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LOS ROM DE COLOMBIA:

TRAS LAS HUELLAS DE UN PUEBLO NÓMADE

PROCESO ORGANIZATIVO DEL PUEBLO ROM (GITANO) DE COLOMBIA

os Gitanos o Rom son una cul­ ral y como manifestación de su existencia en

L tura milenaria cuya principal


característica la constituye el
tener, aún en sociedades urbanas y se­
el tiempo.

El nomadismo de los Rom y su dispersión pe­


dentarias, una vida signada por la renne en medio de sociedades sedentarias y
itinerancia. El presente articulo pre­ sedentarizantes sigue siendo una constante,
tende develar el origen del pueblo Rom aunque existe la necesidad ineludible de se­
las transformaciones que sufre el ñalar que el nomadismo primario experimen­
nomadismo que ha caracterizado su tado por los Rom hasta hace un tiempo relati­
particular modo de vida, con especial vamente reciente viene siendo objeto de im­
énfasis en la situación de los Rom en portantes mutaciones, sin que eso haya impli­
Colombia. cado o implique una perdida absoluta de esa
particular forma de vida, sino un cambio de
contexto en las form as de cómo ese
nomadismo y esa transhumancia se va adap­
tando a las nuevas configuraciones y comple­
jidades de las sociedades y Estados moder­
nos, topus, donde en su mayoría, tanto en Eu­
ropa como en América, le corresponde vivir a
los Rom hoy.

El nomadismo para los Rom hace parte de su


propia naturaleza. Para llegar a una instancia
comprensiva del significado de lo que son los
Rom y su particular form a de vida e
interpretativa de ver el mundo,
inesquivablemente se debe indagar acerca de
la itinerancia y el papel especifico que ella ha
jugado y juega, aún, en la configuración del
sentir, actuar y pensar del pueblo Rom. La
historia de esta fascinante cultura —a la cual
la sociedad mayoritaria o gadye ridiculiza y

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excluye a través de un variado imaginario de ORIGENES DE LOS ROM Y DE
estereotipos— aquí y allá, tiene que estudiar­ SU CULTURA NÓMADE
se asociada a las complejidades que encierra
la itinerancia, elemento a partir del cual los Sobre el origen de los Rom y del nomadismo
Rom han construido, y aún construyen, sus que los ha caracterizado durante siglos, la exi­
propios referentes de vida, en las más disímiles gua literatura historiográfica no ofrece mayo­
dimensiones de su existencia — cosmogónica, res fuentes documentales escritas y las exis­
social, cultural, económica, espacial...— y en tentes casi no superan el manto de dudas que
los más insospechados espacios geográficos. existe sobre la génesis de esta milenaria cul­
tura y los factores que han conducido en dife­
La historia de los Rom dentro del concierto rentes períodos históricos y espacios societales
de las culturas nómades ocupa un destacado inimaginables, a empujar a quienes la integran,
lugar. Su presencia en una parte considerable hacia la práctica de la itinerancia. No obstan­
de Europa, Asia. Oceanía y América amerita te la falta de pruebas documentales existe un
una mirada profunda sobre su pasado, presente consenso mínimo entre un conjunto importan­
y futuro. Esta aproximación se constituye en te de historiadores que ubican el origen del
un intento por dar a conocer cómo esta cultu­ pueblo Rom — o Rromanó Thém— en el no­
ra milenaria, sorteando importantes transfor­ roeste del subcontinente indostánico, en. las
maciones trata de generar nuevos y refinados regiones que comprende el Punjab y el Sinth.
dispositivos con los cuales enfrentar los de­ También existe la versión bíblica del origen
safíos y retos que le imponen las sociedades de este pueblo que lo ubican como una de las
urbanas modernas. Desafíos entre los que cabe doce tribus de Israel y de igual modo, la creen­
mencionar, el acelerado deterioro de las vie­ cia que ellos proceden de Egipto, de donde al
jas y nuevas formas de nomadismo practica­ parecer tomaron el nombre de egiptiano o
das por los Rom no sólo en el plano de la Gitano como se les conoce.
itinerancia espacial — movilización interna y
perdida del patrón de vida en tiendas y cam­ Si eso piensan los gadye — o particulares
pamentos— sino en lo que hace referencia a como le dicen en castellano a los no Rom—
los oficios y algunas prácticas culturales. acerca del origen de los Rom, ellos en sus
imaginarios propios y recogiendo la prolífica
Esta parte de la exposición la centraremos so­ tradición oral creen que se deben a o Del, dei­
bre el origen de los Rom y su nomadismo, las dad superior de los Rom. Así, la traición oral
transformaciones y prácticas actuales por las de los Rom colombianos da cuenta de la si­
cuales atraviesa y la situación de ese guiente manera de la creación:
nomadismo entre los Rom colombianos.
(...) en el momento de la creación, o Del
quiso hacer a los hombres y mujeres a
su imagen y semejanza, así que cogió
un montón de harina y agua, hizo una

