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Dep.

legal SA-230-2012
ISSN 2254-2957

FEMINIZINE
#4

Bombas para Desayunar 030


2014
CONTENIDOS
Editorial
pág. 5

¡Lo hemos hecho! Una reflexión sobre nuestra escena Riot Grrrl
pág. 6

Nueve cosas que aprendimos con Chavalas Zine


pág. 8

not a creative color


pág. 14

Hace falta pasión


pág. 16

¡Viva!
pág. 18

¿Qué me pongo?
pág. 20

Fuck Fórmulas: Inés Tarradellas se enfrenta


al todopoderoso monstruo de la moda
pág. 22

Una opinión sobre la representación de


la mujer en el medio audiovisual
pág. 31

Brujas, monstruas y otras formas de re-escribir el cuerpo colectivo


pág. 36
El falso (o no) empoderamiento de la mujer
pág. 47

El sexo razón de todo. Porno feminista: Subvertir el orden del deseo


pág. 50

We are (not) made out of meat


pág. 57

Vida de dependienta
pág. 58

The Office
pág. 60

Las mujeres españolas no hacen caca: breve reflexión pseudocientífica


pág. 64

Construcción de la noche
pág. 66

¿Puedes sentirlo?
pág. 68

Es bello ser hermana, es bello ser negra


pág. 71

Kamikace
pág. 74

Reseñas
pág. 77

Créditos
pág. 82

Editorial
Bueno, bueno. Pues ya está. Aquí, ante ti, el nuevo FEMINIZINE. El número
4. El último, como ya sabrás. Con FEMINIZINE #4 se acaba una etapa. Durante los
dos últimos años esta publicación ha intentado conformarse como una plataforma
en la que dar cabida al trabajo de distintas personas implicadas con el feminismo,
en la que compartir información que nos ayudase a generar contenidos, redes y un
espacio en el que la reflexión y la inspiración funcionasen como armas. Podríamos
decir que ese espacio ya se ha generado, que nos podemos sentir orgullosas de haber
contribuído a asentar una base sobre la que construir algo importante, un algo que
ya está ocurriendo. Es por ello, porque ya está ocurriendo, porque chicas de aquí y de
allá están trabajando en sus fanzines, en sus programas de radio, con sus grupos de
música, con sus festivales, que la andadura de FEMINIZINE acaba aquí. En parte es
una decisión personal de quien escribe este editorial. En parte es una sensación de
que lo que FEMINIZINE podría aportar ya lo ha aportado. En parte es la necesidad
de hacer algo diferente. Sea como fuere, FEMINIZINE se acaba con la satisfacción de
haber significado algo y con la percepción de que somos muchas y tenemos ganas.
Somos tu hermana, tu madre, tu prima, tu amiga, tu novia, tu vecina, la chica que se
sienta detrás de ti en clase. El feminismo nos refuerza e inspira, el feminismo nos da
poder, el feminismo es imprescindible. Ahora más que nunca lo queremos demostrar.
Se acaba FEMINIZINE, pero todo lo demás está por empezar, y ya lo sabemos amigas,
lo mejor siempre es lo que está por venir.
ANDREA GALAXINA

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¡LO HEMOS HECHO!
Una reflexión sobre nuestra escena Riot Grrrl
Por Andrea Galaxina

Hace unos 20 años, aproximadamente, en una ciudad estadounidense


llamada Olympia nacía un movimiento cultural feminista que cambiaría la
vida a muchas mujeres. El Riot Grrrl americano unió a infinidad de chicas a
través de sus fanzines, de cartas, de conciertos y, tiempo después, del festival
Ladyfest. Estas chicas intercambiaban experiencias y creaciones y a partir de
estas se empoderaban para crear las suyas propias demostrando así que podían
y que querían formar parte activa en la generación de (contra)cultura.

Mientras en España, a principios del siglo XXI, tenía lugar el primer Ladyfest
(al que luego seguirían muchas otras ediciones), nacían fanzines inspirados
por la escena norteamericana y surgían bandas que se posicionaban como
feministas. Una pequeña llama que nunca se llegó a apagar. Hace un año se
celebró en Madrid uno de estos Ladyfest, donde muchxs pudimos comprobar
el alcance de este incendio.

Cuando me empecé a interesar por el Riot Grrrl (no recuerdo exactamente


cómo, pero a raíz de escuchar a Hello Cuca) deseaba enfervorecidamente que
algo similar ocurriese a mi alrededor. Leía sobre chicas jóvenes que compartían
sus experiencias a través de fanzines, de cintas, de cartas; iban a conciertos
casi clandestinos, vestían camisetas pintadas por ellas mismas y dibujaban
cómics que regalaban a sus amigas. Yo quería eso. Así que me agarré con fuerza
a lo que dicen de que “no esperes a que algo ocurra, hazlo tú mismx”. Empecé
a hablarme a mí misma de feminismo, luego a indagar, a hacer fanzines, a
montar Bombas para Desayunar, a hablar de feminismo con otras personas, a
crear FEMINIZINE, organicé la Jornada Riot Grrrl en Santander, me escribía e
intercambiaba fanzines con chicas de aquí y de allá. Paralelamente empezaban
a surgir otros fanzines en el Estado que hablaban de feminismo: estaba Mujeres
con Pajarita y Una buena barba. Permanecían y siempre acudía a Fempunk o

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Zapatiños Motor para inspirarme. Conocía grupos nuevos con el blog Búscate
un novio. Y un poco después todo estalló.

Hoy me bajo el podcast de Hacia el Sur en el Atlántico. Me leo Los Archivos de


Beauvoir, Bulbasaur o La Raya. Me pongo el disco de Le Parody y luego me
acerco a la expo de Chavalas zine. He perdido la cuenta de cuantos encuentros
o eventos varios celebran el feminismo y el DIY. Probablemente nunca nadie
escriba un libro sobre esto, pero está ocurriendo, existe de verdad, tenemos
nuestro propio Riot Grrrl.

Tal vez no seamos muy conscientes de ello, pero realmente existe nuestra
escena Riot Grrrl. Probablemente esta efervescencia sea fruto, en parte, de una
visibilidad pasajera (yo creo que no). He pensado mucho sobre si esto es una
“moda”. Me lo han preguntado bastantes veces “¿Está el feminismo de moda?”.
Reconozco que le he dado muchas vueltas. A lo mejor sí está un poco de moda,
esto era algo que no me gustaba especialmente, ahora creo que sí me gusta.
Qué bien que esté de moda. Qué bien que si de cien personas que se “hacen
feministas” por estar de moda, una sola se interesa y profundiza más. Ya sólo
por eso es positivo que esté de moda, si es que verdaderamente lo está.

De lo único de lo que estoy segura completamente es que nos hemos inspirado


las unas a las otras, hemos compartido y lo seguimos haciendo, hemos abierto
un espacio que anteriormente no existía y que si existía era muy pequeño.
Lo hemos hecho todas juntas. Tenemos que ser conscientes y felicitarnos
de haberlo conseguido y ahora, tenemos que seguir trabajando para que se
mantenga. Nuestro sueño, el mío al menos, se ha hecho realidad. Somos Riot
Grrrl, lo hemos hecho.

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Nueve cosas que
aprendimos con
Chavalas Zine
Por Chavalas zine

Chavalas Zine es una exposición de fanzines de chicas. Una


exposición que quiere dar a conocer el fanzine como un medio de
comunicación que, lejos de haber desaparecido en el mundo digital,
sigue muy vivo y con todo el valor de las cosas hechas a mano y
‘DIY’ o ‘hazlo tu mismo’. La muestra también presenta interesantes
propuestas que ofrecen representaciones de las mujeres propias y
alejadas de los estereotipos, o que tratan temas feministas y de género.

La exposición se pudo visitar del 13 de febrero al 28 de marzo en Cubit,


una biblioteca municipal de Zaragoza. El contenido de la muestra ha
sido comisariado por Isabel Cebrián, Irene Bailo, Ana Quintana, Marta
Cambronero y Leticia Martínez. Ha sido un comisariado amateur,
ya que no lo hemos hecho “como un empleo”, pero hemos puesto en
este proyecto nuestros saberes de investigadoras, gestoras culturales,
diseñadoras, comunicadoras, relatoras. Y lo hemos disfrutado un montón.
Decimos que Chavalas Zine es una exposición que es como un fanzine, porque
la hemos montado sin ánimo enciclopédico, a partir de los fanzines que nos
han querido donar y prestar, y sin ánimo de lucro: no percibimos ninguna
subvención, se ha autofinanciado con la venta de chapas, carteles y catálogos, y
se puede visitar de forma totalmente gratuita. Si bien hemos comprado algunas
cosas, hemos usado los recursos inmediatamente disponibles, materiales y
herramientas que teníamos ya por casa. Y sobre todo, la hemos hecho con ganas de
comunicar a todo el mundo la explosión creativa que nos estábamos encontrando
y compartir con quien nos cruzáramos algo más que la exposición en sí.
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Durante el proceso, aprendimos muchas cosas, pero nos hemos quedado con nueve que
nos apetecía compartir.

El Internet de ahora no es para siempre. Los enlaces supuestamente nos llevaban a los
foros de Yahoo que usaban las riot grrrl a mediados de los 90 nos conducían en realidad a
una página de error. Lo mismo ocurría con las webs o emails de contacto que aparecían en
algunos fanzines que nos prestaron. La comunicación digital facilita mucho las cosas, pero
conviene no olvidar la importancia del dónde nos estamos comunicando.

Cuando generamos un discurso público con materiales de otras personas


tenemos responsabilidades éticas, pero tampoco hace falta obsesionarse.
Mientras seleccionábamos, ampliábamos y fotocopiábamos imágenes y textos de fanzines,
nos venía la idea: “Estas chicas realizaron sus fanzines con total libertad expresiva con la
idea de difundir un número de copias limitado y en circuito pequeño”.Y lo que nos hemos
encontrado es que nadie se ha molestado por que hayamos hecho su fanzine más visible con
esta exposición, al contrario.

La institución no es buena ni mala ni todo lo contrario. Depende de lo que busques,


de cuál sea tu objetivo, y de la gente con la que te encuentres en el camino. En nuestro caso,
trabajar con la Biblioteca para Jóvenes Cubit ha sido un gran acierto. Queríamos dar una
ventana al mundo underground sin quedarnos solamente en él y las gestoras de esta biblio
nos han apoyado y dado libertad total de contenido y forma.

Saber idiomas es importante. De otro modo, perderíamos el acceso a muchísimas


publicaciones que nunca se traducirán al castellano.

Saber distinguir los sistemas de colores CMYK y RGB puede ser útil. De hecho,
hemos aprendido muchas cosas sobre maquetación, diseño, edición digital e impresión,
cuestiones básicas para sacar adelante un proyecto en el que muchos de sus contenidos
tienen un soporte visual.
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En el proceso creativo, lo importante no siempre es lo más visible. Aunque
algunas chavalas sí se dedican a la creación (Irene al documental, Leticia a la ilustración),
no somos fanzineras de toda la vida. Este proyecto empezó más por identificarnos con la
gestión cultural y la labor compiladora. Este interés por la metainformación, ¿nace de la
imposibilidad de crear algo propio? ¿O ante la avalancha de información es precisamente lo
que necesitamos? ¿Y si en la curación de contenidos también hay creación?

El DIY (do it yourself) como única forma posible de sacar adelante las cosas no
nos convence. Esta práctica, antes marginada, ha ganado buena fama en los últimos
años, en parte porque la precarización de las condiciones de vida -y, en consecuencia, de la
cultura- convierten al ‘hazlo tú mismo’ en la única vía posible de hacer algunas cosas. Está
bien comprobar que se puede hacer mucho con poco, pero nada es gratis: Chavalas Zine es
posible gracias a que al menos cinco personas hemos invertido incontables horas de trabajo
en este proyecto.

Clasificar, categorizar y crear taxonomías son labores más complejas de lo que


imaginábamos. Hemos hecho y deshecho categorías y nombres de paneles para volverlas
a rehacer por otro lado. Fanzines que entraban fácil en una categoría o panel pasaban
súbitamente a otra y de nuevo volvían a la anterior o a otra diferente. Todo para garantizar
un recorrido lógico y una fácil lectura de la exposición, pero intentando no caer en un
etiquetado superficial. No sabemos si esto lo hemos conseguido, pero sin duda este proceso
nos ha hecho reflexionar sobre aspectos de la identidad y la representación que antes no nos
habíamos planteado.

El trabajo colaborativo tiene sus dificultades y hablamos poco de ello. Sin duda, es
gracias a la cooperación que podemos generar espacios que merecen la pena, pero vamos a
decirlo: no es fácil encajar los proyectos colectivos en la propia vida, y viceversa. Sí al trabajo
colaborativo, pero ¡en esto nos queda tanto por aprender! Y quien diga que es muy fácil, que
nos cuente cómo se lo monta ;-)
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Chavalas Zine editó un catálogo-fanzine que recoge los textos de la exposición, un listado
de fanzines donados y prestados, nuestras experiencias durante la creación de este proyecto
y también las vivencias y visiones de otrxs sobre los fanzines y las mujeres fanzineras. Es
una publicación de 36 páginas en blanco y negro con cubiertas a color diseñadas por Leticia
Martínez, y una ilustración central realizada por Cristina Daura impresa sobre rosa chicle
y verde menta. En el fanzine-catálogo han colaborado Erica Fustero, Paloma Serrano,
María Gallardo, Jaume Esteve, Gelen Jeleton, María Bastarós, Andrea Galaxina, Ratalia,
Catalina García-Huidobro y las organizadoras de la exposición. La venta del fanzine sirvió
para costear los gastos de los materiales de la exposición y la organización de las jornadas
fanzineras que se celebraron en Zaragoza del 21 al 23 de marzo. ¡Larga vida a los fanzines y
a las chavalas fanzineras!

