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ORÍGENES, CRÍTICA Y VISIÓN DEL NUEVO SISTEMA PROCESAL PENAL

Es posible afirmar que el nuevo Código Procesal Penal debe su existencia en gran medida a
las numerosas críticas formuladas con serio fundamento desde diversos sectores en contra
del sistema de enjuiciamiento criminal vigente en la Región Metropolitana hasta Junio de
2005 y del modo inquisitivo que encarnaba.
Se ha llegado a sostener que dicho sistema se encontraba francamente colapsado, toda vez
que no era capaz de ofrecer una solución adecuada, eficiente y oportuna a los problemas
que planteaba la investigación criminal en la actualidad y de ofrecer, al mismo tiempo,
instancias y mecanismos que se inserten dentro de las normas de un justo y debido proceso.

Las críticas referidas reconocían 2 grandes vertientes:


1. El Juez del crimen, debido a su papel de “Juez Inquisitivo”, debía asumir todos los
roles dentro del antiguo procedimiento criminal.
2. Falta de preocupación que advertían los críticos por los Derechos Fundamentales de
la Persona, que según afirman, condujo a su permanente transgresión.

PRINCIPALES CRÍTICAS
A) El modelo vigente en la Región Metropolitana hasta Junio de 2005 se encontraba
impregnado por el modelo inquisitivo , tomado de la legislación española en boga en
Europa a partir del siglo XIII.
En virtud de dicho modelo, el juez debía asumir diversos roles que lo conducían a dirigir la
investigación del hecho supuestamente punible, a reunir las pruebas o evidencias, sin
intervención ni contradicción del inculpado, a acusarlo y luego condenarlo, si adquiría el
convencimiento necesario a través de la sustanciación del proceso.
Para estos efectos la investigación, al menos en su primera fase, requería ser secreta y con
un actor único: EL JUEZ.
En suma de acuerdo con el modelo inquisitivo y dentro de un procedimiento normalmente
secreto, el juez era:
o Investigador
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o Acopiador de pruebas y evidencias


o Acusador fiscal en nombre de la sociedad y
o Sentenciador con respecto a su propia acusación.

B) Falta de preocupación por los Derechos Humanos.


La preocupación por los DDHH y por los mecanismos procesales que hacen posible su
ejercicio dentro de un juicio criminal, ha ido creciendo en el tiempo, en la misma medida
que se han acrecentado las críticas al modelo inquisitivo, por estimarse que dicho no los
respetaba satisfactoriamente.
Esta es una de las principales críticas al antiguo modelo procesal penal, al que se ha
culpado de no respetar los Derechos y Garantías de orden procesal en la sustanciación de
juicios criminales, especialmente con respecto al imputado.
Los DDHH han sido un factor que ha estado siempre presente en las peticiones de reforma
de los sistemas de enjuiciamiento criminal en los países latinoamericanos.
El reconocimiento de los DDHH, así como las garantías de orden procesal que hacen
posible su ejercicio se contienen en la Constitución de distintos países y también en los
Tratados Internacionales. Éstos pasan a tener vigencia obligatoria en los países signatarios
que los han ratificado legalmente, cobran especial relevancia el “Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos”, la “ Convención Americana de DDHH”, también conocida
como Pacto de San José de Costa Rica.

C) Principio de Inocencia incumplido.


Reconocido en nuestra legislación y en Tratados Internacionales, ello ha generado como
consecuencia que en el antiguo modelo no se hayan reconocido al imputado el ejercicio y
goce de ciertos derechos durante la sustanciación del juicio. Esta situación, condujo,
muchas veces a que fuera tratado como un culpable de un delito antes que se dictara
sentencia condenatoria en su contra.

D) Prolongación indebida de la prisión preventiva.


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La
excesiva prolongación del antiguo juicio criminal comprensiva por las instituciones del
Sumario y Plenario determinaban que en forma justificada o no se mantuviera la prisión
preventiva del procesado durante largo tiempo, entendiéndose ligada al curso del juicio
criminal.
Esta es una de las situaciones más criticadas por abogados y profesionales vinculados al
Derecho Penal, ya que, implicaba una privación de libertad SIN CONDENA.

E) Lentitud y duración excesiva del juicio.


La lentitud con que se decretaban y cumplían las diligencias de investigación en un proceso
criminal trajo como consecuencia un prolongación excesiva de la etapa sumarial. Por otra
parte, durante el Plenario, no existía una tramitación ágil y expedita que, respetando los
derechos de las partes, lo condujese prontamente a la dictación de la sentencia definitiva.
Así el juicio criminal se arrastraba durante años, poniendo una distancia temporal muy
grande entre la comisión material del hecho ilícito y la sentencia que debe pronunciarse.
Debemos agregar adicionalmente la carga de trabajo de los jueces ( se avocaban en muchas
ocasiones a desarrollar otras funciones)

F) Aplicación estricta del principio de legalidad.


Debido al cumplimiento estricto del principio de legalidad, que inspiraba al antiguo
Código de Procedimiento Penal, resultaba obligatorio investigar todas las denuncias que se
efectuaban a la Policía o al Tribunal por más que se sepa de antemano – debido a los
antecedentes proporcionados- que muchas de ellas no tendrán éxito.
En virtud de dicho principio, como sabemos, el tribunal estaba obligado a dar curso,
ingresar y ordenar la instrucción del sumario correspondiente y a disponer en su caso una
orden a la Policía para que investigara el hecho denunciado, dando con ello origen oficial a
una causa criminal.
Como resulta obvio, el destino natural en la mayoría de estas causas era el sobreseimiento
temporal que en la práctica implicaba el fracaso de la investigación policial.

G) Mantención indebida del secreto del sumario.


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El
sumario se prolongaba con frecuencia de manera excesiva y además de ello, éste era
secreto, por lo tanto, ni el imputado, ni la víctima, ni el querellante ni los terceros tenían la
oportunidad para ejercer debidamente esos derechos , con el agravante de que no sabían
exactamente cual era el curso que está siguiendo la investigación y de que manera ésta
afecta a sus derechos lo que aparte de ser injusto, conspiraba contra la transparencia del
sistema.

H) Delegación de funciones.
Excesiva e indebida delegación que algunos jueces efectuaban en empleados de secretaría,
denominados comúnmente “ Actuarios”, forzada además con la carga de trabajo atentó
contra la transparencia del sistema

I) Dificultad en el acceso a la persona del juez.


El secreto del sumario más la delegación de funciones, se ven agravadas por el hecho que
los imputados y demás intervinientes en un juicio criminal no disponían de un acceso fácil
y expedito a la persona del juez, los que regularmente son atendidos por los “actuarios”.

J) Falta de preocupación por las víctimas.


Finalmente se criticó al antiguo modelo por la poca preocupación que evidenciaba por la
suerte de las víctimas de los delitos muchas de las cuales, como es un hecho público y
notorio debían sufrir la victimización del delito.

RASGOS GENERALES DEL NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL


En Chile, la modernización a la administración de justicia en lo penal ha sido el resultado
de un largo proceso en el cual han intervenido numerosos expertos, líderes de opinión y
autoridades, quienes articularon los consensos para transformar un modelo anticuado por
uno en el cual se respeta el debido proceso y la presunción de inocencia. Dentro de los
objetivos perseguidos se ha tenido especial atención en las posibilidades de ofrecer a los
ciudadanos una justicia más transparente y objetiva. También se ha anhelado otorgar
justicia oportuna, que sin descuidar el legítimo debate y la correcta evaluación de los
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antecedentes por terceros imparciales, sea ágil y expedita. Junto a la transparencia y a la


velocidad de respuesta, también era urgente ocuparse de los niveles de acceso a la justicia y
a la comprensión de los ciudadanos de los mecanismos de resolución de conflictos, en
especial en el ámbito penal.
Si uno revisa el grado de cumplimiento de los objetivos planteados por quienes diseñaron la
reforma procesal penal, tendrá que llegar a la conclusión que los avances son auspiciosos.
La mayor transparencia se ve reflejada en la absoluta publicidad de las audiencias, a las que
pueden acceder todos los ciudadanos, ya sí observar el modo en que trabajan y toman sus
decisiones los jueces, los razonamientos empleados por las partes, y las solicitudes y
planteamiento que desarrollan los fiscales, defensores y abogados querellantes. La
transparencia permite al cliente controlar de un modo más fectivo el trabajo de los
abogados que los representan en estrados, al tiempo que genera condiciones favorables para
inhibir a todos los actores de conductas indebidas. Esta transparencia se ve materializada
también en la eliminación del secreto del sumario, permitiendo a todos a quienes tienen el
carácter de intervinientes acceder a los elementos de la investigación.
El nuevo sistema satiface asimismo la necesidad de una justicia oportuna, disminuyendo
ostensiblemente el tiempo promedio que tardaba la justicia en resolver los casos respecto de
los cuales debía pronunciarse, desde que los hechos eran denunciados hasta su juzgamiento;
pasando de un promedio de 4 años, a sólo 6 meses desde que comenzara a operar la
Reforma Procesal Penal. Este dinamismo del nuevo sistema encuentra también un soporte
en la utilización de mecanismos alternativos en la resolución de conflictos.
Mirando a la reforma en su conjunto, es posible concluir que representa un esfuerzo de
innovación normativa; lo cual se ha concertado sustituyendo un código vetusto –
estructurado a partir de lógicas inquisitivas-, por otro cuerpo de corte adversarial. Además
la reforma ha sido una apuesta de país hacia la modernización de la administración de
justicia, y un esfuerzo de coordinación sistemática al interior de la institucionalidad pública,
transformando las prácticas policiales y las funciones del poder judicial, mejorando los
servicios auxiliares y capacitando a los actores del nuevo sistema. En tal sentido, la reforma
ha implicado un cambio profundo en la cultura jurídica del país que de manera gradual ha
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otorgado espacios a los actores para que se acostumbren a nuevos estilos de litigación y
negociación penal.

Las principales innovaciones del nuevo sistema de justicia son:


1. Diversificación de las soluciones que ofrece el sistema de justicia penal.
La esencia de la Reforma Procesal Penal consiste en establecer un sistema procesal que
responda a las actuales exigencias de la sociedad chilena, lo que exige con frecuencia una
diversificación de las soluciones que puede ofrecer frente a los conflictos penales que le son
sometidos.
En efecto, producto de la inmensa gama de actividades que llevan a cabo las personas en el
mundo actual y las relaciones económicas, sociales y de todo orden que deben entablar, en
núcleos urbanos con grandes concentraciones de población, el número de conflictos de
orden penal que deben ser resueltos por la justicia penal, se ha multiplicado. A esto debe
añadirse que con la finalidad de extremar el control social, las autoridades, incrementan día
a día las conductas penalizadas con lo que Derecho Penal ha alcanzado una hiperinflación.
Por eso es necesario que el nuevo sistema de justicia penal adquiera una estructura capaz de
ofrecer una solución a un número y a una gama inmensa de conflictos.
El nuevo sistema establece un “abanico” de posibilidades de solución frente a los conflictos
penales, atendiendo a factores tales como la gravedad del delito, características de la
persona imputada, entidad de los perjuicios causados, bienes jurídicos afectados, entre otras
circunstancias relevantes.

2. El rol central en la determinación de la mejor solución corresponde al Ministerio


Público.
Este trabajo le corresponde a los fiscales del Ministerio Público quienes para conseguirlo
deberán emplear su propio criterio, el acuerdo con el imputado y su defensor, a través de
negociaciones directas.
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Por
esta razón el fiscal debe estar dotado de las facultades y de la confianza suficiente para
tener la iniciativa en buscar la mejor solución posible, contando con la colaboración del
imputado, y bajo el control del juez, quien debe cuidar que esa solución respete los
márgenes legales y sobre todo criterios de justicia.

3. Las soluciones van desde la Facultad de No Iniciar la Investigación hasta el Juicio


Oral.
Estas soluciones comienzan con la Facultad de no Iniciar la Investigación, porque el
hecho no es constitutivo de delito o se encuentra claramente prescrita la
responsabilidad penal, el Archivo Provisional de los antecedentes hasta que aparezcan
antecedentes que permitan iniciar una investigación; o la utilización del Principio de
Oportunidad que permite no iniciar un investigación o poner término a una
investigación ya iniciada por tratarse de un hecho que no compromete gravemente el
interés público.
Luego, ya iniciada la investigación y formalizada en contra de una determinado imputado,
pueden operar las salidas alternativas que son: La Suspensión Condicional del
Procedimiento y los Acuerdos Reparatorios; también es posible que se llegue a un
acuerdo que permita un procedimiento abreviado ante el Juez de Garantía.
No se debe dejar de contemplar la posibilidad del procedimiento simplificado, como
juicio oral desprovisto de mayores formalidades, que tiene lugar ante el juez de garantía
cuando se trate de hechos por los que se pida una pena inferior a presidio o reclusión
menores en su grado mínimo; y el procedimiento monitorio cuando se solicite la
imposición de una pena de multa tratándose de una falta.
Si no es posible utilizar ninguna de estas soluciones entonces se deberá llegar al juicio oral
propiamente tal el cual se desarrolla ante los Tribunales Orales en lo Penal, sea en su
modalidad ordinaria o bien en el juicio inmediato, cuando la acusación se presenta en la
misma audiencia de formalización de la investigación.