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pasta y modeló pequeñas personas. Las de los Rom. (Yannakis Bolochoc, Girón,
colocó en el homo celestial para que se 1998).
endurecieran pero por desgracia se dis­
trajo con otra cosa y se olvidó de ellas. En lo que hace referencia al origen de la
Cuando regresó a sacarlas se habían itinerancia entre este grupo y su ubicación en
quemado: éstos fueron los primeros se­ el tiempo parecen existir tres momentos
res humanos negros. Acto seguido o Del cruciales que explican tal fenómeno, todos
cogió más harina y más agua, dio for­ ellos, caracterizados por intentos de someti­
ma a la mezcla y volvió a meter las fi- miento y dominación contra los Rom. El pri­
mer momento hace alusión a la invasión del
Islam a la India en el siglo IX, lo que originó
una migración en el sentido oeste de algunas
tribus ubicadas en la parte noroccidental de la
península Indostánica, entre las cuales, se cree,
iban algunas que integraban los Rom. El se­
gundo momento se refiere al proceso de ex­
pulsión del que fueron víctimas las tribus Luri
y Dom — al parecer de donde proceden los
Rom— por parte de las invasiones bárbaras
hacia el año 1000 de nuestra era, al resistirse
las mismas a integrarse al sistema de castas
imperante en la India. El tercer instante lo
constituye el arribo de los ejércitos mongoles
en el siglo XIII, los cuales se apoderan del
territorio y obligan a los Rom a emigrar, con
lo que se cree se inaugura el c ic lo de
itinerancia permanente entre los Rom.

Lo anterior nos señala que la violencia y per­


secución sistemática de que ha sido objeto el
pueblo Rom a través del tiempo y por dife­
rentes grupos sociales ha contribuido a forta­
lecer en este grupo tribal, por un lado, sus prác­
ticas itinerantes de vida y por otro, sus
m ilenarias costum bres libertarias e
irreductibles manifestaciones autonó- micas
en los más inverosímiles aspectos de su vida
cotidiana. Podemos de este modo señalar que
la naturaleza libertaria del Rom, es decir, su

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indóm ito sentim iento a ser objeto de cu alquier cuando se p o d ía recoger las cacerolas
tipo de d om inación lo conduce de m an era irre- y los niños, sino p o r la noche cuando
m ed iab le a asu m ir la itin eran cia o m ig ració n n o se v e ía nada. E n c u a lq u ie r caso,
g eo g ráfica com o u n a fu g a obligada. ¿ q u ié n p o d ría llevar la cuenta sobre una
tribu com o esa? Y el caballo seguía re­
El n o m ad ism o co m o u n a co n stan te y u n ethos corriendo a duras p e n a s su cam ino. E l
del pueblo gitano, co lig ad o este con el in ten ­ R o m viajó p o r toda la tierra y a h í d o n ­
to de som etim iento de q u e h a sido víctim a en de iba dejaba un niño tras de si: un niño,
el pasado, es la fuente ex p licativ a p ara en ten ­ otro, otro y otro m ás y a s í es com o los
d er com o llegaron al continente europeo y aún R o m se dispersaron p o r todo el m undo.
al am ericano, d esafian d o todos los p ro n ó sti­ ( Yannakis B olochoc, G irón, 1998).
cos. L a búsqueda, o m ás b ien la ren u n cia a
ser u n p u eb lo escla v iz a d o , y la in fa tig a b le CULTURA, SOCIEDAD Y
o b sesió n p o r tener siem p re u n m ejo r p resen ­ NOMADISMO ENTRE LOS ROM
te, los h a guiado a través del tiem p o a gestar
vastas em presas itinerantes com o la de em ­ L a interm in ab le d iásp o ra que h a co n d u cid o a
p ren d er la ro m ería d esde el o ccid en te de la los R o m p o r las m ás variables sociedades y
In d ia h asta llegar a E u ro p a a m ed iad o s del si­ culturas n o se h a constituido en óbice p ara que
glo XIV, o com o la de em b arcarse p ara A m é ­ ellos, p o r u n lado, h ay an con serv ad o los p rin ­
ric a en el tercer viaje colom bino. cipales elem en to s integradores de su cultura,
y p o r otro, recread o fuertes elem en to s de su
A l referirse los R om acerca de su n atu raleza id en tid ad sin d eterio rar o ero sio n ar los im ag i­
n ó m ad e consideran: n arios fun d am en tales del grupo. U n aspecto
im p o rtan te que han con serv ad o los R o m es la
H ace m ucho, m ucho tiem po un R o m via ­ lengua, a la cual in d istin tam en te suelen lla­
ja b a con su fa m ilia . Su caballo era f l a ­ m ar rom aní, ro m an és o ro m an ó y cu y o o ri­
co y de p a ta s endebles, y en la m edida gen no p u ed e ex p licarse en térm inos g ram ati­
q u e la fa m ilia iba creciendo, le resulta­ cales y sintácticos sino a través del Sánscrito.
ba m ás difícil tira r de la p e sa d a carre­
ta. E ste p ro n to se llenó tanto de niños L os R o m en sus d esplazam ientos p e rm a n e n ­
que el p obre caballo apenas p o d ía a va n ­ tes p o r el m u n d o h an id o a d q u irie n d o u n a
z a r a trom picones p o r el cam ino se m ­ in ig u a la b le c a p a c id a d a d a p ta tiv a al m ed io .
brado de baches. A m ed id a que la ca ­ E sto se hace ev id en te en el d esarrollo del as­
rreta daba tum bos, oscila n d o p rim ero pecto lingüístico, el cual refleja u n a evolución
a la izquierda, bala n ceá n d o se después im p o rtan te p o r la in co rp o ració n cad a vez m ás
a la derecha, las cacerolas y sartenes acelerad a de n uevas palabras al ro m an és, p ro ­
se iban cayendo, y de vez en cuando un veniente ellas, de las len g u as oficiales de los
n iño descalzo daba con la cabeza en el E stad o s y culturas do n d e los R o m h an vivido
suelo. L o p e o r no era d u ra n te el día, o están viviendo.