Chavalaszine.tumblr.com
chavalaszine@gmail.com

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not a creative color
Stina Pettersson / Traducción: Ana Flecha Marco
mi compañera de cuarto y yo a veces cantamos una canción de youtube
que se llama “don’t hug me I’m scared”. es una canción sobre la creatividad y
dice así:

i use my hair to express myself! / that sounds really boring / blue, red, green/ green
is not a creative color.

la canción y el video son lo más, y de hecho nosotras usamos nuestro pelo


para expresarnos y mostrar al mundo que somos feministas radicales. así
que siendo súper independientes, no depilándonos las axilas y cantando esta
canción, pensé que éramos lo más empoderante que existe. pero tenemos algo
que todavía se les niega a muchas de nuestras hermanas: el derecho a usar
nuestro aspecto físico para mostrar nuestras afinidades políticas. porque,
sinceramente, no depilarme me supone más tiempo y esfuerzo que hacerlo:
pienso en ello, me preocupo por ello, me arrepiento, me siento empoderada.
importa. y sólo lo sigo haciendo porque sé que no debería importar. no es
que haya dejado de preocuparme por mi aspecto físico, estoy usándolo para
expresar que es algo por lo que no debería preocuparme. y ¿cuán radical es
esto? ¿y por qué siento que tengo que ser radical sólo porque creo en la igualdad
de derechos y oportunidades para todxs?

el mundo sigue siendo igual de horrible y maravilloso después de cada ducha


en la que no me depilo, cada vez que no me maquillo, cada vez que como sin
remordimientos. nada cambia demasiado. una mujer normativamente guapa
dijo lo siguiente en un programa de debate que vi hace poco: “¿todavía está
justificado pensar que la presión sobre la apariencia física es una carga para
las mujeres, o ya es hora de avanzar y ocuparnos de temas feministas más
importantes?”

yo creo que es hora de avanzar, de ser interseccionales en nuestro análisis de


la presión sobre la apariencia física. estoy cansada de todas esas campañas
en las que mujeres blancas y delgadas de clase media-alta, sin ningún tipo de
discapacidad hablan de lo importante que es “empezar una revolución y dejar de
odiar tu cuerpo”. mientras que el mensaje es más que adecuado, pierde fuerza
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cuando se percibe a estas mujeres como radicales y revolucionarias cuando en
realidad ya no lo son. estoy cansada de mi propia cultura hipster de estocolmo,
que consiste en personas con el capital cultural necesario para entender
exactamente cómo ser justo lo suficientemente radicales y cuestionar la
feminidad y la clase social de una manera burguesa que excluye todas las demás
formas de ser radical o políticx.
al final, todo se resume en el privilegio de poder vestir y actuar como quieras,
sin que se te etiquete de algo que no sea de lo que quieres que te etiqueten.
toda esta nostalgia por la que lxs chavalxs de clase media quieren parecerse a
lxs chavalxs de clase obrera de los cincuenta, finalmente excluye a lxs chavalxs
de clase obrera de hoy. y cuando lxs feministxs concienciadxs crean una
norma sobre cómo empoderarse, ésta excluye a mujeres que tal vez necesiten
empoderarse mucho más.

los mismos gestos y expresiones significan y arriesgan cosas diferentes


dependiendo de los cuerpos que los expresan. hay cuerpos que se perciben
como “pobres”, “sucios” o “agresivos” sin ropa, mientras que otros se ven
liberados de esos mismos estereotipos. cuando cuerpos liberados cuestionan
expectativas mostrándose “pobres”, “sucios” o “agresivos” a propósito, parecen
más radicales. pero la suya no deja de ser una radicalidad elegida, que se puede
deselegir, una radicalidad que no arriesga demasiado y que, por lo tanto, no
es radical. pueden hacer lo que quieran mientras sean “bonitos”. es sólo un
privilegio más que otros cuerpos (los white trash, los marimacho, los gordos,
los no blancos, los no occidentales) pueden olvidarse de disfrutar. Esos cuerpos
no pueden librarse de la discriminación, no pueden quitársela cuando quieran o
cuando llegue una nueva moda. algunas personas tienen que hacer un esfuerzo
para alejarse de los estereotipos de raza y clase dictados por el patriarcado,
para poder sentirse protegidas y obtener un respeto que marca la diferencia
entre ser tratadas como objeto o como sujeto. y no deberíamos juzgarlas por
no sacrificar más, especialmente si nosotrxs mismxs sacrificamos muy poco.

la simplificación de lo que significa ser radical hace que olvidemos que cuerpos
diferentes tienen distintas batallas que librar. entre mujeres, hay diferencias
que requieren un pensamiento interseccional a la hora de demostrar qué es
radical. por supuesto que yo debería ser capaz de luchar mi propia lucha, pero
sin perder de vista mi privilegio.

tal vez sea como la canción que mi compañera de cuarto y yo cantamos a veces:
algunos colores no son tan creativos como otros.
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Hace falta pasión
Melody Rodríguez

Hace falta pasión. Pasión en lo que hacemos, en lo que decimos, en la


forma en que observamos, en lo que defendemos. La pasión es intangible pero
se nota en cada acto, se materializa cuando la persona que tienes en frente capta
lo que quieres trasmitir, y lo capta con la misma pasión.

No podemos negar la imposibilidad de meternos en la mente de una persona para


saber si lo que -por ejemplo- defiende ha llevado previamente un razonamiento,
un pararse a pensar, un sentir o simplemente lo defiende porque sí, por postureo.
Pero es la pasión lo que marca la diferencia.

Y es que resulta muy guay leer El segundo sexo y defender el aborto, todxs hemos
empezado por la base; pero esa base tiene que evolucionar, debe ser el principio
de un profundo cuestionamiento de la cultura. Reconozcamos que es total
pintar un símbolo feminista y compartir una foto en fachabook por el derecho
al aborto, muchísima gente te aplaudirá “¡qué abiertx de mente eres!” “claro que
sí, hay que luchar por la igualdad” “qué hijo de puta [“insulto” muy feminista,
sí] es Gallardón”; pero cuando nos vienen lxs feministas malxs y descubrimos
que van más allá, que muchxs son peludxs, que son prosexo y ven postporno,
que son putxs, que son trans, que son discapacitadxs, que son negrxs, que son
seropositivxs, que son gordxs, que dicen NO, que lxs hay pansexuales y asexuales,
que no ríen con los chistes machistas, que combaten el heteropatriarcado a cada
instante, que no hacen concesiones...

Cuando vienen esxs toca echarse para atrás y borrar el símbolo feminista que tan

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bonito había quedado, porque no hay capacidad de identificarse con ese tipo de
feminazismo, quieres igualdad e igualdad implica derecho al aborto y ya está, que
no vengan con cuestionamientos de otro tipo porque eso es cosa de hembristas
y no de feministas buenxs y eruditxs. Y esto ocurre en todo movimiento, ya sea
en relación con el arte o la política, da igual; siempre habrá quienes lo sienten y
están dispuestxs a ir más allá, a evolucionar y otrxs que están movidxs por algún
tipo de interés en ser reconocidx como una persona estupenda y culta.

Hay quienes defienden que más vale ese tipo de postureo que nada, pero sigo
sin verlo de esa forma: ¿de qué sirve pedir cambio si realmente no sientes la
necesidad de cambio; si no estás dispuestx a cambiarte a ti primero? Me siento
más orgullosa como feminista cuando una abuela cuenta cómo sobrevivió al
capullo de su marido que cuando alguien comparte una fotito por el derecho al
aborto y sé que no irá más allá.

Busco la pasión para comprobar que un discurso no es estático, busco los actos
para saber que ese discurso ha sido interiorizado, busco a la persona que hay
detrás. Y cuando la encuentro me doy cuenta que somos muchxs, feministas
que no encajamos en el discurso institucional de niñxs buenxs en busca de la
“igualdad”, lxs que rompemos la normatividad sólo por el hecho de existir, lxs
que provocamos que se echen para atrás y hablen de cosas inexistentes como el
hembrismo, lxs que rompemos esquemas machirulos a un nivel que les llega a
dar miedo. No somos mayoría, pero somos muchxs.
Y seguimos resistiendo.
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¡VIVA!
Texto e ilustración: A.T.I.

Un domingo soleado llegué al que habría de ser mi hogar durante el


próximo año. Uno de los primeros días de adaptación a la nueva ciudad decidí
dar un paseo por la zona para descubrir todo lo que me podía ofrecer. Sin
embargo, no me había imaginado la posibilidad de encontrarme frente a tal
declaración de intenciones pintada en grande sobre una pared de ladrillos.
El “antológico” mensaje rezaba: Viva la virilidad. Sin terminar de asimilarlo
me paré unos segundos frente a la pintada. Y juro que intenté descubrir el
significado de la frase. Pero aún hoy, después de 137 días desde entonces, no
consigo entender su propósito. El arte no tiene por qué tener ningún mensaje.
Quizás solo quiera crear controversia. El arte busca una reacción por parte del
espectador, sea negativa o sea positiva. Suena ingenuo, pero lo pensé. Y por unos
minutos me auto convencí de que el desprecio que sentía por aquellas palabras
tenía un fin artístico. Desgraciadamente, aquel pensamiento no duró mucho
en mi cabeza. Pronto se vio arrastrado por una sensación de repulsión hacia los
artífices de la magnífica “obra de arte”. No sé si mi desagrado es infundado o
no. No sé si me estoy tomando a la tremenda estas simples palabras esbozadas
por un toy. Lo único que puedo asegurar al respecto es que en los últimos días
la pintada ha sufrido una intervención anónima. Y ahora la próxima persona
que se encuentre frente a la pared leerá tranquilamente:

¿VIVA LA VIRILIDAD?
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FUCK FORMULAS:
INÉS TARRADELLAS SE ENFRENTA
AL TODOPODEROSO MONSTRUO
DE LA MODA
Entrevista de Xiana Gómez Díaz

Me encuentro con Inés pocos días después del cierre de su expo FUGINT
DEL FAST (huyendo del fast). Ha estado presentando su trabajo artístico-político
en la pequeña y encantadora galería del Borne LA SANTA PINTADA (Barcelona),
en tres semanas de efervescente actividad. Nos sentamos en una plaza muy popular
de Gràcia y nos pilla un poco por sorpresa la densidad que instantáneamente toma
nuestra conversación en semejante mañana de domingo.(NOTA: los chicos de al
lado estuvieron callados durante más de una hora, escuchando a Inés hablar, y al
marcharse le dieron las gracias).

XIANA - Antes de nada, me gustaría hablar del concepto de “moda”.


Tú trabajas cuestionando la industria de la moda y a tu proyecto lo
has llamado Vestidures (vestimentas). Me imagino que es una decisión
política.
INÉS - Sí. ‘Vestiduras’es un término oldish para referirse a la ropa... Lo escogí porque
quería proponer una vuelta a los orígenes: ha habido una invasión léxica por parte
de la industria y los medios. La palabra ‘moda’ ha ocupado el espacio de todas esas
palabras relacionadas con la vestimenta: ya no se habla de estilo, indumentaria,
tejidos... sólo se habla de “moda”. Yo quería un término más básico...

X - Querías desnudarlo de ideología.


I - Sí, exacto, hablar de un gusto por la ropa, gusto por crear una propia
vestimenta que pueda ser diferente, original, estrambótica, lo que sea, pero
sin necesariamente tener que hablar de “moda”, “fashion”, u otros términos
machacados por la industria. Vestidures quiere encontrar formas de vivir el
tema de la ropa que sean alternativas a la que nos propone la gran industria.

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X - Tu proyecto tiene varias caras y ha ido evolucionando...
I - Sí, tiene una parte más dedicada a crear discurso y otra a prácticas
experimentales. La “marca” es Vestidures, desde la cual emito campañas,
manifiestos, actividades. Actualmente estoy impulsando la campaña No hi ha
fórmula (No hay fórmula), que es un cuestionamiento holístico sobre el sistema
de producción y consumo de “moda” global. Pero no todo es negativo, la fuerte
crítica desemboca en una invitación a la búsqueda colectiva de alternativas.
El proyecto lo comencé hace tres años como parte de mi trabajo final de
carrera [Diseño Gráfico en l’Escola Elisava, Barcelona]. Hice una investigación
principalmente fijándome en la sociedad de consumo, el poder de las marcas
y los mecanismos psicológicos usados en el marketing. Mis profesores
me alentaron a ser propositiva en mi crítica. Así, llegué a la declaración de
principios políticos (seis) en relación a la ropa, cada uno de los cuales se
concreta gráficamente en un icono. Los diferentes discursos se sustentan en
dichos principios y las brand-mandalas ilustran el cuestionamiento.
En total seis iconos, seis textos, seis mandalas. Seis principios, que
sinteticé hace dos años y ahora quizá matizaría bastante. Todo esto
sucedió y está muy ligado con el marco del 15-M. Allí nació Vestidures, tal y
como es ahora.

X- El movimiento ha sido muy menospreciado en cuanto a su capacidad


propositiva.
I - Algo que es totalmente falacioso: de ahí han salido muchas alternativas. Hay
mil propuestas, cosas que se están tirando adelante y otras no, pero esto es un
motor de cambio. En el clima de fuerte aspiración de cambio de la acampada en
Pl. Catalunya del 15-M, yo desarrollé las primeras modalidades alternativas de
consumo de ropa. El primer intercambio de ropa tuve que abortarlo porque la
policía entró a desalojar cuando lo tenía organizado, pero el germen surgió allí.

X - Háblame de la retórica de la parte artística de Vestidures.


I - Juego con los mismos recursos que el mundo del marketing y la publicidad.
Mi mayor referente es el trabajo de Barbara Kruger. Juego con la seducción, la
reducción de mensajes a eslóganes, y sobre todo un uso diferente de elementos
que ya existen, en este caso los logotipos. Parto de mensajes existentes y les
doy la vuelta o una forma nueva para crear un nuevo mensaje que pone en
cuestión al primero.

X - Ahí está la subversión.


I - Sí. Por ejemplo, el mensaje de ‘We don’t understand the revolution of fashion
in the way Zara does’ (campaña The Genuine Revolution) es muy esloganero.
Estoy utilizando mensajes en inglés, que sirve para llegar a todo el mundo y
además es un idioma excelente para sintetizar, que es un trabajo que me parece
muy necesario, el trabajo de síntesis de tantos mensajes. Hay que llamar la
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atención. Hay que llegar a la gente. Mi idea es atrapar y seducir, y una
vez los tengo ahí, invitarles a reflexionar, siguiendo la máxima de Pedro
Inoue, padre de las brand mandalas.

X- Las mandalas serían la estilización gráfica de tus investigaciones.


Como obras gráficas, me parecen muy efectivas y al mismo tiempo,
bellas. Tienen esa serenidad de la forma esférica y la limpieza del
diseño. Si te acercas, descubres que están conformadas usando algunos
de los símbolos más feos que circulan por el planeta, como es para mí el
logo de El Corte Inglés, la banderita esa...
I - Mi plan inicial para difundir los carteles de las mandalas era convertirlos
en (lo que llaman) arte urbano. Me parecía su lugar lógico. Encontrar
emplazamientos especiales y, en medio del ruido de todos los mensajes
que nos acosan en la calle, proporcionar este lugar de silencio, este
espacio para pensar. No lo hice porque habría resultado insostenible para mi
campaña disponer de los carteles suficientes, impresos con la calidad necesaria.
Mis amigos me dijeron que la gente se llevaría los carteles.

X - Yo me lo habría llevado. ¿Tú no te llevas carteles por ahí, los más


bonitos?
I - Sí, sí, ¡claro! Y eso está guay. Pero a mí me resultaba insostenible. De todos
modos, hice unos experimentos colocando unos cuantos carteles en bares de la
ciudad [Barcelona]. Bares que me gustaban, sitios especiales.

X - Me encantaría ir a buscar alguno.