3. La oralidad constituye la forma esencial de producir las decisiones judiciales.


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Se
adopta la forma más transparente y rápida de conocer y resolver la controversia, que son las
audiencias orales que alcanzan su culminación, caracterizado porque el Tribunal forma su
convicción sólo con lo que ve y percibe por sus propios sentidos.

4. Se reconocen ampliamente las garantías de las personas.


Una de las ideas matrices del nuevo sistema procesal penal es hacer un amplio
reconocimiento de los derechos y garantías de las personas, especialmente del imputado ya
que, este es objeto de la persecución penal estatal. En ese sentido se asegura que toda
sentencia será pronunciada en un juicio justo respetando un cúmulo de garantías, entre
otras: presunción de inocencia, derecho a la defensa, derecho a la asistencia letrada, etc.

5. Se establece una nueva forma de organización y administración de los Tribunales.


Con el nuevo modelo se establece una clara separación entre las labores jurisdiccionales y
las administrativas de las que se libra a los magistrados, encomendándoselas a funcionarios
especializados.

LOS PRINCIPIOS DEL PROCESO PENAL EN EL CÓDIGO PROCESAL PENAL


Los principios jurídicos son pensamientos directivos que sirven de base o fundamento a la
organización legal de un determinado orden positivo, son las ideas fundamentales e
informadoras de la organización jurídica de una nación.
El siglo XX fue testigo como los fenómenos políticos y sociales que en él han tenido lugar
– caracterizado por los más brutales atropellos a los derechos de las personas- han generado
como consecuencia una reacción tendiente a proteger al hombre frente a los excesos del
Estado.
En esta forma, se ha dado luz a un movimiento de constitucionalización, esto es, de
elevación a los estratos superiores del ordenamiento jurídico, de las instituciones cautelares
de los valores del individuo, que además permitió la internacionalización y protección
universal de estos valores.
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Los
principios procesales conforman el “modo de ser” de un sistema procesal que cuenta con un
grado de inmutabilidad y generalidad.
Nuestro CPP tuvo como norte orientador, el Código Modelo del Proceso Penal para
Iberoamérica y la Ordenanza Procesal Penal Alemana.

PRINCIPIOS POLÍTICOS PROCESALES

RESGUARDO DE LOS DERECHOS DEL IMPUTADO.


Se recoge esta garantía de la nulla poena sine iudictio. Proclama, desde luego, la exigencia
de la imparcialidad judicial ( y luego desarrolla otras tan importantes como el principio non
bis in idem, la del juez natural, presunción de inocencia, derecho a la defensa, etc.)
Además se reconoce, un conjunto de posibilidades procedimentales de actuación, el
derecho del imputado a ser informado de manera clara y específica acerca de los hechos
que se le atribuyen; a ser asistido desde los actos iniciales de la investigación por el
defensor que él designe, y en su defecto por un defensor público, el derecho a no ser
obligado a declarar y en el evento de consentir, a no hacerlo bajo juramento, a no ser
sometido a tortura u otros trámites crueles, inhumanos o degradantes, etc.
Es de todos sabido que la simple actividad de investigación ocasiona a todos los afectados
trastornos, molestias e incluso perjuicios; con el afán de evitarlos o atenuarlos, se consagra
la existencia del Juez de Garantía quien deberá otorgar autorización previa a los fiscales
para llevar a cabo las actuaciones de instrucción que vulneren los DDHH del imputado o 3°
y sólo por la resolución que ellos emitan podrá procederse a la adopción de medidas
cautelares personales.

RESGUARDO DE LOS DERECHOS DE LA VÍCTIMA


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Se
exhibe una preocupación preferente por los derechos de la víctima, la víctima es el
ofendido por el delito, es decir aquella persona que sufre las consecuencias perniciosas del
hecho ilícito que se le atribuye al imputado. Este concepto se amplía en el evento que la
víctima no pudiere ejercer sus derechos por razones distintas, como la edad, estado de salud
o si resulta muerta al cónyuge, hijos, ascendientes, descendientes, conviviente, adoptante o
adoptado. La importancia del reconocimiento de la calidad de víctima tiene que ver con los
derechos que le confiere el ordenamiento art. 109 CPP:
 Solicitar medidas de protección frente a posibles hostigamientos, amenazas y
atentados en contra suya o de su familia.
 Presentar querella.
 Ejercer las acciones civiles
 Ser oída, si lo solicitare, por el fiscal antes de que éste pidiere o resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada.
 Ser oída, si lo solicitare, por el tribunal antes de pronunciarse acerca del
sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la
causa.
 Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia absolutoria, aun
cuando no hubiere intervenido en el procedimiento.

EFICAZ ADMINISTRACIÓN DE LOS RECURSOS PÚBLICOS DE PERSECUCIÓN


PENAL
Desde esa perspectiva se introducen nuevas instituciones procesales que permiten ahorrar
recursos y destinar los existentes a tareas relevantes para la mantención de la paz social.
La instrucción en manos del Ministerio Público, permite desarrollar y ejercer efectivas
políticas públicas de persecución penal, incentivando y desincentivando investigaciones de
conductas socialmente dañosas, entre estas nuevas instituciones tenemos:
 El Archivo Provisional: El fiscal ha quedado autorizado para disponer el archivo
provisional, si de ellos no resultan elementos que permitan desarrollar actividades
conducentes al esclarecimiento de los hechos. Se trata en consecuencia, de
determinar con realismo, las efectivas posibilidades de éxito que pueda ofrecer una
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investigación en atenación al número calidad y cantidad de material incriminatorio


de que dispone. No se trata de una cláusula definitiva, ya que, mejorada la calidad
de los antecedentes, la investigación podrá reanudarse.
 El Principio de Oportunidad: Enuncia que el MP ante la noticia de un hecho
punible o inclisive ante la existencia de prueba completa de la perpetración de un
delito, está autorizado para no iniciar, suspender, interrumpir o hacer cesar el curso
de la persecución penal, cuando así lo aconsejen motivos de utilidad social o
razones político criminales. Los principales objetivos del P.O. son:
1. Descriminalización de hechos punibles, evitando la aplicación del poder
estatal allí donde otras formas de reacción frente al comportamiento
desviado pueden alcanzar mejores resultados.
2. Eficiencia del sistema penal, procurando un descongestionamiento de una
justicia penal sobresaturada de casos.
En un sentido amplio, las aplicaciones del principio de oportunidad son de la más
variada especie:
Criterios que tienden a la descriminalización:
a) Adecuación social del hecho, se aplica a casos en que si bien el hecho cabe
eb la descripción abstracta de la ley, se trata de un tipo de comportamiento
que el legislador no tuvo en cuenta o incluso quiso dejar fuera del ámbito
punible, ya que, se adecúa al sentimiento generalizado del buen proceder o
del obrar fuera de la zona del comportamiento socialmente desviado.
( basurero a quien se le da una propina para la navidad)
b) Importancia ínfima del hecho, se trata de lo que se denomina en doctrina
como delitos de bagatela, o sea, hechos contemplados en leyes penales, cuya
reprochabilidad es escasa y cuyo bien jurídico se considera de menor
relevancia.
c) Ausencia de necesidad preventiva, se trata de casos en que el propio autor
sufre un daño como resultado de su propio comportamiento desviado que
supera con creces a la pena que se puede esperar de su persecución penal
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( conductor imprudente cuyo delito culposo ocasiona la muerte a u ser


querido)
En Chile, la aplicación del PO está regulado en el art. 170 del CPP, permitiendo a
los fiscales del MP no iniciar la persecución penal o abandonar la ya iniciada
cuando se tratare de un hecho que no comprometiere gravemente el interés público,
el delito tuviere asignada una pena mímina que no excediere de presidio o reclusión
menor en su grado mínimo y siempre que no se tratare de un delito cometido por un
funcionario públlico en el ejercicio de sus funciones.

PRINCIPIOS ORGÁNICOS

1. Separación de las funciones estatales de investigar, acusar y sentenciar.


En un esquema de reformas globales, se establece una marcada diferenciación entre los
órganos de la persecución penal y los jurisdiccionales, separación que representa la mejor
garantía para los justiciables, al tiempo que asegura que cada órgano cumpla mejor sus
funciones, entre otras razones, por resultar integrados por personas que en encuentran en las
diferentes actividades una vocación o interés del servicio público.
Instrucción por el Ministero Público. Se confía en forma exclusiva y primaria en el MP, la
tarea de dirigir la investigación de los delitos y se le impone el deber de acusar y sustentar
la acusación ante los tribunales respectivos.
Así se configura un efectivo regimen acusatorio caracterizado no sólo por la separación
absoluta de los órganos encargados de las funciones de acusar y sentenciar, sino por la
exigencia de una acusación previa, para que tenga lugar el proceso.
Una función no exclusiva que tiene el Ministerio Público es la relativa al ejercicio de la
acción penal pública, en este caso se faculta a la víctima y a determinadas personas
vinculadas a ella, para dedurcirla ante el Juez de Garantía, el que deberá resolver sobre su
admisibilidad.
¿ Quién puede presentar la querella? Art. 111 CPP La víctima, su representante legal o su
heredero testamentario; también cualquier persona capaz de parecer en juicio domiciliada
en la provincia, respecto de hechos punibles cometidos en la misma que constituyeren
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delitos terroristas o delitos cometidos por un funcionario público o que afectaren los
derechos de las personas garantizados por la Constitución Política o contra la probidad
pública. Los órganos y servicios públicos sólo podrán interponer querella cuando sus
respectivas leyes orgánicas les otroguen expresamente las potestades correspondientes.
Otra función, esta vez de protección también la tiene el Ministerio Público, disponiendo la
adopción de medidas necesarias destinadas a la protección de víctimas y testigos.
Nunca se dará comienzo a una investigación penal por espontánea decisión judicial: ella
requerirá en cambio siempre de iniciativa del fiscal o del particular.

2. Juzgamiento por el tribunal letrado, colegiado de única instancia.


Por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal obteniendo soluciones rápidas y justas. Esta
velocidad debe atribuirse a la falta del Recurso de Apelación y la única instancia es
consecuencia del regimen de oralidad y de inmediación que se persigue sea la tónica del
proceso.

PRINCIPIOS DE DISPONIBILIDAD DE JUSTICIA CRIMINAL

Los Acuerdos Reparatorios art. 241 CPP, más allá de lo que la teoría pura reclame o
haya reclamado, la experiencia permanente de los operadores jurídicos, revela que una
importante cantidad de delitos encuentra solución por formas autocompositivas, que en
definitiva se traducen en el desembolso de dinero.
En los delitos de carácter patrimonial, es común encontrar que el ardoroso querellante de
ayer, aparece sorprendemente convencido que no fue víctima de un delito sino de una
explicable equivocación que un mejor estudio de los antecedentes le ha demostrado. Frente
a ese tipo de manifestaciones los jueces se apresuran a sobreseer las causas, lo que los
conducirá al archivo.
Sin embargo, tanto el juez como el querellante están convencidos de que no ha mediado
una equivocación y ha existido un pago para provocar el cambio de actitud.
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El
Código Procesal Penal recoge esta tendencia y señala que procederán los acuerdos
reparatorios sobre hechos investigados que afectaren bienes jurídicos disponibles de
carácter patrimonial, consistieren en lesiones menos graves o constituyeren delitos
culposos, para cuya validez se requerirá la aprobación del Juez de Garantía, verificando que
quienes concurran al acuerdo hayan prestado su consentimiento libre y espontáneamente y
con pleno conocimiento de sus derechos. Se declara que el Acuerdo Reparatorio extingue la
acción penal respecto del imputado.
El Procedimiento Abreviado art. 406 CPP, Es una de las principales manifestaciones del
consenso en la administración de justicia penal por cuanto requiere del reconocimiento del
imputado acerca de los hechos incriminados y el acuerdo con el Ministerio Público en torno
a la limitación de una pena.
Se puede resumir en que el fiscal pide una pena no superior a 5 años de presidio o de
reclusión, que puede llegar hasta la pena de 10 años, tratàndose de ciertos delitos más
graves (reforma 2016) y que el acusado acepte los hechos materia de la acusación y los
antecedentes de la instrucción que la fundaren, en tal evento se podrá presentar ante el Juez
de Garantía un acuerdo escrito para que la causa sea fallada en un procedimiento abreviado
sin llegar a un juicio oral.
El juez le consultará al acusado, para establecer que haya prestado su consentimiento libre
y voluntariamente, para cerciorarse que conoce su derecho a un juicio oral y que entiende
los términos y consecuencias del acuerdo. Si su examen es positivo lo aprobará y en el
evento que se dictare una sentencia condenatoria, la pena no podrá ser superior a la
propuesta por el fiscal en el acuerdo. Si lo rechaza, dictará el auto de apertura del juicio
oral.

