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Las dragas en el rio nanay

En las últimas semanas hemos sido testigos de que la presencia de dragas en el


río Nanay se está incrementado, sin embargo, esta no es una situación reciente,
ya desde el año 2000 se informaban sobre la presencia de estas, por lo que, el
Gobierno Regional de Loreto tomó acciones y promulgó la Ordenanza Regional
N° 006-2003-CR/RL, mediante la cual se declara el río Nanay como zona de
exclusión para actividades de extracción minera y para aquellas que alteran la
cobertura vegetal.
Como se sabe, estas dragas son usadas en la minería ilegal para remover la tierra
del fondo del río con el fin de extraer mineral (oro en el caso del Nanay)
generando diversos impactos negativos en el ecosistema, por lo que, su uso está
prohibido mediante Decreto Legislativo N° 1100.
Sin embargo, a la fecha, está actividad ilícita sigue estando muy presente en la
cuenca del Nanay y sus afluentes (río Pintuyacu y Chambira), debido a que como
se sabe, las actividades económicas ilícitas, como la extracción de oro, son
altamente rentables, sobre todo en poblaciones donde el Estado aún tiene
limitaciones para la promoción de actividades económicas sostenibles.
Esta actividad ilícita, no solo genera amenazas y vulneraciones efectivas a la
salud de la población, sino que además infringe diversas normativas, así como la
relacionada a protección de cabeceras de cuencas, áreas naturales protegidas y
salud, por lo que debe ser erradicada totalmente.
Gracias a la incidencia importante desde sociedad civil loretana que viene
desarrollándose, se vienen sumando esfuerzos, por ende, saludamos la acción
realizada (operativo conjunto) los días 24, 25 y 26 de febrero entre la Fiscalía
Especializada en Materia Ambiental – FEMA – Maynas, la Capitanía de Puertos
de Iquitos y agentes especiales de la Marina de Guerra del Perú, en donde se
ejecutó  interdicción en la modalidad de destrucción de maquinarias, equipos y
artefactos encontrados en el alto Nanay.
Como miembros de sociedad civil estamos y estaremos atentos para sumar en
los esfuerzos conjuntos, es por ello, que planteamos cinco razones por las cuales
las dragas deben ser erradicadas en el río Nanay, que, además, fundamentan la
necesidad de que las autoridades articulen esfuerzos, para que, en el marco de
sus competencias, tomen acciones para salvaguardar el ecosistema de la cuenca
del río Nanay:

Segundo Arirama Bancho, de 53 años, explica la rápida expansión de la


minería ilegal en la cuenca del río Nanay, a partir de lo que observa a diario
en su comunidad Diamante Azul. No solo es la cantidad de piezas (tuberías,
motores, mangueras) que intentan transportar a la zona alta para armar dragas
y extraer oro del fondo del río, sino también el incremento de combustible
para alimentar esas máquinas. “Hemos incautado más de 20 bidones de
petróleo y no solo eso: arriba [en la parte alta de la cuenca] hay muchos
extranjeros sacando oro”, detalla el también exagente municipal de esta
localidad de 800 habitantes, que se ubica a seis horas por río desde la ciudad
de Iquitos, en Loreto. 

Desde hace cuatro años, dice el exagente municipal, el número de dragas se


viene incrementando con rapidez. El titular de la Fiscalía Especializada en
Materia Ambiental de Maynas, Carlos Castro Quintanilla, sostiene que en la
actualidad a lo largo del río Nanay existen más de 40 dragas, artefactos
prohibidos según el decreto legislativo 1100 porque remueven los lechos de
los ríos y afectan ecosistemas.

La cuenca del río Nanay es la principal fuente de agua para Iquitos, la capital
de Loreto que cuenta con casi medio millón de habitantes. Allí también se
localizan dos áreas naturales protegidas: la Reserva Allpahuayo Mishana y el
área de conservación regional Alto Nanay- Pintuyacu- Chambira, que ahora
están cercadas por esta actividad ilegal. Desde el 2003 esta cuenca fue
declarada como zona de exclusión minera.

