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@ La competencia @ desleal ENERALIDADES ites de entrar a analizar la comperencia des- lea, veamos algunas ideas sobre la competencia fomo un fenémeno juridico con causas y mévi- es econémicos, Pa fos regimenes de libertad econdmiea lo nor- Pal es que todas las actividades industriales y ‘omercales, se desenvuelvan en un sistema de bre comperencia de acuerdo con ef cual cada F industrial lucha por la conquista del mercado y F <\ derecho de apropiatse de la clientela ajena F porque en eso consiste le Hbercad de concucren- E. cia. Nadie puede predicarse duefio de una clien- © tea, sobre la cual no puede existir propiedad. El E comerciante esté expuesto a que el adversario le sustraiga la clientela sin que nada pueda P teprochirsele por tal acto, puesto que estas son bas reglas de juego en los sistemas de la libermad conémica. Estas replas benefician al consumi dot, porque de Ia competencia entre adversarios, E ienen que surgit mejores productos con meno: res precios. Hay competencia cuando dos 0 mas personas cstin en liherrad y em igualdaed de condiciones pata perseguir un mismo fin, enn el cual preten- den saisficer una necesidad propia. Hay com petencias entre profesionales de wna determina da rama del saber, entre deportistas, entre co- merciantes, ete La competencia es un fenémeno consustancial a la naeuraleza humana en todos sus campos, ¥ Carlos Alberto Velasquez Restrepo* por lo mismo, atafe al derecho la regulacién de este importante aspecto de la interrelacién hu- Analizaremos aqut la competencia sdlo desde el punto de vista de los profesionales del comer ios en consecuenca, el concepto de competen cia desde el punto de vista del derecho, no pues de estar muy alejado de la realidad por cuanto comtesponde a éste mantenerse en contacto per manente con la realidad de las cosas, con el fin de no desbordarla, ni tampoco impedir su nor- imal desarrollo, En esta lucha por la competencia no pueden uti- liaarse todas las armas, na puede obrarse con tuna libertad ifimitada, puesto que el comercian- te tiene ciertos pardmetros o restricciones, im- ppuestos por la ley, a los cuales debe someters, En esta lucha, ef comerciante no puede ser des- leal © deshonesto con sus colegas, no puede su- primir al competidor para establecer un mono- polio y no puede ponerse de acuerdo con fos competidores pata eliminar la competencia, por un contrato que los obligue a proceder de mane- ra concertada. La libre competencia significa libertad de los ‘competidores¢ igualdad frente a la oportunidad No fay competencia en la desigualdad, La com- petencia s6lo se da entre iguales; el concepto de igualdad se entiende desde el punto de visa jurl dico no onvotdgico. Bt derecho puede y debe propugnar por la igualdad enere los distintos su jetos que actian como agentes comerciales en el + 203 Wimere te Anse Epcot wn cto tito gw uae Pots aro ya eo Gat oar 0 Pat Btacon, ye ce y ran apace area to So oe ter eh oma fat ha Es a. Thess St et 202 ‘St aeanets om Sogn ‘ote sd EP BE Foro del Jurista mercado, generalmente esta es su labor, pero excepcionalmente, el derecho debe abandonar esa posicién neutral y mantener el principio de la desigualdad frente al privilegio, instituyendo asl por motivos de orden pubblico, el monopolio legal y rompiendo, el principio general de la li- bre cornpetencia, Hiseéricamente la posicién del derecho fence a la competencia ha sido dindmica, es decir, ha evolucionado en distintos estadios: en una pri- ‘mera fase, la reglamentacién de la competencia comercial era excesiva hasta el punto de que por lo asfiriante, se lleg6 a anular, porque se destru- y8el principio de Ia igualdad, su elemento esen- cial, A finales del siglo XVIII se entroniaa el prin- cipio de la igualdad al proclamacse la libertad de industria y comercio, Son los revolucionarios franceses, en un segundo estadio, quienes en el afo de 1791, ley de marzo 2, abolieron los privilegis establecidos por los gremios (tales como la matricula mexcantil slo para sus miembros; justicia privada dictada por los cénsules del gremio, con base en normas dis- tintas a las de la justicta comin), y deciden supri- mir estas précticas odiosas y discriminatorias en al cjercicio del comercio, para dar paso al princi- pio mds pregonado en la Revolucién Francesa: la igualdad de las personas En consecuencia cestablece que todas las per- sonas, sin distincién alguma, pueden ejercer el comercio sin necesidad de pertenecer al gremio, pudiendo libremente ejercer cualquier actividad comercial, en igualdad de condiciones, some- tiendo a todos los ciudadanos 2 una justica y a Posteriormente Napoledn, en 1807, toma inte gramente la filosofiaigualitaria de los revolucio- natios y la plasma en su Cédigo de Comercio, que con el tiempo sitvid de fuente de inspira cidn a la mayorta de los eédigos de comercio de soccidente, incluido el nuestro, El cercer estadio, con algunas pocas modifica- ciones introducidas por ias necesidades sociales de nuestra época, es la que actualmente se pro- yecta en todos los ordenamientos juridicos no pertenecientes al common lau, A cesta concepcién moderna pertenesen las leyes especiales sobre pricticas resrictivas de la com- petencia, que en ordenamientos jurldicos como cl nuestro, implican una limieacién a la libertad para defender, precisamente, esa misma liber- tads es decir, es una libertad restringida que propende por una libertad igualitaria y por me- dio de la cual se quiere, a través de la restric- cidn, mantener la igualdad entre los concurren- tes a una actividad en el mercado. El problema que se presenta para el derecho ac- tualmente, consiste en armionizar dos asuntos al parecer incompatibles, segiin dice joaquin Garrigues: “El principio de la libertad y la nece- sidad de limitar esa libertad.” .O lo que es lo rismo, a veces se hace necesario negar en parte cl absolutismo de Ia libertad, precisamente, para poder mantenerla, Algunas veces el jursta presta demasiada atencién a la competencia deskeal entre los comerciantes,y descuida, por contrapartida, la defensa de los consumidores. El derecho comercial aunque es tun derecho de tos comerciantes, no debe descuidar al consumidor o usuatio de servicio En norceamérica ha existido un especial incerés cen la defensa del consumidor, yes asl como alll ha aparecido la llamada legislaciSn ander, que cs una lucha contra la libertad ejercida en forma abusiva, con el fin de ceafirmar y mantener la” libertad de competencia. Se evitan con ella las alianzas entre empresaios, siempre y cusndo scan cen si misinas reprobables; aunque protege en ‘ocasiones las alianzas entre esos mismos empre- satios, exando son benéficas para el consumidor. Son ejemplos de esta legislacién antitrust la ley Sherman de julio 2 de 1890; la Clayron Act, de octubse 15 de 1914; la Webb Pomerane Act de 1918; la Robinson Patman Rex de 1936; ete Universalmente no ha sido sencillo precisar en forma clara las normas a las cuales debe some- terse la libertad de comercio, por cuanto ¢s dif cil determinar con exactitud donde empieza la libertad de cada uno y donde termina la liberead del otto; debemos entender la libertad de co- mercio en una acepeién muy particular: tad s6lo como “libertad igual” para todos. Co- tresponde al Estado mantener el control de la competencie en ejercicio de la facultad que le ‘xorg en nuestro ordenamiento jurdico el atcu- lo 334 dela Constnuciin Nacional que le confiere al Estado la “irecciin general de a economia’ Este sistema de la economia intervenida parece ser el més sano, si tenemos en cuenta las recien- tes experiencias de los palss scilistas con eco- somias centralmente dirgidas. En sintesis, actualmente no existe una compe- tencia pura, a la manera del liberalismo ckisico, sino una “competencia imperfecta’, en donde cada empresatio posce una especie de monopo- lig de sus propios productos, por cuanto goza de los privilegios y exclusividades que le ororgan los ordenamientos juridicos al propietario de una marca o de una patente a libertad de competencia es solamente wn mito que parte de una situacién paraisiaa de un merca- do, lo cual no concuerda con la estructura cconémi- a modem2, Con coda razén sostiene el maestro Gearrigues: “en suma, nila libre eompetencia es ne cesariamente tn bien, ni el monopolio es necesaria- mente un mal, Vivimos en un régimen mixto de Tibre competencia y de movopola’. En principio, los ciudadanos pueden obrar li- bremente, es decir, pueden hacer todo aquello {que no esté expresamente prohibido; por regla seneza, es dificil determinar qué es lo que pie de hacer el comerciante con el fin de satisfacer su afin de lucro, por ello la funciin del Estado, ‘cumplida por medio de leyes se desarrolla en tuna forma prohibitiva, es deci, estableciendo dentro de ese obrar con libertad en la actividad comercial, cudles conduetas no pueden realizat- se, porque con ellas se menoscaba esa libre con- currencia de los empresarios al mercado. 