PRINCIPIO PROCESAL CRIMINOLÓGICO


La Suspensión Condicional del Procedimiento art. 237 CPP, Nadie pone en duda los
inconvenientes de las penas privativas de libertad en especial, para quienes delinquen por
primera vez o que han cometido delitos de escasa dañosidad social. De allí que las leyes
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miren con evidente favor el buscar formas alternativas de resolver conflictos penales que
excluyan dicha privación de libertad.
Si a lo anterior sumamos la economía de recursos públicos y las razones de economía
procesal, se podrá concluir en la ventaja de la Suspensión Condicional del Procedimiento,
la cual viene de una institución anglosajona llamada probation.
Esta representa un perdón temporal de la pena impuesta, el que se torna definitivo si,
transcurrido un plazo determinado el sujeto no vuelve a delinquir. Por el contrario si el
sujeto delinque, deberá cumplir la nueva pena que se le imponga y aquella que estaba
suspendida.

PRINCIPIOS O REGLAS TÉCNICAS DE PROCEDIMIENTO

La Publicidad,
El secreto de las actuaciones penales se asocia con los aspectos más tenebrosos de un
proceso inquisitivo y representa uno de las mayores amenazas a los derechos de los
individuos, razón por la cual, la publicidad se presenta como la faceta de garantía que el
ordenamiento procesal puede dispensar a los ciudadanos, ella se torna en la vía adecuada
para controlar los excesos de la organización estatal.
De las etapas que componen la tarea de investigar y juzgar un delito, no cabe duda que la
referida al juzgamiento debe ser pública, así lo señala el art. 1 del CPP.
El tema de la publicidad en una dimensión muy menor, se refiere a la posibilidad que tienen
los sujetos del proceso de asistir e intervenir a todos los trámites y actuaciones del mismo.
En otra dimensión mayor, comprende el derecho de terceros ajenos, de asistir a dichos
trámites y actuaciones y finalmente en una actuación contemporánea, el de los medios de
comunicación de transmitir, ya sin limitación a todas las personas que deseen ver o
escuchar el desarrollo de las actuaciones del proceso. Este principio se suienta por art 289
en lo que se refiere a la publicidad del juicio oral.
En la etapa de instrucción rigen las siguientes normas:
1. Se prohibe a la policía informar acerca de las diligencias que practiquen, de las
órdenes recibidas y de los resultados obtenidos.
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2. Las actuaciones de instrucción del Ministerio Público y de la policía serán secretas,


para los terceros ajenos art. 182 CPP.
3. El imputado y demás intervinientes podrán examinar los registros y documentos de
la investigación fiscal y policial, a menos que el Ministerio Público disponga que
determinadas actuaciones, registros o documentos se mantengan en reserva, lo que
no podrá acontecer por más de 40 días, los que en todo caso pueden ser prorrogados
por una vez. Los afectados podrán solicitar al juez de garantía que ponga fin al
secreto o que lo limite, en cuanto a las piezas de que se trate , al tiempo o a personas
determinadas. Con todo, nunca podrá impedirse al imputado o a su defensor tomar
conocimiento de la declaración de aquél, o de cualquiera otra actuación en que
hubiere intervenido o tenido derecho a intervenir; o de las actuaciones del tribunal o
de los informes emitidos por peritos.

La Oralidad y la Inmediación
El procedimiento jurisdiccional que establece el nuevo sistema procesal penal se vuelca en
un juicio oral y público, lo que eleva a la oralidad en una garantía procesal, en cuanto
entiende que es el camino para obtener la inmediación.
Esta regla resulta luego de la aplicación de distintas normas que van determinando el modo
oral de expresión y se reafirma con la “prohibición de lectura” que se establece, a cuya
virtud no se podrá incorporar o invocar como medis de prueba ni dar lectura durante el
juicio, a los registros y demás actuaciones realizadas por la policía o el Minsiterio Público.
Testigos y peritos deben ser interrogados personalmente durante la audiencia, si que tal
declaración personal pueda ser sustituida por lectura de registros en que consten
declaraciones anteriores.
Se podrá, empero, dar lectura a los informes de los peritos que no hubieren comparecido a
la audiencia por razones imputables al acusado; o cuando todas las partes convinieren en
ello o hubiere sido imposible obtener su asistencia o realizar otro peritaje.
Se podrá, igualmente – una vez que el acusado o el testigo hubiere prestado declaración-,
leer parte de sus declaraciones anteriores, prestadas ante el juez o ante el MP, cuando ello
fuere necesario para ayudar a la memoria del respectivo acusado o testigo, o para demostrar
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o
superar contradicciones o para solicitar aclaraciones.
Finalmente, por excepción, podrá darse lectura a declraciones de testigos que hubieren
fallecido, o caído en incapacidad física o mental; o estuvieren ausentes del país, o cuya
residencia se ignorare o que por cualquier motivo difícil de superar no pudieren declarar en
juicio, siempre que tales circunstancias hubieren sido recibidas por el juez de garantía.
El tema de la oralidad en los juicios enfrenta a la dificultad de los registros: establecido que
no resulta posible, bajo circunstancia alguna en proceso íntegramente oral, se estableció un
registro por medio de grabaciones o por medio de videos.

Presencia ininterrumpida de jueces, fiscal, defensor e imputado en el Juicio Oral


Como consecuencia del regimen de inmediación que se impone, se exige que durante el
transcurso del juicio se encuentren ininterrumpidamente presente todos los jueces que
integran el tribunal y el fiscal del Ministerio Público, sancionándose con nulidad su
ausencia.
El acusado tendrá derecho a asistrir a todo el juicio y puede ser autorizado por el tribunal a
salir de la sala. Se contempla además, la posibilidad para el tribunal de ordenar que dicho
acusado abandone la sala de audiencia, cuando su comportamiento perturbe el orden de la
audiencia.
La presencia del defensor en la audiencia es un requisito de validez del juicio: si falta, al
comenzar el juicio o durante su desarrollo, el tribunal designará un defensor de oficio.
Si quienes faltan o se ausentan son otros intervinientes como el querellante, se le impondrá
como sanción el abandono de su acción.
Principios de Prueba.
Los hechos y circunstancias pertinentes podrán probar por cualquier medio producido e
incorporado en conformidad a la ley, pero la prueba en que deba fundarse la sentencia, sólo
podrá producirse, salvo calificadas excepciones anticipadas en el propio juicio ORAL.
Esta regla resulta fundamental para los efectos de establecer un juicio contradictorio penal
conforme a las normas del debido proceso: la posibilildad de discutir sobre las pruebas en
presencia del tribunal, sin que puedan esgrimirse otras, termina configurando un regimen de
igualdad de posibilidades procesales.
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Los
tribunales apreciarán la prueba con entera libertad, pero no podrán contradecir las reglas de
la lógica, los conocimientos científicos, ni las máximas de la experiencia, todo lo cual
aunque no se explicita es igual al sistema de Sana de Crítica.
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SUJETOS PROCESALES

LOS NUEVOS TRIBUNALES


DEL SISTEMA PROCESAL PENAL

La Reforma Procesal Penal ha supuesto no sólo la creación de un nuevo organismo de


persecución penal como es el Ministerio Público, sino que ha exigido la instalación de
nuevos tribunales que cautelen la vigencia de la Constitución y la ley en el cumplimiento de
esas tareas y que decidan las cuestiones sometidas a su decisión, con la técnica propia del
proceso, es decir, oyendo también a la parte del acusado y produciendo una decisión con
participación de los interesados.
Estos tribunales son dos: los Juzgados de Garantía y los Tribunales Orales en lo Penal, para
cuya creación ha sido necesario dictar la ley 19.665, publicada en el D.O. el 9 de Marzo de
2000, sobre Reforma al Código Orgánico de Tribunales.

JUZGADOS DE GARANTÍA arts 14 a 16 COT

Concepto:
Son aquellos tribunales compuestos por uno o más jueces de garantía, quienes actúan
y resuelven unipersonalmente las cuestiones que le son sometidas durante la fase de
investigación de un proceso penal, particularmente la referida a la cautela de los
derechos y garantías de las personas y la preparación del juicio oral, y que conocen y
fallan de los procedimientos abreviados, simplificados y monitorios.

La lógica que preside la instalación de estos tribunales es la necesidad de establecer un


órgano jurisdiccional que controlen que las actividades de investigación se lleven a cabo
por los órganos correspondientes, especialmente fiscales y policías, sin afectar en forma
indebida los derechos de las personas, por lo que deben resolver las reclamaciones que se
20

produzcan por sus actuaciones y otorgar autorización previa para que puedan llevarlas a
efecto en algunos casos.

Luego, dentro de la diversidad de soluciones a un conflicto penal que contempla el nuevo


sistema, le corresponde decidir sobre la legalidad de las adoptadas por el fiscal
correspondiente en algunas de ellas y en otras es quien derechamente debe decidir la
aplicación de tales soluciones legislativas.

Territorio:
Existirá un juzgado de garantía con asiento en cada una de las siguientes comunas del
territorio de la República, con el número y la competencia que en cada caso se indican.

Competencia (art.14 COT):


a) Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el proceso penal, de
acuerdo con la ley procesal penal.
b) Dirigir personalmente las audiencias que procedan, de conformidad a la ley procesal
penal.
c) Dictar sentencia, cuando corresponda, en el procedimiento abreviado que contemple la
ley procesal penal.
d) Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el procedimiento contenido en la
ley procesal penal.
e) Conocer y fallar, conforme a los procedimientos regulados en el título I del Libro IV del
CPP, las faltas e infracciones contempladas en la ley de alcoholes, cualquiera sea la pena
que se le asigne.
f) Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de seguridad, y resolver las
solicitudes y reclamos relativos a dicha ejecución, de conformidad a la ley procesal penal.
g) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal
juvenil les encomienden; y
21

h)
Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que el COT y la ley procesal penal les
encomienden.

Distribución de los Jueces de Garantía:


La Reforma Procesal Penal rompe el modelo clásico, y establece que los tribunales en
general, y los juzgados de garantía pueden estar compuesto de varios jueces.
La intención es organizar estos tribunales de manera que puedan contar con una secretaria
común, integrada por el mismo personal, optimizando la economía en escala que ello
significa.

TRIBUNALES ORALES EN LO PENAL

Concepto:
Es un tribunal ordinario, de única instancia, de derecho compuesto por varios miembros
que administran justicia en una o más salas, y cuyo territorio jurisdiccional comprende una
agrupación de comunas (Art. 17, 21 COT).

Características:

1.- Son tribunales ordinarios. Así lo indica el Art. 5 COT

2.- Son tribunales permanentes. Están establecidos para funcionar en forma continua, se
susciten o no los asuntos en que deban intervenir.

3.- Son tribunales colegiados. Están compuestos por varios jueces que intervienen
simultáneamente en el conocimiento y resolución de los asuntos sometidos a su decisión,
quienes ejercen sus funciones en un plano de igualdad. No hay subordinación entre ellos.
22

4.-
Son tribunales inferiores de justicia, por lo tanto respecto de sus miembros no es
procedente el juicio político.

5.- Son tribunales de derecho, tramitan y fallan con arreglo a derecho.

6.- Son tribunales letrados. Los magistrados que integran estos tribunales deben estar en
posesión del titulo de abogado.

7.- Son tribunales de competencia especial, pues le corresponde conocer de las causas por
crimen o simple delito y de los demás asuntos que la ley procesal penal les encomiende.

8.- Son tribunales de única instancia

9.- Dependen jerárquicamente de la C. de Apelaciones respectiva

10.- Respecto de su territorio jurisdiccional el Art. 21 del COT es el encargado de señalar la


comuna en que tendrá su asiento, y aquellas y otras a las cuales se extiende su competencia.
11.- Eventualmente ambular, pues podrán constituirse y funcionar en localidades fuera de la
comuna que es su asiento (Art. 21 A COT) en determinadas circunstancias.

