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Toda casualidad. Es una cita con el destino.

Si llegaste aquí, es para recibir un mensaje que estabas


esperando. Estoy aquí para decirte que puedes conseguir todo lo que te propongas siguiendo un solo
camino. Sin un solo camino, sin trucos ni secretos. Es simplemente un solo camino. Siempre y cuando
andes por este camino, respetando las reglas de este camino, alcanzarás todo aquello que has deseado.
Un camino sin desviaciones para obtener la vida que siempre has imaginado. Pero antes de decirte cuál
es este camino, tendremos que conocer las reglas. Para esto, entraremos en una máquina del tiempo y
retrocederemos en la línea temporal de tiempo miles de años, y escucharemos juntos el siguiente
mensaje que nos ayudará a entender las reglas que tendrá tu camino al éxito. A continuación hemos
seleccionado una de las mejores enseñanzas referentes a cómo lograr el éxito en lo que te propongas de
la forma más sencilla, sin que fracases en el intento. Al paso del tiempo en que una persona toma
decisiones que cambian su vida, como emprender y aspirar a una vida mejor, se encontrará con muchas
dificultades, pues estará andando por un camino desconocido.

El primer paso en este camino será determinante en su vida. Sin embargo, se encontrará con muchas
distracciones. Distracciones que serán las trampas en este camino para llegar a sus metas o éxito.
Acompáñame en este viaje en la máquina del tiempo y sé parte de los que entiendan el mensaje y así
puedas llegar lo antes posible a conseguir los objetivos en tu vida. Retrocedimos más de dos milenios y
llegamos a los tiempos de Cristo. Donde enseña una lección milenaria a sus discípulos y al resto de
personas que le acompañaban. En seguida contaría la parábola del hijo pródigo. Que dice así. Había un
buen hombre que había amasado cierta fortuna. Este hombre tenía dos hijos. El hijo mayor, a grandes
rasgos, era una persona excepcional, responsable en sus tareas, respetuoso con su padre y con los
demás, siempre enfocados a sus labores. Se le conocía como un hombre de principios, quien se
concentraba siempre en un objetivo diario hasta que lo terminaba. Por otra parte, el hijo menor era de
una actitud más jovial. Siempre se le notaba contento, exaltado cuando estaba feliz y enojado cuando las
cosas no iban bien.

Realizaba sus tareas al igual que su hermano, pero sin que este concluyera la mayoría en su día de
trabajo. Un día el hijo menor le dice a su padre Padre, dame ya la parte de los bienes que me
corresponde. El padre accedió y le dio los bienes que estaban destinados como su herencia. Reunió
todos sus bienes y así partió con las monedas de oro por el pago de toda su herencia hacia otro pueblo
apartado. Ahí malgastó todo su dinero, desperdició todo de manera irresponsable, viviendo
perdidamente. No pasó mucho tiempo cuando este joven se vio sin una sola moneda de oro, y cuando
todo lo había malgastado por primera vez, sintió un hambre que le empezó a castigar sin piedad al no
tener siquiera algo que comer, porque malgastó todo su dinero. Entonces un buen hombre le ofreció
trabajo para limpiar y alimentar sus cerdos. Este joven tenía tanta hambre que deseaba llenar su
estómago con los desperdicios de comida con los que alimentaba a los cerdos. Y recapacitando, dijo La
servidumbre en la hacienda de mi padre tienen abundancia de pan, carne y vino.