5^ GOLIARDOS
riqueza y una probada flexibilidad, propia para
Los «cambios» que se han suscitado en la len­ un pueblo que no conoce otra forma de vida
gua de los Rom no sólo aparecen asociados a sino la itinerancia.
la in evitab le necesid ad que tienen de
mteractuar con quienes integran la sociedad La lengua romani posee una gran va­
-Ttayoritaria, independiente del lugar y el tiem­ riedad dialectal, que se ha apropiado
po donde hayan vivido o vivan, sino que di­ de las particularidades fonéticas y
chos cambios también están mediados por las léxicas de los idiomas con los que ha
transformaciones que se han estado presenta­ entrado en contacto. Así pues, en Ru­
do tanto en el ámbito de los oficios como en mania, se nota en la lengua Gitana la
los nuevos estilos de vida a los cuales se en­ presencia de elementos léxicos que en
frenta hoy este pueblo tribal. En un primer el espacio eslavo tienen correspondien­
momento nos referiremos a los cambios en la tes léxicos diferenciados. Se trata de
lengua asociados con la itinerancia, y después, casos de interferencia, que demuestran
y de manera simétrica, lo haremos con rela­ que el rumano, después del griego, es
ción a los cambios en la esfera de los oficios y la lengua que más influencia ha tenido
.os modos de vida, tratando así de identificar sobre el romani. (Besleaga Cristian:
fariñas de nomadismo en el aspecto del idio­ 1997:31)
ma asociado este, a cambios en las manifesta­
ciones de vida entre la sociedad Rom. El castellano, sin embargo, no es la excepción
dentro de esta transhumancia lingüística, pues
para el caso colombiano, los Rom «reprodu­
cen fielmente las estructuras y los conceptos
propios del castellano —o gadyekanés como
denominan al idioma de la sociedad mayori-
taria— sin parafrasear la lengua materna (.:. )
emplean una u otra lengua según la función
que se le atribuye socialmente a la misma».
(Villa Mejía: 1986: 20).

De lo anterior, se desprende, con toda clari­


dad que los Rom tienen una gran capacidad
para adaptar nuevas lenguas a su cultura sin
que eso implique transformaciones radicales
en el cuerpo idiomàtico propio. Es en la
itinerancia donde los Rom han enriquecido su
lengua milenaria y han creado nuevos arre­
glos lingüísticos sin desmedro o pérdida del
patrón de comunicación universal entre ellos,

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co m o lo es el rom anés. E l n o m ad ism o ejerci­ p e rfe cta m en te reguladas, y cada grupo
d o p o r los R o m n o es sólo u n a realid ad tan g i­ gitano ajusta su habla a las norm as g ra ­
b le — viajes p erm an en tes, vivir en tiendas y m aticales que le son p ro p ia s E xisten im ­
cam p am en to s— él p resen ta m últiples ex p re­ p o rta n te s variaciones entre los grupos
siones y el aspecto lingüístico es u n a m an i­ g itanos (...) lo que no im pide la co n sta ­
festació n de esa realid ad innegable. P ese a esa tación de la evidencia de que todos h a ­
tra n s h u m a n c ia id io m à tic a , re p re s e n ta d a la blan y escriben un idiom a que tiene el
m is m a e n la e x is te n c ia d e u n a v a r ie d a d m ism o origen, la m ism a historia y en lo
dialectal dentro del rom anés y del conocim ien­ esencial la m ism a estructura g ra m a ti­
to y m an ejo de varias len g u as p o r los distin- cal. (R am írez H eredia: 1993: 29)

tos subg ru p o s R om , ellos p resen tan u n a u n i­


d ad lin g ü ística q ue los co n ecta p o r u n cordón E l cam b io en los oficios trad icio n ales de los
um b ilical a una m ism a histo ria gram atical. R o m — la forja de los m etales, la co m p ra y
v en ta de anim ales y de aperos, d ecir la b u e n a ­
L a lengua G itana un iversa l que con li­ ventura— p roducto de im p o rtan tes tran sfo r­
g era s variantes, hace p o sib le que todos m a c io n e s so c io e c o n ó m ic a s o p e ra d a s en el
los G itanos del m undo se entiendan y seno de las distintas so ciedades don d e han
p u e d a n fá c ilm e n te com unicarse entre sí. h a b ita d o — o h a b ita n — h a im p licad o , p ara
E l rom anó tiene su p ropia gram ática (...) esta colectividad étnica, un cam bio en lenguaje
L a m o rfo lo g ía (...) y la ortografía están de los oficios. L a d esap arició n de la forja del

