile Central (32 ° 50′S)
Boyce, D., Charrier, R., Farias, M. (2020)

Resumen
Documentamos los efectos de la mayor compresión del Cretácico medio al Cretácico tardío dentro del
arco volcánico del margen occidental de Gondwana. El margen andino adelgazado del Cretácico
Temprano se sometió exhumación rápida relacionada con el engrosamiento y acortamiento de rocas
de arco magmático durante la inversión compresional de las cuencas intraarco del Cretácico temprano
tardío. Rocas sedimentarias y volcánicas clásticas que registran esta fase de acortamiento andino inicial
corresponde a la Formación Las Chilcas y se interpreta que ha sido depositado en una posición de
retroarco proximal. Un análisis detallado de estos depósitos revela múltiples períodos durante la
deformación compresional sostenida a lo largo del último Cretácico Temprano y Tardío, desde 105 hasta
83 Ma. Esta deformación se evidencia en la exhumación de unidades más antiguas en la Cordillera de
la Costa, en conjunto con el desarrollo de estructuras contractivas y una fuerte respuesta sedimentaria
que involucra deposición de aproximadamente 3 km de depósitos clásticos no marinos sinorogénicos
de la Formación Las Chilcas.
Las estructuras y los depósitos asociados sugieren que ocurrió el período de levantamiento y
deformación más fuerte. de 100 a 95 Ma, mientras que la posterior deformación del Cretácico Superior
fue menos pronunciada, posiblemente como resultado de la migración de deformación hacia el este.
Esta fase tectónica coincidió con sinorogénicos coetáneos similares depósitos en Chile y otras regiones
andinas, que se han atribuido al acortamiento andino inicial resultante de una importante
reorganización de la placa.

1. Introducción.

La transición entre el Cretácico temprano y tardío representa un momento crucial en la evolución de la


Cordillera de los Andes, reflejada por un cambio de un período extensional predominante a condiciones
tectónicas compresionales que provocaron importantes cambios tectónicos y paleogeográficos en el
margen continental. Este episodio, originalmente llamado fase tectónica peruana (Mégard, 1984;
Scheuber et al., 1994; Steinmann et al., 1929), se ha interpretado como resultado de una importante
reorganización geodinámica en la Tierra. En el Margen oeste de Gondwana esta fase se correlaciona con
la reorganización de la placa que causó el desplazamiento hacia el noreste de la Placa de Farallón con
una velocidad absoluta positiva normal de fosa en el margen y una convergencia oblicua entre las placas
oceánica y sudamericana (Horton, 2018a; Larson & Pitman, 1972; Maloney et al., 2013 y Somoza &
Zaffarana, 2008). Las condiciones tectónicas se desarrollaron en este momento. iniciar una nueva etapa
de la evolución andina caracterizada por la compresión dominante y la formación de montañas y por
tanto, este episodio puede considerarse como la primera fase orogénica en el desarrollo de los Andes.
Las condiciones tectónicas compresivas provocaron una abrupta modificación paleogeográfica
caracterizada por (i) una levantamiento generalizado del margen continental, generando relieve y
exhumación del arco magmático, (ii) el desarrollo de una cuenca continental al este del arco y el
retroceso del mar como producto de la deformación de los depósitos marinos de arco posterior del
Jurásico y Cretácico Inferior, y (iii) una zona bastante amplia, en su mayoría continental región del
antearco al oeste del arco (Bascuñán et al., 2016; Cecioni, 1957; Charrier & Vicente, 1972; Di Giulio y
col., 2017; Horton et al., 2016; Horton y Fuentes, 2016; Mpodozis & Ramos, 1990 entre otros).
A pesar de la importancia de esta fase, poco se ha hecho en el centro de Chile para analizar en
profundidad la sedimentología, la cronología y caracterizar las características estructurales que afectan
a los depósitos asociados. Estos últimos se agrupan en la Formación Las Chilcas, expuesta a lo largo de
la vertiente oriental de la Costa Cordillera, entre 32 ° S y 34 ° S (Figura 1).
El escaso control geocronológico de la Formación Las Chilcas y el reducido conocimiento de su
complejidad estratigráfica y estructural ha impedido a los autores anteriores restringir la distribución y
la edad de los diferentes miembros y establecer correlaciones regionales entre ellos; esto ha impedido
un robusto tectonoestratigráfico interpretación de la unidad y su significado tectónico general. Del
mismo modo, dado que no hay sinorogénico Se han descrito depósitos para esta etapa en el centro sur
de Chile (Charrier et al., 2007), la conexión entre la cuenca de antepaís rica en petróleo, intensamente
estudiada (Neuquén y La Ramada cuencas), el arco del Cretácico Superior, y sus depósitos siguen sin
estar claros. Estas incertidumbres han impedido una completa comprensión del alcance y los efectos de
esta importante reorganización paleogeográfica del Cretácico Temprano en el arco y áreas proximales
en esta región de los Andes.

Presentamos análisis estratigráficos, sedimentológicos y de procedencia detallados de Las Chilcas. Los


depósitos de formación resultantes de la principal fase tectónica peruana del Cretácico medio y el
asociado modificaciones paleogeográficas para comprender plenamente su significado y consecuencias
paleogeográficas. Basado en los resultados obtenidos de estos análisis y el conocimiento actual de la
evolución tectónica en esta región, inferimos los mecanismos tectónicos que pudieron haber originado
las estructuras que afectaron a Las Formación Chilcas. Finalmente, pretendemos correlacionar los
depósitos estudiados con otros depósitos coetáneos en Chile. y regiones vecinas y discutir el posible
escenario tectónico donde se ubicaba la cuenca de Las Chilcas.

2. Entorno tectónico y geológico

La larga y compleja evolución del margen occidental de América del Sur en el centro de Argentina y Chile
muestra una sucesión de escenarios tectónicos variados. Desde el Triásico Tardío hasta el Jurásico más
temprano, después de un período de Detenido el rift continental y posiblemente las condiciones de
subducción de baja tasa, una subducción renovada causó una importante reorganización
paleogeográfica a lo largo del oeste de Gondwanan que duró hasta el final del Cretácico Temprano
(Charrier et al., 2007; Mpodozis y Ramos, 1990). Durante este ciclo, el retroceso de la losa provocó una
extensión en el margen y adelgazamiento de la corteza (Rossel et al., 2013). El magmatismo relacionado
con la subducción formó un arco volcánico a lo largo de la línea costera actual caracterizado por densas
secuencias volcánicas primitivas y marinas intercalaciones de sedimentos (Oliveros et al., 2007; Vergara
et al., 1995). El arco volcánico separó el oceánico reino, hacia el oeste, desde un mar interior o cuenca
de arco posterior, hacia el este (Charrier et al., 2007; Mpodozis & Ramos, 1990). En el centro de Chile,
las volcánicas Jurásico y Cretácico Inferior correspondientes a esta etapa están expuestos en la Cordillera
de la Costa (Figuras 1 y 2), junto a los intrusivos Paleozoicos, que en su mayoría bordean la costa del
Pacífico. La exhumación de las unidades intrusivas del Paleozoico y Jurásico tuvo lugar entre el 106 y el
91 Ma, basado en el rastro de fisión de apatita que data de tres muestras en la Cordillera de la Costa por
Gana y Zentilli (2000) y Gana y Tosdal (1996).
Las unidades del Cretácico Temprano conforman una homoclina de inmersión hacia el este compuesta
por espesa capa volcánica y marina. Formación Lo Prado (~ 145 a ~ 132,9 Ma) y por ~ 5.000 m de espesor
volcánico primitivo (tipo inundación-basalto lavas) Formación Veta Negra (~ 132,9 a ~ 117 Ma) (Aguirre
et al., 1999; Fuentes et al., 2005; Rivano et al., 1993). Con base en datos geoquímicos y en sus grandes
espesores, Vergara et al. (1995) y Charrier et al. (2007, 2015) propuso que estas formaciones del
Cretácico Inferior se depositaran en una cuenca tectónica extensional; Sin embargo, no hay evidencia
estructural sólida que defina el tipo y la arquitectura de la cuenca han sido documentados. Sobre esta
base, se han considerado como secuencias synrift (Figura 2). La Formación Veta Negra está cubierta por
el Cerro Morado volcánico y tobáceo de 1,5 km de espesor. Formación (Carter y Aliste, 1962). En el área
de este estudio se inmiscuyen las formaciones del Cretácico Temprano por el Plutón Caleu del Cretácico
Superior y 60 km de ancho. Esta intrusión está hecha de al menos cuatro dioríticos a monzograníticos.
pulsos intrusivos con circón 208Pb / 235U rangos de edad de 99,7 a 94,2 Ma (Molina, 2014; Parada et
al., 2005). Basado en edades de meseta Ar40 / Ar39 en biotita, anfíboles y plagioclasa Parada et al. (2005)
interpretó un evento de exhumación rápida para este plutón de 94,9 a 93,2 Ma y basado en la pista de
fisión de apatita da como resultado una posterior más lenta a 94–90 Ma.
Desde finales del Cretácico Temprano, nuevas condiciones tectónicas y un nuevo entorno tectónico
prevalecieron en el oeste. margen de Gondwana (Charrier et al., 2007; Horton, 2018a; Horton, 2018b;
Horton & Fuentes, 2016; Mpodozis y Ramos, 1990). Este episodio se evidencia por discordancias en los
depósitos retroarco, sedimentos rápidos acumulación y cambios en la procedencia de las cuencas
retroarco (Bascuñán et al., 2016; Cecioni, 1957; Charrier y Vicente, 1972; Di Giulio y col., 2017; Horton
et al., 2016; Horton y Fuentes, 2016; Keidel, 1925; Mégard, 1984; Mpodozis y Ramos, 1990; Steinmann
y col., 1929; Windhausen, 1931, etc.).
A lo largo de la vertiente oriental de la Cordillera Costera, la Formación Las Chilcas (Figura 3) (Boyce,
2015; Gana & Wall, 1997; Rivano et al., 1993) revela un claro cambio de facies desde los volcánicos del
Cretácico Temprano hasta el Cretácico Tardío. Sedimentos cretácicos gruesos y de alta energía (Figura
2). Esta formación se interpreta como contemporánea a la fase tectónica descrita; sin embargo,
históricamente se le ha asignado a un amplio rango de edad, desde Cretácico temprano a tardío (Gallego,
1994; Godoy et al., 2006; Rivano et al., 1986, 1993; Thomas, 1958; Tunik y Álvarez, 2008; Wall et al.,
1999). Debido al escaso control geocronológico en el mismo y la fuerte variaciones de facies lateral y
vertical, no ha habido consenso sobre su subdivisión en miembros y su rango de edad.
Descansando disconforme y acostado sobre la Formación Las Chilcas, el Cretácico Tardío Lo Valle La
formación (70–73 Ma) consta de hasta 1.800 m de tobas intercaladas con brechas y conglomerados
andesíticos (Gana y Wall, 1997).
3. Caracterización estratigráfica y sedimentológica de las Formación Chilcas

