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Matilde Hidalgo

A temprana edad destacó en sus aptitudes académicas y personales.

Antes de los 4 años mostraba fluidez en la lectura, escritura, y piano. En sus estudios secundarios
exploró su vocación por la medicina, al ser asistente voluntaria de las religiosas de su institución, que
se encargaban del Hospital de la Caridad que era parte del colegio. Dentro de este proceso, se
convirtió en la primera mujer bachiller del ecuador en el año de 1913, graduándose con honores. Al
cursar su vida universitaria, fue rechazada para ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad
Central del Ecuador, por el rector del momento, quien defendía su cultura machista de la época y
afirmaba que dicha carrera no era para una mujer. A pesar de esto, Matilde acudió a la Universidad
de Cuenca, donde tras un juicio con el rector de dicha universidad, se le permitió el ingreso. El 18 de
julio de 1919 obtuvo el título de Licenciada en Medicina con las más altas calificaciones a lo largo de
todos sus años de estudio. Gracias a esto, eventualmente pudo ingresar a la Universidad Central del
Ecuador y graduarse con éxito, convirtiéndose en la primer médica del Ecuador.

Durante la presidencia de José Luis Tamayo, Matilde inconforme con la imposibilidad de que las
mujeres no pudieran ejercer su derecho al voto en las elecciones, decidió cambiar la situación y se
propuso votar. Inicialmente, al participar en la inscripción para participar en el sufragio, su petición
fue negada. Sin embargo, no conforme con la respuesta ella defendió su postura, leyendo delante de
los miembros del órgano electoral, el artículo de la Constitución Ecuatoriana que regulaba el
derecho al voto, y que decía que los únicos requisitos para poder ejercer el derecho al voto era ser
mayor de 21 años y saber leer y escribir. Su solicitud llegó al Consejo de Estado, donde finalmente se
aceptaron otorgarle el derecho al voto, por unanimidad. Cinco años después, el país aprobó el
sufragio femenino y se convirtió en el primer país de Latinoamérica en donde las mujeres
participaban en comicios nacionales. Asimismo, años más tarde se convirtió en la primera mujer en
postularse a un cargo de elección popular en Ecuador y la primera elegida como administradora
pública en Loja.

A lo largo de su vida, como reconocimiento a la lucha constante a favor de los derechos de la mujer
ecuatoriana, fue condecorada por el Gobierno Nacional al Mérito en el grado de Gran Oficial y se le
otorgó la Medalla de Salud Pública. Además, a petición de la Junta Central de la Cruz Roja
Ecuatoriana, donde fue presidenta vitalicia, se le otorgó la Medalla de Servicios.

Falleció a los 84 años, en 1974 por un ataque de apoplejía y a partir de ese suceso, su ciudad natal
estableció un museo en su honor.

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