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a Ley 26.743, llamada de “Identidad de Género”, ok | Fe particularidad en relaci6n a las leyes transgénero tentes en la mayoria de los pafses de Europa Occidental (sal- yo Francia), Australia, Nueva Zelanda, Sudafrica, Colombia, Uruguay y en algunos estados de Estados Unidos y en Cana- dé: apela al sentimiento del sujeto, a la “vivencia personal” del cuerpo, sin imponer necesariamente una intervencién quirtr- gica, 0 consultas a un experto en psiquiatria, para establecer el nuevo género de la persona. El artfculo 2° de la Ley asf lo define: “Se entiende por identidad de género la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificacién de la apariencia o la funci6n corporal a través de medios farmacolégicos, quirargicos o de otra indole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales”. Las Naciones Unidas y la pren- Sa internacional! festejaron en el momento de su promulgaci6n, 19 de mayo de 2012, este rasgo particular de la Ley subrayan- due, a diferencia de leyes similares existentes en otras ll, E., “Transgender advocates hail law easing rules York Times, 24 de Mayo de2013(R 2012/05/25 /world/a vAhtm en sujeto y ala “psicopatologia de la vida oan a todo limite entre normalidad y patologia desde ¢] Pun. to de vista del inconsciente-, no le cabe menos encont a es que llevan a un sujeto a encontrar soluciones trat “1 fa sexualidad se presenta como traumatico Se hablante, lo que Lacan lamaba de manera bonita en franeés, ¢| “éroumatismo® de la sexualidad”. Esto es valido para todo Sujeto; homo, hétero o transexual. Desde el punto de vista de las libertades juridicas de Jos suje- tos, podemos decir que esta Ley de Identidad de Géne lin progreso, y la presencia del discurso del psicoan cultura ha favorecido desde su aparicién la adquisicién de li- bertades en lo que respecta al reconocimiento de las libertades individuales, a la relacién entre los sexos y a la evolucién de los usos y costumbres. Nada autorizarfa entonces ni al psicoandlisis ni a los psicoanalistas a cuestionar una transformacién social y juridica a la que ellos, por su existencia misma, han favorecido, Sino fuera la nostalgia por un orden anterior, el orden del do minio del Padre, donde To simbélico y los semblantes existian atin de manera completa, y no se encontraban perforados, como es el caso hoy. Una Cpoca en la que se crefa saber lo que era un hombre y und mujer. No es el caso de Lacan, quien cons- fataba muy temprano en el siglo xx, en su articulo sobre “Los " complejos familiares...” de 1938 lo que Ilamaba “la decadencia M2 (Recuperado de: http:/ /wwwilemonde fr/cgi-bin/ ACHATS! cgi?offre=ARCHIVES&type_item=ART_ARCH_30}&0b/- 51éxtme=loi_argentine_transexuels&xtcr=1). a a nero, (Argentina)”, Wikipedia. Recuper rg / wiki /Ley_de_identidad_de. “cial ~ acunto de lenguaje”, y que en consecuencia “no sal son el hombre y la mujer”.’ Hombres y mujeres en. lores sexuales se eterminardn Ro en Ten Tran ‘ =a], sino a lo real de la diferenc exual determined : e famard en este Seminario “la funcién légica de la castra- "” que escri con la letra griega ®, Lo que su aforismo, de- yenido famoso, “no hay relacién sexual que pueda escribirse”, traduce es el hecho que el encuentro entre partenaires no permite inscribir la relacién de un sujeto a un sexo al que pertenecerfa por poseer una determinada anatomia, y que encontrard en el Seminario Aun una escritura légica, a partir de los cuantificado- res aplicados a una modalidad de goce particular: falico para el hombre, suplementario y “no todo” para la mujer. La transformacién presente en la Ley de Identidad de Género en Argentina como en los paises donde existe fue ciertamente favorecida por la accidn del discurso de los “estudios sobre el género” (gender studies) existentes en los departamentos univer- sitarios feministas, los “estudios sobre la mujer”, los “cultural studies”, 0 bien, como en muchas universidades americanas y, desde hace algunos afios, europeas, los “estudi eer”. Abor- dar la sexualidad solamente en términos degénerd) entendido este como una construccién socio-cultural, im| tice dejar de lado elreal presente enla diferencia