A Definition of Urban Permeability

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as 38
LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE

PERMEABILIDAD URBANA EN HONG KONG Y
BARCELONA
Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris
Cómo citar este artículo: ROSSINI, F.; ROCA, E. y HARRIS, S. The notion of ground: a definition
of Urban Permeability in Hong Kong and Barcelona [en línea] Fecha de consulta: dd mm-aa. En:
ACE: Architecture, City and Environment = Arquitectura, Ciudad y Entorno, 13 (38):
211-234, 2018. DOI: http://dx.doi.org/10.5821/ace.13.38.5432 ISSN: 1886-4805.
LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE PERMEABILIDAD URBANA EN

HONG KONG Y BARCELONA
1
ROSSINI, Francisco
2
ROCA, Estanislao
3
HARRIS, Sebastián
Envío inicial: 25-04-2018 Aceptación Inicial: 27-09-2018

Envío final: 24-10-2018 Aceptación definitiva: 24-10-2018
Palabras clave: Espacio público; urbanidad; porosidad urbana; pasarelas peatonales; espacio colectivo
resumen estructurado
Objetivo
El célebre plano de Roma de Nolli (1748) ilustra la permeabilidad de la estructura urbana de la ciudad mediante
una representación figura-fondo y por primera vez incluye los patios y espacios internos de los edificios
públicos como espacios cívicos. Este artículo se ocupa de la cuestión de identificar y describir la noción de
permeabilidad urbana a través del análisis de dos ciudades paradigmáticas, Barcelona y Hong Kong.
Metodología
En este artículo se explorará la relación simbiótica entre la arquitectura y la ciudad, los espacios públicos
urbanos y el entorno construido mediante un análisis comparativo. Con el objetivo de aclarar la noción de
permeabilidad urbana en diferentes contextos espaciales, se analizarán varios fenómenos urbanos para
comprender los contrastes, similitudes y especificidades de ambas ciudades.
Conclusiones
En el centro histórico de Barcelona, la intrincada secuencia de plazas y pasajes estratégicos son un ejemplo
extraordinario de permeabilidad urbana a nivel del suelo. Por otro lado, el distrito financiero de la Isla Central
de Hong Kong demuestra cómo los flujos de peatones circulan como un fluido denso a través de una red
tridimensional de edificios, pasajes subterráneos y pasarelas. Este sistema genera una serie de espacios
colectivos a diferentes niveles y crea circulaciones verticales que conectan directamente con el sistema de
transporte público.
Originalidad
El grado de permeabilidad urbana influye en la exploración y la percepción del entorno urbano. Sin embargo,
no existen estudios específicos sobre cómo esta cualidad caracteriza la estructura espacial de Hong Kong y
Barcelona. Este artículo abordará esta brecha de conocimiento mediante el análisis de estas dos formas
urbanas densas y complejas.
1
Profesor asistente en la Escuela de Arquitectura de la Universidad China de Hong Kong (CUHK), Hong Kong. Correo electrónico:
rossini@cuhk.edu.hk
2
Catedrático de la ETSAB, Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Barcelona. Correo electrónico: jane2@coac.net
3
Lecturer at ETSALS, Ramon Llull University (URL), Barcelona. E-mail: harris@coaib.es
211
ACE© AÑO 13, núm.38, OCTUBRE 2018 | LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE LA PERMEABILIDAD URBANA EN HONG
KONG Y BARCELONA

1. Introducción
La permeabilidad es una medida de la capacidad de un material para permitir el paso de fluidos a través de
él sin alterar su estructura interna. Esta propiedad física a menudo se ha asociado con la ciudad. El célebre
plano de Nolli (1748) ilustra la permeabilidad de la estructura urbana de Roma utilizando una representación
figura-fondo y por primera vez incluyendo los patios y las áreas internas de los edificios públicos como
espacios cívicos.
La ampliación del espacio público a nivel de suelo es una necesidad que surge con frecuencia, ampliando
las funciones y el ámbito público de calles, plazas y parques. En la ciudad compacta, esta expansión puede
lograrse mediante la creación de un sistema poroso de caminos peatonales, espacios urbanos y episodios
de la ciudad.
Las ciudades y sus espacios se imaginan como un “ensamblaje adaptativo complejo” (Dovey 2012, p.349),
sus formas urbanas generan diferentes condiciones urbanas que sirven de escenario para una gran variedad
de actividades humanas.
De acuerdo con su configuración espacial, una red de calles integrada puede aumentar significativamente
las oportunidades para que los ciudadanos circulen a pie, ofreciendo una variedad de formas alternativas de
explorar el entorno urbano (Bentley et al., 1985).
La cuestión central de este estudio es, por tanto, aclarar la noción de permeabilidad urbana en dos formas
urbanas diferentes como son Barcelona y Hong Kong.
Según Tieben (2017, p. 57) “…Hong Kong y Barcelona a menudo se citan como ciudades que logran la
sostenibilidad en base a su forma urbana compacta y densa”. Sin embargo, ambas ciudades son ejemplos
simbólicos de cómo la densidad puede generar dos formas urbanas diversas, donde la diferencia clave se
puede resumir en la idea de una ciudad compacta horizontal versus una ciudad vertical intensa.
Se explorará la relación simbiótica entre la arquitectura y la ciudad, los espacios públicos urbanos y el
entorno construido para comprender cómo esta cualidad puede contribuir a definir su estructura espacial.
2. Porosidad y espacios urbanos
La secuencia de espacios públicos y calles permite que la circulación de peatones fluya a través de
la estructura urbana como un fluido a través de un material permeable. La permeabilidad depende a su vez
de la porosidad, que es uno de los factores clave que facilita este paso.
Walter Benjamin proporciona una definición de porosidad en su descripción de Nápoles: “Tan porosa como
esta piedra es la arquitectura. Edificio y acción se interpenetran en los patios, arcadas y escalinatas” (Benjamin,
1985 p.169).
La calidad de estos espacios urbanos no radica esencialmente en que sean públicos o privados, sino en su
capacidad para crear lugares intermedios capaces de representar la complejidad de la ciudad.
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Los espacios urbanos se basan en cualidades cívicas, usos multifuncionales y, sobre todo, en ser depositarios
de los deseos y ambiciones de los ciudadanos (Pérez Bourzac, 2018) que los valoran por las oportunidades que
crean de encuentro, relación y transacción. También podríamos considerar los espacios urbanos
independientemente de su propiedad; los lugares urbanos pueden ser un espacio público, o más ampliamente,
un espacio colectivo en la ciudad donde, a pesar de las distinciones ocasionalmente confusas entre público y
privado, pueden tener lugar las diversas actividades de la comunidad.
Los lugares simbólicos de una ciudad pueden no ser necesariamente del todo públicos: dos de los espacios
urbanos más apreciados de Manhattan, Paley Park y Seagram Plaza, también fueron proyectos públicos
financiados por corporaciones que se construyeron sin la contribución financiera de la ciudad de Nueva York.
(Moelsae, 2014).
En las calles de Nápoles, las esferas privada y pública a menudo se fusionan, como dice Benjamin (1985, p. 174)
explica, “así como la sala reaparece en la calle, con sillas, hogar y altar, así, solo que mucho más ruidosa, la
calle migra a la sala”.
Según Stavrides (2007, p.175) la porosidad “…caracteriza sobre todo la relación entre espacio público y privado,
así como la relación entre espacio interior y exterior”.
En sus estudios de figura-fondo, Colin Rowe y Fred Koetter (1978) mostraron cómo la ciudad modernista era, en
términos de sólido y vacío, lo contrario de la ciudad tradicional. La noción de porosidad aparece más evidente en
la figura-fondo de la ciudad tradicional, donde la masa de los edificios es erosionada por una secuencia conectada
de espacios públicos.
La planta baja se suele asociar a la relación urbana entre el plano horizontal de la calle y su conexión al mismo
nivel con los edificios. Durante el Movimiento Moderno,
este concepto ganó en complejidad, y en los casos más congestionados, los edificios se hicieron más altos
mientras que al mismo tiempo, tanto por razones técnicas como para conectarse a los sistemas de transporte,
comenzaron a ocupar varios niveles bajo rasante. Esta concentración también ha requerido en muchas ocasiones
la ocupación de las primeras plantas sobre rasante, creando podios con usos más directamente relacionados con
su proximidad al espacio público. En estos nuevos escenarios, los PLUG-IN y las interfaces se convierten en
elementos fundamentales.
Esta tendencia de la ciudad contemporánea a desplegarse en varios niveles superpuestos e interconectados es