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cobre y otros metales, trajo consigo y apare­ lote y la muerte de la carpa anticipaba el naci­
jada la aparición del trabajo en el área de la miento de las viviendas. Concomitante con
mecánica pesada. Palabras de viejo cuño aso­ ello, el carromato abría paso a modestos au­
ciadas a la forja han dado pasos al lenguaje tomóviles que ahora daban — dan— soporte
propio del nuevo oficio. Ayer el universo cons­ a los nuevos oficios. Así, la libertad de movi­
treñido de palabras que encerraba el viejo ta­ miento que garantizaba la carpa y el carroma­
ller artesanal, y hoy, un universo de palabras to obligó no sólo a replantear la formas de
en expansión del nuevo eje laboral, parece ser, itinerancia sino los lenguajes que se deriva­
a relación mediática que caracteriza a uno y ban de cada una de estas actividades. La des­
otro oficio. Más allá, o menos acá, de los aparición de palabras que hacían parte del
oficios en sí, sin embargo, esta es la capaci­ campamento y de la instalación de la carpa,
dad adaptativa de los Rom, no sólo para gra­ lo mismo que las relacionadas con los utensi­
vitar en nuevas opciones frente al trabajo sino lios que la adornaban dieron paso al lenguaje
oara adaptarse a los nuevos lenguajes que los de los lotes, las viviendas y todo lo que ellas
nuevos oficios crean. Para los Rom esos cana­ encierran. De igual modo aconteció con la des­
rios no han dejado de ser traumáticos y aparición del lenguaje propio de los
nostálgicamente dolorosos. Esto deja traslu- carromatos que fue reemplazado por el uni­
cir nuevam ente la inagotable capacidad verso lingüístico de los carros modernos. Esto
nomádica de los Rom para ejercer la es una muestra fehaciente de cómo en este sin­
nnerancia en las más inimaginables situacio­ gular eje — idiom a— se evid en cia el
nes. nomadismo entre los Rom.

Desde el punto de vista de la organización so­


cial la itinerancia desarrollada por el pueblo
Rom no ha posibilitado que se constituya en
el seno de dicho grupo una organización
etnopolítica y social con características cen­
tralistas. De hecho, los Rom han construido
una formas relaciónales muy pecualiares don­
de no tiene cabida una concepción de Estado,
pues un tipo de arreglo organizativo y políti­
co como este supone unas prácticas sedenta­
rias de vida y la existencia de un territorio
como presupuesto sociológico donde él pue­
da cumplir sus funciones «reguladora y orde­
nadora» de la sociedad. Aspectos estos no
considerados por los Rom, ni en Colombia ni
en América ni al otro lado del mar, por cuanto
la territorialidad para este grupo nunca está

GOLIARDOS
en cuestión. En medio de la urbanización creciente que se
produce en las ciudades m odernas, las
No sobra recordar que los Rom practican su kumpania han evolucionado teniendo en cuen­
itinerancia en los territorios ocupados por los ta esta circunstancia. En otrora, la vida de esta
gadye o particulares, o los que estos dejan va­ unidad básica giraba alrededor de las tiendas
cíos y que en no pocos casos deja de ser de campaña y tenía, para el caso colombiano,
riesgoso para ellos. Así, es claro que los Rom la característica de ser nómade. Hoy, la
practican el nomadismo en complejización de la vida
un territorio ya ocupado. municipal ha restado espa­
Entre los nómades y su cio a lo público, lo que ha
entorno existe una relación permitido un abandono de
de fuerza, evidentemente la vida Rom de aquellas
materiales, pero aún más particulares form as de
de legitimidad. Así pues, habitabilidad, con la con­
existen territorios Rom secuencia inmediata de
dentro del territorio de los condenar la existencia de
no Rom. Sus dimensiones las kumpania al espacio
son variables y adoptan di­ del barrio y como unidad
versas formas; constitui­ vital de residencia, la casa.
dos por itinerarios y polos, Este planteamiento señala
se superponen o se que el nomadismo practi­
entrecruzan. Pueden tener cado por los Rom en el ám­
exclusividades negativas o bito de su organización
positivas. social y familiar ha ido to­
mando nuevas formas sin
Las formas socialmente que lo fundamental de su
adm itida por los Rom estructura sim b ólica y
com o instancia práctica se diluya. De este
autoreguladora de la vida modo se puede señalar que
individual y colectiva, las cuando están en m ovi­
constituyen las kumpania — compañía— las miento, su composición puede transformarse
cuales son unidades de cocirculación y en cada etapa, pues la kumpania cambia en
corresidencia. Las kumpania son las formas función de las circunstancias sin dejar de ser
orgánicas de cómo se organizan los Rom in­ fiel a su propia naturaleza.
dependientemente del espacio en el que vi­
van. Ellas están constituidas por varías fami­ Los Rom han demostrado hasta la saciedad
lias, las cuales se localizan de manera disper­ que son una «opción civilizatoria» y sin em­
sas alrededor de los barrios. bargo no han necesitado de un Estado para
ser considerados como tal. Con su Nación a