1 Estado est inveresado en fomentat la compe- tencia entre los empresutos por euanto indirec- tamente ella benefica al consumidor, quien f nalmente serd el que reciba una mejor calidad, por un menor precio FUNDAMENTO CONSTITUCIONAL DE LA COMPETENCIA EN COLOMBIA Nucstro ordenamiento juridico, propio de un sistema econémico de orieneacién neocapitalist, consagea una serie de principios y garantias so- ciales sobre la base de igualdad de todas las per sonas ante la ley, tales como: “libertad de em- press ¢ iniciaciva privada’, “libertad de asocia- cidn’, “garancla de la propiedad privada’, “li bertad de escoger profesién u olicio” y la “pro- teccién al trabajo", Todos estos prineipios, enun- ciados al azar, constituyen ef soporte jurldico y legal dela libertad de competencia y de su anti- resis, la competencia desleal (arts. 333, 334 y 336 de la Constixucién Nacional). De todas estas normas vale la pena llamar la aten- ign especialmente sobre el articulo 333 cuyo texto €s el siguiente La actividad econémica y la iniciativa priva- da son libres, dentro de los limites del bien comin. Para su ejercicio, nadie podrd exi- gi permisos previos ni requisivos, sin auto- rizacién de ba ley. La libre competencia econémica es un dere- cho de todos que supone responsabilidades. La empresa, como base det desarrollo, tiene tuna funcién social que implica obligaciones. El Estado fortaleceri las organizaciones soli- arias y estimulard el desarrollo empresatial. El Estado, por mandato de la ley, impediea aque se obstruya 0 restrinja la libertad econé- mica y evitard © controlaré cualquier abuso que petsonas o empresas hagan de su posi- cién dominante en el mercado nacional. La ley delimitarée aleance dela libertad eco+ némica cuando asi lo exijan el interés sociay el ambiente y el pattimonio cultural de ly Nacién. i Esta norma garantiza la libertad de empresa ¢ inieiativa privtda “dentro de los limites del bien comin’, con lo cual se erige te primera restrier cidn a la libertad de comercio, 0 lo que es lg mismo, ala libre iniiatva de los particulares en el ejercicio de las actividades comerciales, las cuales deben estar precedidas, en rodo caso, “por i bien comin”, Es pues, una libertad condicionada en donde prevalece el interés general, sobze el meramente individeat o particular, toda vex que en dicha safer jt» 2 # Foro del Jurista norma también se afirma que “la libre compe- tencia es un derecho de toda que supone res- ponsabilidades’. Sin embargo, no se precisa qué tipo de responsabilidades, siendo entonces ne- cesatio que el egislador, sea el que reglamente y defina la nacuraleza de las mismas La libertad econémica y la libertad de iniciativa privada adquieren real importancia con la con- sagracién constitucional de la libertad de com- petencia, pues para que la economia sea eficien- te y beneficie a la comunidad es necesaria ade- ids de la libertad de actividad econdmica y de iniciativa privada, la libertad de competencia De otto lado, el artfculo 334 de la Constieucién Nacional, prescribe: La diteccién general de la economia estard a cargo del Estado. Este intervendré, por man- dato de la ley, en la explotacién de los recu 05 naturales, en el uso del suelo, en la pro- duceién, distribucién, uilzacién y consumo de los bienes, y en los servicios piblicos y privados, para racionalizar la economia con cl fin de conseguir el mejoramiento de la ca- lidad de vida de los habitantes, la distibu- cién equitativa de las oportunidades y los beneficios del desarrollo y lt preservacién de tun ambiente sano, El Estado, de manera especial, intervendré para dar pleno empleo a los recursos huma- ros y asegurar que todas las personas, en particular las de menores ingtesos, tengan acceso efectivo a los bienes y servicios bisi- cos. También para promover la productivi- dad y compettividad y el desarrollo arméni- co de las regiones. Esta norma constitucional consagra una segun- da restriccidn para la libertad de comercio, con- sistente en la intervencién del estado, por man- dato de la Constitucién, en ta produccién, dis- tribucién, utilizacién y consumo de los bienes y servicios; esta intervencién implica, obviamen- te, una restricei6n a esa libertad de accién de produetores y comerciantes En ottas palabras, los particulares tienen libre ativa para practic y ejercer el comercio, y de otro lado, el Estado puede intervenir para racionalizar esa actuacién de los particulares imponiendo normas que tiendan a m respeto entre competidores, y entre éstos y los consumidores, Resulta_ilustrativo el concepro del constitucionalista Luis Carlos Sichica, quien sobre el particular manifest Bl articulo 334 atribuye la direccién general de la economia al Estado, Esto implica la planificacién de la actividad econémica en tun sentido mas o menos impuesto 0 més 0 menos concertado, segrin los tiempos y cit- cunstancias. Pactada 0 no, habré limitaciones a esa liber tad, y en todo caso, la politica eseatal red 1 la actividad econémica privada, como con- secuencia de aquella capacidad dire Fl Estado, ademés, intervended la actividad econdmica en todas sus modalidades de ex: plotaciin de bienes y servicios, con fines de racionalizacién y de redistibucién de opor- tunidades de participacién en el bienestar. Porestad que puede desplegarse amplia y ex- tensamente pues nada escapa a ella y que, en cualquier sentido en que obre, resulta limirativa de la libertad econémica, ya que toda intervencién se traduce en la resticciin del funcionamiento esponténeo del mercado. (Aproximacién critica a la Constitucién de 1991, Cémara de Comercio de Bogocd, 1991, pags. 148 y 149). Esta norma constitucional encuentra su plena aplicacidn, en lo que respecta a deberes y obli- gaciones de los comerciantes, que tuvintos opor- tunidad de analizar en su momento oportuno y en lo relativo a la competencia desleal entre cor Respecto a los consumidores, ef mandato cons- titucional (aunque es posterior) esté reglamen- tado por normas que siendo anteriores conti- nidan vigentes por no haber contratiado la nor- ma constitucional; entre otros, el decreto 3466, de diciembre 2 de 1982, dictado por el Presi- dente de la Repiblica en ejercicio de las ficult des extraotdinarias concedidas por la Ley 73 de 1981, coméinmente dentominado como eh Esta: tuto del Consumidor. De otro lado, en lo relativo a las précticas mo- rnopolistas, los incisos primero y segundo del arcculo 336 de la Carta, prescriben: Ningin monopolio poded establecerse sino como arbitrio rentstico, con una Finalidad de interés piblico o social y en vietud de la ley (us) La ley que establezca un monopolio no po- drs aplicarse antes de que hayan sido plena- mente indemnizados los individuos que en virtud de ella deban quedar privados del ejer- cicio de una actividad econémica Ica Esta norma consticucional citada, esd reglamen- tada en la Ley 155 de 1959 (diciembre 14), se- ‘ain expondremos més adelante, Al respecto el Consejo de Estado en sentencia del diez de oc- tubre de 1974 manifesté lo siguiente: Bl articulo 310, alegado en la demanda me- dante el cual: ninguna ley que establezca onopolio podré aplicarse antes de que ha yan sido plenamente indemnizados los indi- viduos que en virtud de ella deban quedar privados del ejercicio de una. induseea flci- ta, - Ningiin monopotio podré establecerse ino como rentistico y en virtud de ley -. Sélo podrin concederse privilegios que se refie- tana inventos tiles ya vias de comunicacién. Yen el caso del monopolio sélo basta la ley {que crea el monopolio, déndole la importan- cia de arbitrio rentistico, para que los bienes de los particulares afectos a la industeia 0 comercio monopolizados queden, si no in- mediatamente de propiedad del Estado, sf vinculados a una actividad que deje de ser lita para los partculares, pues entra al de- techo piblico como bien fiscal y deben set indemnizados © pagados esos bienes concre- tos, objetivos, reales y actuales La privacién del ejetcicio de una industria «8 nota que caracteriza el monopolio. Es, pues, una limitacién de la libertad de indus- tia y comercio, garantizada por la misma Constitucién, y la indemnizacién que se im- pone esté directamente relacionada con los Bienes afectos a la industria 0 comercio mo- nopolizados que, por causa del monopolio, dejan de ser de libre explotacién econémica para constituirse en un medio rentistico del Estado directamente explotado por i vnien- do, como consecuencia, la expropiacién de tales bienes por el Estado. Asi lo han enten- dido la Corte Suprema de Justicia y los cri- bunales det pats HISTORIA LEGISLATIVA DE LA COMPETENCIA DESLEAL LEY 31 DE 1925 Fue la primera ley que regulé la comperencia des- leal en nuestro ordenamiento jurdico, en sus arte clos 58, 65 y 66; en los cuales, entre otros aspec- tos, se traté de evicar la homonimia entre comer- ciantes, y la confusién generada por signos © ma cas dstingivas. Igualmente se definié la competen- cia desleal, como un acto de mala fe que tiene por objeto producir confusién 0 que tiene por efecto desacreditar un establecimiento rival Esta ley circunseribié los actos de competencia dlesleal a las conductas que tenfan por finalidad crear confusién entre el piblico respecto a la denominacidn de productos o servicios, y en segundo lugar, a los actos que tenfan por Finali- dad desacreditar un establecimiento rival. Vale Ja pena hacer notar que en esta ley seexigié como elemento tipificante de la compecencia desleal, la mala fe, aspecto de singular importancia, por cuanto equivalfaa la exigencia de dolo por parte del agente en la comisibn del acto competitive desleal atal punto que, de no existir el dolo, no se estruceuraria. completamente la figura de la competencia desleal, precisamente, por falta del clemento subjetivo. Por iltimo, el articulo 66 de esta