clave para comprender cómo la relación histórica del espacio público en un mismo plano geométrico ha dado
lugar a estos nuevos paradigmas.
Un caso extremo es el Central Business District de Hong Kong, donde el espacio peatonal se desvanece a nivel
del suelo, en ocasiones hasta desaparecer por completo, mientras que en otras ocasiones forma espacios
urbanos complejos, como el acceso subterráneo al sistema de transporte público metropolitano o en las pasarelas.
que unen edificios a diferentes alturas. En el ámbito metropolitano, Hong Kong aparece como una ciudad sin
suelo (Frampton et al., 2012) o es decir, una ciudad con múltiples suelos.
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3. Espacios Públicos y Dominio Colectivo
Amanda Burden (2014), planificadora urbana y ex directora del Departamento de Planificación Urbana de la
Ciudad de Nueva York, destaca que las ciudades se tratan fundamentalmente de personas y, por lo tanto, los
lugares a los que van y se reúnen son fundamentales para el funcionamiento de la ciudad. En su opinión, los
espacios públicos entre edificios son incluso más importantes que los propios edificios; algunas de las iniciativas
urbanas más transformadoras se están produciendo actualmente en estos espacios públicos. De manera similar,
Crowhurst-Lennard y Lennard (2015) argumentaron que el espacio público urbano es el elemento más importante
para la habitabilidad de una ciudad.
El espacio público es uno de los elementos clave de la estructura urbana. Aunque no existe una fórmula específica
para un espacio público exitoso, cualidades como la accesibilidad, la seguridad, la comodidad y la capacidad para
facilitar actividades sociales son cruciales (Project for Public Space, 2008). Como observa Montgomery (1998,
p.94), “pensar en un lugar exitoso es una tarea relativamente simple, pero es mucho más difícil determinar por
qué tiene éxito y si se puede producir un éxito similar en otros lugares”.
El espacio público a menudo solo se considera exitoso cuando es muy utilizado por los ciudadanos, sin embargo,
las formas contemporáneas de uso pueden ser extremadamente variadas. Los tipos de apropiación que generan
las actividades sociales son de gran importancia y pueden ser fomentados a través de la planificación y el diseño
del espacio público. Como reacción al sistema de planificación convencional de arriba hacia abajo, las nuevas
formas de urbanismo basadas en una perspectiva centrada en las personas han comenzado a generar estrategias
urbanas más sensibles y adaptables utilizando un proceso de abajo hacia arriba.
Este concepto de un urbanismo más flexible y centrado en las personas implica la contribución de los ciudadanos
a la producción y gestión del espacio público, un concepto que cobra cada vez más relevancia.
En los últimos años han florecido iniciativas cívicas y eventos temporales, como festivales de arquitectura y
eventos de placemaking iniciados por activistas urbanos, arquitectos y asociaciones de vecinos, con el objetivo
de mejorar los espacios poco atractivos o disfuncionales de nuestras ciudades.
Por lo general, estos proyectos experimentales abren la oportunidad de que los ciudadanos participen en la
transformación de su propio entorno urbano. El uso de acciones de abajo hacia arriba puede ser una herramienta
valiosa para promover nuevas relaciones sociales entre los ciudadanos, así como para repensar las debilidades
existentes en las condiciones de los espacios públicos de la ciudad (Rossini, 2018).
Estas acciones tácticas influyen en los espacios cotidianos que delimitan el dominio físico de la actividad pública
cotidiana y contrastan fuertemente con los principios abstractos generados por una estrategia genérica de arriba
hacia abajo (Chase, Crawford & Kaliski, 2009).
Además, sociólogos y antropólogos buscan discernir las cualidades específicas de la vida cotidiana que ofrece el
espacio público en la actualidad. El sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman (2000) sostiene que el cambio es muy
característico de la sociedad moderna, y el concepto de modernidad líquida ofrece un enfoque original para
analizar las complejidades del cambio social en el mundo contemporáneo (Lee, 2005).
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Pero si las necesidades y expectativas de la sociedad están en continuo cambio (Bennis y Slater, 1998),
¿cómo influye esta aparente inestabilidad en la vida urbana de nuestras ciudades? ¿Y cómo debe responder
el proceso de planificación a las necesidades de la población?
En Barcelona, como en París y muchas otras ciudades europeas, el espacio público es una parte integral del
ámbito público, proporcionando lugares donde los ciudadanos tienden a encontrar su dimensión social. Sin
embargo, el advenimiento de la Edad Moderna ha cambiado sustancialmente esta relación creando nuevos
significados complejos en los que los procesos sociales, políticos, económicos y culturales inciden en la
esfera pública.
Mientras que en la época premoderna el espacio público reflejaba una poderosa identidad colectiva que
cohesionaba a la sociedad, a partir de finales del siglo XIX este paradigma cambia con el crecimiento de la
opinión pública y la búsqueda de consenso social (Habermas, 1962).
A lo largo del siglo XX, la esfera pública parece haberse vuelto cada vez más frágil. Richard Sennett (1977)
sostiene que la privatización de la vida de las personas está generando el fin de la cultura pública. Los
factores sociales, políticos y económicos de la sociedad moderna están cambiando nuestro uso y percepción
del dominio público.
La vida pública se asocia tradicionalmente con los espacios públicos, sin embargo, como observa Banerjee
(2001), está floreciendo cada vez más en lugares privados como cafeterías, librerías y otros lugares terciarios
similares. Del mismo modo, Pérez Bourzac (2018) destaca cómo los centros comerciales, los lobbies de los
hoteles y las azoteas se están convirtiendo en los espacios urbanos de la sociedad contemporánea.
Según Manuel de Solà-Morales (1992) la riqueza urbana de la ciudad contemporánea reside en los espacios
colectivos que no son estrictamente públicos o privados, sino ambos a la vez
(Figura 1).
El espacio público debe influir en la esfera privada dando un carácter público a edificios y lugares que, sin
él, serían solo privados. En otras palabras, urbanizar lo privado: es decir, hacerlo parte del ámbito público.
Figure 1.The market dels Encants, Barcelona
Nota: El mercado público dels Encants de Barcelona, un ejemplo de espacio colectivo permeable. Fuente: Dibujo cortesía de Fermín Vázquez.
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En este contexto, existe un gradiente de condiciones intermedias entre los espacios públicos que se
utilizan para actividades privadas y los espacios privados que permiten el uso colectivo, y vale la pena
señalar cómo el dominio colectivo puede asumir un papel dominante en la definición del espacio. Estos
espacios, como los teatros, las escuelas, las bibliotecas y los museos, son lugares donde la vida cotidiana
se desarrolla, se presenta y aparece en forma de memoria.
Parafraseando a Yi-Fu Tuan (2014), un lugar puede entenderse desde la perspectiva de las personas
que le han dado sentido, encarnando sus experiencias y aspiraciones. Aquí, Yi-Fu Tuan relaciona esta
definición estrictamente con las personas, centrándose en la experiencia y el significado sin tener en
cuenta si un lugar en particular es público o privado.
Sin embargo, en cuanto a la función de lo público como lugar de interacción social, la reserva, la distancia
y la preservación del anonimato priman en estos encuentros entre ciudadanos. En consecuencia, los
espacios públicos pueden ofrecer un terreno fértil para la subversión y el conflicto social, formando parte
de la vida urbana que confronta los deseos de los poderes establecidos que la planifican y diseñan para
controlarla. Un problema principal es la pasividad de la percepción y la diferencia con los demás, ambos
acentuados por diferentes factores en los últimos dos siglos.
Se puede argumentar que los espacios públicos abiertos y accesibles son valiosos para mucho más que
solo recreación. Desde una perspectiva más optimista, el espacio público contemporáneo sigue siendo
un espacio de encuentro entre extraños, lugares de ciudadanía activa, en los que las identidades
personales se construyen a través de la interacción social no mediada (Németh, 2008).
Con el fin de organizar y estructurar los entornos urbanos para la vida pública, los departamentos
gubernamentales implementan estrategias generales en diferentes niveles para controlar el desarrollo
urbano, organizar y definir los usos de la tierra y, por lo tanto, afectar el uso del espacio público. Por lo
tanto, es importante señalar que la planificación urbana sigue desempeñando un papel fundamental en la mejora de la
calidad de vida en nuestras ciudades.
4. Barcelona
Barcelona no es sólo un paradigma de la ciudad compacta europea, sino un precursor y referente