5$ GOLIARDOS
cuestas esta colectividad étnica sigue reafir­ lo que reafirma el hecho que los Rom son una
mando su vocación de ser Nación prescindien­ «opción civilizatoria» diferente que no ha ne­
do de todo tipo de estructuras centralistas y cesitado un Estado para desarrollarse ni afir­
sobre todo, distante de cualquier considera­ mar su condición de Nación.
ción que le haga odas al poder. En este orden
de consideración la kumpania significa el lu­
gar por excelencia donde los Rom autoregulan LA IDENTIDAD DEL PUEBLO
sus conflictos y procuran definir formas pro­ ROM
pias de control social, sin que medie más au­
toridad entre ellos, a la hora de administrar Dado su nomadismo estructural es lógico su­
justicia, que la que deviene de los mayores y poner que los Rom no son un pueblo homo­
que en los términos del derecho propio deno­ géneo. Su etnicidad esta caracterizada por una
minan Kriss. gran heterogeneidad de grupos, lo que no ha
permitido que etnógrafos e historiadores se
pongan de acuerdo sobre una verdadera clasi­
ficación acerca de su composición étnica. Este
óbice debe permitir tomar distancia crítica
frente a cualquier clasificación que se preten­
da aventurar. No obstante el etnólogo francés
Jean Paul Clebert (1985: 68:70) hacia el año
de 1965 elaboró una clasificación donde esta­
blece la existencia de tres grupos que reivin­
dican su pertenencia al pueblo Rom, cada uno
de ellos con una importantes subdivisione: Los
Cíngaros Kalderash, los Manuches y los Gi­
tanos.

Muy a pesar de esa compleja clasificación, que


evidencia, por demás, una inocultable plura­
lidad étnica, los Rom tienen identificados unos
dispositivos o «sensores» con los cuales iden­
tificar a quienes se reivindican como parte in­
tegrante de su pueblo. Esos mecanismos es­
tán determ inados por com partir una
autoconciencia étnica y cultural, una solida­
ridad ecuménica, la cual se manifiesta en todo
momento y lugar y dependiendo de las cir­
cunstancias — alegría/desgracia - matrimonio/
muerte— formas apropiadas de resolver los

GOLIARDOS
conflictos a través de la no violencia, el com­ invisibilidad. Para quienes pretenden desco­
partir la vida en kumpania, profesar respeto nocer la realidad de la exclusión, el fenóme­
por las autoridades tradicionales y sus formas no del aislamiento no deja de interpretarse
inveteradas de administrar justicia, el actuar como algo «autoimpuesto». Una de las razo­
en correspondencia con un espíritu comuni­ nes que mueven a los Rom ha asumir este tipo
tario y la independencia frente a los oficios de postura lo constituye el imaginario negati­
desempeñados. vo y los estereotipos con los cuales los gadye
los identifican. Ladrones, picaros, vagabun­
Desde el punto de vista cultural existen cla­ dos y mitómanos, son, entre otros, los epíte­
ros elementos culturales entre los Rom que tos que la sociedad mayoritaria le endilga a
posibilitan identidades entre los diferentes los Rom.
grupos existentes, no obstante, las avezadas
diferencia étnicas establecidas anteriormente. Frente al porqué de la e x clu sió n y la
En correspondencia con ello veamos donde marginalidad de los Rom veamos lo que nos
reside esa identidad o comunidad de pertenen­ dice un exponente de esa cultura:
cia étnica. Así se pueden identificar los si­
guientes aspectos: a) La idea de un origen Se nos achaca mucho a los Gitanos «vo­
común y una historia compartida, (b) la larga luntaria» marginalidad. No niego, cosa
tradición nómade y su formación en nuevas que por otra parte justifico enteramen­
formas de itinerancia, (c) tener una lengua pro­ te, que los Gitanos hemos vivido hasta
pia, (d) la valoración del grupo de edad y el ahora influidos, por un abierto temor y
sexo como principios ordenadores del estatus, menosprecio hacia todos los gadye, pero
(e) cohesión interna y diferenciación frente al ¿acaso no es cierto también que para
no Rom, (f) organización social basada en gru­ la mayoría de la sociedad gadye el sólo
po de parentescos, (g) articulación del siste­ nombre de Gitano es algo así como el
ma social con base en la existencia de linajes mismo demonio? ¿No estamos hartos de
patrilineales dispersos, independientes y au­ oírfrases de auténtico y descarado des­
tónomos. precio hacia nuestras costumbres, tra­
diciones y formas de vida particular?
Contrasta con lo anterior los cód igos Luego si la sociedad nos ha considera­
inmanentes con los cuales los Rom identifi­ do así, lógico es que nuestras comuni­
can a los gadye. Para los Rom, el contacto dades vivan juntas, aun externamente,
con los gadye ha estado mediado por la ex­ en núcleos determinados de la ciudad,
clusión mutua, justificada esa actitud por par­ buscando en la mutua compañía la de­
te de los Rom, por la aberrante exclusión y fensa y el calor que en otros lugares
marginalidad de que han sido objeto por quie­ echaríamos a faltar. (Ramírez-Heredia:
nes integran la sociedad mayoritaria. Como 1971:60).
respuesta a este comportamiento los Rom se
han refugiado en el aislam iento y la

GOLIARDOS
acá. (Luis Gómez, Girón, 1998).

