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La defensa de nuestros derechos

Repetimos: el feminismo es la defensa de la igualdad de derechos entre hombres y


mujeres. No sabemos cuántas veces habrá que decirlo antes de que todo el mundo lo
entienda. Luchamos por conseguirlo, por buscar la equidad en las diferencias y convivir
en una sociedad justa e igualitaria.

El derecho a vestirnos como queramos...

No nos referimos solo a que las mujeres en algunos países musulmanes estén
obligadas a cubrirse con diferentes tipos de velos. Contra eso hay que luchar, por
supuesto. Pero también queremos vestir como queramos, sin que se nos
acuse de exhibicionistas, de provocar o, desde una visión muy anticuada del
feminismo, se crea que ir a la moda, pintarse los labios o preocuparnos de nuestro
aspecto sea algo que nos resta un ápice de credibilidad....y a ser como seamos
Porque el body shaming en las redes sociales también mata. Porque podemos ser
criticadas por gordas, por flacas, por tener mucho pecho, por tener muy poco...
Por nuestro cuerpo, en general. Reivindicamos el derecho a vivir felices con
nosotras mismas, sin que nadie se sienta con derecho a insultarnos por ello.

La lucha codo con codo con los hombres

Porque necesitamos hombres feministas para que la lucha funcione, para llegar a
la igualdad real. Y queremos amarlos, sin que nadie se atreva a creer que los
odiamos. Son nuestros aliados, nuestros amigos y nuestros amores, y queremos
relaciones sanas con ellos, sin micromachismos, sin desigualdades. Que ellos
sean los primeros en apoyar nuestras posturas.

La defensa de nuestros derechos reproductivos

Que ser mujer no tenga nada que ver con ser o no madre. Que podamos decidir cuándo y cómo
serlo. Que ninguna mujer tenga que renunciar a ser madre porque pueda perder su trabajo, o
porque los permisos de maternidad sean demasiado cortos o porque el padre no se implique en el
cuidado.

La derogación de términos vejatorios

Que zorra deje de significar lo que todo el mundo sabe que significa. Que solo sea la hembra del
zorro. Que no se utilice puta como el insulto estrella a cualquier mujer que destaque (el caso de
Hillary Clinton durante la campaña electoral es una buena muestra de ello). Que el lenguaje se
adapte a los nuevos tiempos y las nuevas realidades.

El justo reparto de tareas domésticas y cuidado de los hijos


Tampoco aquí lo hemos conseguido aún. La situación ha mejorado, claro, pero España, en
concreto, sigue a la cola de Europa en el reparto de tareas en el hogar. No lo decimos nosotros, lo
dice un estudio de la Universidad de Oxford.

El derecho a caminar tranquilas por la calle

Sin que nadie nos persiga al grito de «guapa, guapa». Sin que nadie crea que nos hemos puesto
una minifalda para provocar. Sin que nuestros actos se puedan considerar un eximente para
comportamientos delictivos. Sin que haya quien se crea con el derecho a tomar por la fuerza el
cuerpo de una mujer. Y que, si lo hace, toda la fuerza de la justicia caiga sobre él. Sin que se juzgue
a la víctima, su aspecto o su comportamiento. Y sin que, por supuesto, haya mujeres que van a la
cárcel por ser violadas.

La lucha, feroz, contra la violencia machista en todas sus manifestaciones

Cómo no. Quizá la mayor lucha que tenemos por delante. Porque, solo en España, 60 mujeres
murieron a manos de sus parejas o exparejas el año pasado. 54 en los dos años anteriores. Van 40
en lo que llevamos de 2016. Porque crece el maltrato en la adolescencia. Porque los machistas nos
están matando y en esa pelea debemos estar todos.

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