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La llegada de la radio a Bucaramanga significo la entrada a una etapa de innovaciones

y tuvo un gran valor social, ya que fue una herramienta educativa que permitió la
difusión de programas en su mayoría culturales. No obstante, la iglesia católica siempre
se mantuvo vigilante a los programas y estuvo presente en eventos como la
inauguración de nuevas instalaciones, para así garantizar la religiosidad de los
bumangueses. La primera radioemisora se remonta a 1935, cuando Radio
Bucaramanga tuvo su emisión inaugural, sus estudios se encontraban en el Pabellón
de Carnes de la Casa de Mercado San Mateo, que sufrió un terrible incendio 1979,
dejando a su paso $500 millones en perdidas materiales y 1.300 damnificados. Un año
después, en 1936, fue inaugurada Broadcasting Santander, la segunda estación de la
ciudad. Años mas tarde en 1948 por iniciativa del comerciante Manuel Serrano Gómez
se fundó la Radio del Comercio, tercera radioemisora de Bucaramanga, que estuvo
ubicada en el teatro Garnica. Radio Bucaramanga y Broadcasting Santander fueron
creadas con un solo año de diferencia y desde sus inicios mantuvieron una
competencia respetuosa, si bien sus dos programaciones eran similares, procuraban
que estas no coincidieran en la misma hora para no competirse las audiencias.
Con la llegada de nuevas tecnologías, se ha descubierto un nuevo continente, que
jamás hubiera podido imaginar Cristóbal Colon al llegar a América, ahora es posible
navegar en una red con la que es posible descubrir diferentes culturas, cada una con
sus tradiciones, arte y música. Sin embargo, poco a poco, con el crecimiento incesante
de las ciudades, se ha perdido poco a poco el sentido de pertenencia a estas. Cada
vez los jóvenes se sienten menos ligados a sus ritmos autóctonos, no diferencian el
pasillo del torbellino, y probablemente han escuchado las famosas canciones de la
película Encanto(2021), pero no el vals Encanto, de Oriol Rangel. La postmodernidad
con sus centros comerciales destruyó muchos de los teatros icónicos de la
Bucaramanga del siglo XX, dejando en pie únicamente el Peralta y el Santander.
Asimismo, desaparecieron las fuentes de soda donde las familias bumanguesas
disfrutaban comer helados y pasar el rato. En 2018, la fuente de soda Magará cerro sus
puertas tras 50 años de servicio, para pasar a ser actualmente un OXXO.

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