Está en la página 1de 16

geografía azul

gabriel ocaranza rojas


ÍNDICE

• acaso, me preguntó, ¿nunca has tenido cibersexo?


• uno
• dos
• tres
• cuatro
• cinco
• una jovencita
• electric boys
• poema para mi padre, el último lector de salvador
reyes figueroa
• seis
***
acaso, me preguntó, ¿nunca has tenido cibersexo?

a orillas de un denso e imaginario océano


espero la botella larga e infinita
con dibujos y paisajes tuyos dentro:
nunca el mutismo había sido tan sonoro
y geográfico
sediento me trago esa botella,
el envase es retornable, de un litro
allí la humedad habita
otra de las formas del ciclo del agua
y mis labios hacen crack al contacto
con el pico de la botella
y algo se pegotea a mí, se ancla
como un anzuelo
que prefiero llamar piercing en la lengua
pero igual termino a la deriva
de la corriente eléctrica-electrónica
de electrolitos inyectados
pero para qué hablar de farmacias y botillerías
en ambos lugares se comercian venenos y remedios
y aquí eres jarabe para la tos
y calmas mis afiebrados pulmones
que se desprenden, se transforman en branquias
con las que me lanzo al medio acuático
dejo de jadear y acostumbro el idioma de las ballenas
variados ultrasonidos nos convocan
a esta fosa submarina repleta de algas y delicioso krill
que nos pide ser devorado para la continuidad de la
vida:
comer y ser comidos besar y ser besados largamente por
[el sol,
¿has pensado que el semen de las ballenas
endulza la salobridad del mar?
a veces a esta orilla llegan varazones de jibias y
sardinas
aunque también aparecen conchas de choros y
ostiones y
machas vacías y ágatas de preciosos colores pero
¿has pensado cuántas veces veraneantes bolivianos
han muerto ahogados en la mar?
soy una cholita con soroche eterno esperando, sólo
[esperando
ver entremedio de los bañistas una uñita, un piecito,
[una orejita
tuya
como carnada por la cual salir a buscarte
pues recibo tus megabits contento,
me rozan y salpican con el canto de las sirenas
y pienso en cómo decirte mi amor, mira,
me han crecido escamas
y solo quiero hacer gárgaras para calentar mi
garganta
y expulsar mis más cálidos fonemas
porque yo también tengo una mitología a cuestas
que me devora diariamente

***

uno

arribaron destellos solares cuales pajaritos emigrando


multitudinariamente del árbol siendo cortado, van
camino a esa otra plazoleta poseedora de un añoso
pimiento al centro donde las hormiguitas rondan esa
geografía parecida al ojo donde descansa este aviario o
ruta de las estrellas: se abre y se cierra parpadeando el
poema y mira por la rendija de la letra como voyerismo
del lenguaje hacia la realidad, estoy desnudo me digo,
carezco de tantos relieves, mi profundidad es llana y
mi altura leve, al transitar por la calle verán a aquel a
quien se le han escapado las aves de los codos y vuelan
ya en otros mares, son aves acuáticas de paso, hábiles
en el oficio de recorrer otros puertos y atravesar otras
puertas

***
dos

desde ese momento algo chorrea en mí, mi humedad


ha sido expuesta: llorar, sudar, vomitar, sangrar y
orinar en definitiva la savia del árbol mirada a la luz
del sol posee el brillo de lo cristalizado y eres cuarzo
y eres cactus como en el jardín de alguna ciudad del
desierto donde la ornamentación de lo seco no es
menos bella y aquello nos produce desazón por toda
el agua perdida en hacer crecer pastos donde lo verde
y la vida es otra cosa... a mí también me han secado los
ríos y cortado los árboles, también confundí neblina
con humo y vi niños morir porque también morí un
poco cada día anterior al arribo de ella quien preguntó
si me gustaba bailar pero en realidad sonó como
¿sabes dónde está la miel? y quise decirle está dentro
de mí, ven, disecciona esta momia chinchorro, este
borrador del mapa de la herida, este pirateo cotidiano
que esbozo para darme contorno y no caerme al vacío
sino flotar en él ya recubierto de miel pues si lo que
es arriba es abajo Ícaro aún sigue volando pero a mí
me gusta zambullirme, tirarme un piquero desde las
rocas a esas aguas saladas y hacer espuma