I - Encontré un lugar ideal en el bar Olímpic (C/ Joaquim Costa). Tienen la
decoración muy cuidada y no dejan pegar nada dentro, pero en la puerta de
uno de los baños, una puerta verde muy bonita, apareció el sitio para el cartel...
Me pregunto si seguirá ahí.

X - ¿Qué baño escogiste, el de chicas o chicos?


I - El de chicas. Tenía que escoger y pensé... Es más importante que lo lean ellas.

X - Esto me recuerda que te conocí presentando Vestidures en el festival


de creación femenina y feminista La Dinamitera.
I - Cierto. Es interesante que fue a raíz de la presentación que hice allí que vi
que mi proyecto había tenido óptica feminista desde un principio... si no lo
presenté como tal hasta entonces es por la estigmatización extendida que hay
del término. Aún hay gente que me pregunta, entre curiosa y extrañada, qué
quiero decir con esto de que “las mujeres lo tenemos más chungo para vivir de
forma sana el tema de la imagen propia”.

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X- ¿Qué quieres decir,
exactamente?
I - No es casual que haya más
mujeres insatisfechas consigo
mismas... más desórdenes
alimentarios, más problemas
de identidad, más ansiedad en
general respecto a esos temas.
La presión es alta. El número de
imágenes de cuerpos y rostros
femeninos estandarizados que
vemos al día es elevadísimo, y eso,
si no se está muy concienciada,
tiene consecuencias: se vuelve
casi inevitable compararte con
esos modelos estereotipados,
alejados de la realidad.

X - Es un tema muy trillado,


hasta el punto de volverse
aburrido, pero la influencia
de estos mensajes es
inmensa.
I - Sí. Este fenómeno, junto con dos elementos más, acaba de conformar el
triángulo de la trampa capitalista: el creernos la moda como un ente religioso-
dogmático y la compra como actividad de ocio, lo que ha adoptado el nombre de
shopping. Básicamente, lo que denuncio es que la industria de la moda
y los mass media nos incitan a conceber nuestra imagen como la base
de nuestra persona y no como el resultado de nuestra personalidad.
El bombardeo de mensajes que nos hacen desear lo que no tenemos,
ser quien no somos, es a lo que me refiero cuando hablo de “BRAIN
DAMAGE PANORAMA”. Responder a esos estímulos nocivos es lo que
nos lleva a la alienación y a la impersonalidad.

X - Que el individuo se diluya en la masa, ¿no?


I - En las fórmulas y en el consumo de masas. Por ejemplo, “Desigual” con su
eslogan ‘It’s not the same’ se vuelve la máxima falacia, pues quiere dar la idea de
algo diferente, y en realidad está proponiendo una fórmula, igual que las otras
marcas, basada en un estereotipo estudiadísimo.

X- Muchas marcas se apropian de palabritas amables y pervierten totalmente


su sentido. No sé por qué no las procesan por publicidad engañosa. En la
comida es una práctica habitual. Los extintos yogures “BIO”.
27
I - Sí. Me viene a la cabeza otra gran falacia: “Natura”. Ese naming y el isotipo
de la Tierra connota unos valores que luego se pasa por el forro a la hora de
articular su modelo de negocio. Como cadena de ropa y complementos, Natura
basa su producción en los mismos ciclos acelerados que las otras marcas
inscritas dentro de lo que ahora se empieza a reconocer como moda rápida.
En eso consiste el juego del fast: proponer cambios, que, al incrementarsesu
frecuencia, se alejan de toda lógica de consumo funcional. No hace falta ni
esperar a la obsolescencia programada física de las prendas, sino que tú te vas
a cansar antes...

X - La obsolescencia percibida...
I - Sí, es la forma más inteligente de programar esta caducidad, por parte
de la industria. En mi visión, puede agradarte la ropa pero no has de seguir
necesariamente “lo que se lleva”, cosa que yo vivo ahora mismo como una
ficción, una invención.
Por ejemplo, cuando fui a comprarme esta prenda de donde salió todo...

X - ¡La prenda proustiana!


I - ¡La prenda proustiana! [camiseta que Inés adquirió en una compra impulsiva-
disfuncional y que posteriormente detonó toda la reflexión e investigación
que dio lugar a ‘No hi ha fórmula’ y Vestidures]. Era una camiseta con, entre
comillas, un estampado “de-moda”. Como con cadenitas y unos caballos... Todas
las tiendas de Inditex tenían camisetas así en aquél momento. Yo la cogí porque
en aquel momento me sometí a esa idea de moda. Sin embargo posteriormente
me di cuenta de que no llegué a ponérmela nunca, por entender que eso no
iba conmigo, al margen de la tendencia. De aquí el cuestionamiento: ¿qué es
la moda, cuál es la idea que nos venden? Yo soy muy positiva en este sentido.
Hace 50 años quizá sí que había unos dictámenes muy establecidos de lo que era
guay y lo que no, asociado a la clase social... Sin embargo con la “democratización
de la moda” y el proceso de globalización, los estilos se han entremezclado y
afortunadamente la tolerancia por la diversidad (en el vestir) se ha ampliado.
Hoy en día ya no hay una moda, sino muchas, que coexisten a la vez! Muchos
conceptos de “guay”...! Hoy en día puedes vestir como te dé la gana.

X - Me da la impresión de que las críticas al consumo de moda al uso se


identifica con personas que “odian la ropa”. Seres mitológicos que van
todo el día vestidos con sacos grises y quieren que todo el mundo se
vista exactamente igual. ¿A ti te gusta la ropa, te lo pasas bien?
I - Sí... Ya desde pequeña hacía combinaciones que otras niñas no entendían.
La “solución” no está en quitar la función expresiva de la ropa. Cada uno tiene
que ver la manera en que vivirlo de forma sana y guay, meramente funcional
o más allá. Las mujeres tenemos muchas más opciones, con la consecuencia
de tener que dedicarnos mucho más a este aspecto y descuidar otras facetas
28
de nuestra vida/personalidad... Habría que valorar si esto nos compensa...
Yo por eso ahora mismo estoy en una fase experimental de ir a lo esencial:
tener mucha menos ropa en el armario. Desde el 7 - E, fecha que inauguré el
proyecto, estoy con el reto 3-3-3: tratar de vivir tres meses con 33 prendas de
ropa, sin contar ropa interior, pijama y ropa de deporte.

Principios de Vestidures

X - 33... No es muy radical, no asusta.


I - ¡No! Te das cuenta de que puedes vivir perfectamente y de hecho, me ha servido
para ver que, aunque suena muy tópico “menos es más”. Rompiendo con el mito
del armario de ropa lleno, como imagen de riqueza y muchas posibilidades...

X - Un armario lleno de ropa y nada que ponerte.


I - ¡Sí, paradójicamente a mí me creaba ese problema!

X - Una amiga mía dice “la ropa que no me pongo no me deja ver la ropa
que me pongo”.
I - Exacto. Además, tú te adaptas a estas prendas, estas prendas se adaptan a ti y
acabas haciendo mejores combinaciones, es más satisfactorio a la larga. No quiere
decir que me vaya a prendas sólo grises... Tengo muchas básicas y de repente una
más llamativa, como ésta [lleva unos leggings de flores con mucho color, y es
domingo por la mañana]. Yo le doy importancia a la imagen y a la indumentaria,
y veo que no estoy necesitando de ningunas indicaciones, por no decir mensajes
dogmáticos, relativos a la moda. Es un proceso natural. Te dejas influir por lo que
más te gusta, escoges algo que has visto y te gustaría ver en ti, y ya está.

X - De todos modos, la industria funciona de una manera más sutil de


lo que podemos sospechar. El hecho de que te fijes en un estampado
particular en una persona, aunque sea una persona alternativa,
probablemente puede ser trazado a alguna tendencia de un puñado de
29
diseñadores “clave” y toda la maquinaria ideológica de la industria.
I - Puede ser, puede ser... Tampoco se trata de obviar esto... Actuamos por
imitación, y la moda yo la concibo como un juego de imitación y diferenciación.
Escoges a alguien a imitar, puede ser una estrella de la música o alguien a
quien ves caminando por la calle. A lo que yo voy es a que la moda existiría
igualmente, al margen de la industria de la moda. Son conceptos diferentes.
Como seres sociales es inevitable que nos influenciemos, dependiendo de cada
uno, imitar o diferenciarnos.

X - No puedo hablar de ropa sin meter un gambazo de frivolidad. ¿Tú


juzgas a tus ligues por la ropa? ¿Todavía hoy en día influye en el objeto
de tu deseo la indumentaria que lleva puesta?
I - Jeje, por supuesto. Pero no tanto lo que lleva sino cómo lo lleva: la actitud,
lo que desprende... Si la persona está bien consigo misma ¡brilla! y eso en
definitiva es lo que me atrae. Por eso hablar de prendas sueltas me parece
menos significativo. “Mira qué bolso”, “mira qué zapatos”... Aunque bueno, el
calzado sí es muy importante para mí.

X - ¿Fetiche personal o tienes teorías al respecto?


I - No tengo teorías, pero el calzado condiciona literalmente la forma en que te
mueves por la vida. Por ejemplo, yo con unas sandalias no estaría cómoda por
tener que ir por ahí con cuidado de que no me pisen, de por dónde camino...
Los tacones, lo mismo. Estos tacones finos que te hacen estar inestable... ¿qué
quiere decir esto? Yo busco, para mí, un zapato que sea sólido y que me permita
estar conectada con la Tierra.

X - Llevar calzado con el que si hace falta puedas ponerte a correr.


I - Jaja, exacto. Correr, u otros motivos: subirte a algún sitio... facilidad en
el movimiento en general. Precisamente el abandono del zapato de tacón,
como prenda fetiche estrella y arquetipo de calzado que dificulta la solidez
y estabilidad de la mujer, para mí supone uno de los pasos clave para esa
liberación en el consumo y en el vestir que ambiciono con mi proyecto.

Inés continuará realizando actos públicos de Vestidures en los próximos meses.


Baraja unas cuantas colaboraciones que han salido de las actividades experimentales
del proyecto. Tejer redes y trabajar en “asuntos de importancia: asuntos que tienen
que ver con el cambio de paradigma”. Su proyecto fue concebido como intervención
urbana y ha acabado en espacios galerísticos, sin embargo la palabra artista no es
mencionada por ella en toda la entrevista. Al final le pregunto qué pasa con el arte.
Le sale una carcajada.

Más sobre Inés Tarradellas y VESTIDURES: nohihaformula.org |


vestidures.tumblr.com | inestarradellas.blogspot.com | inesisnotanartist.com
l
30
Una opinión sobre la
representación de la mujer
en el medio audiovisual
Bárbara Sánchez
Estos meses ha habido una triunfadora indiscutible en este mar de
series actuales en el que nadamos y esa ha sido True Detective. Una serie plagada
de enigmas y misterios que ha causado sensación. Dejando de lado lo buena
que pueda llegar a ser, me gustaría destacar el aspecto del papel de la mujer
en la serie, el cual es bastante discutible. Ya en el primer episodio conocemos
de la mano de los detectives protagonistas el caso de una prostituta asesinada
coronada con astas de ciervo que ha sido víctima de un ritual satánico además
de ser abandonada en medio del bosque. Este será el primer contacto que el
espectador tiene con una mujer en la serie, la mujer víctima, que para más inri
está desnuda, magullada y hatada. Es una prostituta. El mensaje está claro,
una mujer en el mal camino no puede tener un buen final. Es curioso, lo que
más me llamó la atención es el parecido, casi insultante, con el primer episodio
de otra serie, de menos éxito pero también muy seguida, Hannibal, donde nos
encontramos con la misma situación, policías encontrando a mujeres muertas
maniatadas abandonadas en el bosque, atención, ambas atravesadas por las
astas de un ciervo. Otro apunte, en el caso de True Detective no podemos ni
llegar a aplicar el famoso Test de Bechdel ya que nunca coinciden más de un
personaje femenino en pantalla.

Más allá del interés que ambas series puedan tener, es bastante peligroso jugar
con este rol perenne de la mujer siempre como víctima. Si seguimos viendo
los ocho capítulos que componen True Detective nos encontramos con que en
la zona de Louisiana (EEUU), no hay otra profesión para una mujer que no
sea la de prostituta o stripper. De acuerdo, están reflejando la dura vida en el
sur, donde el dinero y el trabajo son escasos y en general el modus vivendi es
el de la típica familia tirada en el campo malviviendo dentro de una roulotte.
Otro rol, esta vez el de la única protagonista que hay, la mujer de uno de los
33
detectives, es el de esposa y madre, pero algo problemática. No voy a decir
porqué para no spoilearos, pero sí, responde a otro cliché femenino, esos en los
que una mujer es puta, madre, o lolita/femme fatale, o siguiendo los arquetipos
clásicos: bruja, santa o prostituta. En fin, una se pregunta como una serie con
tanta calidad actoral, de dirección y narrativa puede mostrar esta simplicidad
a la hora de representar sus personajes femeninos, y es, como os comentaba
hasta insultante, cuando muestra a todas las mujeres desnudas, ya desde sus
títulos de crédito, muy bonitos sí, pero injustos también.

Imagen de True Detective

Imagen de Hannibal

34
Quizás se deba a que soy una persona muy sensible a este tema, o una feminazi,
como nos pasa a casi todas. Hace ya unos años cuando empezó a emitirse la
serie Juego de tronos no pude pasar del primer capítulo. No salía de mi asombro,
en los sesenta minutos que duraba salían infinidad de mujeres desnudas, todas
prostitutas y siempre en la cama, la proporción era de muchas chicas rodeando
un solo hombre. Mi, por entonces, novio, muy fan de la saga épica me insistió
en que siguiera viéndola ya que en los libros uno de los personajes más débiles
de entrada, una mujer, Khaleesi, se convertía más adelante en una mujer fuerte
y transmitía un mensaje feminista. Empecé a leer los libros, más allá de que no
me gustaron, que no es el tema, me negué a seguir viendo la serie; como mujer
me sentía insultada. Luego empecé a ver en internet infinidad de artículos
sobre la polémica que se despertó por esa misma razón. Si la serie, así como los
libros, acaba convirtiéndose de verdad en un estandarte feminista me alegraré,
ojalá sea así. Porque vamos escasas en referentes de ese tipo.

Uno que me gusta especialmente, sobre todo por las ampollas que levanta es
Girls, con la que seguro estaréis de acuerdo conmigo, no siempre casa con lo que
se espera de nosotras. La que más me gusta por encima de todas es Hannah,
o cómo Lena se ríe constantemente de sus haters desnudándose siempre que
tiene ocasión. En el último episodio que vi compartía una escena tórrida con
su novio al que intentaba seducir de nuevo para recuperar la magia inicial de
la relación haciéndose pasar por una extraña para luego enseñarle un atuendo
fetichista con el que estaba muy graciosa a la vez que muy lejos de los cánones
que corresponden a una mujer hoy en día bajo esa indumentaria. Y si no que
se lo digan a las de Victoria’s Secret. He visto en las redes de muchos amigos
míos, machitos, mostrar su desagrado constante al ver a la joven guionista y
directora enseñando orgullosa sus chichas sin importarle lo más mínimo.