Enumeración y Composición:

Existen en el país un tribunal oral en lo penal con asiento en una determinada comuna, pero
que tiene una composición múltiple al variar el número de jueces que lo componen, y que
van desde el mínimo de tres jueces a un máximo de veintisiete jueces ( Art., 21 COT)

Funcionamiento:

Los Tribunales Orales en lo Penal funcionarán en una o más salas integradas por tres de sus
miembros.
23

Cada sala es dirigida por un juez presidente, quien tendrá las atribuciones que indica el Art.
92. COT y las demás de orden que la ley procesal indique
La composición de la o las salas se verificará mediante un sorteo anual que se
realizará durante el mes de enero de cada año
En cuanto a la distribución de las causas entre las diversas salas se hará de acuerdo a un
procedimiento objetivo y general, que deberá ser anualmente aprobado por el comité de
jueces del TOP, a propuesta del juez presidente (Art. 24 letra c) correspondiéndole al
administrador del TOP distribuir las causas a las salas de acuerdo al procedimiento
indicado (Art. 389 B. Letra e
Entre las normas de procedimiento existen distintas reglas que establecen como debe actuar
el tribunal en la configuración de los juicios orales, destacando las normas que establecen
los llamados principios del juicio oral ( arts. 282 y ss. del CPP), que son los que permiten
que se supere el modelo vigente y se reemplace por uno regido por la oralidad, la
concentración y la inmediación, etc.

Competencia

Les corresponde a estos tribunales:

a) Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo aquellas relativas a simples
delitos cuyo conocimiento y fallo corresponda a un juez de garantía.
b) Resolver, en su caso, sobre la libertad prisión preventiva de los acusados puestos a su
disposición.
c) Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio oral;
d) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que la ley de responsabilidad penal
juvenil les encomienden;
e) Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal penal y la ley que establece
disposiciones especiales sobre el Sistema de Justicia Militar les encomiende.
24

Las decisiones de los jueces en estos tribunales se rigen por las reglas de los acuerdos de las
C. de Apelaciones contenidas en los Art. 72,81,83,84 y 89 del COT, en la medida que no
sean contrarias a las normas de este párrafo 2° (Art. 19)

Inhabilitación de los jueces de garantía y miembros del tribunal oral en lo penal


La solicitud de inhabilitación de un juez de garantía, hará que sea el subrogante quien deba
conocer de las diligencias judiciales del proceso hasta la audiencia de preparación del juicio
oral, la que deberá ser realizarse una vez que sea resuelta la solicitud de inhabilitación art.
75 del CPP.
En cuanto a las solicitudes de inhabilitación de los miembros del tribunal oral en lo penal,
por regla general, deberán presentarse hasta 3 días después de la notificación de la
resolución que fija la fecha para el juicio oral y deberán ser resueltas antes del inicio del
mismo art. 76 inc. 1 CPP.
Pero cuando los hechos que constituyen la inhabilidad llegan a conocimiento de la parte
después de este plazo, aunque antes del inicio del juicio oral, la alegación deberá ser hecha
antes de comenzar éste art. 76 inc. 2 CPP. Una vez iniciado el juicio, no se podrán hacer
valer inhabilidades, aunque los miembros del tribunal podrán declararlas de oficio.
El tribunal deberá continuar funcionando excluyendo a los miembros no inhabilitados y si
no pudieren ser suplidos inmediatamente, proseguirá integrado por dos jueces que hubieren
asistido a toda la audiencia, pero en este último caso, la sentencia deberá ser dictada por
unanimidad art. 76 inc. 4 CPP, pues en caso contrario, deberá anularse e iniciarse un nuevo
juicio oral.

LA VÍCTIMA

Uno de los principios básicos establecidos en el CPP es la protección de la víctima, en


virtud del cual se contempla una obligación perentoria para el M.P. de “velar por la
protección de la víctima del delito en todas las etapas del procedimiento” art. 6 inc. 1
25

Incluso este deber se extiende a la policía y a los demás organismos auxiliares, quienes
deberán otorgarle un trato más acorde con su condición de víctima, procurando facilitar al
máximo su participación en los trámites en que debiere intervenir art. 6 inc. 2

La víctima es el ofendido por el delito ( art. 108 inc. 1 CPP), es decir, aquella persona que
sufre las consecuencia perniciosas del acto ilícito que se atribuye al imputado.
Pero, existen delitos en los cuales la víctima no puede ejercer los derechos que la ley le
confiere, por diversas razones edad, estado de salud, etc así como en el caso que resulte
muerta, situaciones en las cuales el concepto de víctima se extiende al cónyuge o al
conviviente civil y a los hijos; a los ascendientes, a los descendientes, al conviviente; a los
hermanos; y al adoptado o adoptante, en ese orden de prelación art. 108 inc. 2 y 3 CPP.
Produciéndose esa situación, si ninguna de estas personas ha intervenido en el proceso, el
Ministerio Público deberá informar de su derecho a hacerlo al cónyuge del ofendido por el
delito o alguno de sus hijos o a todas estas personas. Art. 110 CPP.
La importancia del reconocimiento de la calidad de víctima tiene que ver con los derechos
que le confiere el ordenamiento, que son:

 Solicitar medidas de protección frente a hostigamientos, amenazas y atentados en


contra suya o de su familia.
 Presentar querella.
 Ejercer las acciones civiles
 Ser oída, si lo solicitare, por el fiscal antes de que éste pidiere o resolviere la
suspensión del procedimiento o su terminación anticipada.
 Ser oída, si lo solicitare, por el tribunal antes de pronunciarse acerca del
sobreseimiento temporal o definitivo u otra resolución que pusiere término a la
causa.
 Impugnar el sobreseimiento temporal o definitivo o la sentencia absolutoria, aun
cuando no hubiere intervenido en el procedimiento

EL QUERELLANTE
26

Es
la víctima, su representante legal o su heredero testamentario o cualquier persona
capaz de comparecer en juicio domiciliada en la provincia tratándose de hechos
constitutivos de delitos terroristas, o delitos cometidos por un funcionario público que
afectaren derechos de las personas garantizados por la Constitución o contra la
probidad pública.
Los órganos y servicios públicos sólo podrán interponer querella cuando sus
respectivas leyes orgánicas les otorguen expresamente las potestades
correspondientes. Algunos órganos del Estado están autorizados para querellarse
tratándose de delitos relacionados con su actividad fiscalizadora, así ocurre por ejemplo con
el SII, Aduanas, CDE puede hacerlo en los casos que determina su ley orgánica; el Ministro
del Interior, Intendentes Regionales, Gobernadores Provinciales y comandantes de
Guarnición pueden ser querellantes en delitos calificados de terroristas. En todos estos
casos se les otorga los mismos derechos que a la víctima.
Podemos advertir que existe una incorporación progresiva del concepto de víctima en un
sentido colectivo, relativo al conjunto de personas que pueden verse afectadas o que son
perjudicadas en sus intereses o bienes sociales por la comisión de un delito.
Por otro lado, no pueden presentar querella entre sí, los cónyuges, salvo delitos cometidos
contra el otro o los hijos o delito de bigamia, o consanguíneos, colaterales y afines hasta el
segundo grado, salvo delitos cometidos por unos contra otros, contra su cónyuge,
conviviente civil e hijos (art. 116 CPP)
La querella se puede presentar en cualquier momento, mientras el fiscal no declare el cierre
de la investigación art. 112 inc. 1 CPP, debiendo contener los requisitos formales
tradicionales, incluyendo la relación de los hechos art. 113.
Debe ser presentada ante el Juez de Garantía, quien deberá pronunciarse inmediatamente
sobre su admisibilidad. Si la declara admisible deberá remitirla al Ministerio Público art.
112 inc.2 CPP, resolución que será inapelable art. 115 inc. 2 CPP. En cambio si no cumple
con las exigencias formales deberá pronunciarse por la inadmisibilidad, según las causales
que enumera el art. 114 CPP, resolución que será apelable, pero sin que se pueda admitir la
suspensión del procedimiento durante la tramitación del recurso art. 115 inc. 1 CPP
27

Si
es declarada inadmisible, pero se trata de un hecho que reviste características de un delito
de acción penal pública o previa instancia particular, deberá ser tenida como denuncia,
cuando no conste que se hubiera iniciado un proceso de otro modo art. 117 CPP.
El querellante podrá desistirse de su querella en cualquier momento, evento en el que se
tomará a su cargo las costas propias y quedará sujeto a la decisión general sobre las costas
que pronuncie el tribunal al finalizar el proceso art. 118 CPP, salvo que el querellado
hubiere aceptado expresamente el desistimiento art. 119 inc. 2 CPP. En todo caso, el
desistimiento de la querella dejará a salvo el derecho del querellado para ejercer la acción
penal o civil por querella o denuncia calumniosa y a demandar los perjuicios causados a su
persona o bienes art. 119 inc. 1 CPP.
No basta con que el querellante deduzca su querella, sino que se requiere que luego
persevere en su tramitación. Si no lo hace, se produce el abandono de la querella, de oficio
o a petición de los intervinientes, cuando se produzcan las siguientes situaciones:
 Cuando no adhiriere a la acusación fiscal o no acuse en forma particular.
 Cuando no asistiere a la audiencia de preparación del juicio oral.
 Cuando no concurriere a la audiencia del juicio oral o se ausente sin autorización
del tribunal. Art. 120 inc. 1 CPP.
El abandono del procedimiento produce el efecto de impedir al querellante ejercer los
derechos que la ley le confiere. Art. 121 CPP.

LA ACCIÓN EN EL PROCESO PENAL


En términos generales se entiende por acción como “el derecho que se tiene de pedir una
cosa en juicio”.
Si bien esta concepción es exacta, en cuanto caracterizan a la acción como un “derecho” y
un “poder”,no son suficientes, empero, para explicar el verdadero sentido y alcance de la
“acción penal”, de modo que esta deficiencia exige recurrir a otra definición:
La acción penal se define como el derecho subjetivo potestativo público que la ley
otorga al ministerio público y a ciertas personas legitimadas, para requerir del juez, a
través del fiscal de dicho ministerio, una decisión acerca de la noticia de un delito, en
28

orden al establecimiento de su existencia y a su posible imputación a determinada


persona a fin de imponerle una pena.
La acción penal, a diferencia de la acción civil, no se basa en la pretensión de tener razón
con respecto a un derecho y lograr que éste le sea reconocido al actor mediante una
sentencia de mérito, sino que se fundamenta solamente en la noticia de un delito y en el
interés público de que, también a través de una sentencia de mérito, se establezca la
verdad acerca de la existencia de un hecho punible y su imputación a una cierta e
individualizada persona, a fin de que si esa doble evidencia resulta comprobada, se le
aplique una pena, o en caso contrario, se le sobresea o absuelva.

Características de la acción penal.


El derecho de acción, o acción penal, es un derecho subjetivo, procesal, público, potestativo
o autónomo, regido por los principios de la oficialidad y de la irretractibilidad.
Es un derecho subjetivo porque constituye un interés jurídico personal, protegido en forma
inmediata y directa por la ley ante los demás individuos y el Estado, en términos de que,
ante su promoción, el juez está obligado a la prestación jurisdiccional. Es decir, es un
derecho subjetivo, en particular, frente al juez, confirma este aserto el art. 73 de la CPR.
Es un derecho procesal público, tanto porque constituye un medio que otorga la ley para
la tutela jurídica del interés colectivo, a través del MP y de los legitimados para
promoverla.
Es un derecho potestativo, porque en virtud de su promoción, la cual depende del
requerimiento del MP o de la libre voluntad de cualquiera persona legitimada por ley para
entablarla, se somete a otra persona a la sujeción de un proceso criminal, sin el concurso de
su voluntad y sin que ésta pueda hacer nada para evitarlo.
Es un derecho abstracto, porque debe ser promovida por el MP y puede ser iniciada por
cualquiera persona legitimada, prescindiendo de sus razones o falta de fundamentos para
deducirla.
Es un derecho autónomo e independiente de la existencia o inexistencia de los
fundamentos fácticos y jurídicos del derecho substancial, real, o personal, que por medio de
él se hace valer.
29

La
acción es un derecho que se encuentra regido por el ppio de la oficialidad , ya que,
debe ser promovida de oficio por el MP, respecto de los delitos de acción pública, ante
cualquiera noticia críminis, cualquiera sea el medio o manera como llegue a su
conocimiento. Se exceptúan los delitos de acción privada y los de previa denuncia de
particular.
La acción penal pública y pública previa instancia particular constituyen derechos
irretractables en términos de que, después de promovidos, no es admisible renunciar o
desistirse de ellos y suspender o interrumpir el procedimiento. Se exceptúan de esta regla la
acción privada y la acción civil proveniente de cualquier delito, las cuales pueden
renunciarse o ser desistidas por el querellante o por el actor civil, respectivamente.
Finalmente la acción penal, sea pública o privada, no puede entablarse sino contra las
personas responsables del delito. La responsabilidad penal sólo puede hacerse efectiva en
las personas naturales. Por las personas jurídicas responden las que han intervenido en el
acto punible, sin perjuicio de las responsabilidades civil que las afectare.
Promoción y ejercicio de la acción penal. La acción pública debe ser promovida, como
norma, por el fiscal del MP, quien, al recibir la noticia críminis, sea por denuncia, por
querella o por cualquier otro medio idóneo, debe realizar las diligencias de investigación
preliminares tendientes al establecimiento del delito y a la determinación delincuente.
Esta etapa de indagación, no constituye una actividad jurisdiccional que dé inicio al juicio
criminal, sino que sólo representa un sistema desformalizado de indagación persecutoria,
pues el proceso penal no comienza mientras no intervenga de alguna manera el Juez de
garantía, sea probando o reprobando lo actuado por el fiscal del MP en su labor pesquisiva.

