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La Responsabilidad Civil
La Responsabilidad Civil
La Responsabilidad Civil
En sus inicios es muy posible que la responsabilidad civil sólo procediese en casos de
daños personales experimentados por la víctima, luego se va extendiendo a los casos
de daños causados a su patrimonio, y posteriormente a los valores de tipo moral, que
corresponden al ser humano como tal.
Por su parte, Savatier define la responsabilidad civil como la obligación que incumbe a
una persona de reparar el daño causado a otra por su propio hecho, o por el hecho de
las personas o cosas dependientes de ella. Se debe resaltar el hecho de que Savatier
señala la circunstancia muy importante de que la obligación de reparar el daño
compete no sólo a la propia persona que lo ha causado directamente, sino también
cuando es ocasionado por personas o cosas dependientes de ella.
Bases Legales de la Responsabilidad Civil a través del análisis del Código Civil
vigente
Ahora bien, esta responsabilidad civil delictual es la derivada del hecho ilícito, también
denominado delito civil, y encuentra su fundamento legal como principio general en el
primer párrafo del artículo 1185 del Código Civil venezolano, así: “El que con intención,
o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a
reparado”. Maduro (2008) hace la observación de que en este caso, la necesidad de
reparar proviene de la violación de una conducta preexistente que consiste en “no
causar daños a otros por culpa”, conducta que el legislador no menciona ni enuncia
expresamente, pero que sí la presupone cuando ordena reparar el daño causado por
incumplimiento de dicha conducta.
En el Derecho venezolano también constituye un caso de responsabilidad delictual la
necesidad de reparar un daño cuando éste es causado por abuso de derecho, figura
que en nuestro ordenamiento constituye un caso particular del hecho ilícito. El abuso
de derecho está consagrado en el segundo párrafo del artículo 1185 del Código Civil:
C) Responsabilidad Legal:
Por ejemplo, obligación de construir y reparar las paredes medianeras (Art. 695 CC)
Por ejemplo, obligación de los comuneros de contribuir a los gastos de la cosa común
(Alt. 762).
Para algunos autores no existe sino una sola clase de responsabilidad civil, la legal,
pues la reparación del daño siempre debe ser ordenada por el legislador, trátese del
incumplimiento de una obligación contractual o legal, o de una conducta preexistente.
Sin embargo, respetando tal criterio, Maduro (2008) prefiere emplear la nomenclatura
enunciada. Algunos autores comprenden dentro de la responsabilidad civil
extracontractual, la delictual y la legal, criterio que no es acogido unánimemente por la
doctrina.
Desde el punto de vista de la procedencia de la reparación del daño, según éste sea o
no causado por la culpa del agente, se distingue la responsabilidad civil subjetiva de la
responsabilidad civil objetiva.
1. Clasificación
a) El hecho del tercero: El hecho del tercero puede constituir una causa extraña no
imputable. Es indudable que si el hecho del tercero ha sido la única causa del daño,
no hay relación de causalidad entre el daño y el hecho del agente del daño. Falta por
consiguiente uno de los elementos de la responsabilidad civil. Esto es tan evidente
que no amerita mayor explicación.
Ahora bien, el hecho del tercero puede haber sido concurrente con el hecho culposo
del agente del daño; y si el tercero también ha incurrido en culpa, se le considera
coautor del hecho ilícito, y por consiguiente, solidariamente responsable (Art. 1195 del
Código Civil).
Está contemplado en el artículo 1189 del Código Civil: “Cuando el hecho de la víctima
ha contribuido a causar el daño, la obligación de reparado se disminuirá en la medida
en que la víctima ha contribuido a aquél”.
Dada la redacción del artículo 1195 del Código Civil, que parte del supuesto de que el
hecho ilícito “sea imputable a varias personas”, se ha sostenido que la pluralidad sólo
procede en los casos de responsabilidad delictual por hecho propio y no se extiende a
los casos de responsabilidades especiales por hecho ajeno o por cosas. El término
imputabilidad, empleado en la ley, da la impresión de querer referirse a aquellos
hechos ilícitos causados personalmente por el agente, o sea, a aquellas situaciones
de responsabilidad ordinaria en las cuales el civilmente responsable es la misma
persona del agente material del daño.
La causa extraña no imputable está caracterizada por una imposibilidad absoluta para
el deudor de cumplir su obligación, imposibilidad que además de no serle imputable
debe ser imprevisible, y en materia contractual además debe ser sobrevenida, debe
ocurrir con posterioridad al surgimiento de la relación obligatoria, pues de ser
preexistente o simultánea con la creación de la obligación, ésta no sería válida por ser
de objeto imposible.