La cuenca del río Nanay es la principal fuente de agua para Iquitos, la capital
de Loreto". 

Sin embargo, ninguna norma ha impedido que esta actividad ilegal se expanda
en la zona. En la actualidad, según las autoridades entrevistadas
por OjoPúblico, las dragas se ubican cerca de los centros poblados San Juan
de Ungurahual y Alvarenga (donde viven indígenas ikitu) y Puca Urco. Estas
tres localidades se ubican en el distrito de Alto Nanay, provincia de Maynas. 

Según César Ipenza Peralta, abogado especialista en temas ambientales, han


sido dos los factores que contribuyeron al aumento del número de dragas: la
crisis económica causada por la pandemia y el incremento internacional del
precio del oro. “Mucha gente salió a “ganarse la vida” trabajando en la
minería ilegal. Pero no solo hay peruanos, sino también ciudadanos
extranjeros”, sostiene.  

En julio de este año el Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos


(MAAP por sus siglas en inglés) detectó con imágenes satelitales varias
dragas juntas ubicadas en los ríos Nanay (cerca de la localidad de Puca Urco)
y Pintuyacu, dos zonas de donde se extrae oro ilegal, usando mercurio y otros
químicos que contaminan el ambiente. 
Mientras el Congreso ha planteado nuevamente la posibilidad de legalizar el uso de dragas
a través de un dictamen que pretende dictar nuevas medidas para la pequeña minería y
minería artesanal, en Alto Nanay (Loreto) la población vive una lucha diaria contra este tipo
de actividad que está afectando gravemente sus vidas.

Desde mediados de 2019 surgieron constantes denuncias que advertían una presencia
cada vez más significativa de peque dragas operando en las aguas del río Nanay, la
cuenca que abastece de agua a más de medio millón de habitantes en la ciudad de Iquitos
y comunidades ribereñas aledañas.

Estas embarcaciones artesanales destinadas a extraer las arenas negras que contienen
laminillas de oro aluvial mediante el vertido de mercurio al río fueron identificadas incluso
en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana. Hoy, se
estima que serían entre 20 y 25 dragas operando en estas zonas, según la información
que maneja la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (Fema).

“Tengo conocimiento que actualmente se han incrementado el número de dragas en el


Nanay, que serían entre 20 y 25, operando entre las comunidades de Pucaurco y San
Juan de Ungurahual”, indica Bratzon Saboya, fiscal provincial adjunto de la Fema Maynas
que investiga este tema, en conversación con Actualidad Ambiental.

El fiscal manifiesta su preocupación por esta actividad que se incrementa. Según explica,
“cada día estarían ingresando más insumos, más motores y más materiales” con los que
se arman estas peque dragas. De esta manera, aunque en operativos logran destruir
algunas, rápidamente estas son repuestas.

“El año pasado, hicimos los operativos Tahuampas del Nanay, en los que hemos
destruidos alrededor de 25 dragas”, señala y agrega “pero, tenemos entendido que
actualmente, regresamos del operativo y a los dos días nuevamente están acondicionadas
nuevas dragas. Entonces, es algo de nunca acabar”.

Por ello, según su experiencia, lo que se necesita “es ejercer un mejor control en el ingreso
de los materiales e insumos que van destinados a esta actividad ilícita”. Asimismo, indica
que es urgente que se implemente una “ruta fiscal”, que consiste en “establecer la ruta por
donde se transporta o trasladan los insumos, sobre todo el combustible”.

Las dragas en el Nanay han pasado, de ser una problemática ambiental, a convertirse
también en un problema social. “En las comunidades está habiendo drogadicción,
prostitución, trata de las niñas, peleas”, denuncia Arquímedes Arirama, teniente
gobernador de la comunidad Diamante Azul, una de las tantas comunidades amenazadas
por la minería ilegal.

Según las investigaciones de la Fiscalía, hasta las comunidades ubicadas en Alto Nanay
estarían llegando personas extranjeras “que están viniendo de Colombia, entrando por el
Putumayo, y que están siendo cada vez más agresivos con las comunidades. Inclusive ya
tenemos reportes de peleas”, señala Bratzon Saboya.