ley, precepeuaba que los actos constitutivos de competencia des- teal daban lugar asu reparacién mediante el pago de una indemnizacién que se tramitaba por la via ordinaria, ante los jueces comunes y eon in- tervencién de peritos. Igualmente se aucorizd a los jueces para que tomaran las medidas necesa- tias tendientes a evicar fa confusin o la denigra- cid entte comerciantes, fabricantes o agricul tores. La intervencién de peritos se establecié no sélo para asar el valor del perjuicio causado, ei Fr tt ait «200 # Foro del Jurista sino que, ademés, su funcién se ampliaba a de terminar, en acuerdo con el jue, si la conducta cera 0 no constitutiva de competencia desea. LEY 59 DE 1936 (MARZO 25) Mediante esta ley, el Congreso de la Reptiblica aprobé la Convencién General Interamericana de Proteccién Marcatia y Comercial, suscrita por nuestro pats en Washington, en febrero de 1928. Esta conwvencién hace relacin a a proteccién de nuevas creaciones y signos distintivos, también llamada propiedad industrial, Vale la pena rescatar de esta Ley, 1a definicién que consages en su articulo 20 de competencia desleal, y el catdlogo de conductas calificadas como actos de competencia desleal en sus articulos 20 y 21. En el articulo 20, esté previsto que “todo acto 0 hecho contrario a la buena fe comercial 0 al normal y honrado desenvolvimiento de las actividades industriales y mercantiles, seed considerado como de competencia desleal y por lo tanto, injusto y prohibido”. Es importante la idea expuesta en este articulo, segin a cual la competencia desles! no s6lo lesion cl interés particular del comerciante competidos, sino que se lesiona, tambien, el orden social y el hontado y normal desarrollo de los negocios. Este punto de vista se ve avalado por las normas del actual Cédigo Penal Colombiano, Ley 599 de 2000, en el cual se sancionan penalmente algunas conductas desleales de los comerciantes, como las previstas en los areculos 304, 306, 307 y 308, que se reieren al “dafio en materia prima, producto agropecuario e industrial” de un competidor por parte de otro, ya “la usurpacién de marcas y patentes’, por parte de un competidor en fraude de los derechos de su propietaio, la revelacién de secretos indussiales, el uso indebido de patences, etc. LEY 155 DE 1959 Sobre précticas comerciales restrictivas. Se re- glamenta en esta ley, ademds de la competencia desleal otros hechos relacionados con la desleal- tad, como son los cétteles 0 acuerdos entre co- merciantes que afectan la libre competencia, y los truss entre empresas competidoras. El cdrteles la unién de empresas, de hecho 0 de derecho, que tienen fines econémicos de muy ’ diversa indole en la prietica, pero que finalmen- te tienen por efecto impedit, falseat, o linitar la competencia, en todo o en parte, Es el caso dé los cirteles sobte Ajacién de precios comunes, 4 sobre limitacién de precios, o de Areas cerito riales para asignar a cada empresa un sector de- terminado, sobre limicacién de mercado, 0 el caso del reparto de productos en cl sentido en que se conviene que una empresa produzce de- terminadas mercanclas 0 procedimientos indi- rectos que dan lugar, en definitiva, a elevar los precios o evitar el descenso de los mismos; x Bs pactos que se propongan favorecer la es ser de ciestos productos, o limiear un futuro au- mento en la oferta de ciertos productos. En esencia, esta ley dio lugar a un gran avance lege lativo sobre la materia, pero desifortunadaments, con posterioridad a su expedicién, las aucoridades administrativas encargadas de su aplicacién, han ine ceurtido en evasvas y procedimientosdilaoris que se constituyeron, en iim intancia, en argumento central para que se crigiean grandes monopolios que violaban direcramente ls prohibiciones dan y coneretas estableidas en esta bien intencionada ey. Posteriormente se expidis el Cédigo de Comer cio, el cual contribuyé, ain mis, al forcalecimien- co del clima de incertidumbre interpretativo en que se encontraba sumida esta ley, y dio pie ala formacién de grandes “monopolios de hecho", que ignoran las prohibiciones contenidas en ella argumentando que el Cédigo de Comercio e- erero 410 de 1971), la derogs expresamente, fo! cual en nuestro concepto no es cierto, como lo demostraremos mas adelante y como sefalabac 1mos al comienzo del presente texto. Por lo pronto diremos que esta importante le, regulé el ferdmeno de la competencia desea en forma muy amplia_y con conceptos muy claos, en sus articulos 7, 8, 9, 10 y 11. En ef articulo 10, se reproduce, aunque no tex 4 tualmente, la definieién que de competenc desleal erajo la Ley 539 de 1936, que en nuestio concepto, es una excelente definicién de com- petencia deseal, por cuanto liga el Fendmeno al honrado y nosmal desenvelvimiento de ls act- vidades industeiales y comerciales", fo cual corecto, ya que ata el fenémeno de la compe- tencia desleal a la costumbre mercanti La Superintendencia de Industria y Comercio en. relacién con la vigencia de esta ley, manifesté: A partir de la vigencia del nuevo Cédigo de Comercio, la competencia desleal que esta- ‘a regulada por la ley 155/59 en sus articulos 7 al 11, ya no lo esté, puesto que éstos fue- ron derogados expresamente, si romamos en cuenta que el art. 2033 del Cédigo de Co- rmercio determina que las materias que en dl se contienen se regirén por dicho estatuto, Esta interpretacién (en lo que respecta al tema de la comperencia desleal), la compartimos ple- namente, por cuanto el Cédigo de Comercio reglamenté en sus articulos 75 a 77 la materia y segiin lo preceptuado en el axticulo 2033 del mismo Cédigo, las materias alli eeglamentadas, se entiende que lo fueron, en forma integra Ahora esta discusién ha perdido coda actuali- dad, pues que la Ley 256 del 15 de enero dei996, consageé una nueva regulacién para la compe- tencia desleal y derogs expresamente los articu- los 75 a.77 del Cédigo de Comercio, y el artieu- lo 10 de la Ley 155/59. De otro lado, en lo referente a los monopolios, consideramos que continéia vigente la Ley 155 de 1959, en consideracién a que esta materia no fue reglamentada en el actual Cédigo de Comer- cio ni en la Ley 256 de 1996. DECRETO 410 DE 1971 0 CODIGO DE COMERCIO El actual Cédigo de Comercio en sus articulos 75.277 eegulaba el tema de la comperencia des- Jeal y de la publicidad o propaganda comercial Los ocho primeros numerales del articulo 75 correspondian a una casuista ¢ innecesaria enun- ciacién de conductas califcadas como desleaes, cen cuya redaccién se utilizaron expresiones como “medios o sistemas tendientes a (..)", “las ma quinaciones reiteradas tendientes a (.)", lo cual hizo afirmar, equivocadamente, a cierto sector de la doctrina, la necesariedad de la presencia de dolo o culpa en el sujero activo, para que la conducta pudiera calificarse como deslea. LA LEY 256 DE 1996 Esta ley derogé los artculos 75 a 77 del Cédigo de Comercio, en los cuales se regulaba la com- petencia desleal, haciendo algunos cambios sus- tanciales en la reglamentacién de la materia En su articulo 1° expresa que el objeto de la ley 5 "C.) garantiza la libre y leal competencia eco- rnémica (..)", lo cual evidencia una confusién por estar reuniendo dos conceptos diferentes, la li- bertad en el comercio, es decir, la posibilidad de competir en general, y la lealtad en el comercio. ‘Ademds, se involucta en el campo de la protec cidn al consumidor, como lo veremos mis ade- lante, Fstos tes conceptos, por tener caracteres ¢ implicaciones juridicas dstinta, debesfan tener tuna regulacién independiente. A pesar de esto, la ley silo hace teferenca a la libertad de competen- cia en uno de sus areulos. Esta le, en su articulo 7, consagra un concepto genérico de competencia desleal, antes consa- grado en el numeral noveno, del ariculo 75 del Cédigo de Comercio, aunque hay quienes sos- tiexen que el Cédigo no lo contenta, De este mismo articulo de la Ley 256, se concluye que tun acto de comercio es desleal cuando se realiza con un fin concurrencial, yes contrario ala bue- na fe comerd a las sanas costumbres mercan- tiles © a los usos honestos en materia industrial © comercial La Ley 256 ha incluide todos los casos particula- res de compertncia desieal que consagraba el Cédigo de Comercio, salvo “los medios o siste- mas encaminados a crear deserganizacién gene- tal del mercado’, el cual debe entenderse cobija- do por el concepto general de competencia des- leal farticulo 7o de la Ley 256), y ademds, consa- {nuevos casos tipicos de la misma, ‘Como novedad, la ley esablece una responssbi- lidad objetiva, segiin la cual para la configura: ign del acto de competencia desleal basta la in- fraccién externa de la norma que la prohibe mas et Ft it Foro del Jurista la presencia de un dafio 0 amenaza, climinando Ia consideracisn de todo elemento inteacional © culpaso. Ademés, tampoco exige la configura- cién del dafio, pues dice que basta con la ame- raza del mismo, Por oto lado, se restringen lis cusuls de exclusive dad en los contratos de suministo, Y por timo, se derogan las disposiciones sobre propaganda comer- cial desea (arculo 77 C. de Co) LA DECISION 486 DE 2000 DE LA COMISION DE LA COMUNIDAD ANDINA Bl aniculo 258 de la decisién 486, considers como desleal todo acto vinculado @ fa prapiedad industrial realizado en el Ambito empresarial y contrario a los usos y précticas honestos. Esta norma no debe incerpeetase