***
tres

has quemado mis azúcares y desde entonces soy


almíbar e incluso ámbar, mi dulzura consiste en
ese calor que aportaste pues se me alargaron los
parques donde resido y existo, ahora hay un camino
internacional y un río que traza mi pensamiento y lo
pavimenta de orillas donde encontrarnos, allí descansa
mi afecto: volver a encontrarse es siempre saber que
seremos otros quienes abordan el bus de ida así como
el de vuelta pues tantos nombres hemos sido en estos
puntos en el abismo que son las ciudades que nos
acogen para volver a llamarnos por nuestro nombre,
el mío es DULZURA-01001 pero puedes llamarme
como gustes y llego al final del parque

***
cuatro

esto es un eriazo que antes era un río y antes otro


eriazo y otro río, te dije mientras veías cómo caminar
por sobre las piedras depositadas allí como pasos en
lo desconocido, no tengo más que una sequía, pensé
y tú mirabas las buganvilias que bajaban por el muro
blanco recubierto con una evidente capa de polvo:
nunca había visto malvones blancos, dijiste y para
siempre solo veré malvones blancos, es decir, esa capa
de polvo que hace costra en la memoria y fermenta

***
cinco

algún día harás origami con estos poemas que he


tratado luzcan como piedras, primero pulidas y luego
afiladas como distintos utensilios para los comienzos
de la vida doméstica, es decir, sedentaria a pesar del
gran viaje interior y de las empresas de buses que
alteraron la metáfora del viaje, pienso en ello y en
como en medio del desierto una vez y para siempre
el primer sedentario y el último nómade se saludaron
a la pasada y no volvieron a verse sino en sueños:
el del sedentario corriendo a buscar eso que nunca
tuvo sin siquiera llegar a encontrarlo y el del nómade
cercado por alambres de púas y a todo esto puedes
darle forma con tus manos: un avioncito de papel, una
grulla o envoltorio de pescado porque escribir sobre
las piedras es saberse más pequeño que ellas y aún
así lanzarlas contra los vidrios esperando romper este
frágil acuario de papel

***
una jovencita

una jovencita revela su epicentro más íntimo


desde la zona más erógena de su torso en el mismo
momento
en que decide volver a casa cargada de ataúdes:
estamos cosidos a la misma tragedia,
a un viaje novelado sobre el verbo y su ausencia:
expertos en un nuevo arte de las distancias,
nos quebramos de pena ante una llamada telefónica
que nos pilla ocasionalmente desnudos,
ocasionalmente huérfanos.

***
electric boys

mi papá fue descuartizado político; yo soy uno de los


electric boys: un piño huérfano y salvaje que anda
dando vueltas afuera de este conjunto habitacional,
rompiendo vidrios y tirando cadenas a los cables
de la luz, cachay, a veces fumamos marihuana pero
solo para escapar del hiperespacio, cachay, hace
bien para ver colores o los colores de una realidad
distorsionada, digamos, por llamadas telefónicas o
conexiones a internet gratuitas, cachay: no nos gusta
la zombificación ni el gran cadáver exquisito de las
redes sociales o algo así, ¿qué cuántos somos? soy yo
no más

***
poema para mi padre, el último lector de salvador
reyes figueroa1

te he visto trazar el mapa del tesoro en laboriosos


crucigramas
con palabras como
vendaval, es decir: los escombros de la casa que se
ven a la distancia
mascarón, es decir: maniquí hecho con nuestras
carnes marinadas
nudo, es decir: contorsiones de garganta y guata
cuando se aleja el padre en la ruta pesquera de jibia
hacia el continente de los hombres solos.

***

1 premio nacional de literatura año 1967, copiapino


seis

desperté sintiendo frío, extrañándote en ese huequito


que habita mi nada, no sé cómo de un momento a
otro empecé a hilar una narrativa en que los hilos del
texto me tejían un chal con que abrigar mis palabras
pues de repente la comunicación es eso que queda
entre las manos luego de saludar y despedirse sin
jamás poder volver a dejar de tocarse: algo quedó en
mí luego de anidar en este gallinero, mis huevos más
duros se enternecieron aún más en su cáscara, pienso
en lo frágil que esto puede ser pero aún se puede
permanecer tierno en la dureza contra el mundo que
quiso habitarme entre ríos sin lograrlo plenamente
pues aún recuerdo mi nombre que trataron de
arrebatarme tiempo atrás y mi nombre es miriam
alejandra bianchi pero puedes llamarme gilda.

***
(mayo de 2019, copiapó)

Imagen de portada: The River (2004)


por Ellsworth Kelly.

También podría gustarte