Los demás no leen el pensamientos: Manifiesta tus deseos si quieres
darles un lugar en tu vida. Ten presente las consecuencias de No decir “No” : ¿Estás dispuesto a pagar el peaje que supone acceder a lo que te piden? Da explicaciones y propón alternativas: Sólo si lo deseas y si la persona es importante para ti. Ten presente que Decir NO es un derecho y tus razones son suficientes para ejercerlo, aunque no sean compartidas ni entendidas por la otra parte. No sobrevalores las consecuencias de tu negativa: Las implicaciones del No para el que lo recibe no suelen ser tan graves, ni supondrán un daño para nuestra relación si lo transmitimos bien. Gestionar el NO: En una interacción siempre hay dos partes: El emisor y el receptor. La claridad y la empatía es tarea del que expresa el NO. Saber aceptar el derecho a decir No es tarea del que lo recibe, que tendrá que gestionar su frustración. Equilibra tus obligaciones con tus “motivaciones”: Tu eres el primero que debes velar por tu bienestar. Facilítate la vida equilibrando tus prioridades y tus obligaciones. A veces, el decir que no también tiene que ver con nosotros mismos y con saber ponernos límites.