El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de
la obligación como por el retardo en la ejecución, si no prueba que la inejecución o el
retardo provienen de una causa extraña que no lea imputable, aunque de su parte no
haya habido mala fe.
d) Ausencia de culpa: La ausencia total de culpa o dolo por parte del deudor. Es la
característica fundamental y supuesto necesario de la causa extraña no imputable. Si
en la cadena de hechos determinantes del incumplimiento aparece un hecho
imputable al deudor, sea por dolo, negligencia o imprudencia, aquél no puede ser
liberado y cesa la causa extraña no imputable. Esto explica algunas soluciones
legales, como la del artículo 1344 del Código Civil, que responsabiliza al deudor
moroso por pérdida fortuita de la cosa debida.
El artículo 1272 del Código Civil dispone: “El deudor no está obligado a pagar daños y
perjuicios cuando a consecuencia de un caso fortuito o fuerza mayor, ha dejado de dar
o de hacer aquello a que estaba obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido”.
Esta disposición consagra los efectos básicos liberatorios del caso fortuito y de la
fuerza mayor en nuestro Derecho, al disponer la liberación del pago de daños y
perjuicios cuando el deudor a consecuencia de tales hechos incumple una obligación
de dar, hacer o no hacer. Como crítica merece destacarse que para algunos autores
los efectos de esta disposición legal están ya contenidos en lo previsto en el artículo
1271 del Código Civil, referente a la causa extraña no imputable.
El hecho del príncipe, expresión muy en boga durante la Edad Media, comprende
todas aquellas disposiciones prohibitivas o imperativas emanadas del Estado por
razones de interés público general que necesariamente deben ser acatadas por las
partes y causan un incumplimiento sobrevenido de la obligación.
Por pérdida de la cosa debida se entiende cuando en una obligación que tiene por
objeto una cosa determinada, ésta perece, queda fuera del comercio o se pierde, de
modo que se ignora absolutamente su existencia, sin culpa alguna por parte del
deudor. La pérdida de la cosa debida debe ocurrir después que las partes han
asumido sus obligaciones y no antes, porque de ser así, la obligación sería inexistente
por falta de objeto.
Están contemplados los efectos liberatorios en el artículo 1271 del Código Civil:
El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de
la obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la inejecución o el
retardo provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque de su parte
no haya habido mala fe.
El artículo 1.192 de nuestro Código Civil norma lo siguiente: “El dueño de un animal,
o el que lo tiene a su cuidado, debe reparar el daño que éste cause, aunque se
hubiese perdido o extraviado, a no ser que pruebe que el accidente ocurrió por falta de
la víctima o por el hecho de un tercero.”
Por falta de la víctima porque acercó la mano para acariciar al perro y éste reaccionó
agresivamente y por el hecho de un tercero, por ejemplo, porque alguien lo asustó o
molestó y el animal reaccionó contra una persona que no tenía nada que ver en el
hecho.
Este artículo 1.192, está concatenado con el artículo 528 de nuestro Código Penal,
en su capítulo VI, De la falta de vigilancia y dirección en los animales…omissis…que
establece:
“Cualquiera que, faltando a las precauciones que imponen las ordenanzas, hubiere
dejado libres y sin custodia bestias feroces o animales peligrosos, propios o
encomendados a su guarda, y todo individuo que en el caso de estar dichos animales
atacados de hidrofobia, no prevenga el peligro o no lo hubiere participado
inmediatamente a la autoridad, será penado con arresto hasta por un mes.”
1. LA RESPONSABILIDAD PENAL
Común: cuando el delito cometido puede ser realizado por cualquier individuo (robo,
violación, asesinato).
Sería un tipo de responsabilidad civil extracontractual por producir un acto lesivo para
otra persona.
Su finalidad es distinta:
3. REGULACIÓNES PENALES
Artículo 61: Nadie puede ser castigado como reo de delito no habiendo tenido la
intención de realizar el hecho que lo constituye, excepto cuando la ley se lo atribuye
como consecuencia de su acción u omisión. El que incurra en faltas, responde de su
propia acción u omisión, aunque no se demuestre que haya querido cometer una
infracción de la ley. La acción u omisión penada por la Ley se presumirá voluntaria, a
no ser que conste lo contrario. (definición legal del delito culposo).
Ley Penal del Ambiente (Caracas, viernes 3 de Enero de 1992 Número 4.358
Extraordinario)
Se definen como delitos los que violen las disposiciones relativas a la conservación,
defensa y mejoramiento del ambiente.
