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04 - Actividad Administrativa
04 - Actividad Administrativa
TINAQUILLO, COJEDES.
MODULO IV
ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
Rocío Hernández
C.I.: 19.889.053
INTRODUCCION
De lo anterior resulta, que toda actividad administrativa es, ante todo, desde
el punto de vista formal, una actividad que siempre es de carácter sublegal, es
decir, de ejecución directa e inmediata de la legislación (así las leyes
reglamentarias correspondientes no se hayan dictado) y de ejecución indirecta y
mediata de la Constitución. Por supuesto, también las actividades judiciales son
siempre de carácter sublegal, siendo la diferencia entre una y otra de carácter
orgánico, en el sentido que las actividades judiciales siempre las realizan órganos
autónomos e independientes en ejecución de la función jurisdiccional, como lo son
los órganos que ejercen el Poder Judicial.
FORMAS DE ILEGALIDAD
Se dice también que existe un Poder Reglado siempre que, frente a ciertas
circunstancias de hecho, la autoridad está obligada a tomar una decisión,
señalada por la Ley, sin libertad para escoger entre varias posibles soluciones,
pudiendo decirse que en tales casos que la conducta le está dictada de antemano
por el derecho. Ejercen poderes reglados los administradores de rentas, los
rectores de las universidades del Estado, los funcionarios encargados de expedir
certificados de solvencia de un impuesto o tasa, el registrador de la propiedad
industrial, etc... En todos estos casos, el funcionario actúa, en cumplimiento de
una pauta legal, sin libertad alguna de elección.
En los años de la Primera Guerra Mundial fue concebida esta teoría. En esa
época, y lo mismo durante la Segunda Guerra Mundial, la circunstancia
considerada fue la circunstancia de guerra y de allí derivaron para el ejecutivo los
poderes de guerra, o sea, facultades no previstas en el ordenamiento jurídico de
las cuales podría hacer uso el ejecutivo mientras durase la crisis bélica.
Acto administrativo
Actos de trámite: Son aquellos actos que la administración dicta sin que medie
ningún trámite previo. (Análogos a las sentencias interlocutorias)
3) Según su contenido:
De trámite: Es aquel acto que no pone fin al asunto, sino que tiene carácter
meramente
Preparatorio.-
5) Según su impugnabilidad:
Firmes: Son los actos que ya no pueden ser impugnados por vía ordinaria de
recurso y sobre el cual el único recursos que se puede ejercer es el de revisión.
Impugnables: Es el acto administrativo que puede ser impugnado, bien sea por
vía administrativa (recursos) o por vía contencioso administrativa.
5) Expresión sucinta de los hechos, de las razones que hubieren sido alegadas y
de los fundamentos legales pertinentes.
REQUISITOS DE FONDO.
Elementos
El acto nulo de nulidad absoluta no puede crear ni producir ningún efecto,
derecho u obligación. La Corte Suprema de Justicia ha establecido en algunas de
sus sentencias que los actos administrativos nulos de nulidad absoluta se tienen
como si nunca se han dictado. Ej: Un acto administrativo cuyo contenido sea
delito. Por otra parte, el acto nulo de nulidad absoluta, es impugnable en cualquier
momento y así sucede en vía administrativa, pues el artículo 83 de la LOPA
permite que a solicitud de parte, en cualquier momento la administración pueda
revocarlos. Además los funcionarios que emiten actos administrativos nulo de
nulidad absoluta incurrirían en responsabilidad penal, administrativa y civil.
NULIDAD RELATIVA.
Para que todo acto administrativo sea eficaz, se requiere que sean
formalmente conocidos por sus destinatarios; si se trata de un acto de efectos
particulares, en principio debe ser notificado al particular y si es un acto de efectos
generales debe ser publicado.
Competencia administrativa
Elementos Esenciales.
Sujetos. Por lógica, los sujetos por una parte, el particular y por la otra, el
ente de la administración pública que pretende celebrar un contrato. En lo que
respecta al particular, no basta tener la capacidad de ejercicio que señala la
legislación civil, sino que además, si se trata de personas jurídicas, sus
representantes deben acreditar fehacientemente su personalidad. Es oportuno
mencionar que la capacidad del particular se rige tanto por normas de Derecho
Privado como de Derecho Público. Con relación a la Administración Pública, su
competencia para contratar la reconoce la Constitución en su Artículo 234: "
Cuando el Estado tenga que celebrar contratos para realizar obras o adquirir
bienes... deberán someterse dichas obras o suministros a licitación pública,
excepto en los casos determinados por la ley". Entonces tal elemento parte de que
uno de los contratantes debe ser la Administración Pública y el otro una persona
natural o jurídica.