Imagen de Girls
35
Es una actitud que molesta, porque se aleja mucho de esa otra actitud que
reflejan las estadísticas todos los días sobre la mayoría de las mujeres en la
que todas se sienten acomplejadas por sus cuerpos. Lena parece sentirse muy
a gusto dentro del suyo, regordete, lleno de curvas imposibles y voluminoso, y
eso, claro, molesta.

No estamos en un buen momento para la mujer según lo que refleja el medio


audiovisual, por mucho que la mayoría de telenoticias y periódicos se empeñen
en propagar lo contrario. Sí, puede que se haya hecho más visible la lucha
feminista por las ganas de conquistar más derechos, ¿pero a causa de qué? A
causa precisamente de la poca normalización que hay a días de hoy de ellos.
Pensemos en la sexualidad en la televisión, series y películas. Ya hace años que
no veo un programa sobre sexo en la parrilla, Hollywood se ha desexualizado,
y el morbo es lo único que reina.
La reinas del pop tiran de sus cuerpos escuálidos desnudos para vender singles
y ya de paso autoproclamar un feminismo bastante discutible y políticamente
correcto, y para colmo Pretty Woman y películas de ese tipo, peligrosas, siguen
emitiéndose hasta la extenuación. Los patrones clásicos que apuntaba siguen
repitiéndose. Una mujer llama a un programa de TV donde deja caer que su
marido la maltrata y la presentadora argumenta no querer meterse, eh, pero
aquí no ha pasado nada. La presentadora sigue ahí fuera dando consejos que
son retransmitidos y llegan a millones de casas donde esos patrones no se
cuestionan, simplemente se interiorizan y se repiten una y otra vez. No hay
ningún espíritu crítico que pueda ser un referente para una joven buscándolo
en un medio ya no al alcance de todos, sino masivo, omnipresente. Internet no
da para mucho más, medios como SModa o El País se disfrazan detrás de un
moderneo buen rollero que cree que transgrede y simplemente sigue la norma.
En un artículo publicado a día 12 de marzo de 2014 sobre el sexo en Hollywood
se sube a un trono a la modelo protagonista del vídeo Blurred Lines en el que
más o menos, como sabréis, se habla de una violación mientras bailan chicas
desnudas. ¡Genial!

El momento político nos ahoga, la ley de Gallardón sobre el aborto quiere acabar
con años de lucha y echar atrás el empoderamiento femenino. Los productores
del medio así como las cadenas y guionistas deberían tener en cuenta que cada
vez hay más consumidoras críticas de series y películas, y deberían luchar
para que se sientan representadas, e iguales, necesitamos roles fuertes, ya
no transgresores, si no que representen a mujeres reales, lejos de los clichés
impuestos desde hace años. Queremos también más autoras, para así poder
disfrutar más y consumir (que al fin y al cabo es lo que a ellos les importa) a
gusto, sin sentirnos incómodas o humilladas.

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36
BRUJAS, MONSTRUAS
Y OTRAS FORMAS
DE RE-ESCRIBIR
EL CUERPO COLECTIVO
Por Julia Morandeira y María Arranz

Oveja negra, chivo expiatorio, actor-esponja, desviante,


hechicera, bruja, Satanás y cristalización del mal; pero al mismo tiempo,
símbolo de resistencia feminista, de insubordinación y transgresión
de la normalidad y normatividad. No cabe duda de que la bruja es un
imán de pasiones encontradas y se erige de manera monstruosa en
una importante encrucijada política, pues no es casualidad que a lo
largo de los años y en contextos geográficos diversos, detentores de
poder hayan aplicado el significante “bruja” a mujeres consideradas
peligrosas o inoportunas. Como señala Anna Colin en su introducción a
Witches. Hunted, Appropriated, Empowered, Queered, la bruja es una
figura confusa, en la medida que existen al menos tres tipos: aquellas
que verdaderamente practican la brujería, las que son caracterizadas
como brujas por agentes externos, y aquellas que se proclaman como tal
pero no practican la brujería. A diferencia del primero, los dos últimos
tipos derivan de una construcción social y se acercan a la brujería como
metáfora y categoría política.

38
Genealogías monstruosas
Dicho esto, y haciendo un poco de genealogía, la bruja emerge de la
constelación familiar de la monstrua, lo prodigioso y el anormal. De hecho, la
idea de una naturaleza femenina insumisa que ha de ser sometida, controlada
y amansada para evitar ser la chispa del desorden, es un mitema que recorre la
mitología occidental: Ceres, Harpías, Sirenas, Moiras… Asociadas siempre con
el destino y la muerte, con la posesión, el rapto y la locura. De la mano llevan
el espectro de la ginocracia: Teseo y Hércules, padres fundadores del orden
civilizatorio, luchan contra las temidas e insubordinadas Amazonas, a quienes
vencen y acaban por aplacar a su reina como signo de victoria; Perseo decapita
a Medusa, que ha pervivido en el imaginario cultural como la encarnación de
la ira femenina; la bruja Circe (hija de Helio, dios del sol, y Hécate, patrona
de la hechicería) es abandonada y traicionada por Ulises en su vuelta a Ítaca,
y así suma y sigue. El cuerpo femenino en la literatura es el que engendra el
mal. Hasta los dinosaurios del Jurassic Park de Michael Crichton eran féminas:
el parque (que el libro llama de manera muy significativa “matriarcado”) está
poblado de voraces, letales y fértiles hembras dinosaurio. Más aún, la película
revela este sustrato mítico al retratar una confrontación desnuda entre una
naturaleza desaforada y salvaje, zoé, codificada femenina vs. la cultura humana
o una naturaleza civilizada, bio, codificada masculina.
¿Pero qué es lo que preocupaba a los antiguos de esta feminidad
prodigiosa y anormal? Marina Warner apunta: una energía incontrolada en la
mujer siempre conlleva el miedo a que los lazos naturales excluyan el control
masculino de la maternidad. Un ejemplo: en la Orestiada, tras el asesinato de su
madre Clytemnestra, las furias matriarcales buscan justicia por el matricidio,
pero se encuentran frente a un nuevo orden, liderado por Apolo, que entrona
al padre como única autoridad dentro del esquema familiar:

La madre de lo que llamamos su progenitura no es su padre,


Sino tan sólo la cuidadora de la semilla que ha sido plantada.
El montador, el macho es el único verdadero padre.
Ella no acoge más que un coagulo de sangre, a menos que un dios lo rompa.
El útero de la mujer no es más que una conveniente escala.

Y en la cúspide de la aberración femenina se halla Medea. Bruja, madre


y asesina de sus hijos: cuando Jasón la abandona por otra mujer que colma
sus nuevas ambiciones, Medea –que no había más que traicionado y puesto
su magia a su servicio– recurre a su maternidad como último terreno de su
autoridad, o mejor dicho, de la autoridad que le queda. Ataca a Jasón donde
es más vulnerable, allí donde el control masculino no llega. Las versiones de
la tragedia difieren, acentuando más un rasgo u otro del carácter de Medea,
39
pero todos coinciden en su naturaleza perversa: Medea, la madre asesina de su
propia estirpe, contradice los fundamentos de la feminidad, el amor materno.
Rasgo que comparte con muchas otras fantasías del mal femenino: las brujas
condenadas por la Inquisición por festines caníbales de niños; Lilith, el súcubo
del mito judío, que acechaba las cunas de los recién nacidos para secuestrarlos,
retomada en la cultura audiovisual actual en True Blood como la madre de
toda la raza vampira; Lamia, bella reina de Libia en la obra de Aristófanes,
transformada en demonio devora-niños, chupasangres, y obviamente, terrible
seductora.
La mala madre deviene un tropo, una excusa, una amenaza, o un
argumento político al que recurrir con frecuencia. Mientras se desregulan
mercados, se regula la familia, la maternidad, el embarazo y el cuerpo. Y es
que el control sobre el cuerpo de las mujeres ha sido siempre un elemento
fundamental para la subordinación de éstas. Como bien explicaba Silvia
Federici, la sexualidad femenina es peligrosa para el capitalismo cuando no
es productiva y su control forma parte de ese disciplinamiento de la clase
trabajadora que tuvo lugar cuando se pasó del régimen feudal al capitalismo.
Del mismo modo que con el desarrollo capitalista se logró invisibilizar y sacar
de la actividad económica asalariada el trabajo reproductivo, con el auge del
capitalismo global no sólo se ha mantenido este aislamiento como medida de
control social y garantía de reproducción de la fuerza de trabajo a coste cero,
sino que paralelamente se han aumentado las medidas de control estatal sobre
el cuerpo de las mujeres. Es decir, que de alguna manera, a aquellas mujeres
que desean vivir su sexualidad y su vida de forma autónoma, queriendo decidir
sobre su propio cuerpo, se las sigue tratando de controlar y sus cuerpos siguen
siendo objeto de legislación por parte de los poderes estatales. Otra forma de
ejercer la caza de brujas en pleno siglo XXI y, como siempre, una cuestión de
clases.

Caza de brujas
«¿De dónde procede la Bruja? Sin ninguna duda, “de los tiempos de
la desesperación”. ¿Qué hizo la Iglesia ante esta desesperación profunda?
Sin ninguna duda: “La Bruja es su crimen”.»
(Jules Michelet)

La brujería, en tanto que constructo y chivo expiatorio de los males


sociales, es eminentemente proyectada sobre el cuerpo femenino. No en vano,
Jules Michelet señalaba en la introducción a su libro sobre supersticiones
medievales, que se debía hablar de la historia de las brujas y no de los brujos,
pues éstos poco contaban en lo que a proporciones del fenómeno se refería. “Por
40
un brujo hay diez mil brujas”. Y es que, si bien la hechicería y la magia fueron
en el pasado artes respetadas, practicadas y dominadas casi en su totalidad
por hombres (poderosos per se o que habían adquirido su poder precisamente
gracias a estas dotes hechiceras), su cara más oscura, la brujería, siempre, fue
tratada como un arte sombrío asociado a “los otros”, a gentes de escalones
sociales y económicos inferiores y, por tanto, algo que sólo merecía desprecio y
hostigamiento. El momento en que esas prácticas pasaron a ser consideradas
malignas, a ser perseguidas y censuradas de forma feroz, coincide con el
momento en el cual también acabaron por asociarse, de forma irreversible, con
las mujeres (como demuestran, por ejemplo, publicaciones como el misógino
tratado medieval Malleus maleficarum, que establecía un vínculo directo entre
mujer y brujería y hablaba claramente de las mujeres como criaturas inferiores).
La brujería, que en un tiempo fuera sinónimo de poder y de status, pasó de las
manos de los hombres a las de las mujeres, perdiendo por el camino cualquier
connotación positiva que pudiera haber tenido en siglos pasados.
Pero, ¿cuáles son las razones e intereses que sostienen y hacen productivo
este vinculo brujería-mujer? Silvia Federici emprende su imprescindible Calibán
y la Bruja interrogándose por los modos en que el patriarcado es rentable para el
capitalismo, y cómo la discriminación de género y la división sexual del trabajo
son beneficiosos y operativos en este marco. Su investigación revela cómo la
demonización y persecución de las brujas surge en los albores del capitalismo,
entendido como fenómeno clave y consustancial a los procesos de acumulación
primitiva, y coetáneo a diversas manifestaciones que han sido identificadas
como precondiciones para el desarrollo del capitalismo: la colonización de
América, el comercio de esclavos y la expulsión del campesinado de las tierras
comunes en diferentes lugares de Europa occidental. La caza de brujas,
explica Federici, sirvió como una herramienta reguladora para mantener un
sistema político-hegemónico en el que el cuerpo de la mujer devenía “el lugar
privilegiado para el despliegue de técnicas y relaciones de poder”. La bruja
era, en definitiva, “la encarnación de un mundo de sujetos femeninos que el
capitalismo debía destruir: la herética, la curandera, la mujer desobediente, la
mujer que se atrevía a vivir sola, la mujer Obeah que envenenaba la comida de
su amo e instigaba la revuelta de los esclavos”. Es decir, la bruja se convierte
en el enemigo contra el que se definen los estamentos de la sociedad moderna:
la Iglesia en su lucha contra-reformista; la articulación y la constitución de los
saberes, y especialmente el establecimiento de la ciencia y la medicina como
disciplinas del cuerpo social; el imperialismo colonial y la centralidad de la
propiedad privada en el nuevo estado soberano.
La bruja se convierte en un elemento peligroso porque supone una
alternativa al sistema dominante, y por ende, una amenaza para una lógica
que todo subsume y homogeneiza. Federici apunta como dato revelador que
gran parte de las mujeres acusadas de brujería no eran miembros practicantes
de cultos paganos, sino campesinas que intentaban resistir los embistes
41
sistemáticos de la desposesión de las tierras comunes, el consecuente
empobrecimiento y la fragmentación social impuesta por el capitalismo y la
propiedad privada. De hecho, lejos de ser un fenómeno enterrado en la historia,
la caza de brujas continúa hoy en día en lugares como África, India o Nepal,
lugares donde hasta los años 80 se daban relaciones de propiedad de la tierra
comunitarias y que ahora están sucumbiendo a un proceso de re-colonización
del territorio por parte de empresas y planes de ajuste estructural de organismos
internacionales como el Banco Mundial. Todo ello está provocando el destrozo
de las economías locales e importantes conflictos en los que las generaciones
mayores y, sobre todo, las mujeres, vuelven a ser el blanco de las tensiones.
En un clima de violencia intensificado por movimientos de pentecostalismo
feroz o la industria cinematográfica (Nollywood & Ghallywood, por ejemplo,
cómplices en la promoción de estereotipos sobre la irracionalidad Africana) que
han resituado al diablo como parte del paisaje cultural cotidiano, el fantasma
de la caza de brujas se ha corporizado de nuevo y de manera muy real. Federici
explica aquí que tenemos que entender el fenómeno como una lucha de poder
contra los valores de la globalización adoptados por generaciones más jóvenes,
y que supone una fuente de acusación de brujería a las mujeres y ancianos que
mantienen un fuerte apego a sus tierras como fuente de vida, supervivencia y
reproducción, más que a recursos no-alimenticios, como puede ser un tractor
o un préstamo bancario.

Años 70: here are the W.I.T.C.H.E.S.


«Cuando te enfrentas a una de nosotras, ¡te enfrentas a todas!
Pasa la palabra, hermana»
(W.I.T.C.H.)