A continuación, describimos la estratigrafía de la Formación Las Chilcas, dividida en cuatro miembros


documentados desde de abajo hacia arriba en el área de estudio. El método de construcción de estas
secciones y el análisis de facies. El método se detalla en el Texto S1 en la información de apoyo.
Inicialmente, Boyce (2015) nombró a las unidades estratigráficas aquí documentadas con letras
mayúsculas de la A a la U, incluidas secciones de la Veta Negra y las formaciones Cerro Morado, que no
son objeto del presente estudio. Nos hemos mantenido igual nomenclatura pero solo para referirse a
aquellas unidades estratigráficas en la Formación Las Chilcas correspondientes a letras mayúsculas de la
D a la U. Las secciones estratigráficas se muestran en la Figura 4, y sus ubicaciones se puede encontrar
en la Figura 3. Las facies relevantes mencionadas en el texto y mostradas en Las secciones estratigráficas
se describen en la Tabla 1.

3.1. Miembro de Pitipeumo: Laguna, río trenzado poco profundo y sistemas de abanico
aluvial distal
El miembro Pitipeumo descansa sobre una discordancia angular en la Formación Cerro Morado (Figura
5a) que representa el miembro basal de la Formación Las Chilcas (Arévalo, 1992; Espinoza, 1969; Viteri,
1970) (Figura 3). Al sur del Valle de Aconcagua, directamente sobre la formación volcánica Cerro Morado
areniscas calcáreas de grano fino fuertemente erosionadas fueron documentadas con un espesor
conservado de unos 30 m (dentro de la Unidad D). De manera similar, las algas estromatolíticas marinas,
así como las litofacies de lagunas y delta del abanico han sido documentados en la base de la Formación
Las Chilcas por Arévalo (1992) y al sur del área de este estudio en la localidad de Polpaico (ver ubicación
en la Figura 1) por Gallego (1994) y Corvalán y Vergara (1980).
El horizonte calcáreo marino basal subyace a una secuencia de 150 m de areniscas, areniscas
conglomeráticas, y conglomerados (Unidad E). En algunas localidades no existen lechos calcáreos, y los
conglomerados de la Unidad E descansan directamente sobre la Formación Cerro Morado (Figura 5a).
Tres litofacies representan los principales procesos depositacionales en esta parte del miembro de
Pitipeumo: conglomerado con soporte de clastos (Gth) mal clasificado, con soporte de matriz
conglomerados (Gmm) y areniscas masivas (Sm), mientras que capas delgadas de limolitas masivas (Fm),
aunque presentes, son raros. El proceso deposicional dominante de esta secuencia conglomerática se
interpreta como corrientes de tracción en flujos erosivos. Del análisis de litofacies interpretamos que el
conglomerado Los lechos de esta unidad representan un sistema de lecho de grava trenzado poco
profundo (según Miall, 1996).
Representando la parte superior del Miembro de Pitipeumo en esta sección y cubriendo los
conglomerados basales es un 90m gruesa sucesión de lava dacítico-andesítica (Unidad F), que a su vez
está cubierta por, al menos, 10 m de conglomerados y areniscas. La intercalación volcánica gruesa hacia
la parte superior del miembro registra el vulcanismo activo en el área.
3.2. Miembro Tabón: Sistema de abanico aluvial y sistemas fluviales trenzados poco
profundos y errantes
Al norte del Valle de Aconcagua, en la zona de Cerrillos de Catemu (ver ubicación en la Figura 3), el
Tabón Miembro descansa sobre discordancia angular en la Formación Cerro Morado (Figura 5b). Aquí,
la base del El Miembro Tabón está claramente definido por los niveles conglomeráticos intercalados
con pocos flujos andesíticos durante aproximadamente 100 m, y encima de esto descansa una
secuencia homogénea de 500 m de espesor de conglomerados gruesos soportados por matrices y
brechas sedimentarias (Gmm). Por lo tanto, de alguna manera diferente a lo que se describe a
continuación al sur de la Valle de Aconcagua, el miembro de Tabón aquí está dominado por facies Gmm,
casi sin grano fino intercalaciones, que indican la descarga continua de flujos de escombros en un
entorno de abanico aluvial proximal.
Al sur del Valle de Aconcagua, en el arroyo Las Chilcas, el miembro conglomerado de Tabón de 1.750 m
de espesor incomoda sobre el miembro de Pitipeumo y se puede subdividir en nueve unidades
sucesivas nombradas de G a N (Figura 4) cada uno de ellos con su propio sistema sedimentario
predominante. Aquí, los depósitos más bajos del Miembro Tabón rellenan una incisión profunda en el
Miembro Pitipeumo, que evidencia un importante proceso de erosión antes de la deposición del
miembro de Tabón (se analiza en mayor detalle en la sección 5.1).
En la parte inferior, la Unidad G rellena la incisión descrita; conglomerados de guijarros y rocas masivos
soportados por matrices (Gmm) intercalado con areniscas de guijarros masivos (Sm), intercalaciones
ocasionales de Los conglomerados soportados por clastos y unas pocas capas delgadas de limolita
masiva (Fm) totalizan un espesor de ~ 300 m. (Unidad G). El conjunto de litofacies en esta unidad es
característico de los sistemas de depósito de abanico aluvial (Blair & McPherson, 1994; DeCelles y col.,
1991; Miall, 1996).
Aún llenando la parte superior de la incisión, unos conglomerados homogéneos y masivos de ~ 500 m
de espesor La secuencia (Unidad H) cubre de manera conforme a la Unidad G. Esta secuencia se
compone de facies Gmc y Gmm, con algunos bloques de tamaño decamétrico (Figura 5c). Varias capas
de conglomerado amalgamadas de estas facies forman masivos afloramientos verticales de hasta 15 m
de espesor. La interpretación de esta unidad es en muchos sentidos idéntica a la de Unidad G; Sin
embargo, la falta de capas masivas de areniscas de guijarros (Sm) indica un ingreso continuo de alta
energía. escombros y flujos pseudoplásticos, una característica distintiva de los sistemas de abanico
aluvial proximales o jóvenes (Blair y McPherson, 1994). La Unidad H superpuesta de manera conforme
es la Unidad I (~ 225 m), cuyos conglomerados (Gcm y Gth) se intercalan con La limolita masiva (Fm)
constituye su principal asociación de litofacies (Figura 5d), lo que indica transporte por tracción en
corrientes turbulentas. La falta de lentes o capas de arenisca y las tendencias de gradación en los
conglomerados sugieren una descarga constante de alta energía. Depósitos similares con fuertes
variaciones en la dirección del flujo y carentes Miall (1996) interpretó importantes lentes de arenisca
como el producto de los ríos errantes del lecho de grava.
Por encima de la Unidad I, la Unidad J de ~ 55 m de espesor está hecha de conglomerados (Gmm)
intercalados con ambos masivos (Sm) y areniscas estratificadas horizontalmente (Sh) con espesores de
30 a 50 cm. Como se discutió anteriormente, tales sucesiones se interpretan típicamente como el
producto de un sistema de abanico aluvial proximal. La Unidad K suprayacente (~ 70 m) consiste en una
sucesión homogénea de 0,5 cm a 1,5 m de espesor conglomerado estratos (Gth) intercalados con
estratos de arenisca de 20 a 30 cm de espesor (Sm, Sh) con estratos erosivos bases. Como se discutió
para el miembro de Pitipeumo, la interpretación de la asociación de litofacies Gth ‐ Sh ‐ Sm representa
depósitos de un río trenzado de lecho de grava poco profundo. Conforme sobre la Unidad K, una capa
tobácea rojiza y fuertemente oxidada (~ 30 m) comprende la Unidad L. al este del arroyo Las Chilcas y
la Unidad L suprayacente, las unidades Mand N (~ 350 m) consisten en areniscas grises macizas (Sm),
conglomerados masivos (Gmm), brechas ricas en cristales (Bm) y algunas limolitas masivas (Fm) (Figura
5e), cuya asociación representaría principalmente un sistema de abanico aluvial distal y proximal y un
sistema fluvial. Una incisión importante en la base de la Unidad N se rellena con una matriz masiva
apoyada conglomerado (Gmm), que se incluye en la misma unidad.