aisladamente ya que el articulo 22 del deerero 2591 de 2000, que reglaments. parcialmente la Decisién 486, expresamente dispuso que la conductas ée com petencia desleal previstas en el Titulo XVI de la Decisién 486 deben aplicarse en concordancia con lo dispuesto en la Ley 256 de 1996, De acuer- do con lo anterior, los actos vinculados a la pro- picdad industrial para que puedan ser conside- rados como desitales deben, ademds de ser con- trarios a los usos y prdeticas honestos, reunir los requisivos contenidos en la Ley 256 de 1996, y que sean realizados en el mercado con un fin coneurrencial La Superintendencia de Industria y Comercio por medio de la circular externa 10 de 2001, en al cieulo VIT del capitul tercero expresamente sefialé: “en las investigaciones sobre competen- cia desleal que se adelancen canforme a la deci- sin 486 de 2000 de la Comision de la Comuni- dad Andina, se atenderé lo previsto en el capitu- o VIII del Decreto 2591 de 2000". LA COMPETENCIA DESLEAL La competencia indebida tiene dos manifestacio- nes; primera, que se presenta cuando el compe- tidor acta de manera coneraria al honcado y normal desenvolvimiento de los negocios: y la segunda, la competencia monopolista que tiene lugar cuando se pretende suprimir la competen- cia, bien sea pactando con otro comerciante competidos, © bien sometiéndolo a una influen- cia dominante. Dentro de esta segunda forma, encontramos la subespecie del monopolio que se puede ejercera través de formas come el este (el cdttel puede ser de produccién, de venta, de precios o de marerias primas, y con él se preten- de imponer precios inequitativos en el metca- do, segiin se dijo anteriormente), y el rast que tiene por finalidad producir una indebids res- teicei6n a la libre competencia, En este articulo, sélo nos ocuparemos de la pr: mera manifestacién de competencia indebida. NATURALEZA JURIDICA DE LOS ACTOS DE COMPETENCIA DESLEAL La doctrina ha concebido, que es constitutivo de competencia desleal, todo acto realizado por tun comerciante competidor que sea contratio a la buena fe, honestidad y corteccién, o a la ley 0 a los usos y cosrambees de los comerciantes y que impide el normal desenvolvimiento de los negocios conforme ala aplicacién de la ley de la oferta y la demanda, El origen y la naturaleza juridica de esta figura ‘comercial en sv mds estricta concepci6n, ha sido objeto de largos ¥ no menos eontedictoris deba- tes, que en altima instancia han arrojado como resultado las eorlas que a continuacién se explican. TEORIA DE LA RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL Esea teorla francesa explica la nacuralezajurdica de la competencia desleal asimikindola en un todo y por todo a la responsabilidad civil exeraconeactua, que por lo tanto requiere de los mismos elementos inccgyatves de aqualla, esto es: tun acto ¢ hecho dafino, un dafio, y una reacién de causalidad encre el hecho y el dato Esa teorts sept se expres6, no la compartimos por cuanto los actos consttutivos de competen- | cia desteal no tequieren de la produccién efecti- va de un datio, bastx que el acto sea reprobable por ser contratio a la ley, a los usos 0 a las cos- tumbres mercantiles. Asi pues, basta que el acto sea contrario al s6lo uso mercantil, por ello ni siquiera se requiere que viole una costumbre. TEORIA DE LA PROTECCION DE LA PERSONALIDAD. Esta tess es sostenida porel juristaalemén Kohler. Segiin el autor, las normas sobre competencia dsleal protegen el derecho de las personas en general, ranto de consumidores como competi- dores. La violacién de estas normas implica una afrenta contra la dignidad y el respeto que se debe a las personas, el cual surge no s6lo de las normas penales sino también en el Ambito de las normas, que en el derecho privado, protegen la competencia. Esta teorla peca por su generali- dad y abstraccién por cuanto todo el derecho tiene por objeto regular la conducta humana y sgarantizar la dignidad y el respeto que navural- mente se le debe al hombre TEORIA DEL ABUSO DEL DERECHO, Parte dela base que dentro de un régimen de liberad de comercio en el cual, como premisa bisica, est plenamente petmitida la competencia, quien Ia ejerce por fuera de los limites para cuya finalidad ests establecida, desviéndola y empleando medics contrariosa la ey a as précticas y usos mercantile, esti abusando de su derecho, Es sumamente atractiva por cuanto explica la naturalezajuridica dela competencia en el cam- po mismo de la libre competencia, slo que fun- damentindola en el desvio de la finalidad que bbusca la competencia, esto es, el exceso en el cjercicio del derecho, que por su individualis- moa veces se olvida que en ikima instancia todo derecho individual esté llamado a cumplir con una funcién social que, por lo dems, debe cum- plir todo el derecho, En otras palabras, el derecho individual de libre ‘competencia encuentra su limite y su exceso en donde empieza la fancién social que debe eum- plir el derecho individual en una sociedad com- petida, de libre mercado, Es obra de la juris- prudencia y de la doctsina encontrar ese punto de convergencia entre cl derecho individual y su funcidn social, para poder mantener ese claro cequilibrio entze las fueraas del mercado. Bs esta la dindmica que en todo tiempo ha tenido y ten dé la actividad mercantil por la fuerea misma de los acontecimientos del derecho con TEORIA DEL ACTO EXCESIVO cial Ouros teorizartes, entre ellos el maestro Paul Roubier, sostienen que el acto de competencia desleal es un “acto excesivo” por cuanto desvia de su finalidad los principios en que se funda mencan las libertades civiles, en la medida en {que conteafa los usos y las précticas que en toda tiempo han movido la libertad de obrar en el comercio. Fn realidad, esta teoria no es més que tuna presentacién distinta de la teorla de Josserand, segiin la cual el acto de competencia desleal, en el fondo, es constieutivo de un abuso del derecho. TEORIA DE LA PROTECCION DE LA HACIENDA Ripert y Carnclutti sostienen que las norm: sobre compoenca desl son constiaar dl proteccién a la hacienda, al patrimonio de log demés comerciantes competidores. Al parecet estos autores se olvidan del consumidor y de ly proteccién jurjdica que a éste se le brinda con las normas sobre pricticas restrictivas a la come petencia, Anteriormente se manifests conformided, en parte, con la teorla de Louis Josserand que en- cuenta en la competencia desleal un tipico acro de abuso del derecho, Esta teorla considera que quien abusa, desvia la finaidad de su derecho y, en consecuencia, quien compite deslealmente, esti desviando fa competencia. Pero la adhe- sién por esta tesis es s6lo en principio, ya que se considera que el abuso del derecho y la compe- tencia desleal son dos instituciones auténomas € independientes, que han encontrado en los cordenamientos jueldicos una reglamentacién propia y en algunos casos con importantes dife- sad! oy + Timer §B Foro del Jurista rencias, No necesariamente tiene que presen- tarse correspondencia perfecta entre los elemen- tos de una u otra figura, so pena de que ésta 0 aquélla se desestructuren. TEORIA DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA De la lectura cuidadosa de Ia ley 256 de 1996 podemos inferir que la misma al excluir el ele- mento dolo y adn la culpa del sujeto activo de la conducta de competencia desleal consageé la res- pansabilidad objeriva del sujeto, que incurre en la conducta desleal, ya que s6la se requiere que se presente una de las conductas descrtas en la ley sin que, adicionalmente, se requiera la pre- sencia de dafio 0 perjuicio, basta que el acto sea potencialmente dafino al orden social, Enel inciso 2° del arefculo 20 sc legitima a quien piense que pueda resuitar afectada por actos de competencia desleal para instaurar la acci6n con- sagrada en dicha norma y solictar as la provee- cién corzespondiente. ‘Adelante se ahondard y argumentard sobre los Aesarrallos doctrinales y jurisprudenciales de esta importance teoria que aqul séio enunciamos por cuestiones metodolégicas. LA COMPETENCIA DESLEAL PROPIAMENTE DICHA a competencia implica la posibilidad de con- currir a un mercado en iguaidad de coudiciones por parte de dos o més empresarios, con el fin de satisfacer necesidades mediante un mismo producto o servicio, y en el cual ninguno de los comerciantes, en comparacién con los demés, 5 tan supremamente poderoso econdmica, fi- nanciera yla administrativamente, como para poder manejar a su antojo los precios ee los pro- ductos 0 servicios oftecidos. En la competencia perfecta 6 pura todos los comerciantes estén en igualdad de condiciones y se excluye, por lo mis- ‘mo, la existencia de monopolios que conseeifian al consumidor a tomar una decisién tnica, sin posibitdad de eleccién, Esta competencia por set ideal, no es posible en una sociedad de gean- des grupos econémicos, como la actual La competencia, segiin se dejé expuesto, tiene ‘en nuestro ordenamiento juridico claros funda mentos constitucionales, por lo cual es Icio efer- cerla dentto de un dimbito de honrades y correc cid; es decir, de acuerdo con los usos y com- portamientos normales ex el comercio. Cual- uier conducta que desborde estas pricticas usua- les, se constituye en perniciosa y por lo mismo, en reprobable y punible civilmente. Sin embargo, a veces ocurre que la ley por moti vos de orden piblico y de interés social, excluye