internacional de las políticas de espacio público que transforman la ciudad compacta. La reconstrucción
de Barcelona acometida en las últimas décadas se ha basado en parte en el papel del espacio público y
ha afectado a toda la ciudad (Martí, 2004).
La ciudad tiene un centro histórico compacto con espacios públicos ricos y variados caracterizados por
calles, plazas y pasajes. Estos a menudo toman la forma de callejones estrechos que se entrelazan a
través de las plantas bajas de los edificios, dando continuidad y fronteras comunes a los espacios en
cuestión y creando capas y redes urbanas complejas. En determinados casos, podríamos describirla en
términos de porosidad o capilaridad urbana, o parafraseando un particular interés de Manuel de Solà-
Morales (2010), en su 'urbanidad material', dado que la urbanidad se encuentra no sólo en los ámbitos
económico y social actividad, sino también en la arquitectura. Según Carmona et al., una arquitectura
'urbana' "... responde y contribuye positivamente a su contexto y a la definición física del ámbito público".
(2010, p. 184) De ello se deduce que la arquitectura puede ser urbana a través del uso de materiales,
que pueden ser el material del piso o las paredes de los edificios, o la luz y
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color; en ocasiones esta urbanidad está implícita en el espacio público –independientemente de si está
lleno de gente o vacío–, sin embargo, no siempre es así.
A menudo, los atajos o conexiones estratégicas, que son lugares agradables en sí mismos, ya han
creado esta condición de urbanidad. Este suele ser el caso de los edificios históricos, pero también
ocurre en ocasiones en reformas y proyectos más contemporáneos que han intentado introducir
soluciones alternativas a los espacios en contacto con la calle.
En su 'Teoría General de la Urbanización', Ildefonso Cerdà remarcó que hay una analogía perfecta, y
también debe haber una íntima correlación entre los planos horizontal y vertical de la ciudad (Cerdà,
1867).
Es el caso del Edificio Mediterráneo de Antonio Bonet Castellana, en la calle Consell de Cent, entre la
calle Borrell y la calle Urgell del Eixample. Este edificio prolonga sutilmente el nivel del pavimento hacia
el interior del edificio, ensanchando el espacio público con un ritmo escalonado de pilotes que sostienen
el edificio (Figura 2).
Aquí hay una comprensión clara de la oportunidad que brinda la intersección entre el edificio y la ciudad
para crear un espacio colectivo atractivo. La porosidad de la arcada crea un
espacio intermedio que representa a la perfección la relación simbiótica entre el dominio público y el
privado.
Dentro de la rica variedad de situaciones y conexiones que nos presenta Barcelona, también es
importante mencionar el nuevo escenario donde recientemente se han restaurado los patios interiores
de muchas manzanas del Eixample, transformando espacios que antes estaban ocupados
mayoritariamente por uno o dos edificios industriales o de almacén de varios pisos.
Figura 2.Edificios y espacios públicos
Nota: El edificio diseñado por Antonio Bonet Castellana en el Eixample. Fuente: Foto de Jofre Roca
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En las últimas décadas, esta recuperación, aunque no tan rápida como se hubiera deseado, ha
supuesto el descubrimiento de distintos tipos de espacios públicos separados del tráfico de las calles
circundantes y conectados a través de pasajes, en ocasiones abiertos al cielo, situados en la plantas
bajas de los edificios circundantes.
Figura 3. Supermanzanas, Barcelona
Nota: Diagrama de redes de circulación actuales y futuras en base a Supermanzanas. Fuente: Extracto de BCNecología
Por tanto, podríamos considerar que si se abrieran dichos pasillos en los cuatro lados de una manzana,
se generarían redes peatonales, que podrían establecer un modelo eficiente de circulación de peatones
complementario a las intenciones detrás de la implantación de las supermanzanas, con el consiguiente
objetivo de pacificar la calles interiores a través de sus nuevos arreglos de tráfico (Figura 3).
La red viaria de Barcelona, especialmente en el centro histórico, representa un excelente modelo de