3.3. Miembro Ñilhue: Calizas


Al norte del Valle de Aconcagua, Carter y Aliste (1962) definieron una unidad calcárea que descansa
sobre el Miembro Tabón como Miembro de Ñilhue. Consiste en capas de piedra caliza de lechos
delgados que contienen fósiles de moluscos, frescos almejas de agua, restos de plantas y fragmentos
de madera, lo que indica un origen de agua dulce (Carter & Aliste, 1962; Elgueta y col., 1990; Sánchez,
1968). En la localidad tipo, el espesor informado del miembro Ñilhue es ~ 825 m (Carter y Aliste, 1962);
sin embargo, dado el espesor considerablemente menor observado en otras regiones durante este
estudio y la complejidad estructural observada en la zona de Ñilhue, este espesor es posiblemente
exagerado debido a repeticiones estructurales. Al sur del Valle de Aconcagua, en el arroyo Las Chilcas
(Figura 3), este miembro no se conserva y por lo tanto el miembro superior de El Calvario descansa
directamente sobre el miembro de Tabón. Sin embargo, 14 km al SO de Las Chilcas Creek, se expone
una capa de piedra caliza de 25 m de espesor (Unidad P). Esta unidad calcárea, presenta nódulos de
sílex, y algunas intercalaciones de margas y calcarenitas, está fuertemente erosionada y veteada
localmente por el efecto de un Intrusión diorítica del oligoceno. Godoy (1982) describió en este
miembro fósiles de algas que indican una laguna medio ambiente, conclusión que difiere del origen
continental asignado por otros autores y causa incertidumbres sobre su entorno depositacional. No
obstante, interpretamos desde la posición estratigráfica que estos lechos de piedra caliza (Unidad P)
se correlacionan con el Miembro Ñilhue.

3.4. Miembro El Calvario: Renovación de la actividad volcánica

Encima del Miembro Ñilhue, el Miembro El Calvario se definió originalmente como la base del Lo Valle.
Formación (Carter y Aliste, 1962). Sin embargo, en función de su posición estratigráfica, la similitud
litológica, y las nuevas edades presentadas en la sección 4, lo hemos incluido como el miembro superior
de Las Chilcas Formación. En el arroyo Las Chilcas, el miembro de El Calvario se superpone de manera
disconforme al miembro de Tabón en ausencia del diputado Ñilhue. El Miembro El Calvario en esta
localidad sella la deformación que afecta el miembro Tabón con una falla de retroceso (estocada de
Los Maquis, descrita más detalladamente en la sección 5.1).
En el tramo estratigráfico completado en la quebrada Lo Valle, el Miembro El Calvario se subdividió en
cinco Unidades conformables (Q a U) (Figura 4), que están cubiertas de manera disconforme por la
Formación Lo Valle (Figura 5f). La unidad Q (~ 150 m) se caracteriza por conglomerados soportados por
matrices (Gmm) y con una matriz intensamente hematitizada. Arriba, la Unidad R (~ 130 m) descansa
sobre la Unidad Q y consta de lavas andesíticas y brecha. La Unidad S suprayacente (~ 180 m) también
está formada principalmente por lavas andesíticas, pero incluye tres intercalaciones de clastos
soportados por clastos y mal seleccionados (Gmc). La unidad T (~ 180 m) se caracteriza por
conglomerados masivos, sostenidos por clastos y matrices (Gmc y Gmm). Finalmente, la Unidad U
comienza con una sucesión de 50 m de espesor de lavas andesíticas que ascienden hasta 130 m de
conglomerados (Gmm) y brechas sedimentarias. A partir de la matriz sostenida por la matriz (matrix-
supported array) y el tamaño de grano variable de todas las unidades sedimentarias en el miembro El
Calvario, los principales procesos de depósito que tuvieron lugar entre los eventos volcánicos se
pueden interpretar como flujos de detritos de diferentes energías. El significado de las unidades
volcánicas en este miembro indica la renovación de una intensa actividad volcánica en la cuenca de Las
Chilcas.

3.5. Resumen de los ambientes sedimentarios


La caracterización estratigráfica y sedimentológica presentada permite comprender la distribución de
las unidades y miembros en el área de estudio (Figura 3) y los cambios paleogeográficos que tuvieron
lugar durante la deposición de la Formación Las Chilcas. Los principales entornos documentados son
(1) ingreso marino registrado por las capas basales de piedra caliza durante las etapas iniciales del
Miembro Pitipeumo; (2) grava poco profunda lechos de sistemas fluviales errantes en algunas etapas
de los miembros de Pitipeumo y Tabón; (3) sistema de ventilación aluvial durante la mayoría de los
miembros de Tabón y El Calvario; (4) inundaciones de agua continental o marina grabado por el
Integrante Ñilhue; y (4) intensa actividad volcánica en partes del Pitipeumo y El Miembros del Calvario.

4. Resultados geocronológicos de U ‐ Pb

4.1. Niveles muestreados

Restringir la edad de la Formación Las Chilcas y determinar qué unidades estuvieron bajo erosión
durante su deposición, se han realizado cinco determinaciones de edad U-Pb en circones detríticos al
sur del Aconcagua Valle y uno al norte del valle (Figuras 3 y 6). Con el mismo objetivo, se realizó una
datación U ‐ Pb sobre circonitas ígneas de clastos de toba recolectados en la base de la Formación Las
Chilcas. Para restringir la edad deposicional, se hicieron dos dataciones de circón U-Pb en muestras
volcánicas ubicadas en la parte superior y fondo de la Formación Las Chilcas (Figuras 3 y 6). Además,
se realizó una datación U ‐ Pb de circón ígneo a partir de muestra volcánica tomada al fondo de la
Formación Lo Valle. Finalmente, una muestra del plutón Caleu fue fechado por la misma técnica. Se
expone un resumen de todas estas dataciones radiométricas realizadas en este estudio. en la Tabla 2.
Asimismo, la distribución de edades se puede observar en la Figura 3. La base de edad depositacional,
la datación El método, las texturas de circonitas y los datos analíticos se detallan en el Texto S1 en la
información de apoyo.

4.2. Edades de circón ígneo


Una muestra de clastos de toba cristalina (P16‐2111) 150 m por encima de la base de la Formación Las
Chilcas arrojó una edad media ponderada de 112 ± 1,3 Ma (Figura 6). Su edad indica que los clastos
probablemente se deriva de la formación volcánica Cerro Morado subyacente.
Se obtuvo una edad media ponderada de circón U ‐ Pb de 103 ± 0,68 Ma a partir de 29 circones ígneos
de una andesita de piroxeno (PP3‐1601) (Figura 6) expuesta en la parte sur de la región de estudio,
próxima a la localidad de Punta Peuco (ver localidad en la Figura 1). Esta sucesión volcánica se
superpone a las calizas Polpaico, que nosotros correlacionado con lechos calcáreos en la base del
Miembro Pitipeumo. Se obtuvo una edad media ponderada de circón de 91,1 ± 0,74 Ma de 31 circones
de una muestra (QC3-0204) recolectada de una capa andesítica gruesa en la base del Miembro El
Calvario (Figura 6). En el arroyo Lo Valle, en la base de la Formación Lo Valle, una toba cristalina (ET31-
1407) arrojó una media edad ponderada de 73,3 ± 0,45 Ma de 31 circonitas (Figura 6).
En el límite oriental del Caleu Plutón, cerca del contacto con la Formación Las Chilcas (ver ubicación en
la Figura 3), una muestra de granodiorita fanerítica fuertemente erosionada (P3-2211) arrojó edades
de circón que variaban de 109,0 ± 3,8 a 123,4 ± 1,9 Ma, con una edad media ponderada de 115 ± 1 Ma
(ver Concordia en la información). Esta edad es mucho mayor que las edades obtenidas previamente
de este plutón (89 y 106 Ma) (Molina, 2014), lo que sugiere la existencia de pulsos magmáticos más
antiguos en el borde oriental del plutón.