ciercas actividades de la ibe competencia entre particulares, caso en el cual nos encontramos frente a los monopolios lepales, en donde esté prohibida la inicativa particulars. v. gt la pro- duccién de material bélico, la produceién de lie cores, tc, campos en los cuales no pueden los particulares desplegar su inieiativa, porque de hacerlo, esta competencia seta ilicita por cuan- to con ella ze infingira la prohibicién de com- peti, establecida por el estado, También ocurre que la ley prohibe, en ciertos casos, competi, aunque no se trate de monopolios, como por ejemplo, el que los administradores de las s0- ciedades no pueden competele ala sociedad (art. 23 numeral 7 de la Ley 222/95). De otto lado, existe también la no competencia contractual, que es aquella competencia que est prohibida por un convenio entee las partes con-," tratantes, ¥ que nuestro ordenamiento ha consi- derado posible, en muy pocas ocasiones, pore que con tales pactos se viola el principio const tucional de la libertad de empresa la liber de competencia; por ejemplo, la elfusula por medio de la cual un dependiente de una empre- | sa determinada se compromete, por cierto tiem- po, a no realizar personalmente la misma activi dad ejecutada para la empresa. El articulo 44 del Cédigo Sustantivo del Traba jo, considera valida aquella cl4usula del contrato de trabajo en la cual el trabajador se obligue a no trabajar en determinada actividad 0 a no pret tar sus servicios a los competidores de su par! 10; pero sefiala que una ver verminado el contra- to, dicha eldusula no produce efecto. Esta misma disposicién en el inciso segundo permitia que los trabajadores técnicos, indus- tales 6 agricola estipularan, hasta por un afio después de concluido el contrato de trabajo, que no prestarian sus servicios a los competidores de su patrono. Esta norma fue demandada ante Ja Corte Suprema de Justicia y fue declarada i constitucional el 18 de julio de 1973, ya que la corte considers que se trataba de una disposi- ci6n legal que restringia a obligacién social de ‘rabajar consagrada en el articulo 17 de la Carta Politica La Ley 256 de 1996 en el articulo 19 consagra tuna presuncién, segsin [a cual, se considera des- leal el pacto de cliusulas de exclusividad en los contratos de suministto, cuando dichas eléusu- Jas tengan por objeto o como efecto, restringit el acceso de los competidores al mercado, © monopolizar la distribucién de productos o ser- vicios, o afecten la decisién del consumidor 0 comprador. Nos encontramos en efecto, frente a una norma prohibitiva, de carécter privado, que debe ser interpretada, por lo mismo, en forma restrict vai es deci, la exclusividad podré ser pactada en todo tipo de contratos diferentes al suministro. Es principio general del derecho privado que todo squello que no esté expresamente prohil do, estd permitido. A pesar de que el articulo 1330 del Cédigo de Comercio, que regula el contrato de agencia comercial, dice expresamente que a éste se le aplicarén en lo pertinence las rnotmas que regulan el contato de suministo, la prohibicién de pactar eldusulas de exclusividad no se extiende al contrato de agencia comercial Porque se trata de una norma que pugna con la estructura misma del contrato de agencia comer- ial, lo cual puede deducirse del arvfeulo 1318, el cual dispone que “salvo pacto en contratio, el tempresatio no podta servitse de varios agentes en una misma zona y para el mismo ramo de actividades o productos’ La Superintendencia de Industria y Comercio sélo considera desleales aquellos pactos capaces de producir un efecto sustancial en la disminu- iin de la competencia, sea porque restringen el acceso 0 otros competidores © porque monopo- lizan la distribucién de productos 0 servicios En el concepio 02008933 del 19 de marzo de 2002 manifesté que no todo pacto de exclusive dad tiene el cardcter de desleal. Sélo aquellos acuerdos en los que se eviéencieel objeto 0 efee- to sefialado en la norma, es devi, la restriccién del acceso de los competidores a un determina- do mercado 0 el monopolio en la distrbucién de productos o servicios, podrin consideruse como desleales. Y adelante express: “la presen- cia de pactos © conteatos en contratos (sic) © relaciones juridicas no constituye per se, una conducta que vulnera las normas sobre la com- petencia atendiendo a los principios de la libre competencia econémica y el desarrollo de los principios de la auronomia de la voluntad’. De ouo lado, existe incertidumbre doctrinaria al no poder determina, con toda certeza cudl es interés jurdico cutelado en las normas sobre competencia desleal En realidad, es muy diflil concretar exactamen- teel punto, por cuanto con las normas de com- petencia desleal se trata de proteger, no sélo a los comerciantes competidotes, sino al propio consumidor, lo cual nos obliga a descarear un interés necamente patrimonial y nos induce a considera, al igual que en la doctrina europea, ‘que con tales normas se trata de proteger el ejer- Cicio del derecho colectivo a competi y se apunta a evitar los abusos y desviaciones en el ejercicio de este derecho, que como todo derecho, debe tender al cumplimiento de una Finalidad social, deponiendo en favor de ésta todo interés de rai- gambre netamente individualist En los ordenamientos jurldicos europeos se pro- tege, en primessugar, al consumidor, quien esté ‘asi que indefenso frente a los excesos que pue- da cometer el empresario, persona a la cual se le considera como econémicamente més fuerte en las relaciones de mercado. Por ello, en esta rela- cién empresario consumidor, se trata con més benevolencia a este siltimo, quien por lo mismo se ve relevado de soportar ciertas cargas, cuan- do trata de buscar la indemnizacién por los ac- tos desleales del empresario; por ello, la respon- eat Ft oi 2 Bi Foro del Jurista sabilidad de este tiltimo es objetiva, segin vere mos mas adelante. La Resolucién 6049 del 5 de abril de 1999 pro- ferida por la Superinsendencia de Industria y Comercio express: La generalidad de los casos de competencia desleal afectan exclusiva individualmente a cualquier persona que participe o demuestre su intencién de participar en el mercado, cuando sus intereses econdmicos resulten perjudicados o amenazados, No obstante, de, manera excepcional, el acto desleal, puede afectar, ademds otros intereses. DEFINICION DE COMPETENCIA DESLEAL La Ley 256 de 1996 en su articulo 7 inciso 2°, acoge la definicidn que de competencia desleal adopta el Convenio de Pate, que fue incorpora- do 4 nuestro ordenamieato juridico, mediante Ia Ley 178 de 1994, segin la cual: "se considera que constituye competencia desleal, todo acto 0 hecho que se realice en el mercado con fines concurrenciales, cuando resulte contrario a las sanas costumbres mercantiles, al principio de la bbuena fe comercial, a los usos honestos en mate- ria indwsteial © comercial, © bien cuando esté encaminado a afectar o aece {a libertad de de- cisién del comprador o consumidor, 0 el Funcio- namiento concurrencial del mercado”. Anteriormente, de acuerdo con lo dispuesto en cl articulo 20 de la Ley 59 de 1936 (marzo 25), por medio de la cual se aprobé la Convencién General Interamericana de Proteceién Marcaria y Comercial, se definié como competencia des- leal y por canto injusto y prokibido, “todo acto contrario a la buena fe comercial y al honrado y normal desenvolvimiento de las actividades in- dlustriales y mercantiles (.)". ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE LA COMPETENCIA DESLEAL A pesar de que la bey 256 de 1996 en sus articu- los 8 a 19 hace una enunciacién de aigunas con- ductas consideradas como constitutivas de com- petencia desleal, se estima que esta enunciacién de ninguna manera es taxativa o limitaiva, como tampoco lo eran los eventos enunciados en el derogado articulo 750 del Cédigo de Comercio (Decreto 410 de 1971). Para una mayor ficilidad y mejor comprensin, se tanscriben las respectivas norms del ey 256 Articulo 8°. Actos de desviacién de la clien- tela, Se considera desleal toda conducta que tenga como objeto 0 como efecto desviar la lientela de la actividad, prestaciones mer- cantiles © establecimientos ajenos, siempre que sea contraria a las sanas costumbres mercantiles 0 3 los usos honestos en materia industrial © comercial Arsiculo 9°. Actos de desorganizacién. Se con- sidera desleal toda conducta que tenga por ob- jeto 0 como efecto desorganizar internamente la empresa, las prestaciones metcantiles 0 el establecimiento ajeno. Artieulo 10°, Acros de confusién. Se consi- dera desleal toda conducta que tenga por cb- jeto 0 como efecto crear confusién con la ac- tividad, las prestaciones mercantiles 0 el esta Dlecimiento ajenos. Articulo 11°, Actos de engafio. Se considera deslealroda conducta que tenga por objeto 0 coma efecto inducie al piblico a error sobre Ia actividad, las prestaciones mercantiles 0 el establecimiento ajenos. Se presume desleal la utilizacién o difusién de indicaciones © aseveraciones incorrectas © falsas, la omisién de las verdaderas y cual- quier otro tipo de préctica que, por las ci. unstancias en que tenga lugar, sea suscept- be de inducie a error a las personas a las que ig 0 alcanza sobre la setvidad, las pres taciones mercanciles 0 el establecimiento aje- nos, asf como sobre la naturaleza, el modo de fabricacibn, las caracteristcas, la apttud en empleo o a