«Tremate, tremate, le streghe son tornate»


(slogan cantado por mujeres en una manifestación pro-aborto en Roma en los 70s)

Artistas, activistas y otros agitadores se han apropiado de esta designación


para evocar y revertir ese mismo poder que oprime. A finales de los años 60
y principios de los 70, y al calor de la reformulación del feminismo en esta
época, la figura de la bruja comienza a recorrer un camino que la llevará desde
un espacio de negatividad a uno mucho más positivo y cargado de potencial
subversivo. En efecto, la caza de brujas será revisada por el feminismo de esta
época, con el fin de re-escribir la historia y llenar los diferentes vacíos, haciendo
de la bruja una auténtica proto-feminista y desatando toda su fuerza política.

42
Por un lado, tenemos el desarrollo de la wicca diánica o wicca feminista,
una rama de la religión Wicca que Gerald Gardner popularizara a comienzos
de los años 60. El neopaganismo de la wicca diánica, fundada por Zsuzsanna
Budapest, basaba su culto en la figura de la Diosa (no de la diosa romana
Diana, de la que simplemente tomaba el nombre, sino de una Diosa simbólica
que era la fuente de toda vida y que contenía todo en sí misma). Esta Diosa se
remonta a la creencia de un antiguo matriarcado primigenio y universal en el
que reinaba la igualdad entre los sexos y que fue progresivamente aniquilado
y suplantado por grupos patriarcales que se impusieron a través de la fuerza
y la violencia. Más allá de que creyeran o no realmente en este matriarcado
original y en la figura de una verdadera Diosa, la importancia de las diánicas
reside en su implicación política. Para ellas, el mero hecho de no venerar a un
dios masculino y patriarcal, era ya de por sí una declaración de intenciones y
un claro acto de resistencia en favor del desarrollo de un espacio espiritual que
no estuviera ocupado por el patriarcado. Pero es que además, muchas de ellas
estuvieron directamente implicadas en la acción directa y en la lucha feminista
y pusieron gran empeño en potenciar la creatividad y la espiritualidad de las
mujeres.

Herederas y seguidoras de esta filosofía fueron las W.I.T.C.H. (Women’s


International Terrorist Conspiracy from Hell), uno de los ejemplos más potentes
y escandalosos de la recuperación de la brujería como figura de acción política
por parte del feminismo. Esta guerrilla feminista se valía de aquelarres,
hechizos, boicots y acciones de lo más espectaculares para llevar a cabo sus

43
protestas y reivindicaciones. Surgidas en el seno del movimiento yippie y de
la izquierda contracultural estadounidense, las W.I.T.C.H. se propusieron
crear un debate dentro del propio movimiento sobre las incoherencias que
éste planteaba cuando se trataba de las mujeres. Relegando las demandas
feministas a un segundo plano o simplemente ignorándolas, las mujeres
que participaban activamente dentro de estos movimientos de izquierda no
estaban dispuestas a que la ideología patriarcal se reprodujera también en
estos círculos, por lo que plantear este debate era un acto a la vez incómodo
y necesario. La exigencia de una revolución feminista debía ser una de las
prioridades de los programas políticos de la izquierda, y las W.I.T.C.H. estaban
decididas a lograrlo. Fomentar la autonomía de las mujeres y tomar conciencia
de la opresión femenina eran los primeros pasos a dar dentro de los grupos de
autoconocimiento que crearon en 1968 y que desarrollaron en paralelo a sus
espectaculares acciones directas, como los hechizos que emitían públicamente
contra empresas como la United Fruit Company por sus prácticas opresoras
y discriminatorias, contra la esclavitud o los encarcelamientos de otras
activistas como Angela Davis; la interrupción de la Feria Nupcial de Nueva
York para protestar contra el matrimonio por ser una institución que explota
y deshumaniza a las mujeres; el boicot a la ceremonia de Miss America en el
que arrojaron sus sujetadores a un cubo de basura en el que podía leerse la
frase “freedom trash can” o la irrupción en un acto de la revista Playboy con
una cabeza de cerdo sobre una bandeja. La figura de la bruja fue escogida
como símbolo de liberación, de subversión y también de apropiación de una
identidad colectiva para la lucha (cualquier mujer podía ser una bruja tan sólo
repitiendo tres veces “soy una bruja”).

A pesar de lo efímero de su existencia (del 68 al 70), las W.I.T.C.H. lograron


marcar un hito en el feminismo radical, inspiraron a otros colectivos como las
Guerrilla Girls y fueron capaces de remover la conciencia de los militantes de
izquierda y de hacerles ver que la revolución debía apuntar mucho más alto,
que una sociedad que siguiera construyéndose sobre unos valores machistas
no les valía y que había que luchar contra un poder mucho mayor. A día de
hoy, estos planteamientos siguen resultando incómodos e incluso tildados de
contrarrevolucionarios en muchos sectores de la izquierda, prueba de que aún
sigue quedando mucho trabajo por hacer en este sentido.

Pero parte de este movimiento que surgió en los 70 ha sido continuado por
otros tantos movimientos relacionados con el neo-paganismo, el ecofeminismo
y lo queer hasta hoy en día. Iniciativas como las Radical Faeries, Queer Pagan
Camps, las escuelas de la Queer Theology y múltiples movimientos neo-
paganos, coinciden en reclamar un espacio de espiritualidad no copado por el
patriarcado. Starhawk –escritora, activista y bruja feminista contemporánea–
señala: “La palabra ‘bruja’ lleva tantas connotaciones negativas que muchas
44
personas se preguntan por qué la usamos. Sin embargo, reclamar la palabra
‘bruja’ es reclamar nuestro derecho, como mujeres, a ser poderosas; y como
hombres, a conocer el lado femenino interior como parte de la divinidad”.

Por un presente de brujas y feminismo


“Esta apropiación empírica del pasado difiere cualitativamente de la del
académico en el archivo –al menos, respecto a su manifestación diaria. Tiene que
ver con algo diferente a lo que las fuentes, los datos o los comentarios tradicionales
ofrecen. En ella se incorporan elementos del fantasma histórico y social, que son
permeables a la existencia subterránea de imágenes prohibidas; es anárquico y
rebelde en su rechazo de la cronología y la exactitud histórica.”
(Silvia Bovenschen. La bruja contemporánea, la bruja histórica y la bruja
mítica)

Silvia Bovenschen sugiere que la palabra “bruja” experimentó la misma


transformación que la palabra “queer” o “proletario”: fue adoptada por la
persona afectada y utilizada contra el enemigo que la había introducido: “En la
medida en que las mujeres se han apropiado de la figura aterradora y el mito
asumido colectivamente, el individuo se libera de ella. Aunque estas palabras
–”bruja”, “queer” y “proletario”– nunca pierden por completo sus connotaciones
negativas, cuando se encuentran en manos de los oprimidos y no del opresor,
es posible alejarlas del lugar común y darles un nuevo significado”. Esta
nota no es sólo interesante en cuanto a la capacidad de inversión disruptiva
propia de diferentes movimientos sociales, sino también en la medida en que
inscribe el feminismo en un horizonte de lucha más amplio. Pues es bueno
recordar que las primeras manifestaciones feministas estaban organizadas
por mujeres y hombres que abogaban por derechos políticos y libertades para
mujeres, niños, esclavos y personas de otras razas expulsados fuera de la esfera
de reconocimiento ciudadano; es decir, el feminismo ha sido una gramática
articuladora de diferentes lenguajes de lucha y expansión democráticas. Por
ello, y especialmente hoy y en el sur de Europa, en un momento en el que
estamos siendo sistemáticamente desposeídos de nuestros derechos y
libertades, convirtiéndonos en unos ensamblajes precarios en el nombre de la
deuda y la seguridad, o como indica Achille Mbembe “en un devenir-negro del
mundo”, el feminismo se articula como un conjunto importante de prácticas
y teorías de resistencia a múltiples formas de explotación naturalizadas e
invisibilizadas, es decir, feminizadas.

Cada mito genera su propia resistencia. En 1405, Christine de Pisan,


45
una joven madre y viuda, y una de las primeras mujeres en mantener a su
familia gracias a su escritura, compiló su respuesta a las narrativas que
circulaban sobre las mujeres: La Ciudad de las Mujeres. Juntando a toda una
colección de heroínas, genias, líderes y santas, las retrató construyendo una
ciudad celestial. Entre ellas se encontraba Medea, “bella, con un corazón noble
y recto y una cara agradable”, que tras el desquite de Jasón, queda abatida.
Silvia Plath también se reivindica como Medea, y desafía a su público a negar
sus apetitos transgresores: nocturna, come-hombres, asesina de niños. Casi
todas las estrategias de la postmodernidad –apropiación, ironía, subversión,
mascarada, pastiche­­– han sido empleadas para atacar diferentes territorios
misóginos, y darles la vuelta. Sin embargo, en muchos casos es importante
preguntarse si todos estos gestos realmente subvierten los paradigmas
o magnifican los demonios. Como en el caso de la bruja, al extraerla de su
contexto de transformaciones históricas globales del que emerge, se corre el
riesgo de despolitizar la cuestión y perder el potencial crítico-disruptivo que
contiene.

Los mitos dan forma a la imaginación y la acción colectivas; en nuestras


manos está el inventar nuevas narrativas contra la tradición que inauguren
unos imaginarios y prácticas heterónomas. Allí donde el sistema impone, la
autonomía instituye. Lancemos un feminismo que nos permita re-pensar las
estructuras de conocimiento y poder, reinventar mitos e imaginarios, tejer
nuevas ficciones pobladas de monstruas y brujas.

BIBLIOGRAFÍA:

- Pignarre, P., Stengers, I. Capitalist Sorcery: Breaking the Spell. New York:
Palgrave Macmillan, 2011.

- Federici, S. Calibán y la Bruja. Madrid: Traficantes de sueños, 2010.

- Michelet, Jules. La bruja: Un estudio de las supersticiones en la Edad Media.


Madrid: Akal, 2004.

- Colin, Anna (Ed.). Witches.  Hunted, appropriated, empowered, queered.


Montreuil: B42, 2013.

- W.I.T.C.H. (Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del


Infierno). Comunicados y hechizos. Madrid: La Felguera, 2013.

l
46
El falso (o no)
empoderamiento de la mujer
CarrieCandice
Existen pocos conocimientos acerca del ciberacoso sexual y pocas
instituciones que trabajen este problema. Si observamos estas pocas, sus
consejos son: “¡Niña! No te quites la camiseta delante del ordenador!”.
Realmente no es un mal consejo, pero parece que con él se esté culpabilizando
a las mujeres víctimas de este acoso tan atroz (si es que hay algún acoso que
no lo sea). Podemos aplicarnos este consejo en nuestro día a día, pero es
muy conveniente hacerlo sabiendo que la causa de que yo pueda ser acosada
cibernéticamente no va a ser la exposición de mi cuerpo públicamente (¡ojo! O
no públicamente: en la mayoría de los casos, las chicas envían sus fotos desnudas
a una persona en concreto –hombre-pero este, construido en el sistema sexo-
género que le hace creerse propietario y poseedor de la otra, difunde la foto o
la utiliza como forma de chantaje) sino de un mundo patriarcal donde se cree
que se puede hacer cualquier cosa con una mujer.

“¡Niña! No te quites la camiseta delante del ordenador!” es “¡normal que la


viole! ¡si lleva una falda de puta!”.

Sin embargo, también es interesante averiguar por qué las niñas, las chicas,
las mujeres, se desnudan frente a una cámara en un tanto por cien mucho más
elevado que los niños, los chicos, los hombres…

Me pongo en la piel de una chica de 15 años: no quiero construirme a través


del cánon tradicional femenino de sumisión, quiero empoderarme. Pero no
veo Presidentas de Gobierno, no veo altas directivas en empresas, veo que los
trabajos tradicionales femeninos se desprecian… y desde la cultura popular sin
embargo me llegan un millón de imágenes de mujeres, que llegan a la cumbre
y se perfilan en ellas, asentándose y continuando en el tiempo, a través de su
exposición pública del cuerpo desnudo o semidesnudo.
En mi mente se construye el pensamiento: para empoderarte y no ser una
sumisa, el único y exclusivo camino es tu proyección como cuerpo desnudo.

49
Para empoderarte y no ser una sumisa, el único y exclusivo camino es cosificarte,
convertirte en una cosa.

Paradójicamente, o no, esa forma de empoderarlas a ellas tiene un impacto


positivo en ellos: disfrutar de sus cuerpos semidesnudos expuestos día sí y día
también. Obviamente en este mundo heterosexual que es el que se visibiliza
como propio y único.

Por otra parte, los hombres muestran su hombría, tradicionalmente,


destacando sus conquistas. “¿Por qué no puedo hacerlo yo?” Debe pensar esa
chica de 15 años. La Constitución Española, a través de su artículo 14, le dice
que hombres y mujeres son iguales y la cultura popular detracta al feminismo
que reivindica que, desgraciadamente, eso aún no es real. Así pues, para esa
chica de 15 años, vivimos en igualdad: si a ellos eso les garantiza fama, yo
también seré activamente sexual exponiéndolo.

Pero pronto descubro que ese artículo 14 de la Constitución no se está aplicando


mucho hoy en día, y que quizás las feminazis tienen razón… y termino siendo
insultada y acosada por mi atrevimiento… un atrevimiento que en manos de
un hombre hubiese sido un halago.

Sin embargo y aun así, quizás… entre toda esa basura… descubro que mi
empoderamiento está supeditado al cánon masculino y que es un falso
empoderamiento. Y descubro que puedo desnudarme frente a una cámara pero
con otro por qué. Entonces doy un giro de 360º y me empodero sexualmente,
y me hago fotos porque me da la gana, y me empodero en mi hogar, y me
empodero en mi amor, y me empodero en mi trabajo, y si encuentro dificultades
para hacerlo, visibilizo esas microviolencias (o no tan micro…) y me vuelvo
más fuerte y también más vulnerable, pero descubro unas hermanas violetas
que están ahí para sostenerme. Y, así, termino con el falso empoderamiento y
empiezo con el nuevo. El real. El feminista.
l
50
EL SEXO RAZÓN DE TODO
Porno Feminista: Subvertir el orden del deseo
Por Blanca Vivas Pickman

“La pornografía beneficia a las mujeres tanto personal como políticamente”


Wendy McElroy.

El sexo ocupa un lugar primordial en nuestras vidas, tanto de hombres
como de mujeres, y la reivindicación femenina contemporánea para expresar
la sexualidad está abriendo nuevas vías de enfoque.
Podría decirse que gran parte de los conflictos que nos acompañan a lo largo
de nuestras vidas giran en torno al sexo, otorgándole un valor circunstancial y
contextual pleno, ya sea por la suerte de poder disfrutarlo o por la desgracia de
sufrir carencias. En el siglo XX además se establece una ruptura con el auge de la
pornografía, que afecta a los distintos movimientos sociales, entre ellos también
al feminismo, estableciendo una división entre feminismo institucional, liberal
y pro-sexo, cuyo pensamiento oscila desde un espectro dramático con respecto
a la pornografía hasta una narrativa absolutamente liberal. De este modo, se
origina también un debate entre feminismo y postfeminismo, debido al cambio
de las bases tradicionales y la positiva evolución a favor de la pluralidad y la
diversidad.