4.3. Edades de los circones detríticos


Miembro de Pitipeumo: Una muestra de arenisca (P5‐2211) proporcionó 100 granos de circón que
arrojaron edades entre 105 y 121 Ma (Figura 6); se tomó en la misma capa donde se colocaron los clastos
de toba cristalina (muestra P16‐2111) colectados, 150 m arriba del contacto basal con la Formación
Cerro Morado. Circones de este formulario de muestra un solo pico con una cima plana y edades que
oscilan entre 111 y 114 Ma. La edad de circón más joven con una discordancia <10% es 105,7 ± 3,3 Ma
que representa la edad de depósito.
Miembro Tabón: en la base del Miembro Tabón se analizaron 104 granos de circonitas de una capa fina
de arcosa. (LC6-1609) (Figura 6). Todos los circones analizados arrojaron un solo pico a 100 Ma, que se
puede interpretar como la edad máxima de depósito. La edad del circón más joven con una discordancia
<10% es 97,9 ± 2 Ma, que representa la edad deposicional. Dado el pequeño número de circonitas con
discordancia <10% en esta muestra y para tener un registro más completo, hemos considerado todas las
edades de circón con valores de discordancia <20% (n = 48) para el análisis de procedencia.
Hacia la parte media a superior del Miembro Tabón, se obtuvieron 27 circonitas a partir de un grano
medio arenisca (LC3‐1509) (Figura 6). Debido al pequeño número de circonitas, la edad obtenida es
estadísticamente débil. Teniendo en cuenta el pico de probabilidad más importante y más joven, la edad
máxima de depósito es 96 Ma. La edad más joven del circón con una discordancia <10% es 95.0 ± 2.4
Ma, que es probablemente la deposición la edad. Para el análisis de procedencia se consideraron
circonitas con discordancia <15% (n = 16). Miembro Ñilhue: La muestra única fechada en este miembro
fue recolectada al norte del Valle de Aconcagua (CA5‐ 1501) en una capa de piedra caliza fuertemente
erosionada. En esta muestra se analizaron 100 cristales de circonitas (Figura 6).
La gráfica de probabilidad muestra un solo pico a 107 Ma. El diagrama de Concordia muestra una
intersección más baja en 99.5 ± 8,3 Ma. La edad de circón más joven con una discordancia <10% rindió
104,3 ± 1,6 Ma. Porque los resultados muestran valores muy discordantes, y con el fin de obtener datos
suficientes para el estudio de procedencia, los granos de circonio con se consideraron discordancias
<20% (n = 33) para este objetivo específico.
Miembro El Calvario: Hacia la cima de la Formación Las Chilcas, en el Arroyo Lo Valle (ver ubicación en
Figura 3), se muestreó una estela de cuarzo arcosico fino (LV5-1709) y se extrajeron 100 circonitas para
su análisis. (Figura 6). La edad máxima de depósito se registra mediante el pico de probabilidad más
importante y más joven. en 93 Ma. El resto de las edades de circón forman un grupo entre 84,2 ± 6,5 y
100 Ma. La edad del depósito sería el del circón más joven, que tiene 82,7 ± 5,7 Ma, con una discordancia
del 0,36%; sin embargo, dado Debido al amplio error asociado con este resultado, es difícil asignar una
edad de depósito precisa. A su vez, considerando la edad de circón U ‐ Pb de 91.1 ± 0.74 Ma de la lava
QC3‐0204, recolectada cerca de la parte superior de este miembro, la edad de esta capa es probable
que esté cerca de la edad máxima dentro del error de la edad más joven del circón, por lo tanto,
alrededor de 88 Ma. Para el análisis de procedencia, solo se consideraron circonitas con discordancia
<10% (n = 64).

5. Estructuras y estilo estructural

Como se ha descrito, la Formación Las Chilcas presenta importantes variaciones estratigráficas laterales
y horizontales. Esto sugiere la existencia de una intensa actividad tectónica coetánea con su deposición.
Con el fin de comprender qué estructuras pueden haber influido en este proceso, describimos las más
relevantes observadas en la zona.

5.1. Sur del Valle de Aconcagua


Al sur del Valle de Aconcagua se encuentra el anticlinal asimétrico de Cerro Blanco, vergente este
(Figura 7a), cuyo núcleo es de la Formación Cerro Morado y el Miembro Pitipeumo. Esta estructura se
extiende con un NNW-SSE llamativa línea de bisagra durante más de 12 km (ver Figura 3) y presenta
una extremidad trasera casi plana y un frontal empinado extremidad, características que sugieren un
origen de pliegue de propagación de empuje (Suppe y Medwedeff, 1989). La parte inferior de la
extremidad frontal consta de capas de inmersión 50 ° este del miembro de Pitipeumo, que son
discordantemente superpuesto por los conglomerados de inmersión 30 ° este del miembro Tabón
(Figuras 7b y 7c; ubicación superpuesta etiquetado en la Figura 3). En el arroyo Los Loros (ver ubicación
en la Figura 3) este traslapo ocurre con una arquitectura levemente diferente: Las capas del Miembro
Tabón que se sumergen 30 °E llenan una incisión profunda generada en el 50 ° este de inmersión
volcánica del Miembro Pitipeumo (Figura 7b), evidenciando un fuerte proceso de erosión que tomó
lugar antes o durante la deposición del Miembro Tabón. Esta discordancia intraformacional (entre el
dos miembros) restringe el desarrollo inicial del anticlinal antes de la deposición del Tabón Miembro.
Al este del onlap, en el extremo oriental del anticlinal, los conglomerados de Tabón muestran una
sección ascendente Disminución del buzamiento y un engrosamiento lateral hacia el este de los lechos
que conforman una geometría de estratos de crecimiento. (Figura 7d) (vea la ubicación de los estratos
de crecimiento etiquetada en el mapa de la Figura 3). Esta característica se generó durante el desarrollo
del anticlinal Cerro Blanco mientras se depositaba el Miembro Tabón. El crecimiento del anticlinal bajo
tensión compresiva está respaldado por el registro de 13 lados de rebanada medidos en la extremidad
frontal mostrando movimiento inverso y por fallas inversas menores registradas en las capas del
conglomerado del Tabón Miembro también en la extremidad frontal.
Al oeste del anticlinal de Cerro Blanco aflora el Caleu Plutón (Figura 3). Una empinada falla de inmersión
hacia el oeste (Los Falla Perros) está expuesta en el contacto entre esta unidad y la Formación Las
Chilcas (Figuras 7e y 7f). Los escasos lados de corte y las fracturas por cizallamiento conservadas en la
zona de la falla (Figura 7f) sugieren un empuje del pluton Caleu sobre la Formación Las Chilcas.
Localmente se ven afectadas zonas con intensa alteración argílica por fallas inversas que forman duplex
orientales. A pesar de la escasa información estructural disponible en la culpa de comprender mejor su
cinemática, el hecho de que la Falla de Los Perros ponga en contacto el este y unidades más antiguas
del Caleu Pluton (113 Ma), que según Parada et al. (2005) se emplazó en 7 km de profundidad, con la
base mucho más joven de la Formación Las Chilcas (105 Ma), sostiene una vertiente oriental
movimiento inverso de esta estructura.
Tres kilómetros al este del anticlinal de Cerro Blanco, el monoclinal de longitud de onda corta de Los
Peumos se deforma la sección media a superior del miembro Tabón (ubicación en la Figura 3). Esta
estructura presenta el mismo golpe como el anticlinal Cerro Blanco, pero su ángulo entre miembros es
más abierto. El limbo oriental de Los La monoclina de Peumos está compensada por una falla de
inmersión este de ángulo alto, el retroceso de Los Maquis (Figura 7g). Esta falla empuja la sección
inferior del Miembro Tabón sobre su sección superior y es sub-horizontal sellado por el miembro de El
Calvario, aunque se puede observar un pequeño desplazamiento en la parte inferior Miembro de El
Calvario sobre el contrafuerte de Los Maquis. Finalmente, se registra la deformación más joven ocurrida
en la Formación Las Chilcas, en la quebrada Lo Valle (ver ubicación en la Figura 3), el miembro de El
Calvario exhibe una monoclina de bisagra abierta con la extremidad frontal inclinándose 25 ° hacia el
este, aplanándose suavemente hacia el este (Figura 5f). La Formación Lo Valle se superpone
subhorizontalmente esta estructura en una discordancia angular.