eantidad de los productos. Articulo 120, Actos de descrédito, Se coasi- era desleal Ia utiizacién o difusién de indi- “J caciones © aseveraciones incorrectas 0 fal- sas, la omisién de las verdaderas y cualquier ‘otto tipo de préetica que tenga por objeto 0 como efecto desacreditar la actividad, las prestaciones, el establecimiento o las eelacio- res mercantiles de un tereero, a no ser que sean exactas, verdaderas y pertinentes. Articulo 13°, Actos de comparacién. Sin perjuicio de lo establecido en los articulos 11 y 13 de esta ley, se considera desleal la comparacién pitblica de la actividad, las pres: taciones mercantiles o el establecimiento de comercio propios o ajenos con los de un ter cero, cuando dicha comparacién utilice in- dicaciones 0 aseveraciones incorrectas 0 fal- sas, u omita las verdaderas. As{ mismo se considera desleal toda comparacién que se refiera a extremos que no sean anélogos ni comparables Articulo 142, Actos de imitacién, La imita- cin de prestaciones mereantiles e iniciai- vas empresariales ajenas es libre, salvo que estén amparadas por la ley No obstante, la imitacién excta y minuciosa de las prestaciones de un terceso se considera desleal cuando genere confusién acerca de la procedencia empresarial de la prestacién 0 ‘omporte un aprovechamiento indebido de la reputacién ajena La inevitable existencia de los indicados ri 0s de confusién 0 de aprovechamienco de la reputacién ajena excluye la deslealtad de la prictica ‘También se consideraré desleal la imitacién sistematica de las prestaciones e iniciativas cempresariales de un competidor cuando di- cha estrategia se halle encaminada a impedit us obstaculice su aiemacién en el mercado y cexceda de lo que segiin las circunstancias, pueda reputatse como una respuesta natural del mercado. Articulo 15°. Exploracién de la reputacién ajena, Se considera desleal el aprovechamien- ‘© en beneficio propio o ajeno, de las venta- jas de la repuracién industrial, comercial 0 profesional adquirida por oto en el merca- do. Sin perjuicio, de lo dispuesto en el Cédigo Penal y en los tratados internacionales, e con- sideraré desleal el empleo no autorizado de sig- nos distintivos ajenos o denominaciones de origen falss o engafiosis aunque estén acom- paftadas dela indicacin acerca de la verdadera procedencia del producto o de expresiones ta- les como “modelo”, “po, Sistema’, “tipo, “las, “género", ‘manera’, “imitacin® y similares”. Articulo 16 Violacién de seeretos. Se consi dra desleal la divulgacién o explotacin, sin autorizacién de su titular, de secretos indus- itiales 0 de cualquiera otra clase de secretos empresariales a los que se haya tenido acce- s0 legitimamente pero con deber de reserva, © ilegitimamente, a consecuencia de algunas de las conductas previstas en el incisosiguien- teo en el articulo 18 de esta ley ‘Tendré asimismo la consideraci6n de deslea, la adquisicién de secretos por medio de es pionaje o procedimientos andlogos, sin per- juicio de ls"sanciones que otras normas es- tablezcan, Las acciones referentes a la violacién de se- cretos procederin sin que para ello sea pte- ciso que concueran los requisitos a que hace referencia el artfeulo 2° de esta ley. ‘Articulo 179, Induccién a la ruptura contrac- tual, Se considera desleal la induccién a tra- bajadores, proveedores, clientes y demés obli- gados, a infringi los deberes contractuales bé- sicos que han contraido con los competidores ‘Ua inducei6n a la erminacién regular de un coatrato 0 el aprovechamiento en beneficio propio a ajeno de una infraccién contractual ajena solo se califica desleal cuando, siendo conocida, tenga por objeto la expansién de tun sector industrial o empresarial 0 vaya acompafiada de cireunstancias tales como el engafo, la intencin de eliminat a un com petidor del inercado u otros andlogos. Aniculo 18°. Violacién de normas. Se conside- ra desea a efectivatealizacibn en el mercado de una ventaja competiiva adquirida frente a los competidores mediante la inftaccién de una rnotma juridica. La ventaja ha de se signifcatva este Fe fat +2 Foro del Jurista Articulo 19°, Pactos desleales de exclusivi- dad, Se considera desteal pactar en los con- tratos de suministro cldusulas de exclusivi- dad, cuando dichas cliusulas tengan por ob- jeto © como efecto, restringir el acceso de los competidores al mercado, © monopolizar Ia distibucién de productos 0 servicios, ex- cepto las industrias licoreras mientras éstas sean de propiedad de los entes terstoriles Si nos detenemos en el andlisis de los elementos que consideramos esenciales para que se estructure tun acto de competencia deslealteniendo en cuen- «las disposiciones anteriormente transcrtas, y lo establecido por el aticulo 2° de la ley, encon- teamos los siguientes elementos: Acto concurrencial o de competencia Para que podamos calificar una conducta como constitutiva de competencia deslel, éta puede rea liarse entre personas que tratan de satsfacer una misma necesidad por medio de un mismo producto © servicio, en un mismo lugar o tertitorio, y al mismo tiempo. Seggin lo establecido expresamente por el arieu- lo 3, inciso 2° de la Ley 256/96, la aplicacién de Ia ley sobre competencia desleal, no pods supe- ivarse, necesariamente, a la existencia de una relacidn de comperencia entre el sujeto activo y el sujeto pasivo en el acto de competencia desleal, por lo que evencualmente pueden presentase ac- tos de competencia desleal entre personas que no son competidores. Desde ahora, se deja constancia, que de confor- rmidad con el articulo 21 de la ley, los consumi- doves y las corporaciones profesionales o gremia- les, sin necesidad de ser parte en una relacién de ‘competencia desea, tienen accién para soliciear que se remuevan los efectos producidos por el acto de competenciay se indemicen los perjui- ios que se les causaron, De conformidad con la regulacién del Cédigo de Comercio, no constitula competencia desleal acre de denigracisn que de mala fe hiciera un profesional de la empresa de fa cual habla sido despedido, desprestigiéndola, por rencos, ya que aqui no estébamos frente a un acto entre com- petidores, si se tiene en cuenta que el profesio- nal no realiza la misma actividad comercial de la empresa; se tataba, tal ver, de un caso de res- ponsabilidad civil extracontractual que posible- mente generaba responsabilidad del profesional a favor de la empresa denigrada sin justa causa La misma hipétesis anterior, segtin lo estableci- do por el citado inciso 2° del articulo 3 de la Ley 256/96, puede eventualmente dar lugat a una accién de competencia desleal, a pesar de que los sujetos activo y pasivo no se encuentren vin- culados por una relacién de competencia siem- pre que el acto de denigracién del funcionario dlespedido infrina la prohibicién general consa- grada por el aciculo 7° dela ley, lo esablecido en Jos articulos 8 a 19. El acto debe tener fines concurrenciales, es de- cin, de participacién, bien sea de manera per- manente u ocasional en un mercado determina- do, por lo que de una maners ldgica se deduce como requisito adicional, que el acto debe ser contemporinco, esto es, coexistir en el tiempo y en el espacio con las actividades de mercado lee vadas a cabo por el sujeto pasivo. El inciso 2° del art. 2° de la Ley 256 de 1996 consagra una presuncién segin la cual se consi- deta que existe fin concurrencial cuando, por las circunstancias en que se realiza el acto, te 7 se sevela como objetivamente idéneo para rat tener 0 incrememar la participacién en el mer- cado de quien lo realiza o de un vere. En virtud de la norma citada, es vllido afi mar que cuando un competidor realice una actuacién que se avizore como efectiva para conservar 0 aumentar su participacién en el mercado, la ley presume la finalidad concurrencial y por ello al sujeto demandante en la accidn de competencia desleal le bastard probar la idoneidad del medio empleado por i demandado, Ast pues la finalidad concurrencial, se presenta #4 siempre que el acto sea apto para conservar 0 aumencar Ia participacién en el mercado, inde- pendientemente de cual hays sido la real inten- «i6n del comerciante. La Superintendencia de Industria y Comercio en concepto 03006841 del 31 de marzo de 2003 mmanifesté que para que una conducta sea repti- rida como desleal debe “(..) haber tenido fines concurrenciales, es decis, haber proporcionsdo la posibilidad de participar o intervenir en o mercado, lo cual presume la ley cuando la actua- cién es objetivamente idénea para mantener 0 incrementar la patticipacién en el mercado del actor o de un tercero”, El acto debe ser indebido El acto de comperencia ademds de reaizarse con una finalidad concurrencial, debe ser indebido, cs decir, contratio a las sanas costumbres mer cantiles, 0 a los usos honestos en materia indus- trial 0 comercial o al principio de la buena fe ‘comercial este punto es uno de los més dificiles cen al andlisis de la competencia desteal, porque cs imposible hacer una enumeracién taxativa de tedos y cada uno de las conductas comerciales ebidas. Es la costumbre mercantil, por temisién expre- sa que a ella hace la ley, la que determina en cada caso, sila conducta del competidor que causé decrimento es 9 no constitutiva de competencia desleal, independientemente de que la violacién de la costumbre sea consciente o inconsciente, voluntaria 0 involuntaria, inocente o perversa. Basta que