En el feminismo institucional- entendido desde sus orígenes como movimiento


social de las mujeres para conseguir sus derechos - la palabra y el concepto de
pornografía ha permanecido aislado y ha supuesto un estigma en las bases
de la filosofía feminista. Gran parte de las feministas tradicionales apoyan la
anti-pornografía, con argumentos defensores como la explotación de la mujer,
la muestra de ésta como mercancía y su degradación. Sin embargo, ¿no es
la degradación un término muy subjetivo?, las mujeres debemos confiar en
nuestra condición de sujetos morales ante la libertad y el grado de degradación
independiente en cada ente, pues ¿quién mejor puede subjetivizar esta cuestión
sino una misma?, estas preguntas surgen de las feministas que defienden la
pornografía además de la libre elección en el uso del cuerpo de la mujer; son las
llamadas pro-sexo, pertenecientes a su vez al movimiento postfeminista.
Sheila Jeffreys en la antología Sexual Liberal sand the Attack on Feminism (1990)
se posiciona en contra de la pornografía y sostiene que las feministas “pro-
52
sexo” erotizan la dominación y la subordinación, y otras feministas como Page
Mellsih consideran la pornografía como un acto de violencia sexual, respuesta
ideológica que origina lo denominado “feminismo de género”1 que propone
la deconstrucción de las estructuras patriarcales (familia, religión, ciencia,
lenguaje), interpretándose éstas como meras construcciones sociales.

Ahora analicemos el porno mainstream actual para encontrar una explicación


de por qué estas feministas anti-pornografía establecen un claro antagonismo
entre hombres y mujeres. Basta con googlear redtube o youporn y a partir de un
fugaz visionado de imágenes, sin necesidad de cliquear y acceder al contenido
de un video, el análisis expone un claro patriarcado del machismo, una virilidad
imperante en cuanto a contenido y forma. Los hombres heterosexuales deciden
el contenido y los cuerpos que quieren ver en consecuencia de sus fantasías,
por lo que se imposibilita la libre elección del consumidor.
Es curioso que en el formato audiovisual el cambio sea constante y la evolución a
causa del avance tecnológico y la creatividad fluyan a borbotones, sin embargo,
la pornografía apenas ha cambiado desde sus inicios. Remontémonos a los
años 20, los inicios del porno2en España, y a partir del análisis de las películas
ordenadas por Alfonso XIII para su disfrute personal se refuerza esta afirmación.
En lo único que se observa la diferencia es en el estereotipo de belleza femenino,
pero las prácticas sexuales y el rol de la mujer objeto juegan exactamente el
mismo papel que en el siglo XXI. El porno mainstream se ha establecido como
un patrón fijo e inamovible, cuando la evolución se basa precisamente en lo
contrario, en modificar y transformar. ¿Qué pasa cuando solo hay una opción
posible?, que la libre elección queda anulada, y es lo que ha ocurrido con la
pornografía hasta hace relativamente poco, quizás porque nos hallamos ante
una imposición de pulcritud moral, ante un falso decoro, ante unos arquetipos
innatos que creíamos desbancados, pero que inconscientemente continúan en
el imaginario colectivo y atentan como una plaga el entorno cultural y moral
de la sociedad occidental.
El tema de la sexualidad como bien describe Michel Foucault3 en su trilogía
Historia de la sexualidad, tuvo una ruptura en el siglo XVII, con el nacimiento de
la sociedad burguesa capitalista donde vivió un periodo de prohibición y todo
lo que giraba en torno al sexo se consideró un tabú fruto de una hipocresía
1 En la relación heterosexual es atribuida a la mujer una “superioridad moral” frente al hombre, y un carácter
de “víctima” debido a la “opresión patriarcal” e histórica de la masculinidad. La palabra “Género” define
los “roles masculino o femenino” con posibilidad social de cambio”. “Sexo” sería sin embargo una simple
diferencia morfológica. Las principales autoras del FG identifican relación heterosexual con violación,
llegando a afirmar del lesbianismo que es la condición natural de la mujer.
2 El origen del porno en España son una serie de películas rodadas en los años 20 en Barcelona por encargo
del Conde de Romanines, que actuaba en nombre del rey. La productora encargada era la Royal Film, de
los hermanos Baños. Actualmente se conservan tres películas: El confesor, El ministro y Consultorio de
señoras.
3 Fue un historiador de las ideas, psicólogo, teórico social y filósofo francés. Fue profesor en varias
universidades francesas y estadounidenses y catedrático de  Historia de los sistemas de pensamiento  en el
Collège de France.
53
generalizada, “inventamos un placer diferente: placer en la verdad del placer,
placer en saberla, en exponerla, en descubrirla, en fascinarse al verla, al
decirla, al cautivar y capturar a los otros con ella, al confiarla secretamente, al
desenmascararla con astucia; placer específico en el discurso verdadero sobre
el placer”. La iglesia establecerá con quien se tiene relaciones, cuándo, cómo
y con qué cometido, periodo en el que nos convertimos en unos voyeurs de la
sexualidad, además de interiorizar y asumir esta imposición. Por otro lado,
la segunda ruptura tuvo lugar en el siglo XX cuando se afloja esa represión, y
bien se podría definir una tercera con el auge de la pornografía, sin olvidar las
connotaciones negativas que giran en torno a los términos pornografía y sexo
aún en la actualidad, en un intento por naturalizarlos socialmente.
Me gusta el porno, veo porno y me masturbo con porno. Es indudable que el
sexo ocupa un importante lugar en nuestras vidas, y algunas, las más curiosas,
lo vivimos con mayor liberad e intentamos experimentar para hacer de nuestro
modus vivendis un entorno más placentero con donde más orgasmos mejor.
Es por eso que a raíz de mi curiosidad e inquietudes por el género y gracias
a la viralidad de Internet, tuve el placer de ver una película de Erika Lust4 y
descubrir que otro porno era posible, y no porque no pudiera llegar al clímax
con el porno mainstream, sino porque no encontraba explicación de la limitada
oferta en un mercado que mueve tantos millones como el del sexo, al fin y
al cabo la palabra “sex” encabeza las búsquedas en la Web en la mayoría de
los países. Fue con Cabaret Desire (2011) como descubrí a la directora sueca,
una película para adultos con sexo explícito, pero que iba más allá del mete y
saca al que estamos acostumbrados. Por primera vez se contaba una historia
con un hilo conductor, con introducción, nudo y desenlace, y sus respectivos
puntos de giro. Lo más excitante y novedoso en Cabaret Desire, es el peso de
la mujer más allá de la proporción de placer al hombre, ya que los personajes
femeninos tomaban sus propias decisiones sobre lo que querían, lo que les
gustaba, acercándose más al estereotipo real de mujer moderna que disfruta
de su sexualidad. Por fin, mi visión y perspectiva utópica de la sexualidad se
veían saciadas con un contenido de calidad, otra manera de erotizar la mirada,
y ya no solo a nivel narrativo, sino con una estética cuidada y elegante, dejando
a un lado el prototipo de mujer en el porno mainstream: tacones insufribles,
melenas rubias artificiales, exceso de maquillaje y silicona a mansalva. En las
películas de Erika cualquiera puede sentirse identificado con los personajes de
las historia, pues son personas reales.
Enseguida me sentí fascinada por su trabajo y la contacté para formar parte
de su equipo y así fue como tuve el gusto de experimentar durante unos
meses como funciona una productora de cine para adultos y de este modo ir
dibujando mi personalidad y romper el tabú del sexo. “Cuando vi porno por
primera vez no fue amor a primera vista, ni mucho menos. Evidentemente,
había algo en las imágenes que me excitaba, pero también muchas cosas que
4 Es una escritora, guionista, directora y productora de cine pornográfico sueca. Es la pionera de la llamada
pornografía feminista.
54
me molestaban” de este modo se proyecta Erika ante los medios, una mujer
emprendedora que quiso crear una alternativa a la industria con un contenido
orientado al placer femenino acabando así con el tópico de que las mujeres no
ven porno y alterando la dinámica sumisión-dominación.
A través de la sexualidad me planteé que quizás el feminismo estaba
inconscientemente dentro de mí, intrínseco en la personalidad que había
labrado a través de mi experiencia. Sin embargo, analizando los inicios del
feminismo observé un claro rechazo a la pornografía, por eso entendí esta
nueva vertiente denominada post porno5, que consiste en la representación
de la sexualidad escapando de la industria tradicional, como un modo de
cambio en la filosofía feminista también. De este modo, la industria masificada
por hombres cuyo objetivo es plasmar sus fantasías, la mirada unifocal y
restrictiva que ha alienado esta idea negativizada del porno- como en su día
pasó y sigue pasando con la sexualidad- pretende renovar la producción del
cine para adultos ofreciendo un nuevo abanico de posibilidades, con miradas
de directoras y guionistas que quieren acabar con el discurso autoritario-
dominante y de este modo crear una sociedad más libre. Es el comienzo de la
deconstrucción del porno tradicional como contribución a la lucha social para
conseguir la igualdad entre hombres y mujeres y al mismo tiempo hacer que las
experiencias sexuales de las mujeres mejoren sustancialmente, convirtiendo
así la pornografía en un arma educacional.

Con independencia del discurso de Erika Lust, su visión del erotismo, el


tratamiento de las imágenes y la ruptura de los estereotipos, otras directoras
forman también parte de esta corriente denominada porno feminista,
destacando entre ellas a Marit Östberg, que colabora en la colección de los 13
cortometrajes que se compilan bajo el título de Dirty Diaries, todos dirigidos
por mujeres y con sexo explícito.
Aunque ya en los años 90 se expandía este debate entre las defensoras del porno.
Artistas como Sue Williams con su obra ¿Eres pro-porno o anti-porno?, debatía
el deseo sexual femenino y su derecho a expresarse. Incluso performances
como “La lluvia dorada” de Elke Krystufek se reivindica haciendo públicas
acciones privadas. Fortaleciendo la necesidad de la mujer por representarse a
ella misma, utilizando su cuerpo y su sexo que hasta entonces solo había sido
construido para potenciar el deseo masculino.

Por otro lado, actualmente existen varias iniciativas que tratan de representar
la sexualidad de manera diferente, no solo a través del audiovisual, sino también
mediante la palabra o la acción directa, manifestando las teorías del activismo
queer, el post feminismo, el porno experimental o el pornoterrorismo,6es lo
5 Es un movimiento artística que propone el disfrute de nuevas representaciones alternativas del cuerpo,
elaborando un imaginario sexual en el que tengan cabida las sexualidades periféricas y disidentes que la
heteronormatividad y el porno clásico marginaba.
6 Es un concepto político-artístico creado por Diana J. Torres (Madrid 1981) en 2001 junto a Pablo
Raijenstein. Tiene diferentes maneras de representarse, la más importante es la performance. ->
55
denominado postporno, o lo que es lo mismo, otra manera de hacer, consumir,
rodar e interpretar la pornografía. Una alternativa contra el capitalismo
heteropatriarcal que controla los cuerpos y tomas decisiones de cómo usarlos.
España cuenta con cada vez más festivales de calidad, donde se fusiona el
porno con la cultura, como es el caso de La Boca Erótica de Madrid o La Muestra
Marrana de Barcelona. Artistas, teóricas, activistas o escritoras conforman
este gremio que rompe límites y aniquila la visión patriarcal del género.
Liandra Dahl, la actriz y productora de pornografía, defensora del feminismo y
luchadora contra la ley del aborto, concibe el sexo y su visionado de este modo
“Produzco y aparezco en pornografía porque quiero devolverle al  cine para
adultos los cuerpos naturales, el sexo real  y la verdadera química. Quiero que
la atención esté puesta en los orgasmos reales y en la conexión auténtica entre
la gente teniendo sexo. Para mí producir porno no se trata de encontrara a la
gente más hermosa y hacerlas desempeñar una serie de movimientos...”

Sinceramente no creo que la solución sea el exterminio de la pornografía


mainstream, porque ahí estaríamos entrando en temas de libertad de expresión
y si ese porno existe y mueve millones es porque gusta. De hecho, yo misma
me proclamo fan del porno tradicional pues sacia muchas de mis fantasías, y
además el tema de la mujer objeto es también algo a debatir, ya que como he
citado anteriormente con el planteamiento de la degradación, cada mujer es
libre de decidir que quiere hacer con su cuerpo, y, al fin y al cabo ¿qué hay más
saludable que el sexo y la masturbación para conocer nuestra anatomía?
Lo que considero que es una obviedad irrefutable es que el porno, como la
mayoría de las formas de expresión, es territorio y monopolio masculino, y
la riqueza está en la diversidad, por lo que ofrecer contenido audiovisual de
contenido explícito con diferentes patrones y perspectivas es necesario para
que el espectador tenga la oportunidad de decidir qué quiere ver y romper
con esos clichés tan aburridos y repetitivos y del mismo modo acabar con esta
conformidad.

La pornografía es un medio de expresión que está creando una generación


que lucha contra la imposición de valores mediante la libertad sexual creando
un movimiento cultural que cuestiona las normas morales. A partir del
inconformismo surge la creatividad y la pornografía es un formato para llevarlo
a cabo como cualquier otro. Así el concepto de postporno es una relación de
arte y porno que apoya e invita a muchas mujeres a reivindicarse. Usemos
el sexo como herramienta de autonomía e independencia, en la literatura,
la pintura, la ilustración, el cómic, la performance y por qué no también en
el audiovisual expurgando así los elementos conservadores y opresivos del
feminismo tradicional.

<- Está inspirado en parte por el postporno y el movimiento queer, ante la rabia y necesidad de expresar
ideas. l
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We are (not) made out of meat1
Rosa MG
Tothom coneix els ingredients necessaris per a construir una dona.
Tothom les idealitza… o les objectualitza.

Realment totes som culpables de la submissió a què ens condemna la moda,


la publicitat, el món de l’estètica. Som nosaltres les ingènues, les mateixes
que estem permetent que se’ns emmarqui en una bellesa utòpica: superficial i
roïna, inalterable.

Em fa vergonya admetre que visc en un món sense arrels, superficial i restrictiu,


que mesura la bellesa inversament al pes i al cervell, que fixa la llibertat en el
diner i només fomenta la crisi de valors que estem vivint.

És hora de dir NO.

NO al fet que se’ns eduqui com a princeses de sucre, indefenses, a l’espera del
príncep blau i el petó de l’amor vertader.

Jo vull creure en bruixes sàvies i gegants afables i ben estranys.

NO al fet que se’ns esclafi al dret a decidir sobre un cos que és ben nostre.