sexual, y de algun modo promo- Veruna forclusi6n: la forclusién de lo que permite designar esta diferencia irreductible, la del significante falico. Significante y no Significado, Io que implica un hecho de lenguaje y no una cues- 7" anatémica, Forcluir este significante, aunque esto se haga través de una parodia, como lo proponia Judith Butler en su t ensayo de Gender trouble, implica inducir el mismo error “Los complejos familiares en la formacién del indi -aidés, Bs, As., 2012, p. 71. ro, Libro 19, ...0 peor, Paids, 105, a riesgo 5 sobre la identidad de género no cial, buscando real iza Fi Pero, quizds sea en nombre de esta . gente en la mayoria de las leyes transgénero existentes ene] mundo, que busque eliminarse A Ee ci6n como imposible-y lejos de indignarnos 0 de alarmamos, 16 que nos situarfa en una posicién ideolégica, 0 atin peor, mo- ralista, que el psicoandlisis en tanto no es una Weltanschauung no autoriza—, podemos interrogarnos a partir de aqui acerca de 0 en lo Real de lo que constituye una verda- Jos modos de retorno en lo Real de lo que co! dera forclusién en lo social y en Ta civilizaci6n: la forclusi6n de la castracién, entendida esta como imposibilidad. Lo que cons- tifuye, por cierto, un rasgo fundamental de nuestra civilizacién actual, favorecido por el desarrollo de la ciencia y de la técnica como discursos. de La cultura queer y Lacan Nacidos en la California de los aftos 80, la cultura “queer” y los “queer studies” se erigieron como una reaccion a la reivindica- cién a los movimientos gay y lesbianos de gozar de los mismos derechos que los heterosexuales. El término “queer”, que significa “raro", “bizarro” en inglés, reivindica justamente este derecho ferencia que se apoya sobre todo. ducidos, discretos en relacién a una identidad minos de género como lo hacen los gays 0 lesbie- nas, La lectura de las “maquinas deseantes” de Gilles Deleuze término con el que el fildsofo ya buscaba objetar al psicoandlisisy Lacan, J., El Seminario, Libro 19, ...0 peor, op. cit. p. 17. ‘ | jento, a Feivindicar lo que lamaran una sey ee Gi lo que funda la normatividad en términos d Pre peticion o “iteraci6n”, para retomar el término en Gender trouble, aquello a lo que abriran estas autoras es auna alidad basada en el cardcter performal ivo, fundador de la acion Sexui término de “performal idad”, que Lacan no desconos € encuentra presente en la obra del fil6sofo del tain As enunciados performativos son aquellos: que permiten ndar un acto, como el “sf” cuando la gente se casa, por ejemplo. Los actos para las teGricas de los gender studies consisten en la nominaci6n en términos de identidad sexual, por fuera de las 5 categorias | “hombre” y “mujer” ya existentes y que serefieren a roles sociales y sexuales establecidos por una norma heterosexual. Desde sus origenes, el movimiento “queer” reivindica una identidad anti-masificacién, un anti-pensamiento straight, como jo desarrolla Wittig en su obra mas conocida, que las culturas gays y lesbianas habrian contribuido a desarrollar. Esta identi- dad se establece a partir de una modalidad de goce sexual, que se funda ella misma a partir dé practicas sexales “anti-género”, elevadas estas al estatuto de una insignia. La insignia’ nombra al Sujeto en una vertiente contraria a la masificacién identificatoria Ynormativa que seria propuesta por los movimientos LGBT y que consiste en una_yariedad inmensa de practicas sexuales, on gran parte Masoquistas, como los cuttings (utilizacién de agujas Ydeameses), Ia utilizacion de distintos objetos, fetiches, los dife- Tentes tratamientos del cuerpo como el piercing, el branding (Gru- a Fitlendemos el término “insignia” en el sentido cortiente de “em- @ distintivo de una institucion, bandera, ‘ asi como también en de la Real Academia Espafiola en linea), Ce qui jntido que J.-A. Miller le ha dado a partir de su a objeto a como un mixto de significante amo S, Y Pai €n castellano Miller, J.