Elementos no Esenciales.
El contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más personas, que tiene por
objeto producir obligaciones. Esta misma noción es la aplicada tanto para el
derecho privado como al derecho público. Por tanto, esta figura es de carácter
general, común a todas las ramas del derecho. Por tanto, sus elementos son los
mismos.
Según el autor Lares Martinez, “una primera condición exigida para que un
contrato sea administrativo consiste en que una de las partes, al menos, sea una
persona pública estatal: entre nosotros, la República, un Estado, un Municipio, un
Instituto Autónomo, una empresa del Estado sujeta a régimen de derecho público”.
En cuanto al objeto del contrato
Según el autor Lares Martínez, “se entiende que los contratos celebrados
por la administración que tengan por objeto servicios industriales y comerciales
idénticos a los que prestan los particulares, encajan normalmente en la categoría
de los contratos de derecho común; se les presume contratos de derecho común,
salvo que en razón de cláusulas especiales o de condiciones particulares de
funcionamiento del servicio, pueda reconocérseles el carácter de contratos
administrativos”.
Los contratos públicos, contratos del Estado o contratos estatales son todos
aquellos contratos en los cuales una de las partes (pueden ser las dos –contratos
inter-administrativos-) es una persona jurídica estatal,7 es decir, que está
integrada en la organización general del Estado, sea que se trate de una persona
jurídica político territorial (República, Estados, Municipios), o de personas de
derecho público (pe. los institutos autónomos) o de personas de derecho privado
(pe. las sociedades anónimas del Estado o empresas del Estado) estatales. Estos
contratos del Estado, en nuestro criterio, han sido denominados en la Constitución
como “contratos de interés público” (nacional, estadal o municipal), y en el pasado,
en escasísimas leyes, algunos de ellos fueron denominados como “contratos
administrativos. La Constitución de 1999, como la ley suprema y principal fuente
del derecho administrativo, en materia de contratos del Estado, en la Sección
Cuarta del Capítulo I del Titulo IV sobre el “Poder Público”, regula a los “contratos
de interés público”, noción que en los artículos 150 y 151 se adoptó para identificar
a los contratos suscritos por las entidades públicas, es decir, las personas
jurídicas estatales, o las que integran el sector público y que en general se
engloban en la noción de “Estado”. Esa noción de contratos de interés público
puede considerarse como equivalente a las nociones de contratos públicos8 ,
contratos del Estado9 , o contratos de la Administración10; o a la noción en ingles
de Public Contract11; a la francesa de contrats de l’administration12; a la italiana
de contratti della pubblica ammistrazione13; o a la portuguesa de contratos de
administração pública14; todas tendientes a identificar contratos en los cuales una
de las partes de la relación contractual es el Estado, es decir, un órgano de la
Administración Pública o una entidad pública, los que además, en general, tienen
fines de interés público. Esa fue la intención de la propuesta que formulamos
respecto de esa norma ante la Asamblea Nacional Constituyente durante la
elaboración de la Constitución de 199915 . En virtud de que Venezuela está
organizada como un Estado federal (Art. 4, C.) con tres niveles de gobierno
(nacional, estadal, municipal) (Art. 136 C.), la intención de la regulación de los
“contratos de interés público” en el artículo 150 de la Constitución, que se
clasifican en “contratos de interés público nacional”, “contratos de interés público
estadal” y “contratos de interés público municipal”; fue referirse a los contratos
suscritos, respectivamente, por entidades públicas nacionales, entidades públicas
estadales y entidades públicas municipales16. En consecuencia, la intención de la
regulación constitucional fue considerar como contratos de interés público
nacional, a aquellos concernientes al nivel nacional de gobierno (diferente a los
niveles estadales y municipales de gobierno), porque son suscritos por entidades
públicas nacionales, es decir, por la República o institutos autónomos nacionales o
empresas del Estado nacionales. Sin embargo, debe advertirse que la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia No. 2.241 del 3 de
septiembre de de 2000,17 restringió inconvenientemente esta noción de “contrato
de interés público” del artículo 150 de la Constitución, con el objeto de comprender
sólo aquellos contratos sucritos por la Republica, los Estados y los Municipios en
los que esté envuelto un interés público nacional, estadal y municipal; quedndo
excluidos de la denominación los contratos públicos suscritos por los institutos
autónomos o empresas del Estado.
Posterior a este evento muchos han sido los pronunciamientos de esta sala
en relación a la definición de contratos administrativos,
Como entonces es un contrato, quiere decir que habrá voluntades entre las
partes, una que genera obligaciones que será:
2) la otra parte podrá ser un particular u otro órgano administrativo también que se
comprometerá a cumplirlas
CONCLUSION