Clasificación de la acción penal.


En cuanto a los intereses generales o particulares que cautela, en acción penal pública, en
acción penal privada y en acción penal pública previa instancia particular.
La acción penal pública. Es aquella destinada a proteger a la sociedad de la amenaza de
los delitos que lesionan bienes jurídicos superiores, tales como la vida el honor, la fe
pública, la propiedad y otros valores de semejante entidad. Se concede acción penal pública
30

para la persecución de delitos cometidos en contra de menores de edad, ver art. 53 inc. 2°
CPP.
La acción penal privada. Es la que protege los intereses particulares de los ofendidos por
ciertos delitos que, por su carácter de exclusividad con respecto a determinadas personas, la
ley otorga acción para perseguirlos sólo a la víctima., ver art. 53 inc. 3° del CPP. Sólo los
delitos de acción penal privada tienen en el Código un procedimiento especial,
contemplado en el Título II del Libro IV, artículos 400 a 405.
Dado su carácter excepcional, los delitos están expresamente señalados por la ley, ver art.
55 ( la calumnia y la injuria por ejemplo)
La acción penal pública, previa instancia particular. Es aquella que establece el art. 53
inc. 4° del CPP, al prescribir “Excepcionalmente, la persecución de algunos delitos de
acción pública requiere la denuncia previa de la víctima a la justicia, ministerio público o
a la policía”. Iniciado el procedimiento, éste se tramitará de acuerdo con las normas
generales de los delitos de acción pública. Los casos están enunciados en el art. 54 del CPP.

La acción civil y la demanda civil en el proceso penal:


Existen diversas clases de acciones civiles que pueden presentarse:
 Restitutoria: Tiene por objeto la restitución de la o las “cosas” objeto materia de
los delitos respectivos, los instrumentos destinados a cometerlos “o su valor”. Esta
acción civil según el art. 59 del CPP siempre debe deducirse en el proceso penal de
acuerdo al art. 189 del CPP ante el Juez de Garantía, dándosele tramitación
incidental o de tercería si es restitutoria de la cosa (s) objeto materia de lo delito
respectivos. Debemos dejar constancia que en el procedimiento simpificado, no
proceden acciones cviviles, a menos que se intente aquella que tenga por finalidad
obtener la restitución de la cosa o de su valor, conforme art. 393 inc. 2 CPP.
Los titulares de esta acción serán los intervinientes o ciertos terceros (salvo que se
trate de cosas hurtadas, robadas o estafadas, en que el sujeto activo de esta acción
será exclusivamente el dueño o el legítimo tenedor)
 Reparatorias o Indemnizatorias: Persigue una compensación económica o de otra
índole por el daño causado (material y/o moral resultante). En tal caso, la víctima
31

tiene un derecho de opción: a) puede decidir ejercerlas durante la tramitación del


procedimiento penal y sólo respecto del imputado, y/o b) ejercerlas ante el tribunal
civil correspondiente, no sólo respecto del autor material del daño, sino que también
respecto de todo quien, según la ley, deba responder del daño, como los terceros
civilmente responsables. Una vez admitida a tramitación la demanda civil en el
procedimiento penal, no se puede deducir nuevamente ante un tribunal civil.
Entonces, no todos aquellos que son titulares de acciones civiles encaminadas a obtener la
reparación o indemnización de los perjuicios causados con el hecho punible pueden
deducirla en el proceso penal. En efecto, sólo la víctima puede ejercer tales acciones dentro
del proceso penal y únicamente respecto del imputado.
La protección del interés de los damnificados por el hecho punible cede ante una probable
prolongación del procedimiento penal por la ventilación de acciones civiles de lato
conocimiento o contra terceros extraños al procedimiento penal, circunstancias que
perjudicarían el derecho del imputado a ser juzgado en un plazo razonable. La limitación
reside, también, en la necesidad de acotar el ámbito del debate sobre la cuestión civil por su
carácter accesorio al debate penal. Es por ello que el legislador excluye absolutamente a
ciertos titulares de la posibilidad de ejercer sus acciones civiles en el procedimiento penal,
o de ejercerlas contra personas distintas del imputado.
La ley concede la posibilidad de demandar civilmente en sede penal sólo a la víctima
“penal”, esto es, la que ha sufrido daños provenientes directamente de la lesión del bien
jurídico producida por el delito. En otras palabras, sólo podrá interponer acción reparatoria
o indemnizatoria en el proceso penal el titular del bien jurídico afectado con el delito que ha
sufrido daño. Es importante precisar, sin embargo, que no siempre coincidirá el sujeto
pasivo del delito con el titular del bien jurídico afectado por el mismo. En efecto, es posible
que la acción de un delito de hurto recaiga sobre un objeto material que no sea de propiedad
de quien fue sujeto pasivo de la acción. Es claro que, en este caso, tanto el dueño o
poseedor de la cosa, como los propietarios de un derecho real sobre la misma o incluso el
mero tenedor, en ausencia del dueño, pueden solicitar la restitución de la cosa dentro del
proceso penal. No obstante, sólo el propietario o poseedor puede ejercer aquellas acciones
32

encaminadas a obtener la reparación de las consecuencias civiles del hecho punible en el


procedimiento penal.

Sujeto pasivo de la acción civil:


En el nuevo sistema procesal penal el sujeto pasivo de la o las acciones civiles (sin incluir
la restitutoria ver art. 189), es exclusivamente el imputado. La víctima no puede demandar
civilmente a terceros, distintos del imputado, para ser indemnizada. Sólo lo podrá hacer
ante el juez civil.

Oportunidad para interponer la acción civil:


La demanda civil se debe interponer en la oportunidad que prescribe el art. 261 CPP ( hasta
15 días antes de la audiencia de preparación del juicio oral), por escrito y cumpliendo con
los presupuestos exigidos por el art. 254 del CPC. En consecuencia, se puede deducir desde
que la investigación se encuentre formalizada. A esa conclusión se llega por aplicación
analógica del art. 61 CPP.
La demanda civil del querellante deberá deducirse conjuntamente con su escrito de
adhesión o acusación art. 60 CPP. De lo expuesto se desprende que pueden presentar
demanda civil la víctima y / o el querellante habilitado para ello.
Además, deberá contener la indicación de los medios de prueba, en los mismos términos
expresados en el art. 259.
En el procedimiento simplificado, la demanda civil debe interponerse una vez que se ha
presentado el requerimiento del fiscal y hasta el mínimo de 10 días de anticipación a la
fecha de la audiencia, acompañando la copia correspondiente para los efectos de la
notificación art. 393 CPP.

Notificación de la demanda civil:


Acción civil reparatoria o indemnizatoria:
De acuerdo al art. 262 del CPP, las actuaciones del querellante, las acusaciones
particulares, adhesiones y la demanda civil deberán ser notificadas al acusado, a más tardar,
10 días antes de la realización de la audiencia de preparación del juicio oral.
33

La
regla general será intentar la notificación personal o la personal subsidiaria. Si no se logra
la notificación personal o la del art. 44 del CPC y el domicilio no existe, es inexacto, o el
imputado cambia de domicilio sin indicar tal cambio al tribunal, se puede declarar al
imputado incurso en el apercibimiento correspondiente, previa solicitud del demandante, y
en tal caso la notificación se realizará por el estado diario.
Sin perjuicio de lo anterior se puede practicar la notificación por cual quier vía que resulten
eficaces y no generen indefensión.
Acción civil restitutoria en el procedimiento simplificado:
En este procedimiento las posibilidades de notificación se reducen drásticamente, por ende
debe realizarse en forma personal o de acuerdo al art. 44 CPC

Preparación de la demanda civil:


Con posterioridad a la formalización de la investigación la víctima puede preparar la
demanda civil solicitando la práctica de diligencias que considerare necesarias para
esclarecer los hechos que serán objeto de su demanda, aplicándose, en tal caso, lo
establecido en los artículos 183 y 184.
Asimismo, se puede asegurar el resultado de la demanda civil, solicitando alguna de las
medidas previstas en el art. 157 ( cautelares reales) art. 61 CPP, esto es, se pueden solicitar
medidas precautorias aun cuando la investigación no esté formalizada al imputado ( ello
sólo será exigible respecto de las medidas cautelares personales como la prisión preventiva)

La preparación de la demanda civil interrumpe la prescripción: No obstante, si no se


deduce demanda en la oportunidad antes referida, la prescripción se considerará como no
interrumpida.

Actuación del demandado: El imputado ( que como sabemos es el único que puede ser
demandado en sede penal) debe oponer las excepciones que corresponda y contestar la
demanda civil en la oportunidad señalada en el art. 263 ( vale decir hasta la víspera de la
audiencia de preparación del juicio oral, por escrito o verbalmente al inicio de la misma).
34

En
la misma oportunidad podrá señalar los vicios formales de que adoleciere la demanda civil,
requiriendo su corrección.
En su contestación, deberá indicar cuales serán los medios probatorios de que pensare
valerse, del modo previsto en el art. 259. ( art. 62 CPP)

Incidentes relacionados con la demanda y su contestación: Todos los incidentes y


excepciones deducidos con ocasión de la interposición o contestación de la demanda deben
resolverse durante la audiencia de preparación del juicio oral, sin perjuicio de lo establecido
en el art. 270 ( que regula la corrección de vicios formales en dicha audiencia)

Desistimiento y abandono: La víctima puede desistirse de su acción civil en cualquier


estado del procedimiento ( art. 64 CPP).
Se considerará abandonada la acción civil interpuesta en el procedimiento penal, cuando la
víctima no compareciere, sin justificación, a la audiencia de preparación del juicio oral.

Efectos de la extinción de la acción civil: Si se extingue la acción civil no se entiende


extinguida la acción penal para la persecución del hecho punible. Art. 65 CPP.

Efectos del ejercicio exclusivo de la acción civil: Cuando se ejerza la acción civil respecto
de un hecho punible de acción privada se considera extinguida por esa circunstancia, la
acción penal. En relación a ello, el art. 66 CPP señala que, para estos efectos, no constituye
ejercicio de la acción civil la solicitud de diligencias destinadas a preparar la demanda civil
o asegurar su resultado, que se formule en el procedimiento penal. Vale decir, la solicitud
de tales diligencias no hace perder la posibilidad de utilizar la acción penal.

Independencia de la acción civil, respecto de la acción penal: El hecho de dictarse


sentencia absolutoria en materia penal no impide que se haga lugar a la acción civil, si fuere
legalmente procedente. Art. 67 CPP.
35

Prueba de la acción civil: En esta materia rige el art. 324 del CPP, que dispone que para
probar las acciones civiles se atendrá a las normas civiles en cuanto a la determinación de la
parte que deba probar ejemplo art. 1699 y a las disposiciones del CPP, en cuanto a su
procedencia, oportunidad, forma de rendirla y apreciación de su fuerza probatoria.

