En febrero de 1989 se inician las “corridas financieras”.
La moneda local comienza a ser despreciada y se multiplica la adquisición de dólares. El Banco se vio obligado a vender nada menos que 900 millones de usd en solo quince días. Es por eso que el Banco Central quedó sin reservas y decretó el feriado bancario. Ante esta situación el estado creo dos segmentos regulados y un tercero de cotización libre, destinado a operaciones financieras. Hay tres interpretaciones acerca de las corridas financieras: 1. El gobierno estadounidense dejó trascender el retiro de su apoyo al gobierno de Alfonsín, siendo la desconfianza una manera de contener la inflación. 2. Otros analistas argumentan que las presiones hiperinflacionarias condicionaban al nuevo gobierno más que a erosionar al de Alfonsín, que a fines de ese año dejaba el poder. 3. Por último otros analistas argumentan que la corrida financiera fue originada por los bancos extranjeros como represalia ante la falta de pago de la deuda externa. A pedido del candidato a presidente por el oficialismo debió renunciar el ministro de economía Sourrouille, reemplazado por Juan Carlos Pugliese, realizando una reforma cambiaria. Esta reforma tuvo como efecto desacelerar la cotización del dólar. Asimismo el Banco Central seguía emitiendo billetes de denominaciones cada vez más elevadas, cayendo la inversión y extendiendo la recesión. Asumió Menem y los precios subieron un 197%, los salarios 140% y las tarifas de los servicios públicos crecieron un 700%. La crisis provocó consecuencias sociales tremendas. Saqueos a supermercados y a otros comercios. La situación se había descontrolado. Por ende la salida para Alfonsín fue entregar el gobierno. Declarando el estado de sitio.