Sobre la migración de Centroamérica a Co­


LOS ROM EN COLOMBIA: lombia se precisa que «emigraron por Pana­
NEOCONSTRUCCIONES DEL má, de Panamá cruzaron por el río Atrato y
NOMADISMO se entablaron en Antioquia (...) en la Sabana
de Bogotá, en las Costas, en diferentes par­
Siguiendo la lógica sobre la comprensión de tes» (Luis Gómez, Girón, 1998. Las principa­
la diversidad étnica y cultural de los Rom, hay les kumpania Rom en el país se encuentran
la necesidad de señalar que en Colombia exis­ en Cúcuta (barrio Atalaya), Girón (en el ba­
ten unos subgrupos importantes entre los cua­ rrio El Poblado), en Bogotá, D.C (en los ba­
les cabe destacar a los Bolochoc, a los Boyhás, rrios Galán, San Rafael, La Igualdad, Prima­
a los Churon, a los Mijhais, a los Jhánes, a los vera, Nueva Marsella, La Francia, Patio Bo­
Bimbay... entre otros linajes. nito...), en Cali (frente al barrio El Jardín), en
Sogamoso (barrio Santa Inés), en Itagüí (ba­
Cada uno de estos grupos hizo su arribo por rrio Santa María).
diversas rutas y variados fueron los motivos
que obligaron a sus integrantes a asentarse en Una primeras pesquisas históricas nos seña­
el territorio colombiano. Las fuentes obliga­ lan que por lo menos la entrada de los Rom al
das para tratar de conocer la temporalidad de país se produjo en cuatro oleadas. La primera
la estancia Rom aquí nos las proporciona la ocurrió durante la época de la dominación his­
tradición oral. Los Rom colombianos consi­ pánica en América cuando los Rom burlando
deran que su presencia en el país se remonta a los controles coloniales llegaron al continentey
a época de las llamadas guerras de indepen­ fue así como en Colombia hicieron parte acti­
dencia, cuando los controles coloniales se va de los arrochelados. La segunda, que se
'.exibilizaron posibilitando la entrada de gru­ ubica entre 1810 y la última década de ese
pos de nómades. Al respecto se hace el si­ siglo, muy seguram ente proveniente de
guiente comentario: Centroamérica y de los países fronterizos con
Colombia. Esta migración estuvo quizá me­
diada por el sentimiento nómade de los Rom
y la búsqueda de mejores opciones de vida.
La tercera en los años previos al estallido de
la Primera Guerra Mundial, en lo que respec­
ta a los que emigraron de Europa hacía Amé­
rica, y los que provenían de otros países ame­
ricanos, venían guiados y buscando, tal vez, a
los grupos asentados ya aquí. La cuarta se ori­
gina por la sistemática persecución de que fue­
ron víctimas los Rom en la Alemania Nazi.

GOLIARDOS
Esta debe interpretarse como una prolonga­ cana. Todos estos cambios incidirían en la
ción de la tercera oleada. La ruta primordial transformación del nomadismo original. En
para el ingreso al territorio en esta ocasión, lo sucesivo analizaremos como han incidido
fueron lo s puertos de Barranquilla y estos cambios sobre ese nomadismo primige­
Cartagena. nio de los Rom y que postura ha tomado el
mismo hoy.
Pese a la diferencia étnica de los diversos
subgrupos de Rom que llegaron a Colombia El conflicto entre los movimientos sociales y
y los diferentes motivos que tuvieron para los gobiernos locales por el aprovechamiento
asentarse en diferentes regiones del país, los del espacio público — fenómeno propio de la
Rom no diferían en los modos de vida practi­ vida urbana— se fue traduciendo para los Rom
cados, es decir; de compartir la vida en las en una contratendencia en sus aspiraciones por
tiendas, de trabajar el cobre, de vender y com­ seguir manteniendo la forma de vida en los
prar animales, de aprovechar el espacio pú­ campamentos. Las administraciones locales
blico para organizar la carpa y de movilizarse que en no pocas ocasiones se mostraron
de un lado para otro cuando las circunstan­ «aquiescente» con esta particular forma de
cias así lo exigieran. De igual modo, compar­ vida, fueron, con el paso del tiempo, endure­
tían, muy a pesar de los países de origen de ciendo su posición frente a la misma, hasta el
donde provenían, los mismos gustos musica­ punto de no tolerarla. En muchos municipios
les y lo atinente a las formas de vestir. del país las excusas que tuvieron los Alcaldes
iban desde la queja e inconformidad que pre­
Estas formas de organización de la vida so­ sentaban los moradores del barrio por la pre­
cial de los Rom estuvo caracterizada así hasta sencia de los Rom, al acusar problema de ín­
la década de los años setenta, cuando impor­ dole sanitario, hasta las denuncias hechas por
tantes transformaciones que se operaron en el los curas al tildarlos de brujos y ladrones. Esta
seno de la sociedad colombiana cambiaron la actitudes estereotipadas fueron cerrando el paso
dirección y sentido de aquellas prácticas tra­ a esta particular manera de vivir, hasta el punto
dicionales de vida. Entre esos cambios pode­ de presionarlos a cambiarla.
mos señalar los siguientes: aceleración del
proceso de urbanización en todo el país, crea­ Unido al aspecto anterior, la espiral de la vio­
ción y ampliación de la infraestructura vial lencia urbana, propia de las ciudades con pro­
nacional, fortalecimiento y desarrollo del mo­ fundas diferencias socioeconómicas, fue con­
vimiento obrero, grandes migraciones del duciendo a los Rom al convencimiento de que
campo a las ciudades con su correspondiente era inevitable el cambio de esta manifestación
lucha por el espacio urbano, desarrollo de los de vida. Quizá esta razón se constituyó en el
medios de transporte, surgimiento de la vio­ principal elemento para que los Rom se vie­
lencia en las ciudades y el desarrollo de ran compulsionados a cambiar su modo de
importantes movimientos folklóricos, entre vida en los aspectos relacionados con la vi­
otros, el auge del vallenato y la música mexi­ vienda.

