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Seminario de Tlalnepantla

“Nuestra Señora de los Remedios”

¿Cómo es que el ejemplo de la pintura ilumina el ejemplo erótico y


matemático de la anamnesis (73c-76e)?
Comencemos hablando un poco del concepto de Anamnesis el cual comprenderemos como
la recolección de la experiencia que nos ayuda a aprender, obteniendo de esta manera un
conocimiento, pero no cualquier conocimiento, sino la μάθησις, es decir, un conocimiento
conceptual, abstracto, que nos permite reconocer lo característico de lo que nos rodea,
podríamos decir, “su esencia”.
Una vez comprendido esto comencemos con los ejemplos que se deben analizar, y
hagámoslo primeramente con el ejemplo erótico que viene a ser el de “El hombre y la lira”,
decimos que viene a ser el ejemplo erótico, ya que describe la relación entre dos amantes:
“Desde luego sabes que los amantes, cuando ven una lira o un manto o cualquier otro
objeto que acostumbra a utilizar su amado, tienen esa experiencia” (Fedón, 73d).
Comenzaré especulando un poco acerca de la razón por la cual se asocie la lira con lo
erótico:
1. El primer supuesto que me viene a la mente es que la lira al ser un instrumento que
produce armonía y sonidos agradables al oído produzca a la vez la armonía de las
almas, que hace a los amantes entrar en éxtasis.

2. También podemos pensar en la lira como referente erótico


debido a su forma, se dice que la lira evoca a lo femenino, y
efectivamente, si contemplamos la imagen de una lira pareciera
que el marco de la misma evoca a las trompas de Falopio en la
mujer, signo de la vida sexual genital del hombre (aunque hay
que tomar en cuenta que esta especulación sería menos
probable debido a que el texto nos habla de dos amantes
hombres)

3. Cerrando con una tercera especulación, podemos decir que la lira en la antigua
Grecia se asociaba a dos personajes: Apolo y Orfeo. Nos centraremos más en el
primer personaje, quien se le refiere como dios de la música y las artes, pero a la
vez, es el dios de la belleza, la perfección y la armonía, de modo que podríamos
decir que más que asociar al hombre con la lira, se le asocia con estos tres atributos
que la lira representa

Dejemos por ahora el tema de la lira., y regresemos a la pregunta que nos atañe, para este
efecto he decidido tomar el ejemplo de la lira haciendo la analogía con lo que pasaría hoy si
hablamos del perfume, pues entre los amantes, el olor del perfume es algo característico,
que evoca entre ellos una cierta pasión, y no solamente les hace recordar al amado, sino

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también, la experiencia del amor; de este modo nosotros entenderemos la lira, como aquel
símbolo que transporta a los amante a la contemplación del amado y de la propia
experiencia del amor.
Esto último enlaza muy bien con el ejemplo de la pintura, pues al decir que un símbolo nos
transporta a una experiencia, quiero decir que el hombre piensa la “imagen”, si podemos
llamarla de esta manera, pues según el texto se puede comprender, que lo que se reproduce
en la memoria es una especie de impresión que ha dejado la experiencia, y esto queda más
claro al hablar de la pintura: “¿Es posible al ver pintado un caballo o dibujada una lira
rememorar a una persona, o al ver dibujado a Simmias acordarse de Cebes?” (Fedón,
73e)
Como que en este punto pareciera que hago hablar a Platón como Aristóteles, pero en
efecto, me parece que la analogía de la pintura se hace con relación a la forma en que el
hombre conoce, o en este caso en que la memoria del hombre reconoce, pues a través de las
imágenes, el hombre se remonta a personas, experiencias o conceptos, de modo que, por
decirlo así, quedan en su memoria las imágenes de las esencias que le refieren que “algo”
es ese “algo” y no otro “algo”.
Por último, ¿cómo se relaciona todo esto con el ejemplo de la igualdad matemática?,
dejemos primero que el texto nos de el enunciado acerca de la igualdad y después
puntualicemos un poco en algunas consideraciones que he podido observar: “Siempre que
al ver un objeto a partir de su contemplación, intuyas otro, sea semejante o desemejante,
es necesario -dijo- que esto sea un proceso de reminiscencia” (Fedón, 74d)
Hay que puntualizar primero que las matemáticas, son una ciencia que también depende de
la experiencia, y por tanto de la reminiscencia, pues buscamos patrones, coincidencias,
repeticiones, que podemos encontrar en diversos lugares, es necesario solamente hacer un
ejercicio de la memoria, y llegar a la comparación para poder decir “esta estructura se
parece a aquella… o esta a esa…”
Al leer el planteamiento presentado en el Fedón me remitía a los conceptos de congruencia
y semejanza enseñados en geometría, y que vienen muy bien para poder aclarar un poco
que pasa con nuestra memoria cuando conocemos.
Hay que aclarar que en la geometría algo es semejante cuando tiene la misma forma en
diferente proporción (imagen de la izquierda), y es congruente, cuando tiene igual forma y
proporción (imagen de la derecha).

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Pues bien, así como pasa con los triángulos, pasa también en la memoria del hombre, pues
tenemos en nosotros ciertas imágenes que nos ayudan a diferenciar las esencias de las
cosas, y al reconocer algo, nuestra memoria vuelve a lo que ha recolectado y hace una
comparación de la imagen que ella posee con la imagen que le esta siendo proyectada en
ese preciso momento, haciendo un juicio donde se determina si hay concordancia entre las
dos imágenes, donde de igual manera se diferencia si solamente se asemeja una imagen a la
otra o si es igual, es decir, congruente.
De este modo, podríamos decir que la anamnesis se da por la evocación de una imagen que
esta percibiendo nuestra alma en el tiempo presente, la cual va a la memoria del hombre y
es comparada por en intelecto con la imagen que se ha tenido previamente del objeto que se
desea conocer, y después de un proceso de comparación se determina si son coincidentes
las dos imágenes hasta que se pueda afirmar o negar la igualdad de las “esencias”
involucradas en esta operación

Mi experiencia con la pintura.


En cuanto a esto, puedo aportar muy poco, pues en general mi experiencia con la pintura se
podría definir como nula, ya que solo digo, “está bonita… está fea… muy oscura…” y mis
comentarios no van más allá.
Sim embargo, lo que si puedo aportar es que cuando veo un cuadro o una pintura me gusta
fijarme en:
 Las geometrías de la pintura, en general me gustan mucho estas imágenes de lo que
he encontrado como “arte contemporáneo” que son figuras como vectorizadas, y me
gusta mucho el juego de las figuras, sobre todo el uso de fractales.
 Los colores, si bien no se interpretarlos, me fijo en si son más o menos luminosos y
un poco en las emociones que provocan en mí, aunque muchas veces no coinciden
por completo con lo que dice la teoría del color.
 El juego de luces, me gusta mucho cuando se hace degradado de luces en una
pintura, pues me gusta ese efecto del paso de la luz a la oscuridad, siento que puedo
comprender mejor el sentido de la pintura, como en el hijo prodigo de Rembrandt,
donde se aprecia como la luz se transmite del padre al hijo.

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 Los detalles, me gusta ver la historia detrás de los detalles de ciertas obras, pues,
aunque muchas veces soy incapaz de verlos de primera mano, cuando leo algún
articulo sobre estos detalles ocultos es donde ahora pongo mayor atención, por
ejemplo el nervio del brazo de la escultura de Miguel Angel, El David.

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