5.2. Norte del Valle de Aconcagua


Al norte del Valle de Aconcagua, la ausencia del Caleu Plutón permite la observación de las
características estructurales y las relaciones estratigráficas entre el Cerro Morado y las formaciones
subyacentes Veta Negra y Lo Prado. Estas unidades forman una monoclina masiva orientada N-S y con
inmersión este, la monoclina Melón, que se extiende a lo largo de su eje por más de 40 km (vea el pliegue
en el mapa de la Figura 3 y la foto en la sección de información de respaldo). En su lado occidental, los
estratos se inclinan 20-30 ° hacia el este; El buzamiento aumenta hacia el este alcanzando valores de 50
° en el valle de Catemu Creek (Figura 3). En la parte central de la monoclina se reconocieron varias fallas
normales subverticales, llamativas N-S. A lo largo de este valle un lineamiento NS con varias ocurrencias
de intrusiones y alteración hidrotermal, que actualmente se extraen de cobre, sugiere la presencia de
una estructura N-S profundamente asentada (ver ocurrencias de minería de Cu en la Figura 3).
Interpretamos que este alineamiento puede considerarse como una extensión de la falla Los Perros
hacia el norte; sus implicaciones geométricas se analizan con más detalle en la sección 6.4. Al este de
este lineamiento, la parte superior de la Formación Veta Negra y la Formación Cerro Morado se inclinan
unos 35 ° hacia el este y más al este están cubiertos de manera discordante por el Miembro Tabón de la
Formación Las Chilcas, inclinándose 20 ° hacia el este (ver disconformidad en la Figura 5b). La presencia
del Monoclinal Melón permite estimar el espesor potencial de la Formación Veta Negra de alrededor de
6.000 m en su sección más gruesa, al oeste de la Falla Los Perros, y de unos 3.500-4.000 m al este de
esta estructura (más detalles en la sección 6.4).
6. Discusión

6.1. Nueva Cronoestratigrafía y Procedencia de Sedimentos de la Formación Las Chilcas


Según las sucesiones estratigráficas descritas, las edades obtenidas por autores anteriores y las nuevas
edades presentado en este trabajo (Tabla 2), es posible reconstruir la siguiente cronoestratigráfica y
procedencia para la Formación Las Chilcas. Incómodamente superpuesta a la Formación Cerro Morado,
la Formación Las Chilcas se puede subdividir en los cuatro miembros descritos en la sección 3. Las edades
de cada uno de estos miembros se han estimado en base a los nuevos datos radiométricos y sus
relaciones estratigráficas que detallamos a continuación. Miembro de Pitipeumo: rango de edad
estimado de ~ 105 a ~ 100 Ma. Las edades de procedencia registradas en este miembro son idénticos a
los inferidos para la Formación Cerro Morado, lo que confirma que esta última es la principal fuente para
los depósitos de la parte inferior a media del Miembro de Pitipeumo. Esto es consistente con el 112 ±
1.3 Edad Ma U ‐ Pb obtenida en los clastos de toba cristalina (P16‐2111) recolectado en el Miembro
Pitipeumo. Se expone una sucesión calcárea de 30 m de espesor incluida por Thomas (1958) en la
Formación Las Chilcas 20 km al sur de la región de estudio y 35 km al noroeste de Santiago. Estos
depósitos, llamados Polpaico Las calizas fueron descritas a fondo por Gallego (1994) pero nunca han sido
asignadas a una escala estratigráfica precisa. posición en la Formación Las Chilcas. Reportamos una
nueva edad de circón U ‐ Pb de 103.2 ± 0.7 Ma obtenida en una muestra andesítica (PP3-1601)
recolectada de una sucesión volcánica superpuesta a las calizas cerca de Punta Peuco (ver localidad en
la Figura 1). Sobre esta base cronológica, las Calizas Polpaico pertenecen a la base de Miembro de
Pitipeumo, por lo tanto, un equivalente lateral de la Unidad B descrita en la sección 3.
Miembro de Tabón: rango de edad estimado de ~ 100 a ~ 95 Ma. Los resultados de procedencia
obtenidos en el parte del Miembro Tabón indican que este miembro recibió escombros únicamente de
los niveles volcánicos del Miembro de Pitipeumo. Hacia la parte media a superior de este miembro, la
fuente principal registró corresponde a una mezcla de circones de la actividad volcánica coetánea y del
subyacente del Cerro Formación Morado. Granos escasos con edades de 160 y 173 Ma coinciden con la
edad del batolito jurásico ubicado en la actual vertiente occidental de la Cordillera de la Costa. Sin
embargo, según Gana y Zentilli (2000), este batolito alcanzó la superficie solo alrededor de los 70 Ma.
Por lo tanto, estos granos se reciclan o corresponden a la Formación Horqueta volcánica del Jurásico
Tardío.
Miembro Ñilhue: Rango de edad estimado de ~ 95 a ~ 91 Ma. En la única muestra recolectada en este
miembro, un solo pico con una edad similar a la de la cima de la Formación Cerro Morado es
probablemente debido a una paleogeográfica local condición. Donde se tomó esta muestra, en la zona
de Llanos de Portales, el Miembro de Pitipeumo es ausente y el Miembro Tabón descansa directa e
inconformablemente sobre la Formación Cerro Morado, careciendo fuentes directas de circonitas más
jóvenes. Por lo tanto, en este caso, la edad deposicional real representada por el más joven Es probable
que la edad del circón sea incorrecta.
Miembro de El Calvario: rango de edad estimado de ~ 91 a ~ 83 Ma. Algunas diferencias importantes
aparecen al considerar la edad de procedencia de la muestra detrítica en este miembro en comparación
con los miembros subyacentes. Los picos bien definidos de 119 y 93 Ma aparecen en este miembro por
primera vez. El más joven (93 Ma) coincide con la edad de la unidad plutónica más joven del plutón Caleu
(Molina, 2014). Esto es consistente con la edad de exhumación del plutón determinada por los datos de
las huellas de fisión, que ocurrió entre 94 y 90 Ma (Parada et al., 2005). Los granos de circón más jóvenes
de este pico (82 a 90 Ma) probablemente derivan de la coetánea actividad volcánica evidenciada por las
frecuentes intercalaciones volcánicas en este miembro. El pico más antiguo (119 Ma) coincide con la
edad de la Formación Veta Negra (Aguirre et al., 1999; Fuentes et al., 2005), en la cual el pluton fue
emplazado. Así, a pesar de su composición de andesitas y basaltos, esta formación parece ser una
importante fuente de circón. Esto es consistente con la presencia recurrente de clastos de andesita que
contienen grandes fenocristales de plagioclasa (una característica típica de la Formación Veta Negra) en
el Miembro El Calvario unidades. En este miembro también están presentes tres picos de circonio más
antiguos y menores; el primero (170 Ma) es similar a las escasas circonitas presentes en el Miembro
Tabón y por lo tanto posiblemente sean recicladas o correspondan a circonitas derivado de la formación
volcánica Horqueta. Los dos picos más antiguos de 289 y 303 Ma, aunque algo más joven que la edad
del Batolito Costero Paleozoico (300 a 320 Ma de Deckart et al., 2014), podría ser reciclado u originado
a partir de ese batolito, que, según las edades en Gana y Zentilli (2000), llegó a la superficie al mismo
tiempo que se depositaba el Miembro El Calvario.
Según esta nueva información, la Formación Las Chilcas tendría un rango de edad entre 105 y 83 Ma.
Este rango de edad coincide bien con las edades asignadas a otras formaciones que se interpretan como
asociadas con la fase tectónica peruana por autores anteriores en Chile y en otros lugares de los Andes,
norte y sur de la región de estudio.

6.2. Cronología de la deformación


Con base en la evidencia sedimentológica, estructural y cronológica proporcionada en este artículo, es
posible reconocer que el período de transición desde la extensión del Cretácico Temprano al Cretácico
Tardío compresivo La fase se extiende desde 116 a 105 Ma cuando la Formación Cerro Morado se
depositó en un entorno tectónico postrift (descrito con más detalle en las secciones 6.4 y 6.6).
Posteriormente, al menos cuatro períodos de compresión continua el tectonismo se produjo desde el
Albiano hasta el final del Cretácico. El primer período tectónico es coetáneo con las primeras etapas del
emplazamiento de Caleu Pluton y se evidencia por la erosión y discordancia angular expuesta al norte
del Valle de Aconcagua en el limbo frontal del Monoclinal melón entre la Formación Cerro Morado y el
Miembro Tabón. En esta región, los más jóvenes Pitipeumo Member está ausente, lo que sugiere que
el levantamiento y la erosión asociados con este evento (i) eliminaron el Miembro de Pitipeumo o (ii)
impidió su deposición. También puede ser posible que haya una superposición relación entre la
Formación Cerro Morado y el Miembro Tabón, que también podría involucrar el Miembro de Pitipeumo.
En este caso, el miembro de Pitipeumo se separaría antes de llegar al nivel actual. superficie. No
obstante, el abrupto cambio de facies de la Formación Cerro Morado al Miembro Pitipeumo a 105 Ma
y el proceso de erosión y plegamiento claro ocurrió en la Formación Cerro Morado antes de la El
Miembro Tabón fue depositado indican que el Miembro Pitipeumo representa los primeros depósitos
orogénicos de la cuenca Las Chilcas.
El segundo período de compresión ocurre coetáneamente con el emplazamiento de la última fase del
Caleu Pluton. Este período se registra por la discordancia entre los miembros de Pitipeumo y Tabón en
el miembro frontal. del anticlinal Cerro Blanco. Además, la incisión profunda en el miembro de
Pitipeumo rellenada por el basal Los conglomerados de Tabón y la geometría de los estratos de
crecimiento desarrollados en estos conglomerados al este de la extremidad frontal del anticlinal,
indican que el crecimiento del anticlinal ocurrió, al menos en parte, simultáneamente con la
acumulación de los conglomerados de Tabón. Estas gruesas sucesiones molasicas depositadas en esta
subfase y las estructuras descritas anteriormente, posiblemente definan esto como el período de
compresión más fuerte dentro de esta importante fase compresiva. La edad obtenida en el Miembro
Tabón indica que la deformación en este período ocurrió entre ~ 100 y ~ 95 Ma. El tercer período de
deformación lo registra el retroceso de Los Maquis, que se desarrolló después de la deposición. del
Miembro de Tabón, siendo parcialmente sellada por el Miembro de El Calvario. Basado en esto, puede
ser concluyó que el período compresivo ocurrió coetáneamente con la deposición del Miembro Ñilhue.
Una época de 91.1 ± 0.74 Ma obtenido en la base del Miembro El Calvario, encima del retroceso Los
Maquis limita la edad de este período de deformación. La ausencia del integrante Ñilhue en algunos
tramos sur del Valle de Aconcagua también podría reflejar el proceso de deformación y erosión
generado durante este período. Finalmente, la evidencia de un cuarto período de deformación suave
se registra en amplios pliegues N-S en El Calvario. Miembro. Esta estructura está cubierta de manera
discordante por la Formación Lo Valle, casi llana, en la que una muestra cercana a su base rindió 73,3 ±
0,45, sellando y limitando la fase de deformación del Cretácico Superior. Estos cuatro períodos
compresivos indican la existencia de un régimen compresivo a lo largo del Tardío. Cretácico y
particularmente a lo largo de la deposición de la Formación Las Chilcas. Su naturaleza sinogénica Ocurrió
en relación con el desarrollo de estructuras compresivas y estratos de crecimiento. La melaza gruesa El
miembro de Tabón se considera el registro orogénico más notable de este período (100–95 Ma).