GOLIARDOS
al barrio y de las toldas a las viviendas fue
En síntesis, creemos, que los Rom presiona­ uno de los desafíos más grandes a los cuales
dos por la creciente violencia urbana, los se enfrentaron los Rom. Hubo, entonces, de
señalamientos estereotipados de diversos sec­ encontrar en las casas todo lo que las carpas
tores de la sociedad gadye, la presión sobre el no podían seguir dando, reza una sentencia
suelo urbano y las políticas del Estado en ma­ de un Rom, lo cual, evidencia, por demás la
teria de planeación del espacio público, se adaptación y el cambio a nuevas formas de
constituyeron en los elementos de juicio que nomadismo. Así, en el vector de este comen­
tuvieron los Rom para dejar de manera inevi­ tario se señala que en aquellos Rom sedenta­
table y por demás, nostálgica, la vida en las rios se observa todavía huellas evidente de su
tiendas y los campamentos. Sin embargo, en nomadismo.
la medida que se hacía inminente la desapari­
ción de la vida en los toldos, los Rom, en sus Los que se han instalado en viviendas
recurrentes fuerzas adaptativas e inventivas lo hacen en tal número que sus casa con­
recreaban la posibilidad de transformar su tinúan pareciéndose la mayoría de las
nomadismo primitivo. veces el interior de un toldo. Los mis­
mos enseres utilizados por ellos y su dis­
posición en las viviendas dan la impre­
sión de que acaban de llegar o están lis­
tos para marcharse; no importa que ya
lleven varios años viviendo allí, del
manejo del espacio interior, se deduce
la perm anencia de un sentido de
nomadismo. (Gamboa, 1998:31).

El nomadismo entre los Rom siempre está pre­


sente, aún viviendo un grado importante de
sedentarización. En el barrio El Poblado, en
Girón (Santander), en las puertas de las casas
de la mayoría de Rom dice «se vende». Al
preguntarles del porqué ese fenómeno seña­
lan tajantemente «tenemos ganas de irnos».
Esto ya aconteció en el barrio Santa María en
Itagüi (Antioquia), el cual después de haber
sido fundado por familias Rom hoy no existe
ninguna de ella. Lo mismo aconteció con la
kumpania ubicada en el barrio La Pradera de
Dosquebradas (Risaralda) que después de va­
rios años de estar localizada allí los grupos