EL IMPUTADO
Es la persona objeto de la persecución penal, desde que esta comienza, con la primera
actuación del procedimiento hasta que concluye, lo que puede acontecer hasta la
ejecución completa de la sentencia, si no han operado otros medios de solución o de
término del proceso.
Su reconocimiento como tal tiene importancia fundamentalmente desde el punto de vista de
los derechos y garantías que se le reconocen, ya que, al ser objeto de una pretensión
punitiva, se transforma en el principal interesado en el proceso penal.
El proceso se constituye en una serie de actuaciones destinadas a establecer si
efectivamente a ese imputado debe imponérsele una pena, pero se trata de actuaciones
rigurosamente reglamentadas por al ley, de modo que cualquier proceso que se lleve a
cabo en su contra, constituye, esencialmente, una restricción a la actividad punitiva y,
por lo tanto, desde el punto de vista del afectado, una serie de derechos y garantías.
Por cierto que estos derechos y garantías deben estar presentes a lo largo de todo el
proceso, y así se reconoce en el nuevo Código, que hace una cabal aplicación de la C.P.E. y
de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, disponiendo que las facultades,
derechos y garantías se le confieren a aquellas personas a quienes se les atribuye
participación culpable en un hecho punible, desde la primera actuación del procedimiento
dirigido en su contra y hasta la completa ejecución de la sentencia ( art. 7 inc. 1 C.P.P.), es
decir, literalmente desde que comienza hasta que termina el proceso, mediante el
cumplimiento del fallo.
Debemos entender que poseen la calidad de imputado y todos sus derechos, no sólo
aquellos que hayan participado como autores de un hecho que reviste caracteres de delito,
36

sino también aquellos que hayan participado como cómplices o encubridores de ese mismo
hecho, todo en conformidad al Código Penal.

1. El derecho al justo o debido proceso o proceso con todas las garantías.


La situación del imputado durante el desarrollo del proceso, calidad que en cualquier
momento puede llegar a tener cualquier persona, es la de un ciudadano que no puede ser
considerado responsable penalmente ni sufrir la privación de derechos que ello conlleva,
mientras no sea condenado por una sentencia firme, a través un justo o debido proceso, art.
19 n° 3 inc. 5 C.P.E.
La característica esencial del debido proceso, que se explica por el sistema jurídico en el
cual se origina, es que su contenido debe ser precisado judicialmente en cada caso, el
legislador a priori no puede determinar si hay un justo y debido proceso.
La garantía del debido proceso, está compuesta por una serie de garantías específicas,
algunas de las cuales incluso son reconocidas por la propia Constitución, pero también por
otras, desconocidas a nivel normativo o sin que puede preverse que en algún caso puedan
adquirir tanta importancia.
Revisaremos algunas de las garantías específicas, cuyo detalle aparece referido en la ley,
pero que siempre deberán ser determinados por la ley.

2. Derecho al juicio oral y público.


Esta característica emana de lo dispuesto en el art. 1 inc. 1 CPP. Se entiende que no se
satisface la exigencia del debido proceso, un juicio desarrollado en otra forma,
específicamente si es escrito o secreto.
Se considera al juicio oral como la forma genuina y privilegiada que tiene el tribunal para
fundar su convicción. Las pruebas se producen directamente, sin que pueda ser
intermediada por otro juez o funcionario; el nuevo sistema trae como consecuencia la
37

inmediatez y concentración, que también pasan a ser garantías procesales del nuevo
sistema.

3. El derecho a la defensa.
Defenderse significa literalmente el “rechazo a una ofensa o agresión” y constituye
manifestación del instinto más básico de todo ser vivo.
En el ámbito del proceso, la defensa es reconocida como un derecho a reaccionar frente a
un ataque previo, de carácter jurídico, que específicamente en el proceso penal está
constituido por una imputación o atribución a una persona determinada de la comisión de
un hecho presuntamente delictivo.
En ese contexto, el derecho de defensa adquiere una importancia esencial, por cuanto se
traduce en el derecho del imputado a ser oído y a lo que manifieste, cuando decida hacerlo,
sea tomado en cuenta por el juez para formar su decisión, aunque tales alegaciones sean
completamente rechazadas. Tiene reconocimiento expreso art. 19 n° 3 inc. 2 CPE
El derecho a la defensa se constituye, entonces, en un derecho con un amplio contenido,
que comprende varios aspectos, todos ellos garantizados en el Código Procesal Penal.

3.1 Derecho a conocer el contenido de la imputación.


Resulta imprescindible para realizar una defensa eficaz, conocer el contenido de la
imputación que se realiza contra una determinada persona. Si no tiene conocimiento de cual
es el hecho por el que se le persigue penalmente, será muy difícil que pueda intervenir
eficazmente en el proceso.
Por esa razón, es que en el nuevo proceso penal, se establece como uno de los primeros
derechos que le asisten, el que se le informe de manera específica y clara acerca de los
hechos que se le imputaren. Art. 93 letra a) CPP.
En la medida que avanza el proceso se va desarrollando este derecho, estableciendo que al
momento de ser detenido, tiene derecho a que se le informe tanto sobre el motivo de la
detención arts. 94 letra a) y 135 inc. 1 CPP. Sobre todo al momento de prestar declaración
ante los fiscales, le deben ser comunicados detalladamente cuales son los hechos que se le
atribuyen, con todas las circunstancias de tiempo, lugar y modo de comisión, que sean
38

conocidos hasta ese momento, incluyendo los antecedentes de investigación acumulados en


su contra art. 194 inc. 1 CPP.
Asimismo, la orden de detención o de prisión preventiva deben contener esta indicación art.
154 letra b) CPP, lo mismo que la formalización de la investigación que tiene
esencialmente ese propósito art. 229 CPP, como también acontece con la acusación art. 259
letra b) CPP.

3.2 Derecho a formular sus alegaciones


Una vez conocidos los hechos que se le atribuyen, el imputado tiene derecho a hacer valer
sus alegaciones que estime convenientes para su defensa, alegaciones que deberá formular,
respetando las normas de procedimiento.
El primer medio para hacer valer sus argumentaciones, son sus propias declaraciones, las
que puede prestar en cualquier momento y en cualquiera de las etapas del proceso art. 98
inc. 1 CPP, respetando las oportunidades que ofrezca el procedimiento. Así, estará obligado
a comparecer al Ministerio Público cada vez que sea citado, durante la etapa de
investigación art. 193 inc. 1 CPP, también podrá asistir al juicio oral y, si lo desea, prestar
declaración art. 326 inc. 3, concediéndole incluso el derecho a la última palabra. Art. 338
inc. 3 CPP.
Estas declaraciones serán tan importantes que fijarán el contenido de su defensa. Por esa
razón el legislador adopta una serie de precauciones para resguardar su voluntariedad,
especialmente cuando se prestan en las fases iniciales del proceso, y por eso se establece
que entre otros, siempre tiene:
1. El derecho a guardar silencio art. 93 letra g, es decir sólo a declarar si quiere hacerlo
voluntariamente art. 194 inc. 1 CPP, salvo respecto a su identidad art. 194 inc. 2
CPP.
2. En caso de declarar voluntariamente, derecho a no hacerlo bajo juramento art. 93
letra g) CPP y art. 98 inc. 3 CPP
3. Derecho a que su declaración sea prestada en audiencia judicial art. 93 letra d) CPP
4. Derecho a ser interrogado libre de toda clase de coacción, amenaza o promesa art.
93 letra h) y art. 195 CPP
39

5. Derecho a descansar si el interrogatorio se prolonga por mucho tiempo, o si se le


han dirigido una cantidad importante de preguntas art. 196 CPP.

3.3 Derecho a presentar sus pruebas


Es una manifestación del derecho a la defensa. En efecto, el proceso se caracteriza porque
se hacen las alegaciones que consisten en un conjunto de afirmaciones capaces de constituir
un verdadero relato, pero que, para el tribunal se convenza de su efectividad, requieren de
la actividad complementaria de la prueba, que consiste en esencia en producir nuevas
afirmaciones provenientes ya no del litigante, sino de terceras personas, que se introducen
en el proceso a través de los medios de prueba.
Pues bien, simultáneamente con el derecho de defensa, debemos admitir que surge para el
imputado en el proceso penal, un verdadero derecho a la prueba, cuyo contenido esencial
es:
 Derecho a que se reciba su prueba, sobre todos los hechos que resulten
controvertidos.
 Derecho a proponer todos los medios de prueba que disponga
 Derecho a que la prueba legalmente propuesta sea admitida
 Derecho a que la prueba admitida sea practicada y que a todas las partes se les
permita intervenir en su práctica
 Derecho a que la prueba practicada sea valorada por el tribunal, es decir, que éste
señale que hechos y por que medios ha tenido por acreditado el fundamento de sus
decisiones.
3.4 Derecho a la autodefensa
En cuanto a la forma en que se puede ejercer todas las facultades que confiere el derecho
de defensa, capaz de alcanzar un contenido tan amplio, naturalmente aparecen dos
modalidades básicas: Por el propio imputado ( autodefensa), y por su abogado que se
traduce en la defensa técnica.
La autodefensa consiste en que el imputado actúe personalmente en el proceso, planteando
sus derechos y alegaciones e interviniendo en todas las actuaciones que lo constituyen art. 8
inc. 2 CPP. Como tal, la autodefensa es de la esencia de todo proceso sin que jamás pueda
40

estar ausente como modalidad de ejercicio de sus facultades, ya que, el imputado debe tener
siempre la posibilidad de participar. En cambio, la defensa técnica puede ceder en
determinados procesos por su escasa entidad o porque el interesado prefiere prescindir de
ella y el legislador lo autoriza para esa clase de juicios.
En el nuevo Código se permite siempre que el imputado actúe personalmente, pero también
se le exige que deba contar siempre con su abogado, es decir, se requiere de ambas
modalidades simultáneamente. Si el imputado quiere prescindir de su abogado,
pretendiendo defenderse personalmente sin asistencia letrada, puede solicitar autorización
al tribunal, quien la concederá sólo si no perjudica la eficacia de su defensa art. 102 inc. 4
CPP. En caso contrario se le designará un defensor penal público.

3.5 Derecho al defensor técnico


El imputado tiene el derecho garantizado en la ley a designar abogado desde la primera
actuación del procedimiento dirigido en su contra art. 8 inc. 1 CPP y, en todo caso, la
designación de este abogado deberá ser efectuada antes de la primera audiencia judicial a
que fuera citado.
La presencia del abogado defensor es un requisito de validez de ciertas actuaciones, lo que
significa que si el abogado no está presente, dichas actuaciones son nulas. La ley señala que
la ausencia del abogado defensor hace nulas, entre otras, las siguientes audiencias:
1. Audiencia de Control de la detención
2. Audiencia en que se piden las medidas cautelares
3. audiencia en que se decide sobre la suspensión condicional del procedimiento
4. audiencia de formalización de la investigación
5. audiencia de preparación del juicio oral
6. audiencia del juicio oral
7. audiencia para conocer y resolver los recursos.
En los casos que no comparezca el abogado defensor a las mencionadas audiencias, el
tribunal podrá postergar la realización de la audiencia para una nueva fecha, o bien,
nombrarle un defensor penal público para esa audiencia.
41

El
derecho a nombrar defensor de confianza le asiste desde la primera actuación del
procedimiento dirigida en su contra, de manera que sólo si éste no ha designado uno
elegido por él mismo, se procederá a nombrarle un defensor penal público.
El defensor designado libremente por el imputado tiene la obligación de representarlo en
todas las actuaciones del procedimiento. La renuncia del defensor no lo exonera de su
responsabilidad en el caso, pues si lo hiciere, de todas formas mantendrá la representación
en todos los actos inmediatos y urgentes que fueren necesarios para impedir la indefensión
del imputado.

3.6 Derecho al defensor penal público


A pesar del derecho de todo imputado a designar un defensor de su confianza, hay muchos
imputados que no pueden hacer uso del mismo, porque carecen de la posibilidad de
designar un defensor a su costo, generalmente por razones económicas.
Surge entonces, por una parte el derecho del imputado a contar con un defensor designado
por el Estado.
Para este efecto en el marco de la RPP, se ha creado un nuevo organismo público, la DPP,
que tiene la importante misión de proveer un defensor letrado a todos los imputados que no
puedan procurárselos por sí mismos, según señala la propia CPE art. 19 n° 3 inc. 2.
Por lo tanto, si el imputado no ha solicitado o nombrado un defensor al menos antes de la
apertura de la audiencia judicial, es obligación del fiscal y del JG tomar las medidas para
que se le designe un defensor penal público art. 102 inc. 1 CPP.