6.3. Implicaciones tectónicas basadas en resultados de procedencia


Los análisis de procedencia basados en las edades de circonio detrítico descritas en la sección 6.1
reflejan un patrón de evolución de la Formación Las Chilcas que puede interpretarse como resultado de
la exhumación de Unidades volcánicas e intrusivas relacionadas con el arco que afloran en la Cordillera
Costera actual (Figura 8a). Las variaciones de procedencia documentan un destecho normal del arco del
Cretácico medio y Cretácico temprano secuencias durante este período. Las unidades bajo erosión se
registran en este orden: (1) vulcanismo coetáneo de erosión de la Formación Las Chilcas, (2) erosión de
la Formación Cerro Morado, y (3) erosión de la Veta Formación Negra junto al Caleu Pluton. Esta
secuencia indica que la mayor parte de los sedimentos suministran en la Formación Las Chilcas
provienen de estas fuentes del Cretácico relacionadas con el arco. Al mismo tiempo, un coetáneo Se
llevó a cabo la exhumación de unidades occidentales más antiguas como sedimentos jurásicos y
unidades intrusivas del Paleozoico. Este es registrado por la exhumación de huellas de fisión de apatita
edades de intrusiones jurásicas y paleozoicas en la costa Cordillera (Gana y Zentilli, 2000). Sin embargo,
solo algunos granos de circonio jurásico raros están documentados en el Formación Las Chilcas (en las
muestras LC3‐1509 y LV5‐1709). Esto se puede interpretar como una consecuencia de un proceso de
exhumación que tiene lugar en dos bloques levantados estructuralmente diferentes: el bloque este,
que exhumado los volcanes del Cretácico relacionados con el arco, suministrando sedimentos a la
Formación Las Chilcas, y el bloque occidental elevando y exhumando las unidades jurásicas,
suministrando sedimentos al oeste y sólo localmente a la Cuenca Las Chilcas. El bloque oriental, que
levantó y exhumó las unidades del Cretácico relacionadas con el arco, coincide apropiadamente con la
interpretación estructural descrita a continuación en la sección 6.4 para las cuencas del Cretácico
invertido.

6.4. Interpretación de la estructura profunda


La evolución de levantamiento, erosión y deposición caracterizada anteriormente proporciona una
buena aproximación de los procesos tectónicos involucrados en la deposición de la Formación Las
Chilcas. Aun así, representando la corteza superior La arquitectura por secciones transversales permite
interpretar la vergencia general, los mecanismos de deformación y las estructuras de control, que son
elementos clave para la interpretación posterior de la paleogeográfica cambios generados por los
períodos compresivos descritos anteriormente. Como se indicó anteriormente, poca información
podría obtenerse directamente de la observación de los planos de falla, ya que prácticamente no hay
evidencia para determinar su geometría en profundidad. Así, los movimientos de fallas se han
interpretado en función de sus efectos sobre la sucesión estratificada expuesta y el contacto con
cuerpos intrusivos. Presentamos las siguientes dos secciones transversales (Figura 8b), que son una
interpretación del modelo estructural basado en la inversión de la normal previa fallas en una matriz
de medio graben, que participó en la evolución del intraarco extensional del Cretácico Temprano
lavabos. Se prefiere esta matriz de medio graben de inmersión oeste ya que es consistente con la
vergencia este de las principales estructuras en toda la zona. Además, esta arquitectura se ha registrado
consistentemente en otros Cuencas del Cretácico Temprano en Chile como el Chañarcillo (Martínez et
al., 2013) y la Quebrada Marquesa (Del Real & Arriagada, 2015) cuencas. Una mayor justificación para
la interpretación de la arquitectura profunda de cada estructura se describe a continuación; sin
embargo, este modelo no ha sido probado en un software de restauración; por eso, aún pueden ser
posibles diferentes arquitecturas estructurales. El método de cómo se construyeron estas secciones es
detallado en la sección de información de apoyo. Aunque se han mapeado varias fallas normales
orientadas N-S en la Formación Veta Negra en este y en anteriores estudios (Boric et al., 2002), no se
ha proporcionado ninguna evidencia estructural definitiva que indique condiciones durante la
deposición de esta unidad volcánica. Sin embargo, como se describió anteriormente, el Veta Negra Se
interpreta que la formación se ha depositado bajo tectónica extensional extrema en una delgada capa
de corteza continental (Vergara et al., 1995). La presencia de colgantes de techo de la Formación Veta
Negra (ver sección transversal A ‐ A ′ en la Figura 8b) sobre el plutón Caleu, que fue emplazado a 7 km
de profundidad (Parada et al., 2005), y el hecho de que algunas de las crestas más altas (> 2.000 m de
altitud) de la Cordillera de la Costa en esta región consisten de la Formación Veta Negra sugieren que
el estilo estructural de la región puede estar relacionado con la inversión de un antiguas cuencas
extensionales que albergaron los volcanes del Cretácico Temprano. Además, características similares a
los observados en el Anticlinal Cerro Blanco asimétrico y de longitud de onda larga con una bisagra
ajustada y una empinada extremidad frontal solapada por estratos de crecimiento se han reconstruido
en experimentos de modelado analógico para la inversión de pilotes sedimentarios sinrift a lo largo de
una falla lístrica invertida positivamente inclinada hacia el oeste (Gomes et al., 2006; McClay y
Buchanan, 1992; Yamada y McClay, 2003).
Similar a lo que se observa en el anticlinal Cerro Blanco, pero a mayor escala, el monoclinal Melón es
un Pliegue asimétrico y de longitud de onda larga con un extremo frontal inclinado hacia el este
empinado que alcanza los 45 ° hacia el este. hacia un lineamiento NS correlacionado con la Falla Los
Perros. De acuerdo con el análogo descrito anteriormente
modelos, la monoclina Melón también podría resultar de la inversión de una inmersión oeste invertida
profundamente arraigada Falla lístrica con una gruesa pila volcánica sedimentaria sinrift en la pared
colgante, lo que da como resultado una semi-graben invertida. Esta arquitectura explicaría el
extraordinario espesor de la Formación Veta Negra (hasta 6.000 m), como producto de una falla
maestra de arraigo profundo hacia el este y un adelgazamiento de la secuencia hacia el oeste. La
inversión de la estructura de medio graben durante el Cretácico superior está respaldada por la
discordancia entre la Formación Cerro Morado y la Formación Las Chilcas. La aparición de varias fallas
normales que afectan a la Formación Veta Negra en el monoclinal Melón, con huelgas paralelas al
monoclinal, puede ser interpretado como acomodación de estructuras antitéticas y sintéticas
generadas durante el desarrollo de la monoclinal. Al sur del Valle de Aconcagua, pero en el lado
occidental de la Falla de Los Perros, la rápida exhumación del Caleu Pluton entre 97 y 93 Ma (Parada et
al., 2005) también apoya la existencia de un estructura importante y arraigada que eleva el plutón. Un
hipotético desprendimiento basal más profundo que Se necesitarían 7 km para reproducir mejor la
geometría del monoclinal Melón. Este profundo desapego también explicaría la exhumación de 7 km
del plutón Caleu.
La inversión de una sola falla normal de piel gruesa, en este caso la falla de Los Perros, no puede
reproducir alguna clave características estructurales observadas al norte y al sur del Valle de Aconcagua
como el desarrollo del Cerro Blanco anticlinal y su deformación de piel fina relacionada hacia el este y
la inclinación de 20-30 ° del Veta Formaciones Negra y Cerro Morado al este de la falla Los Perros al
norte del Valle de Aconcagua. En consecuencia, otra falla inversa o inversa con una geometría rampa
plana es necesaria más al este (Falla El Sauce), conformando un par de medias grabens parcialmente
invertidas (“modelo dominó”). En este modelo, la transición desde la rampa de la falla El Sauce hasta
un atajo superior permitiría: (i) la inclinación del Cerro Morado Formación y la Formación Las Chilcas
suprayacente al norte del Valle de Aconcagua y (ii) la generación del anticlinal Cerro Blanco, como se
representa en las secciones transversales. Según este modelo se ha depositado la Formación Veta
Negra, al menos en el lado este de la cuenca intra-arco, en una matriz estructural de medio graben con
fallas listricas que controlan la deposición de la secuencia volcánica. La Formación Cerro Morado
representa los depósitos postrift en los que La falla de Sauce se propagó subhorizontalmente hacia el
este, dificultando la observación de la falla de El Sauce. en superficie. Finalmente, los sedimentos de
Las Chilcas se depositan como producto de la inversión de la formación de medio graben.