Asimismo, estas personas estarían ingresando drogas a las comunidades, generando la


preocupación de las autoridades comunales. Pero, más que preocupación, temor, pues
incluso se habría divulgado la información de la posible llegada de miembros del grupo
Sinaloa, “con la finalidad de dar protección a quienes realizan esta ilegal actividad”.
En medio de todo esto, Saboya resalta que la comunidad Diamante Azul, esta resistiendo.
“Esta comunidad, está luchando, tratando de erradicar la minería de su cuenca, porque
ven los problemas sociales que esta trae”, resalta y manifiesta que también ha sido de
amenazado y ha tenido que pedir garantías para su vida en la prefectura de Loreto.

Al igual que él, dirigentes como Arirama han recibido amenazas de muerte por oponerse a
esta actividad ilegal que cada día aumenta. “La presencia de las dragas continúa, no
disminuye. Al contrario, hay más dragas y no hay control de la policía. Y estamos siendo
amenazados de muerte”, advierte el líder de Diamante Azul.

Hace falta control, no impunidad


Tanto el fiscal como el dirigente comunal coinciden en que lo que se necesita con urgencia
en la zona es un mayor control en puertos y zonas estratégicas en las que se pueda
verificar que se transporta hacia el Nanay. Pero, también denuncian ambos, una
sospechosa ineficiencia por parte de la policía local: los efectivos de la comisaria de Santa
María de Alto Nanay.

Frente a esta situación, Arquímedes Arirama solo pide que se le exija una mejor actuación
a la policía en esta comisaria y que las autoridades regionales y nacionales vean como
una prioridad la erradicación de la minería ilegal en el Nanay, porque estaría poniendo en
riesgo la vida de miles de personas al contaminar el agua y su vida, hoy amenazada por
los ilegales.

1. Derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su


vida.
 