-A., Los signos del goce, movimientos gay y lesbiano. Asi, es a una multiplicacin, icas sexuales a la que invitan los queer, y cada vez a una nominacién a partir solamente de_la_estricta-prdstica sextah independientemente de pertenecer a un género masculino 6 femenino. Como lo sefialaba Jacques-Alain Miller en un Colo sobre los “Gays en andlisis”: “El queer subraya que el goce es rebelde a toda universalizacion, a la Ley, y objeta al gay que este se quede en los limites del significante amo masificante, €6 decir, en los limites del Edipo”.* E] psicoandlisis lacaniano podria compartir, hasta cierto a critica que las teorias queer han hecho, des ays y lesbianos: el amiento straight® contra él punto al menos, l de su origen, a los movimientos §; esencialmente de reproducir el pens que se habian erigido. Ninguin psicoanalista I nerse a la interpelacién de la normapsea esta hétero u ho- @osexual, norma determinada por tos codigos y las costum- bres de tal o cual comunidad, ya que el psicoandlisis mismo! utoriza en ninguna. Es mas bien @ it i el_psicoandlisis: eda anomina a norma existente en el Otro’ sta nominacién no se funda en el goce s rse a partir de un “trozo de real’, que se atrapa a on frreductible del sintoma, residuo del tratamiento polico por la palabra que constituye un andlisis Hevado a su tér- mino. Bs este punto fundamental que orienta la direccién dela cura que las criticas OEP : es posible nombrarse a partir de (m.nticleo di e i idnifiatorio del Edipo y-del None Gl faloy de ser tomado solamente como uf_semblanté, y no como una condicién necesaria y sine qua non, para la nominacién de un sujeto, tal como la légica edipica lo impone. Las coordenadas de la cura analitica orientada por la ensefianza de Lacan son bien distintas de lo que los autores queer suponen y afirman de manera segura. °2 ) Un malentendido en | (D ae malenl en ido en la zona queer Pr¢ _— Coe Unenorme malentendido subsiste sin embargo en la lectura que los autores de las teorias queer hacen de Lacan: sus criticas se apoyan casi exclusivamente sobre sus primeros Seminarios_ y se centran entonces sobre la formalizacién del falo y sobre el lugar central del Nombre del Padre en Ja teoria. Descono- cen completamente la deconstruccién del complejo de Edipo y del Nombre del Padre a la cual procede Lacan mismo a partir del Seminario 17 donde procede a una larga critica de “Totem y tabi” y del complejo de Edipo, interpretados como el deseo de Freud de salvar al padre simbédlico. La Jectura que Lacan hace He la tragedia de Edipo, lefda sobre todo a partir de Edipo bs pet le permite situar varias diferencias con el mito y ones rf mplejo de Edipo, tal como los introdujo Freud en el p' eres, Lo que hace decir a Miller que el verdadero $8 Lacan quien lo ha escrito-en ese Seminario a de intentar Pi ) jor fuera de las categorias del género, tenemos See eetsenplo de esto. Tos encines “homie y its Bee into a lo largo de la tiltima parte dey pa de Lacan, en los afios 70, nombran exclusivamente dos modos particulares de goce: goce del Uno, para el primero, Otro goce, para el segundo, goce que Lacan llamara “no-todo’, Ya que se agrega como un suplemento al goce del Uno, al oce félico. Y la disyuncién entre la anatomia y el modo Particular de goce, reivindicada por la cultura queer esta ya presente en el Lacan del Seminario Aun. Jute parece verdaderamente leer a Lacan sino a partir de suTibro de 1994, Bodies that matter, en el cual vaa darle tina importancia al cuerpo que su primer libro, Gender trouble, habia dejado de lado para muchos de sus criticos. En Gender Trouble se trataba solamente de la performatividad del género de manera completamente independiente de la anatomfa: La- canalli era citado a través de la lectura de Slavoj Zizek, y nunea de “primera mano", directamente del texto, ECC Moniqi ittig, otra de las pioneras del movimiento queer, no en traight mind, desenmascarar el cardcter po- Iifico ‘del sexo, considerandolo como una categoria producida >. Straight mind, Conferencia pronunciada en Nueva York en 1978, ida inicialmente en francés en 1980 on Questions féministes, N° daaino La pensée straight, Balland, Paris, 2001, (Hay edicion eM EI pensamiento heterosexual y otros ensayt waa ti e no permiten fundar un saber cientffi caracter auto-referencial. ede escuchar como un eco de Lacan en su Se ‘Aun, cuando Wittig enunciaba en este trabajo de 1978; “Ser inapropiado decir que las