6.5. Marco Tectónico de la Cuenca de Las Chilcas


La fase tectónica que causó la inversión de las cuencas extensionales del Cretácico Temprano descritas
creó un mayor impacto a lo largo del margen continental, incluido el desarrollo de la cuenca de Las
Chilcas. La integración de los diferentes aspectos relacionados con la cuenca tratados en este artículo
sugiere que Las Chilcas La formación se acumuló en una posición retroarco durante la contracción del
Cretácico medio al Cretácico superior. El registro estratigráfico y el espesor de los sedimentos
acumulados también sugieren que durante el período inicial de este período el suelo de la cuenca
alcanzó el nivel del mar y luego se llenó de sinorogénico depósitos continentales y capas volcánicas.
En los sistemas de cuencas de antepaís (DeCelles & Horton, 2003), la parte frontal de la cuña orogénica
está enterrada por sindeposición sedimentos fluviales y aluviales deformados en cuña, caracterizados
por inmaduros y gruesas texturas y por estructuras de crecimiento y discordancias progresivas. Los
empujes frontales en esta depozona son comúnmente ciego, volcando en los núcleos de anticlinales de
propagación de fallas. Estas características indican que en la cuña Las acumulaciones de sedimentos
luego se deforman en o cerca de la superficie erosional / depositacional sinorogénica (como opuesto a
depósitos profundamente enterrados, aislados de la superficie) (DeCelles & Giles, 1996).
En este contexto, la Formación Las Chilcas y particularmente el Miembro Tabón se compara bien con la
describieron litofacies y estructuras de sedimentos de cuña. Además, de acuerdo con este escenario
tectónico es la proximidad del arco coetáneo (el plutón Caleu emplazado directamente al oeste de los
depósitos de la cuenca). La ausencia de deformación posdeposicional y canibalización de la cuenca de
Las Chilcas podría explicarse por la migración del frente de deformación hacia el antepais en el Cretácico
superior por una falla profunda que se propaga hacia el este.
Estructuras de raíces profundas controlaron la evolución de la cuenca Las Chilcas en el lado este del
arco levantado; sin embargo, no se ha acomodado mucho acortamiento en este momento, a pesar de
la extensión exhumación en toda la cordillera costera. Entonces, el hundimiento de la cuenca sería
controlado por la alta tasa de elevación y la baja tasa de acortamiento, que no se mantuvo en
profundidad por engrosamiento de la corteza. Esto puede ser considerado como una característica de
las etapas iniciales de este incipiente sistema de cuencas de antepaís. El descrito ajuste también se
puede asignar a la cuenca posterior de una cuña de subducción como ha sido descrito por Comte y col.
(2019).

6.6. Evolución Paleogeográfica de la Cuenca de Las Chilcas


A continuación, se describe un resumen de la evolución paleogeográfica del Cretácico con base en los
resultados estratigráficos, sedimentológicos, cronológicos y estructurales obtenidos en este estudio
(Figura 9). Entre 116 y 105 Ma, cesó la actividad volcánica asociada con la extensión tectónica en la
cuenca de Veta Negra. Inmediatamente después, la actividad del arco se reanudó con un vulcanismo
más explosivo, cubriendo los depósitos anteriores y los márgenes de la cuenca con 1.500 m de material
piroclástico y de lava de la Formación Cerro Morado.
La inversión de la cuenca comenzó en ~ 105 Ma; en este momento la cuenca Veta Negra estaba
parcialmente levantada por la falla Los Perros. El considerable levantamiento generó hundimientos al
este de las estructuras principales, creando una cuenca retroarco, que inicialmente se llenó con agua
de mar. Este escenario es revelado por la existencia de las calizas marinas descritas en este estudio y
por Arévalo (1992) en el fondo del Miembro Pitipeumo. Posteriormente, la cuenca se llenó con
depósitos fluviales, aluviales y volcánicos representados en las porciones media y alta de los depósitos
del Pitipeumo. Este primer período compresivo es coetáneo con el evento de exhumación registrado
en las rocas intrusivas de la Cordillera de la Costa entre 106 y 98 Ma por Gana y Zentilli (2000).
Durante el Cenomaniano (100–95 Ma) se registra una mayor deformación por el crecimiento del
anticlinal Cerro Blanco. Su levantamiento provocó una acumulación inicial de sucesión en abanico
aluvial de grano grueso en las estribaciones del anticlinal. Estos depósitos fueron posteriormente
cubiertos por depósitos fluviales errantes de alta energía, representados por la parte superior del
Miembro Tabón. Durante este período, la inversión provocó el levantamiento de los bloques más
occidentales del margen andino, lo que permitió la erosión de las sucesiones intraarco del Jurásico.
Probablemente, las altas tensiones compresivas causaron el cese de la actividad volcánica y los magmas
permanecieron capturados en la corteza continental formando el plutón Caleu profundamente
asentado.
En el Turoniano (95–91 Ma), la cuenca retroarco se inundó nuevamente, pero esta vez probablemente
con agua dulce, creando las condiciones para la deposición de las capas calcáreas del Miembro Ñilhue.
En caso de que estas calizas fueran marinas (escenario discutido en la sección 3.3), se desconocen los
caminos a través de los cuales ocurrió la ingresión. Una explicación para el desarrollo de esta cuenca de
agua dulce o marina de vida corta puede estar relacionada con la flexión de la corteza causada por la
carga generada por el bloque recién levantado. Durante esta etapa la compresión aún estaba activa y
provocó deformaciones en los depósitos más distales, evidenciada por la propagación del retroceso de
Los Maquis. En el mismo período, entre 94 y 90 Ma, el plutón Caleu experimentó altas tasas de
exhumación (Parada et al., 2005), lo que apoya fuertemente una importante fase de levantamiento y
actividad erosiva en la Cordillera Costera Oriental en ese momento.
De 91 a 83 Ma, se depositó una espesa sucesión de conglomerados aluviales y depósitos volcánicos
representados por el Miembro El Calvario junto a un importante relieve topográfico a lo largo del arco.
Estos depósitos registran la reanudación de la actividad volcánica, pero ahora sobre los depósitos
proximales de la cuenca retroarco generados durante etapas anteriores, registrando un desplazamiento
hacia el este de la actividad volcánica y posiblemente también la migración hacia el este del eje de la
cuenca. No se ha registrado evidencia directa de actividad compresiva durante la deposición del
miembro El Calvario; sin embargo, los gruesos depósitos aluviales en este miembro indican una fuerte
actividad erosiva centrada en los relieves al oeste de la cuenca. Una renovación de la deformación
compresiva se registra hacia el final de esta etapa por la presencia de un pliegue suave orientado N-S
que afecta el Miembro El Calvario debajo de la discordancia que separa este miembro de las tobas casi
planas de la Formación Lo Valle. Este último fue depositado entre 73 y 65 Ma, lo que representa una
renovación del intenso vulcanismo de arco y su establecimiento definitivo más al este del arco volcánico
anterior.

6.7. Relaciones tectonoestratigráficas con otros depósitos del Cretácico medio a tardío a
lo largo del Margen Andino
A lo largo del margen continental andino existe una vasta evidencia de una fase tectónica importante
que representa un cambio similar en las condiciones tectónicas y paleogeográficas a las descritas en
esta contribución, aunque los depósitos involucrados no siempre presentan las mismas características.
En el norte de Chile, en el flanco oriental de la Cordillera de Domeyko, una sucesión cretácea de detritos
continentales de 4.000 m de espesor mayormente de color rojo, principalmente depósitos gruesos
están representados por las formaciones Tonel, Purilactis y Barros Arana, incluidas en el Grupo Purilactis
(Bascuñán et al. ., 2016; Mpodozis et al., 2005). Los análisis sedimentológicos detallados y las edades
cronológicas de los circones detríticos indican una fuente occidental y sudoeste de los depósitos y han
arrojado edades de 107 a 83,6 Ma para la formación Tonel y el grupo Purilactis inferior, y de 79 a 65 Ma
para el Purilactis superior y Barros Arana formaciones. Con base en las características descritas, el Grupo
Purilactis se ha interpretado en estudios anteriores de manera similar a los depósitos de la Formación
Las Chilcas, ya que los depósitos de la cuenca del antepaís retroarco ubicados al este de un relieve
elevado se formaron durante una importante fase compresiva del Cretácico medio (Bascuñán et al.,
2016; Mpodozis et al. al., 2005). Más al norte, depósitos similares se agrupan en la Formación Cerro
Empexa en la vertiente occidental del Altiplano. A pesar de que sus rangos de edad son algo más jóvenes
que las edades de la Formación Las Chilcas (85-65 Ma) (Morandé et al., 2015; Tomlinson et al., 2015),
esta unidad también exhibe deposición sincompresional vinculada a la inversión de la cuenca, con un
sinrift. interrupción durante el Campaniano (Morandé et al., 2015).
En la Cordillera Principal de Chile Central, en el Valle de Tinguiririca, la Unidad Clástica Marrón-Roja del
Cretácico Tardío (BRCU) (Charrier et al., 1996; Tapia, 2015) es una sucesión sedimentaria de 200 a 250
m de espesor que representa depósitos en abanico aluvial en la base. y depósitos de llanura aluvial en
su parte superior. La BRCU de manera inconformista se superpone a los depósitos marinos del Jurásico
Tardío de la Formación Baños del Flaco, lo que indica que antes de la deposición de la BRCU, la erosión
eliminó la porción del Cretácico Temprano de la Formación Baños del Flaco y posiblemente también la
Formación Colimapu suprayacente (Charrier, 1981; Charrier et al., 1996 ), eliminando un espesor
estimado de ~ 2000 m (Charrier, 1981). La clarificación y el aclareo general ascendente en la BRCU
indican una deposición retrógrada en una cuenca en declive (Charrier et al., 1996). Datos recientes
sobre cristales de circonio detrítico en la BRCU confirman una edad del Cretácico Tardío y proporcionan
edades de depósito máximas entre 96,4 y 83,8 Ma (Tapia, 2015), algo más jóvenes que las edades más
antiguas que la Formación Las Chilcas. Toda esta evidencia junto con la existencia de solo componentes
cretáceos en las poblaciones de circón de la BRCU (Muñoz et al., 2018; Tapia, 2015) sugiere que
representa depósitos más distales en la misma cuenca de Las Chilcas flanqueada al oeste por el arco
Cretácico.