3.7 Derecho a la defensa jurídica gratuita


Esta garantía consiste en que el servicio que preste el dpp, será gratuito cuando el
beneficiario carezca de los recursos económicos suficientes para pagarlo.
Es decir, si el atendido por el dpp dispone de tales medios económicos, entonces se le
deberá cobrar, conforme a un arancel, y en proporción a los medios de que disponga, la
defensa letrada recibida del Estado.
Para estos efectos la DPP establece un arancel que es cobrado cuando se ponga término a la
prestación del servicio de defensa penal pública.
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4. Derecho del imputado a guardar silencio


No se puede obligar al imputado a declarar porque significaría inducirlo a que pueda mentir
para evitar ser condenado. Este derecho se encuentra consagrado en la CPE art. 19 n° 7
letra f.
La declaración del imputado siempre será voluntaria. En el CPP se establece su derecho a
guardar silencio tanto ante la policía como ante el fiscal.
Respecto de la policía se dispone que se podrá interrogar de manera autónoma en presencia
del defensor, de modo que si éste no estuviere presente durante el interrogatorio, las
preguntas se limitarán a constatar la identidad del sujeto. Si en ausencia del defensor, el
imputado manifestare su deseo de declarar, la policía tomará las medidas necesarias para
que declare inmediatamente ante el fiscal. Si esto no fuere posible, la policía podrá
consignar las declaraciones que se allanare a prestar, bajo la responsabilidad y con la
autorización del fiscal. El defensor podrá incorporarse siempre y en cualquier momento a
esta diligencia art. 91 CPP.
La misma posibilidad del imputado de prestar declaración voluntaria se establece respecto
del Ministerio Público art. 194 CPP.
En este contexto, el legislador va más lejos al prohibir el empleo de métodos de
investigación o de interrogación que menoscaben o coarten la libertad del imputado para
declarar art. 195 del CPP. La sanción al incumplimiento de esos preceptos será la de
considerar esa declaración como una prueba ilícita, por ende, carente de todo valor
probatorio art. 160 en relación al art. 159 CPP, sin perjuicio de las sanciones disciplinarias
que pudieren recaer en los funcionarios que tomaron la declaración.

5. Derecho a la igualdad de las partes.


La CPE asegura a todas las personas “ la igualdad ante la ley” art. 19 n°2 inc. 1 y la
“igualdad en la protección de la ley en el ejercicio de sus derechos” art. 19 n° 3 inc. 1, ésta
última entendida generalmente como “ Igualdad ante la Justicia”.
Esta garantía debe proyectarse al interior del proceso penal, traduciéndose en el mandato de
que cualquiera que recurra a la justicia ha de ser atendido por los tribunales con arreglo a
43

unas mismas leyes y con sujeción a un procedimiento común, igual y fijo, por lo que
estaremos frente a una infracción de la garantía cuando se sitúe a las partes en una situación
de desigualdad o se impida la aplicación del principio de contradicción.
Este rol corresponde entre otros al JG, quien deberá velar porque se establezca un real
equilibrio, sin ningún tipo de discriminaciones entre el imputado y la parte acusadora
representada por el fiscal y/o querellante particular, durante las fases de investigación e
intermedia.
Luego en el juicio oral se establece una rigurosa reglamentación que también apunta a
equilibrar la intervención de las partes ( por ejemplo el TOP puede limitar el tiempo de uso
de la palabra a las partes que debieren intervenir en el juicio, fijando límites máximos
igualitarios para todas las partes o interrumpiendo a quien hiciere uso manifiestamente
abusivo de su facultad)

6. Derecho a la presunción de inocencia


Esta garantía preside la aplicación del nuevo proceso penal, porque, el que toda sentencia
deba ser producto de un proceso previo legalmente tramitado, obliga a que mientras él no
concluya, la persona sea tenida como inocente para todos los efectos legales, art. 4 CPP.
Con esto se producen las siguientes consecuencias:
 La imputación deberá ser formulada por el MP: Como consecuencia directa de su
carácter acusatorio, será el fiscal el encargado de la investigación. Atenta contra la
presunción de inocencia, que quien formule la acusación y recabe las pruebas,
juzgue. En ese esquema es el juez quien asume un rol genuinamente imparcial, en
condiciones de hacer prevalecer todas las garantías del imputado entre las cuales
debe presumirse inocente al imputado mientras no se demuestre en juicio lo
contrario.
 El imputado debe ser tenido y tratado como inocente durante todo el proceso: Ello
durante todos los actos de la imputación ( detención, denuncia, querella, etc.), hasta
el pronunciamiento de la sentencia definitiva, que es la única que lo puede despojar
de ese estado. En consecuencia la aplicación de medidas restrictivas de libertad,
deberán ser aplicadas sólo de manera muy excepcional y nunca como regla general.
44

 La prueba de la acusación debe ser aportada por el acusador: De tal manera que si
no logra producir afirmaciones que produzcan convicción al tribunal para condenar,
deberá entonces rechazarse la pretensión punitiva del Estado, debiéndose dictar una
sentencia absolutoria. No olvidemos que el único momento procesal donde puede
ser producida la prueba es el juicio oral, en presencia del Tribunal, salvo las
excepciones legales como por ejemplo la prueba anticipada art. 296 del CPP.

7. Derecho al juez predeterminado por la ley, independiente e imparcial


Varias son las exigencias que deberá satisfacer el tribunal que conozca de un caso, para ser
considerado un tribunal independiente e imparcial, que satisfaga la exigencia de un debido
proceso.
En primer lugar el juzgamiento lo debe hacer un tribunal y no comisiones especiales, las
que se encuentran prohibidas en la propia CPE.
Luego es necesario que el tribunal a quien se le encomienda el conocimiento del asunto
esté establecido por ley. No puede tratarse de un organismo creado por otra fuente
normativa, porque carecería de la estabilidad y legitimidad que le da su creación por una
norma legal.
Asimismo, este tribunal debe estar establecido con anterioridad a la ocurrencia del hecho
que se trata de juzgar.
En seguida, es menester que la atribución de la competencia se haga también por un
precepto de rango legal, cualquier otra norma podría ser fácilmente alterada o apartarse de
criterios de igualdad y legitimidad.
También es necesario que el tribunal se pueda considerar independiente, lo que significa
que en su decisión no se va ver afectado por otras autoridades o personas, que en resumen,
no será dependiente de ninguna de ellas.
Finalmente, se requiere que el tribunal sea autónomo en relación a las propias partes, lo que
equivale a que debe ser imparcial, es decir no-parte, no estar sujeto o indebidamente
influenciado por éstas por ningún motivo.
45

LA DEFENSORÍA PENAL

LA ESTRUCTURACION DEL DERECHO A LA DEFENSA EN EL NUEVO


CÓDIGO PROCESAL PENAL

Debe entenderse, como principio fundamental que se ha tratado por medio de la


reforma al procedimiento penal, el reconocer de una mejor manera los derechos de los
imputados, los cuales comprenden una serie o catálogo de derechos, entre los cuales, debe
destacarse el derecho a la defensa, que, si bien se encuentra constitucionalmente en un pie
de igualdad frente a las restantes garantías del sujeto, la verdad es que ésta constituye la
principal de las garantías toda vez que es precisamente por su intermedio que se permite el
ejercicio de las restantes.
Es decir, debe colocarse en un nivel de mayor relevancia el derecho a la defensa y la
inviolabilidad de ésta, pues es esta la única manera de permitir el correcto juego de las
restantes garantías constitucionales.
En algún sentido, podrá tener mayor o menor trascendencia el sistema que se adopte
para la proveer de defensa a quienes no la pueden obtener por sí mismos; y de hecho ha
existido mucha discusión sobre cual es el mejor mecanismo para solucionar este problema,
es decir, entre un sistema completamente público o uno completamente privado,
adoptándose en definitiva, una fórmula mixta, como se verá y desechándose las obsoletas
fórmulas del turno y de la Asistencia Judicial.

a) Defensoría técnica obligatoria.

a.1.- Duración
Desde las primeras diligencias de la investigación, a lo largo de todo el
procedimiento hasta la conclusión del juicio y de la ejecución
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a.2.- Carácter
Es un derecho reconocido constitucionalmente, y que implica un presupuesto de
legitimidad para la realización del proceso penal, el cual no podrá hacerse si el imputado
carece de la debida defensa letrada.

a.3.- Función social

El Abogado al asumir su defensa adquiere un compromiso fundamentalmente con


su cliente, y su función social radica en que está para complementar la defensa del
imputado, y la sociedad espera de él que le coopere de la mejor manera posible, a fin de que
con ello de aplicarse una sanción al inculpado haya tenido verdadera defensa técnica. Su
función social está en resistir, contrarrestar la imputación que el Ministerio Público
sostiene, y con ello la solución del conflicto se adopte escuchando al defensor.

a.4.- Situación frente al Estado

En la perspectiva del nuevo proceso penal, el abogado no es un colaborador del


estado, en el sentido de ser un auxiliar de la administración de justicia, cuestión ésta que
proviene de la aplicación de los principios inquisitivos en el procedimiento penal, en el cual
se consideraba al abogado como un participante en la reconstrucción histórica y, por tanto,
más interesado en este fin que en la cautela de los intereses de su parte.
Actualmente, por el contrario, el abogado deberá contrarrestar y destruir la
pretensión punitiva del estado, y, por tanto, frente a éste debe tener el máximo de
autonomía y de garantías para un ejercicio adecuado del derecho a la defensa de su cliente.

a.5.- Calidad

Se entiende en el proceso futuro, que la defensa que le corresponde al imputado


debe ser de la mayor calidad posible; no basta, entonces, tener el mero título de abogado,
47

sino que se requiere un cierto grado de experiencia profesional en el adecuado uso de las
herramientas procesales y sustanciales necesarias para el éxito de la defensa intentada, lo
cual se cautelará mediante la posibilidad de cambio del abogado, si se formularen reclamos
en ese sentido.

a.6.- Vínculo de confianza.

El defensor es una persona que está llamada a expresar lo que el imputado quiere en
el proceso, a interpretar sus deseos y a manifestarlos, porque el titular del derecho a la
defensa es el imputado, el cliente.
Tiene que hacer todo lo que esté de su parte, al margen de cualquier presión estatal
o social por conseguir que el imputado sea absuelto o reciba la menor pena posible. En ese
sentido debe estar identificado plenamente con sus intereses con su postura procesal y que
lo va a defender de acuerdo a sus instrucciones.
Si el Abogado designado se aparta de las instrucciones, lo que va a hacer el
imputado con medios será sencillamente cambiar a ese Abogado contratando a otro. Ese
deberá ser el parámetro para ver la calidad del Abogado de la defensa penal pública, para
que ella no sea discriminatoria.

a.7.- Letrada

Ley 18.120. (Patrocinio de Abogado)


Artículo 1°.
Defensa asumida exclusivamente por Abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión.

a.8.- Denominación
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En el Código
“defensor”, “derechos de la defensa”, “defensor letrado”, “defensor público”, “abogado
defensor”, etc.

a.9.- Permanente.

Esto significa que siempre para las diligencias trascendentes deberá contarse con la
presencia de un abogado defensor, y en algunas ocasiones, la defensoría penal pública
deberá proporcionar aquella al imputado que no tenga Abogado, o este se ausente
temporalmente.

6.- LA DEFENSORIA PENAL PUBLICA EN LA NUEVA LEGISLACIÓN

Con la creación del Ministerio Público, se ha creado el sujeto acusador, el sujeto


activo del proceso penal. Ahora corresponde la creación de un sistema que permita superar
los déficit existentes respecto de los derechos que le corresponden al tercer sujeto, acusado,
al imputado, lo que debiera lograrse con la creación de la defensoría penal pública.
El legislador reformista actual, ha estimado desaconsejable insistir en las fórmulas
tradicionales que se han utilizado en nuestro país para otorgar la defensa penal a quienes
no designan sus abogados defensores.
En efecto, ya sea el sistema de asignación de un Abogado de turno para asumir la
obligación de defender a las inculpados, por no existir mecanismo alguno para verificar la
calidad de un servicio gratuito que se presta, y que constituye una carga pública para
algunos Abogados, y que ha significado una forma creada para que el Estado eluda su
responsabilidad en la materia.
Por otra parte, las Corporaciones de Asistencia Judicial, que son aquellas que
asumen una parte sustancial de la defensa penal pública, tienen el inconveniente de que
quienes en realidad prestan el servicio son estudiantes que se encuentran haciendo su
practica obligatoria y no remunerada, por un lapso de seis meses, y por lo cual carecen de la
experiencia y preparación para asumir las obligaciones que emanan de una defensa penal
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eficiente. A ello se suma el hecho, que las Corporaciones brindan asistencia jurídica
gratuita al primero que se apersone sea víctima o imputado, quedando este último
restringido a ir solamente ante el Abogado de turno. Conciben estas instituciones su misión
como un marco de lucha contra la pobreza, y sus usuarios son los pobres, los marginados
del sistema jurídico nacional, ya sea en el plano civil o penal, dándole mayor auge al primer
segmente, por cultura organizacional.
Sin embargo la filosofía del nuevo sistema es otro LA MISIÓN DE LA DEFENSA
PENAL PUBLICA ES EL RESGUARDO DE LOS DERECHOS INDIVIDUALES
FRENTE AL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN,
COMO LO ES LA UTILIZACIÓN DEL PODER PUNITIVO DEL ESTADO.
Las discusiones previas tendientes a la elaboración de un proyecto de ley que
superara las deficiencias reseñadas, estuvieron marcadas por los extremos de determinar si
era conveniente crear un ente público completamente que centralizara toda la defensoría
pública obligatoria, o entregarle completamente a los privados ya sea directamente o por
vía de licitaciones la satisfacción de la entrega de un servicio de defensoría.
A pesar de que los proyectos realizados por instituciones como paz ciudadana y el
instituto Libertad y Desarrollo, se inclinaron, redactando sendos proyectos en este último
sentido, ello no logró consensos sociales suficientes y se determinó crear un sistema mixto,
proponiéndose la creación de un ente público autónomo con una planta de abogados
defensores, y con fondos suficientes a licitar para que opten a prestar las defensorías las
corporaciones de asistencias judiciales regionales, como también los abogados asociados o
conformados en corporaciones o fundaciones.
Es por esa razón que el proyecto en estudio marcha por otros derroteros que
pasaremos a analizar a continuación.

a) La ley que creó la Defensoría Penal Pública.


