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PADRE DOMINGO DE TACUAREMBÓ

Su nombre civil era Umberto Orsetti (sin H; como se ve, era un apellido y nombre italianos). Era hijo de
Domingo Orsetti, agricultor, y de María Andrea - ambos italianos, originarios de la provincia de Udine -,
tal como figura en su partida de nacimiento, en Paso de los Toros, el 2 de Junio de 1899.
Este personaje maravilloso, un verdadero santo (se iniciaron acciones en Roma para su beatificación),
nació el 18 de Mayo de 1899, en la casa de sus padres, en la llamada Colonia Bella Vista (fundada por
familias italianas), a orillas del río Negro, departamento de Tacuarembó.

Fue bautizado como Umberto Domingo Orsetti, el 25 de Mayo de 1899.

La madre del Padre Domingo era comadrona, es decir, que ayudaba a las parturientas en los partos,
pues en aquellos tiempos no existían las parteras, los bebés nacían en sus casas. Casualmente la
madre del Padre Domingo fue quien asistió a la madre del Padre Celestino en su nacimiento.

El Padre Domingo nació en Tacuarembó y desde temprana edad, junto a su familia, se traslada a
Montevideo, a un asentamiento que quedaba lindando a La Teja: "Nuevo Paris", que los vecinos
llamaban "La cachimba del piojo". En 1910 ingresó al colegio de los Capuchinos, en su barrio, donde
cursó hasta el liceo, aunque no pudo terminarlo, por enfermedad y recomendación de los médicos,
quienes diagnosticaron que «tenía el corazón muy desgastado», y le pronosticaron poco tiempo de
vida.

Fray Domingo crece en un ambiente familiar y cuenta que siendo muy joven, casi un adolescente, un
fraile le preguntó un día si quería hacerse capuchino, y él, sin saber de qué se trataba, dijo que sí. Y lo
cierto es que nunca había pasado por su mente la idea de la vida religiosa. Al poco tiempo decide
entrar en la orden de los Hermanos Menores Franciscanos. Le comunicó a los suyos la decisión, y su
familia lo apoya.

Terminada la Primera Guerra Mundial, el 19 de Junio de 1918, el que sería el futuro padre Domingo fue
enviado a Génova, Italia, donde ingresó como novicio en la Orden Capuchina. Se inscribió como
Domingo de Tacuarembó y fue consagrado sacerdote el 15 de Agosto de 1926 (día de la festividad de
la Virgen de la Asunción) y destinado a la provincia de Santa Fe, Argentina.

Realiza sus estudios en Italia, especialmente en Teología, y al ordenarse como Sacerdote adopta el
nombre Domingo de Tacuarembó por su lugar de nacimiento, que era lo que se estilaba, en señal de
que era un hombre nuevo.

En 1928, regresó al Uruguay como teniente cura, a la iglesia de su barrio Nuevo París en Montevideo.
Su salud se deterioró cuando trabajaba como director de los estudios de Filosofía y Teología, en el
convento de San Antonio, en 1932, por contagiarse de tuberculosis con sus visitas diarias a los
enfermos del hospital Fermín Ferreira.
En 1940 llegó a Maldonado un fraile con grandes dotes de sacrificio: el padre "Domingo de
Tacuarembó", como se hacía llamar y como firmaba. Al mejorar, en Noviembre de 1940, fue nombrado
superior y párroco de Maldonado. Fue investido y tomó posesión de la parroquia el 10 de Enero de
1941.

En el barrio Bella Vista, de Maldonado - llevaba el mismo nombre que el barrio que lo vio nacer en
Tacuarembó-, compuesto por gente muy humilde y de escasos recursos, elevó una capilla dedicada a
la Virgen de los Treinta y Tres Orientales. Es el primer templo en nuestro país erigido en honor a esta
Virgen de los «33». Su piedra fundamental la colocó el padre Domingo, el 25 de Agosto de 1941 y su
construcción la concluyó en noviembre de 1943.
En la Laguna del Sauce, un grupo de vecinos que desde tiempo atrás clamaban por poder tener una
Capilla, tuvieron una rápida respuesta del padre Domingo. Se dedicó él mismo a levantar las paredes,
junto con agricultores y nuevas familias que se estaban asentando en las inmediaciones. Los atraía la
belleza del lugar, las ilusiones de vida y la determinación en hacer progresar una zona con grandes
necesidades desde la desaparición - con el deceso de Don Antonio Lussich - de las plantaciones de
árboles, que provocó desocupación y la caída en la demanda de alimentos producidos en las chacras.

Fue fraile, sacerdote, cura párroco, misionero, director de colegios en Uruguay y en el interior de
Argentina, consejero provincial, director de seminarios, maestro de novicios, fundador de innumerables
obras, de caridad y de actividad, en comunidades enteras.

Fue chofer, horticultor, constructor, albañil, escultor: la gran estatua de San Francisco de Asís que se
erigió sobre el cerro del Abra de Perdomo fue realizada por sus propias manos; la llevó a su dimensión
de cinco metros de altura, más otros cinco metros de base, luego de proyectarla a partir de una
pequeña imagen.

Con sus propias manos construía viviendas en los barrios pobres de Maldonado, fue ciclista de
resistencia hasta los ochenta y siete años - montado en su preferido y único vehículo visitaba a los
fieles del departamento -, concurría a donde se lo necesitaba, erigía capillas y oratorios, oficiaba la
Santa Misa en los más recónditos parajes del departamento...

A pesar de su pequeño y castigado físico, vencía todas las dificultades. Era de imaginación
desbordante, con un gran poder de convicción, que contagiaba y así conseguía lo que se propusiera.

DOMINGO, HOMBRE DE ACCIÓN

Domingo observó que la iglesia carecía en su exterior de una imagen de San Fernando, patrono de
Maldonado, así que contrató un escultor argentino para que realizara la estatua, que luce la Catedral
entre las dos torres. Este escultor a su vez contrata un albañil, para que haga la estructura y
basamento. Como buen observador, Domingo sigue paso a paso la escultura, y ve que el artista ha
sacado medidas de la existente en el retablo de la iglesia y las ha multiplicado; estos datos le servirán
para otro proyecto.
Nuestro fraile quería que su amada iglesia parroquial fuera consagrada, y así se lo hizo saber al que
después fuera el primer Cardenal uruguayo, Monseñor Barbieri, también capuchino y Arzobispo de
Montevideo. Barbieri viene a Maldonado, recorre la iglesia y nota que la piedra "ara" de mármol del
altar mayor no tiene contacto en la tierra y así no puede consagrar la iglesia. Domingo pone manos a la
obra, y debajo del altar hace un pozo, llegando a la tierra, donde levanta un pilar de ladrillos hasta que
éste tocó la piedra del altar, y con eso la iglesia fue consagrada por Monseñor Barbieri, dando fé de
ello las cruces de mármol blanco que están en las columnas de la nave central.

 Colegio Virgen del Carmen del Santander.


 Reconstrucción de la hoy Catedral de Maldonado.
 Capilla Nuestra Señora de la Asunción en Laguna del Sauce. (1943)
 Escultura de San Francisco en Abra de Perdomo.
 Reforma y restauración de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria.
 Capilla de Los Treinta y Tres, hoy Parroquia Nuestra Señora de Los Treinta y Tres.

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