De acuerdo a la Constitución Política del Perú, toda persona tiene derecho a gozar
de un ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de su vida, por lo tanto, el
Estado debe garantizar la protección del ambiente ante las posibles alteraciones
que se pudieran realizar contra él.
En el caso de las dragas en el río Nanay, nos encontramos ante la vulneración del
derecho citado, debido a que esta actividad ilícita, ocasiona graves impactos de
corto y largo plazo al ecosistema, puesto que al remover enormes cantidades de
sedimentos de los ríos se genera contaminación, alteración del cauce de los ríos,
impactos biológicos, destrucción de los hábitats acuáticos, alteración de ecosistemas
inundables y destrucción de la vegetación ribereña[1] .
En tal sentido, la prohibición de su uso cumple con el objetivo de evitar el
impacto que su utilización produce en el ambiente y ante esto, cualquier persona
o grupo de personas está facultado o tiene derecho para activar mecanismos de
acceso a justicia ambiental: administrativos, jurisdiccionales o
constitucionales, en defensa de su derecho fundamental; teniendo en cuenta
además que este derecho garantiza que otros derechos fundamentales también
se protejan. Es decir que, por ser un derecho de tipo colectivo, protege en sí
mismo a otros como el derecho a la vida, salud, la libertad, la participación
ciudadana, entre otros.
2. El Nanay es fuente de agua potable de Iquitos
La cuenca del río Nanay es la fuente principal de suministro de agua potable de
la ciudad de Iquitos, es en este río donde Sedaloreto, la empresa que tiene la
responsabilidad de la gestión del agua para la ciudad, tiene ubicadas sus
principales bocatomas de agua . Por lo que, cualquier afectación sobre este,
puede ocasionar vulneración a nuestro derecho al agua potable.
Al respecto, el artículo 7-A de la constitución política del Perú, prescribe que, el
Estado reconoce el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y
universal al agua potable. Asimismo, impone el deber al Estado de garantizar este
derecho priorizando el consumo humano sobre otros usos.
De acuerdo al Expedientes N°s. 06546-2006-PA del Tribunal Constitucional, el
derecho al agua potable “(….) supone primariamente un derecho de naturaleza
positiva o prestacional, cuya concretización al Estado fundamentalmente
corresponde promover. Su condición de recurso natural esencial, lo convierte en un
elemento básico para el mantenimiento y desarrollo no solo de la existencia y la
calidad de vida del ser humano sino de otros derechos tan elementales como la salud,
el trabajo y el medio ambiente”.
Las dragas en el río Nanay ponen en riesgo la calidad del agua potable y dejan
ante la posibilidad de no tener acceso al mismo, ya que es una actividad ilícita
contaminante, de tal forma que su uso está vulnerando nuestro derecho de
acceder al agua potable, derecho que el Estado tiene el deber de garantizar.
3. Uso de metales pesados en el dragado, afectan irreversiblemente a nuestra
salud
El derecho a la salud reconocido en nuestra Constitución, prescribe que
todos tenemos derecho a la protección de nuestra salud, la del medio familiar y la de
la comunidad, así como el deber de contribuir a su promoción y defensa, éste es
indispensable para el ejercicio de nuestros demás derechos. Además, se vincula
con el de gozar de un medio ambiente adecuado y el derecho al agua potable,
pues ellos son indispensables para preservar nuestro bienestar físico y mental.
Las dragas en el río Nanay, son fuente de contaminación que genera amenazas
que vulneran nuestra salud, debido a que, en el proceso de extracción de
minerales se utiliza “mercurio”, elemento muy tóxico y perjudicial para el
ambiente y la salud de los seres vivos, debido a que no solo contamina el agua y
el fondo de los ríos, sino también puede llegar a las personas principalmente a
través del consumo de los peces, que lo acumulan en su organismo, qué loretano
o visitante (turista nacional e internacional) no ha consumido o consume pescado
en todas sus variedades y presentaciones (fresco, fresco salado, seco, ahumado,
chilcano, sudado, etc.) del puerto de Bellavista Nanay, en tal sentido, como
ciudadanos tenemos el derecho de exigir que el Estado nos proteja.
Por ello, las autoridades son las primeras que deben sancionar a los responsables
y, de inmediato, remediar la situación mediante la provisión de servicios médicos
pertinentes a quienes lo necesiten.
4. Seguridad alimentaria de las poblaciones amazónicas
La seguridad alimentaria es el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos
sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y con
el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre[2].
Al respecto, el río Nanay es proveedor de peces, fuente de proteína principal
para los pobladores amazónicos, los cuales tienen acceso a estos para garantizar
una alimentación apropiada. Asimismo, los peces son una fuente de ingresos
económicos, ya sea por pesca artesanal u ornamental.
En tal sentido, la contribución de este río a una buena nutrición y salud se puede
ver afectada por presencia de contaminantes químicos como el mercurio. Por lo
que, el Estado debe garantizar la disponibilidad del pescado para las poblaciones
aledañas, que les asegure un nivel de vida adecuado, así como a su familia, la
salud y el bienestar, y en especial la alimentación.
5. Vulnerabilidad de las Áreas de Conservación
La cuenca del río Nanay, alberga a dos áreas de conservación muy importantes
para Loreto: La Reserva Nacional Alpahuayo Mishana y el Área de Conservación
Regional Alto Nanay – Pintuyacu Chambira, éstas conservan la diversidad
biológica y hábitat de bosques de “varillal” y “chamizal” sobre arenas blancas que
pertenecen a la Eco Región del Napo, así como de los bosques inundables
aledaños a la cuenca del río Nanay.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNANP) como el Gobierno Regional
de Loreto, ya han reportado la presencia de dragas dentro de estas áreas, así
como en sus zonas de amortiguamiento/influencia. Por lo que, estarían poniendo
en riesgo el cumplimiento de los objetivos y fines para los que fueron creadas, en
especial el de conservar el recurso hídrico, originado en las nacientes de los ríos
Nanay, Pintuyacu y Chambira de forma que asegure la calidad y
aprovisionamiento de agua y otros servicios ambientales en beneficio de la
población local y de la ciudad de Iquitos, mediante el manejo integral de esta
cueca.

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