Objeto. La Ley tiene por objeto tipificar como delitos aquellos hechos que violen las
disposiciones relativas a la conservación, defensa y mejoramiento del ambiente, y
establece las sanciones penales correspondientes. Así mismo, determina las medidas
precautelativas, de restitución y de reparación a que haya lugar.
Artículo 2º.- Extraterritorialidad. Si el hecho punible descrito por esta Ley se comete
en el extranjero, quedará sujeta a ella la persona responsable, cuando aquél haya
lesionado o puesto en peligro, en Venezuela, un bien jurídico protegido en sus
disposiciones.
En este caso, se requiere que el indiciado haya venido al territorio de la República y
que se intente acción por el Ministerio Público. Requiérese también que el indiciado no
haya sido juzgado por tribunales extranjeros, a menos que habiéndolo sido hubiere
evadido la condena.
1º. La prisión.
2º. El arresto.
3º. La multa.
Esta pena podrá ser impuesta en sustitución de la de arresto en los casos en que el
juez lo estimare conveniente, atendidas la personalidad del procesado y la mayor o
menor gravedad del hecho.
Son sanciones accesorias, que se aplicarán a juicio del tribunal:
1º. La inhabilitación para el ejercicio de funciones o empleos públicos, hasta por dos
(2) años después de cumplirse la pena principal, cuando se trate de hechos punibles
cometidos por funcionarios públicos;
2º. La inhabilitación para el ejercicio de la profesión, arte o industria, hasta por un (1)
año después de cumplida la sanción principal, cuando el delito haya sido cometido por
el condenado con abuso de su industria, profesión o arte, o con violación de alguno de
los deberes que le sean inherentes;
5º. La suspensión del permiso o autorización con que se hubiese actuado, hasta por
un lapso de dos (2) años, después de cumplida la sanción principal;
7º. La prohibición de contratar con la Administración Pública hasta por un lapso de tres
(3) años, después de cumplida la sanción principal.
3º. La suspensión del permiso o autorización con que se hubiese actuado, hasta por
un lapso de dos (2) años; y
4º. La prohibición de contratar con la Administración Pública hasta por un lapso de tres
(3) años.
Luis Jiménez de Asúa dice que el dolo es la producción del resultado típicamente
antijurídico con la conciencia de que se está quebrantando el deber, con conocimiento
de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la relación de causalidad
existente entre las manifestaciones humanas y el cambio en el mundo exterior, con la
voluntad de realizar la acción u con representación del resultado que se requiere.
b) El volitivo, éste se encuentra en al ámbito de los deseos del sujeto, motivados por
estímulos originados en las necesidades de la contingencia humana; es aquí en donde
se encuentra, el querer, que propiamente afirma la voluntad de alterar el mundo
circundante al desencadenar el proceso causal, o bien, aceptar tal alteración,
absteniéndose de intervenir para que éste se interrumpa.
Derivado de ambos elementos del dolo, el ser humano, a través de su inteligencia que
conoce, dirige su voluntad hacia lo que quiere, lo que se manifiesta
fenomenológicamente en acciones u omisiones, productoras de resultados
Otro punto
Responsabilidad Civil
LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Díez-Picazo define la responsabilidad como «la sujeción de una persona que vulnera
un deber de conducta impuesto en interés de otro sujeto a la obligación de reparar el
daño producido».
Aunque la persona que responde suele ser la causante del daño, es posible que se
haga responsable a una persona distinta del autor del daño, caso en el que se habla
de «responsabilidad por hechos ajenos»
Como ocurre, por ejemplo, cuando a los padres se les hace responder de los daños
causados por sus hijos o al propietario del vehículo de los daños causados por el
conductor con motivo de la circulación.
Cuando la norma jurídica violada es una ley (en sentido amplio), se habla de
responsabilidad extracontractual, la cual a su vez puede ser o bien delictual o penal (si
el daño causado fue debido a una acción tipificada como delito) o cuasi-delictual o no
dolosa (si el perjuicio se originó en una falta involuntaria).
El primero de ellos implica la obligación que tiene un sujeto, sin más, de reparar el
daño causado. Desde este punto de vista, a título de ejemplo, nuestro código civil
establece. Toda persona es responsable del daño causado por las cosas que tiene
bajo su guarda.
La responsabilidad civil tiene como finalidad primordial la reparación del daño causado
y no el castigo para el causante del daño.
Desde el punto de vista de la procedencia de la reparación del daño, según este sea
causado o no por culpa de la gente, se distingue la responsabilidad civil subjetiva de la
responsabilidad civil objetiva.
Daño: De una manera general por daños y perjuicios se entiende toda disminución o
pérdida que experimente una persona en su patrimonio o en su acervo material o en
su acervo moral.