GOLIARDOS
fam iliares que la com ponían se dispersaron do q u e e x p e r im e n ta r , b a s a d o s en un
por todo el país Esto nos lleva a plantear el neonom adism o laboral, su inserción en el co­
hecho, que efectivam ente, entre los R om hay nocim iento y manejo especializado de la m e­
un neonom adism o matizado, el cual, de algún cánica pesada. El amplio conocim iento de los
m odo, es ilustrados por el siguiente trabajo m etales probado de manera milenaria les esta
etnográfico: posibilitando a los Rom , hoy, a final de siglo
y m ilenio, recrear su itinerancia y matizar su
L os G itanos llevan un ritm o cíclico en nom adism o en el plano del trabajo.
sus m ovilizaciones, sin renunciar así, a
la p rá ctica a n cestra l del nom adism o. E l H oy com o ayer el Rom en materia de trabajo
hecho de no p o d erlo s caracterizar cóm o sigue siendo un trabajador independiente y au­
n ó m ades clásicos, nos lleva a u tiliza r a tónom o. La casi desaparición del oficio de la
cam bio, con cierta relatividad, el té r­ forja del hierro y el cobre, no im plicó, en nin­
m ino de m o vilid a d geográfica, y a que gún m om ento, la posibilidad de vincularse
(...) sig u en d e sp la zá n d o se p e r ió d ic a ­ com o asalariado en algún ramo de la produc­
m e n te a d ife re n te s c iu d a d e s de p a ís. ción. A ntes, por el contrario, larvó la posibili­
( S o to M o n ta ñ a y J a r a m illo B e r r io : dad de seguir en el manejo de los oficios, pero
1987:25). en el área de la producción de piezas estraté­
gicas para maquinaria pesada. Reparación de
Los oficios donde tradicionalmente se desem ­ Caterpillar, producción de piezas para barcos
peñaban los R om de Colom bia hasta hace un y buques y aún para bulldozer. Con esto se
tiem po eran — y lo siguen siendo para un nú­ d e m u e str a una v e z m ás la c a p a c id a d
mero muy reducido de grupos fam iliares— la transformadora y de invención que tienen los
forja de los metales y la compra y venta de gitanos para recrear su nom adism o en las más
anim ales y de aperos. Estos oficios, producto increíbles formas y contenidos.
de las transformaciones socioeconóm icas que
ha vivido el país en los últimos cincuenta años, Con relación a la venta de anim ales y de ape­
le han ido restando posibilidades de trabajo a ros hay que anotar que este trabajo les fue fun­
los Rom. La forja de los metales — hierro, alu­ cional hasta cuando el país em pezó a urbani­
m in io , c o b r e , b r o n c e — d e sa r r o lla d a zarse y el cam po estratégicamente perdió im ­
artesanalmente por ellos no se com padece con portan cia. La a m p lia ció n de las frontera
las tecnologías de punta que se han introduci­ carreteable en el país fue dando paso a impor­
do al país para construir y desarrollar grandes tantes m edios de transportes de tipo «m asi­
ingenios azucareros y para la producción en vo», con lo cual la venta de animales dejó de
serie de la panela. Anteriormente los R om eran ser un negocio atractivo. El m ism o conflicto
actores de primer orden en la realización de por el control de territorios entre ejércitos irre­
manera artesanal de los hornos o pailas don­ gulares en amplias zonas rurales del país ha
de se producía dicho producto. H oy este o fi­ constreñido de manera im presionante a los
cio se ha venido a m enos y los R om han teni­ R om su capacidad de trabajo en este oficio y

GOLIARDOS
esas áreas geográficas. Un comentario que ria de reivindicación por parte del pueblo Rom
denota que el éxito de esta actividad en el pa­ de Colombia. De este modo, el Gobierno Na­
sado se basaba en el nivel precario de desa­ cional a través de conceptos emitidos por el
rrollo del país y de un clima no generalizado Ministerio del Interior — Dirección General
de violencia, no los señala un miembro de la de Asuntos Indígenas, Oficio No. 0864 del 20
kumpania de Girón. De este modo señala: de febrero de 1998 y Dirección General de
Comunidades Negras y otras Colectividades

Los Gitanos compraban muchos caba­ Etnicas, Oficio 2025 del 17 de diciembre de
llos. En España también negociaban con 1998— reconoce la larga tradición nómades
ellos. Ello vendían los caballos en las de los Rom y sus adaptaciones a las nuevas
ferias y como aquí en Colombia no ha­ formas de itinerancia. Al tenor se anota:
bían carreteras ni había tanta violen­
cia el negocio era bueno. La gente le La necesidad de hacer un reconocimien­
tocaba andar era a caballo y en muía. to formal de los derechos de los Gita­
Ellos compraban y negociaban con eso. nos se hace más urgente si se tiene pre­
Carmen Gómez, Girón, 1998). sente que este ha sido un pueblo sobre
el cual han recaído todo tipo de este­
reotipos (...). Ese imaginario requiere
ser revertido con acciones oportunas
que vayan en la perspectiva de dignifi­
car la historia y la cultura de este pue­
blo milenario. (Oficio DGAI No, 0864
del 20 de febrero de 1998).

De igual modo se pronunció el Consejo Na­


cional de Planeación, en el documento titula­
do La Casa de la Diversidad. Una Sociedad
Plural Interpela al Plan Cambio para Cons­
truir la Paz (Bogotá, D.C., febrero de 1999)
en el sentido de la urgente necesidad que existe
de propiciar una defensa de este grupo étnico
milenario y su excepcional forma de vida. Fue
así como recogiendo esta recomendación, el
Departamento Nacional de Planeación inclu­
yó a los Rom de Colombia y algunas de sus
demandas en el apartado de grupos étnicos del

GOLIARDOS
Plan Nacional de Desarrollo.
LUIS GÓMEZ. Entrevista. Realizada por Juan Carlos
Gamboa Martínez y Hugo Alejandro Patemina Espinosa.
Mientras esto ocurre, los hijos de o Del, se­ Girón. 4 de Octubre de 1997. Cinta Magnetofónica.
guirán, seguramente como lo han hecho hasta
CARMEN GÓMEZ. Entrevista. Realizada por Oskar Benja­
hoy, andando y empujando de manera ince­ mín Gutiérrez Calvo. Girón. 7 de Agosto de 1998. Cinta de
sante la rueda del tiempo, reinventando nue­ Vídeo Ocho.
vas rutas y adaptando su interm inable
MINISTERIO DEL INTERIOR. Oficio de la Dirección Ge­
nomadismo a los nuevos tiempos y circuns­ neral de Asuntos Indígenas No. 0864 del 20 de Febrero de
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MINISTERIO DEL INTERIOR. Oficio de la Dirección Ge­


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GOLIARDOS

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