tenga por objeto o como efecto una conducta que pueda ser aalificada como desleal, sin nevesidad de otro elemento subjetivo. La costumbre a la que nos referimos, es la lla- mada costumbre integrativa dela ley, 0 costum- bre secundum legen, cuya funcién es la de com- pletar determinadas disposiciones legals en las que expresamente se invoca la costumbre. “En estos casos -dice Rocco-, en ver de expresar la ley una disposicién concreta, eleva a norma de conducta obligatoria la préctica general o indivi- dual, porque estima diffi seala a priori lo que requieren ciertas relaciones, y es mas sencillo rse a aquella sistematizacién de hecho que en el porvenie indiquen las necesidades mismas de tales relaciones. Estos usos son obligatorios con independencia de la voluntad privada, por imponerlo la ley” En la costumbre secundum legers, la ley comer cial se abstiene de regular coneretamente el cas0, y de paso se evita un exceso de reglamentacién y un casuismo desproporcionado, remitiendo para la solucién del caso a la costumbre comercial, la ‘cual entra a ocupar un espacio en blanco que deja la ley. Tor ello la costumbre secundum legem, no esau téntica fuente formal de derecho, sino un instru nto ocasional, de hecho, utilizado por el le- lador para integrar o complementar el comte- nido de la ley comercial positiva ‘As{ entonces, nos encontramos frente a una cos tumbre como iyente subsidiaria de derecho co- mercial por remision expresa que @ ella hacia en ‘ste punto tanto el Cédigo de Comercio, como la Ley 256/96 que es fa que actualmente regla- rmenta la materia, y que por lo mismo participa de la obligatoriedad que corresponde a la ley comercial imperativa, como primera fuente de derecho comercial. El Cédigo de Comercio exige en su articulo 3, que en ningin caso la costumbre mercantil po- ded ser contraria a la ley comercial, con lo cual estd prohibiendo la existencia de la costembre contra legem y prescribe cuales son los elementos ue debe reunir para ser el, por lo que nos 1 mitimos al capitulo donde analizabamos las Fuen- tes del derecho. El que compite esté en la obligacién social de cumplir con el deber de la correccidn y la honra- dez en favor de la colectividad consumidora y del competidor. En los paises capitalistas, Ia posibilidad de com- petir es un derecho de todo ciudadano que com- porta un deber frente a todos los demés: la rec- titud y Ia hontader. La violacién de este deber, genera una obligacién que consiste en reparar los perjuicios ocasionados por el incumplimien- to de ese deber u obligacién ciudadana ‘Todo derecho debe ejercerse en forma tal, que se cumpla la tutela por él perseguids, y aden este Fee! at # Foro del Jurista que se logre una Gicalidad pdblica y social, por cuanto, como reza nuestra Constitucién, la pro- piedad y cl derecho que ella genera deben cum- plir una funcién social, En la competencia desleal se contraria la finali- dad social y econémica del derecho de compe- tir los derechos deben entenderse como faculta- des relativas de las cuales no*se puede abusar, por el interés coleetivo que existe en el eercicio de todo derecho individoal, independizentemen- te de que en el ejercicio abusivo se obre con dolo 0 con culpa. Es bisico entendes, que en Colombia estamos bajo un régimen de responsabilidad objetiva, y por ello basta demostrar, que la conducta tuvo como objeto 0 como efecto, una conducta de las enunciadas en la ley como desleales o que la con- ducta fue violstoria de una costumbre © de un uso y,adicionalmente, demostrar que un comer- ciance competidor determinado actus contratian- do esa costumbre o ese uso, causando un perjui- cio, para que la conducta sea constitutiva de competencia desleal; siendo entonces proceden- te la reparaciOn de los perjuicios con ella causa- dos, lo mismo que Ya soliciaud de las medidas cautelares que sean del caso, tendientes a evitar la repeticién del hecho o Ia extensién, real 0 potencia del dati, Un acto de competencia también se considera petencia desleal: + Explotar, sin autorizacién de su poseedor le- gltimo, un secreto empresarial al que se ha tenido acceso con sujecién a una obligacién de reserva resultante de una relacién contrac- tual 0 laboral. + Comunicat o divulgar, sin autorizacién de su poscedor legitimo, el secreto empresarial referido en el inciso a) con énimo de ebtenet provecho propio o de un tercero 0 de perju- dicar a dicho poscedor. + Adquirit un secreto empresarial por medios illeitos © contrarios a los usos comerciales honestos. + Explotar comunicar © divulgar un secreto cempresarial que se ha adquirido por los me- dios reeridos en el inciso + Explotar un secreto empresarial que se ha obtenido de otra petsona sabiendo, o debien- en Fs el at § Foro del Jurista 0 suber, que la persona que lo comunics adquieié el secreto por los medios referidos en el inciso, 0 que no tenla autoriaacion de su poseedor legitimo para comunicatlo. + Comunicar 0 divulgar €l secreto empsesatial cobtenido conforme al incso ¢), en provecho propio o de un tercero, 0 para perjudicar al poseedor legltimo del secreto empresa tun secreto empresasal considerars adqui- Fido por medios contratios a los usos comer- ciales honestos cuando la adquisicién resulta- 13, entre otros, del espionaje industrial el ineumplimiento de un contrato u otra obli cién; el abuso de confianza, la infidencia, incumplimiento de un deber de lealtad, 0 la instigacién a realizar cuslquigra de es10s actos. También son actos constitutivos de competen- cia desleal, segin el articulo 17 de la Ley 256, la induccién a trabajadores, proveedores, clientes y dems obligados, a infrngie los deberes con- tractuales que han contraida con los competido- fs, aunque tales actos no produzcan la desorga- nizacidn de la empresa, ni se obtenga realmente la tevelacién de sus secretos. Se sanciona en la Ley 256196 al procedimiento de mala fe, diigi- do a desorganizar la empresa del competidor, y hay lugar a sancién, aunque realmente no se obtengan los fines perseguidos de desorganiza- cidn de la empresa competidora Con relcién al hecho de privar al competidor de sus téenicos 0 empleados de confianza, como acto constitutivo de competencia desleal, es ne- cesario hacer las siguientes peecisiones No hay competencia desleal por parte del em- pleado, porque segsin se dijo, ste no compite; ii de quien le offece trabajo por el solo hecho de que este ultimo logre contratat los servicios de aquél. No hay ilcitud, simplemente porque en el ordenamiento jueidico colombiano estd ‘arantizado el derecho de libertad de trabajo; si asf no fuera, los buenos empteados no tendelan, Ja oportunidad de progresar laboralmente “Tampoco habia ilicitud en el caso de que fue- ran varios los empleados que pasaran de una ‘empresa competidora a trabajar en otra que sea su competidora. Lo que la Ley 256/96 ha pre- ‘visto en el arefculo 9° y ha querido sancionar, es Ja intencién dolosa de privar a un competidor de sus empleados, con la sola Finalidad de cau- sarle dao; no sanciona el hecho de una mejor propuesta de empleo por un mejor salario 0 por mejores condiciones de trabajo. La sla laboral de la Corte Suprema de Justicia, en fallo proferido el 24 de abril de 2001. M.P José Roberto Herrera Vergara, al pronunciarse sobre el deber de lealtad que tiene el trabajador respecto de su pattono manifesté que “no se cumplirin_ las obligaciones elementales de leal rad sel empleado se aprovecha de sus funciones y del conocimiento que a través de llas adqpuie- re, para utilizar el negocio de la empresa en be- neficio propio, haciendo competencia indebida a su empleador mediante el ofrecimiento de ven- tajas econdmicas superiores a ls beindadas por la entidad crediticia (empleadora)” La misma Corte, sala civil, en Jurisprudencia proferida el 24 de mayo de 2002, expediente 7328, M.P Silvio Fernando Trejos Bueno, ma- nifests que el simple hecho de que el trabajador compita con el empleador no es suficente para califcarla como acto de competencia deslal, para lo cual es necesario demostrar ademés des concurrencia en la actividad comercial que di- cho empleado desarrolla, actos de competencia desleal, mientras tanto sélo se evidencia el libre cjercicio de la libertad de empresa que es un principio protegido en el ordenamiento jurldico colombiano, En ei mismo sentido de la jurisprudencia ante- | rios la Superintendencia de Industria y Comer- cio en concepto 01100187" emitido el 30 de 2 noviembre de 2001 manifests: 4 2. Dentro de un mercado libre y competit- vo como el colombiano todas las personas tienen el derecho de concur a él buscando atraer el mayor niimero de consumidores posible y si lo logran, sus competidores ven disminuida la demanda de las prestaciones * mercantiles que oftecen. Es asi como, en el. caso planteado por usted el ex-trabajador ties! ne el derecho a realizar las mismas activida- des que so ex-empleador dentro del mercado fi pero si se vale de medios desleales que istorsionen el mercado, su conducta se hace reprochable, Y més adelante ageega, la Superintendencia, que no esté prohibido a un trabajador, una ver pro- ducido su retio, establecer eelaciones a nombre propio o de sesceeas, en las cuales estén involu- crados los mismos servicios que su antiguo empleador presta y con la clientela de éte La Ley 256/96 no enumeré los procedimientos para desorganizar internamente una emptesa, ¢ hizo bien, porque existe gran