El incumplimiento debe ser culposo para generar la obligación de reparar el daño. Sin
embargo, la culpa no es el único fundamento de la responsabilidad civil.
La culpa es un error de conducta, un error en el que incurre una persona cuando tiene
que comportarse de un determinado modo, de una manera prefijada y no lo hace.
Es indispensable que sea imputable al deudor, bien sea por haber incurrido en culpa o
por determinarlo así la ley, y que el daño sea consecuencia directa del hecho
imputable al deudor.
Para que el deudor quede obligado a reparar los daños y perjuicios es necesario que
esos daños y perjuicios sean consecuencia directa de un hecho imputable al deudor,
bien sea por culpa probada o presunta del agente del daño (responsabilidad subjetiva)
o por imputarle la ley responsabilidad al deudor que se encuentre en determinada
situación jurídica respecto del hecho de una persona o de una cosa: el principal
respecto del hecho culposo del dependiente, el guardián respecto del hecho de la
cosa, el propietario respecto del hecho del vehículo automotor o de la aeronave
(responsabilidad objetiva).
En este último caso el vínculo de causalidad debe existir entre el hecho de la persona
o cosa por la cual se responde y el daño.
Debe existir una relación de causa a efecto entre el incumplimiento culposo y los
daños y perjuicios operando como efectos. No basta con la existencia de un daño y
del incumplimiento culposo para que el deudor se encuentre en la situación de
responder.
Fundamento legal
Arts. 1185, 1272, 1273, 1274, 1275, 1276, 1277 del Código Civil Venezolano.
El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está
obligado a repara el daño causado.
Art.º 1.903
La obligación que impone el artículo anterior es exigible no solo por los actos u
omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder.
Los padres son responsables de los daños causados por los hijos que se encuentren
bajo su guarda. Los tutores los son de los perjuicios causados por los menores o
incapacitados que están bajo su autoridad y habitan en su compañía. Lo son
igualmente los dueños o directores de un establecimiento o empresa respecto de los
perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos que tuvieran
empleados, o con ocasión de sus funciones. El estado es responsable en este
concepto, cuando obra por mediación de un agente especial; pero no cuando el daño
hubiera sido causado por el funcionario a quien propiamente corresponda la gestión
practicada, en cuyo caso será aplicable lo dispuesto en el artículo anterior.
Son, por lo último, responsables los maestros o directores de artes y oficios respecto a
los perjuicios causados por sus alumnos o aprendices, mientras permanezcan bajo su
custodia. La responsabilidad de que trata este artículo cesará cuando las personas en
él mencionadas prueben que emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia
para prevenir el daño.
Art.º 1.904
El que paga el daño causado por sus dependientes, puede repetir de éstos lo que
hubiese satisfecho.
Art.º 1.905
Art.º 1.907
2º Por los humos excesivos que sean nocivos a las personas o a las propiedades.
Si el daño de que tratan los dos artículos anteriores resultase por defecto de
construcción, el tercero que lo sufra solo podrá repetir contra el arquitecto, o, en su
caso, contra el constructor dentro del tiempo legal.
Art.º 1.910
El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los daños
causados por las cosas que se arrojaren o cayeren en la misma.
Código penal
Regulado en los Capítulos 1º y 2º del Título V artículos 109 al 122, de los cuales a
continuación reflejamos los más significativos:
Art.º 109
1. La ejecución de un hecho descrito por la Ley como delito o falta obliga a reparar, en
los términos previstos en las Leyes, los daños y perjuicios por él causados.
2. El perjudicado podrá optar, en todo caso, por exigir la responsabilidad civil ante la
Jurisdicción Civil.
Art.º 116
Art.º 117
Cuando la prestación haya tenido como origen supuestos de hecho que impliquen
responsabilidad criminal o civil de alguna persona, incluido el empresario, la prestación
será hecha efectiva, cumplidas las demás condiciones, por la entidad gestora, servicio
común, o Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, en su caso,
sin el perjuicio de aquellas responsabilidades. En estos casos, el trabajador o sus
derechohabientes podrán exigir las indemnizaciones procedentes de los presuntos
responsables criminal o civilmente. Con independencia de las acciones que ejerciten
los trabajadores o sus causahabientes, el Instituto Nacional de la Salud y, en su caso,
las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad
Social, tendrán derecho a reclamar al tercero responsable o, en su caso, al subrogado
legal o contractualmente en sus obligaciones, el coste de las prestaciones sanitarias
que hubiesen satisfecho. Igual derecho asistirá, en su caso, al empresario que
colabore en la gestión de la asistencia sanitaria, conforme a lo previsto en la presente
Ley.