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Los depésitos de gasolina explosivos En los afios setenta, el 9 fue uno de los coches pequefios mis vendidos en Estados Unidos, Por desgracia, su depdsito de gaso- lina tendia a explotar cuando otro coche chocaba con, a por atras. Murieron mas de quinientas personas al estallar sus coches en llamas, y muchos mis sufrieron quemaduras graves. Cuando uno de estos se querellé contra la Ford Motor Company por ese disefio deficiente, se supo que a los ingenieros de la Ford no se les habia escapado que el depésito de gasolina suponia un peligro, Sin embargo, los ejecuti- vs de la compafifa habian realizado un anilisis de costes y benefi- cios, y con él determinaron que los beneficios de arreglar el proble- ma (en vidas salvadas y_quemaduras evitadas) no Ilegaba a los once 6) ‘ares por coche que costaba equiparlos con un dispositivo que hacia que el depésito fuese seguro. Para calcular los beneficios que se obtendrian de un depésito de S:solina mas seguro, Ford estimé que habria 180 muertos y 180 que- ados si no se hacian las modificaciones. Puso entonces un valor ™Monetario a cada vida perdida y quemadura sufrida: 200.000 dolares Por vida y 67,000 °por as quemaduras, Sumé a estas cantidades el Bimeto y el valor de los Pinto.que probablemente arderian, y calcul6 Escaneado con CamScanner ~ JUSTICIA Hones de délares. Pero el coste de instalar un aparato de once d6lares a doce millones y medio de vehiculos ascendia a 137,5 millones de d6. lares. El fabricante, pues, llegé a la conclusién de que el coste de atre- ) glar los depésitos de gasolina no estaba compensado por el beneficio que reportaban unos coches mas seguros.'” 3 El jurado se indigné cuando supo del estudio. Concedié al que- rellante dos millones y medio de délares de indemnizaci6n compen- satoria y 125 millones adicionales por lo reprensible de la infraccién (la cantidad se redujo después a tres millones y medio).'? Puede que el jurado creyese que no estaba bien que una gran empresa asigna- se un valor monetario a la vida humana, o quiz4 pensé que los 200.000 délares se quedaban muy, muy cortos. Ford no habia llega- do a esta cifra por si misma. La habia sacado de un organismo del Estado. A principios de los afios setenta, la Administracion Nacional de Seguridad del Trafico en Carretera de Estados Unidos habia calcu- lado el coste de una muerte en accidente de trafico. Contando las fuwuras pérdidas de productividad, los costes médicos, el coste del “ah ee” de la victima, legé a esa cifta de 200.000 a - la objecion del jurado hubiera sido al monto de dinero pero Principio, un utilitarista podria haber coincidido con él. Pocos vei i ul aecidente de trafico por 200.000 = elie a icon vivir, Para medir el efecto completo que it utilidad una muerte en accidente de trifico habria que incl" la pérdida nia . sical en wiidied futura de la victima, no solo los _— issacans octa ¢l coste del funeral, Cuil, pues, seria u” lumana en délares mas fidedigna? Escaneado con CamScanner

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