permeabilidad urbana. Cabe señalar como ejemplo el pasillo incorporado en la planta baja del hotel
Citadines, de los arquitectos Esteve Bonell y Josep Mª Gil.
Además de dar acceso al hotel, este pasaje también proporciona una fácil y rápida conexión peatonal
entre la plaza de la Villa de Madrid y la cosmopolita Rambla.
A lo largo de sus bordes, la Rambla expande la influencia del ámbito público generando diferentes tipos
de espacios colectivos dentro de los edificios. Son ejemplos los famosos teatros del Liceu, el Principal
y el Poliorama y sus respectivos foyers; el convento de Santa Mónica con su sala de exposiciones; el
palacio de Moja y sus patios; y el Hotel Oriente con su claustro convertido en comedor (Moro, 2017).
Todos estos episodios urbanos crean una secuencia de lugares interconectados que son destinos
populares para los ciudadanos de Barcelona. Según Carmona et al. “…Los lugares de personas exitosas
pueden ser destinos por derecho propio, pero, más probablemente, también son lugares en el camino
a muchos otros lugares”. (2010, pág. 202).
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Otro caso típico es el del Palacio de la Virreina situado a escasos metros del teatro Liceu. Este
tiene una planta baja con un eje perpendicular a la fachada creando una penetración en forma de
paso abierto entre la Rambla y la plaza de San Galdric.
Figura 4.Planos de Roma y Barcelona
Nota: A la derecha el plano de Roma de Giambattista Nolli. Fuente: La Nuova Topografia di Roma, 1748; a la izquierda el centro histórico de
Barcelona. Fuente: Busquets 2003, El casco antiguo de Barcelona: un pasado con futuro
Y si analizamos con detenimiento las plantas bajas de los edificios del centro histórico de
Barcelona y las combinamos, a la manera de Giambattista Nolli en 1748 en su plano de Roma,
encontramos un rico escenario de posibles conexiones y penetraciones (Figura 4) .
Otros casos ejemplares de porosidad urbana se dan por toda la ciudad gótica, quizás sobre todo
donde el espacio público de la calle se expande hacia los patios medievales de Montcada
Street, y donde, en muchos casos, el espacio también se extiende transversalmente. Las plantas
bajas de los palacios góticos que ahora ocupa el Museo Picasso tienen una red de patios
semipúblicos conectados internamente que discurren paralelos a la calle peatonal Montcada (Figura 5).
Figura 5. Museo Picasso, Calle Montcada
Nota: Calle Montcada; Pasaje que conecta patios transversalmente en el Museo Picasso; Relación de los patios semipúblicos con la calle Montcada.
Fuente: Dibujos de Sebastian Harris
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Esta urbanidad la encontramos en muy diversas formas y situaciones a lo largo de la historia con
edificios contemporáneos que también han intentado introducir alternativas en cuanto a la superficie en
contacto con la calle.
A su manera, Enric Miralles jugó con sofisticados métodos de conexión de espacios en su esquema
para el complejo del Mercado de Santa Caterina. El esquema de Miralles crea un enlace transversal en
la parte sur del sitio para mejorar las conexiones con el tejido urbano circundante. La plaza de Santa
Caterina con la nueva plaza Joan Capri, y también mediante la conexión visual entre la calle oscura
Massanet y el patio comunitario situado entre los bloques de viviendas.
Lo más importante es que Miralles ha conseguido que el edificio sea poroso en dirección longitudinal.
Por ejemplo, la cubierta del edificio se prolonga más allá de la línea de la fachada principal del mercado
en forma de pérgola. Esto, además de limitar la excesiva amplitud visual del espacio público creado por
la apertura de la Avenida Cambó, conforma un espacio intermedio entre este espacio y el mercado,
invitando a acceder a él. En la parte trasera del edificio, la fachada del antiguo mercado se rompe
creando una nueva plaza llamada Plaza Joan Capri, al este en el lado opuesto a la preexistente Plaza
de Santa Caterina.
Figura 6. La permeabilidad en el Mercado de Santa Caterina, Barcelona
Nota: La nueva intervención del Mercado de Santa Caterina permitió una mayor permeabilidad longitudinal entre la Catedral y Santa Maria del Mar,
así como mejores relaciones visuales transversales entre los tejidos urbanos. Fuente: Dibujo de Antonio Moro.
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La nueva plaza se extiende hacia el interior del mercado en una serie de formas irregulares, fusionándose
con el patio comunitario de los edificios residenciales. Dentro de todo ello, se crea un recorrido longitudinal
desde la Avenida Cambó hasta la Calle Colomines por el interior del mercado y las sucesivas plazas
(Figura 6).
Este 'sistema capilar' continúa en dirección al mar, dividiéndose en cuatro pequeñas callejuelas que
comparten el flujo hasta la calle Carders, para luego continuar por la calle Montcada
towards Santa María del Mar.
Figura 7. Mercado de Santa Caterina, Barcelona
Nota: Mercado de Santa Caterina, mostrando nuevas plazas de interconexión. Fuente: Dibujo de Sebastian Harris
Manuel de Solà-Morales (2010) observó que la urbanidad la crea la permeabilidad, la sensualidad y el