lesbianas viven, se asocian, hacen el amor con mujeres, ya que ‘la mujer’ no tiene sentido mas que en Jos sistemas de pensamiento y los sistemas econémicos hetero- sexuales. Las lesbianas no son mujeres”. Esta proposicién que as lesbianas no son mujeres” serd famosa luego entre los queer ze convertira en una suerte de emblema de este movimiento. No se trata para Wittig de negar el Universal de la proposicién de existencia del significante de La mujer, como lo hace Lacan diciendo “La mujer no existe”, sino mas bien de afirmar que no i i ina nivel del género de un saber sobre lo que son las mujeres, ni los hombres, tampoco. Se trata del principio de base del movimiento queer: del cuestionamiento de todo sa-_ bersobre lo que es un hombre, una mujer, un gay o una lesbiana. En Francia, un universitario reconocido como Didier Eri ‘bon no evoca nunca, ni parece interesarse en los ultimos Semi- narios de Lacan, incluso si ha escrito en 2003 un libro Tamado Hévésies," titulo que parodia el del Seminario de Lacan, RSI. Las criticas de Eribon se centran especialmente en el primado que Lacan da al Nombre del Padre y a las observaciones que ha he- cho en su Seminario 5 respecto de la homosexualidad masculina, Justamente, la perspectiva borromea presente en el Seminario en el RSI que pone en cuestin y relativiza lo que Lacan dice Seminario 5 respecto de la “biografia del homosexual” y del “lu- gar fundamental del lazo de este a la madre, por fuera de la Paris, 2003. (Hay Ia teorta de la a == Eribon D,, Hérésies, Essais sur la sexualité, Fayard, traduccién castellana; Eribon, D., Herejfas: ensayos sobre Sexualidad, Bellaterra, Espafia, 2004). g que lo s rn ‘algunas psicosis como Ta esquizofrenia, y igado, es completamente ignorado por | Salo Jee en los Seminarios de Lacan y en el psicoang dimensién ideoldgica por fuera de toda perspectiva ¢ La misma constatacion se puede hacer en otra universi tan documentada como lo es Marie-Hél>ne Bourcier, directorg de un departamento de estudios queer en la Universidad de lg ciudad de Lille y directora de la Revista Queer zones: el falo y el Nombre del Padre cubren todo el campo de lo que el psicoang- lisis tiene para decir respecto de las diferentes prdcticas homo- sexuales y sexuales en general, cuando estas no se interesan en un partenaire de sexo opuesto. Como si el psicoandlisis, por una jugada de prestidigitacidn, se encontrara en el lugar normativo contra el cual se erigid desde sus comienzos: queda soa no esté promtetida ala reproduccidn, ni a ningin objeto predes peas Recordemos aqui la figura-celnifio perverso polr forfo” que Freud lanza en la Viena de 1905. De él, los autores queer solo quieren comprender el cardcter moral que el psicoa- nalisis atribuiria al t¢rmino “perverso”, perdiendo de la mira lo que esta implica de vaciamiento de un objeto predeterminadoa Jasexualidad. Un Socidlogo advertido, como lo es el espafiol Javier Sdez, nos dice lo siguiente en un interesante ensayo sobre el psicoana lisis y las teorias que | separar el deseo sexual y el goce del imperativo genital, jlesnaturaliza y desheterosexualiza el ee pox su multiplicidad y su separaci6n respe™ BD ; OB mpide instaurar ningun tipo de normatividad He aqui el punto central qus Tos putanes quceh a ies Queer et psychanalyse, EPE,L. Paris, 2005, Pe 10: Sdez, J.,Teoria queer y psi Pee de los queer studies lo que la clinica nos e dela homosexualidad en las psicosis. Tanto en la: Hosen , como en las psicosis ordinarias, los efectos de Ja forclusion del Nombre del Padre y de la significacién falica yeducen. enormemente el alcance de lo que estas teorizaciones estan a estos dos significantes mayores ausentes en este tipo de patologias. El valor y el uso de la homosexualidad aqui, asf como de practicas sexuales que se sittian exactamente en el mis- mo registro que las practicas reivindicadas por las culturas queer para nombrarse tales, otorgan a estas un estatuto absolutamente singular y queer, finalmente. Si el andlisis no busca desmantelar, ni deconstruir este tipo de practicas, buscando llevar a estos su- jetos a una practica de la sexualidad “normal” que no existe, es porque a veces pueden perm ir a. un sujeto encontrar