Se empezó con la historia de la agricultura de hace miles de años, donde su comienzo ocasionó que el hombre se volviera sedentario ya que no tenía que preocuparse demasiado cuando se le acababa la comida, porque sabía que iba a cosechar más. Así, nos trasladamos a años posteriores, donde la siembra evolucionó, esta vez haciendo agujeros en la tierra donde se colocaba la semilla y luego se tapaba, esto evitaba que otros animales se las llevaran. Años después, se recurrió a la fuerza animal para el arado y remoción de la tierra, también se utilizó y se utiliza una herramienta innovadora llamada “matraca”, que tiene forma de tijera, además realiza un hueco a la tierra e introduce la semilla. Para una buena agricultura de conservación, tenemos que tener en cuenta la radiación, temperatura, agua, minerales y maquinaria que se va a utilizar. Además, recalcar que la buena estructura del suelo no se puede formar con ninguna máquina o herramienta, al contrario, el simple hecho de sembrar sin remoción o labranza, ayuda a la nueva siembra a conseguir los nutrientes necesarios. Para la labranza tradicional se utiliza más de un procedimiento, para la labranza directa se utilizan mínimo tres y para la siembra directa, se utiliza solo la siembra y pulverización. Dicho esto, las dos primeras ayudan al desgaste y compactación del suelo, perdiendo este sus nutrientes y agentes biológicos. En la charla se habló principalmente de cada maquinaria utilizada para la agricultura de conservación. Estas fueron las sembradoras con tracción animal y las sembradoras con tracción motorizada, que se clasifican para semillas grandes y pequeñas, además de qué implementos adicionales utilizan, como por ejemplo en el Líbano también instalaban las mangueras para el riego por goteo. También las máquinas pulverizadoras, que la misma persona puede aplicarlo con la ayuda de una mochila pulverizadora, la tracción de un animal o la de un motorizado. Para finalizar, tenemos a los motocultores que lo podemos utilizar para trabajos similares de un tractor agrícola, a menor precio. Solo hacer recordar que para la agricultura de conservación se utiliza como máximo un animal para así no favorecer a la compactación del suelo, al contrario, se buscan tractores que su peso esté bien repartido para evitar lo ya mencionado.