respeto, de los cuales estos casos mencionados anteriormente son todos buenos ejemplos. Pero la
condición de permeabilidad, que al mismo tiempo otorga una ciudad más educada para el peatón,
también exige sensualidad, como argumenta Richard Sennett (1994) en su famoso libro 'Flesh and Stone',
al comentar cómo el cuerpo humano se relaciona con el espacio. .
En estos casos mencionados, entre otros, descubrimos un respeto de lo nuevo por lo viejo. La presencia
de nuevas intervenciones de diseño junto a elementos preexistentes conservados requiere armonía y
diálogo, y una buena sintaxis entre los elementos y las relaciones entre ellos.
En Barcelona, la vida ciudadana ha tendido a ocupar los espacios públicos en contacto con la planta baja
en sus múltiples formatos, sin embargo, cuando se ha desplegado, los resultados no siempre han sido
beneficiosos. Esta ciudad todavía tiene mucho que aprender de importantes paradigmas en otros lugares
que demuestran la urbanidad material y social, tanto activa como positivamente. Nos referimos ahora a
dos de estos casos en los que el plano horizontal del suelo se ha desplegado con carácter urbano: los
espacios públicos del Rockefeller Center de Nueva York y el Torg de Sergel en Estocolmo.
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Figura 8. SergelsTorg, Estocolmo
Nota: Centro Rockefeller. Fuente: Archivo DUOT Nota: Sergels Torg. Fuente: Foto de Laia Aguilar
Manuel de Solà-Morales (2010) destacó el Rockefeller Center como un excelente modelo de arquitectura
urbana del siglo XX, un espacio en el que la arquitectura configura no solo la forma sino también la
calidad misma del espacio público. Es decir, donde la calidad del espacio público viene determinada por
la calidad de la arquitectura que lo configura, así como por la condición tridimensional que se crea a
través de la nueva relación entre la planta baja y la plaza situada en el nivel inferior.
También podríamos discutir el contexto urbano de Sergels Torg de Sven Markelius, que es más
complejo, dada la mayor mezcla y diversidad de usos, definiéndose como un 'ágora' urbana que da
acceso a un nudo de transporte (Figura 8). Teniendo en cuenta que los diseños en sección transversal
pueden dar lugar a magníficas soluciones urbanas, Sergels Torg es un espacio público excepcionalmente
logrado en términos sociológicos, que ciertamente silencia esas voces críticas que describen los
espacios de transporte como anónimos. En nuestra opinión, el gran reto del futuro pasa por lograr
excelentes diseños de intercambiadores de transporte modal, porque el futuro de la ciudad se dirige
hacia un sistema metropolitano reforzado con redes y nodos, entre ellos nudos de transporte, que
puedan hacer el ineludible trayecto a través de las sistema urbano más agradable (Moreno & Roca,
2016).
5. Hong Kong
Hong Kong ha sido definida como una 'IntenCity', palabra que expresa una combinación de diferentes
cualidades urbanas (Figura 9). Estos incluyen concentración, densidad, complejidad y verticalidad, cuya
superposición exhibe un nuevo nivel de intensidad que de alguna manera es más que la suma de sus
partes (Shelton, Karakiewicz & Kwan, 2011).
A menudo se ha observado que este entorno de alta densidad provoca una serie de implicaciones
negativas que incluyen hacinamiento, falta de vegetación urbana, falta de espacios abiertos y conexiones
peatonales, lo que dificulta la circulación a nivel del suelo en varios distritos de la ciudad ( Lau y González
Martínez, 2012). Sin embargo, las pasarelas, los edificios y las estaciones de metro forman en conjunto
un complejo sistema de pasajes y conexiones que atraviesan la estructura urbana en múltiples niveles
(Rossini, 2014).
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Figura 9. El intenso urbanismo de Hong Kong
Nota: La multitud de edificios de gran altura en el distrito de Kowloon. Fuente: Foto de Francesco Rossini
En 1961, la Reurbanización del Área Central fue el primer documento de planificación propuesto por el gobierno
colonial británico para crear una red peatonal elevada en Central y Admiralty.
Según Tan & Xue (2014), este primer documento inicial se transformó en una visión más integral en 1969 y tuvo una
profunda influencia en el futuro desarrollo urbano de Hong Kong. El Colony Outline Plan de 1969 redactado por Crown
Lands and Survey,
alentó el uso de una forma urbana integrada de uso mixto, una 'ciudad de múltiples pisos' con oficinas, estacionamiento,
viviendas y espacios comerciales sobre un sistema de transporte masivo.
En la década de 1980, los puentes peatonales y subterráneos comenzaron a convertirse en un sistema interconectado
de pasarelas peatonales elevadas y subterráneas (Figura 10).
La pasarela elevada a lo largo de Connaught Road en el Distrito Central es un ejemplo exitoso de este ambicioso plan
(Departamento de Carreteras HKSAR, 2017).
La población de Hong Kong utiliza a diario esta sofisticada red espacial, circulando por espacios donde el límite entre
lo público y lo privado no está claramente definido. Esta falta de distinción entre público y privado parece irrelevante
para los habitantes locales; la definición legal no afecta el uso de estos espacios colectivos, que constituyen un
elemento importante de la estructura urbana.
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Figura 10. Hong Kong y sus pasarelas aéreas
Nota: La conexión peatonal entre Central y el distrito de Sheung Wan. Fuente: Francesco Rossini
Por otro lado, por diversas razones morfológicas, históricas y culturales, el espacio libre público adecuado no
es un activo importante de la ciudad. La investigación sobre los espacios abiertos de Hong Kong ha concluido
que distan mucho de ser satisfactorios tanto en cantidad como en calidad (Tang & Wong 2008).
Durante la década de 1980, con el fin de garantizar la creación de espacios públicos abiertos en áreas
urbanas, el gobierno de Hong Kong estableció la política de Espacios Públicos Abiertos en Desarrollo Privado
(POSPD). Concebido originalmente en Nueva York en 1960, el programa alentó al sector privado a
proporcionar espacios para el público dentro o fuera de sus edificios a cambio de mayores asignaciones de
densidad en ciertos distritos de alta densidad. Sin embargo, en los últimos años, la accesibilidad pública y los
estándares de provisión de espacio bajo POSPD en Hong Kong se han convertido en motivo de preocupación
(Development Bureau HKSAR, 2012).
Como ejemplo de la complejidad urbana de la ciudad podemos considerar el Centro Financiero Internacional
(IFC) en el núcleo del distrito Central de la isla de Hong Kong. El IFC se completó en 2003 y es un desarrollo
de uso mixto conocido como un destino de ocio y negocios de clase mundial.
La megaestructura del complejo consta de un centro comercial, un hotel de lujo y dos rascacielos, uno de los
cuales es el segundo edificio más alto de Hong Kong.
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Figura 11. El Centro Financiero Internacional en Hong Kong
Fuente: Foto de Francesco Rossini
El IFC también se puede considerar un nudo de transporte, bajo tierra se encuentra la estación del Ferrocarril de
Transporte Masivo (MTR) de Central desde donde el tren expreso conecta el centro de la ciudad con el
aeropuerto en menos de 25 minutos. Las pasarelas peatonales elevadas brindan acceso a los muelles con varios
transbordadores durante el día que conectan la isla de Hong Kong, Kowloon y las islas periféricas, como la isla
Lamma, la isla Cheung Chau o la isla Peng Chau.
El IFC está conectado a través de una serie de pasarelas y pasos subterráneos que permiten que los peatones
fluyan fácilmente a través de sus espacios a diario. Estas conexiones, tanto por debajo como por encima del
suelo, hacen de esta megaestructura un ejemplo paradigmático de permeabilidad urbana.
Esta estructura de usos mixtos supera la clásica interfaz entre calles y edificios proporcionando múltiples
relaciones urbanas que generan un nuevo tipo de porosidad. Un aspecto a considerar es que es casi imposible
acceder a este edificio a nivel del suelo real ya que el IFC está separado del distrito central por Connaught road,
una carretera transitada que cruza longitudinalmente la isla de Hong Kong. Además, la planta baja está ocupada
por aparcamientos de varios niveles y otras instalaciones técnicas que no dan cabida a otras actividades urbanas
(Figura 11).
Metafóricamente, el IFC puede verse como un castillo medieval contemporáneo, conectado a la ciudad a través
de modernos puentes levadizos. Este centro comercial concentra una amplia gama de funciones, incluyendo
cines, supermercados, restaurantes y tiendas. El IFC no es propiamente un centro comercial cotidiano, todas las
actividades comerciales están dirigidas a una clientela adinerada, ya que las sedes de instituciones financieras,
bancos internacionales y corporaciones comerciales se encuentran en las torres de oficinas de arriba. El espacio
interior parece diseñado con el objetivo de aprovechar al máximo la posición privilegiada del sitio cerca del paseo
marítimo: el uso extensivo de muros cortina acristalados
ambos permiten que la luz penetre en el edificio y ofrecen múltiples vistas sobre el puerto de Victoria (Figura 12).
225
KONG Y BARCELONA

