Está en la página 1de 1

¡Querido Hijo¡

¡Querida Hija¡

Algo importante que me gustaría que supieras, es que te quiero y te he querido siempre. Antes que
nacieras, cuando eras más pequeño, cuando todavía no hablabas, ni sabías andar, Yo te amaba y me acercaba
a ti con lazos de ternura y amor, que son el amor de tu papa, mama, abuelos, primos…. Como un padre siente
ternura por sus hijos, así Yo siento ternura por ti. YO NUNCA ME OLVIDO DE TI, SIEMPRE TE VOY A QUERER.

Cuando te entristeces y cuando te alegras, YO ESTOY CONTIGO.

Yo no me olvido de tus cumpleaños, ni de tus sueños, no me olvido de lo que más deseas en tu


corazón… en el fondo sé que lo que quieres es ser feliz.

Te quiero como eres, cuando ríes y cuando te enfadas. Mi amor por ti no cambia, aunque me duele
cuando hay alguna pelea con tus amigos, primos, o cuando no les haces caso a tus padres. Pero Yo no me
enfado contigo, porque tú vales mucho para mí. Eres la alegría de mi corazón.

Voy a estar a tu lado siempre para escucharte y ayudarte. Cuenta conmigo siempre. ¡Yo también
cuento contigo! Por eso Yo también te quiero abriros mi corazón, que también me pongo triste porque hay
muchos niños que todavía no me conocen, que no saben que Yo los quiero.

Me gustaría acabar esta carta diciendo estas palabras:

Estoy contento y orgulloso de ti, eres el tesoro más grande que tengo
y siempre estaré a tu lado y siempre te estaré esperando y amando.

Con mucho cariño,


tu papá Dios.

También podría gustarte