Cada cos és un camp llaurat per un mateix, i no s’ha d’usar com a cap de batalla
d’aliens.

Somio amb un món just, al marge de l’arrogància i les fronteres del prejudici.

Hem de gravar un NO sobre l’oxímoron feblesa femenina i fer del silenci un crit
massiu contra la violència opressora.
Hem de ser un diamant en la seva foscor i fer nostra una vàlua que ens ha estat
desposseïda durant tantíssim temps.

Però el més important és no caure en la rendició, parlar des del cor i amb veu
ferma, com a dones que plegades faran del gènere una homogeneïtat, amb
esperances en un món que les escoltarà.

1 Titol referent a They’re made out of meat de Terry Bisson
l
59
Vida de dependienta
Mara Blackflower

Desde que hace unos meses empecé a trabajar en una galería dedicada
a un público con un nivel adquisitivo elevado, mis ojos violetas (ni gafas ni
lentillas violetas, la visión feminista que todo lo desmenuza, una vez surge, no
es fácil de ignorar) no han parado de detectar techos de cristal, desigualdades
y otros muchos machismos y micromachismos a tutiplén.

De fuera para dentro, el ser más común son las biomujeres de paso ralenti y
leggins de leopardo (las que no trabajan) y las de traje y prisas (las que sí que
lo hacen). Luego vendrían las amas de casa de mediana edad, que, entre tarea
y tarea del hogar, tratan de conseguir unos minutos para ellas. Suelen pasar
asimismo matrimonios en los que la biomujer se queda con las ganas de ver,
entrar, probar y comprar (disfrutar a su gusto) por las malas caras y reticencias
del marido-propietario; Las novias y señoritas de compañía, por supuesto,
gozan de un mejor trato (aquí todo se paga). Las madres acompañadas por las
hijas e incluso nietas son habituales ante fechas señaladas, cuando algo habrá
que comprar, ya que  sobre ellas recae todavía el peso de tener que agradar
con obsequios a gente de dentro y fuera de la familia nuclear.  Debido a la
Nespresso los señores (que no caballeros) day cream for men, gafas de aviador 
y sexy(?) canas también son comunes.  No lo son tanto los gays, que aparecen
solamente entre las 13 y las 15 de la tarde (aún no he conseguido desentrañar
el misterio), ni las lesbianas (¿alguien lo dudaba?) aunque  haberlas siempre
hailas, y a mi gayradar escapan pocas; sin embargo, en pareja, solo vi a unas
(que  casualmente entraron a mi tienda)(todavía sigo esperando que un día
Elena Anaya se deje caer por  aquí).  La fauna autóctona compradora de mi
galería es, en definitiva, de lo más soso para las seis horas diarias que me paso
aquí en pie (otra forma de tortura) todos los días.

En cuanto a las hormiguitas que hacemos que el tinglado visualemnte funcione,


el panorama es de lo más previsible y traslucido: tenemos a los seguratas (el
gordo feliz, el veterano y el gruñón.

El bueno, el  feo y el malo vamos.); a los encargados: el prisas, el que nunca


está y (oh, sorpresa, ¡una biomujer!) la auténtica  encargada de todo;
60
a las dependientas (esta categoría, como es la que me implica, volveré más 
adelante); y a las limpiadoras (todas biomujeres extranjeras, faltaría más).

Sobre el tema de las dependientas me podría explayar mucho pero ya me


estoy empezando a cansar y poner triste por esta mierda de realidad. Durante
el turno de mañana (el mío, que para algo esto está basado en mis hechos
reales), en mi zona (toma territorialidad), no hay dependientes. Ni uno. Por
la  tarde, aparte del de mi tienda (que, por cierto, es gay)(¿alguien me pasa un
artículo chachiguay sobre el techo de cristal que sufren los gays?), no sé si hay
alguno. Un poco más allá sí que están los Ken uniformados de, de nuevo, la
Nespresso (me da que sin ella todo el centro se habría venido abajo hace
tiempo).  Ganan por goleada lxs blancxs aunque hay sudamericanas en las
franquicias que se las dan de étnicas, que no éticas.  En cuanto al estrato de
edad, solamente las que regentan su propia tienda, pueden permitirse envejecer
y engordar (o te sustituyo); el resto, son jovencitas monas de menos de
treinta años (y probablemente de veinticinco). 

Del sueldo me gustaría hablar, si supiera algo. En este país, el hablar de lo que
cobra cada uno, es tabú. Está mal visto. No veo el motivo. Si nos quitáramos
la tontería y pudiéramos comparar seguro que nos encontraríamos con unas
cuantas sorpresas y obtendríamos del colectivo el conocimiento para realizar 
los cambios pertinentes. 

Lo más aterrador y, relajante por otro lado (el mío) de la situación es que la
jornada se lleva a cabo con una diligencia y calma absolutas. Cada personita
parece saber cómo y por donde tiene que moverse para realizar su  trabajo de
la forma más eficiente y con el menor gasto energético posible sin molestar el
de los demás. Sin rencores, dramas y guerras internas. ¿Será el espejismo de la
recién llegada, el que trabajo sola en la tienda bajo un protocolo que me impide
comunicarme con mis vecinas?

¿Será? Será.
l
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Las mujeres españolas no hacen caca:
Breve reflexión
pseudocientífica
Ana Flecha Marco

Las mujeres españolas no hacen caca. Como casi todo en esta vida, este
hecho incuestionable lo aprendí de la televisión, y después lo confirmé en la calle,
entiéndase calle como metáfora de la vida misma, y que como la televisión, es
imagen y reflejo de ficciones. Las mujeres españolas no hacen caca. Y mira que
consumen fibra.

Los hombres españoles, sin embargo, hacen caca, y lo hacen con alegría y desenfado.
Así, los hombres españoles hablan sin tapujos sobre lo que juguetonamente dan
a conocer como plantar pinos, sacar la leña al patio o incluso tener hijos. Vamos,
que sólo les falta escribir un libro para sentirse completamente realizados en un
único acto creativo. En este punto, me gustaría aclarar que no critico estos alardes
escatológicos, sino que los celebro, como celebro todo aquello que naturalice cosas
que ya de por sí son naturales.

Pero volvamos a las mujeres que nos ocupan. Por supuesto esas mismas mujeres
no hablan de hacer caca, hablan de ir al baño. Como si con ese eufemismo nos
imagináramos campos de rosas. Llevo x días sin ir al baño es una frase cotidiana
en muchos hogares.

A mí me preocupan las mujeres, y por ende me preocupa su salud. Partiendo del


hecho de que las mujeres somos personas1 y las personas tienen necesidades
fisiológicas básicas, me niego a creer que las mujeres seamos fisiológicamente
incapaces de “ir al baño” con regularidad. Me niego a pensar que el hecho de tener
1 Si alguien todavía lo dudara, y no dudo de que ese alguien todavía exista, no estaría leyendo esta
publicación, por lo que no voy a molestarme en demostrar lo evidente.

66
vagina, o el hecho más general de sentirse y ser mujer, nos cree la necesidad de
comer kiwis en ayunas.

Esto me ha llevado a preguntarme si este estreñimiento casi patológico que observo


entre una parte importante de la población femenina de mi país de origen tiene
algo que ver con el estreñimiento general de la sociedad hacia mujeres creativas
e influyentes. Hacia la mujer en la esfera pública, la mujer (vestida) en los medios
de comunicación, la mujer agente vs. la mujer objeto, la mujer motor de cambio.
La mujer que no (sólo) es madre, hermana o amiga. La mujer que no se contiene y
dice lo que piensa, y comparte lo que cree, y se permite expresar sus convicciones
con energía. La mujer que se equivoca, no por mujer, si no porque no se calla, ni
pide permiso, ni da explicaciones. La mujer que no se avergüenza de equivocarse,
porque lo que hace lo hace con alegría y con pasión, como siempre deberían hacerse
las cosas.
Las mujeres españolas respiran hondo y escuchan. Y cuando hablan parece que
riñen y sentencian, porque son madres y maestras a tiempo completo. Son, en
resumen, sólo en contraste con otros. Y sólo eso se les permite ser sin tener que
justificarse, porque si se salen de su papel ya no son madres, sino brujas, ya no son
maestras, sino putas, ya no son mujeres, son caricaturas.

Las mujeres españolas no hacen caca. Tienen los intestinos rellenos de las cosas que
nunca han dicho y que se pudren esperando su momento. Un momento privado,
seguro y perfumado, patrocinado por un triste tazón de cereales.
l
67
Construcción de la Noche
Anna Pantinat

II

Empieza en el armario, se inaugura


La noche, baúl de quién queréis ser
Princesa. Calzaos con dos estrellas,
Descolgad la blusa de un buen guión
Y charlad, charlad bajo al pantalón
Que os caminará cuando estéis deshecha.

¿O quizás bailar? Entonces las medias,


O el jersey de ser Joan Crawford, faldas
Del instante, circulares canciones,
Os podéis vestir de cualquier mujer.
Provad qué nombre y luego ofreceos
Como las novias, mirando hacia el negro
Patio de butacas. Eso es la noche.
Silencio con disfraz de expectativas.

68
¿Puedes sentirlo?
Texto: Hanna Åkerlund / Ilustración: Guy Elisha

Mi sueño es que tantas personas como sea posible sientan el feminismo.


Sé que es técnicamente imposible, quizás no algo por lo que queramos luchar.
Pero esto no quita para que quiera que las mujeres sientan el feminismo en
todas sus formas.
Hay una razón por la que tanta gente recuerda sus primeros sentimientos
feministas muy claramente. Recuerdo dónde estaba, la biblioteca y el sofá
verde, las primeras reacciones y la sorpresa cuando me di cuenta de que otras
personas no se sienten como me sentí. El sentimiento profundo viene de la
verdad detrás de las palabras. La próxima vez que alguien pregunte por qué
estás tan segura sobre el feminismo, no dudes de tus sentimientos feministas,
sólo regresa a esa primera vez. No tienes que examinar todos los argumentos,
analizar cada idea; cuando este sentimiento viene sabes que has encontrado la
seguridad. El feminismo es un sentimiento.

Por supuesto las ideas feministas se desarrollan, cambian y toman diferentes


formas. Pero el núcleo del feminismo, la casa que protege todas las ideas,
siempre estará en pie. Es como una construcción muy vieja pero estable, creada
por las generaciones anteriores para ayudar a las del futuro. En la misma
manera en que gente se sien te protegida, fortalecida y cómoda en su casa; nos
sentimos protegidas en el feminismo. Las mujeres constituyen sólo el 17 % de
todos los parlamentarios, 41 millones de niñas no tienen acceso a la enseñanza
primaria y las mujeres tienen el 1 % de la propiedad mundial. Los hechos no te
afectarán si no sientes el feminismo.
70
Y una vez que lo sentiste, tu proceso de pensamiento nunca volverá a ser el
mismo. Lo que empieza como un simple pensamiento intelectual, termina
siendo parte de ti. El feminismo es un sentimiento que toca la camara más
profunda del miedo, la ira y la tristeza. Pero sobre todo celebra la esperanza, la
liberación y la pasión. El feminismo de verdad es un sentimiento.
Mi sueño es que tantas personas como sea posible sientan el feminismo.
Quiero que la gente sienta el feminismo en todas de sus formas. Y que quienes
ya lo sientan recuerden la humildad y la fuerza que les dio en sus primeros
pasos. Porque después de años sintiéndolo, lo damos por hecho. Es parte de
ti, y quizás no recuerdes un tiempo sin él. Sé que todo el mundo quiere cosas
diferentes, algunos contextos simplemente no permiten que el feminismo
forme parte de ellos. El sentimiento les queda muy lejos. ¿Quizas no es para
ellos? Y deberíamos dejarlo así.
Sin embargo, no puedo sino pensar que el mundo sería un lugar mejor si más
personas realmente sintieran el feminismo. El miedo de una mujer caminando
por la calle sola por la noche. La ira de una mujer a la que dijeron que no
puede liderar el país. La tristeza de una niña de 12 años que tiene de casarse.
La esperanza de una niña que es la primera de su familia en graduarse. La
liberación de una mujer de vota. La pasión de cada uno de los pasos de una
mujer hacia la justicia. ¿Puedes sentirlo?

Es el feminismo.
l
71
Es bello ser hermana,
es bello ser negra
por Kelly Matias
Recuerdo como si fuera ayer el día que nació mi hermana. Mi madre
me estaba trenzando el pelo en una fría tarde de febrero, cuando tuvo que ir
deprisa al hospital. Cinco años después otra sorpresa: otra niña en mi vida. Y
ahí comenzaría mi viaje de fuerza y descubrimiento.

Hasta los 13 años, viví adormilada: la idea de ser negra no era parte de mi
identidad. Después de todo yo no era negra, era morena, como ya había oído
tantas veces. Mejor todavía, era una morena guapa, con rasgos de blanca,
morena jambo. Por supuesto el racismo me incomodaba, pero lo veía como
algo que les afectaba a otros, no a la gente como yo. Era cómodo vivir así,
sin identificarme con la lucha y los dolores que sufre nuestro pueblo. Como
cualquier chica negra, sufrí prejuicios por tener el pelo ensortijado, crespo y
estropeado. Siempre era la amiga de la chica popular, nunca el centro de las
pasiones de los amigos, pero eso le pasa a todo el mundo, ¿verdad? Simplemente
no soy lo suficientemente guapa, me decía. Pero, ¿qué significa ser guapa en
nuestra sociedad?

Superé todo eso al darme cuenta de que formo parte de una sociedad que juzga,
destruye y mata por el lucro y la creación de patrones imposibles de conseguir.
En algún punto de ese dolor, sentí que era necesaria la acción colectiva para
destruir los patrones racistas que nos dominan hoy, para que todos tengamos
la oportunidad de descubrir la belleza de ser único, y simplemente para ser
nosotros mismos. Descubrí la riqueza de la historia y de la fuerza de mi pueblo,
la perseverancia de las mujeres negras que como yo creían y creen en un mundo
mejor para los suyos a pesar de toda la opresión que sufren.

Ser la hermana mayor me despertó algo. Como una madre, saber que mis
hermanas seguirían una trayectoria parecida o tan dolorosa como mi madre,
me dio fuerzas para cambiar mi percepción de mí misma y de mi historia: el
descubrimiento de mi herencia. Mis ídolos eran los de la tele: ninguno de ellos
73
se parecía ni un poco a mí, y nada ha cambiado desde entonces. Me criaron
igual que a mi madre: sabiendo que mi pelo, y cualquier pelo crespo, no está
bien. Y así habría sido también para mis hermanas si yo no hubiera cambiado
mi actitud. Oír a tu familia decir que no eres lo suficientemente buena, oír
que nunca serás aceptada tal y como eres duele. Hace heridas que dejan huella
y que en muchos casos no se cierran nunca. Sólo el amor cura. Y así sucedió
conmigo.

