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Logros de La Reforma Agraria
Logros de La Reforma Agraria
Aunque es muy difícil poder evaluar el aumento de nivel de vida del campesinado bajo la
Reforma, dado lo diferente de la situación de cada empresa adjudicada, así como los niveles de
producción y de productividad existentes en las mismas, lo cierto es que se puede decir, sin
mayor temor a equivocarse, que ha habido un alza en los niveles de vida del campesinado
peruano como resultado de la aplicación de la Reforma Agraria, principalmente de aquellos
involucrados en las CAPs y SAIS. Así, en las cooperativas azucareras 13, con una fuerza laboral
total de 32.480 trabajadores, de los cuales 24.184 son permanentes y 8.296 son eventuales, el
incremento de ingresos ha sido sustancial. El personal obrero (un 77% de los trabajadores y
propietarios) en 1968 obtenía un 47% de los ingresos con utilidades netas; para 1972 el sector
obrero (un 70% de los trabajadores de las cooperativas agrarias de producción) obtenía el 73%
de los ingresos con utilidades en las mismas empresas. Al otro extremo de la figura, en 1968, los
antiguos propietarios (el 0,03% del personal de las empresas) recibieron 36% de los ingresos,
mientras que en 1972 dicho grupo ha desaparecido. Por otro lado, es importante anotar que el
porcentaje de trabajadores eventuales se ha incrementado de 11 a 15%, no así su ingreso, que ha
permanecido prácticamente estacionario
1. Capacitar a todos los involucrados en el proceso de Reforma Agraria sobre los alcances,
significado e importancia de la misma.
3. Investigar la marcha del proceso de Reforma Agraria para la toma de futuras acciones.
Desde su creación en 1970 hasta 1974, CENCIRA organizó un total de 1.730 eventos donde
participaron un total de 159.000 personas entre funcionarios, técnicos, dirigentes y promotores
campesinos y campesinos participantes en el proceso.
E. Dación De La Ley De Aguas: Otro aspecto positivo que ha variado al cambio en la estructura
agraria es una nueva ley de aguas. La nueva ley dada en 1968 con el título de Ley General de
Aguas es de vital importancia si se tiene en cuenta que, sobre todo en la Costa, pero también en
la Sierra, el control del agua era un factor fundamental de poder en el sector agrario. Un cambio
en el uso de las aguas era también fundamental. La nueva ley pues, contempla y permite el uso
del agua siempre y cuando este uso se realice en armonía con el interés social y que de ningún
modo se constituya en una forma de control. Las aguas ahora son consideradas sin excepción y
de acuerdo a la ley, como pertenecientes al Estado, no permitiéndose el uso privado de las
mismas. El abastecimiento de los predios, antes fijado en forma arbitraria, basándose
principalmente en la voluntad de los propietarios de los fundos situados en las tierras de cabecera
de aguas, es ahora determinado por los planes de cultivos que deben realizarse en cada una de las
unidades de producción, dándoseles prioridad a los cultivos que den mayor beneficio colectivo.
Paz Social En Los Campos: La paz social en los campos constituyó uno de los principales
logros de las reformas agrarias en América Latina. Esta paz se evidenció de manera especial en
el proceso de la reforma agraria en México. Los patrones de propiedad de las tierras sufrieron
cambios durante la revolución mexicana iniciada en el año 1910.
En los años anteriores, la mayoría de las tierras aptas para cultivos estaban en manos de
aristócratas terratenientes. La clase campesina que trabajaba para ellos no era esclava
. Sin embargo, estaba sometida a la presión de altas deudas que los obligaban a entregar su
fuerza de trabajo a los amos de las tierras.
Por las constantes revueltas que esto causaba, el gobierno mexicano decidió aprobar un cuerpo
de leyes para apoyar los programas de reforma agraria en el país.
Posteriormente, se han realizado modificaciones a este programa. Estas han ampliado el grupo de
campesinos beneficiados. De este modo, casi todos los campesinos en el país son propietarios de
pequeñas parcelas de tierra.
Sin embargo, aún se mantienen los bajos rendimientos de producción. A pesar de esto, las
revueltas por adjudicación de tierras han disminuido y persiste el clima de tranquilidad social.
En este sentido, sus objetivos eran poner fin al sistema de servidumbre en el campo, incorporar a
los indígenas campesinos al mercado de consumo y devolverle sus tierras comunales.
Además, intentó modernizar el sistema de producción y lograr apoyo financiero para los
pequeños propietarios de tierras.
Mientras más grande era la propiedad de las tierras, menor era el área efectivamente cultivada. El
porcentaje de uso de tierras en los latifundios era mínimo. En la mayoría de los casos estaba por
debajo del 1%.
Según datos gubernamentales, para revertir esto, la reforma agraria boliviana distribuyó 12
millones de hectáreas entre 450 mil nuevos propietarios indígenas en el período comprendido
entre los años 1952 y 1970.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Reforma Agrariala (INRA), hasta comienzos del 2013,
un tercio de toda la tierra regularizada ya estaba en manos colectivas. Estas eran controladas por
organizaciones indígenas y campesinas en forma de tierras comunitarias nativas autónomas.
Antes de la reforma, alrededor del 80% de las mejores tierras de cultivo eran explotadas por
empresas extranjeras con poco beneficio para los cubanos.
Estas empresas contrataban campesinos cubanos y pagaban un sueldo por su trabajo. Al hacerlo
de esta manera, estos trabajadores del campo aparecían ante la opinión pública como
trabajadores de una empresa y no como lo que eran: campesinos sin tierra para cultivar.
Después de promulgada la ley, los agricultores comenzaron a explotar las tierras cedidas por el
gobierno. Lo hacían de manera cooperativa en las llamadas Unidades Básicas de Producción
Cooperativa (UBPC).
Esto representó no solo un cambio dramático en la tenencia de la tierra, sino también en las
relaciones laborales.
Por otro lado, sus actividades se hicieron públicas a través de las metas de producción anuales
establecidas por el gobierno. Todo esto contribuyó con su visibilización, la cual se cuenta como
uno de los logros de las reformas agrarias en América Latina.
De igual manera, existen relatos similares que cuentan sobre rebeliones de esclavos y desalojo de
los dueños de tierras para posteriormente ser repartidas entre la población negra.
Sin embargo, los procesos formales de redistribución de tierra cultivables enmarcados en las
llamadas reformas agrarias son hechos de más reciente data. En el transcurso del siglo XX se
dieron varios de ellos.
A partir de estos procesos se comenzaron a llevar registros formales de los principales logros de
las reformas agrarias en América Latina.
De forma paralela, en toda Latinoamérica aparecieron organizaciones gremiales campesinas que
aumentaron la participación política y gremial de los agricultores.
Entre ellos, están las sociedades de cooperación agrícola (SOCAS) en Chile y la Federación de
Cooperativas de la Reforma Agraria (FECORAH) en Nicaragua.
De igual manera, luego de las reformas agrarias surgieron las Cooperativas Agrarias de
Producción (CAPs) y las Empresas Rurales de Propiedad Social (ERPS) en Perú.