En la cuenca Mendoza-Neuquén del sur central de Argentina, estudios recientes sobre dos unidades
sedimentarias del Cretácico medio al Cretácico superior superpuestas discordantemente, la Bajada del
Agrio del Barremiano al Aptiano y el Grupo Neuquén del Cenomaniano al Campaniano, brindan
evidencia importante de un levantamiento importante y compresivo. deformación en este momento
(Di Giulio et al., 2017; Horton et al., 2016; Horton & Fuentes, 2016; Tunik et al., 2010). Estudios recientes
dedujeron un cambio paleogeográfico importante en ~ 100 Ma basado en (i) la discordancia entre las
unidades mencionadas, (ii) un engrosamiento regional hacia el oeste del Grupo Neuquén, (iii) fallas de
empuje sindeposicionales, y (iv) paleocurrentes mayores y detríticas las fuentes cambian de una unidad
a otra. Se consideró que la causa del cambio fue el levantamiento y exhumación del arco andino ubicado
al oeste. De manera similar, en la cuenca La Ramada en la porción norte de la cuenca Neuquina, se
produce un cambio dramático en la procedencia del circón detrítico desde la sección inferior a la sección
superior de la Formación Diamante, entre 90.4 ± 2.0 y 84.0 ± 0.7 Ma (Mackaman‐ Lofland et al., 2019).
Según Mackaman ‐ Lofland et al. (2019), este cambio inicia el suministro de circones reciclados de origen
metamórfico andino de complejos exhumados en ese momento. La exhumación del arco habría
resultado en la transición de una cuenca de arco posterior a una cuenca de antepaís en el área de
Neuquén. Complementando esta idea, en el Área de Malargüe en el antepaís argentino, Balgord y
Carrapa (2016) sugirieron que el inicio del cinturón plegado de empuje de Malargüe ocurrió a 97 ± 2 Ma
y que a partir de ese momento el orógeno andino fue la principal fuente de los depósitos en la cuenca
neuquina.
La evidencia de la cuenca de Neuquén en Argentina indica que la deposición de las unidades de la
Formación Diamante y el Grupo Neuquén ocurrió en las porciones media y distal de la cuenca del
antepaís, en la zona del anteprofundo (Balgord & Carrapa, 2016; Horton et al., 2016; Horton & Fuentes,
2016), de manera diferente a la configuración de cuña interpretado para la Formación Las Chilcas.
Además, se pueden identificar diferencias cronológicas relevantes entre la Formación Las Chilcas y los
depósitos de antepaís argentinos del Cretácico Tardío. Para este último, no se ha registrado ningún
cambio tectónico antes de la superficie de erosión de 100 Ma, a diferencia de la primera evidencia del
inicio de un ajuste compresivo en la Formación Las Chilcas (105-100 Ma). Esta diferencia puede
explicarse por la progresión de la deformación de oeste a este; por lo tanto, las primeras estructuras se
desarrollaron en la región costera y luego progresaron hacia el este. Apoyando esta idea, Di Giulio et al.
(2017) afirmaron que la elevación a escala regional que afectó al arco en el Cretácico causó solo una
ligera inclinación en los niveles estratificados en el antepaís externo porque la fase inicial de elevación
fue causada por un plegamiento continental a gran escala durante las etapas iniciales del período de
compresión (~ 100 Ma), antes del desarrollo completo de la tectónica de empuje y el desarrollo de la
cuenca del antepaís retroarco. Esto es consistente con la actividad de estructuras de piel gruesa descrita
para la Formación Las Chilcas en esta contribución. La progresión del frente orogénico hacia el antepaís
durante el Cretácico Superior ha sido bien documentada por Fennell et al. (2017) en el cinturón plegado
en empuje de Malargüe. Afirman que el frente orogénico estaba entre 400 y 500 km al este de la
trinchera actual en las últimas etapas del Cretácico Superior.
En la cuenca marina de Rocas Verdes, sur de Chile, un importante cambio tectónico coetáneo también
se refleja en las condiciones de sedimentación. A un período extensional del Jurásico Tardío le siguió un
hundimiento y una ingresión marina durante el tiempo Berriasiano-Aptiano. En la época Aptian-Albiana,
el área se vio afectada por una fase tectónica que inició el cierre de la cuenca de Rocas Verdes y el
posterior desarrollo de un cinturón de plegado y empuje del antepaís, lo que resultó en la exhumación
y el suministro de sedimentos a la proa (Cecioni, 1957; Malkowski et al., 2017). Aunque en un entorno
diferente, esta evolución muestra que una fase tectónica importante y regionalmente extendida ocurrió
a mediados del Cretácico en los Andes centrales y meridionales. Otras regiones en el margen
continental de América del Sur muestran modificaciones importantes similares a mediados del
Cretácico (Horton, 2018a) que respaldan la existencia regional y la importancia de esta fase tectónica.
Estos cambios han sido bien documentados en la cuenca Celica - Alamor en el sur de Ecuador (Jaillard
et al., 1999), que se extiende hacia el sur hasta la cuenca Lancones, en el norte de Perú, y hasta la
cuenca del Querque, en el sur de Perú (Carlotto et al. , 2009). En ambas cuencas, los depósitos del
Cretácico Inferior se acumularon en condiciones extensionales. En la cuenca Lancones se documenta
un cambio importante en las condiciones tectónicas alrededor de los 100 Ma y en la cuenca del Querque
en el Cenomaniano. Este gran cambio en ambas cuencas está representado por una discordancia
angular y se ha interpretado que fue causado por la inversión de las cuencas extensionales anteriores.

7. Conclusiones

1. Una importante reorganización tectónica y paleogeográfica ocurrió a lo largo del margen occidental
de Gondwana en la transición del Cretácico Temprano al Cretácico Superior. Esta fase originalmente
denominada Fase Peruana provocó en el centro de Chile un importante levantamiento y exhumación de
arcos.
2. El levantamiento del arco y la exhumación de las intrusiones asociadas se interpretan como causadas
por la inversión de las cuencas del Jurásico-Cretácico Inferior.
3. Como consecuencia de esta fase tectónica, se formó una cuenca retroarco, cuyos depósitos de cuña
están registrados por la Formación Las Chilcas, adyacente al arco magmático del Cretácico medio al
Cretácico Superior. Esta sucesión volcánico-sedimentaria de 3.000 m de espesor representa los
depósitos resultantes de la intensa erosión que afecta a las regiones elevadas del arco andino.
4. El análisis de procedencia en la cuenca de Las Chilcas indica un levantamiento y destecho gradual del
arco volcánico del Cretácico Temprano de 105 a 85 Ma.
5. La cuenca de Las Chilcas estuvo dominada por sistemas de abanicos aluviales sinorogénicos de alta
energía con influencia volcánica. En la base de la Formación Las Chilcas, el registro de una transgresión
marina sugiere que la cuenca estaba inicialmente cerca del nivel del mar y proporciona evidencia de
hundimiento en el retroarco.
6. La fase orogénica del Cretácico Medio al Cretácico Superior registrada en la Formación Las Chilcas es
consistente con la exhumación del arco y la evidencia de compresión registrada en las cuencas de
antepaís del Cretácico descritas en ese momento a lo largo del margen andino.
7. La exhumación del arco a través de estructuras inversas profundamente arraigadas, el escaso
acortamiento y la disposición de una cuenca retroarco inundada durante sus etapas iniciales por agua
marina y luego rellenada por una descarga aluvial continua con fuerte influencia volcánica puede
considerarse como una respuesta característica. de una corteza adelgazada a fases orogénicas de larga
duración en los márgenes de subducción o, según Comte et al. (2019) al resultado del levantamiento y
exhumación de una cuña de subducción.

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