Ser la hermana mayor me convirtió en contadora de historias. Una cuentista


especializada en historias de princesas negras y fuertes que son amadas tal y
como son, que son muy felices. Una cuentista que comprende la complejidad
de ver la sociedad tratarse de una forma pero definirse de otra. Intercambio
historias con mis hermanas porque creo que así nos hacemos más fuertes,
aprendemos que compartimos el mismo dolor y por eso debemos seguir
luchando. Entre esos intercambios de historias escuché: “Hoy en la escuela mi
amiga me dijo que tengo el pelo feo, pero yo le dije que mis hermanas también
lo tienen así y ella me dijo que somos todas feas. ¿Pero sabes qué le respondí?
¡Que somos princesas negras lindas!”

Al fin y al cabo, cada mujer negra es una hermana mayor. Sé que cuando salgo
a la calle con orgullo de mi afro, de mi color y de mi herencia, estoy siendo la
hermana de alguien. Alguien que verá en mí por primera vez esa aceptación no
como “falta de dinero para alisarse el pelo”, “pereza de peinarse”, sino amor.
Amor puro por lo que soy, por mis cicatrices, por mi lucha. Nuestras hijas están
siendo masacradas en todas las esferas sociales y es nuestra responsabilidad
enseñarles a no avergonzarse de sus historias, sino apreciar su historia y su
belleza. Sé que cada vez que cuento una historia sobre la belleza negra, la felicidad
de ser único y la importancia de ser aquello que somos, estoy cambiando un
trocito de alguien. Es bello ver a mis hermanas enorgullecerse de sí mismas,
empoderándose. Es bello educarlas para que sepan que hay mucho más en el
mundo que el papel de empleada o mulata: pueden tener todo lo que deseen
si trabajar para conseguirlo. Las blogueras negras fueron mis hermanas en ese
camino de descubrimientos, y me dieron fuerza en momentos de flaqueza y
dolor. Y así tenemos que seguir, de la mano. Porque es bello, porque es bello
ser negra.
l
74
KAMIKACE
Bluttie Kat

Me estallan las fibras de la violencia


cuando anochece tu verborrea,
[cuando me anestesias
con cada tiroteo pusilánime,
[cada compresión
sobre mis nervios ocluidos.

Me despedazas los testículos


[con que debí nacer
para ganarme tu respeto.

Te me entumeces
cuando agrieto tu carisma mediática,
cuando desplumo tu cortesía televisiva,
[tu carnicería lingüística;
tus discursos tan desiertos
[como prietos:
un cinturón de castidad
constituido por un corrillo de fanfarronería.

Te me refunfuñas
tachándome de histérica,
[de histriónica
y de abrasiva.

Pero no conseguirás que me inmole


lesionándome con la culpa
[y cientos perdones,
de esos que se devuelven para evitar el conflicto,
y a los que se acalla con miradas
[que fusilan
mi rebeldía en celo.

76
RESEÑAS
discos·fanzines·libros

79
N VAYA CUENTO de Susana Talayero (colección “El vidrio verde” de la Diputación Provincial de Cuenca).
Soy librero y mucha gente me pregunta por cuentos infantiles desde
una perspectiva feminista. Gente que quiere comprarlos y gente que
quiere hacerlos, parece que es un buen momento, hay varios pro-
yectos en marcha. Entre otros recomiendo el cuento “Nuncajamás”
(Adela Turín y Leticia Galli, ed. Lumen. Buscadlo en bibliotecas
porque creo que está agotado!), y el documental “Aquest conte no
s’ha acabat” (Irene Colell e Itsasne Gaubeca) donde también hablan
las magníficas creadoras de “La cenicienta que no quería comer
perdices” y “Cuentos para antes de Despertar” (Nunila López Sala-
mero y Myriam Cameros Sierra, ed. Planeta). Ahora os quiero dar
aviso de uno de mis favoritos, menos conocido porque tiene menos
distribución, y que conozco bien por mi amistad con la autora.
“Vaya cuento!” es un cuento infantil, libertario, plástico y
kuir. Susana Talayero (Bilbao, 1961) es sobre todo pintora, di-
bujanta y videocreadora, pero le surgió la propuesta de hacer un
cuento infantil tras la exposición “Desvíos y otras fabulaciones”
en Cuenca. Este cuento funciona de maravilla como tal, pero tam-
bién lo recomiendo como puerta de entrada en el trabajo de Susana,
que es un derroche de rebeldía, deseo, crítica, humor y gestua-
lidad feminista.
En el experimento de hacer por primera vez un cuento infantil sin
dejar de hacer lo que hace, se colaron sus referencias del momen-
to, como Teoría King Kong (Despentes), Freaks (Browning), Ariel
(Plath), algún disco de Screamin’ Jay Hawkins y fotomontajes de
sus dos hijas, entre otras cosas. Compartir sus propias referen-
cias con niñ*s (ella dice que mejor a partir de 9 años) es una de
las cosas por las que os recomiendo este libro, me parece fantás-
tico compartir una parte de lo que nos ayuda a “sobrevivir a lo
que respiramos” (esta frase está sacada de un texto de Susana).
En su texto “Quién defiende al niñ* queer?”, B. Preciado escribe
sobre a quién invocan l*s impostor*s de la defensa de la infan-
cia: “Un niño al que privan de la energía de la resistencia y de
la potencia de usar libre y colectivamente su cuerpo, sus órganos
y sus fluidos sexuales. Esa infancia que pretenden proteger está
llena de terror, de opresión y de muerte.”
Pero no nos asustemos, que en este cuento se mata al miedo, se
sale de los límites, se encuentran alianzas y se vive locamente
y en el amor que se comparte y festeja. El resultado son unas
imágenes entre dibujo y collage que son como tomarse un antídoto
contra el imaginario-cárcel heteropatriarcal y una historia que
hace pensar en cómo las niñ*s se las arreglan para salir de la
norma y establecer alianzas con las otras, con las monstruas, y

80
vencer esa alteridad impuesta (ecos de Beauvoir). Susana dice que
se planteó que los cuentos educan, “educar en el sentido de ir más
allá de los límites”. Para conseguir el libro escribe a stalayero@
telefonica.net
(Jesús Jeleton)

N Freeforall de Margaret Atwood.


Enfermedades de transmisión sexual como armas de destrucción
masiva, condones que cubren todo el cuerpo como única posibilidad
de no contagiarse de los virus del Apocalipsis, niños y niñas
segregados por sexo, comercio de personas para procrear con
garantías. Freeforall es un fin del mundo lleno de fluidos, la
última y brutal distopía que firma la escritora Margaret Atwood,
esta vez en formato historieta.
Aprovechando que la British Library va a montar una exposición de
cómics británicos, el Guardian ha propuesto a diferentes creadoras
colaborar para crear nuevos trabajos. Atwood se ha unido al
dibujante Christian Ward para firmar esta historia corta donde
se saborean otros libros de la canadiense, como Oryx y Crake o
El cuento de la criada, con la novedad en su obra del impacto
estético, las formas geométricas, los colores saturados y los
personajes físicamente retorcidos de Ward.
El presente/futuro/momento con el que nos golpea Freeforall es
horrible, lleno de sufrimiento, de cuerpos convulsos entrelazados,
de opresión, de esclavitud disfrazada, de vallas con concertinas
y, sobre todo, capaz de hacernos sentir que nada de eso nos es
especialmente ajeno.
(Víctor Martín-Pozuelo)

N Jamilti y otras historias de Israel / Metralla de Rutu Modan (Sins Entido, 2008/Sins Entido 2006).
La historietista Rutu Modan (Tel Aviv, 1966) vuelca en sus cómics
toda su experiencia vital. Por eso surgen obras como la recopilación
Jamilti y otras historias de Israel (Sins Entido, 2008) o Metralla
(Sins Entido, 2006). Ambientadas ambas en algún lugar de Israel,
no sólo nos transporta a una realidad social y política, sino
que nos introduce a unos personajes tan particulares y creíbles
a su vez, que cuesta deshacerse de ellos. En Jamiliti y otras
historias de Israel, Modan demuestra su capacidad ecléctica a la
hora de crear, pues ella es capaz de abordar diferentes géneros y
tratar la psicología de los personajes resaltando cada una de sus
características, diferentes entre sí e identificables; no repite,

81
no aburre y en cada una de las historietas son únicos. Por otro
lado, en Metralla los protagonistas son dos, un hombre y una mujer
en busca del padre de aquel tras un atentado en una estación;
aquí no importa la excusa para juntar dos personas muy distintas
entre sí, sino la evolución de la relación que surge entre ellas.
También los mensajes subliminales que lanza la autora a quien lee:
¿somos tan distintos? ¿Cómo nos afecta la vida que nos rodea? ¿Es
la soledad un estado que escogemos o se nos da?
(Verónica Lorenzo Sar)

a VÓMITO Y RABIA (Fanzine).


Vómito y Rabia es un fanzine escrito, ilustrado y editado por
chavas del D.F. de Rosa Chillante, un colectivo feminista.
Cada número toca un tema diferente y lo abordamos con canciones
relacionadas, entrevistas, mini-ficciones o pequeños ensayos del
tema en cuestión (sexualidad, trata, acoso callejero, etc.). El
objetivo del fanzine es acercar a las mujeres jóvenes al feminismo
desde las experiencias que compartimos todas al vivir en esta
ciudad. ¡El número 4 saldrá a finales de este mes!
(Iurhi Peña)

K Culture Vulture 7” de Good Throb / Tape Two de Priests


Good Throb y Priests son mis nuevos grupos favoritos. Las pongo
juntas porque las vi juntas y entre ellas hay una afinidad que
va más allá de lo musical. Good Throb es un cuarteto de Londres
con dos 7”s y un LP recién publicado. Hacen un punk primitivo con
toques post-punk cada vez más marcados. Este es su segundo 7” y me
gusta porque marca un punto intermedio entre los ritmos repetitivos
(que no les importa romper) y el lado furioso, especialmente en el
estilo de la cantante, que contrasta con su lado más rítmico. La
canción que da nombre al 7” es un temazo. Priests es un cuarteto
de Washington DC con un par de cintas y un 7”, todo ello publicado
por su sello Sister Polygon. Tienen un rollo oscuro entre el
(post-)punk, lo gótico y la no wave. La última cinta que han
sacado tiene siete canciones con temazos como “Leave Me Alone”,
donde la cantante se deja la voz mientas el resto mantienen la
tensión. Molan las melodías. Tanto Good Throb como Priests tienen
una energía que los hace especiales. Quiero que el Feminizine
monte un festival y traiga a los dos grupos. Yup!
http://goodthrob.bandcamp.com | http://priests.bandcamp.com
(Leire López Ziluaga)

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Créditos En FEMINIZINE 4 han colaborado por orden de aparición:

Pág. 04 Gelen Jeleton - lapizporbaqueta@gmail.com


Pág. 08 Chavalas Zine - http://chavalaszine.tumblr.com/
Pág. 13 Iurhi Peña - http://iurhipena.tumblr.com/
Pág. 14 Stina Pettersson - stinapttrssn@gmail.com
Pág. 16 Melody Rodríguez - melody-rb@hotmail.com
Pág. 18 A.T.I. - http://exposicionpermanenteati.blogspot.com.es/
Pág. 20 Sandra March - http://www.sandramarch.com
Pág. 22 Xiana Gómez Díaz - http://www.walkietalkiefilms.com
Pág. 29 Isa Ibaibarriaga - https://www.facebook.com/IsaIbaibarriaga
Pág. 30 Nikolo - http://mortalveneno.tumblr.com/
Pág. 31 Bárbara Sánchez - http://elfuegocaminaconmigo.tumblr.com/
Pág. 35 ene13 - http://www.ene13.net
Pág. 36 Julia Morandeira Arrizabalaga - julia.morandeira@gmail.com
María Arranz - maria.arrnz@gmail.com
Pág. 45 María Ramos http://mariaramosbravo.blogspot.com.es/
Pág. 46 Mar Estrama - http://marestrama.com/
Pág. 47 CarrieCandice - http://cinefagiadesociedades.wordpress.com
Pág. 49 Irma Marco - http://www.irmamarco.com
Pág. 50 Blanca Vivas Pickman - Blancavivaspickman@gmail.com
Pág. 55 Laura Höldein - http://www.flickr.com/photos/lauraholdein
Pág. 56 Bárbara Magdalena - http://www.estudioveronica.com
Pág. 57 Rosa Mañé García - rosamane@hotmail.com
Pág. 58 Mara Blackflower - http://marablackflower.com
Pág. 60 Anabel Perujo - http://www.pek-art.com
Pág. 64 Ana Flecha Marco - http://anaflecha.com
Pág. 66 Anna Pantinat - http://annapantinat.com
Pág. 67 Andrea Ganuza - http://www.andreaganuzacomics.tumblr.com
Pág. 68 Hanna Åkerlund - akerlundhannaa@gmail.com
Guy Elisha - guyelisha0@gmail.com
Pág. 70 Meteora - http://cargocollective.com/lameteora
Pág. 71 Kelly Matias - http://redescobertalusofona.wordpress.com
Pág. 73 Laíza Ferreira - http://www.flickr.com/la-ferreira
Pág. 74 Bluttie Kat
Pág. 75 Lolita D’eon - http://lolitadeon.tumblr.com/
Pág. 76 Ámina Pallarès - http://aminapallares.tumblr.com
Pág. 81 Noire - http://noiredevagina.wix.com/noire
Reseñas Jesús Jeleton - http://www.jeleton.com
Víctor Martín-Pozuelo - @victormpozuelo
Verónica Lorenzo Sar - http://pantuflasdecor.blogspot.com
Leire gurebesta - http://gurebesta.wordpress.com/
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Si quieres reproducir alguna de las obras o artículos aquí
contenidos ponte en contacto con su autora.

Portada diseñada por Ana Flecha Marco


http://anaflecha.com

Coordinado, maquetado, creado y editado por Andrea Díaz aka


Andrea Galaxina
para Bombas para Desayunar.

1ª edición de 132 ejemplares

Impresa en junio de 2014

Muchas gracias a todas las personas que han hecho posible que este
último FEMINIZINE exista.
Gracias a todxs aquellxs que han contribuído con sus ilustraciones,
collages, historietas, reseñas, artículos, etc.
Gracias a todxs aquellxs que han realizado la pre-compra, que ha
permitido una vez más que la edición en papel salga adelante.
Gracias a quienes han dado su apoyo difundiendo la información,
compariendo o referenciando FEMINIZINE por las redes.
Gracias a las personas que luchan. A las que hacen fanzines y
feminismo y a las que desean cambiar las cosas.

Este FEMINIZINE está dedicado a mi prima Silvia.

¡Viva el DIY! ¡Viva el feminismo!

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Fin
030

http://bombasparadesayunar.blogspot.com/
bombasparadesayunar@gmail.com

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