Fue ingresado a la Cámara de Diputados el 12 de Julio del año 1999. El proyecto
fue despachado por la Cámara de Diputados, posteriormente en el senado y finalmente fue
publicado el 9 de marzo de 2001
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b) Rasgos y propuestas fundamentales de la ley

b.1.- Servicio público descentralizado funcionalmente y desconcentrado


territorialmente, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Sometido a la
supervigilancia del Presidente de la República, a través del Ministerio de Justicia.
Su único objeto será la prestación del servicio de defensa penal publica.
Su funcionamiento se aplicará sólo respecto de las nuevas causas que se tramiten
acorde al nuevo código procesal penal.
No tiene rango constitucional, como es el caso del Ministerio Público, para cuya
creación fue menester una reforma constitucional.
Es un servicio público, pero tiene mayor flexibilidad orgánica, dentro de la
administración central del Estado. Es decir, no está completamente adscrito a la ley general
de bases de administración del estado.

b.2.- Planta de defensores locales en todas las ciudades con más de 50 mil
habitantes. Se prevé una planta de defensores locales en aquellas ciudades que tengan más
de cincuenta mil habitantes.

b.3.- Asumirán la defensa del imputado desde la realización desde las


primeras diligencias de la instrucción, tal como lo señala el artículo 7° del nuevo
Código Procesal Penal.

b.4.- Convenios y licitaciones para instituciones y abogados para el resto del


proceso: Se establece un sistema de concursos o licitaciones para asignar la prestación de
los servicios de defensoría penal.

b.5.- Para imputados o acusados ante Juez de Garantía o Tribunal Oral Penal
y que no cuenten con Abogado de confianza.
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b.6.- Siempre
en el que la defensa gratuita es ejercida mayormente por estudiantes en práctica.

b.7.- Se ejercerá ante Ministerio Publico, Tribunales, Órganos


Administrativos. El derecho a la defensa es amplio y por tanto, puede ejercerse en cualquier
oportunidad y ante cualquier entidad.

b.8.- Defensa gratuita, salvo que tenga medios para pagar según un arancel
que será determinado por la defensoría nacional pública con criterios de mercado. Nos
referimos a la situación de aquellas personas que, por cualquier motivo, incluso por querer
ser defendidos por la defensoría penal pública, no acceden a un abogado particular, no
obstante tener eventualmente recursos económicos. En tal caso, la Defensoría Pública fijará
sus honorarios de acuerdo al referido arancel.

b.9.- Se entenderán por el solo ministerio de la ley con patrocinio y poder


suficiente cuando sea hecha su designación para asumir la defensa de un imputado o
acusado.

b.10.- Deberán rendir informes periódicos y serán fiscalizados en su


actuación.

7.- EL SISTEMA DE DEFENSORIA PENAL PUBLICA


Hasta antes de la entrada en vigencia de la ley 19.718, la llamada “ defensa de
oficio” era el régimen de asistencia jurídico penal existente en todo el país y continúa
existiendo en la RM. Ella es proporcionada ante todo por las Corporaciones de Asistencia
Judicial, más precisamente por egresados de las carreras de derecho que, bajo el control de
abogados, deben realizar ad honorem esta práctica forense por el término de seis meses, a
lo menos, para obtener su título de abogado. Algo similar ocurre con las clínicas jurídicas
universitarias, en que alumnos de la carrera de derecho desempeñan una práctica
obligatoria con atención de público. En general, se reprocha a este sistema que la defensa
52

penal pública se deja, en definitiva, en manos de estudiantes o egresados de derecho sin


experiencia y que, por definición, conduce a una continua rotación de postulantes a cargo
de cada caso, lo que genera gran ineficiencia y descoordinación.
También ofrecen gratuitamente el servicio de defensa penal pública los denominados “
abogados de turno”, carga que pesa sobre estos profesionales de conformidad con lo
dispuesto en el art. 595 del COT. En este sistema la calidad de las prestaciones es deficiente
por la falta de estímulos económicos y el escaso control sobre su gestión. Además es
discriminatorio para los profesionales jurídicos, que deben soportar una carga pública que
no pesa sobre otros profesionales liberales. Por ello este sistema ha sido considerado
inconstitucional en países de Europa, donde tuvo su origen.
La ley 19.718, establece el nuevo sistema de defensa penal pública para nuestro país. En
términos generales consiste en un sistema mixto, que combina la existencia de una oficina
pública jerarquizada de abogados funcionarios con un sistema de prestación temporal del
servicio de defensa penal pública basado en proceso de licitación y adjudicación de fondos
públicos, en los cuales puede participar tanto personas naturales como personas jurídicas,
públicas o privadas, que cuenten con profesionales que cumplan los requisitos para el
ejercicio profesional de abogado.
Con el sistema mixto se busca combinar una organización permanente de abogados
funcionarios que satisfagan requerimientos básicos e impostergables de la defensa penal
pública con otra más flexible, de prestadores públicos o privados que deben concursar para
la adjudicación de un fondo público en base a criterios de competitividad y eficiencia. Se
trata de garantizar la prestación de la defensa penal pública a través de mecanismos que
operen complementaria o subsidiariamente.
Como complemento final de este sistema, se confiere al Defensor Nacional la atribución
para que, en caso necesario, celebre convenios directos, por un plazo fijo, con abogados o
personas jurídicas públicas o privadas que se encuentren en condiciones de asumir la
defensa penal de los imputados hasta que se resuelva una nueva licitación
El fundamento de la defensa penal pública radica en que siendo obligatoria la presencia de
un abogado que defienda los intereses de los inculpados en todo proceso penal moderno,
cuando la parte no lo nombra, por cualquier motivo, porque no pueda o porque no quiera,
53

en
ese caso le debe ser asignado uno con cargo al Estado.

a) El Sistema Público

a.1.- Características fundamentales

a.1.1.- Letrada
Siempre ejercida por Abogado

a.1.2.- Obligatoria
Al imputado que por cualquier razón no designe un Abogado de su confianza, le
será designado un defensor de oficio, de la defensoría penal publica, par que asuma su
defensa técnica.

a.1.3.- Ininterrumpida
Desde las primeras actuaciones de la investigación el imputado debe contar con un
defensor y por todo el procedimiento, ininterrumpidamente, y en todas las actuaciones
procesales trascendentes deberá el imputado contar con su defensor que cautele sus
intereses.
El defensor penal publico designado no podrá ser reemplazado sino por motivos
justificados.

a.1.4.- Eficiente
Se realizaran evaluaciones y controles periódicos respecto de la calidad de los
servicios prestados, en especial la calidad profesional de las actividades de la defensa
desarrolladas en el proceso, la prontitud y la atención que reciban los beneficiarios.
Habrá desde luego derecho a formular reclamos por parte de los usuarios respecto
de las personas o instituciones encargadas de prestar la defensa penal publica., la que puede
implicar pagos de multas, y términos de los contratos respectivos.
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a.1.5.- Controlada
La actividad del abogado defensor será evaluada , controlada y calificada, a través
de diversos mecanismos, especialmente, dándole al beneficiario del servicio la oportunidad
para solicitar el cambio del abogado, como un derecho personal sin expresión de causa.

a.1.6.- Complementaria
Viene a ser la defensa técnica que coadyuva a la defensa material a la que siempre
tiene derecho el imputado, y evidentemente la complementa.

a.1.7.- De confianza
El defensor es una persona que está llamada a expresar lo que el imputado quiere en
el proceso, a interpretar sus deseos y a manifestarlos, porque el titular del derecho a la
defensa es el imputado, el cliente.
Tiene que hacer todo lo que esté de su parte, al margen de cualquier presión estatal
o social por conseguir que el imputado sea absuelto o reciba la menor pena posible. En ese
sentido debe estar identificado plenamente con sus intereses con su postura procesal y que
lo va a defender de acuerdo a sus instrucciones.
Si el Abogado designado se aparta de las instrucciones, lo que va a hacer el
imputado con medios será sencillamente cambiar a ese Abogado contratando a otro. Ese
deberá ser el parámetro para ver la calidad del Abogado de la defensa penal pública, para
que ella no sea discriminatoria.

a.1.8.- Gratuidad
Como hemos señalado precedentemente, en general ella deberá ser gratuita para el
imputado que carece de medios para solventar la situación de contratar un defensor de su
exclusiva confianza, lo cual será lo más habitual, sin embargo, en otros casos, en que la
designación del defensor de oficio sea por otras motivaciones y el sujeto posea medios para
proveer a su defensa deberá concurrir con aquellos mediante un arancel a pagar a esa
defensoría. En ese sentido debemos señalar que no necesariamente será gratuita.

LA POLICÍA
55

Una de las omisiones del anterior sistema de justicia penal, producto de la época en que fue
estructurado, es que en su redacción original no se reconocía a la Policía como un actor del
proceso, ya que no se hacía mención alguna a la importante tarea que le corresponde
desempeñar actualmente en la persecución penal.
La regla general respecto a la forma en que interviene en los procesos, se encuentra en la
propia Constitución, en cuanto señala que el Ministerio Público “podrá impartir órdenes
directas a las fuerzas de orden y seguridad durante la investigación” art. 83 CPE, es decir la
policía será auxiliar de los fiscales en las tareas de investigación, por lo que deberá actuar
conforme a sus instrucciones para el cumplimiento de sus objetivos y, asimismo, deberá
ejecutar las medidas de coerción que se decretaren art. 79 inc. 1 CPP.
En principio, el CPP se refiere a la Policía de Investigaciones, pero luego añade que el
mismo carácter de auxiliar deberán desempeñar los miembros de Carabineros, cuando el
fiscal así lo disponga art. 79 inc. 2 CPP.
Sin perjuicio de lo previsto en los casos anteriores, tratándose de la investigación de hechos
cometidos al interior de establecimientos penales, estas mismas atribuciones podrán ser
ejercidas por Gendarmería de Chile. Art. 79 inc. 3 CPP.

Relaciones entre el Ministerio Público y la Policía

Los miembros de la Policía ejecutarán sus tareas de acuerdo a las instrucciones que les
impartieran para los efectos de investigación , sin perjuicio de la dependencia de las
autoridades de la institución a la que pertenezcan. Asimismo, deberán cumplir las órdenes
que le dirigieren los jueces para la tramitación del proceso art. 80 inc. 1 y 2 CPP
Los funcionarios deberán cumplir de inmediato y sin más trámites las órdenes que les
impartieren los fiscales y los jueces, cuya conveniencia no podrán calificar, salvo requerir
la exhibición de la autorización judicial previa art. 80 inc. 3 CPP. En caso que, por
cualquier motivo, el funcionario de la policía se encontrare impedido de cumplir una orden
fiscal o judicial, debe hacerlo saber inmediatamente a quien la hubiere emitido y a su
superior jerárquico. El policía deberá cumplir la orden si el fiscal o el juez la reiteraran. Art.
56

82
CPP.
Para cumplir con las exigencias de instalar procesos rápidos y expeditos, se establece que
las comunicaciones entre los fiscales y la policía deberán realizarse en cada caso por los
medios y de la forma más expeditas posibles art. 81 CPP.

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