vatiedad de con- duceas constieutivas de competencia desleal. ‘También sanciona otra modalidad llamada “pac- 10 de boicor”, que es el acuerdo celebrado entre tun empresatio con los proveedores, distribuido- res o teansportadores de un competidor suyo, y por el cual convienen que dts se abstengan de surinitegle materia prima, de eleetuate las ven~ tas, 0 simplemente de transporias las materias primas o productos sceminados del competidor. Todas estas formas 0 procedimientos desleaes, pretenden frenar el normal funcionamiento de Ia empresa competidora, violando minimos prin- plot de éxica en los negocios dentro del nor- mal y honrado funcionamiento de la comperen- cia comercial ACTOS ENCAMINADOS A LA DESORGANIZACION GENERAL DEL MERCADO. Este tipo de conductas fueron previstas por ta Ley 256/96, en los articulos 18 y 19, que repri- men la violaeién de normas y los pactos deslea- les de exclusividad, debido a que el efecto inme- dato que ambas pueden producit, apunta direc tamente hacia la desorganizacién general del mercado. Esta manera de competic deslealmente suele practicarse por intermedio de clertas formas res- trictivas del comercio, tales como el diemping, el creel, el srust, el acaparamiento, la especulacién, alteracién y modificacién de calidad, cantidad, peso 0 medida, el pinico econdmico, “el dafio en materia prima y producto agropecuario o indus- trial", figuras estas iltimas contempladas en el ‘estaruto penal actual como “delitos contra el or- ",y que ademis de cons: titur actividades punibles penalmente, son cons: titutivas civilmente de compeencia desleal, dan- do lugas, consecuencialmente, a la reparacién de perjuicios, den econdmico y soc Veam: En el dumping, un competidor econdmicamente poderoso, enajena sus productos sin utilidad, inclusive, por un precio inferior al costo de prov duccién, hecho que no puede ejecutar su com- petidor econdmicamente mis débil, con lo cual almente consigue que este slkimo no resist la ‘comperencia y salga del mercado. La disminu- cién en los precios tiene que set con el propési- to de desalojar del mercado al competidor, por- aque el solo hecho de vender a bajo precio, no es constitutive de ningsin ilicito; por el contrat, sociahmente ¢s conveniente. En cl cértel, varios empresatios competidores convienen, en decrimente de otros, unificar pre: cios, disminuirlos, mantenetlos, distribuirse te> rritorios, etc. Son monopolies de hecho aquellos que se crear cn el mercado sin ninguna proteccién legal y en vireud de rales 0 tas condiciones econdmicas, natu ificiales, de las cuales se beneficia una determinada empresa al ejercer una posicién prevalente en el mercado, fijando a su antojo los precios de productos o servicios. El srut es aquellafusién de empresas que viene como finalidad eliminar 0 absorber una empresa competidora, en perjuicio del mercado y de los competidores, por desmejora en la produccién, distribucién © procesamiento de un producto, El edttel, el monopolio y el srus estin prohibi- dos como précticas restrctivas del comercio por la Ley 155 de 1959, que como vimes, no fue derogada en esta parte por el actual Cédigo de Comercio, ni por la Ley 256/96, por cuanto es- 1 bree goats cop Navan! ‘ice Cone fo 20 et nae oe, 2) oer cape | cn ces mt ste aid a cam cope, 8) ssn woos go eanrn pse de sca eee rts 9 ac ast © 31 oan cog ds soe st sigs 2) pk a see seoun cor agen gen Se mona est sin ont 9 am Ss, cna pte ein. rae ees ‘sna con a nt rondo pops nae tse ae pear Aw ec ner 8) an ar 9 dé presen ee ‘eo "ort wa mpm sigs etn 8 perc oni ot le ho tb ett et po pio ‘coma «etre ve nd core 8 own pop icon pet petra perme in Foro del Jurista ‘as tltimas normas no se encargaron de la sega mentacién de rales eacerias Recapitulando el tema de las diversas formas de competencia desleal, podemos afirmar que las disposiciones que describen, aunque no axativamente, conductas se consideran consti tutivas de competencias desleal, estén content das en normas nacionales como fa ley 256 de 1996 (Aet. 7,8 a 19): y también lo estén en nor- mas supranacionales, como los articulos 259° y 262" de la Decisién 486 de 2000 de la Comi- sién de la Comunidad Andina, que consagran algunos actos de competencia desleal vinculados a la propiedad industrial. Pero, en todo caso, las conductas descritas en normas supranacionales también se pueden uicaren uno de los cuatto tipos de que habla Roubier. RESPONSABILIDAD OBJETIVA O RESPONSABILIDAD SUBJETIVA Para lx mayorta de los doctrinantes nacionales que se refirieron al tema de la competencia deslel regulada en el Cédigo de Comercio (Ats 75-77 del C, de Co,, derogados por Ia ley 256), para que se presentara competencia desleal, era necesaio, en todo caso, la exstencia de mala fe, entendiendo ‘este coneepto como conducta dolosa 0 culposa; sin embargo, no compartimos ese citer. El Cédigo de Comercio hacia una enunciacién de conductas desleales en los seis primeros ordinales del articulo 75, peroyen los ordinales séptimo (7°) octavo (8°) no utilizaba los verbos rectotes que citaba en los primeros seis ordinales, ni vetbos similares que dieran a entender la ne- cesidad def elemento doloso para la subsuncién de la conducta competitiva deslea, lo cual intro- ducla ya un elemento de incertidumbre acerca de la necesidad 0 no de que se presentase mala fe pata la tipificaci6n de la conducta desleal; entendiéndose por mala fes lo indebido, inusual, contrario a las costumbres mercantles vigences. Elordinal noveno (9°), del articulo 75 del Cédi- 0 de Comercio, rezaba ast: “9°, En general cualquier otro procedimiento similar a los ante- riores, realizado por un competidor en detsimen- to de otros o de la colectividad, siempre que sea contrario a las costumbres mercantiles” El Cédigo de Comercio innecesatiamente enun- ciaba conductas constitutvas de competencia dese Jeal ert forma aislada, casuista, en los ocho prime- ros ordinales, pero de esas enunciaciones no se cexttala una definictén de competencia desea Conforme a cierto sector de la doctrina en el campo del derecho comercial, era constitutive de competencia desleal “(..)eualquier ots0 pro- cedimiento (..) salizdo por un competidor en detrimento de otros 0 de la colectividad, siem- pre que sea contrario a las costumbres mercan- tile” (ordinal 9°, art. 75 C. de Co.). Fs entonces evidente que esta definicién en nine guna parte exigfa dolo en el procedimiento des." leal para que la conducta resulara reprobable; bastaba que ef procedimiento fuese contrario a las costumbres mercantiles y realizado por un competidor en derrimento de otto, o de oto 0 de Ia colectividad. Ast entonces, en vigencia de | Ja normatividad anterior, debla tomarse la nor- sma general que s6lo exigla que el acto fuese con- tratio a las costumbtes mercantiles Si para tipificarse un acto de competencia des» leal se requiriese la existencia de dolo 0 de cul pp, no harlamos otra cosa que negat la exsten: cia misma de la teorfa en el derecho comer como institucién propia, y sera suficiente pata explicar estos fenémenos, la teorla delictual cuasideliceual instituida en el ariculo 2356 del Cédiga Civil, inciso primero (1°), por remiss 82 del Cédigo de Comercio : La Jurisprudencia de la Corte Suprema de ust: cia expedida bajo la vigencia de la ancetions normatvidad en materia de competencia dese (Anes 75 a 77 del Cédigo Civil), fel ala orl subjetiva dela responsabilidad civil exraconractity sao aceptaba como conducta consitutvas de cote § petencia deseal aquellas en las cules no s: Jumbrara que el actor hubiese actuado con dé © culpa. Es asf como en providencia proferida' dl 12 de septiembre de 1995 expresé: “A diferencia de lo que parece insinuar en términos generales el articulo 75 del C. de Co. en el sentido de consagrar all la exigencia de un comportamiento doloso del competi or demandado para que se configure la insti- tucidn de la comperencia deseal, el numeral 9%. de dicho precepto se encatga de despejar sa duda al tipificat asf mismo como tal cual- quier conducta culposa de aquel que, siendo contraria a la costumbre mercantil, afecte los Imereses de sus rivales. No es entonces in- dispensable la existencia de dola en el de- mandado para que se estructure esta figura, porque la conducta culposa cambién puede ddr lugar a ella, cualquiera sea el grado de la rmisma. También e! 19 de noviembre de 1999 ea misma Corporacién en jurisprudencia del Magistrado José Fernando Ramicez Gémex, con respecto al clemeato subjecivo del dolo o culpa en la conducta de competen- cia desleal dij: ‘demas, dicho precepto (art. 75 C.Co.) en su concepcién general, no siempre exigia el “deliberado propésiro” o condueta intencio- nal del competidor demandado (dolo), coma parece entenderlo el Tribunal, pues como en ‘uras ocasiones lo ha predicado la Corpora cién (Sent. de 12 de septiembre de 1995), tuna conducta culposa, cualquiera sea la gra- vedad de la misma, resuitasuficiente. Aun- aque los primeros seis numerales del arxicelo 75 del C. de Comercio, empleaban verbos rectoressignificativos de la intencién dafina preconcebida: “encaminados a’, “tendientes idos 3°, el num. 9 del mismo texto legal disipaba toda duda, pues éte englobaba “cualquier otro procedimiento similar a los anteriores, realizado por un competidor en detrimento de otros o de lacolectividad, sier- pre que sea contrario a las costumbres mer-

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