La azotea del edificio es un POPSD y es de acceso público ya que todo el edificio está abierto las 24 horas, los 7
días de la semana. Este espacio no es fácil de encontrar, no hay indicaciones claras para guiar a las personas allí.
ya sea dentro o fuera del centro comercial, pero con el paso de los años, esta azotea se ha vuelto muy popular
entre diferentes grupos de usuarios para disfrutar de las impresionantes vistas sobre el puerto de Victoria y para
celebrar todo tipo de eventos, incluido el Año Nuevo chino. Durante los domingos y festivos, como en otros
espacios de Central, la azotea está ocupada por trabajadoras domésticas filipinas, que se reúnen para socializar,
comer comida filipina y disfrutar de su día libre (Law, 2002).
Figura 12. La azotea del IFC
Nota: La azotea está distribuida en dos niveles y es de acceso público desde el centro comercial las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Fuente:
Foto de Francesco Rossini
Este espacio ocupa una superficie de casi 14.000 m2 y se encuentra entre los espacios libres más grandes del
distrito, pero al mismo tiempo esta área es de gestión privada, lo que implica “…la transferencia de responsabilidad
en el control del espacio social de lo público a lo público”. sector privado." (Cuthberto y
McKinnel, 1997, pág. 295).
Otro caso a mencionar es Pacific Place, un centro comercial ubicado en Admiralty, en el borde del distrito Central.
Pacific Place es un complejo de torres de oficinas, hoteles y un centro comercial y, al igual que el IFC, tiene
conexiones peatonales con otras áreas de la ciudad a través de pasarelas elevadas y pasajes subterráneos. Se
puede acceder fácilmente a la estación Admiralty MTR desde el atrio del centro comercial, que a menudo se usa
como espacio para eventos (Figura 13).
226
ACE© AÑO 13, núm.38, OCTUBRE 2018 | LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE LA PERMEABILIDAD URBANA EN HONG KONG Y
BARCELONA