una cierta estabilizaci6n o bien un: inaci6n, sea esta queer, acordando- le el cardcter de una-invenci ithomdtica. Nuestro modo de abordarlo es aqui completamente queer: respetamos el valor de insignia que este presenta para un sujeto, sin el caracter de lazo social ultura queer reivindica. Las soluciones por el lado un sujeto encuentra para viv; exualidad so Sotros, psicoanalistas, siempre si gulares) aun cuan- do se reivindiquen de una comunidad, cuatquiera esta sea. YY Una viiieta clinica Podria evocar aqui el caso de una joven de 14 afios que me iS enviada por dislexia, Sabemos cudnto estos diagnésticos de dis” (dislexias, dispraxias, dismnesias, disgnosis producidos Por la clinica neuropsiquidtrica y por el campo de la reeduca- cién, esconden a menudo casos de psicosis infantiles evidentes, Peto ignoradas por la clinica fragmentaria del “trastorno”. Era bi lcaso de esta joven seguida en reeducacién ortofénica durante arecian especialmente interesarse en ew que conde su condicn ening acentuando a (0s, para que las jOvenes que se interesaban en ella no supieran que era una joven. El amor y el deseo era la vertiente que aparecia en primer plano en las relaciones que empezé a tener con otras jovenes, relaciones que fracasaban in- cesantemente a causa de sus demandas amorosas excesivas, im- posibles de satisfacer, respecto de sus partenaires. Acompafiamos aesta joven durante cinco afios tomando nota de los diferentes fenémenos que aportaba a sus sesiones, e intentamos ayudarla aencontrar matices en lo que se le presentaba como un carécter absoluto en las relaciones que establecié con algunas de sus par- tenaires. Cabe sefialar que la alucinacién visual desaparecié con esta identificacién a Ja hothosexual,-Fl caracter clinico de certidum- bre, tan frecuente en los casos de transexualismo o transgénero, — ‘8 encontraba presente aqui, en contraste con el-abardaje freu: diano de la bisexualidad, sidmpre presente y manifiesto desde ei momento en que Ta seXualidad se empieza a hacer escuchi en la adolescencia. Serfa interesante saber qué pensar ali) de esta Se eemlorzade del ges 0, sin que haya aqui el mumimo Indice e libertad o de interrc gacion por parte del sujeto de su lad en términos de género. El cardcter imperioso de nsexuada del sujeto y de las idéntificaci sicosi htuye un elemento no pensl5; quizes no a por s lo banalizan como_una—decision” ideracién respecto a la dimensién de 0 ncia que la gus dos variantes al goce falico, 1 cuando reclaman una nominaci6n en tér eo: sin referirse ni al falo, ni a este goce supleme de: se trata mas bien en los géneros queer de un goce e lo exce . i cho todo, pasado en practicas de] cuerpo parcial, sin referirse Mrexstracisn.” Tol, 5 em Stee fodemos preguntarnos por los efectos de esta forclusién de la significacion félica presente en la cultura queer, por sus mo- dos de retorno en lo real, ya que toda forclusién de un signi- ficante mayor como el falo, implica necesariamente modos de yetorno en lo real. Podrfamos hablar aqui degre sinthomdticos que vienena alla en la sexuaciorry errlas identificaciones que se repai pasan en ella, a partir de la ereccién de un emblema, de una in- signia, que permite hacer lazo social a part racticas sexua- les, que comprometen entonces er _ gran_medida al cuerpo. este un modo de hacer lazo social muy actual, donde no son las identificaciones basadas en ur ‘significante amo comtin, tas que estructuran la relaci6n con los otros, sino que estas se eSta~ blecen a través de la puesta en juego del cuerpo en una dimen- sién real, intentandal@ hacer gozar) del mismo modo que en las comunidades de toxicémanos, alcohdlicos, sujetos anoréxicas, bulimicas, los “no sex”, los abstencionistas del sexo, 0 su contra- tio, los adictos al sexo: es decir todas las colectividades que se ® Laiidea que el género es una construcci6n social no es nueva, Bn un articulo muy critico de Tos trabajos de Judith Butler, publicado en 1999, Martha Nussbaum recuerda que la nocidn de la desnaturali- zaci6n del género se encontraba ya en Platén, idea que recibié un 8ran impulso a partir del libro de John Stuart Mi ject

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