Simplemente con la cosecha de frutos de los árboles que hay en la hacienda. No tendría que pasar esta
hambre terrible que siento. Iré donde mi padre y le diré Padre, he pecado. He sido un mal hijo y un mal
ejemplo lo que tú me has enseñado. Ahora ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Hazme como a uno de
tus jornaleros y acéptame de nuevo en tu hacienda. Entonces emprendió el camino de regreso a aquella
hacienda que siempre había sido su hogar. Su padre le vio a lo lejos en el camino y corrió para abrazarle
y recibirlo de buena manera. El joven le dijo Padre, he pecado. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Pero su padre ordenaría enseguida a sus siervos sacar la mejor ropa y matar el cordero gordo. Y
comamos, preparemos una fiesta, porque mi hijo perdido estaba, y ha sido hallado. Muerto era, y ha
revivido. Lejos estaba, y ha regresado. Entonces todos en la hacienda comenzaron a hacer fiesta, y su
hijo mayor, que estaba trabajando en el campo, escuchó el alboroto corriendo.

Uno de los siervos llegó para informarle que su hermano había vuelto y que estaban haciendo fiesta.
Cuando su hermano se enteró de lo que había hecho su hermano menor. Enojado dijo a su padre He
aquí tantos años hace que te sirvo. Siempre he obedecido y respetado tus enseñanzas, y nunca me has
hecho fiesta. Pero cuando este tu hijo, que ha desperdiciado tus bienes con mujeres y se ha bebido todo
en gozo, lo que a ti te costó años de trabajo, llega y le festejas. Su padre le contestaría lo siguiente Hijo
mío, acaso no te das cuenta de que todo lo que miran tus ojos alrededor de esta hacienda es tuyo? Tú
serás mi heredero, porque nunca me has desobedecido, has respetado mis enseñanzas. No hace falta
que recibas fiesta o vienes sabiendo que todo esto te pertenece. Pero era menester festejar, porque este
también es mi hijo, y muerto era ya revivido. Perdido estaba, y ha sido hallado. En esta parábola
aprendemos las reglas que debemos seguir en el camino hacia el éxito. Únicamente basta con no ser
presa de las distracciones y debilidades que vayamos encontrando en el camino.

A diferencia del hijo menor que se dejó llevar por los placeres de la vida y se perdió en el camino. Pero
por lo contrario, el hijo mayor siguió por el camino recto y sin distracciones. Nunca le ganó la avaricia de
querer un puñado de los bienes de su padre para festejar. Fue paciente y siguió trabajando, ganándose
por derecho el completo de los bienes. La diferencia entre las personas que consiguen ser exitosas y las
que no depende que las otras se pierdan en el camino como el hijo menor. Y cuando empiezan a ver
ganancias, empiezan a derrochar el dinero cayendo en vicios, distracciones y falsos amigos. Y antes de
amasar una fortuna, el dinero se les va de su vida porque carecen de muchas lecciones que, aunque las
hayan escuchado, nunca las aprendieron. El camino al éxito es simple. No pierdas de vista el objetivo, no
pierdas de vista tus metas. Mantente focalizado en lo que quieres lograr. No te concentres. Desviarte del
camino. Cuántas personas hemos visto que inician un negocio y terminan en algo totalmente diferente a
lo que pensaban?

Jóvenes que dejan sus estudios inconclusos porque deciden emprender y al final se pierden tanto en el
camino que terminan realizando cosas totalmente contrarias a sus objetivos. Personas que abandonan
un empleo pero en su intento de emprender encuentran infinidad de distracciones que lejos de llevarlos a
una mejor vida, sólo la empeoran. Trata de ser lo más parecido a este personaje y sigue estas simples
reglas de concentración en el camino, sin perder de vista el objetivo que te plantees y de esta forma no
fracases en el intento y consigas tus objetivos que te lleven al éxito. Bueno. Comunidad emprendedora
de Fargo, el investor. Gracias por llegar al final de este vídeo. Te recordamos que nos puedes contactar
en los enlaces que dejamos en la descripción del vídeo. Gracias por ser parte de esta comunidad de
emprendedores. Tus comentarios los tomamos mucho en cuenta para poder seguir creando este tipo de
contenido. Si quieres sugerir algún tema, coméntalo en este vídeo. Te deseamos la mejor de las suertes
en tu proceso de emprendimiento. Déjanos tu comentario acerca de este video. Si crees que este
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