Figura 13. La red peatonal multinivel en Admiralty
Nota: La red de circulación compleja de la estación MTR de Admiralty y el centro comercial de Pacific Place. Fuente: Dibujo de Francesco Rossini.
Pacific Place se construyó originalmente en la década de 1980, pero el diseñador británico Thomas Heatherwick
renovó recientemente el centro comercial.
En cuanto a usos y actividades y de forma análoga a otros centros comerciales, este complejo de edificios cuenta
con una amplia oferta de cafeterías y restaurantes, tiendas, cines y un supermercado.
Junto con otros edificios como Lippo Center, Admiralty Center, Queensway Plaza, United Center y Far East Finance
Center, el centro comercial forma una red de circulación compleja que permite a los peatones caminar por diferentes
espacios y condiciones.
Morfológicamente, el podio de Pacific Place fue concebido para resolver la topografía inclinada del sitio. El podio
permite conexiones en múltiples niveles brindando acceso a diferentes partes de la ciudad.
Desde Queens Road, en el nivel más bajo, es posible usar las escaleras mecánicas del centro comercial para llegar
a Hong Kong Park, el edificio de la Corte Suprema y el Consulado Británico ubicado en los niveles superiores. Las
torres de oficinas y los hoteles tienen entradas para peatones desde el interior del centro comercial y para automóviles.
acceso al área de descarga ubicada en el nivel de la azotea.
El centro comercial también está conectado con el área cercana de Star Street y Three Pacific Place por un paso
subterráneo de 280 metros. Esta extensión se construyó para extender la atmósfera del distrito financiero central
hacia el este y aumentar con éxito el valor comercial del área (Swire, 2009).
227
KONG Y BARCELONA

En términos de transporte, esta zona de Hong Kong está muy congestionada. La red tridimensional de pasarelas,
edificios y subterráneos beneficia la circulación peatonal, que es seriamente
problemático a nivel del suelo debido a la presencia de la terminal de autobuses, mientras que al mismo tiempo,
ofrece una amplia gama de actividades y servicios que vuelan por encima del nivel de la calle.
Recientemente, el atrio de Pacific Place se ha convertido en un lugar para instalaciones de arte temporales, lo que
puede verse como un intento de insertar actividades culturales como parte de la experiencia comercial, pero también
tiene como objetivo atraer a más usuarios a este espacio aprovechando las ventajas positivas para el marketing
( Figura 13).
Los estudios de caso de Pacific Place e IFC representan dos ejemplos de proyectos urbanos complejos.
Estos hubs de uso mixto se basan esencialmente en experiencias comerciales que enfatizan la cultura del
consumismo, pero al mismo tiempo ofrecen un lugar para el dominio colectivo en el que una gama de funciones
genera diferentes formas de interacción social. Sin embargo, no hay casi nada impredecible en estos espacios, la
vigilancia privada de las actividades que en ellos ocurren plantea la cuestión de la capacidad de estos espacios para
convertirse en lugares cívicos donde la dimensión pública pueda estar plenamente representada.
6. Observaciones finales
En este artículo hemos comparado Barcelona y Hong Kong como dos casos individuales, ciertamente diferentes en
cuanto a la morfología urbana y con una diferencia sustancial en la interpretación del ámbito público. Las disimilitudes
entre Hong Kong y Barcelona se reducen en cierto modo si examinamos estas ciudades, o al menos parte de sus
estructuras, en términos de su permeabilidad urbana. La percepción del espacio urbano y su capacidad para albergar
flujos de peatones, no solo a nivel del suelo, puede darnos la medida de cómo esta cualidad caracteriza su estructura
espacial.
En Barcelona, el nivel del suelo se sigue llamando el nivel de la ciudad. Es el nivel de los espacios públicos, que
proporcionan los lugares esenciales para la interacción social, transmitiendo la imagen de la ciudad y articulando la
relación entre el espacio abierto y el entorno construido.
De hecho, los servicios socializados y la calidad de los espacios públicos son en gran medida el resultado de esta
relación cuidadosamente organizada entre espacio e infraestructura. En Barcelona,
esto añade un valor considerable a los habitantes y usuarios de la ciudad, en un grado que sería inviable en otras
estructuras de la ciudad (Ajuntament de Barcelona, 2011).
En Hong Kong, la falta de suelo disponible para el desarrollo ha determinado la intensidad de uso, con la
estratificación vertical de diferentes funciones, especialmente en el Distrito Central de Negocios, lo que lleva a la
creación de flujos de circulación superpuestos y genera una variedad de
espacios urbanos no convencionales (Rossini, 2014).
Este fascinante sistema, que recuerda la visión vanguardista y neofuturista de Archigram (Cook, 1999), podría crear
una especie de ambigüedad espacial. Como señalaron Yoos & James, (2016, p. 1) los niveles de circulación apilados
“…pueden convertir las capas urbanas en reinos totalmente independientes. Por esa razón, muchos teóricos ven las
vías aéreas y los túneles como formas urbanas desviadas o insostenibles”.
228
KONG Y BARCELONA

Si esta preocupación puede ser relevante en ciudades de baja densidad como las norteamericanas, en Hong Kong
la vida pública se desarrolla, dentro o fuera de los edificios, a 20 metros sobre el suelo oa ras de suelo sin distinción
aparente.
En esta estructura urbana compleja (Siu Yu Lau, 2012), como se describe en los dos estudios de caso de IFC y
Pacific place, las actividades sociales ocurren con mayor frecuencia en los espacios internos del centro comercial.
Si bien el rápido crecimiento del comercio en línea está enfatizando la crisis de las formas tradicionales de comprar,
estas megaestructuras con clima controlado siguen siendo centros exitosos para la sociedad colectiva (Figura 14).
Todos los días, millones de ciudadanos de Hong Kong utilizan estas catedrales comerciales contemporáneas, que
sustituyen metafóricamente las funciones colectivas de las iglesias y los claustros ilustrados en el plano de Roma
de Nolli.
En Barcelona, la permeabilidad de la planta baja está formada por una 'arquitectura urbana', una arquitectura que,
parafraseando a Manuel de Solà-Morales (2010), tiene el poder de absorber la ciudad, ayudando a crear los
espacios colectivos de los ciudadanos ' vive.
Figura 14. Una instalación de arte temporal en Pacific Place
Nota: La instalación 'Spiral Scratch' de Jim Lambie en el atrio principal de Pacific Place. Fuente: Foto de Francesco Rossini
Tanto en Barcelona como en Hong Kong, especialmente en las áreas principales, la disposición en cuadrícula y el
uso mixto del suelo han fomentado la actividad económica y una vida callejera vibrante. Sin embargo, los datos del
estudio de UN Habitat sobre el patrón de las calles de Hong Kong son insuficientes para evaluar la calidad de
caminar a pie de calle (Tieben, 2017 p.58).
229
KONG Y BARCELONA

Como hemos descrito, en Hong Kong el dominio colectivo está intensamente distribuido en diferentes
niveles de la estructura urbana, y en esta sofisticada red espacial tiende a desaparecer la relación
tradicional entre edificio y calles, vacío y sólido, público y privado.
El intenso urbanismo generado por la visión de una metrópolis vertical ha producido un nuevo ejemplo
paradigmático de permeabilidad urbana, donde la red de pasarelas y pasajes subterráneos y estaciones
de MTR, ha sustituido el modelo espacial de la ciudad tradicional.
Estos espacios se centran principalmente en actividades comerciales que implican una cierta selección de
usuarios, y uno de los efectos negativos de este modelo urbano es la generación de espacios 'ambivalentes'
donde el poder corporativo tiene control sobre las actividades que se desarrollan en ellos (Cuthbert &
MacKinnell).
Además, esta red termina por concentrar los flujos de peatones en los espacios interiores de los centros
comerciales, excluyendo en realidad los espacios públicos abiertos de la ciudad (Figura 15).
Figura 15. El atrio de Langham Place en el distrito de Mong Kok
Nota: El atrio se caracteriza por dos largas escaleras mecánicas que conectan el atrio principal con las tiendas de los pisos superiores. Fuente:
Foto de Francesco Rossini
En la búsqueda del desarrollo económico, el gobierno de Hong Kong siempre ha buscado maximizar el
uso de toda la tierra disponible. En comparación con los usos del espacio que generan más ingresos, el
espacio público siempre se ha infravalorado en términos tanto de cantidad como de distribución espacial
(Tang & Wong, 2008).
Durante los últimos 30 años, la presión por el desarrollo ha minimizado el papel tradicional de los
planificadores gubernamentales como guardianes del espacio público, transfiriendo la responsabilidad de
gestionar el espacio social del sector público al privado (Cuthbert & McKinnell, 2001).
230
KONG Y BARCELONA

Estos espacios colectivos son un activo valioso en la estructura urbana de la ciudad, pero no pueden ser vistos como una
alternativa a los espacios públicos que deben ser inclusivos y accesibles para todos los residentes.
Hoy en día es claramente necesario encontrar el equilibrio adecuado para apoyar los intereses privados y al mismo tiempo
salvaguardar el ámbito público. El diseño del espacio público debe desarrollarse dentro de
una estrategia de planificación adecuada para agregar valor sociocultural a la ciudad.
En Barcelona, el espacio público ha tenido un papel determinante en la transformación urbanística de la ciudad, contribuyendo
no sólo a la renovación del entorno urbano sino también a la mejora de la imagen de la ciudad. El espacio público está regulado
por criterios que garantizan su calidad y funcionalidad, mientras que los espacios privados de uso público requieren una
normativa similar para asegurar el mismo nivel de calidad (Ajuntament de Barcelona, 2011).
Por último, se podría argumentar que si por un lado hay necesidad en Barcelona de intensificar determinadas zonas de la
ciudad, con casos aislados de urbanismo intenso en forma urbana compacta, por otro lado, en Hong Kong es el momento de
repensar la dimensión urbana y social de los espacios públicos. Sería deseable que la red espacial de esta forma extrema de
urbanismo vertical pudiera generar también grandes espacios cívicos que fomenten una contribución positiva al dominio público.
Contribuciones de los autores: Los autores han desarrollado y revisado todas las secciones del artículo de manera conjunta.
Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
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KONG Y BARCELONA

A Definition of Urban Permeability

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LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

LA NOCIÓN DE SUELO: UNA DEFINICIÓN DE PERMEABILIDAD URBANA EN

Envío inicial: 25-04-2018 Aceptación Inicial: 27-09-2018

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

2. Porosidad y espacios urbanos

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Esta tendencia de la ciudad contemporánea a desplegarse en varios niveles superpuestos e interconectados es

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

3. Espacios Públicos y Dominio Colectivo

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figure 1.The market dels Encants, Barcelona

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Barcelona no es sólo un paradigma de la ciudad compacta europea, sino un precursor y referente

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 2.Edificios y espacios públicos

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 3. Supermanzanas, Barcelona

La red viaria de Barcelona, especialmente en el centro histórico, representa un excelente modelo de

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 4.Planos de Roma y Barcelona

Figura 5. Museo Picasso, Calle Montcada

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 6. La permeabilidad en el Mercado de Santa Caterina, Barcelona

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 7. Mercado de Santa Caterina, Barcelona

Manuel de Solà-Morales (2010) observó que la urbanidad la crea la permeabilidad, la sensualidad y el

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 8. SergelsTorg, Estocolmo

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 9. El intenso urbanismo de Hong Kong

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 10. Hong Kong y sus pasarelas aéreas

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 11. El Centro Financiero Internacional en Hong Kong

Fuente: Foto de Francesco Rossini

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 12. La azotea del IFC

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 13. La red peatonal multinivel en Admiralty

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 14. Una instalación de arte temporal en Pacific Place

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Figura 15. El atrio de Langham Place en el distrito de Mong Kok

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

Conflicto de intereses: Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

BAUMAN, Z. Modernidad Líquida. Cambridge, Polity Press, 2000. 228 págs.

Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

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COCINERO, P. Archigram. Nueva York, Princeton Architectural Press, 1999. 144 p.

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Francesco Rossini; Estanislao Roca y Sebastian Harris

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